martes, 24 de noviembre de 2020

ESTACIÓN CENTRAL - CENTRAL DO BRASIL

PROGRAMA 307 (13-11-2020)

 

SINOPSIS

 

En los asfixiantes pasillos de la Estación Central, en Río de Janeiro, una antigua maestra se gana la vida escribiendo las cartas que le dictan los analfabetos. Endurecida por la soledad y por la adversidad, Dora ha ido cayendo en una estoica indiferencia. Sin embargo, cuando una de sus clientes muere atropellada a la salida de la estación, decide hacerse cargo de su hijo y llevarlo a casa de su padre en una remota zona del nordeste de Brasil. (FILMAFFINITY)

 

EDITORIAL

 

La pobreza es el principal sinónimo del olvido. Allí en ese limbo quedan las últimas palabras, que perecen como el fatal aliento de la medianoche. Donde las vías se entrecruzan para tomar caminos inciertos. Donde esas voces lloran tangos embebidos en whisky barato y cigarros encontrados. Olores de estación que se sienten al caminar por la madrugada. Mientras se escuchan esos fantasmas que deambulan cada noche en los vagones vacíos esperando ser rescatados por la señora memoria. Sabiendo que cada moneda encontrada podría significar un nuevo destino o no irse a dormir con la panza vacía. Allí estarán ellos siendo nadie entre la multitud. Donde ciertos ojos se posan en cientos de amores que nunca tendrán. Donde habitarán las miradas más rancias y la conciencia social brille por su ausencia. Donde habrá letras y números pero para muchos serán solo garabatos de colores. 

Y algunos tantos de repente desaparecerán al llegar la mañana. Y con el tiempo también serán olvido. Y las razzias enseñarán a correr y a esconderse en el medio de esa estación gigante con aroma a cenizas. Y las vías muertas entonces serán las que ofrezcan la libertad menos pensada. Para encontrar un nuevo camino y que florezca un recuerdo menos cruel. Y dónde quizás la música se transforme en baile para apagar tanta lluvia en el corazón. Ese corazón que se escapa de todo pero que siempre vuelve a esos malditos momentos, porque sabe que el olvido es la peor de las miserias. Y será entonces que aparecerá la memoria para construir unos cimientos que parecían imposibles. Y allí entonces renacerán de una vez los recuerdos más bellos mezclados con los más espantosos. Para salir a ver la luz del sol y volver a acordarse cuando todo era oscuridad. Pero siempre con la frente en alto escapando del olvido, como si seguiríamos corriendo por la Estación Central.

 

Marcelo De Nicola.-

 

Canción elegida para la editorial

 


IMPRESIONES SOBRE ESTACIÓN CENTRAL


La ignorancia ha sido a través de toda la historia del conocimiento, la herramienta más precisa de sumisión, explotación, exclusión y control de todas las épocas. Sócrates dio pelea a los sofistas los cuales mercantilizaban el saber y buscaban a través de la venta de conocimiento formar gente para el poder. Gente que gobierne y conduzca al pueblo, pero ¿con que intereses? ¿Con que valores e ideales? Dicen que Sócrates sostuvo en algunos de sus diálogos, tal vez refutando a algunos de los sofistas, que un saber que no tenía a la verdad como objetivo era un saber corrupto. Por su parte, Platón creía fervientemente que debían gobernar los que sabían, los preparados, los seleccionados y criados para tal motivo. Su ímpetu lo llevó a fantasear una escuela especial para formar líderes en donde a los estudiantes se le hiciera creer que habían sido seleccionados por los mismos dioses. Él pensaba que la condena a muerte misma de Sócrates, su maestro, había sido producto de la ignorancia. Al respecto argumentaba lo siguiente: el mal no existe, el mal es la ignorancia. Educando a la sociedad no habría errores. Con la misma agudeza, criticaba a la democracia definiéndola como una forma de degradación de la política. ¿Pero quienes participaban de aquella democracia de fines del siglo V? Solo el  12% de la población tenía un derecho participativo y activo dentro de aquella forma de gobierno, el otro 88%, integrado por mujeres, esclavos, extranjeros, claro, quedaba por fuera. El propio Epicuro dirá en su momento, ya en la etapa helenista, esa belleza de: nos duele aquello de lo que dependemos, proponiendo claro la autarquía. Y avanzará con algo más bello aún, el axioma principal tal vez de este que escribe. Dirá: huye del dolor, busca el placer. Aquel placer se logrará entre otras maneras, a través del saber. Solo a través de la búsqueda del conocimiento, solo a través de la muerte misma de la ignorancia, se logrará la aponía, o sea  la ausencia del dolor, la ataraxia, la imperturbabilidad del alma y la tan deseada y antes mencionada autarquía. Ya en el siglo XX Ortega y Gasset, en su libro La rebelión de las Masas, distinguirá entre el hombre masa y el humano de selección, describiendo al primero como aquel hombre ignorante y falto de complejidades, aquel sujeto falto de individualidad y de pensamiento crítico, destinado a la dominación y al segundo como al hombre que busca elevar su pensamiento rigiéndolo por instancias superiores. 

