martes, 29 de septiembre de 2020

SIN LUGAR PARA LOS DÉBILES - NO COUNTRY FOR OLD MEN

PROGRAMA 299 (18-09-2020)

 

SINOPSIS

En 1980, en la frontera de Texas, cerca de río Grande, Llewelyn Moss (Josh Brolin), un cazador de antílopes, descubre a unos hombres acribillados a balazos, un cargamento de heroína y dos millones de dólares en efectivo. (FILMAFFINITY)

 

EDITORIAL

 

Es triste el mundo. Su carácter efímero de millones de años lo viste de domingo y de azules y lejanos “hasta luegos” que rebotan en el eco de cualquier historia. Puedo oír la tristeza del mundo susurrando su muerte desde los relojes, robándose los colores con su canción hipnótica de mar que se acerca, deja su secreto y se despide. Si alguna vez pudiéramos escapar de la soberbia del lenguaje, de la colonización de la especie, de aquel horrible holocausto de lo distinto y ya sin ese peso en nuestros hombros transitar otros mensajes, otras historias, nuevos finales. Pero el mundo se hace más triste de esa manera, en aquel juramento tácito de la dureza del piso y la blancura de las nubes, en el obsceno ultraje de los matices que ejercemos con cada nombre.  


Está allí la tristeza del mundo en el cenicero sucio de puchos aplastados, en los poemas perdidos en el abismo vanidoso de una idea, en la copa aun con vino que con una dignidad desconocida vigila todavía de pie la mesa vacía que en su aburrimiento juega con las caricias del viento. Allí está el triste mundo desvaneciéndose en sus rutinas, con su tristeza que se amarillenta como las hojas de un libro lleno de tiempo, ese mundo que ahora parte de nosotros roído en sus puntas, con la sincronía de una danza conocida. Pero también esta aquel barullo del futuro que nos recibe como una murga embravecida y que se acerca sin forma alguna como toda novedad. Se acerca aquello inevitable y sobre esas manchas de futuro proyectaremos nuestra triste esencia para sabernos nuevos, para reservarnos un lugar en aquel mañana prometido, en aquel mañana paradójicamente interesante porque aún está libre de nosotros. En aquel mañana que nos hace más fuertes, porque nos jura que allí, no habrá lugar para los débiles.        

 

Lucas Itze.-

 

Canción elegida para la editorial

 


IMPRESIONES SOBRE SIN LUGAR PARA LOS DÉBILES

El pasado acecha con ese color sepia que intimida. Los recuerdos se humedecen pero el presente es cada vez más agrio. Y el futuro aparece como algo desolador. Como esos desiertos del Lejano Oeste. Hasta allá nos llevan esos talentosos cineastas que son los Hermanos Coen. Esta vez, cosa extraña en ellos, eligen adaptar una novela aunque los personajes tienen ese rasgo cien por ciento Coeneano, si se me permite el término. Hablamos del Best Seller de Cormac McCarthy, titulado No Country for Old Men y llamado Sin lugar para los débiles por estos lares. Una voz en off empezará su monólogo mientras unas increíbles imágenes de ese amanecer desértico comienzan a aparecer como poemas visuales. La primera marca de la casa ya está a la vista. Escucharemos atentos al sheriff de un pueblo extrañar esos viejos tiempos donde los propios comisarios casi ni llevaban armas y donde la muerte se presentaba de otra manera. Otra época. Otros códigos. Otra vida. La historia estará ambientada en los ´80 y será contada de modo lineal. La fotografía de un maestro como Roger Deakins será excelsa. Se centrará en esos colores otoñales, con una paleta de marrones, ocres o beige bien de las típicas películas del Oeste, como si se tratara de un film de Sergio Leone. Se servirá de la luz natural para crear contrastes entre luces y sombras pero también utilizará objetos como un espejo o un viejo televisor para jugar con sus reflejos. 

