jueves, 29 de octubre de 2020

DOS DÍAS, UNA NOCHE - DEUX JEURS, UNE NUIT

PROGRAMA 303 (16-10-2020)

 

SINOPSIS

 

Sandra dispone sólo de un fin de semana para ir a ver a sus colegas y convencerlos de que renuncien a su paga extraordinaria para que ella pueda conservar su trabajo. Su marido la acompaña para apoyarla. (FILMAFFINITY)

 

EDITORIAL

 

Viernes, última hora. Las copas ya están servidas en el nuevo salón mientras las burbujas de ese fino champagne guardado para ciertas ocasiones intentan acercarse a la orilla. Hay murmullos, risas y chistes internos. Los dueños de la noche aparecen enfundados en sus trajes y de paso descubrirán a muchas caras desconocidas. Habrá felicitaciones y promesas de mejor paga. Serán todos artilugios para mantener contenta a la tropa. A lo lejos, entre sombras y en silencio alguien vacía un locker. Ya no habrá mañana. Las fauces del capitalismo lo devoraron y lo escupieron como a un pueril enemigo. Los comerciales nos inundan de imágenes felices mientras se barre la basura bajo la alfombra. Las horas transpiradas, los músculos cansados y las ideas esculpidas son parte del pasado. Serán reemplazadas por otras mentes más jóvenes pero sobre todo, más necesitadas. 

Con más horas libres para estar pendiente de las urgencias patronales por un monto más ínfimo. Y aprovechando su maldita soledad para no perder tiempo con posibles inconvenientes. ¿A quién se le ocurre tener que quedarse en su casa si un hijo se enferma? ¿O participar de una reunión de padres? Ni hablar de levantar la voz por alguna injusticia. Estamos en una era donde el principal objetivo es eliminar la empatía. Ser sólo meros productos con fechas de vencimiento. Que el yo esté por encima de nosotros, sobre todo entre iguales. Y ahí estarán aquellos que miren para otro lado. Porque como alguna vez dijo Simone de Beauvoir “El opresor no sería tan fuerte si no tuviese cómplices entre los propios oprimidos.” Cosa que acá se nota cada vez más, con gente defendiendo a sus propios explotadores. Ya es sábado. Las burbujas se evaporaron. Algunos disfrutarán de un fin de semana de descanso. Y alguien convertirá esos dos días en una eterna noche indeseable.

 

Marcelo De Nicola.-

 

Canción elegida para la editorial

 


IMPRESIONES SOBRE DOS DÍAS, UNA NOCHE

 

“Ahora, tengo que decir que no sólo soy inocente de todas esas cosas, no sólo no he cometido un crimen en mi vida; algunos pecados sí, pero nunca un crimen; no sólo he luchado toda mi vida por desterrar los crímenes, los crímenes que la ley oficial y la moral oficial condenan, sino también el crimen que la moral oficial y la ley oficial no condenan y santifican: la explotación y la opresión del hombre por el hombre. Y si hay alguna razón por la cual yo estoy en esta sala como reo, si hay alguna razón por la cual dentro de unos minutos va usted a condenarme, es por esa razón y por ninguna otra” Con estas palabras comenzaba en aquel 23 de agosto de 1927 su alegato final Don Bartolomeo Vanzetti frente a sus asesinos disfrazados de jueces y de justicia. Poco valió su muerte y la de su compañero Nicola Sacco para lograr la conquista real de su objetivo último. Poco valen las muertes para lograr ningún objetivo. Cuando la prioridad y el origen de cualquier idea no es la vida, cuando su materia prima no es el respeto hacia lo humano, a la dignidad del ser y su existencia y a su entorno como ámbito posible para su desarrollo, entonces ningún proceso puede nombrarse beneficioso ni triunfante por más que su objetivo final sea conquistado. No hay vencedores en el sometimiento. Cuando el hombre es el lobo del hombre, solo hay vencidos.  La violencia no es otra cosa que el miedo al otro, a sus ideas y sobre todo a sus diferencias. 

La otredad siempre es hostil, el primer pez cuando tuvo hambre se convirtió en un asesino me recuerda siempre mi amigo Enrique. Tristes guerras, tristes, tristes. Guevara Lynch pensaba que había que endurecerse sin perder jamás la ternura. Quizás ahí haya algún intento de respuesta. Un comienzo por lo menos. Tal vez no haya respuesta y es por eso que ese maldito hostigamiento de colonización de lo humano, de la categorización del ser, del vil sometimiento de unos sobre otros, no cesa jamás. La patria es el otro. Recuerdo aquella plaza repleta, recuerdo mis lágrimas y a aquella mujer diciendo eso que debió convertirse en el grito de guerra de todos nosotros, aquello que debió ser un mandato ineludible. Aquello tan bello, tan contradictorio y por eso tan revolucionario. La patria es todo aquello que nos unifica, que nos agrupa en la igualdad, es por cierto lo que nos diferencia del otro, de lo distinto. El otro será entonces, todo aquello que yo no soy. Fortalecernos en la diferencia, hacer propias las necesidades de ese otro como otredad misma es tal vez la rebeldía mayor. Es tal vez el acto más hermoso y arriesgado que podamos hacer en toda nuestra vida. Allí, claro, una respuesta. El film de Luc y Jean Pierre Dardenne llamado Dos días, una noche, será un gran ejemplo de aquella idea de resignificación del otro. 

El relato se centrará en el conflicto de Sandra quien tras sufrir una fuerte depresión y pedir una licencia laboral recibe la noticia de que sus empleadores han decidido someter a votación la continuidad de su contrato luego de entender que su trabajo puede ser absorbido por los 16 empleados restantes con el solo incremento de algunas horas extras de sus jornadas laborales. La patronal los obligará a elegir entre un bono único de 1000 euros y la continuidad del puesto laboral de Sandra. Será la protagonista entonces, la que en un fin de semana deberá convencer al resto de sus compañeros a votar por ella. Lejos de la crudeza que caracteriza la filmografía de los Dardenne, basta recordar aquellas joyas que son Rosetta, El hijo o La promesa, Dos días, una noche pondrá en manifiesto de forma sutil e inteligente aquella puja histórica del trabajador contra el trabajador, aquel enfrentamiento nefasto de pobres contra pobres. El conflicto será dosificado e irá ganando nuestro interés con el devenir del film. La fotografía por su lado será de manera indiscutible la esperada para un film de los Dardenne. La cámara en mano, tal vez una de las herramientas más características en la construcción visual de sus relatos, será deliciosa y certera. Generará tensión allí donde parecería no haberla, será voz en el silencio. Las actuaciones será el gran pilar en donde el director y guionista decidirá apoyar el relato para su desarrollo. Se trabajará sobre la idea de naturalidad y fluidez. Será un trabajo minucioso y equilibrado. Lejos de querer fomentar el tedio o de caer en una pedantería irreversible, si ustedes me lo permiten, me gustaría recurrir a algunos aspectos aún más técnicos. Tal vez esto que sigue no sea sino una falencia en el poder de síntesis de quien les habla y no un imprescindible despliegue de iluminados conceptos. 

