martes, 29 de junio de 2021

UNA MUJER BAJO LA INFLUENCIA - A WOMAN UNDER THE INFLUENCE

PROGRAMA 332 (11-06-2021)

 

SINOPSIS

 

Nick (Peter Falk) tiene que cargar con la responsabilidad de cuidar a su mujer (Gena Rowlands) que padece inestabilidad emocional. Lucha sin descanso para mantener un ambiente de normalidad a pesar del anormal comportamiento de su mujer; sin embargo, llega un momento en que la situación afecta a sus hijos, de modo que no tendrá más remedio que tomar ciertas medidas. (FILMAFFINITY)

 

EDITORIAL

 

Una gota de sangre recorrió el piso. El color de ese rojo intenso hacía juego con el maquillaje de los labios y de las uñas. La habitación era un remolino desordenado. Las sábanas cubrían todo el cuarto y la única lamparita que había sobrevivido a esa noche incurable parpadeaba visiblemente cansada. El plano general nos mostraba frascos vacíos y una tenue música que amenazaba con vomitar sonidos estériles. Un cuerpo yacía en el piso, masacrado por el dolor y la frustración. Ese juego de muñecas para la que había sido creada desapareció por completo. Fue objeto de voces y frases que dinamitaron su alma. Un alma sensible creada para reír, bailar y soñar. Pero esos sueños ofenden a ciertos jerarcas de un sistema tan vetusto como abominable. 



Ya no había música en esos sueños. Ya no había danzas que pudieran controlar su bello pero ahogado corazón. Quedaron noches eternas donde el fuego consumió todo. Porque prenderse fuego era, y esperamos que siga siendo, el terror de los mediocres. Y ella era un incendio imposible de apagar. Aunque ciertos fuegos se apagan con agua, algunos eligen apagarlos con alcohol. Y las llamas entonces empiezan a ensombrecer todo. El presente se vuelve inmanejable y el futuro pende de un hilo. Y cuando el hilo se corta, el juego se termina. Y sólo quedarán momentos de risas hoy ya apagadas y fotos de recuerdos imborrables que atesoran esa imperfecta pero hermosa locura ordinaria.

 

Marcelo De Nicola.-

 

Canción post editorial

 


IMPRESIONES SOBRE UNA MUJER BAJO LA INFLUENCIA


 

Crecer es una trampa. Pero cuidado, no hablo de crecer físicamente, lo cual claro es inevitable dentro de los parámetros interpretados como normales por la comunidad científica, sino de aquel paso terrible que implica llegar y transitar ese periodo que llaman madurez. El convertirse en un ser adulto, vamos. Podríamos denunciar en este sentido también que el mundo está perversamente diseñado de manera tal que se prioriza, se festeja,  se estimula y hasta se premia valores tales como el consumo y la bendita meritocracia. Se cargan obstinadas e insoportables mochilas con la fanática idea de “ser bueno en”. Se habla del desarrollo profesional como una idea de completitud y hasta el ser se estanca y se define de manera inescrupulosa por lo que uno ha tenido la posibilidad de estudiar. Uno es médico, uno es doctor y también uno es maestro. Sin aquella posibilidad, uno pareciera no ser, pareciera que sus involuntarios días discurrieran dentro de las tinieblas indescifrables de la nada. Cuanto antes uno sea embaucado por el aroma pestilente de aquel queso macabro mayor será la recompensa prometida. El mundo gusta de aquello, lo disfruta, lo festeja y lo premia, nosotros no. Más rápido que tarde en aquel pase de manos al que llaman progreso se nos quitara sin la menor reserva nuestro tiempo, nuestras ganas y nuestra inocencia. Pero lo peor no ha sido dicho aun. Aquellos tipos de corbata con la cara más seria que el culo de un ají, esos tipos de buen hablar y afeitados, o esos otros también que intentan camuflar la frialdad de las escamas de su piel en aquel aspecto cuidadosamente desprolijo de barbas de días y jeans rotos, que posan distraídos con sus muecas sacadas del polvoriento inventario de los gestos, son ellos quienes se terminarán llevando nuestro tesoro más preciado, aquel cofre sagrado que es el último bastión: nuestro deseo de jugar, nuestro deseo de libertad. Jugar es ser libre. Jugar nos da la oportunidad de ser creativos y de usar el total de nuestra personalidad. Es en aquella oportunidad donde encontramos las herramientas para descubrirnos a nosotros mismos. 