Habrá planos de una belleza típica de los Coen y cada encuadre estará cuidado al máximo. Los planos generales, que serán bastantes durante el film, serán casi fotografías perfectas y como dijeron los directores, los paisajes serán también personajes que no se separarán de la historia. El montaje será perfecto y como en toda su filmografía, habrá que estar atento a ciertos planos detalles, ya sea un zapato, una moneda o una rejilla de ventilación. Los leves movimientos de cámara en algunas escenas nos detallarán la habitual perfección que intentan obtener en cada toma, acercándose de modo tan leve que parecerán tomas fijas, donde el claro ejemplo es la charla del psicópata con un empleado de una estación de servicio y su moneda de la “suerte”. La música será obra de Carter Burwell, otro habitual colaborador de Ethan y Joel. Será un sonido minimalista, compuesto en cierta parte por tazones cantadores o campanas metálicas que creaban un estilo budista en los pocos momentos donde no había silencios. La presentación de los personajes será lenta, tanto como el ritmo del film. Un maletín con dos millones de dólares en las manos equivocadas pueden desatar un caos. Será Llewelyn Moss (Josh Brolin), un cazador veterano de Vietnam, quien se tope con ese dinero luego de una balacera entre traficantes mexicanos en la frontera texana, donde solo queda uno malherido pidiendo agua. Por la noche, para aliviar la culpa decide volver con un bidón y allí empezará el juego.

Ya es muy tarde para echarse atrás. Lo acecharán unos narcos pero también habrá un caza recompensas que buscará ese maletín sin importar quien esté enfrente. Ese hombre parco, con un corte de pelo extraño y de pocas palabras, no será otro que Anton Chigurh, interpretado de manera genial por Javier Bardem, a quien veremos asesinar a un policía aun esposado en el comienzo del film. A medida que avanza el metraje se irán desarrollando los personajes pero nunca conoceremos bien a ninguno. Cada uno elegirá sus acciones y sufrirá sus consecuencias. Habrá un hombre que escapará con un maletín y que tratará de salvaguardar a su mujer del lío donde está metido, habrá dos cazas recompensas: uno dispuesto a todo y otro (Woody Harrelson) tratando de dar con él y finalmente habrá un sheriff (Tommy Lee Jones) que los persigue sin entender porque hay tanta violencia. En el medio veremos la simpleza entre tanto terror. Empleados de hoteles, gasolineras o farmacias se entremezclan con la brutalidad más impensada. Habrá parajes desérticos y un pueblo dormido, donde por las noches la oscuridad y el silencio solo serán interrumpidos por las balas. ¿Será el dinero lo que mueve a todos? Creemos que eso sería algo muy simple conociendo a los Coen y ellos no suelen dejar respuestas así de fáciles. Quizás cierta ética o códigos sean los que movilicen más que el dinero. ¿Ya sabemos como va a terminar esto? Le pregunta Anton a Moss. Moss lo sabe y nosotros también pero ahí estará la ética de no dejarse vencer y luchar hasta el final, peleando su propia guerra. 

Como también los códigos que el comisario Bell hace tiempo siente que no existen. Será ese país que describe Mc Carthy en su novela, al que se llegó gracias a la venta de armas, de drogas, la ley seca, las guerras (Vietnam incluida), el capitalismo salvaje y la historia del siglo XX en adelante los que condujeron a ese final teñido de odio, rencores, asesinatos y donde los viejos ya no sirven. Será ese viejo quien todavía anhela esos momentos que le aparecen hasta en los sueños, el fiel testigo de toda esa vorágine de sangre y muerte. Quizás por no pertenecer a ese mundo es quien llega tarde, cuando la faena terminó. Será por eso que espera el retiro porque se siente ajeno a ese mundo donde la moral no existe. Y será ese asesino el fiel reflejo de un sistema que te atrapa hasta dejarte sin nada. Porque Anton Chigurh sólo persigue una única meta, cumplir con su objetivo. Moldeado solo para eso. Como si se tratara de un obrero, un empleado o un oficinista donde importa más el deber que la recompensa. Un ratón de laboratorio. Se verá en el final que ciertas normas si existen para él. Habrá un accidente donde saldrá herido por respetar un semáforo. Y se irá en busca de su próxima víctima, porque así lo indica su ley.

 

Marcelo De Nicola.-

 

Canción post impresiones


UNIVERSO COEN

Los hermanos Coen nacieron ambos en Minnesota, con casi tres años de diferencia.  Después de graduarse en la Universidad de Nueva York, Joel trabajó como asistente de producción en varias películas y videos musicales. Desarrolló su talento para el montaje de películas y conoció a Sam Raimi, quien en ese entonces buscaba un asistente para el montaje de su primera película, The Evil Dead (1981).