El trabajo de un guionista por lo general tiene que ver con realizar de manera eficaz aquel trayecto que va desde la historia al relato, esto es del qué voy a contar al cómo voy a hacerlo. Para realizar aquel viaje solitario, el escritor puede servirse de algunas herramientas que lo orientaran para llegar a su destino. Una de ellas es pensar en el punto de ataque del relato. Los personajes están movilizados por necesidades y deseos, ambos motores de sus acciones. Un buen punto de ataque, entonces es aquel donde algo vital del personaje está amenazado. En nuestro caso, la amenaza estaría dirigida al puesto de trabajo de Sandra, pero lo que no logra el film instalar es la urgencia o vitalidad de aquella perdida  ya que desde el comienzo de la película tenemos la información de que Sandra no es el único sustento económico de su hogar. Continuemos. El motivo, la intención y objetivo son pasos inevitables que debe transitar un personaje para favorecer las necesidades dramáticas del relato. Estas están ligadas a las decisiones que debe tomar el personaje protagonista para cumplir su objetivo y lograr así un estado de serenidad en aquella lucha que implica el choque de fuerzas entre opuestos. Dos días, una noche cuenta con una protagonista cuya decisión es justamente la evasión en la toma decisiones. Sandra buscará todo el tiempo bajar los brazos y evitar la confrontación, lo que tal vez nos haga dudar de su motivo, de la fortaleza en su intención o la solidez de su objetivo. Por último, permitámonos dudar de la construcción de la unidad de opuestos

La unidad de opuestos es aquella en que la conciliación para evitar el enfrentamiento se hace imposible. La ciencia y la superstición, la democracia y la dictadura, son opuestos que se unen en una contienda en la que quedará solamente uno en pie. La unidad de opuestos se da porque por razones dramáticas ninguno de los dos puede evitar la decisión de enfrentarse. Aquí interfiere la construcción de la tridimensionalidad del personaje también. Si volvemos al caso de Sandra, su fuerza opositora que será su dignidad se irá construyendo muy de apoco con el transcurrir del drama, al punto de generar situaciones en donde la propia protagonista desista de continuar con su batalla. Tal vez esto nos haga dudar de la construcción del conflicto dramático también, ya que esta construcción está íntimamente ligada al armado de los personajes y claro, de su unidad de opuestos. Los personajes responden a una necesidad dramática, sin acción no hay conflicto, sin conflicto no hay drama y sin drama, por supuesto, no hay relato. Una correcta construcción del conflicto obliga a nuestros personajes a accionar, a tomar las decisiones que los hagan movilizar a través de la curva dramática. Si el personaje carece de las herramientas o del interés para enfrentar el conflicto aparecerá la posibilidad de evitar el enfrentamiento y aquel será el fin del relato. En aquel punto, nos quedaremos sin película. Sandra coqueteará todo el tiempo con aquel fin, con evitar la lucha, por escapar de la crisis y así también del drama. ¿Concluiremos luego de todo esto que Dos días, una noche es una mala película? La respuesta contundente es no, lo único que todo esto demuestra es que no hay guiones de hierro, y que las reglas están hechas para ser quebradas. No existe el manual que nos indique como hacer una buena película, y si existiese no sería de nuestro interés aquella lectura. Los que esta mesa ocupamos tenemos la convicción de que sí existe en cambio el arte bien hecho y el arte mal hecho. Hay un arte inteligente y complejo, repleto de matices exquisitos, capaz de interpelarnos y de ser interpelado a su vez, repleto de decisiones valientes e inesperadas. Ese es el arte que queremos para nosotros y ese también es el arte de los Dardenne. Este film servirá para volver a pensar en aquella batalla absurda que implica el otro y nos ayudará a reflexionar que nunca una decisión es binaria. Siempre optaremos porque la decisión sea con el otro adentro, incluyéndolo, sumando derechos, esa será nuestra única batalla porque el mundo ya no importa si uno no tiene fuerzas para seguir eligiendo algo verdadero.

 

Lucas Itze.-

 

Canción post impresiones

 


UNIVERSO DARDENNE

 


Los hermanos Dardenne nacieron en Lieja con casi tres años de diferencia. Empezaron filmando documentales en la década del ´70 y ya en 1987 filman su primer largo: Falsch, sobre un sobreviviente del exterminio judío en la Segunda Guerra Mundial. Luego dirige un cortometraje y más adelante, en 1992 llega Je pense à vous, la historia de un hombre que desaparece luego de ser despedido de su trabajo y su mujer intenta encontrarlo.

Se da a conocer al mundo en 1996 cuando filman La Promesa, la historia de un niño que quiere cumplir a toda costa lo que le prometió a un inmigrante ilegal que trabaja para su padre. Gana la Espiga de oro en el Festival de Valladolid, y es nominada a mejor película extranjera en los Premios César de Francia. 

Un año después filma el documental Gigi, Mónica et Bianca, sobre dos chicos de la calle enamorados que descubren que ella está embarazada, y eso, en la Rumania de Ceaucescu, es más que un problema.

En 1999 vuelve a la ficción con RosettaPalma de Oro en Cannes, además del premio a mejor actriz para Emilie Dequenne, además de nominaciones en varios festivales. Tres años después filman la aclamadísima El Hijo, la historia de un carpintero que acoge chicos de la calle, hasta que llega Francis, alguien con quien mantendrá un terrible secreto que no quiere creer. Oliver Gourmet gana el premio al mejor actor en Cannes.

En 2004 dirigen El niño, otra vez con adolescentes como protagonistas, esta vez, la historia de una pareja que está esperando su primer hijo y no saben cómo van a hacer para criarlo. Segunda Palma de Oro en Cannes, además de numerosos premios y nominaciones. En 2008 llega El Silencio de Lorna, la historia de una inmigrante albanesa que busca conseguir la nacionalidad belga obteniéndolo tras un matrimonio por conveniencia. Otra vez premiada en Cannes, esta vez, a mejor guión.

En 2011 aparece El niño de la bicicleta, la historia de un chico de 11 años que se escapa del hogar para niños y va en busca de su padre, y al no encontrarlo, se hace amiga de una peluquera, con quien pasa los fines de semana. Gran Premio del Jurado en Cannes, y nominada a mejor película extranjera en varios festivales, como los Globo de Oro o el Festival de Cine Independiente. Por primera vez trabajan con una estrella en el 2014, cuando filman Dos días, una noche con la excelente Marion Cotillard. La historia de una chica que durante un fin de semana va a ver a sus compañeros de trabajo, para pedirles que renuncien a la paga extra para poder ella conservar su lugar de trabajo. Otra vez nominaciones a mejor película extranjera en muchos festivales y al Oscar para la actriz principal, quien además ganó su premio en el Festival del Cine Europeo y el Círculo de Críticos de Nueva York

En 2016 llegó La chica sin nombre, la historia de una médica que un día, al cierre de su consultorio, escucha el timbre pero decide no abrir. Al otro día, se entera por la policía que una chica ha sido asesinada, y sus pensamientos empezarán a hacerse miles de preguntas. Nominada en Francia a mejor película extranjera.