Mabel, maravillosamente interpretada por la inigualable Gena Rowlands, era consciente de todo esto. Una mujer bajo la influencia, el film de nuestro amigo John Cassavetes se aventura a hacer una lectura sobre la adultez y su papel en la sociedad. Mabel no encajará a pesar de intentar hacerlo con todas sus fuerzas, con toda su cordura. Se repetirá a modo de mantra sanador que ella es adulta. Será un personaje del que nos falte casi toda la información de su tridimensionalidad, pero ahí estará el juego. Esa será la apuesta de Cassavetes animándose a una travesura digna de nuestro querido Cortázar. Poco sabremos de Mabel pero no importará, el personaje se construirá de manera tal de enamorarnos y grabarse de esa manera en nuestra memoria. Rowlands trabajará un registro de composición casi al límite de la parodia, exagerado pero no tanto, grotesco pero sin siquiera estar cerca de serlo. Magia pura. Actuación plena y delicada, el juego mismo. Su  personaje parecerá estar desconectado del universo que lo rodea. Realizará gestos opulentos, murmurará monólogos inaudibles, se reirá a los gritos cuando todos callen. Habrá solo una cosa que la traiga y que la conecte con el aquí y ahora, eso será el amor profundo a sus hijos. Claro, con ellos estará en la misma sintonía del juego. Mabel será maravillosa porque sabrá jugar. Jugará en un mundo de apariencias, repleto de sombras y convenciones. Ante todo ese cartón pintado, esos espejitos de colores, ella será verdadera en el juego, en la risa y en el baile. Aquella inocencia estará retratada con una cita a otro amigo de la casa, el señor Albert Lamorisse. Se reproducirá el famoso plano icónico del mediometraje Un globo rojo con Mabel sentada sosteniendo uno en medio de una fiesta improvisada con sus hijos. Se cuestionará todo el tiempo esta actitud de Mabel y esto a ella la alterará. Entenderá allí que lo que está en juego no se negocia. Caerá entonces sobre ella todo el peso de la sociedad con su molde mohoso de normalidad. Será terrible, digámoslo… será triste. 



El film estará estructurado bajo aquella idea Bressoniana del cinematógrafo en contraposición del concepto común del cine. Dirá Bresson que el cine busca la expresión inmediata y definitiva mediante mímica, gestos y entonaciones de voz. En cambio el cinematógrafo es decir la verdad sobre lo real, es permitir que lo real diga la verdad al provocar las condiciones de su encuentro por parte del espectador. En esta operación el cineasta actúa como una especie de mediador inspirado. En estos mismos términos trabajará Cassavetes. Priorizará el encuentro con lo real, con la chispa según términos de Bresson, antes que cualquier defecto que las leyes de la composición o el montaje condenen. Esto aportará inmensamente al sentido de verdad del relato, de las interpretaciones actorales, logrando una conexión con el drama que nos acompañará durante las dos horas y media del film. Será una película larga pero dinámica, dolorosa pero sin golpes bajos. Alguna vez en este programa comentamos aquella historia de Sir James Barrie narrada por él mismo en la biografía escrita sobre su madre Margaret Ogilvy. A raíz de este film, creo que vale la pena volver sobre ella. En la biografía Barrie escribe lo siguiente: el horror de mi infancia es que yo sabía que se acercaba el tiempo en que  debería renunciar a mis juegos y eso me parecía intolerable. Resolví seguir jugando en secreto. Mabel, como en su momento Barrie, optó por aquella alternativa para que la sociedad deje de lastimar y perseguir aquella niña que solo quería seguir jugando. Los que este programa integramos entendemos al deseo de jugar de la misma manera. Aún con todo nuestro cansancio encima nos repetimos cada día que seguiremos jugando a pesar de todas la miradas miserables que por ello nos condenen. Continuar jugando, sacudiéndonos los años de los hombros, es haberle encontrado algún sentido a todo esto. Es la travesura que nos prometimos aquel día, es escaparle a la mediocridad absoluta de seguir viviendo con el único fin de acumular bienes y prestigio. Mabel no quería crecer para no resignarse a ser lo que los demás querían que sea. No quería crecer para no perder jamás la sorpresa y el asombro, para no olvidar nunca su capacidad lúdica. Bajo aquella consigna nos encontraremos siempre, jugando con todas nuestras fuerzas, aunque debamos hacerlo en el más absoluto de los secretos.       

 

Lucas Itze.-

 

Canción post impresiones

 


UNIVERSO CASSAVETES

 


Nació el 9 de diciembre de 1929, hijo de inmigrantes griegos, cursó sus estudios en la famosa Academia de Artes Dramáticas donde se graduó en 1950. Luego empezó a actuar en películas y series de televisión (Doce del patíbulo y El bebé de Rosemary como las más importantes). En 1954 se casaría con Gena Rowlands, quien sería clave en su vida y en sus films. El de origen humilde, ella de familia adinerada y ambos conflictivos, lo que reflejarían en varios films. En 1959 debuta como director con Shadows, que tuvo que ser financiado en Europa porque en su país no lo querían hacer, luego del Premio de la crítica en Venecia, empieza a lograr reconocimiento en su país. 



En 1961 dirige Too Late Blues sobre un grupo musical de jazz y su tercer film es Un niño espera, con Judy Garland como una profesora para chicos deficientes mentales.  En 1968 llega otra de sus obras notables: Faces, sobre la desintegración de un matrimonio. Es nominado al Oscar como mejor guión original. Dos años después llega Maridos, la historia de tres hombres que acuden al entierro de un amigo y luego se dan cuenta que la juventud se les ha ido de las manos. En 1971 sigue con una historia de amor titulada Minnie and Moskowitz, nombre de ambos protagonistas intepretados por Gena Rowlands y Seymour Cassel. Es el comienzo de la era dorada según los críticos. Siguió con Una mujer bajo la influencia y más adelante filma The Killing of a Chinese Bookie, la historia de un ex combatiente que tiene una deuda de juego y sus acreedores le aconsejan que pague la deuda con un asesinato. En 1977 llega Opening Night, otro trabajo excluyente de Gena Rowlands como una actriz que se toma a fondo sus papeles en Broadway. La misma Gena le dio vida a Gloria y le vale el premio Oscar por interpretar a la ex novia de un gangster que se tiene que hacer cargo del hijo de sus vecinos asesinados. La película gana el León de Oro en Venecia



En 1984 dirige el melodrama Torrentes de amor, donde actúa junto a su esposa y dos años después llega su inimaginable último film, Big Trouble, un film que no fue de su autoría pero que se posicionó como una exitosa comedia donde un agente de seguros planea con una cliente matar a su alocado marido, que recuerda un gran duelo cómico entre Peter Falk y Alan Arkin. Sorprendentemente, Cassavetes falleció el 3 de febrero de 1989 con sólo 59 años por una cirrosis hepática y nos dejó con ganas de ver que más tenía en mente uno de los padres del cine independiente americano.