Una vez más, la educación, el saber, como forma de liberación ante la tiranía del poder. La educación, el saber, como acceso a tal vez el único paraíso real, que no es otro sino el conocimiento. Latinoamérica es quizás el ejemplo que tenemos más próximo de aquella batalla contra el sometimiento y el analfabetismo. Basta mirar a nuestros lados y ver el lugar que se le da a la educación en las regiones más próximas. Basta mirar hace poco tiempo atrás en nuestro propio país la devastación realizada por la derecha en materia educativa, empujando al abismo a la educación pública, mediante el recorte de presupuesto, la persecución constante de educadores, la eliminación imperdonable de núcleos de aprendizaje, el desfinanciamiento sistemático de programas educativos claves para la inclusión. Allí hubo una intención y una política clara y estremecedora de construcción de sujeto. Un sujeto aislado, poco crítico y fácilmente gobernable a través de slogans publicitarios sonoros y vacíos de contenido. El film de Walter Salles llamado Estación Central, representa sustancialmente a este sujeto que venimos desarrollando y las consecuencias propias sobre un Brasil golpeado históricamente por deficiencias económicas y educativas. Como bien sabemos, la clase media brasilera es mínima o inexistente, por lo que la brecha social pasa a ser un profundo abismo. Tal como en la Grecia del Siglo V, los excluidos, los olvidados, los nadies nos diría Galeano, son la inmensa mayoría, dejando de esta manera las decisiones y el acceso a la educación, a la salud, y claro también a la dignidad, a un puñado de privilegiados. El film se centrará en Dora, una maestra jubilada que vive con lo mínimo en uno de los monoblocks de Rio de Janeiro y que para sustentarse, esto no es más que comprar comida y pagar un alquiler, se sienta todo el día en la Estación Central de trenes para ofrecer aquello que la distingue de la inmensa mayoría que la rodea: saber leer y escribir. Dora pasará todo el día escribiendo cartas para aquellos que no tienen las herramientas para hacerlo. Lejos de brindar un servicio, aparecerá allí un juego perverso según el cual ella misma decidirá que carta mandar al correo y que carta romper, rasgando de la misma manera los sueños y deseos de aquel que la dictó. Se instalará de esta manera la idea y el funcionamiento del poder que otorga el saber frente al desconocimiento, el sujeto de selección en contraposición del hombre masa. 

Dora conocerá a Josué, un niño de no más de 10 años, quien al morir su madre en un sorpresivo accidente quedará varado solo por completo en la estación. Ella conocerá su historia a través de las cartas dictadas y entonces decidirá acompañarlo en un interminable viaje con el objetivo de encontrar a su padre. La estructura narrativa del film será lineal y tomará la forma de road movie en donde los periplos se irán presentando a medida que los protagonistas avancen en su viaje. La paleta de colores será la que el cine brasileño nos tiene acostumbrados resaltando los rojos y las diferentes tonalidades de verdes. El tratamiento del lenguaje audiovisual se acercará más a lo que se entiende como formato televisivo en donde abundará la economía de planos y las cámaras fijas, depositando la mayor tensión dramática sobre las líneas de diálogos y las actuaciones de los protagonistas. Todo se irá volviendo más denso y doloroso a medida que los personajes se adentren en su camino hacia la búsqueda de Jesús, el padre de Josué, que no es otra búsqueda que la de la verdad, de la identidad, la cual es siempre una búsqueda de lo esencial, lo inmutable, de la propia sangre. Aquellas menciones dentro del film a lo religioso, tanto en los nombres de los personajes como en las costumbres y tradiciones que se reproducen en los distintos pueblos, pueden invitarnos a realizar una lectura cartesiana de la obra. En el paso de la edad media a la edad moderna hay un cambio en la pregunta filosófica. La pregunta pre socrática por excelencia era ¿Cuál es el principio de todas las cosas?, se intentaba comprender qué era el mundo, había una prevalencia de la búsqueda cosmológica, el logos al servicio de la compresión del cosmos. Ya con la etapa clásica, el cuestionamiento filosófico se modifica a uno cuyo eje es antropológico y en donde el objetivo es entender el alma humana y no el alma del mundo, el orden de lo humano, por lo tanto, el orden social. Se producen entonces un movimiento en la relación del pensamiento el cual en un inicio estaba ligado a la religión para pasar a relacionarse directamente con la ciencia. El siglo XVII es el llamado siglo de la transición ubicado entre el renacimiento y el iluminismo. Si en la edad media el principio de autoridad estaba puesto en la escolástica, o sea en la estructura de pensamiento que depositaba a la verdad en la comprensión de los textos autorizados, que no eran otros que la Biblia  o los textos de los filósofos griegos antiguos, con la modernidad este principio se modifica y pasa a tener su eje en la razón

Con la modernidad y principalmente con Descartes hay un distanciamiento con la iglesia (sin poder aún desprenderse del todo) y un cambio de paradigma donde todo conocimiento tiene como fuente de legitimación la propia racionalidad, el propio yo. Se pasa de un saber puesto en las autoridades (o sea en los textos) a un saber puesto en la individualización de cada ser. De esta manera es el ser humano el que se resignifica y la ciencia pasa a ser la actividad central. Se cuestionarán todos los conceptos de la época dados hasta entonces por ciertos y entendidos como verdades absolutas e inamovibles, verdades obvias, a través del ejercicio de aquello que se denominó la duda metódica. Algo del manejo de esta duda estará presente en Dora, quien desconfiará de todas las creencias impuestas  por el entorno. Cuando todos crean, Dora desconfiará. Cuando todos recen y alcen sus alabanzas, Dora se apoyará en la ciencia utilizando la lectura y la escritura. Poseerá el  saber y buscará la verdad a través del mismo. Claro está que con poseer solo el saber no basta. Alguien puede almacenar datos y no por ellos saber usarlos. De aquellos repetidores de saberes nos distanciamos fervientemente. Los que este programa integramos preferimos siempre la mesa de la inteligencia, que se encuentra bien lejos de la de aquellos charlatanes de feria. Y nos aventuramos a creer que Dora y Josué también prefieren nuestra misma mesa porque en su relación puede verse aquel destello propio de lo inteligente. Porque inteligente no es aquel que posee todas las respuestas sino aquel capaz de construir pensamiento. Aquel que logra relacionar dos cosas que antes estaban separadas. Aquel que une, lo que antes no estaba unido.