Su último trabajo es El joven Ahmed, que gira en torno a un joven belga que planea asesinar a su maestro en nombre de su religión, con el que ganaron la Palma de Oro en Cannes a mejor director.

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: Deux jours, une nuit (Two Days, One Night)

Año: 2014

Duración: 96 min.

País: Bélgica

Dirección: Jean-Pierre Dardenne, Luc Dardenne

Guion: Jean-Pierre Dardenne, Luc Dardenne

Fotografía: Alain Marcoen

Reparto: Marion Cotillard, Fabrizio Rongione, Pili Groyne, Simon Caudry, Catherine Salée, Batiste Sornin, Alain Eloy, Myriem Akeddiou, Fabienne Sciascia, Olivier Gourmet

 

PELÍCULA COMPLETA

miércoles, 28 de octubre de 2020

TIMBUKTU

PROGRAMA 302 (09-10-2020)

 

SINOPSIS

 

Año 2012, la ciudad maliense de Tombuctú ha caído en manos de extremistas religiosos. Kidane vive tranquilamente en las dunas con su esposa Satima, su hija Toya e Issam, un niño pastor de 12 años. Pero en la ciudad los habitantes padecen el régimen de terror impuesto por los yihadistas: prohibido escuchar música, reír, fumar e incluso jugar al fútbol. Las mujeres se han convertido en sombras que intentan resistir con dignidad. Cada día, unos tribunales islamistas improvisados lanzan sentencias tan absurdas como trágicas. El caos que reina en Tombuctú no parece afectar a Kidane hasta el día en que accidentalmente mata a Amadou, un pescador que ha acabado con la vida de su vaca favorita. Ahora debe enfrentarse a las leyes impuestas por los ocupantes extranjeros. (FILMAFFINITY)

 

EDITORIAL

 

Avanza el mar sin piedad, nuestros talones ya saborean la salada muerte, huyen despavoridas todas nuestras intenciones individualistas construidas con el mismo barro que talló aquel futuro prometedor y que hoy se derrite en el horizonte de nuestras narices. La humedad corroe los cimientos, amenazando todo lo que creíamos indestructible. Quisiéramos estar más cerca pero no logramos atravesar los muros de los idiomas y dialectos. Nos ahoga por debajo el agua y por encima las pesadas palabras que caen junto al resto de las mentiras. Babilonia tan lejana como los años que nos separan de aquella gesta. La vida, aquella mueca servida en mi copa. En el incendio de estos micrófonos que cauterizan nuestras palabras y las vuelven inmortales. Posándose junto a la mesa cada vez que nos miramos  y sin decir más que salud, nuestros ojos se inundan de aquel néctar de felicidad hecha con la misma sustancia que por un lado nos recuerda lo vivo que estamos y por el otro amenaza con hundirnos. 

La música de fondo, ilumina todo lo que en miles de años no pudimos alumbrar con las palabras. Marcando en su pulso los secretos del universo. Mis amigos, hermanos con los que creamos los rituales que logran opacar por instantes la molesta presencia de la muerte. Nuestras piernas ya sienten el espesor del agua, pero seguimos caminando. Nada nos desalienta porque hay un acorde sonando allá a lo lejos esperando recibirnos para regalarnos aquel segundo infinito. Seguiremos caminando ante cualquier inclemencia creyendo siempre en la verdad de nuestros pasos. Descansando del temor en la compañía profunda de aquellas palabras que son abrazos. Respirando bocanadas de aire puro que son carcajadas. Sellando con fuego la poderosa lealtad que acompaña cada brindis. Sabiendo que nos apagamos pero con la misma intensidad que el sol. Jugando a crear un idioma universal que se entiende solo en el calor de esta fogata, en el oscuro silencio de una noche demasiado larga.

 

Alan Beneitez.

 

Canción elegida para la editorial


 

IMPRESIONES SOBRE TIMBUKTU

 


El desierto asoma como un mundo implacable. El ser humano se transforma es algo diminuto frente a tanta inmensidad. En este universo de cemento donde vivimos, lo vemos como algo lejano e intransitable. Tan lejano como África. Del continente negro nos acordamos quizás cuando vemos algún deporte por televisión o cuando esa misma caja boba nos informa sobre hambrunas, guerras civiles o barcas que se hundieron antes de llegar a Europa. O quizás cada tanto nos encontramos con documentales sobre los hermosos animales que habitan sus territorios. Parece otro mundo. Con su Dios hablando otro idioma y alienando otras mentes. Por esa zona tenemos dos países vecinos de gran influencia árabe y francesa. Por un lado Mauritania, que proviene de una antigua región del mismo nombre, donde habitaba el pueblo bereber y los romanos los conocían como mauri antes de anexionarlo a su Reino. Por el otro, Malí, que también fue un parte de un reino antiguo del mismo nombre que habitaban los Manden (también llamados Mandinga) entre los siglos XIII y XVII. En el primer país nació el cineasta Abderrahmane Sissako, quien puso a su nación en festivales de cine gracias al film Timbuktu. En el segundo país es donde está ambientada la película y se sucedieron varios de los hechos que rodean su historia. Una gacela corre por el árido desierto. Escucharemos disparos que hablan más que cualquier voz. Provienen de una camioneta. Luego veremos artesanías locales siendo objetos de pruebas para esos hombres. Es la paz que se acaba. Así comienza el film de Sissako, quien contará una historia lineal y también coral, ya que cuenta con múltiples conexiones no relacionadas entre sí, pero creando el orbe catastrófico que los une. Será entonces cuando aparezcan los extremistas quienes por megáfono anunciarán a la población medidas tan ridículas como ancestrales: prohibición de la música, del fútbol, de fumar y donde las mujeres además de taparse el rostro tendrán que usar guantes o calcetines. La muerte del arte y de la cultura. La mujer como un fantasma. 

Conoceremos a Kidane, un pastor que vive con su esposa Satima, su hija Toya y un niño huérfano llamado Issam. La familia vive en las dunas, alejada del pueblo, tranquilamente en sus jaimas, esas carpas de cuero utilizadas por los nómades árabes. En él se centrará la historia y es quien llevará a cargo la curva dramática del film, sin ser un protagonista absoluto, porque como mencionamos anteriormente, el director nos irá mostrando la vida de diferentes personajes que habitan entre las casas de barro y las calles de arena. Habrá actores profesionales con otros que no lo son (como la pareja protagonista, ambos músicos) y no se notará diferencia alguna. La película tendrá una fotografía exquisita, contemplando la belleza natural del lugar bajo el rayo del sol con las oscuras y tensas noches donde todos son sospechosos. Quien está detrás de esas maravillas visuales es el tunecino Sofian El Fani, quien un año antes se había encargado de la realista fotografía de La vida de Adele. La música mezclará ritmos occidentales con las típicas melodías africanas, todo a cargo del franco-tunecino Amine Bouafa. Los sonidos de las ventiscas de arena y los grillos por la noche, nos dejarán esa sensación de tensión mientras todo es vigilado. Habrá encuadres muy estudiados y planos de una belleza admirable, como ese plano general con vista al río luego de la pelea entre Kidane y el pescador. El film gana terreno porque nunca cae en los golpes bajos y hasta tiene algunos pasos de comedia, como por ejemplo que el nombre de la vaca que se pierda se llame GPS. 