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: A Woman Under the Influence

Año: 1974

Duración: 155 min.

País: Estados Unidos

Dirección: John Cassavetes

Guion: John Cassavetes

Música: Bo Harwood

Fotografía: Mitch Breit

Reparto: Gena Rowlands, Peter Falk, Katherine Cassavetes, Fred Draper, J. P. Finnegan, Matthew Labyorteaux, Angelo Grisanti

 

PELÍCULA COMPLETA

 

sábado, 19 de junio de 2021

PÁJAROS DE VERANO

PROGRAMA 331 (04-06-2021)

 

SINOPSIS

 

Basada en una historia real que explica el origen del narcotráfico en Colombia, la película se sitúa en los años 70 cuando la juventud norteamericana abraza la cultura hippie y con ella a la marihuana. Esto provoca que los agricultores de la zona se conviertan en “empresarios” a un ritmo veloz. En el desierto de Guajira, una familia indígena Wayuu se ve obligada a asumir un papel de liderazgo en esta nueva empresa. La riqueza y el poder se combinan con una guerra fratricida que pondrá en grave peligro a su familia, a sus vidas y a sus tradiciones ancestrales.

 

EDITORIAL

 

No habitar este mundo es huir para siempre de la soberanía de la palabra. Huir de este mundo, es abandonar los limites, es olvidar aquel sueño del todo para saborear aquel otro gusto indefinido de la nada. Cuando muere la palabra se lleva consigo a aquel orden autoritario de lo dicho, de lo estipulado, lo convenido. Si la palabra muere, las paredes de cartón de este escenario arderían purificando su hechizo. Dios dijo, entonces hubo. En la muerte misma de la palabra  moriría al fin el inventario divino. Una nebulosa sin color y sin forma tomaría las calles anestesiando los nervios furiosos que mantienen girando todavía al mundo. Sosegando definitivamente el delirio que baila en cada llama. La figura del otro caería herida de muerte quebrando de esa manera para siempre el curioso espejo, astillando con certeza el mapa profundo de la geografía de toda identidad. Seriamos semejantes no en la farmacológica igualdad sino en la soledad profunda de la diferencia. 



La pura libertad, la travesura final. La aventura prometida. Viene el otoño, se siente en los huesos. Un vendaval furioso arrastra los cadáveres retóricos, las pesadas significaciones chocan con violencia contra las frágiles paredes del entendimiento. Vuelan los significados vulnerables estrellándose por primera vez contra la razón. Los significantes descubren su música nunca dicha. Ya no hay eco porque ya no hay quien lo escuche, ya no está ese que lo imagine, aquel que lo nombre. Ya no hay sangre ni lazos, la chispa madre humea desangrándose para siempre. No hay distancias y el tiempo tropieza en su carrera absurda. No hay tu nombre sobre mi nombre, ni noche que devore el bosque. Esta sombra espesa que se parece tanto al olvido. Una caricia helada como el último relámpago. Una noche de tierra llena dibuja el ocaso en las fauces profundas de nuestro paraíso.  

 

Lucas Itze.-

 

Canción elegida para la editorial

 


IMPRESIONES SOBRE PÁJAROS DE VERANO

 


El valor de la palabra ha caído en desuso. Hoy se escuchan tantas voces que las palabras quedan vírgenes de inteligencia. Ya nada de lo dicho es eterno. Como hemos hablado muchas veces en este foro, La palabra limita, detiene, y por todo eso tranquiliza. Es gracias a ella que todo tiene un nombre. Todo a imagen y semejanza del ser humano. Según Philip. K. Dick “La herramienta básica para la manipulación de la realidad es la manipulación de las palabras. Si puedes controlar el significado de las palabras, puedes controlar a la gente que debe usar las palabras”. En algunas culturas, esa palabra era todo. El pueblo Wayúu, conformado por nativos que representan ciertos sectores de Colombia y Venezuela, le daba a la palabra la ley más sagrada. De allí surge El Palabrero, elemento central para cumplir ésta máxima. En él reside el rol de resolver los problemas mediante la mediación o negociación de los conflictos entre diferentes clanes. Su voz es indiscutible. Será para nosotros una cultura desconocida. Pero hasta en esas culturas históricas, el poder y la ambición pueden destruir ritos ancestrales. Ciro Guerra nos había mostrado pinceladas de estos pobladores en films como La sombra del caminante y El abrazo de la serpiente. Esta vez nos adentra un poco más, especialmente en el pueblo Wayúu y con Cristina Gallego como dupla de dirección. Basada en un guión de Maria Camila Arias y Jacques Toulemonde, estamos ante una película sin género definido, porque abarca varios matices. 