Lucas Itze.-


Canción post impresiones


UNIVERSO SALLES

 


Walter Moreira Salles Jr., más conocido solamente como Walter Salles, nace en Río de Janeiro,  Brasil el 12 de abril de 1956. Con la chapa de ser el hijo del banquero Walter Moreira Salles, el joven puede elegir los mejores lugares para estudiar. Pero primero se inclina por algo no tan común: Economía, especialidad que estudia en la Pontificia Universidad Católica en Rio de Janeiro. Luego, realizó una maestría en comunicación audiovisual en la Universidad de California. Empezó con documentales como Japón, un viaje en el tiempo: Kurosawa pintor de imágenes en 1986, Franz Krajcberg, o poeta do vestigios o Chico en el país de la delicadeza perdida, sobre Chico Buarque. Aunque se hizo conocido en 1991 con su primer cinta de ficción llamada Exposure, el gran arte, basada en una obra homónima de Rubem Fonseca. Fue en su momento el film más caro de Brasil, y contó con actores de varios países. El film, trata la historia de un fotógrafo estadounidense que busca venganza tras el asesinato de amante y la violación de su novia. En 1995 junto con Daniela Thomas, dirigen Tierra Extranjera, ambientada en las crisis del Brasil de Collor de Melho, donde nos narra la historia de Paco, quien se exilia en España, pero antes, tendrá que pasar por Lisboa, donde encuentra el amor y el peligro a la muerte. En 1998 salen dos películas, en lo que será su año que lo termina de lanzar a la fama. Primero nuevamente junto a Daniela Thomas hacen una coproducción con Francia llamada El primer Día, la historia de un joven que escapa de la cárcel el primer día del 2000. Ese año, en soledad, dirige para muchos su obra maestra: Estación Central de Brasil, donde Dora, es una maestra que escribe las cartas dictadas por los analfabetos. Un día, una clienta muere atropellada por un colectivo, y ella decide hacerse cargo de su pequeño hijo, y van en búsqueda de su padre, recorriendo el nordeste del país. La película fue nominada al Oscar como mejor film extranjero además de que su protagonista (Fernanda Montenegro), fuese nominada a mejor actriz. Además, ganó el Globo de Oro, el BAFTA, el Oso de Oro en Berlín, el Festival de Sundance y muchos premios alrededor del mundo. Tres años después volvió con Abril desesperado, en Argentina llamada Detrás del sol, donde cuenta la historia de enfrentamiento y venganza entre dos familias terratenientes de Brasil. Otro éxito de crítica y nominaciones como mejor película extranjera en los Globo de Oro y los BAFTA. Si estaba en un buen momento, se terminó de confirmar en 2004, cuando llevó al cine los viajes del Che Guevara y Alberto Granado en el film Diarios de motocicleta, con Gael García Bernal y Rodrigo de la Serna. Otra vez lluvia de nominaciones y premios, llevándose el Oscar a Mejor Canción para el uruguayo Jorge Drexler y su nominación a mejor guion. El film se llevó el BAFTA, el César, el Premio del Jurado en Cannes, entre otros premios. 

Con la plata de esos films, se muda a Hollywood para dirigir una remake de un film japonés. Agua turbia, así se llamó, contó con la participación de estrellas como Jeniffer ConnellyJohn C. Reilly y Tim Roth y por primera vez, Salles se mete en el mundo del terror, al contar la historia de una joven que se muda y en su nuevo hogar empieza a aparecer una mancha de humedad que se extiende por toda la casa. Empieza a participar en diferentes películas de cortos, como París, je t´aimeCada quien con su cine, o Historias de los Derechos HumanosEn 2008 se vuelve a unir a Daniela Thomas para el film Línea de Pase, la historia de cuatro hermanos de padres diferentes, que viven con su madre, una empleada doméstica que espera otro hijo de un padre desconocido, basada en una historia real. 

En 2012 dirige En el camino, su última película de ficción, ya que después participó del documental Venice 70, que son 70 cortos sobre el futuro del cine creado para el 70 aniversario del Festival de Venecia. Sus últimos trabajos fueron el documental sobre la vida del director chino Jia Zhang-Ke, según la crítica, uno de los más importantes de nuestro tiempo, director de films como PickpocketPlatformThe World o Naturaleza muerta. Y otra película de episodios rodada en China bajo el nombre Where Has the Time Gone?

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: Central do Brasil

Año: 1998

Duración: 115 min.