En un mundo salvaje, serán los niños quienes persigan sus sueños, en forma de pelotas invisibles y goles festejados en una de las escenas más poéticas del film. Serán esas miradas de amor entre la pareja protagonista, que sin decirlo a viva voz uno ya sabe lo que transmiten. ¿De qué sirve huir constantemente? se pregunta Kidane cuando su mujer le menciona que ya todos sus vecinos huyeron, mucho antes del accidente que lo cambiará todo. Porque quizás tanto él, como varios de los personajes que viven allí (la cantante, la loca del pueblo...) prefieren quedarse a pelear en su tierra esperando que todo se detenga un día. Porque el problema no es el Islam sino los extremistas, en este caso Yihadistas, que decidirán como y porque vivir. Donde ellos tendrán camionetas 4x4, celulares y cámaras último modelo y elegirán a quien casar con quien. Y porque aunque también duden, ellos si podrán fumar o mirar a la mujer de otro. Y decidirán que risa importa más, hasta que ya no quede ninguna. Sissako nos mostrará un film político sin realizar propagandas ni adentrándose demasiado. Solo como un mero observador de esa verdad que aqueja a varias partes del planeta. Denunciará que todo fanatismo por la religión será temerario, que no todos los musulmanes son malos como a veces parece mostrarse desde los ojos de occidente. Y sobre todo, que ningún credo tiene la pura verdad. Que el hombre es siempre la principal amenaza, sin importar de donde provenga. Y como tal, es una crítica a la pena de muerte. El círculo se cerrará con la hija de Kidane corriendo. Y su mirada dirá mucho más que cualquier palabra. Y quizás preguntándose porque no la quiere Dios...

 

Marcelo De Nicola.-

 

Canción post impresiones

 


UNIVERSO SISSAKO

 


Abderrahmane Sissako nació en Kifa, Mauritania, el 13 de octubre de 1961. Poco después de su nacimiento, la familia de Sissako emigró a Malí, el país de su padre, donde completó parte de su educación primaria y secundaria. Sissako regresó brevemente a Mauritania, la tierra de su madre, en 1980. Luego se fue a Moscú, donde estudió cine en el Instituto Federal de Cine de 1983 a 1989. Sissako se estableció en Francia a principios de los años 1990. Su primer corto fue en 1991 y se tituló Le jeu y lo realizó con la ayuda del Instituto del Cine del Estado Ruso. Dos años después realiza otro corto: Oktyabr, que sigue a Idrissa, estudiante africano en la URSS, sale de la “zona universitaria” y vive durante una noche la vida de un soviético, en un film algo auto referencial. En 1998 dirige el documental Rostov-Luanda, ahí conoceremos que Abderrahmane Sissako recibió una beca para estudiar cine en Moscú, después de graduarse de la escuela. Para aprender ruso, fue enviado a Rostov en el río Don durante todo un año. En el interminable viaje en tren de Moscú a Rostov, conoció a Baribanga, un estudiante angoleño que iba a la misma escuela de idiomas. Ese año, lejos de casa, los dos africanos se hicieron amigos. Casi dos décadas después, Sissako decide buscar a Baribanga. Rostov-Luanda cuenta dos historias, la búsqueda del amigo perdido hace mucho tiempo, que conduce a un encuentro con la actual Angola. También es una retrospectiva personal, una película sobre la partida y el viaje, desde Mauritania, a Malí y luego a la antigua Unión Soviética, y el nuevo destino de la película, Angola. Su primer largometraje (o mediometraje, ya que dura una hora) de ficción llegó en 1998 bajo el título de La vie sur terre, rodada en Malí, donde el mismo director llega a su pueblo para reencontrarse con su padre y filmar la vida allí, sabiendo que nada ha cambiado para bien aunque llegue el año 2000. 

Su nombre empezó a ser reconocido en festivales cuando dirigió en 2002 Heremakono, la historia de un joven de Mauritania que quiere irse a España, en un pueblo donde ya no puede ni siquiera hablar la lengua de quienes viven allí. Ganó el premio a Mejor Película en nuestro BAFICI, además de ser alabada en Cannes. En 2006 filma Bamako, la historia de una pareja que vive en esa ciudad de Malí mientras África se desangra entre acusaciones al Banco Mundial y al FMI de los males de sus pueblos. Luego realizó algunos cortos para diferentes films de episodios y por último llegó su película más reconocida: Timbuktu, que fue nominada a los Oscars, BAFTA y arraso en los César franceses.

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: Le chagrin des oiseaux (Timbuktu)

Año: 2014

Duración: 97 min.

País: Mauritania

Dirección: Abderrahmane Sissako

Guion: Abderrahmane Sissako, Kessen Tall

Música: Amin Bouhafa

Fotografía: Sofian El Fani

Reparto: Abel Jafri, Hichem Yacoubi, Kettly Noël, Toulou Kiki, Ibrahim Ahmed, Layla Walet Mohamed, Mehdi A.G. Mohamed, Fatoumata Diawara, Adel Mahmoud Cherif, Salem Dendou, Mamby Kamissoko, Yoro Diakité, Cheik A.G. Emakni, Zikra Oualet Moussa, Weli Cleib

 

PELÍCULA COMPLETA

martes, 20 de octubre de 2020

BUENOS MUCHACHOS - GOODFELLAS

PROGRAMA 301 (02-10-2020)

 

SINOPSIS

 

Henry Hill, hijo de padre irlandés y madre siciliana, vive en Brooklyn y se siente fascinado por la vida que llevan los gángsters de su barrio, donde la mayoría de los vecinos son inmigrantes. Paul Cicero, el patriarca de la familia Pauline, es el protector del barrio. A los trece años, Henry decide abandonar la escuela y entrar a formar parte de la organización mafiosa como chico de los recados; muy pronto se gana la confianza de sus jefes, gracias a lo cual irá subiendo de categoría. (FILMAFFINITY)

 

EDITORIAL

 

Hay que ser leales, no fieles. La lealtad es siempre un sentimiento mucho más noble y más genuino, en cambio la fidelidad posee aquel mal hábito de atar al otro, de exigirle, de pedir siempre algo a cambio, la maldita necesidad del premio. Para lograr la felicidad, si es que esta existe, el fiel precisa que aquel pacto previamente estipulado sea cumplido por ambas partes ya que de no ser así, de no darse esta plenitud en el cumplimiento, el fiel dará por quebrado el acuerdo. Ya no habrá compromiso, obligaciones ni lazos que unan a las partes. Ya no habrá premio. Aparecerá entonces desde lo más oscuro el reproche armado de feroces argumentos que vendrán a explicarnos el por qué aún aquella parte traicionada es merecedora de su perdida recompensa. 