El film arrancará casi al estilo documental, donde veremos a esta etnia nativa con sus usos y costumbres, sus ritos de iniciación y la aparición del “palabrero”, personaje central de la historia. En esa primera escena, Úrsula le dice su hija Zaida “Si hay familia, hay prestigio. Si hay prestigio, hay honor. Si hay honor, hay palabra, Si hay palabra, hay paz”. En ellas encontraremos en esta cultura la importancia de las mujeres, como una especie de matriarcas de la familia. Pero la historia no girará exclusivamente a lo relacionado con esas costumbres sino que relatará gran parte de los hechos reales del comienzo del narcotráfico entre fines de los ´60 y principios de los ´80. La película trabajará un guión lineal que utilizará las elipsis narrativas para contar la historia. Estará dividida en cinco jayeechi, típico canto guajiro para los migrantes, al estilo La Divina Comedia de Dante Alighieri. Con una bella fotografía de David Gallego, quien nos deslumbró con ese blanco y negro en El abrazo de la serpiente, aquí también tendremos imágenes de una fuerte carga visual y pictóricos paisajes. Eso servirá para que en los planos generales ese desértico paisaje parezca más inmenso. La música guajira, sus cantos y poemas nos llevarán indefectiblemente hacia allá. Además veremos momentos surrealistas con sueños que parecen salidos de cuadros de René Magritte. Estaremos también ante un reparto coral que se moverá como pez en el agua. 



Todas las actuaciones, desde los protagonistas hasta los pequeños papeles, estarán a la altura, llevando veracidad a lo que se está contando. Será el dinero el que en un principio moverá todo. Rapayet, el protagonista, intentará casarse con Zaida pero la dote exigida por Úrsula será imposible para él. Durante un encuentro fortuito con unos hippies americanos que buscan marihuana, Rapayet encontrará el modo de tener dólares frescos y así podrá casarse con Zaida. La semilla del capitalismo ya había germinado y de repente, una parte de una sociedad se convertía en empresarios, sin estar preparados para esa batalla. A partir de ahí los directores nos mostrarán la pelea entre las viejas costumbres de las etnias y el creciente negocio narco. Lo que antes se disputaban las familias, ahora se volvía cada vez más riesgoso. El poder, la ambición y la violencia escalarán a un ritmo insostenible. Los clanes empezarán su disputa a ver quien tiene la mayor parte del negocio. Y a partir de ahí, todo se corrompe. Ni la palabra logrará salvarlos. La violencia sobre la palabra debe ser castigada anuncia el palabrero. Y como advertían desde el comienzo, sin palabras, no hay paz. Será la ruina y el film se transformará en una historia de gángsters. Dos polos opuestos que se unen de forma brillante. Será el final de la historia para los clanes pero el comienzo de otra historia más fuerte y más redituable. Y a muchos no les quedó otra opción que escapar y dejar atrás todo. Porque esos pájaros de verano se terminaron convirtiendo en los pájaros negros que terminaron destruyendo hasta la ley sagrada de las palabras.

 

Marcelo De Nicola.-

 

Canción post impresiones

 


UNIVERSO GUERRA

 


Ciro Alfonso Guerra nació el 6 de febrero de 1981 en César, uno de los 32 departamentos que forman la República de Colombia. En la Universidad Nacional de ese país cursó sus estudios de cine y televisión. Su primer se llamó Silencio y lo filmó en el año 1998. Luego llegaron Alma e Intento. Ya en el 2004 llega su primer largometraje: La sombra del caminante, la historia de un hombre que perdió una pierna y no puede encontrar trabajo y se hace amigo de un “silletero”, alguien que carga gente a sus espaldas. También los une el pasado violento del país, lo que hará redescubrir su propio pasado. En 2009 llega Los viajes del viento, ambientada en 1968, cuenta la historia de un juglar que lleva cantos con su acordeón y decide hacer su último viaje, yendo a devolverle el instrumento a su anciano dueño. 



En 2015 llegó El abrazo de la serpiente, que logró la nominación al Oscar como mejor película extranjera, además de lograr premios o menciones en grandes festivales como Cannes, San Sebastián o La Habana. En 2018 llegó su última película filmada en su país: Pájaros de verano, que narra la historia real del origen del narcotráfico en Colombia, entre fines de los ´60 y principios de los ´70. Donde tienen que aparecer los nuevos “empresarios”, entre ellos una familia indígena que tiene que aprender a llevar los nuevos negocios. Otra vez nominaciones y premios en distintos festivales. En 2019 Netflix estrena la producción colombiana Frontera Verde, donde Guerra es uno de los productores y dirige algunos capítulos. Son 8 capítulos de una serie sobrenatural sobre unas muertes que aparecen en los profundo del Amazonas. Su último film fue el primero hecho en Estados Unidos, basado en la novela de John Maxwell Coetzee dirige Waiting for the Barbarians, con Johnny DeppMark Rylance y Robert Pattinson. Narra la historia de un magistrado británico que comienza a cuestionar su lealtad al Imperio durante la colonización mientras se viene una inevitable guerra contra los Bárbaros. El 24 de junio de 2020, un reportaje publicado en la revista Volcánicas11 reseña los testimonios de siete mujeres que narran situaciones en las cuales Guerra las habría acosado sexualmente, en algunos casos de manera violenta. Un testimonio adicional narra como el director habría abusado sexualmente de una mujer que se encontraba en su casa, ubicada en la ciudad de Bogotá. Las agresiones habrían ocurrido entre los años 2013. Frente a las acusaciones el cineasta publicó un video rechazándolas  y haciendo un llamado a que la justicia revele la verdad de los casos. No obstante las autoras del reportaje han mencionado en reportajes posteriores que el objetivo de la denuncia fue hacer un llamado de atención sobre la normalización de la violencia sexual en la industria audiovisual colombiana que obstaculiza el crecimiento profesional de las mujeres y las afecta física y emocionalmente. Veremos como sigue esta historia, mientras, esperemos si seguirá trabajando en América o volverá a Colombia...

