viernes, 30 de agosto de 2019

LA DONCELLA (THE HANDMAIDEN) - AH-GA-SSI



SINOPSIS

Corea, década de 1930, durante la colonización japonesa. Una joven, Sookee, es contratada como criada de una rica mujer japonesa, Hideko, que vive recluida en una gran mansión bajo la influencia de un tirano. Sookee guarda un secreto, y con la ayuda de un estafador que se hace pasar por un conde japonés, planea algo para Hideko. (FILMAFFINITY)

EDITORIAL

Su boca derramó el último beso antes de que todo se apagara. Fue princesa de los mendigos y soñadora de los suburbios que rebotaba entre máscaras sin ojeras. Sus ojos latían al ritmo del corazón, parpadeante entre navidades de terciopelo en un inhabitable palacio de aire. Las manos acariciaron cada parte de su cuerpo envenenado de pudor y energía. Las piernas temblaban ante las gotas de sudor que bajaban hacia un abismo infinito. Los dos cuerpos fueron un todo y se derramó el concepto de pasión por las cuatro paredes. Ya no había misterios. Ya no había rangos de poder. Entre esas sábanas cualquier piedra podía ser un diamante. No había piedra preciosa alguna para romper los estigmas. 


De repente, el fruto se abría para siempre y los ritos inmaculados del placer cercenaban cualquier plan inquisidor. Fue solo un segundo donde las aguas se quedaron quietas y los pájaros evitaron cualquier tipo de canto. Fue ese momento donde el sol besó a la luna y la oscuridad resplandeció de golpe. Allí, los dos polos de la sociedad se unieron de forma inmaculada. Ya no había oros ni carruajes ostentosos. Ya no había harapos ni uniformes desclasados. Ya no había castigos, traiciones ni muerte. Solo había una lujuria desenfrenada que desarmaba cualquier protocolo. Solo quedaban risas englobadas en una sinfonía perfecta. Y sus cuerpos descubriendo su propio rubí, escondidos entre los sueños de la doncella.

Marcelo De Nicola.-

Canción elegida para la editorial


IMPRESIONES SOBRE LA DONCELLA


Suponemos desde esta mesa, o tal vez creemos suponer lo que ya nos deriva en un reflejo de afirmación, que si hay una mentira, por contraposición, entonces, también hay una verdad. Pero ¿Qué es la verdad? ¿Existirá una sola verdad? En caso de que hubiera varias, ¿no perdería de esa forma valor la verdad? ¿Tendrá que ver con lo real o será una construcción de los hombres? ¿Tendremos acceso a la verdad o se nos ocultará siempre? ¿Qué es entonces la verdad? Alguna vez compartimos en este espacio aquel trabalenguas de Aristóteles respecto a la verdad según el cual decía que decir de lo que es que es y de lo que no es que no es, es verdadero. Asimismo, decir de lo que es que no es y de lo que no es que es, es falso. Una manera de entender la verdad podría ser como una relación con la correspondencia, es decir corroborándola constantemente con lo real. Pero, ¿es posible ese acceso a lo real? Y de llegar a serlo, ¿es ese acceso objetivo y universal? ¿No hay en el conocer condicionamientos culturales e históricos que atentan contra aquella objetividad imprescindible para aquel concepto de verdad por correspondencia? A pesar de esto, por lo general, y es así como empezamos esta charla, nos manejamos con cierta correspondencia entre nuestro decir y lo real, lo verdadero. Creemos, o suponemos, que existe cierta correspondencia entre lo que decimos y lo que es. El decir, la palabra una vez más como construcción del ser, de lo real, de lo verdadero. Como alguna vez dijimos, la verdad es una x vacía. 


No hay relación del pensamiento a la cosa pero lo que tal vez sí haya es una relación interna entre los enunciados. De esta manera, lo verdadero estaría relacionado con la construcción propia de un relato y la sumisión ante la aceptación del mismo. La verdad entonces miente. Es artificial, arbitraria e impuesta como el lenguaje que la construye. Decía Federico en aquel texto “Sobre la verdad y Mentira en sentido extramoral” que el conocimiento depende del lenguaje y que este es una construcción humana. Agrega que el humano está profundamente sumergido en ilusiones y ensueños, que su ojo se desliza tan solo sobre la superficie de las cosas y ve formas, su sensación no conduce por ninguna parte a la verdad, sino se contenta con recibir estímulos externos. Los hombres no huyen de ser engañados sino del perjuicio que aquel engaño pueda provocar. Allí con toda seguridad ubicaremos al arte, que como bien decía Picasso es una mentira que nos acerca a la verdad. En esta misma línea se desarrollara aquel relato cinematográfico dirigido y adaptado por Park Chan – Wook llamado The Handmaiden, aunque también conocido como La Doncella. La película trabajará una estructura no lineal dividiendo la acción en tres puntos de vista diferentes sobre una misma situación. Estaremos frente a una obra adaptada al lenguaje cinematográfico desde otro sistema, con otros códigos y reglas como el literario. En este pasaje de un sistema a otro encontraremos ciertos aspectos muy logrados y otros no tanto. 