País: Brasil

Dirección: Walter Salles

Guión: João Emanuel Carneiro, Marcos Bernstein

Música: Antonio Pinto, Jaques Morelenbaum

Fotografía: Walter Carvalho

Reparto: Fernanda Montenegro, Vinicius de Oliveira, Marilia Pêra, Soia Lira, Othon Bastos, Otávio Augusto, Stela Freitas, Caio Junqueira, Matheus Nachtergaele

 

PELÍCULA COMPLETA

lunes, 23 de noviembre de 2020

EL ÚLTIMO DÍA - NO MAN´S LAND

PROGRAMA 306 (06-11-2020)

 

SINOPSIS

 

Guerra de Bosnia, 1993. Dos soldados de bandos distintos, un bosnio y un serbio, se encuentran atrapados entre las líneas enemigas, en tierra de nadie. Un sargento de los cascos azules de las Naciones Unidas se dispone a ayudarlos, contraviniendo las órdenes de sus superiores. Los medios de comunicación no tardan en convertir el asunto en un show mediático de carácter internacional. Mientras la tensión bélica crece y la prensa espera pacientemente nuevas noticias, los dos soldados intentarán por todos los medios salir con vida de tal situación. (FILMAFFINITY)

 

EDITORIAL

 

Hemos llegado a un punto en el que terminamos de darnos cuenta de que no existe en el mundo lugar exento de hostilidad. Si no son la miseria y la bestialidad del hambre, son las bombas que caen sorprendiendo multitudes distraídas. Si el hambre y las bombas  son ajenas en un territorio determinado será entonces la tranquilidad y el sistema enajenando mentes que buscarán repentinamente instalarse en un lugar público y matar a balazos todo aquello que respire a su alrededor. Es que con dudas o certezas sabemos que hay detrás de todo aquello alguien moviendo los hilos para que esto suceda. La caída del muro de Berlín significó para el mundo el asentamiento definitivo del capitalismo como forma de acomodar las relaciones llegando al punto actual en el que nos encontramos con una oligarquía financiera a nivel mundial que está en puja con las democracias de las naciones. La fragmentación de la hegemonía unipolar hacia una multipolar es una teoría que se viene escuchando hace no tanto tiempo y por el solo hecho de haber trascendido, de haber llegado a nosotros es que puede que sea insignificante el cambio que a raíz de ese traslado de poder pueda darse. Quizás eso solo demuestre que ya no alcanza la fuerza política cuando la económica, la invisible es la que verdaderamente tiene en su poder las herramientas necesarias para cambiar realidades. 

El poder a disposición de unos cuantos tontos que solo tienen dinero metiendo la cola con sus cipayos en los parlamentos para desfragmentar las urgencias, para mediatizar el valor del debate y generar cansancio, crispación y sobre todo descreimiento en el sistema democrático. Por eso estemos atentos, que ya vimos la “balcanización” de varios países que solemos catalogar como del primer mundo. Nuestro territorio es inmensamente grande. Hay señales, que son fueguitos pero que nos alertan desde el sur y desde la cordillera que si no despertamos pronto estaremos atravesando procesos similares. En este mundo hostil, nuestro territorio, esta nación es un oasis si pensamos que por las noches podremos cerrar los ojos tranquilamente y no se desfragmentará una bomba sobre la terraza de nuestra casa. Que nuestros hijos podrán ir al colegio y ningún enajenado los masacrará a tiros. Pero que esa calma nos relaje puede ser peligroso cuando por detrás de cuestiones menores que ocupan las agendas se está intentando fragmentar nuestro territorio. El tiempo pondrá las cosas en su lugar. Hoy sabemos que dentro del barrio las cosas se solucionan porque los de afuera la secan y no la llenan…

 

Alan Beneitez.

 

Canción elegida para la editorial


 

IMPRESIONES PARA EL ÚLTIMO DÍA


24 de marzo de 1999. Yugoslavia. Aviones se disponen a salir con sus misiles a cuestas. La Guerra de Kosovo está en su punto más álgido. Desde febrero de 1998 los combates son cada vez más sangrientos. Las fuerzas yugoslavas (compuestas por Serbia y Montenegro), tratan de destruir a cualquier albano-kosovar que encuentren a su paso. El ejército de Liberación de Kosovo (ELK) viene haciendo estragos desde la separación de los ex países yugoslavos. Buscando su independencia, más de 1500 civiles y combatientes fueron asesinados por paramilitares serbios y afines, intentando culminar la limpieza étnica que empezaron. Entre ese 24 de marzo y el 11 de junio, habrá bombardeos en varias ciudades. El 23 de abril, durante la madrugada, la sede de la Radio Televisión de Yugoslavia en Belgrado fue destruida en un nuevo bombardeo. 16 personas fallecieron. El presidente de la empresa, fiel al morbo que envuelve a los medios de comunicación, impidió que evacuen el lugar antes de los ataques. Quienes generaron los ataques no fueron los Kosovares, y mucho menos los serbios. Los misiles llevaban la marca de la OTAN, la Organización del Tratado del Atlántico Norte, que constituye un sistema de defensa colectiva, en el cual los Estados miembros acuerdan defender a cualquiera de sus miembros si son atacados por una potencia externa. Sin previa autorización de las Naciones Unidas, los miembros de la OTAN decidieron actuar para detener toda acción militar, violencia y represión. Pero al igual que en Hiroshima, la sangre se limpió derramando más sangre a su paso. 