Mientras tanto, Cristina Gallego (nacido en Bogotá en 1978) fue productora de todos los films de Ciro Guerra, quien fue su marido durante varios años, hasta que decidieron codirigir Pájaros de Verano.

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: Pájaros de verano

Año: 2018

Duración: 125 min.

País: Colombia

Dirección: Ciro Guerra, Cristina Gallego

Guión: Maria Camila Arias, Jacques Toulemonde

Música: Leonardo Heiblum

Fotografía: David Gallego

Reparto: Carmiña Martínez, José Acosta, Natalia Reyes, Jhon Narváez, Greider Meza, José Vicente Cote, Juan Bautista Martínez

 

PELÍCULA COMPLETA

ADIÓS A LOS NIÑOS - AU REVOIR LES ENFANTS

PROGRAMA 330 (28-05-2021)

 

SINOPSIS

 

Invierno de 1943. Durante la ocupación alemana de Francia, en un internado católico para chicos, Julián, un muchacho de trece años, queda impresionado por la personalidad de Bonnet, un nuevo compañero que ingresa en el colegio después de iniciado el curso. (FILMAFFINITY)

 

EDITORIAL

 

Escondamos los tesoros más preciados: una foto, una caricia, una sonrisa. Hagamos un pozo en el fondo de nuestra alma para depositar esos momentos infinitos. Porque tarde o temprano, alguien nos lo quitará... Que sean esos déspotas sin amor quienes se queden atragantados en su propia memoria. Esas marionetas sin sentimientos manejadas a control remoto no lograrán callar esas miles de voces. Esas que todavía resuenan en las aulas vacías. Quedarán nombres grabados a fuego. En cada guardapolvo abrazaremos sus cuerpos ya vencidos. Y donde ya no quedan lágrimas, habrá dolores eternos. Desde nuestra guarida hemos escupido tantas oraciones que a veces no nos quedan palabras. Pero hay algo que nunca vamos a negociar: saber de que lado estamos. Por eso en lugar de llenar la hoja en blanco de caracteres inertes preferimos gritar una vez más que no debe haber raza, sexo o religión que nos haga diferentes. 



Ya corrió mucha sangre alrededor del planeta y las explosiones se siguen sucediendo. Y esos tiernos corazones de repente quedaron mutilados sin saber como ni porque se transformaron en adultos en un abrir y cerrar de ojos. Y ahí se hicieron añicos miles de sueños. Y quizás hasta dejamos morir un futuro que hubiese cambiado todo. Y nadie sabe tampoco bien porqué. Y nosotros, simples seres que transitamos esta vida sólo como un número más, estamos lejos de entenderlo. Y en parte agradecemos eso. Mientras tanto en alguna parte del planeta otra risa se apaga y solo quedará escondida en inútiles recuerdos. Y no hay mucho más para agregar. Porque en cada bomba que estalla, estamos más cerca del final, pero nos resistimos porque creemos que nunca, pero nunca, es tiempo para decir Adiós a los niños.

 

Marcelo De Nicola.-

 

Canción elegida para la editorial

 


IMPRESIONES SOBRE ADIÓS A LOS NIÑOS

 


La mirada tiene un poder tan inmenso y aun así son pocas las veces en las que reparamos sobre ella. Confiamos más en las palabras aunque sepamos sin pretextos que nos mienten. Aplaudimos cuando alguien nos dice “rojo” o “libro”, cuando alguien nos dice “amor”. Pero ¿qué hay de verdad en todo aquello? La convención. La arbitrariedad. El poder. Aun así, o tal vez por eso, las palabras escriben leyes, derechos, tratados. Palabras que decretan la paz, pero ¿Qué paz? Palabras que dictaminan la justicia, pero ¿Qué justicia? ¿La justicia para quién, la justicia de quién? Palabras insuficientes mintiendo un mensaje que nunca llega. La poesía es la rama del arte que juega con esa insuficiencia, que la delata y la expone. Se sirve de las palabras pero opera en su insuficiencia. Todos sabemos que el poema está en la mirada, jamás en la palabra. No es lo escrito su terreno, esa es solo su excusa. Alejandra nos decía que una mirada desde una alcantarilla puede ser una visión del mundo, la rebelión consiste en mirar una rosa hasta pulverizar los ojos. La propuesta es clara: acabar con la dictadura del lenguaje, liberar heroicamente nuestra visión esclava de aquel grito que retumba en nuestro cerebro repitiendo la palabra rosa e ir al fin (por fin) más allá. En definitiva ser poetas ante una realidad que muere de angustia en la frialdad claustrofóbica de un inventario. La mirada puede hacernos gigantes en un mundo de enanos. 