El film poseerá una fotografía con encuadres elaborados y típicos del cine oriental los cuales centraran su atención en la búsqueda casi obsesiva del balance perfecto en el peso de la imagen. La paleta de colores tenderá a las tonalidades frías contraponiendo en ciertas ocasiones con rojos intensos. Encontraremos la persistencia aun de lo literario en cierto abuso de la voz over emulando el monólogo interno de los personajes. Hubiera estado mejor recibido quizás la sutileza de lo sugerido. El sabroso trabajo sobre lo no dicho, sobre aquel vacío que incita inevitablemente al juego. Por otra parte podremos rescatar las actuaciones perfectamente equilibradas, logradas y naturales, generando aquel sentido de verdad del que la mentira se nutre. Se trabajará en la narración del relato el uso de los códigos del Thriller psicológico con todas sus convenciones clásicas y estará también el sexo y el morbo con algún guiño al Marqués de Sade subiendo la temperatura durante todo el metraje. El film se basará en un engaño continuo que nos llevará a pensar que siempre detrás de una máscara encontraremos otra más y detrás de esa habrá otras por caer. El amor también aparecerá de entre las sombras propias de los personajes intentando ser lo más verídico que estos caracteres puedan construir. Y tal vez lo sea, tal vez se logre aquella verdad tan buscada aunque sea por un instante, pues como bien todos sabemos, el amor, así como la verdad es lábil e inaprensible y nadie, pero nadie puede detenerla en un solo lugar.
                                        
Lucas Itze.-

Canción post impresiones



UNIVERSO PARK CHAN WOOK


Park nació en Seúl el 23 de agosto de 1963. Ya luego de sus estudios secundarios, empezó a estudiar Filosofía en la Universidad de Sogang. Allí creó un club cinematográfico llamado Comunidad Fílmica de Sogang, donde además publicaba artículos sobre cine contemporáneo. Su idea era ser crítico de cine pero luego de ver Vértigo se inclinó por ponerse detrás de las cámaras. Empezó como asistente de Yu Yeong-Jin en Khamdong y de Kwak Jae-yong en A Sketch of a Rainy Day. Su primer film fue en 1992 y se llamó Moon Is the Sun's Dream, un thriller que mezcla romance, mafia y prostitución. En 1997 dirige Threesome, la historia de tres personas: un saxofonista con impulsos suicidad, un joven con un coeficiente intelectual menor y una madre soltera que quiere convertirse en monja. Un atraco unirá la vida de los tres. Siguió con el cortometraje Judgment en 1999 sobre dos padres que luego de un terremoto, reclaman el mismo cuerpo desfigurado de un joven. Un año después filma Área común de seguridad, donde aparecen los cadáveres de dos soldados norcoreanos son hallados en el "Área de Seguridad Compartida" que separa las dos Coreas, aparentemente asesinados por un soldado surcoreano. Luego de acusaciones cruzadas, la oficial suiza a cargo, comienza a investigar y el caso se convierte en un misterio, ya que hay 16 balas en los cuerpos, y del arma del soldado sólo pueden haber salido 15... Con este film empieza a ser reconocido en su país y en el mundo. Luego llegaría el éxito gracias a su llamada Trilogía de la Venganza. La primera fue Sympathy for Mr. Vengeance de 2002, que cuenta la historia de un sordomudo que busca desesperadamente 10 millones para comprar en el mercado negro un riñón para su hermana enferma. 


Al año siguiente llega su film más premiado: Oldboy, la historia de un hombre de negocios coreano que un día es secuestrado y confinado durante años en una celda en la que sólo hay una televisión. Y, sin embargo, ignora por qué razón está allí... Logró el Gran Premio del Jurado en CannesLa trilogía se cierra con Simpatía por la mujer venganza, que sigue a una chica de 20 años que cayó presa por el crimen de un niño de 6 y trece años después sale y quiere vengarse, aunque no se sabe de quién… En 2006 llega I´m a Cyborg, But That´s Ok, sobre una joven que cree que es un ciborg, mientras está internada en un psiquiátrico. Por su condición, ella decide alimentarse de pilas y baterías, aunque ahí adentro se enamora de un joven que vive oculto tras una máscara. En 2009 llega Thirst, la historia de un sacerdote que se va a misionar a África, allí se enferma gravemente pero al salvarse, la gente piensa que tiene poderes. Sin embargo una recaída lo lleva a la muerte, pero al otro día despierta siendo un vampiro… Premio del Jurado en Cannes


En 2011 junto a Park Chan-kyung filmaron un mediometraje de 30 minutos llamado Paranmanjang filmado íntegramente con un Iphone 4 y un presupuesto de 130000 dólares. En 2013 dirige el corto Day Trip y ese mismo año filma por única vez en Estados Unidos cuando estrena Lazos Perversos, un thriller sobre una adolescente que pierde a su padre en un accidente de tránsito y tiene que convivir con un tío que desconocía y con su inestable madre. 


Luego volvió a su país para filmar La doncella, basada en la novela Falsa identidad de Sarah Waters, con el que logró premios en el BAFTA inglés y en festivales estadounidenses. El año pasado filmó en el Reino Unido la miniserie The Little Drummer Girl, basada en la novela de espionaje de John Le Carré, ambientada en el terrorismo imperante de los ´70, con el Mossad como principal brazo del mismo.