La lealtad, en cambio, funciona de otra manera ya que no tiene que ver con la razón. En la lealtad, no hay ganancia sino entrega, no hay seguridad sino imprevisibilidad. La lealtad no tiene que ver con  la satisfacción ni la planificación, uno no es leal por lo que se recibe, ya que al recibir entonces, nuestro deseo se vería colmado. Uno es leal más allá de todo pacto, o mejor aún, uno es leal cuando el pacto se ha roto. Allí brillará entonces la entrega y no el premio. Allí seremos nosotros con la nobleza más pura quebrando todas las leyes, relacionándonos desde lo más profundo sin necesidad de vencedores ni vencidos. En aquel paño jugaran sus cartas los buenos muchachos.-

Lucas Itze.-


Canción elegida para la editorial

 


IMPRESIONES SOBRE BUENOS MUCHACHOS


Entre 1794 y 1795 Beethoven crea una composición para voz y piano dedicada a un amor no correspondido que en una sola pieza reúne dos poemas de Gottfried August Bürger, hablamos de “Seufzer eines Ungeliebten und  Gegenliebe” y suena así. Podemos encontrar una semejanza en “fantasia coral” de 1808 entre los minutos 4.50 a 5.10. Hay quienes repiten hasta el hartazgo que Beethoven le robó la melodía a Mozart. Es bien conocida la admiración que Beethoven sentía por su colega. En 1775, 20 años antes del primer ejemplo que escuchamos Mozart componía una de sus obras religiosas titulado “Misericordias” y en un segmento podemos escuchar lo siguiente. Pero no fue hasta 1824, 12 años después de “Fantasia Coral” que nuestro amigo Ludwig, le regaló a la humanidad una de las obras maestras más bellas y emocionantes, “la 9na Sinfonia, también conocida como Coral ¿Qué hubiese sucedido entonces si ante el descubrimiento de la primer semejanza entre aquellas obras, la sociedad rechazaba o repudiaba al gran compositor Alemán por cuestiones de copyright (?)? Quizás, desalentado hubiese abandonado la búsqueda de aquella melodía y hoy no existiría la 9na sinfonía. Esto es a modo de ejemplo para graficar musicalmente que las estructuras así como nos condicionan, pueden ser lo esencial para lograr sacar lo mejor de por ejemplo una secuencia de notas. Entonces esta introducción nos servirá para salirnos de aquel lugar de opinión basado en las estructuras. Es que casi todo lo que conocemos esta encasillado en estructuras que moldean las formas. La música, la construcción, la cocina, el habla, la ciencia, el cine. Y dentro del cine, los géneros.

El 19 de septiembre de 1990, Martin Scorsese nos trae Buenos Muchachos. Con un film de casi dos horas y media de duración y luego del éxito de la trilogía de El Padrino de Coppola. Abordará, como su antecesora, una historia sobre la mafia pero con sello propio. No estará basada en un libro sino en hechos reales. No será la historia de familias Italianas, de sangre pura, aquella que otorga determinadas licencias sino de aquellos que se alimentan del poder residual de la verdadera mafia. Entonces veremos a aquel trío compuesto por Ray Liotta, Robert De Niro y Joe Pesci (el único italiano de esta banda, a la espera de su ansiado ascenso) Este trío tendrá que pedir permiso al Pol, para todo tipo de negocio que se les aparezca. Y a cambio de ese permiso deberán rendirle su parte monetaria, pero sobre todo le deberán asegurar lealtad absoluta. De esta manera, las relaciones que veremos no serán la de las cúpulas máximas, no habrá trato directo con jueces, políticos, periodistas sino que la cámara estará sobre aquellos perros que negocian en los callejones y no en amplias y lujosas avenidas. La perspectiva será como la de una lupa que observa a los crustáceos sobándole el lomo a la ballena. Por eso los veremos tomar cafés en bares escondidos, transitar callejones, ingresarán a importantes lugares y tendrán cierta exclusividad pero entrarán siempre por la puerta de atrás. Scorsese buscará describir con mucho detalle a cada personaje y para ser eficaz, se servirá de la técnica del plano secuencia. Veremos dos tomas impecables, las cuales utilizara para resumir la descripción de cada uno en aquel mundillo. La utilización de la voz en off también se utilizará para aquel fin y reforzara la tridimensionalidad del protagonista y la de que luego será su esposa. 

La metáfora será algo que brillará por su ausencia y por lo contrario será lo explícito la apuesta del director. La cantidad de detalles y recursos serán los que le darán una dinámica tan particular a los 145 minutos. Prueba de esto es la banda musical compuesta por una lista de 48 canciones que suenan a lo largo de todo el film y que inundarán de sentido cada aspecto de la película en donde cada una de ellas puede hace referencia desde a una época histórica, sentimientos de los personajes o relaciones interpersonales. Cada momento estará apoyado de fondo por una canción, y aquí no discriminará en los estilos que irán desde el jazz con Dean Martin con su infaltable canción para apoyar la idea de una época inundada de éxito, al blues, el Charleston y el rock que sobresale a partir de la segunda mitad. Veremos el ascenso, la cima y la caída de estos tres personajes aunque el protagonista será Henry Hill, interpretado por un exagerado Ray Liotta. En el fracaso radicará la belleza del relato. Si El Padrino fuese un bar sería Las Violetas de Almagro, Buenos Muchachos será el bar de Miguel. Y el bar de Miguel será aquel lugar donde también nos sentiremos cómodos. El fracaso se hará cuerpo y se sentará en cada mesa de aquel lugar. El olor a gloria oxidada creará una atmósfera única y será como un museo de la derrota y nosotros brindaremos desde aquella barra de madera gastada porque en ese oscuro callejón también veremos crecer las más bellas de las flores…

Alan Beneitez.

Canción post impresiones


 

UNIVERSO SCORSESE

 


Martin Scorsese nació en la ciudad de Nueva York el 17 de noviembre de 1942, como el segundo de los dos hijos de Charles Scorsese (1913-1993), planchador de ropa y actor, y Catherine Scorsese (Cappa, de soltera; 1912-1997), costurera y actriz; ambos trabajaban en el Garment District. De una infancia compleja por los ataques de asma, iba a una escuela católica y hasta pensaba en ser sacerdote, aunque tiempo después diría que esa vocación católica era, en cierto modo, a través del cine. Luego terminó estudiando Bellas Artes haciendo un master en dicho curso. En 1959 rodó con una súper 8 que fue su primer acercamiento al cine. Mientras realizaba sus estudios en la Universidad de Nueva York         realizó sus primeros cortometrajes como ejercicios de un profesor. En los ´60 llegaron sus primeros largometrajes: Jerusalem, Jerusalem —jamás producida—, y Who's That Knocking at My Door con Harvey Keitel como protagonista. En 1972 llega Boxcar Bertha pero el gran salto lo da un año después con su primer film sobre la mafia: Calles salvajes, otra vez con Keitel, esta vez acompañado por Robert De Niro. Se confirma su crecimiento cuando logra meterse entre los nominados a mejor guión en los Oscars con su film Alicia ya no vive aquí, que le da el premio principal a Ellen Burstyn como la madre soltera en una road movie que fue un éxito. En 1976 llega una de sus películas más icónicas: Taxi Driver, de la que no hay mucho que agregar. 