Puede reducirnos a nada en un universo inconmensurable. Puede estar a la altura de las circunstancias y así tender manos y puentes entre los que más lo necesitan. Mi mirada sobre tus ojos es capaz de dejar en ridículo a cualquier te amo. La mirada del miedo que mira a la monstruosidad y no al monstruo. La mirada indiscreta capaz de convertir en piedra la curiosidad impertinente del mortal que la lance. La mirada vacía de la traición que asesina con la eficacia del mejor de los cuchillos. La mirada: que sugiere sutilmente sin caer en la soberbia pétrea del decir. Esta será una herramienta muy valorada dentro del lenguaje audiovisual por su capacidad evocativa y la amplitud de matices que con su correcto uso se puede alcanzar. En el film que hoy nos convoca de Louis Malle, Adiós a los Niños, podremos encontrar una utilización muy cuidada de este recurso. La película contará con personajes que preferirán insinuar a declamar. Alguna vez el guionista y director argentino Santiago Carlos Oves me dijo que el dialogo es la herramienta del guionista perezoso. El desafío del escritor audiovisual está en generar, en construir y diseñar imágenes complejas capaces de comunicar, en hacer accionar a sus personajes sin la necesidad de que sean ellos mismos los que comuniquen en su decir lo que sucede en sus mundos internos, resultado inevitable de su tridimensionalidad. 



Adiós a los niños logrará la construcción cuidadosa de este tipo de imágenes así como también el diseño preciso de este tipo de personajes. Nos encontraremos en el relato con Julien y Jean, los protagonistas del drama, que ocultarán secretos, miedos y sentimientos. Dirán poco, y accionarán mucho. El film poseerá una fotografía que optará por los colores fríos y las cámaras fijas. Habrá un trabajo sobre los distintos escenarios que manejará el director en donde con el correr de la curva dramática se remarcará las bajas temperaturas y la hostilidad de las nevadas para graficar de manera artística y metafórica el avance feroz de la guerra, la llegada inminente de la muerte. La película será crítica con la mirada que se suele ejercer sobre el otro, sobre el distinto, sobre las diferencias. Llamará la atención sobre la diversidad de creencias y la persecución cobarde del hombre sobre el hombre. La palabra dios, la palabra nazi, la palabra amigo sucumbirán ante la fortaleza de una simple mirada. Allí estará el relato que lo dirá todo sin decir nada. Allí estará la ausencia de dialogo ejerciendo todo su poder comunicacional. Beethoven nos recomendó alguna vez no romper el silencio si no era para mejorarlo. Allí estará entonces el silencio, como lo está aquí ahora, llenando este espacio entre nosotros.

 

Lucas Itze.-

 

Canción post impresiones

 


UNIVERSO MALLE

 


Nacido en Thumeries, departamento de Nord en 1932, Malle provenía de una familia de industriales del azúcar (era nieto de Henri Béghin, el fundador de la marca de azúcar Beghin-Say), quienes hicieron su fortuna en las guerras napoleónicas. Creció en un ambiente muy acomodado y pasó por distintos internados católicos. Un amigo suyo que formaba parte del equipo de filmación en el barco Calypso de Jacques-Yves Cousteau, tuvo que cederle a Louis su puesto y en 1955 asumió como asistente de dirección y camarógrafo en el documental El mundo del silencio, por el cual recibió la Palma de Oro en el Festival de Cannes, junto con Jacques-Yves Cousteau. A continuación trabaja con Robert Bresson para preparar (y rodar en parte) Un condamné à mort s'est échappé. Dirigió su primer largometraje a los 25 años, Ascensor para el cadalso (1957) con Jeanne Moreau en la que mostraba su pasión por el jazz, usando una banda musical original de Miles Davis



Luego, realizó Los amantes (1958), también con Jeanne Moreau y en la que atacaba a la burguesía. Más adelante se decidió a adaptar uno de los relatos más difíciles de Raymond QueneauZazie en el metro (1960). En 1962 llegó Una vida privada. Más tarde rodó Fuego fatuo (1963), que trataba sobre la depresión y el suicidio: se basaba en un relato trágico, homónimo del colaboracionista Pierre Drieu La Rochelle. El peso de Camus y el teatro del absurdo marcan su trayectoria. Mas tarde llegaron ¡Viva María! y El ladrón de París. En 1968 se alejó de Francia y de la ficción para rodar Calcuta, un documental que trata de la vida de los campesinos de la India. Luego dirige otros documental como Humano, demasiado humano y Plaza de la República. Al regreso de su viaje, Malle rodó una película que provocó una gran polémica: El soplo al corazón (1971). La película evoca la relación incestuosa (aunque romántica) entre una madre y su hijo. 



Tres años más tarde, la controversia que suscitó tuvo un carácter político. En Lacombe Lucien (1974), con guion cuidadoso, compartido con el novelista Patrick Modiano, trabajó con actores no profesionales (como el protagonista) mezclados con profesionales, tal como hiciera Robert Bresson. Malle describía el lento progreso de un joven campesino, de familia desarraigada y humilde, hacia el colaboracionismo, cerca de Toulouse, zona en la que hubo masacres nazis destacadas. Quería mostrar una Francia que había estado oculta. En el punto más agrio de esa polémica, Malle decidió emigrar a los Estados Unidos. Ya había rodado un documental en ese país algunos años antes (Humain trop humain, 1973), en el que seguía la vida de los trabajadores estadounidenses pobres, experiencia que repitió en 1985 en God's Country. En Hollywood filmó, entre otras películas, La pequeña (1978) con la joven Brooke Shields y sobre todo Atlantic City (1980), con Burt Lancaster y Susan Sarandon, donde relata las desventuras de un pícaro retirado y de su vecina, en la ciudad de los casinos. Luego hace tres films más: Mi cena con André ("My Dinner with André"), Crackers y Alamo Bay