FICHA TÉCNICA

Título original: Ah-ga-ssi (The Handmaiden)
Año: 2016
Duración: 145 min.
País: Corea del Sur
Dirección: Park Chan-wook
Guion: Park Chan-wook, Jeong Seo-Gyeong (Novela: Sarah Waters)
Música: Jo Yeong-wook
Fotografía: Chung Chung-hoon
Reparto: Kim Min-hee,  Kim Tae-ri,  Ha Jung-woo,  Cho Jin-woong,  Moon So-ri,  Kim Hae-sook, Lee Yong-nyeo,  Lee Dong-hwi,  Yoo Min-chae

miércoles, 28 de agosto de 2019

YO MATÉ A MI MADRE - J´AI TUÉ MA MERE



SINOPSIS

Un adolescente desarrolla poco a poco un odio visceral hacia su madre, una mujer muy pasiva que le transmite sentimientos de culpa. Todo en ella le resulta irritante, desde su comportamiento vulgar hasta su mal gusto en el vestir. Pero, por mucho que el chico la cubra de reproches, ella o finge indiferencia o se limita a afearle su conducta. (FILMAFFINITY)

EDITORIAL

La tristeza es el tiempo huyendo en silencio entre las sombras del relato de nuestra aventura. Es un cuerpo que se deshace de dolor bajo el agua de una ducha. Es el anillo en tu dedo y en el mío. Es la noche urgente y una copa aun servida sobre la mesa. La tristeza es haber elegido palabras que suenen ciertas y es esta caverna repleta de ausencias. Y es una carta escrita y tu nombre en una anécdota. Es la psicótica imagen de saber quién soy, a quien visto y a quien peino. Es ser sin riesgo. Es el riesgo de ser. Son tristes las mugrientas rodillas de una vida ya postrada. Este otoño en el alma. Este deseo responsable. Son tristes las manos manchadas de paciencia, exhaustas de sostener esta paz que se descascara desnudando poco a poco su interior. Son tristes estos ojos que ya no saben mirarte sin presentir. La vida ha comenzado y se disuelve inaprensible entre los dedos de la existencia, como un eco que se apaga para siempre sobre las tinieblas propias del abismo.

Lucas Itze.-

Canción elegida para la editorial


 IMPRESIONES SOBRE YO MATÉ A MI MADRE


Alguna vez Friedrich Nietzsche dijo: El amor y el odio no son ciegos, sino que están cegados por el fuego que llevan dentro… El ser humano enlaza sus pasiones a través del amor y el odio. Muy pocas veces la indiferencia suele ser la elegida. A medida que vamos creciendo y en el complejo paso de la niñez a la adolescencia, los picos del amor/odio se vuelven más constantes. Empiezan a jugar la rebeldía, la poca empatía con los mayores, las discusiones estériles con los padres y la creencia de que no hay nadie que los pare. Somos inmortales, somos infinitos, somos indestructibles. La razón es sólo nuestra. La vida y las decisiones, por caso, obviamente también. Ese fuego del que habla Nietzsche se puede volver un incendio sin escalas en un adolescente. Y así dinamitar toda relación familiar. Amamos a nuestra madre sin saberlo. Solo tras el último adiós somos conscientes de la profundidad de ese amor… Con esa frase de Guy de Manpassant abre su ópera prima el canadiense Xavier Dolan. El enfant terrible, como lo llamó la prensa, escribió el guion a los 16 años y dirigió el film a los 19. 


En parte autobiográfica, la cinta habla de un adolescente que tiene un odio visceral hacia su madre. Dolan también será el protagonista y aparecerá en blanco y negro, haciendo un manifiesto de su relación con su madre. Los planos detalles empezarán a demostrar que el joven sabe bien a dónde quiere ir. Su objetivo, a través de la cámara y de la banda sonora, pretende incomodar al espectador, tanto como su protagonista se incomoda ante los ruidos de su madre al comer. El film trabajará un guion lineal que seguirá la relación entre Hubert y su madre Chantale. Veremos en el protagonista un joven caprichoso, burdo, violento y excéntrico que nos hace ver a la madre como una persona de gustos poco sutiles y sin tanta fuerza o inteligencia. Su forma de ser, hace que el espectador tome partido y no genere prácticamente empatía con el protagonista. A lo largo del metraje, veremos la relación de amor de Hubert con Antonin (¿homenaje a Artaud?) y envidiará el trato de este con su madre. 


El estado salvaje del joven se verá amenizado en sus encuentros con él y con su profesora Julie, quien lo acogerá en una amistad un tanto extraña. La madre, por su parte, tratará de encontrar momentos para que todo vuelva a ser como cuando él era niño. Luego de una de las tantas discusiones, Hubert, yéndose, le pregunta ¿Qué harías si me muriera hoy? Ella, viéndolo partir, murmura para sus adentros: Me moriría mañana. Hubert entonces basa su problemática en por qué no puede querer a su madre. Y cada vez que hay un acercamiento, algo se rompe. Dolan nos ofrece un guion sin mucho brillo para trasladar todas sus ideas a la pantalla. El joven muestra su locura adolescente y nos ofrece un enjambre de cuestiones técnicas para demostrarnos que está instruido, sabe lo que quiere e irá hacia allá con toda la fuerza de un adolescente. Habrá una composición de planos cuidados, sobre todo en ciertos planos detalle y una variada muestra de encuadres, particularmente en las charlas que madre e hijo comparten en ese comienzo. 


La banda sonora será envolvente (no sólo a Hubert le molestará el ruido de su madre al comer…) y tendrá una banda musical que servirá como complemento de la película en algunos pasajes. La fotografía mostrará unos sitios lúgubres ya sea en la casa o en el auto y pasará a colores más vivos fuera de ella. Dolan nos querrá demostrar que sabe de técnicas cinematográficas y de arte en general, y al igual que un cuadro de Pollock, hace un salpicré de literatura, cultura pop, pintura, música y cine para sumar un todo. Para algunos, el film remite a Wong Kar-wai y Pedro Almodóvar, aunque desde su egocentrismo y parte también desde su personaje, Dolan ha dicho que no ha visto mucho de ellos, aunque sí reconoció que es admirador de la Nouvelle Vague, de Bergman y que el final del film en Super 8 es una especie de homenaje a Mi Idaho privado de Gus Van Sant. Finalmente, Hubert tratará de que esa ceguera no transforme esa relación con su madre en una tragedia. Será entonces el momento de barajar y dar de nuevo. Retroceder un par de casilleros y mirar hacia atrás. Principalmente encontrarse con sí mismo, y darse cuenta de una vez por todas, que entre el fuego de la pasión, siempre el amor vence al odio.