El cineasta Emir Kusturica por entonces declaró: “Sería mejor que la OTAN en vez de tirar bombas les pagara un pasaje a las Bahamas a todos los albaneses". Entre 1991 y 2001, mientras Yugoslavia se separaba, se libraron muchas guerras. Una de las más importantes se dio entre abril de 1992 y diciembre de 1995 en lo que se llamó la Guerra de Bosnia, una de las primeras guerras televisadas para los de nuestra generación y hacía de Sarajevo lo que hoy llamaríamos Trending Topic. Hasta allí nos traslada Danis Tanovic para su film El último día (o En tierra de nadie en otros países de habla hispana). El director, nacido en Zenica y que estudió en Sarajevo, vivió parte de esa guerra en vivo y en directo y aquí nos muestra el conflicto entre serbios y bosnios. Tanto la música como el guión tienen la firma del director. Al igual que los grandes estandartes del cine balcánico, como el ya nombrado Emir Kusturica o el interesante Goran Paskjalevic, la película unirá el drama con la comedia negra y esos personajes bien reconocidos de esos lares. Esa identidad eslava que es tan parecida a la latina, con sus bailes y sus risas. Es para ellos el antídoto perfecto para paliar tanto dolor, tanta bronca y tanta muerte con la que convivieron siempre. El film comienza con una canción que suena de fondo. Entre la niebla y la penumbra empezaremos a ver a unos soldados que deciden pasar la noche en esa oscuridad. Con los primeros rayos del sol arrancarán nuevamente, pero las balas apagarán cualquier chispa de luz. La historia será tan simple como dolorosa. Dos bandos se enfrentan. Una trinchera, la llamada Tierra de nadie, será el lugar donde, después de algunas peripecias, coincidan un soldado bosnio y uno serbio. 

Los dos serán completamente opuestos. Ciki, el bosnio, aparecerá con una remera de los Rolling Stones, como sacándole la lengua a la guerra. Nino, el serbio, nos recordará a Upham, el tímido personaje de Rescatando al Soldado Ryan. La proximidad de la muerte hará que en algún momento esa timidez e inexperiencia desaparezcan. Serán dos personajes tridimensionales aunque no sepamos casi nada de ellos. Y la aparición de un tercer soldado, llamado Cera, casi como invitado especial a ese convite, será el cónclave dramático que arrastrará todo el metraje. Asistiremos a un gran guión, ya que no hace falta crear grandes locaciones sino casi todo estará contado desde un mismo lugar, por lo que el trabajo para crear el espacio escénico será excepcional. La película, co-producida por seis países, estará rodada en Eslovenia y la fotografía natural utilizada por el belga Walther Van Den Ende, de quien ya hablamos hace poco en Totó, el héroe, no hace más que realzar ese paisaje solitario. En palabras propias del director, trató de mostrar un típico día caluroso de verano, con la naturaleza armónica y los colores vivos contrastando con la oscuridad del ser humano. Por eso el relato está contado como una comedia negra, como ellos mismos repiten como un mantra: Historia negra, humor negro. 

Un célebre músico bosnio, llamado Dr. Nelle, líder de la banda Zabranjeno Pusenje acerca de eso alguna vez dijo “El humor de Sarajevo derivaba de la situación de estar tanto al margen como dentro de la cazuela de la civilización. No hay que olvidar que las relaciones allá estaban basadas en la premisa: "tu vecino es tu mejor amigo en tiempos de paz, pero tu peor enemigo durante la guerra". El humor fue una especie de defensa ante esta clase de esquizofrenia.”. Y ese es un perfecto resumen del film. La locura ante la inminente llegada de la muerte. La violencia como modo usual de defensa. Y las armas como muestras claras de poder. La cámara será un testigo silencioso de esa lucha en esa pequeña trinchera. En muchas ocasiones estará posicionada de tal manera que uno parecería estar escondido detrás de algún objeto, por lo que el encuadre será cuidado al máximo. Los planos generales servirán para mostrar la naturaleza del paisaje pero también encontraremos primeros planos de esos rostros desesperados por vivir y sudorosos debido al intenso calor. También se servirá de unos pocos planos detalles, y un cúmulo de planos picados y contrapicados durante gran parte del tiempo que aparecen los soldados en esa especie de fosa. Mientras la curva dramática de los personajes se acrecentaba, el director ponía el dedo en la llaga para crear una feroz crítica a dos puntales claves. Por un lado, la aparición de los Cascos Azules de la ONU para intentar detener el conflicto. 

Las Naciones Unidas, creada para mantener la paz y con un Consejo de Seguridad formado por los 5 países más importantes con derecho de veto, formado por Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y China, los verdaderos dueños del poder, nos enrostraban la inutilidad de sus componentes y esa histórica pelea entre franceses e ingleses cuando hay una causa externa a sus conflictos, en países del tercer mundo donde para ellos la vida no vale nada, porque además, ya están hartos de ser meros espectadores, como se queja uno de los suyos. Por otro lado, la llegada de los medios de comunicación, intentando demostrar que las imágenes de ellos son más importantes que la vida misma, sólo buscando un poco de sangre sin ni siquiera informar cuáles son las razones del enfrentamiento. Veremos entonces el lado más salvaje y demencial del ser humano pero más que nada por parte de los que le gustan jugar desde afuera pero sintiéndose más protagonistas que los que la sufren desde adentro. Hace un tiempo, una ciudadana serbia me comentó: “tengo 35 años y viví en cuatro países distintos sin moverme de mi casa. Todavía siento a veces los ruidos de las bombas, era una niña”. Y muchos niños dejaron de ser tal, mientras los Cuerpos de Paz miran para otro lado y los medios nos siguen bombardeando, ya sea en Argentina... o en Bosnia.