Luego, empezaron a filmar sus propios films pero antes contaremos un par de cosas sobre ellos: Ambos colaboran en la escritura, producción y dirección de sus películas, si bien es frecuente que Joel aparezca como director e Ethan como productor en los títulos de crédito. En la industria cinematográfica, de hecho, se les conoce por el apodo de "el director bicéfalo" (the two-headed director). Usan el seudónimo Roderick Jaynes para algunos de los montajes de sus películas. Muchos actores que han trabajado con ellos cuentan la anécdota de que al estar tan compenetrados, al hacer una pregunta, sobre el guion o sus personajes a cada uno de ellos, reciben exactamente la misma respuesta de cada hermano. Los hermanos Coen se han convertido en los mayores exponentes del cine independiente norteamericano. Ahora sí, vayamos a su filmografía: debutan en el año 1984, con el film Sangre fácil y demostrar que el humor negro iba a ser un clásico de sus películas. Se llevaron el trofeo en el importante Festival de Sundance al cine independiente como mejor película. Tres años después llega Arizona Baby, con un joven Nicolas Cage, otra comedia que obtuvo excelente críticas. En 1990 llega uno de sus puntos más altos con Muerte entre las flores, en una gran película sobre la mafia en los años 20, con excelente actuaciones de reconocidos personajes de los Coen como John Turturro y Steve Buscemi.

Un año después dirigen Barton Fink, sobre un escritor con un bloqueo mental. Nuevamente varios reconocimientos, sobre todo en Cannes donde un film se llevó los tres premios principales luego de 44 años (Película, director, y actor). En 1994 salen a escena con Un gran salto, donde se dan el lujo de dirigir a Tim Robbins, y nada menos que a Paul Newman. Vuelven con todo dos años después con una de sus mejores películas, como es el caso de Fargo. Unas actuaciones geniales de todos los protagonistas, conocidos por sus trabajos con estos directores,  en un film que se cansó de cosechar premios y excelentes críticas en todo el mundo.


En 1998, cuando parecía que la vara había quedado muy alta, llega El Gran Lebowski, sin dudas, una de las mejores comedias de los últimos años. El Dude, Walter y Donny ya son personajes que están en la memoria de casi todos. Vuelven con una comedia simple en el 2000, pero no por ellos menos efectiva con Donde estás hermano (O brother). Con un excelente trabajo de George Clooney no solo como actor (ganador del Globo de Oro) sino también como parte importante para la música. En 2001 filman El hombre que nunca estuvo con Billy Bob Thornton y Scarlett Johansson.

Dos años después llega El amor cuesta caro (Intolerable Cruelty), con George Clooney y Catherine Zeta Jones, quizás su film más comercial. Se sacan las ganas de hacer un remake y trabajar con Tom Hanks en 2004 al filmar El quinteto de la muerte, que no obtuvo buenas críticas. Luego de participar en dos episodios de cortos como Paris, Je T´aime y A cada uno con su cine, en 2007, llegaría su obra más multipremiada: Sin lugar para los débiles, basada en el famoso best seller de Cormack McCarthy, les daría su primer Oscar a Mejor Película (además de guion y director), y una actuación demoledora de Javier Bardem, junto a un cúmulo de estrellas de la talla de Tommy Lee Jones, Josh Brolin y Woody Harrelson. Un año después vuelven a su clásica comedia negra con actores de la talla de George Clooney, Brad Pitt y John Malkovich en Quémese después de leerse. El film, que para la crítica no fue tan buena, tiene igualmente escenas memorables. Vuelve un año después a pelear por todos los premios importantes con Un hombre serio, protagonizada por Michael Stuhlbarg, sobre la historia de un simple muchacho que le pasan todas las cosas malas juntas. En 2010 vuelven a juntarse con Jeff Bridges en otra gran película, en la remake titulada Valor de ley (la original es con John Wayne en 1969). Un gran elenco y otra catarata de nominaciones en todo el mundo.

En 2013 fiman: A propósito de Llewyn Davies, que gira en torno a la vida de un cantante folk, protagonizada por Oscar Isaac. Otra vez llovieron buenas críticas y premios por todo el mundo. Luego llegó Hail Caesar, sobre el Hollywood de los años 50, donde Eddie Manix, es un investigador a sueldo de los estudios para proteger a las estrellas del momento de sus historias más escandalosas: infidelidades, abuso de drogas, arrestos, amenazas... Un reparto de lujo: George Clooney, Ralph Fiennes, Scarlett Johanson, Frances McDormand, Jonah Hill, Tilda Swinton y Josh Brolin, entre otros. Su último trabajo fue La balada de Buster Scruggs, donde cuentan seis historias ambientadas en la frontera norteamericana del Lejano Oeste, con actores como Tim Blake Nelson, Zoe Kazan, Tom Waits, James Franco, Liam Neeson, entre otros.