Marcelo De Nicola.-

Cancón post impresiones


UNIVERSO DOLAN


Xavier Dolan nació el 20 de marzo de 1989 en Montreal, Québec, producto de la relación del actor y cantante Manuel Tadros con Geneviéve Dolan. Empezó haciendo anuncios publicitarios a los 6 años de edad. Empezó como actor en 2006 con el corto Miroirs d'été, de Étienne Desrosiers. Un año después actúa en su primer largo, como uno de los personajes del controvertido Martyrs, de Pascal Laugier. En el año 2008 llegó su primera película como director: Yo maté a mi madre, la cual escribió a los 16 años basándose en sus propias vivencias y mezclando las mismas con la ficción. El film logró tres premios en Cannes (Premio arte y ensayo, escenografía y Joven Promesa) además de que su film sea nominado al César como mejor película extranjera. Un año después dirigió Los amores imaginarios sobre tres amigos íntimos se ven involucrados en un triángulo amoroso. Marie (Monia Chokri) y Francis (Xavier Dolan) conocen un día a Nick (Niels Schneider), un chico recién llegado del campo. Pronto empieza a surgir entre ellos un vínculo sentimental. El film fue nominado a mejor película en Cannes y en los Premios César. En 2012 filma Lawrence Anyways la historia de un profesor de literatura con un trabajo estable y una sólida relación con su novia que un día decide contarles a sus amigos y seres más queridos sus planes para cambiarse de sexo. El film, de casi 3 horas, dividió a la crítica, algo que en su filmografía empezaba a ser recurrente. 


El 2013 trae dos films: el corto Indochina, sobre un niño abusado en un colegio y el largo Tom en la Granja, donde nuevamente es el protagonista, donde interpreta a un joven publicitario que va al funeral de su novio, donde se encontrará con la familia, que no saben nada de la relación que los unía. Sigue filmando una película por año y en 2014 llega su film más aclamado: Mommy. En una Canadá ficticia, se aprueba una ley que permite que los padres incapaces de controlar a sus hijos problemáticos les internen en un centro especial. Una madre hará lo que pueda con su hijo adolescente que tiene un trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH11) debido a su violenta y peligrosa conducta, hasta que ella decide sacarlo del centro de internación para cuidarlo por sí misma. El film ganó en Francia como mejor película extranjera además de lograr el gran Premio del Jurado en Cannes


En 2016 llega Es sólo el fin del mundo, la historia de un joven escritor  que tras doce años de ausencia, regresa a su pueblo para anunciar a su familia que pronto morirá. Una explosión catártica de sentimientos y verdades. Ganadora del Gran Premio del Jurado en Cannes y que tuvo más críticas negativas que positivas. En 2018 llega su primera película filmada fuera de Canadá y con un reparto de lujo: The Death and Life of John F. Donovan. Kit Harrington (Jon Snow en la serie de televisión Game of Thrones) protagoniza este film y encarna a una estrella del cine en su máximo esplendor que ve su carrera derrumbarse cuando una revista publica su correspondencia con un chico de 11 años. Además del protagonista, actúan Natalie Portman, Kathy Bates, Susan Sarandon, entre otros. No estuvo exenta de polémica, ya que en la edición decidió cortar todas las escenas de Jessica Chastain por una cuestión de tiempo, anunciándolo en Instagram, lo que generó un revuelo total. La publicación en Instagram decía lo siguiente: El primer corte llegaba a las cuatro horas. Nos gustaban cada una de las escenas, pero sabíamos una reflexión más profunda de la forma y el fondo de la película nos esperaba. Fue una decisión extremadamente difícil de tomar. Siento hacia Jessica un amor sincero y una gran admiración. La decisión fue editorial y narrativa, nada tiene nada que ver con su actuación sino con su personaje y la compatibilidad de su argumento. Esta subtrama de ‘villana’, aunque divertida y entretenida, no parecía pertenecer al resto de la historia, que no terminó tratando de héroes o sus némesis, sino más bien de la infancia y sus sueños”. 


Chastain interpretaba a la periodista que era una de las principales protagonistas del film. Lo último que ha filmado es Matthias & Maxime, la historia de dos amigos de la infancia que se besan como parte de la filmación de un cortometraje para la universidad. Tras el beso, ambos comienzan a preguntarse cuáles son sus auténticas preferencias sexuales, lo que pone en peligro la estabilidad de sus vínculos sociales. Otro film que despertó más críticas negativas que positivas. En el Festival de Cine de Cannes de 2014, Dolan dijo que The Piano de Jane Campion fue una gran inspiración para él para entrar en el mundo del cine. Ha mencionado rendir homenaje a Mi Idaho Privado con una secuencia en Yo maté a mi madre y que fue influenciado por la escena de la lluvia de ranas al final de Magnolia, pero dijo en 2013: “Lo que intento decir es que los directores no me influyen tanto ... He leído básicamente todas las críticas de mis películas porque estoy loco y me concentro en lo negativo y quiero saber qué  piensa la gente. Y por qué lo piensan. Muchas veces me han acosado con referencias e influencias que nunca fueron mías por parte de los espectadores que proyectarían sus opiniones, asociaciones y suposiciones sobre mí... Pero seamos realistas: las ideas viajan y todo se ha hecho, todo es cuestión interpretar las cosas nuevamente”. Veremos cuáles serán los próximos pasos de un autor al que los críticos tratan de un talentoso pedante y narcisista. Recordemos que recién tiene 30 años.

