EDITORIAL
Bukowski escribió por ahí lo siguiente “si ocurre
algo malo, bebes para olvidarlo, si ocurre algo bueno, bebes para celebrarlo, y
si no ocurre nada, bebes para que pase algo”.
El hecho de pensar en cómo soporto tanto tiempo
metiendo litros incontables de alcohol en su cuerpo hizo que reflexionara
algunas cosas y de alguna manera llegué a la siguiente reflexión, crítica, o
como la quieran llamar. Es sobre la costumbre que tenemos de generalizarlo todo
o la mayoría de las cosas y antes que nada quiero aclarar que sólo por el hecho
de haberme detenido, tomado un tiempo para darme cuenta de esto, no significa
necesariamente que yo no tenga a veces esta costumbre.
Digo
que generalizamos al decir, “el alcohol te mata” Creo que si había algo que lo mantenía
alejado a este hombre de la muerte fue la maldita bebida. Generalizar es querer
destruir, tirar abajo las villas, “porque estas son el escondite ideal de los
delincuentes” cuando de una de ellas salió gambeteando del hambre y la miseria
alguien como Maradona. Digo que generalizar es enrejar plazas y parques, porque
“porque son un aguantadero de alcohólicos y faloperos” y hoy miles de besos se suicidan por las noches o se
terminan extinguiendo en una fría y triste rutina de concreto.
Creo que esto es poco pero suficiente para decir
que generalizar es disminuir la capacidad de pensar, es acostumbrarse a verlo
todo por la superficie. A tener miedo, miedo a equivocarse porque “generalmente
las personas que se equivocan son señaladas con el dedo, luego excluidas y por
eso no llegan a nada” porque “generalmente las personas tienen que llegar a ser
algo o alguien en la vida” y si “generalmente te adecuas a las reglas generales
lo vas a lograr”. Error hermano, lo que habría que hacer generalmente es
pasarse esa manera de hacer y pensar por las pelotas y salir a vivir. Yo me lo
propuse hace un tiempo y hoy voy a subir la apuesta. También los invito a
ustedes a hacer ese pequeño esfuerzo de no caer en esa costumbre, o por lo menos en darse cuenta cada vez que lo hagan y
preguntarse ¿Por qué?
Hoy subo mi apuesta y estoy seguro que aparecerán
nuevos colores y sus diferentes tonalidades le darán aún mas sentido a esta
vida. Estoy seguro de que al terminar el programa saldré a la vereda, caminaré
hacia la esquina donde está la avenida, y si decido tomarme un taxi, al subirme
no voy a cruzarme con el típico experto en sociología, politólogo, un excelente
economista y al tanto de la actualidad en deportes varios, y que además es buen atleta, con algunos logros
en la espalda, todo un suertudo en el amor. Destacado chef y crítico de arte y
literatura que además es amigo de todo el mundo y conoce grandes
personalidades. Esta noche el taxista que me llevara a casa quizás sea sólo un
pobre hombre enojado con la vida…
Alan Beneitez.
Canción elegida para la Editorial
IMPRESIONES SOBRE TAXI DRIVER
Escuchen, cabrones desgraciados: aquí tienen a un
hombre que no pudo tolerarlo más. Un hombre que hizo frente a los pordioseros,
a las putas, a los cabrones, a la suciedad, a la mierda. Aquí tienen
a alguien que les hizo frente. Aquí
tienen… Si, claramente en esas líneas descubrimos a TRAVIS, el que dijo basta,
el mismo que descubrió que el mundo era tan miserable, absurdo y patético como
su vida, como la vida de todos nosotros. Ese personaje que no puedo dejar de
relacionarlo con el de Michael Douglas
en “Un día de furia”. Ese personaje que un día decide patear el tablero y
devolverle a la sociedad, de la manera más cruda, todo lo que ella le dio. Allí
encontraremos, seguramente, resentimiento, violencia, intolerancia y sangre…
mucha sangre. La película comienza con el vaho de una ciudad, con sus
tinieblas, con el vapor de un Nueva York que hierve. Entre aquel humo
pestilente aparece un taxi, recorriendo las calles, patrullándolas quizás.