Luego llegó el musical New York, New York con Liza Minelli. Los ´80 arrancarían con otro clásico: Toro Salvaje, con De Niro interpretando al boxeador Jake La Motta, que le dio un premio Oscar a mejor actor. Luego en 1983 llega la que es para él, la mejor interpretación de su actor estrella: El rey de la comedia con De Niro junto a Jerry Lewis. Sus otras películas de la década dejaron un film psicológico como Después de hora (le dio el premio en Cannes a mejor director), la secuela de El audaz (film sobre billar con Paul Newman) llamada El color del dinero y la polémica La última tentación de Cristo

Los ´90 arrancaron con todo gracias a Buenos Muchachos, continuó con la remake de Cabo de Miedo, con otro Robert De Niro genial. En 1993 filmó la romántica La edad de la inocencia, demostrando que no sólo vivía de gangsters pero dos años después apareció para muchos, una de sus mejores películas: Casino. En 1997 llegó otra polémica: Kundun, sobre el Dalai Lama en el Tibet, film censurado en China. Cerró la década con la pequeña pero no por eso menos encantadora Vidas al límite, nuevamente la alienación, esta vez en el mundo nocturno de las ambulancias. Los 2000 lo vieron volver con todo, arrancando con Pandillas de Nueva York, donde vuelve a trabajar con Daniel Day-Lewis y suma a su otro actor estrella: Leonardo DiCaprio, que sería quien se ponga en la piel de Howard Hughes en su próximo film: El aviador. En 2006 llegaría por fin el anhelado Oscar gracias a Los Infiltrados, remake de un film hongkones titulado Infernal Affairs. En 2010 llegó La Isla Siniestra, un gran thriller psicológico. 

Un año más tarde llegó su homenaje al cine con La invención de Hugo Cabret. Otra vez vuelve a trabajar con DiCaprio en una de las grandes películas de la década cuando hacen la comedia negra El lobo de Wall Street. En 2016 filmó Silencio, quizás su película más floja de los últimos 20 años sobre misiones jesuitas en el Japón del siglo XVII. Su último y esperado film es El irlandés, esa historia crepuscular sobre los gangsters que persiguió toda su vida. DiCaprio alguna vez declaró: “para él la trama es secundaria. Su prioridad es encontrar el corazón de la historia a través de los actores con quienes trabaja”.

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: Goodfellas

Año: 1990

Duración: 148 min.

País: Estados Unidos

Dirección: Martin Scorsese

Guion: Nicholas Pileggi, Martin Scorsese (Novela: Nicholas Pileggi)

Música: Varios

Fotografía: Michael Ballhaus

Reparto: Ray Liotta, Robert De Niro, Joe Pesci, Lorraine Bracco, Paul Sorvino, Chuck Low, Christopher Serrone, Debi Mazar, Gina Mastrogiacomo, Frank Sivero, Illeana Douglas, Tony Darrow, Frank DiLeo, Frank Vincent, Mike Starr, Catherine Scorsese, Michael Imperioli, Welker White, Suzanne Shepherd, Margo Winkler, Samuel L. Jackson, Elaine Kagan, Beau Starr, Kevin Corrigan, Bo Dietl, Julie Garfield, Henny Youngman

jueves, 1 de octubre de 2020

TRILOGIA EL PADRINO - THE GODFATHER PART 1, PART 2, PART 3

PROGRAMA 300 (25-09-2020)

 

SINOPSIS

 

América, años 40. Don Vito Corleone (Marlon Brando) es el respetado y temido jefe de una de las cinco familias de la mafia de Nueva York. Tiene cuatro hijos: Connie (Talia Shire), el impulsivo Sonny (James Caan), el pusilánime Fredo (John Cazale) y Michael (Al Pacino), que no quiere saber nada de los negocios de su padre. Cuando Corleone, en contra de los consejos de 'Il consigliere' Tom Hagen (Robert Duvall), se niega a participar en el negocio de las drogas, el jefe de otra banda ordena su asesinato. Empieza entonces una violenta y cruenta guerra entre las familias mafiosas. (FILMAFFINITY)

 

EDITORIAL

 

El poder corrompe, el poder limita, el poder mata. ¿Pero qué significa? Hay muchos significados pero no hay una sola respuesta. Esta década trajo una de las mejores series de la historia: House of Cards. Producida y dirigida en algunos capítulos por David Fincher tenía en el personaje principal a Frank Underwood, un político interpretado por Kevin Spacey en busca de la presidencia, donde el poder y el dinero tenían un aspecto central como esta pregunta: ¿qué importa más: el dinero o el poder? Underwood siempre decía que lo segundo, porque el dinero podía comprar un jet sky o una mansión pero no podía comprar almas. Sin embargo, la frase que resume todo es la siguiente: el dinero es la gran mansión en Sarasota que empieza a caerse a pedazos luego de diez años. Poder es el viejo edificio de roca que resiste por siglos. No puedo respetar a alguien que no entienda la diferencia... Sabemos, que la construcción de poder se monta creando vínculos históricos. La Iglesia, el Ejército, los medios de comunicación y la clase alta son un cuarteto ideal para fomentarlo. Si tenes a la mayoría de ellos de tu lado, sos casi inimputable. Si hablamos de poder, política y estas cuatro patas de la mesa, me es imposible no recordar ciertos personajes de nuestra historia. Allá por los ´90, un hombrecito podía codearse con los Rolling Stones, jugar un partido de básquet, sacarse fotos con las estrellas del momento y rodearse de mujeres en los boliches top del país. 

Esa construcción de poder hizo que esas acciones sean transmitidas a los medios de comunicación, que lo retrataban más en las revistas de moda que en los medios periodísticos. Con eso, logró que se olviden tan fácilmente episodios como los dos mayores atentados que sufrió el país, una explosión en una fábrica militar, negociados con ventas de armas a diferentes países y crímenes de los llamados hijos del poder en algunas provincias. Incluso la muerte de su propio hijo. Durante esas épocas, en otro negocio quizás tan redituable como la política, otro personaje central hacía sus tejes y manejes en el deporte internacional por excelencia sin hablar una palabra en inglés. Su anillo con la frase Todo Pasa y su apodo El Padrino bastaban para entender su importancia. Solo la muerte pudo destronarlo. Esa empatía de ciertos sectores con el poder hace que el ser humano se transforme en un individuo atroz y despiadado. Que con solo una mirada puede decidir quien vive y quien no. Y seguramente los medios miren para otro lado, la Iglesia calle y los demás suframos las consecuencias. Allá estarán ellos, apareciendo como por arte de magia y ocultándose en el momento justo. Durmiendo con los ojos abiertos y con una bala siempre preparada en la recámara. Hasta convertirse en el mismísimo diablo. Y sonriendo por tener siempre a mano una oferta que no podamos rechazar...