 

Marcelo De Nicola.-

 

Canción post impresiones

 


UNIVERSO TANOVIC


Danis Tanovic nació el 20 de febrero de 1969 en Zenica, Bosnia-Herzegovina. Luego se mudó a Sarajevo, la capital, donde realizó sus estudios para terminar estudiando piano en el Conservatorio de Música de Sarajevo. Luego entró en la Academia de Artes, pero la Guerra le impidió seguir su camino y abandonó la carrera en 1992. Durante la guerra, se unió al equipo de filmación del ejército de su país en peligrosas misiones. Varias de esas filmaciones, aún se siguen utilizando películas y noticias sobre la guerra de Bosnia. Luego de dos años decide dejar el equipo de filmación para trasladarse a Bélgica, donde termina sus estudios, mientras que empieza a filmar varios documentales aclamados por la crítica. En 2001 escribe, musicaliza y graba su primera película: El último día. El film es un éxito que logra el premio a mejor guión en Cannes y el Oscar a Mejor película extranjera. En 2005 llega su segundo film, basado en una historia de Krzysztof Kieślowski (Tres colores, El decálogo) y Krzysztof Piesiewicz, llamado L´enfer, un drama psicológico de historias cruzadas entre un padre que sale de prisión y sus tres hijas. En 2008 junto a su colega Dino Mustafic crean el partido político Naša stranka (Nuestro Partido), partido político de centro y centro-izquierda, social-liberal, favorable a la integración de Bosnia y Herzegovina en la Unión Europea y en la OTAN. En 2009 filma en Irlanda con Colin Farrell, Testigo de guerra sobre dos fotógrafos que son enviados a la guerra de Kurdistán. Vuelve a su país para filmar Cirkus Columbia, nuevamente sobre la guerra de Bosnia, de la que luego hizo un mediometraje titulado Prtljag, sobre un joven que vuelve a su país a buscar los restos de sus padres, que no han aparecido. 

En 2013 filma La mujer del chatarrero, un drama social sobre una mujer que sufre un aborto espontáneo y necesita una operación urgente pero no tiene el dinero para pagarla. Logró el Gran Premio del Jurado en el prestigioso Festival de Berlín. Se muda a India para dirigir Tigers, sobre un agente comercial que descubre que un medicamento infantil provoca terribles efectos y se enfrenta a la corporación que lo fabrica. En 2016 llega Muerte en Sarajevo, un drama coral que tiene lugar en el hotel más importante de la ciudad donde se unirán diplomáticos para una conmemoración, aunque todo se complicará con el correr de las horas. Logra el Oso de Plata nuevamente en Berlín. Este año llegó su film más criticado, filmado en el Reino Unido y titulado The Postcard Killing, sobre un detective de Nueva York que investiga el asesinato de su hija en Londres. 

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: No Man's Land

Año: 2001

Duración: 98 min.

País: Bosnia y Herzegovina

Dirección: Danis Tanovic

Guion: Danis Tanovic

Música: Danis Tanovic

Fotografía: Walther Van Den Ende

Reparto: Branko Djuric, Rene Bitorajac, Filip Sovagovic, Katrin Cartlidge, Simon Callow, Serge-Henri Valcke, Georges Siatidis

 

PELÍCULA COMPLETA

miércoles, 4 de noviembre de 2020

AVE FÉNIX - PHOENIX

PROGRAMA 304 (23-10-2020)

 

SINOPSIS

 

Nelly Lenz, una alemana judía superviviente de Auschwitz, regresa a su Berlín natal con la cara desfigurada y acompañada por su gran amiga Lene Winter, de la Agencia Judía. Nelly pide a un eminente cirujano que le reconstruya el rostro para que sea lo más parecida a como era antes. Recuperada de la operación empieza a buscar a su marido Johnny, un pianista. Pero el reencuentro no es lo que ella esperaba. (FILMAFFINITY)

 

EDITORIAL

 

Platón trabaja desde su filosofía, o sea desde su búsqueda del conocimiento, la necesidad de demostrar que algo es estable. Tal vez sea la condena a muerte de Sócrates, su maestro, la que organice o dirija aquella búsqueda, aquella forma de ejercitar el pensamiento, de interpelar lo estipulado y por eso también, lo heredado. Sócrates muere condenado por una sentencia dictada por un tribunal de la época. ¿Hace esto que la muerte de Sócrates sea justa? Platón se preguntará entonces ¿Qué es la Justicia? En el desarrollo de su pensamiento surgirá la necesidad de sostener que hay una realidad realmente real, un absoluto, una realidad objetiva e inamovible, una realidad inmutable. Platón ubicará aquella realidad en un mundo diferente al corporal y planteará que al estar atados a un cuerpo finito y que siente, estamos condenados a un acceso sectario y parcial de la realidad. Esbozará entonces un concepto que será tal vez el origen de todas nuestras tristezas. Dirá Platón que no solo somos cuerpo, sino que hay una parte en nuestro ser que es absoluta y que es nuestro acceso a la verdad. Llamará a aquella parte: alma. Dará forma a aquella idea y la conoceremos como dualismo ontológico platónico según el cual se plantea una escisión no solo del ser humano sino también de la realidad. Vinculará al alma con el mundo de lo incorpóreo, de las ideas y al cuerpo con lo aparente, lo sensible. Dirá, tal vez con cierta pedantería, que el alma es lo verdadero, que el cuerpo, es la cárcel del alma. El cuerpo muta, se degrada y siente. El cuerpo se muere, entonces allí no puede estar la verdad. La búsqueda sobre la verdad es también una búsqueda sobre la identidad. Identidad es una palabra que deriva del termino latino IDEM, o sea, lo mismo. Buscar la verdad, buscar la identidad de las cosas es realizar un viaje hacia aquello estable e inmutable, hacia un mundo, claro, que no es este que percibimos, el nuestro. 