Veremos intercalado por montaje, unos planos cerrados de los ojos de TRAVIS,
recorriendo de izquierda a derecha, lentamente, todo el cuadro. Todas las tomas
hacia el exterior del taxi, en esta secuencia inicial, se caracterizaran por la
distorsión o poca claridad de las mismas. En algún momento, un chorro de agua
caerá sobre el parabrisas y Scorsese, el gran Scorsese, flamante director del
film, optará por ese instante para mostrarnos, a través de una cámara
subjetiva, esto es que la cámara toma la visión del personaje para narrar, la
vista hacia el exterior. Otras tomas estarán distorsionadas simplemente desde
montaje. De esta manera, el director, comienza mostrando (para el ojo atento)
como se ve Nueva York a través de la mirada alterada de TRAVIS.
Pronto
entenderemos que su visión es muy poco alentadora. La película se desarrollara
con una linealidad alarmante con el objetivo de que no perdamos ni un segundo
de vista la transformación del protagonista. Ahí está el juego que nos plantea
Martin Scorsese. Veremos varios sucesos que colmaran aquella copa que es
TRAVIS, interpretado con la genialidad que solo Robert De Niro sabe entregar.
Nos acompañara una voz over en todo
el relato, que nos narrara a modo de diario íntimo los sucesos y sensaciones importantes
para TRAVIS a través de los días. Se denomina voz over a la voz que narra sobre
la imagen del personaje, en este caso es la voz del mismo protagonista que nos
va ir contando a través de ese diario intimo, reflejo de su comienzo de
obsesión por el orden y la limpieza, como se va transformando su visión y su
manera de tramitar los distintos sucesos diarios. Se diferencia claramente de
la voz en off porque en esta, el personaje se encuentra fuera de cuadro. La
ciudad ira toreándolo a TRAVIS, ira midiendo su tolerancia. Se dice que un
personaje correctamente creado, de esos que se sienten vivos en la pantalla, se
logra trabajando su tridimensionalidad. Esto es definiéndole un aspecto físico,
un perfil psicológico y otro social. TRAVIS brilla en su tridimensionalidad y
por momentos nos conectamos tanto con él que hasta nos apiadamos de su pena. De
él sabemos que es un ex Marín, sus estudios fueron realizados un poco por aquí,
otro poco por allá, según nos relata él mismo. Sabemos que es un tipo muy perceptivo
y sensible. Recuerdo acá la escena en que conoce a BETSY, él la describe como
un ángel puro y blanco en contraposición con la miseria y la basura que él ve
en la sociedad. Vale
comentar que en esta escena sucede el primero de los dos cameos que hará el
director dentro del film.
La voz off va describiendo el momento en que TRAVIS
ve por primera vez a Betsy y la imagen nos muestra a un tipo sentado mirando
hacia un lado, todos creemos que se trata del protagonista, pero no, al girar
la cabeza descubrimos al mismo Martin Scorsese que observa pasar a Betsy en un
inmaculado vestido blanco. El segundo cameo será dentro del taxi, ahora en la
piel de un pasajero que tras la infidelidad de su mujer, le comenta a TRAVIS
que ha decidido matarla. Otra cosa que también sabemos sobre nuestro
protagonista es que frecuenta los cines pornos, sufre de insomnio y lo más
importante: su vida carece de sentido. Opta por cargarla de trabajo manejando
un taxi durante el turno nocturno completo, horario en que la sociedad baja sus
defensas y las calles se visten de nuestras queridas putas, de nuestros
fraternales dealers. Este es el punto de ataque, la situación particular en la
que decide el guionista comenzar a trabajar con el personaje. En otro momento
de su vida, quizás TRAVIS no hubiese reaccionado de ninguna manera frente al
conflicto. En esta situación puntual, no tiene escapatoria. TRAVIS dice una y
mil veces que él no entiende de política, pero quiere limpiar las calles de su
ciudad, desea a modo místico quizás, que una lluvia fuerte caiga y limpie toda
la inmundicia de una buena vez. Y entonces, aquel monstruo creado por la misma
sociedad, producto directo de ella, nace, sediento de parricidio. Su disparador
final, la gota que rebalsa, se llama IRIS, aquella increíblemente joven Jodie
Foster, una prostituta de unos escasos 12 años, a quien obsesivamente tratara
de sacar de la calle para que vuelva con sus padres. Se sumaran el maltrato de
BETSY, quien erróneamente interpreta su invitación al cine porno, se sumaran la
artificialidad evidente del discurso político del candidato a presidente, el
señor PALANTINE.