Cuando regresó a Francia en 1987 volvió a tratar el tema que le había hecho marcharse: la ocupación nazi en Francia, a través de un film que será el punto más alto de su carrera, Adiós, muchachos (1987). En un colegio católico, durante la ocupación, un muchacho burgués descubre que uno de sus compañeros es judío. En esta película, Louis Malle narra sus recuerdos de la guerra. La historia, en parte autobiográfica, ya que él fue testigo de una situación similar durante su infancia, trata de un joven judío que se había ocultado en su internado, pero fue luego descubierto por la Gestapo y deportado. Malle declaró que ese tema le había perseguido desde siempre y que, de hecho, esta historia trágica es la que le había llevado al cine. La película retoma también algunos elementos de películas anteriores; de Lacombe Lucien toma al colaboracionista contra su voluntad; de El soplo en el corazón, la intensa relación entre madre e hijo. La película fue un éxito y ganó diversos premios. Filmó a continuación la comedia Milou en mayo (1989), así como Herida (1992). Su último film fue una magnífica adaptación de Vania en la calle 42 (1994), pieza teatral de Antón Chéjov; este Vanya on 42nd Street se estrenó el 19 de octubre de ese año en los Estados Unidos y el 25 de enero de 1995 en Francia. Falleció el 23 de noviembre de ese año por un linfoma a los 63 años.

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: Au revoir les enfants

Año: 1987

Duración: 104 min.

País: Francia

Dirección: Louis Malle

Guión: Louis Malle

Música: Franz Schubert

Fotografía: Renato Berta

Reparto: Gaspard Manesse, Raphaël Fetjo, Francine Racette, Stanislas Carré de Malberg, Philippe Morier-Genoud, François Berléand, François Négret, Peter Fitz, Pascal Rivet, Bendit Henriet, Xavier Legrand, Irène Jacob

 

PELÍCULA COMPLETA

martes, 8 de junio de 2021

DOGS DON´T WEAR PANTS - KOIRAT EIVÄT KÄYTÄ HOUSUJA

PROGRAMA 329 (21-05-2021)

 

SINOPSIS

 

Años después de la muerte de su esposa, Juha lucha con la tristeza y el arrepentimiento. Pero encontrará consuelo en Mona, una amante que está tan ansiosa de castigar a Juha como él desea ser castigado. Todo acaba por descontrolarse, ya que ninguno sabe hasta dónde están dispuestos a llegar. (FILMAFFINITY)

 

EDITORIAL

 

Quien con monstruos lucha, cuide de no convertirse a su vez en un monstruo. Cuando miras largo tiempo al abismo, también este mira dentro tuyo. El día en que mis sueños se despierten, aquel día que descubra que luz y sombra son solo un punto de vista, que lo que siempre hubo al fin y al cabo no fue otra cosa sino oscuridad; en aquella hora fatal de la esperanza, habré de olvidarme para siempre del mundo. Caerán las cenizas de los guiones que dictaron nuestros descuidos, nuestras suertes y nuestros amores. Caerán una a una las palabras que vistieron la soledad del universo. Arderá todo lo que tuve y seré eterno. Llegará la bestia y me envolverá con sus harapientos ropajes devolviéndome el aroma ancestral de la tierra. Seré monstruo. Seré abismo. Seré el frío aullido en la inmensidad de la noche. Se desarmará entre mis fauces el hechizo cruel del tiempo. Sangrará tibio aún el olvido y ya no será necesario ningún camino. La pesadilla entonces habrá empezado y someterá despiadadamente a la cobardía que se esconde en todos los sueños. El infierno es ahora y arde frenético en nuestras pupilas con el nuevo alba. Un silencio lunar amanece sepultándose entre nosotros. Ya no habrá ninguna muerte que nos separe, te lo juro, aunque nada tenga algún sentido. ¿Será esta la verdadera aventura que un día nos prometimos? ¿Quién guía este cuerpo enardecido? No la guía nadie.   

 

Lucas Itze.-

 

Canción elegida para la editorial

 


IMPRESIONES DOGS DON´T WEAR PANTS

 