 

FICHA TÉCNICA

Título original: No Country for Old Men

Año: 2007

Duración: 122 min.

País: Estados Unidos

Dirección: Joel Coen, Ethan Coen

Guion: Ethan Coen, Joel Coen (Novela: Cormac McCarthy)

Música: Carter Burwell

Fotografía: Roger Deakins

Reparto: Josh Brolin, Tommy Lee Jones, Javier Bardem, Kelly MacDonald, Woody Harrelson, Stephen Root, Garret Dillahunt, Tess Harper, Barry Corbin, Rodger Boyce, Beth Grant, Caleb Landry Jones

miércoles, 23 de septiembre de 2020

TESIS

PROGRAMA 298 (11-09-2020)


SINOPSIS

 

Ángela, estudiante de Imagen, está preparando una tesis sobre la violencia audiovisual. Como complemento a su trabajo, su director de tesis se compromete a buscar en la videoteca de la facultad material para ella, pero al día siguiente es hallado muerto. Ángela conoce a Chema, un compañero experto en cine gore y pornográfico, y a Bosco, un extraño chico, amigo íntimo de una joven asesinada en una snuff movie. (FILMAFFINITY)

 

EDITORIAL

 

Corría el año 1989 y “¡Bang! ¡Bang!... estás liquidado” era el cuarto disco de estudio de Patricio Rey y sus redonditos de ricota. Grabado en el estudio Del Cielito en febrero de ese año, unos días después de que se produjera el Asalto al Cuartel de La Tablada organizado por el Movimiento Todo por las Patria, en medio de un clima social hostil  "Tenía la sensación de que podía pasar cualquier cosa. Había mucho olor a pólvora -comentó el Indio alguna vez,- Por eso imaginé que hasta te podía fusilar la Cruz Roja. Era una forma de sugerir que no había que confiar en nadie". El 3 de diciembre de ese mismo año sería presentado en vivo en el club Sportivo América de Rosario, días antes de la renuncia de Ricardo Alfonsín.  El tercero en la lista de temas que incluye el álbum es “La parabellum del buen psicópata. Dentro del libro autobiográfico “Recuerdos que mienten un poco” Marcelo Figueras le pregunta a Carlos Solari de donde sale el título a lo que el Indio le contesta que “Era una forma de aggiornar la parábola del buen samaritano. Muchas veces dije que al hombre del futuro, aquel que tenga éxito en la tarea de adaptarse y sobrevivir, no le va a quedar otra que ser un psicópata.
La mención al punto G es cosa de la época. En aquel momento todo el mundo se la pasaba tratando de encontrar ese puto punto… ¡y nadie cogía!”

La famosa Parábola del buen samaritano relata, en el capítulo 10 del Evangelio de Lucas, la historia de un hombre que fue robado, golpeado y dejado casi sin vida. Mientras yace aferrado a la vida, varias personas de grupos étnicos y clases más prominentes pasan por su lado y toman la decisión de no ayudarlo, ignorando su situación. Finalmente, un samaritano que no es tan prominente y tiene una visión religiosa diferente lo ayuda. De esa manera Jesús nos sugiere como debe comportarse el ser humano con sus pares. La parábola es narrada por el propio Jesús a fin de ilustrar que la caridad y la misericordia son las virtudes que guiarán a los hombres a la piedad y la santidad.