FICHA TÉCNICA

Título original: J'ai tué ma mère (I Killed My Mother)
Año: 2009
Duración: 96 min.
País: Canadá
Dirección: Xavier Dolan
Guion: Xavier Dolan
Música: Nicholas Savard-L'Herbier
Fotografía: Nicolas Canniccioni, Stéphanie Anne Weber Biron
Reparto: Xavier Dolan, Anne Dorval, François Arnaud, Suzanne Clément,  Patricia Tulasne, Niels Schneider, Monique Spaziani, Bianca Gervais, Benoît Gouin, Manuel Tadros.

martes, 27 de agosto de 2019

CAPITÁN FANTÁSTICO - CAPTAIN FANTASTIC



SINOPSIS

Ben (Viggo Mortensen) es un hombre que ha pasado diez años viviendo en los remotos bosques situados en el noroeste de los Estados Unidos criando a sus seis hijos, varios de ellos junto a su mujer. Aislados totalmente de la vida moderna, de las comodidades de las ciudades y de la sociedad de consumo, Ben es un padre devoto que ha inculcado en sus hijos una peculiar forma de pensar y vivir la vida. Sin embargo, una trágica noticia hace que la peculiar familia deba dejar temporalmente su modo de vida en la naturaleza y volver a la civilización. (FILMAFFINITY)

EDITORIAL

Con la nostalgia que nos impone aquel silencio brillante de la luna llena sobre la sofocante noche del fin del mundo, me puse a andar. Poco me ataba ya a la torpeza de este damero, a este adoquinado hastiado de transportar desventuras y rostros ausentes. A esta ciudad de rectas y de esquinas, diseñada para que un ciego se traslade en ella. ¿Dónde estábamos todos? ¿Qué quedaba de aquella danza que nos unía alrededor del fuego de nuestras pasiones? ¿Dónde había quedado el riesgo de la aventura? ¿Dónde? Toda mirada era la mirada de la ausencia y el horror. Reflejaba la insoportable frialdad de estar en todos lados sin realmente estarlo. Ya nadie se habitaba y todo se camuflaba bajo las turbias aguas de la impersonalidad. Solo era el miedo lo que nos unía. Tristes sombras huyendo unas de otras por la ferocidad fulminante de defender lo que ni siquiera es suyo. 


Fue entonces cuando decidí dejarlo todo. Pisotear estos ojos mentirosos y sumisos, olvidar para siempre estas manos que escriben debe y haber y se manchan en la inmundicia de la tinta azul o negra respectivamente. Decidí perderme, caminar sin rumbo y sin nombre, volver sin proponérmelo al pantano salvaje de mi existencia. Decidí desandarme, deshacerme, deconstruirme, convencer a mis sentidos de que todo era mentira y engaño. Advertirles a los gritos que todo era una trampa y que todo se unía a través de la siniestra red diseñada por el plan. Aquella noche, bajo el fuego olvidado de las estrellas, velé al que era. Al amanecer, disipo las cenizas en el camino sin demasiado ritual y entro en el bosque. Aquel, finalmente había dejado atrás aquella cárcel que mi yo había sido para seguir adelante su camino dentro de la cárcel que el otro le proponía ser.

Lucas Itze.-

Canción elegida para la editorial



IMPRESIONES SOBRE CAPITÁN FANTÁSTICO


Se suele recurrir a la idea de un escape cuando estamos a punto de estallar. Hay algo en esa fantasía de sentir el agua fría del rio pasando por nuestros pies descalzos, que nos tranquiliza. Sentir el aroma de las hierbas en un cerro, el viento húmedo a través de un bosque golpeándonos de frente. A veces, contemplar un atardecer desde la ventanilla de un colectivo escuchando una canción quizás sea otra manera farmacológica de huir para los que aún nos hace ruido el hecho de tener que aceptar nuestra lejanía con la naturaleza. De alguna manera, cada sujeto intenta retomar ese lazo de unión con lo natural. Con solo pensarse realizando un viaje, estaremos buscando aquella conexión. Hay quienes, con el simple hecho de pensarlo, les alcanza para concretarlo. Otros, en cambio, necesitarán otros estímulos que refuercen esas ganas de partir. Y nada mejor que la imagen y la historia de Capitán Fantástico dirigida por Matt Ross para buscar ese efecto instantáneamente. Ben, aquel personaje protagonizado por Viggo Mortensen, y su esposa intentarán inculcarles a sus seis hijos saberes y valores que se encuentran por fuera de la volátil ciudad y sus parámetros medidos por el poder del consumo. La idea de  la huida estará planteada de una manera estricta y dogmática. 