Preguntarnos quienes somos es tal vez exigirnos la búsqueda de algo en nosotros que se repita siempre del mismo modo. Pero si somos transformación permanente, somos aquello inestable, esa cárcel que Platón deshecha y exime de toda verdad, en dónde entonces buscar lo inalterable, la matriz, lo primario. ¿Será     posible aquella búsqueda? ¿Podremos lograr esa división entre lo que cambia y lo que permanece? ¿Cuál de todos estos caminos será el que nos conduzca a nuestra esencialidad? Tal vez la respuesta sea no sea la esperada, ni la más optimista y pensemos como David Hume que las impresiones no nos proporcionan la existencia de una substancia que contiene las cualidades percibidas por los sentidos. No hay una impresión de un “yo”, y por ende, no hay idea de un “yo”. No se puede atrapar al “yo”, solo tenemos percepciones. ¿Pueden imaginarse en qué estado de soledad nos deja aquella idea? ¿Cómo construir una unidad sino de manera ficticia? La idea de unidad se logra siempre a través del ejercicio propio de la memoria, después de todo es la memoria la que nos unifica en lo que somos, pero ¿hay algo que sea menos corrompible y subjetivo que la memoria? La identidad nos ordena y por eso también nos delimita. Supone un juego constante con la diferencia en donde se prioriza aquello que me constituye y me aleja de aquello que no es propio, de la otredad, lo otro, el otro. La identidad entonces, queridos amigos, queridas amigas: tranquiliza. Es quizás una respuesta creativa ante ese abismo oscuro producto de aquella conciencia de deriva que es lo humano. A aquel campo de batalla en donde, como decía Nietzsche, no existe un yo sino múltiples facetas que conviven en estado de tensión. Viene a tranquilizar aquella sensación de que el ser no tiene ningún sentido así como tampoco lo tiene su muerte. Aquel vacío existencial que conlleva este naufragio hacia la nada.  La identidad, entonces, podemos entenderla como una construcción, no es el destino sino el viaje. Una salida elegante, una mentira que nos acerca a la verdad. La verdad, que no es otra cosa que una mentira exitosa. La verdad, otra construcción.

 

Lucas Itze.-  

 

Canción elegida para la editorial

 


IMPRESIONES SOBRE PHOENIX



Encerrados solo por los límites de nuestra piel la vida nos da la oportunidad de ser. Tener una identidad, dejar brillar aquella luz particular que nos representa en la infinitud de las almas. Solemos jugar y decir que esa sensación solo es fugaz porque al momento de darnos un nombre, aquel al que responderemos hasta el día de nuestra muerte, ya nos carga la responsabilidad de portarnos como Juan, Miguel, Laura o Jesús. Nacer en una fecha y horario particular, por ejemplo, también determinará aspectos que solo los nacidos en esa fecha y horario obtendrán. Y hasta nos enseñarán a aceptar todo aquello como un regalo. Es que en definitiva si bien pareciera que son aptitudes universales y naturales funcionan como moldes. En ese sentido podríamos hablar sobre los procesos de sociabilización que nos explica Max Weber como fundamentales para el desarrollo humano en vías de encajar en este engranaje social. Habrán dos instancias según el sociólogo que serán fundamentales: el proceso primario y de mayor relevancia será aquel entorno familiar que sentará las bases de la personalidad del niño, determinará en ese proceso costumbres, nociones sobre el bien, el mal, desarrollará las emociones y formas de expresarlas. Luego estarán las instituciones para el proceso secundario que acompañarán la individualidad del sujeto haciendo de espejo y en el reflejo se darán la afirmación o rectificación de la personalidad. En ese sentido podríamos pensar en una idea de inestabilidad originaria que necesita de objetos estables para desarrollarse. La familia es un concepto, una idea tan antigua como la humanidad. Hoy establecida como institución funciona como objeto estable en la idea que estamos trabajando. Instituciones más novedosas como los países y estados tendrán luego, también, su rol de objeto estable. La identidad de una persona estará conformada por un conjunto de convenciones establecidas a partir de instituciones que se perciben como la representación máxima de la estabilidad. Pareciera ser muy simple pero la dinámica histórica nos muestra que una guerra puede destruir todo aquello que consideramos sólido y establecido. Cuando una bomba cae en una ciudad nos enrostra que la estabilidad solo son dos jóvenes enamorándose un verano.

Ave Fénix, la historia escrita en común entre Christian Petzold y el fallecido Harun Farocki, es una adaptación de la novela "Retorno de las cenizas", de Hubert Montelhet, que tuvo anteriormente dos versiones cinematográficas. Estrenada en 2014 en Alemania, nos encontraremos con una historia de posguerra, un drama que buscará jugar con el metamensaje para simbolizar el proceso de reconstrucción de un país azotado por la segunda guerra mundial. Mientras que el mensaje será aquel rostro de Nelly Lenz protagonizado por Nina Hoss, veremos el rostro desfigurado de Nelly, por primera vez, al mismo tiempo que los escombros del edificio en el que ella vivía antes de la guerra y por los que camina unos segundos hasta que desiste enseguida al verse reflejada en un espejo roto. Le dirá a continuación a Lene (Nina Kunzedorf), su amiga, que ella ya no existe. A partir de ese momento podremos captar aquel juego propuesto por el director alemán. Se reforzará desde el dialogo que mantendrán dentro del vehículo la importancia en la semántica en la palabras utilizadas: reconstrucción / restauración. La conversación será sobre aquella cara irreconocible pero también sobre las calles de Berlín. Ella, cantante, buscará a su esposo Johnny (Ronald Zerfeld), pianista, con la esperanza de encontrar en él pedazos de lo que fue ella para, de alguna manera, volver a reconocerse. Aquel será el nudo de la historia en la que se desarrollaran ideas sobre la traición, el miedo, los valores, el amor, y la identidad. 