¿Entonces que tiene que ver la parábola de Bang Bang con la del Evangelio? Me pregunté. Fue de esa manera que, buscando archivos, llegué a una entrevista realizada por Enrique Syms al mismo Indio Solari, publicada en la Revista Cerdos y peces años atrás del lanzamiento del disco. El titular de la nota dice grande “Indio Solari: Los psicópatas serán los hombres del siglo XXI” 7 de diciembre de 1986. En esa excelente nota nos encontraremos con esas dos personalidades enormes hablando sobre “la aventura del hombre” la relación que existe entre la ciencia y la percepción del hombre común, sobre aquel poder que maneja los hilos y que el Indio cataloga como “la Maffia”. Se va generando una apertura donde se menciona a la ciencia como la nueva religión, instrumento y arma principal de aquella “maffia”. ¿Acaso quién se atreve hoy a discutirle algo a la ciencia? Es entonces cuando dirá “De prosperar en el tiempo este orden sistémico en el que vivimos, la personalidad más apta para la supervivencia es el psicópata. Quizá los psicópatas sean la desgraciada vanguardia de un nuevo sistema nervioso, aquel que va a poder soportar las rígidas tensiones del orden sistémico… la única manera de sobrevivir”  El psicópata, aquel que está impedido de sentir empatía con los sentimientos de un tercero, entonces, se parará en la vereda de enfrente del buen samaritano. Aquel psicópata, aquel joven lobo quemándose de amor en este relato erótico vera a su compañera sexual como un objeto inerte, será una tontera aquello del punto G y solo buscará alimentar sus propios deseos. Y detrás del velo de la información estarán los medios de comunicación promocionando la pastillita de dosis diaria que los psicópatas del futuro necesitaran para sentar sus nalgas indignadas creyendo que sus puteadas aportan algo útil a todo esto. ¿Premonición, mucho rebusque? No lo sabemos. Si estamos seguros que nos une la misma pulsión. Y vos, ¿Qué pensás? Que visión tenés de todo esto? ¿Cuál es tu tesis?...

 Alan Beneitez.

 

Canción elegida para la editorial


 

IMPRESIONES SOBRE TESIS

 

Capturar una imagen es siempre un acto siniestro. Hay algo en aquella dinámica que se emparenta bastante al despojo, al hurto, al avasallamiento, la conquista y la manipulación. La caída del límite, la muerte del sujeto. Disparar una captura, jamás es un acto inocente. Se producirá allí la fatal disolución del ente en objeto, devendrá el ocaso de los matices y caerá en él el peso inamovible de la imagen, de la captura del instante. El yo siempre es liviano, dividido, disperso, es la imagen la que es pesada y obstinada y es por esto que la sociedad se apoya en ella, se aferra desentrañándola, manipulándola según su lectura, tiranizándola de sentido. Roland Barthes escribe en su libro La cámara lúcida respecto de la foto retrato que es una empalizada de fuerzas. Cuatro imaginarios, prosigue el filósofo y semiólogo francés, se cruzan, se afrontan, se deforman. Ante el objetivo soy a la vez: aquel que creo ser, aquel que quisiera que crean, aquel que el fotógrafo cree que soy y aquel de quien se sirve para exhibir su arte. El sujeto entonces ha muerto para convertirse en otra cosa. En un sentido similar, Borges escribía en su poema sobre los espejos los siguientes versos: Nos acecha el cristal. Si entre las cuatro paredes de la alcoba hay un espejo, ya no estoy solo. Hay otro. Hay el reflejo que arma en el alba un sigiloso teatro

El sujeto ya devenido objeto, despojado y desplazado,  entonces será otro, y aquella otredad operará en el receptor empatizando, reactivando memorias, personas o emociones pasadas, construyendo un mensaje particular y profundo, el punctum según términos del propio Barthes. Es por esto, entonces que en aquel binomio comunicacional que se produce entre la imagen capturada y el que observa, debe haber una complejidad similar para de esta manera poder lograr una cierta proyección del uno sobre el otro, una empatía y claro, un reconocimiento. El receptor construirá su propio mensaje sobre la imagen porque será en ella donde este se verá reflejado e intentará darle un sentido a aquel encuentro. Hace relativamente poco, desde este mismo micrófono, hablamos sobre la teoría Bressoniana y apuntamos que el objetivo del cinematógrafo era decir la verdad sobre lo real, o mejor aún, permitir que lo real diga la verdad, al provocar las condiciones de su encuentro por parte del espectador, en aquella operación decía Bresson, el cineasta actúa solamente como una especie de mediador inspirado. El destello se dará entonces, entre el espectador y la obra. Dicho esto pensemos en lo siguiente: ¿puede una imagen matar a alguien? Esta perturbadora pregunta surge del inquietante film de Alejandro Amenábar llamado Tesis