Decidirán vivir en el bosque, cultivar y cazar sus alimentos, impartirán la educación de sus seis hijos bajo una modalidad de estilo militar repartiendo las horas del día de manera organizada para cada actividad. Sólo basta mencionar que vivir en el bosque, los convierte instantáneamente en presa. De ese modo, encontraremos en los hijos una especie de humanos más evolucionada física e intelectualmente. Preparados, desde la primera infancia, para ganarle a cualquiera una pelea cuerpo a cuerpo o un debate político, matemático o filosófico. Lo más destacado del film será la fotografía y la velocidad retórica del guion. Con esto me refiero a que persuade desde la velocidad de los sucesos, encadenados de una manera tipo freestyle, rimando la descripción tridimensional de los protagonistas en un contexto ajeno a ellos. El resultado será una linda y tibia manera de invitarnos a evitar los extremismos. Ni el enfermizo abrazo vacío y frio al consumismo ni la ilusión irrealizable de una vida por fuera de un sistema del que es imposible salirse. Si bien, planteé la idea de la partida al comienzo del texto como mera salida ocasional es porque como bicho de ciudad y parte del sistema no me es posible hablar desde otro lugar que no sea desde nuestra realidad. 


Walter Benjamin escribió en sus famosas tesis sobre la historia que "no hay nada afuera del capitalismo": todo lo que hagamos, incluso el acto de nacer, moviliza el aparato social en forma de productos y servicios de los que alguien siempre sale beneficiado, el poder es esencialmente lo que reprime. Esa será la temática que tomará el director, será el discurso político al que estamos acostumbrados a escuchar, la instantaneidad de la noticia, el impacto visual. Nosotros, en este preciso momento y desde el barro con el cual construimos esta trinchera, ejercitamos esta modalidad de la comunicación veloz. Sólo tenemos una hora hasta el final (del programa.) No hay espacio para profundizar, no hay manera sin contar con el tiempo necesario. El amigo Michael Foucault decía que el poder es esencialmente lo que reprime y ¿Qué es lo que reprime? Es la pregunta que nos hacemos hace algunos años por estos lados. La ilusión de un nuevo viaje es lo que golpea nuestra puerta en este bendito bosque celeste y blanco. Sólo tenemos una hora hasta el final. Para decirles que se den cuenta, que escuchen, que a ellos les queda menos tiempo, que se den cuenta que estamos cerca.

Alan Beneitez.-

Canción post impresiones


UNIVERSO ROSS 



Nacido en Connecticut el 3 de enero de 1970, es un reconocido actor de la televisión, donde trabaja desde los ´90. Sus papeles más importantes han sido en series como Silicon Valley, Big Love o American Horror Story. También tuvo pequeños papeles en films como Doce monos, Buffalo Soldier, Los últimos días de la disco, Psicópata americano, El aviador o Buenas noches y buena suerte. Debutó en la dirección con el corto El lenguaje del amor en el año 1997 y luego en 2009 realizó Human Resources, donde echa un breve vistazo al mundo moderno del trabajo en una oficina, un sistema de vida en el que el único escape, al menos por Simon, es la locura. Su primer largo llegó en 2012 bajo el título 28 Hotel Rooms que narra la historia de dos amantes que se encuentran en la habitación de diferentes hoteles. En 2016 logra reconocimiento internacional gracias a Capitán Fantástico, con la actuación de Viggo Mortensen y donde Ross logra el sorprendente premio a mejor director en Cannes. En este momento está trabajando en el guion de su próximo proyecto, adaptar la distópica novela de Tom Sweterlitsch, Tomorrow and Tomorrow, que presenta un futuro cercano en el que tras una explosión que acaba con la ciudad de Pittsburgh, la ciudad es recreada en un entorno virtual conocido como Archivo.

FICHA TÉCNICA

Título original: Captain Fantastic
Año: 2016
Duración: 118 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Matt Ross
Guion: Matt Ross
Música: Alex Somers
Fotografía: Stéphane Fontaine
Reparto: Viggo Mortensen,  George MacKay,  Samantha Isler,  Annalise Basso, Nicholas Hamilton,  Shree Crooks,  Charlie Shotwell,  Kathryn Hahn,  Trin Miller, Steve Zahn,  Elijah Stevenson,  Teddy Van Ee,  Erin Moriarty,  Missi Pyle, Frank Langella,  Ann Dowd.

martes, 6 de agosto de 2019

LA MADRE - MAT



SINOPSIS

Adaptación de la novela homónima de Máximo Gorki, está ambientada durante la Revolución rusa de 1905. Narra los trágicos acontecimientos de ese año a través del sufrimiento de una madre por su hijo y su marido, una mujer campesina que tomará conciencia de la lucha social sólo a través del ejemplo y la tragedia. (FILMAFFINITY).

EDITORIAL

Peleando contra el tiempo. Esperando cierta justicia que parece que se perdió en un callejón sin salida. Buscando que las mentiras que leemos y escuchamos a diario no encuentren adeptos. No estamos solos. Golpeados pero seguimos de pie. Luchando y sufriendo por lo que fue, por lo que es y por lo que será. Con el corazón en la mano. Con la cabeza erguida. Con la mirada inquisidora. Con los puños en alto deseando al final hacer la revolución con una canción de amor como nos canta un tal Carlos Alberto. Hacia allá iremos entonces. Tratando de encontrar en el amor una fuerza que espante todo lo que nos una al pasado. Veremos en el retrovisor años de historias. Miles de vivencias. Innumerables nombres que quedaron a la deriva sin más que un grito de horror y un llanto sin despedida. Para que ciertas mentes opresoras acaben de una vez por todas con sus ideas vacías. Para que dejen de imponer pánico a través de los medios de incomunicación. 