Todo hará hervor en la cabeza de TRAVIS, quien comenzara
matando a un ladrón, luego a un proxeneta y a su ayudante para terminar
intentando un suicidio fallido. Una bala que se niega a matarlo, a pesar de su
insistencia, a pesar de su imperante deseo de acabar con todo su infierno.
TRAVIS sobrevivirá a su día de furia. La sociedad, en un acto de ironía
absoluto, lo nombra héroe por haber salvado a la pequeña e inofensiva IRIS.
Allí lo vemos alejarse a TRAVIS, lejos ya de su total fracaso de vivir,
manejando su taxi, a la espera quizás, de su nuevo desencuentro con la fe.
Y desencuentro es el tango que escucharemos a
continuación. Abran paso que ya llega con su bandoneón blanco, nuestro querido
amigo, el eterno Rubencito Juarez, a contarnos de una vez por todas como son
las cosas. Adelante Rubén.-
Lucas Itze
Un pequeño homenaje de Los Fabulosos Cadillacs
Nos despedimos con:
FICHA TÉCNICA
Título original: Taxi Driver
Año: 1976
Duración: 113 min.
País: Estados Unidos
Director: Martin Scorsese
Guión: Paul Schrader
Música: Bernard Herrmann
Fotografía: Michael Chapman
Reparto: Robert De Niro, Cybill Shepherd, Jodie
Foster, Albert Brooks, Harvey Keitel, Peter Boyle, Leonard Harris, Martin
Scorsese, Joe Spinell
Argumento
Robert De Niro es Travis, un hombre solitario, que
padece insomnio crónico desde que volvió de la marina. Para sobrellevar el problema,
trabaja como taxista en horario nocturno, recorriendo las calles de Nueva York,
donde convive con las peores miserias de la ciudad.
Travis no tiene amigos y su único hobbie es ir al
cine porno de trasnoche, pero encuentra en Betsy (Cybill Sheppard), a la mujer
de sus sueños. Ella es una atractiva rubia que trabaja de voluntaria política
para un candidato a presidente, Travis decide presentarse como voluntario, pero
finalmente le confiesa que no sabe nada de política y sólo quería invitarla a
tomar un café.
En sus viajes, Travis se cruza primero con
Palantine, el candidato a presidente para el que trabaja Betsy, y también con
Iris (Jodie Foster), una pequeña prostituta que busca escapar, pero que es
sacada bruscamente por el joven para el que trabaja.
Finalmente Travis logra concretar una salida con
Betsy al cine, pero esta termina de la peor manera. A partir de ahí, Travis
entiende que es hora de un cambio.
El 8 de junio es cuando decide darle un giro a su
vida, Travis se contacta con un traficante de armas, a quien le compra todo lo
que posee. A partir de ahí empieza una rutina de trabajo físico y psicológico.
Decide ir a buscar a Iris, esa pequeña prostituta
de 12 años para intentar convencerla que cambie de vida, pero no consigue
resultados.
Finalmente, prepara una carta para Iris dejándole
dinero para la vuelta a casa. Intenta asesinar al candidato a presidente, pero
fracasa, y se va directamente al burdel donde trabaja Iris, y termina con todo
lo que hay a su alrededor, inclusive intenta hacerlo con su vida misma.
Por suerte para él, sobrevive a los impactos de
bala, y tanto para la prensa como para los padres de Iris, ha nacido un nuevo
héroe…
TRAILER
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