¿En qué momento somos capaces de entender la muerte? Conociéndonos finitos desde que tenemos uso de razón, sabemos que la muerte está ahí siempre. Quizás nunca pensándola tan cercana pero a medida que vamos creciendo nos ponemos más en contacto con ella. Arthur Schopenhauer en su obra Los dolores del mundo escribía lo siguiente: “El animal conoce la muerte tan sólo cuando muere; el hombre se aproxima a su muerte con plena conciencia de ella en cada hora de su vida”. Vamos amigos, digámoslo en criollo... mientras estamos escuchando esto, estamos muriendo un poco. En ese mismo libro el filósofo alemán agregaba: “La vida debe considerarse un préstamo recibido de la muerte, y el sueño es el interés diario de ese préstamo”. Allí nos fundiremos en abrazos con los que ya no están y recordaremos esas risas hoy ya apagadas. El inconsciente será la unión de esos dos mundos. La mente en blanco (esa famosa luz al final de la vida) surgirá cuando esa finitud sea latente. Así lo experimenta Juha, el protagonista del film Dogs Don’t Wear Pants, de Jukka-Pekka Valkeapää. Estamos ante una película que podría abarcar varios géneros. Esta vez nos vamos bien cerca del Polo Norte, allá en la fría Finlandia, donde todo parece más nostálgico aún. De la escuela de nuestro amigo Aki Kaurismaki (y porque no de su hermano Mika), el director nos contará una historia lineal que comenzará en un soleado día de pesca. En esos primeros minutos conoceremos al protagonista, interpretado por Pekka Strang. Pero la paz se romperá en minutos por el llanto de su hija, que nos llevará a la absurda muerte de su esposa. Así dará inicio a la primera parte de los famosos tres actos aristotélicos para que una elipsis de unos diez años nos lleve a los créditos iniciales. Sabremos que Juha es un cirujano reconocido en su ambiente y que su hija está entrando en la adolescencia. 



La película trabajará los colores fríos, predominando el blanco tanto en la casa como en el hospital, aunque se mezclará con una especie de azul oscuro que se ve ya desde la primera escena. Habrá un meticuloso trabajo de sonido que te sumergirá de lleno en la pantalla. La banda musical buceará por diferentes géneros, con esos repiqueteos lánguidos que suenan en el trágico momento que sufre el protagonista, así como también música más oscura y envolvente durante cierto desarrollo del film, sin dejar de lado la música clásica y hasta el tecno. El director elegirá mayormente primeros planos y encuadres cerrados, sin profundidad de campo para indicarnos el sufrimiento de Juha, para quien no hay mucho más allá que el hoy. Él es quien lleva el peso de la historia y quien tenga que transformarse para esa doble vida que empezará a cargar. Luego de llevar a su hija a hacerse un piercing, descubrirá un sótano donde conocerá a Mona (Krista Kosonen), una mujer que también tiene una doble vida: quiropráctica por un lado y dominatriz sadomasoquista por otro. Su accidental encuentro lo llevará a la asfixia y es ahí donde sus mundos se unirán. Allí verá un océano de agua quizás como símbolo de un nuevo nacimiento, eso que sufrió cuando casi se ahoga para rescatar a su mujer. 



Su hija lo devolverá al presente pero volverá más adelante para conectarse con ese pasado imposible. En ese sótano la fotografía cambiará al rojo sangre mientras empieza un juego de dominante y dominado. El director nos adentrará en ese desconocido mundo con sus reglas y sus personajes, alejándose de los juicios morales, demostrando que no hay perversidad en ellos, sino gente común y corriente. Mona lo tratará como un perro y el obedecerá a su ama. Cada encuentro lo dejará al borde de un colapso y por lo tanto, cada vez más cerca de su mujer. Será ese dolor la única forma de alivianar su muerte. Será esa realidad onírica lo que lo acerque a ese pasado perfecto del que no quiere despertar. Se transformará en una adicción que lo hará perder tiempo con su hija y que le creará problemas hasta en el trabajo, donde sospecharán de algún problema mental. Y también Mona sufrirá un cambio en su vida. El no la verá como un mero juego sexual y eso hará para ella un personaje atractivo. Así, ella no será quien maneje el juego sino una partenaire que Juha necesita para cumplir su objetivo, que no es otro que el de su propia muerte. Agobiado, buscará llegar a ese final pero ella entenderá todo: “No soy lo que estás buscando, no voy a hacer esto” expresará Mona, sabiendo que ese es el límite que no se puede cruzar. Resignificará un nuevo comienzo para que el dolor no exista más. Para que el amor se descubra aún en su lado más salvaje. Y se transforme en un amor animal.

 

Marcelo De Nicola.-

 

Canción post impresiones

 


UNIVERSO VALKEAPÄÄ

 


Nació en Porvo, Finlandia en 1977. Sus primeros cortometrajes fueron Ojos cerrados sin manos (2000) y Keinu (2003).  Su primer largometraje fue Muukalainen (2009), que sirvió de tesis para la Universidad de Arte y Diseño de Helsinki. Valkeapää ganó el premio principal en el Festival de Cine de Gotemburgo por esa película. La historia de un chico y su madre que viven en un pueblo rural de Finlandia que se ve amenazada por la llegada de un forastero. Su segundo largo llegó en 2014 y se llamó He ovat paenneet (They Have Escaped), una road movie donde se unen un chico que hace servicios sociales en un internado y una chica que está viviendo allí. Consiguió varios premios en su país. Su tercer film fue Los perros no llevan pantalones donde se dio a conocer un poco más en el mundo, ya que se estrenó en la quincena de directores del Festival de Cannes, además de ser presentado en varios festivales del mundo.

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: Koirat eivät käytä housuja

Año: 2019

Duración: 106 min.

País: Finlandia

Dirección: J-P Valkeapää

Guion: J-P Valkeapää, Juhana Lumme

Música: Michal Nejtek

Fotografía: Pietari Peltola

Reparto: Krista Kosonen, Pekka Strang, Oona Airola, Iiris Anttila, Antons Baronskis, Armands Bergis, Amos Brotherus, Marat Efendijev, Laine Kate Ertmane, Aleksandrs Garins, Ester Geislerova, Ilona Huhta, Viivi Ihalainen

 

PELÍCULA COMPLETA