Porque ellos son cómplices de esos especímenes burgueses. Y hacia ellos hay que apuntar. Alguna vez el célebre poeta Oscar Wilde dejó en claro que cuánto más conservadoras son las ideas, más revolucionarios son los discursos. Y la palabra queridos amigos, es el arma más noble que puede tener el ser humano. Y en ellas hay que confiar. No importa cómo se escriban mientras hablen con la verdad. Esa que nos ocultaron tanto tiempo y que muchos quieren que volver a enterrar. El tiempo pondrá todo en su lugar. La herida no sanará nunca. Seremos parte de esa masa de gente deambulando en contra de tanta crueldad. Económicas y de las otras, un poco más atroces. Como en los ´70, como en el 2001, como en estos últimos años. Seremos el grito de los que menos tienen. Seremos los que aun contemplan el frío en las calles porteñas. Seremos obreros, maestros, científicos. Seremos el oído ante la voz de ellas. Como en Francia, como en Rusia, como en tantos países del mundo, para gritarle a todos, aunque el corazón esté a punto de explotar, que se vienen nuevos tiempos. Tiempos de revolución.

Marcelo De Nicola.-

Canción elegida para la editorial


 IMPRESIONES SOBRE LA MADRE


Alguna vez Matsuo Basho escribió el siguiente Haiku: Este camino ya nadie lo recorre, salvo el crepúsculo. Es el otoño de las ideas lo que nos lanza al camino con ese par de ojos que ya no es nuestro, es aquel sentimiento de vacío que nos invade como una tormenta oscura y nos obliga a seguir indagando, a seguir buscando. Es aquel silencio cristalino del crespúsculo el que nos hace volver a caminar. Podríamos ubicar el comienzo de esta historia hace algún tiempo atrás, digamos la década que va de 1910 a 1920 aproximadamente. Por aquellos años, un tipo cuya importancia para el desarrollo de las técnicas expresivas cinematografías es innegable pero aun así es repudiado por este programa por sus despreciables ideas racistas, el señor David Wark Griffith, comienza a experimentar en los rodajes de sus films (podemos nombrar entre los más conocidos El Nacimiento de una Nación o la siempre insoportable Intolerancia) novedosas y efectivas formas para la construcción narrativa del relato audiovisual. Por una casualidad aparece entonces la idea de luz rebotada; comienza a utilizarse como herramienta dramática el primer plano; empieza a esbozar el concepto de Raccord y a prestar alguna atención al corte en continuidad para favorecer a la fluidez del montaje, desarrolla aún más lo trabajado intuitivamente por Porter con el montaje paralelo y hasta llego a coquetear con el uso de algún flashback. 


Griffith de esta manera abre el camino a la investigación del desarrollo del lenguaje audiovisual influenciando a la mayoría de cineastas y aficionados de la época. Allá por el 19 en Rusia, Lenin nacionaliza lo que hasta entonces era el cine de los zares y de aquella época surgen tres nombres imprescindibles: Kuleshov, Pudovkin y Eisenstein. En 1920 Kuleshov focaliza su atención en el montaje cinematográfico y forma el Laboratorio de Cine Experimental o Grupo Kuleshov como lo llamaban en la mesa chica de los cafetines de la época. El cineasta se da cuenta que no importaba tanto el contenido de los fragmentos sino como era que estos estaban unidos entre sí. Observa entonces que el montaje no solo ayuda a narrar una historia con fluidez y continuidad, pudiendo manejar la carga de sentido que se le otorga a cada uno de los planos, sino que también es susceptible a modificaciones a través de la manipulación de la yuxtaposición de los mismos. Concluye entonces que los límites expresivos de la imagen exceden sus límites físicos. De nuestro gran amigo Sergei Eisenstein ya hemos hablado más de una vez y hemos tomado cuidadosas notas respectos de sus invaluables aportes en materia de montaje. 


Hablemos entonces de Pudovkin, director de aquella joya cinematográfica llamada La Madre, adaptación del libro homónimo de Máximo Gorki. Un crítico francés realizo una apreciación a la cual adherimos sin restricciones. Escribió Moussinac que el cine de Pudovkin equivale a un canto, mientras que el de Eisenstein a un grito. Esta sutileza ejercida en el cine de Pudovkin acompañó al proceso de desarrollo de aquellos conceptos planteados por Griffith, resultando en una idea que en la actualidad puede resultar obvia, pero que por los años veinte significo una reveladora novedad. Se trata del concepto de Montaje Constructivo mediante el cual se instala la idea de que el realizador y montajista (en la época eran la misma persona) no opera sobre el espacio y tiempo real, sino basándose en fragmentos ficticios que al montarlos general la sensación de una realidad hipotética. Esculpir el tiempo escribirá Tarkovsky muchos años más tarde. Podemos percibir en el film La Madre este concepto de manipulación temporal como así algunos de los cinco métodos de montajes establecidos por el propio director. La película es una joya cinematográfica que mantiene su vigencia no solo técnicamente hablando sino también en lo que a su composición y argumento se refiere. Veremos en el film ya establecida aquella intencionalidad narrativa en donde la cámara deja de ser el punto de vista fijo de alguien que mira sin ningún compromiso, con solo una intención demostrativa, para pasar a ser una herramienta expresiva, con un propósito, generadora de un lenguaje propio. 