 

Marcelo De Nicola.-

 

Canción elegida para la editorial

 


IMPRESIONES SOBRE EL PADRINO


Una batalla por el sentido es siempre una batalla por lo real. Por allí estará aquel virus que es la palabra construyendo la historia, explicando cada uno de nuestros actos, generando un puente inexplicable entre aquella angustia inefable que nos oprime desde nuestro interior y aquel afuera nombrable, construido con solidez sobre una inconmensurable cantidad de ladrillos hechos de lenguaje. No hay nada fuera del texto, nos repetirá una y otra vez aquel filósofo francés llamado Jacques Derrida. El poder real, el poder verdadero no es otro, entonces, sino la palabra. No existirá nada por fuera de ella, nada podrá ser, nada podrá existir si antes no puede ser nombrado. La palabra limita, detiene y es por todo esto que tranquiliza. El yo siempre es liviano, dividido y disperso, necesita de la seguridad de la lengua para definirse. Como ya hemos dicho alguna vez desde este mismo foro, la palabra de dios es creadora, porque dios es palabra, verbo e idea. El hombre, desde la soberbia del conocimiento y  su perversa compulsión opresora respecto de las demás especies, de otros sistemas, motivado por su orgullo, imita a aquel dios generando sentido a través del lenguaje. Conoce entonces solo lo que nombra, crea significación, crea verdad, una verdad igual de arbitraria y por eso lábil, como el lenguaje del que se sirve. La verdad es un ejército de metáforas en permanente estado de combate escribió Nietzsche. Entonces la verdad es una cuestión de poder, una cuestión política. El bien y el mal, en este mismo sentido, ¿no tendrán una construcción similar? Lo cierto es que el poder narra, nombra y por lo tanto, genera su propia verdad, la única verdad. Pero nosotros sabemos que nada es definitivo, que siempre hay otras lecturas, otras verdades, incluso en esto mismo que hoy estamos diciendo frente a todos y todas ustedes. Francis Ford Coppola en el año 1972 dirigió la primera parte del film El padrino, historia tomada del libro homónimo del autor Mario Puzo y fue en aquel relato donde el director decidió centrarse en la narración misma de la construcción del poder real. 

Habrá otro poder soslayado entre las sombras, oculto allá en lo alto, con la mirada atenta de una fiera que observa su almuerzo, un poder que será muy diferente a aquel otro relatado desde los periódicos y noticieros. Muy lejos de los votos y de cualquier sistema representativo. Aquel poder que se narra a sí mismo y que impone sus propias leyes. Tal vez las dictaduras sufridas en Latinoamérica se asemejen un poco a la organización que ostenta este poder. No olvidemos jamás que el sistemático plan de ese operativo se materializo a través de la imposición de gobiernos de facto, de imperdonables e indiscriminadas matanzas, involucrando tanto a civiles como militares, al clero y a medios de comunicación, con el único nefasto objetivo de imponer un sistema económico. Un sistema que opere con sus reglas, que favorezca sus intereses, que siga colmando sus inagotables arcas. En aquel paño juega sus fichas el poder real, y cuando sus jugadas salen mal, cuando su dios reparte malas cartas y mira hacia otro lado, la sangre entonces lo baña todo. El film relatará la historia de la familia Corleone, una de las familias más poderosas de Nueva York. Contará como fue la construcción de su poder frente al puñado de familias que lo detentaba, las consecuencias propias de aquel manejo, hablará de las traiciones, de los códigos inquebrantables, de los lazos sanguíneos y su poder de unión frente a cualquier tipo de controversia. El drama estará llevado por personajes excelentemente construidos, con contradicciones, miedos y pasiones, personajes tridimensionales que crearan un verosímil sólido y cuyas interpretaciones serán dignas de quedar en la memoria de la historia mundial del cine. 

Las actuaciones estarán a cargo de jóvenes actores y actrices que luego, con el tiempo y el talento han sabido inmiscuirse dentro del star system y así convertir sus nombres en garantía de buen arte y gusto estético. Estará en aquel grupo nuestra gran amiga Diane Keaton, Robert Duvall, Robert De Niro y claro, Al Pacino. La historia de la familia Corleone estará dividida en tres relatos en los cuales descubriremos los interesantes giros experimentados por el protagonista Mike Corleone, papel inteligentemente interpretado por Pacino. El primero de los relatos se centrara en el conflicto de Michael por diferenciarse de los negocios de su familia. Pero aparecerá entonces la palabra, con todo su poder significando, nombrando, ordenando arbitrariamente según un interés particular y será Vito Corleone (Marlon Brando), padre de Mike, quien la ejerza y lo nombre sin ninguna pregunta, sin ninguna objeción, tal como funciona el sistema dictatorial del lenguaje, tal como ejerce su poder aquel virus, el próximo padrino. En la segunda parte del relato Mike jugará el juego de manera inteligente, con frialdad y distancia, con la paciencia de aquellos que jamás muestran todo el mazo. Veremos aquí las consecuencias de las palabras, de las decisiones. Será una segunda parte repleta de traiciones, de profundas pérdidas, de decisiones que marcarán al personaje para el resto de su historia. 

La tercer parte del relato, tal vez la más liviana, quizás la menos interesante, nos mostrará a un Corleone diferente, más negociador, tal vez más cansado, coqueteando entre el poder real y el poder político. Lo veremos con la fuerte intención de alejarse, tal como en su juventud, de aquel padecimiento que implica el ejercicio del poder. Las diferentes situaciones lo llevarán a la imposibilidad de escapar. Nadie escapa de aquel entorno que crea su propio verosímil, sus propias reglas y sus propias realidades. Que se narra y es a su vez relator de otras verdades. Nadie escapa del poder de la palabra, porque como ya sabemos el poder es infinito y cada vez que vence vuelve a crear nuevos enemigos para así poder seguir venciendo y de esa manera definirse él mismo entonces nuevamente, infinitamente, como el poder real.

 

Lucas Itze.-

 

Canción post impresiones

 


UNIVERSO COPPOLA


Nacido en Michigan un 7 de abril de 1939, viene de familia de artistas. Su padre Carmine era director de orquesta y su madre, Italia era actriz en el país que debe su nombre. Su hermana, Talia, también es actriz y protagonista de sus films. Luego vinieron sus hijos, Gian Carlo (fallecido a los 22 en un accidente de lancha), Roman y Sofía y sus sobrinos Nicolas Cage y Jason Schwartzman. Por una poliomelitis a los 9 años estuvo un año postrado y en ese tiempo su única distracción eran unas marionetas y películas familiares filmadas en Súper 8, lo que fue el inicio de todo. Luego de terminar la secundaria se inscribió en la escuela de Artes Dramáticas que culminó en 1960, año en que se graduó en la  Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), en ambos lugares ya hizo contactos que luego colaborarían con su carrera. En los años ´60 empezó a hacer películas eróticas de bajo presupuesto, la primera fue The Bellboy and the Playgirls, Una comedia erótica alemana ("Mit Eva Fing die Sünde an" realizada en 1958), remontada con secuencias adicionales por Coppola en los inicios de su carrera. Luego conoce al director Roger Corman, uno de los grandes del cine de terror de la época (entre sus filmes más conocidos destaca su serie de películas basadas en historias de Edgar Allan Poe incluyendo La caída de la casa Usher (1960), El péndulo de la muerte (1961), El cuervo (1963) y La máscara de la muerte roja (1964)), quien rápidamente lo convirtió en su asistente personal. Su primer film importante fue uno de terror hecho justamente para Corman llamado Demencia 13. Como a Corman no le gustó el resultado final y contrató a alguien para finalizar el film, la relación se rompió definitivamente. En esa década siguieron films como Tú eres un gran chico, Más allá del arco iris y La gente de la lluvia, con la que logra el premio a mejor película en San Sebastián, lo que le da el empujón que necesitaba. En 1969 funda su propia compañía productora, American Zoetrope, de la que era presidente ejecutivo y George Lucas vicepresidente. 