Este último concepto será el que sobresalga a partir de planos que buscaran afirmar la idea mostrando siluetas humanas indefinidas a través de vidrios esmerilados o reflejados en otros objetos. Quedará afirmada la idea de que el concepto de realidad tal como Platón explicó alguna vez se encuentra delimitado siempre bajo algún reflejo. La imposibilidad de llegar a lo genuino aun hasta nuestras propias verdades, aquellas que solo nos definirían a nosotros mismos podría llegar a ser solo un buen reflejo de nuestras propias sombras. Tanto la fotografía como la puesta en escena estarán muy bien utilizadas por lo que el retrato de la época será casi perfecto. La banda musical esta realizada por Stefan Will, pianista, compositor y podríamos decir que socio de Petzold ya que ha trabajado la música de la mayor parte de sus realizaciones. Con respecto a la música podemos decir que tendrá un rol minimalista pero de gran importancia porque el film comienza y finaliza con “Speak Slow” de Kurt Weill, compositor alemán que obtuvo el éxito definitivo con "La ópera de cuatro cuartos" en 1928, escrita en colaboración con el dramaturgo Bertolt Brecht. 

La resolución, casi como una conclusión final será la letra de la canción. Phoenix quedará resuelta en esos últimos minutos que son el punto más alto de la película, siendo la trama en algunos pasajes un poco endeble en la verosimilitud de los acontecimientos que construyen las relaciones y que van develando información acerca de los personajes y de la historia a cuenta gotas, pero que sin embargo, retomando lo dicho sobre el metamensaje, importará poco y funcionará por lo que representa simbólicamente el largometraje. La veremos a Nelly resuelta en dejar aquellos espejos rotos atrás y decidida en confiar solamente en los suyos. Aceptando sus nuevas formas pero sobre todo sintiendo que después de tanto tiempo puede estar en pie…

 

Alan Beneitez.-

 

Canción post impresiones

 


UNIVERSO PETZOLD

 


Nació en Hilden Haan, Renania del Norte-Westfalia, el 14 de septiembre de 1960. Luego de la secundaria, estudió teatro y filología en Berlín. En 1988 entró a la Escuela de Cine de Berlín, donde se recibió en 1994. En esos años, más precisamente en 1992 dirigió el mediometraje Das warme Geld, sobre dos amigas que roban en bares para sobrevivir. Su primer largo fue para la televisión y llegó en 1995. Se tituló Pilotinnen, y trataba sobre la vida de una representante de cosméticos que ve peligrar su trabajo. Un año después filma también para la TV Cuba libre, una road movie sobre dos indigentes que fueron pareja y se vuelven a reencontrar. En 1998 dirige Die Beischlafdiebin, otro telefilm con una ladrona como protagonista. Su gran salto se da en el año 2000 cuando estrena La seguridad interior, sobre dos terroristas de izquierda que huyen de la policía hace 15 años y se complica la situación cuando la hija se enamora de un desconocido. 

Logra el premio a Mejor película en Alemania. Luego filma otro telefilm llamado Toter Mann, en la que la protagonista es quien se transformaría en su actriz fetiche: Nina Hoss. En 2003 llega Wolfsburg, la historia de un hombre depresivo que atropella a un niño en bicicleta y entra en contacto con la madre de ella, sin decir quien es. En 2005 filma Fantasmas sobre una mujer que busca a su hija desaparecida desde los 3 años, hasta que cree dar con ella. Nuevamente trabaja con Nina Hoss en Yella, quien gana el Oso de plata en Berlin luego de interpretar a una mujer que renuncia a todo para buscar una nueva vida. En 2008 llega Triangulo, otro drama romántico con tres protagonistas que llevan complejas historias de vida. Hace un parate para otra peli para la tv llamada Dreileben y continúa con Barbara, uno de sus mejores films, que tiene a una enfermera que es enviada a trabajar a un pequeño pueblo de Alemania Oriental como castigo.

Nina Hoss nuevamente como protagonista, gana el premio a Mejor director en Berlín. Luego llega Phoenix en 2014 y cuatro años después estrena Transit, nuevamente sobre la Segunda Guerra Mundial, esta vez con un refugiado alemán que está en Marsella y quiere llegar a México bajo la identidad de un escritor muerto pero se enamora de una joven que no quiere escapar. Nominada a mejor película extranjera en varios festivales. 

Lo último que ha filmado llegó este año: Undine, sobre una historiadora llamada Ondina (como las ninfas acuáticas de la mitología griega) que da conferencia sobre el desarrollo urbano de Berlín. Pero cuando su amante la abandona, el mito se apodera de ella y solo quiere venganza de una sola manera: matándolo para regresar a las aguas.

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: Phoenix

Año: 2014

Duración: 98 min.

País: Alemania

Dirección: Christian Petzold

Guion: Christian Petzold, Harun Farocki (Novela: Hubert Monteilhet)

Música: Stefan Will

Fotografía: Hans Fromm

Reparto: Nina Hoss, Ronald Zehrfeld, Uwe Preuss, Nina Kunzendorf, Michael Maertens, Uwe Preuss, Imogen Kogge, Eva Bay, Kirsten Block, Megan Gay, Valerie Koch

 

PELÍCULA COMPLETA