Podremos reparar en la finalidad de cada plano de construir un sentido dentro del armado del relato, resultando de esta manera perfectamente justificados tanto en su composición como en su yuxtaposición dentro su conjunto. Asimismo, cada corte de cámara demostrará una precisión y fluidez que será funcional a la intención narrativa del montaje. Es notable la excelencia en la utilización de las técnicas fotográficas planteada para rodar el film. Los planos se construirán sobre conceptos compositivos tales como la figura fondo, las líneas cinéticas, escala y proporciones y se mantendrá en todo momento el equilibrio en el planteo de pesos de los objetos componentes del cuadro. Faltará en alguna de las secuencias el desarrollo de la noción de la ley de ejes por lo que percibiremos algunos saltos involuntarios que atentaran contra la ubicación en el espacio dramático del espectador. Por otro lado, se respetará el movimiento de 45 grados de la cámara en cada corte lo que aportara fluidez narrativa. La puesta de cámara será una de las más inteligentes que quien les habla haya visto nunca. Habrá economía de movimientos, trabajos delicados de paneos, de angulaciones y de variaciones de alturas. Es quizás por todo esto que el film transcendió su tiempo y hoy nos golpea con la misma intensidad que entonces. Será una experiencia potente que nos invitará a caminar aquel camino de la aventura, aquel camino por donde cae silencioso el crepúsculo.

Lucas Itze.-

Canción post impresiones


UNIVERSO PUDOVKIN


Nacido en la ciudad rusa de Penza el 16 de enero de 1893, fue el tercero de 6 hijos. Estudiaba ingeniería en la Universidad de Moscú, hasta que le tocó participar de la Primera Guerra Mundial, donde fue capturado por los alemanes. Luego de ser liberado estudió lenguas extranjeras e hizo ilustraciones de libros. En 1920 se inscribió en los cursos de dirección de la Escuela Estatal de Cinematografía de Moscú. Empezó a trabajar en el mundo del cine como actor, guionista y director de arte, hasta que empezó a ser asistente de cámara de uno de los grandes directores de la época: Lev Kuleshov. Su primera vez en la dirección se dio junto a Nikolai Shpikovsky en el corto cómico La fiebre del ajedrez. Un año más tarde realiza en solitario La mecánica del cerebro, un documental científico basado en la teorías de Iván Pavlov. Su ópera prima se llamó La Madre y era una adaptación del clásico de Máximo Gorki, film que a través del tiempo se convirtió en una película de culto. En 1927 estrena El fin de San Petersburgo, un homenaje a los 10 años de la Revolución. Un año después filma Tempestad sobre Asia, una historia que se desarrolla entre Siberia y el Tíbet y unos colonos ingleses encuentran a un cazador al que confunden con un heredero de Genghis Kahn y quieren usarlo como títere político. 


Luego de esa trilogía empieza a ser considerado uno de los maestros soviéticos junto a Serguéi Eisenstein, Dziga Vertov y Alexander Dovzhenko. En 1928, con el advenimiento de la película sonora, Pudovkin, Sergei Eisenstein y Grigori Aleksandrov firmaron el Manifiesto del sonido, en el que se debaten las posibilidades del sonido, y siempre se entiende como un complemento de la imagen. En 1932 dirige junto a Mikhail Doller Prostoi sluchiai (Un caso sencillo) y un año después El Desertor, donde un sabio e indulgente líder comunista decide mandar un joven trabajador como delegado internacional a la Unión Soviética después de que haya abandonado un piquete y expresado sus dudas sobre los métodos de la lucha de clases en su país. Sus próximas películas fueron un homenaje a las epopeyas rusas: Victoria en 1938, la historia de tres pilotos de prueba rusos que desaparecen en Japón pero su familia no pierde las esperanzas. En 1939 llegó Minin y Pozharskiy sobre la historia de estos dos héroes rusos que junto al pueblo evitaron la invasión polaca en 1611. Y en 1941 llega Suvorov, biografía de los últimos años del invicto general Aleksandr Suvorov. Por esta última recibió el Premio Stalin


Durante la Segunda Guerra Mundial se fue a Kazajstán, donde filmó otras de sus películas. En 1942 dirige una película de episodios relatando las miserias nazis, llamada Vienen los asesinos junto a Yuri Tarich. Y sigue con películas relacionadas a la guerra en Tres encuentros  y luego con Almirante Nakhimov, sobre el héroe de Sebastopol que combatió ante franceses e ingleses en 1850 y le dio su segundo Premio Stalin. Luego de la guerra regresa a Moscú para filmar Zhukovsky, basada en la vida del científico ruso Nikolai Zhukovsky, que fue uno de los precursores de la aerodinámica e hidrodinámica moderna, siendo apodado por Lenin como "el padre de la aviación soviética" Allí levantó su tercer Stalin, además obtuvo su Segunda Orden de Lenin. Su cierre como director fue con El regreso de Vasili Bortnikov, la historia de alguien que se creía que había muerto en la guerra pero regresa cinco años después y encuentra a su mujer casada con otro hombre. Además de dirigir, escribir guiones y actuar, Pudovkin fue también educador y periodista, autor de varios libros sobre teoría cinematográfica, profesor de VGIK (Instituto Pansoviético de Cinematografía), presidente de la sección de cine en VOKS (la Sociedad de Relaciones Culturales con el extranjero, desde 1944) y miembro del Comité de Paz Soviético. Vsevolod Pudovkin murió el 30 de junio de 1953 en Jūrmala, Letonia (cerca de Riga) después de un ataque al corazón. Una de las calles de Moscú lleva el nombre de Pudovkin.

FICHA TÉCNICA

Título original: Mat
Año: 1926
Duración: 88 min.
País: Unión Soviética (URSS)
Dirección: Vsevolod Pudovkin
Guion: Nathan Zarkhi (Novela: Maxim Gorky)
Música: David Blok, Tikhon Khrennikov (Película muda)
Fotografía: Anatoli Golovnya (B&W)
Reparto: Vera Baranovskaya, Nikolai Batalov, Aleksandr Chistyakov, Ivan Koval-Samborsky, Anna Zemtzova.