Los ´70 arrancan con todo, ya que escribe el guion de Patton para Franklin J. Schaffner, logrando su primer Oscar en 1971. Entre 1971 y 1972 empezó la idea de adaptar la novela de Mario Puzo llamada El Padrino. 52 días de rodaje y peleas con las productoras por los actores terminaron dándole la razón a Coppola logrando una de las grandes películas de la historia. Ganaría el Oscar a mejor película y a guión adaptado. Ya siendo millonario se embarcó en dos proyectos que salieron el mismo año. Primero llegó La Conversación, con la que fue nominado a Mejor Película y guion original. Protagonizada por Gene Hackman en uno de sus más aclamados trabajos, era un sorprendente estudio del sonido dirigido por Walter Murch, por el que ganaría el Óscar al mejor montaje de sonido (no en vano Hackman encarna a un profesional de las escuchas telefónicas), para un relato sombrío y lento, de gran densidad psicológica, basada en los silencios y en la reflexión más que en una dinámica más habitual en el género de la intriga. Y además ganadora del Festival de Cannes. Una enorme película que se vio ensombrecida por su otra obra: El padrino 2. La segunda parte de la trilogía confirmó el talento de Coppola y lo llevó a ganar 6 oscars más, incluyendo película, dirección y guion adaptado... Cinco años más tarde llegaría otra de sus obras magnas: ApocalypseNow, uno de los grandes relatos sobre la crueldad de la guerra. 

Terminaban los 70 y Coppola dirigía cuatro films que entrarían para muchos, entre los mejores de la historia. Empezaba la caída, su estudio al ser ajeno a Hollywood solo producía deudas y Coppola tenía que vender hasta su casa y empezar a hacer films de encargo para salir adelante. Así arrancó 1981 con el musical Golpe al Corazón y dos años después llegarían dos films sobre jóvenes adolescentes que serían las grandes estrellas de los años siguientes: La ley de la calle y The Outsiders, con jóvenes promesas como Matt Dillon, Mickey Rourke, Diane Lane, Nicolas Cage, Ralph Macchio, Patrick Swayze, Emilio Estévez, Rob Lowe, Laurence Fishburne o Tom Cruise. Un año después dirige a otra estrella emergente: Richard Gere en Cotton Club. Luego siguen otros films de encargo donde siempre deja su marca: Peggy Sue, Jardines de piedra y Tucker. Para salir de la crisis económica, Coppola accedió a filmar la tercera parte de la trilogía El Padrino, que lo volvería a poner en las altas cumbres, pese a no ser tan genial como sus antecesoras. Eso le da la chance para hacer en 1992 su última gran película: Drácula de Bram Stocker, con un reparto de lujo. 

Los films que ha hecho después han tenido más críticas que elogios: Jack con Robin Williams en 1996, El poder de la justicia, una de las que se salva, con Matt Damon y Danny De Vito en 1997. Diez años después llegó Juventud sin juventud y en 2009 nos emocionamos cuando vino con Vincent Gallo a nuestro país a filmar Tetro, con actores nacionales como Sofía Gala, Rodrigo de la Serna, Leticia Brédice, Mike Amigorena o Erica Rivas. En 2011 dirigió su último film llamado Twixt, una cinta de terror con Val Kilmer. Sus próximos pasos son la superproducción Megalópolis, que se sigue esperando y para diciembre se dice que hará un nuevo final de la tercera parte de El Padrino. Veremos con que aparece el genio...

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: The Godfather

Año: 1972

Duración: 175 min.

País: Estados Unidos

Dirección: Francis Ford Coppola

Guion: Francis Ford Coppola, Mario Puzo (Novela: Mario Puzo)

Música: Nino Rota

Fotografía: Gordon Willis

Reparto: Marlon Brando, Al Pacino, James Caan, Robert Duvall, Diane Keaton, John Cazale, Talia Shire, Richard S. Castellano, Sterling Hayden, Gianni Russo, Rudy Bond, John Marley, Richard Conte, Al Lettieri, Abe Vigoda, Franco Citti, Lenny Montana, Al Martino, Joe Spinell, Simonetta Stefanelli, Morgana King, Alex Rocco, John Martino, Salvatore Corsitto, Richard Bright, Tony Giorgio, Vito Scotti, Jeannie Linero, Julie Gregg, Angelo Infanti, Corrado Gaipa, Saro Urzi

 

Título original: The Godfather: Part II

Año: 1974

Duración: 200 min.

País: Estados Unidos

Dirección: Francis Ford Coppola

Guion: Francis Ford Coppola, Mario Puzo (Novela: Mario Puzo)

Música: Nino Rota, Carmine Coppola

Fotografía: Gordon Willis

Reparto: Al Pacino, Robert De Niro, Diane Keaton, Robert Duvall, John Cazale, Lee Strasberg, Talia Shire, Gastone Moschin, Michael V. Gazzo, Marianna Hill, Bruno Kirby, Danny Aiello, Harry Dean Stanton, Troy Donahue, Roger Corman, Morgana King, Joe Spinell, Richard Bright, James Caan, Dominic Chianese, Francesca de Sapio, G.D. Spradlin, Frank Sivero, Oreste Baldini, Tom Rosqui, Leopoldo Trieste, Amerigo Tot, John Aprea, Abe Vigoda, Gianni Russo, Maria Carta, Mario Cotone, Fay Spain, James Murdock, Carmine Caridi, William Bowers, Joseph Della Sorte, Carmen Argenziano, Kathleen Beller, Ignazio Pappalardo, Peter Donat, Tom Dahlgren, Ivonne Coll, Richard Watson, Erica Yohn

 

Título original: The Godfather: Part III

Año: 1990

Duración: 163 min.

País: Estados Unidos

Dirección: Francis Ford Coppola

Guion: Francis Ford Coppola, Mario Puzo (Novela: Mario Puzo)

Música: Carmine Coppola

Fotografía: Gordon Willis

Reparto: Al Pacino, Diane Keaton, Talia Shire, Andy García, Eli Wallach, Joe Mantegna, George Hamilton, Bridget Fonda, Sofia Coppola, Raf Vallone, Donal Donnelly, Richard Bright, Al Martino, Helmut Berger, Don Novello, John Savage, Franco Citti, Mario Donatone, Vittorio Duse, Enzo Robutti, Robert Cicchini, Rogerio Miranda, Carlos Miranda, Vito Antuofermo, Jeannie Linero, Carmine Caridi, Don Costello, Al Ruscio, Mickey Knox, Rick Aviles, Michael Bowen, Brett Halsey, John Abineri, Brian Freilino, Gregory Corso, Marino Masé, Dado Ruspoli, Valeria Sabel, Remo Remotti, Giuseppe Pianviti, Simonetta Stefanelli, Paco Reconti, Mimmo Cuticchio, Nicky Blair, Diana Agostini, Jessica DiCicco, Catherine Scorsese