En el relato, una estudiante de Imagen realiza su trabajo final tomando como tema central la violencia en la imagen. Luego de la muerte de uno de sus docentes, es ella misma quien se pregunta si aquello contenido en una imagen puede dar muerte a quien la observa. Macerando un poco más la propuesta del film, podríamos continuar pensando qué peso real tiene una imagen para la sociedad, que posibilidad de manipulación existe sobre aquello que vemos y hasta podríamos aventurarnos a cuestionar y reflexionar sobre la legitimidad del deseo de ver lo que compulsivamente nos es mostrado. El film por su parte jugará con estas ideas interpelando continuamente al espectador de una manera tan provocadora como creativa. El comienzo de la película será un claro ejemplo de este juego entre lo morboso y lo perverso, aquel goce íntimo de quebrar el límite impuesto. Sobre el negro profundo, una voz preocupada y angustiada nos advertirá que no podemos continuar, a los pocos segundos la imagen funde al interior de un tren donde la misma voz concluye con la noticia de un accidente en las vías. Coincidirán entonces el comienzo del film con el comienzo del juego, aun declarando la imposibilidad de continuar, el film avanza y nosotros, espectadores relativamente pasivos, aun sentados por propia intención y no porque el relato nos haya atrapado de manera alguna, continuaremos expectantes por el solo goce de ver, por el solo placer de seguir mirando sin ser vistos. Esta perversión estará también instalada desde el protagónico que recorrerá la curva dramática. 

El relato se manejará dentro de las convenciones del thriller psicológico y el conflicto avanzará no por el quiebre de un aparente orden previo o por una contrafuerza real ejercida por un antagonista, sino por el simple goce implícito de personaje de Ángela, que aún teniendo algo de angelical en su nombre, arde en la profunda perversión de seguir observando aquello que conscientemente repudia. No habrá victimario, sino una búsqueda masoquista inconsciente y constante de ser víctima. El conflicto ira creciendo dosificadamente y de manera constante, lo que provocará un excelente desarrollo del suspenso. Habrá un ayudante de la protagonista con la rareza propia descriptas para esta categoría por el propio Joseph Campbell en su libro El héroe de las mil caras. Hacia el final, el relato volverá con intencionada inocencia sobre el papel de los medios en el uso y exposición de imágenes violentas. Aparecerá una advertencia, habrá un preámbulo que jurará el rechazo y la buena voluntad de quien muestra y harán correr entonces aquellas siniestras imágenes de lo que descarnadamente también somos. Poco antes de morir, el genial fotógrafo Carlos Bosch declaró su imposibilidad de concebir una fotografía sin semántica, una imagen carente de sujeto y predicado y con ello, claro, hacía una declaración de principios. Los que esta mesa ocupamos, al igual que Bosch creemos profundamente en la capacidad expresiva y discursiva de una imagen y en la nefasta posibilidad de maleabilidad de su inmenso peso frente a las sociedades de consumo. Entendemos que el monopolio discursivo es letal solo si la lectura de aquella retórica es pasiva. Por eso es entonces que levantamos nuestras copas y nos aventuramos a la travesía de cruzar este maldito desierto de palabras que nos narran tendenciosamente día a día haciendo lo mejor que sabemos hacer: Pensar.-          

Lucas Itze.-

 

Canción post impresiones

 


UNIVERSO AMENABAR

Alejandro Amenábar nació en Santiago de Chile el 31 de marzo de 1972. De madre española y padre chileno, al año la familia se volvió a España por el golpe de Estado de Pinochet. Sus padres celosos de su educación, no le permitían ver mucha televisión ni películas, por lo en su infancia sus aficiones eran escribir relatos y leer libros. Recién a la edad de 15 años empezó a visitar los cines con más frecuencia y eso hizo que quiera estudiar algo relacionado con el séptimo arte. Empezó a estudiar en la Facultad de Ciencias de la Información de Madrid, donde no llegó a terminar sus estudios, pues consideró que eran unos estudios excesivamente teóricos y muy despegados de la realidad profesional. Entre 1991 y 1995 realizó cuatro cortometrajes que, de un modo muy significativo, influyeron posteriormente en sus primeras películas: los cortos La cabeza, Himenóptero y Luna tienen sus hermanos mayores en Tesis, Mar adentro y Abre los ojos. También desde pequeño empezó con la música,  ya que componía melodías con el teclado y la guitarra con la misma fluidez que al escribir historias. Aprendió música de un modo autodidacta para poder musicalizar sus cortometrajes. Sin embargo, todo cambió cuando conoció a José Luis Cuerda (La educación de las hadas, La lengua de las mariposas). Un compañero de Cuerda le entregó el corto de Himenóptero para que éste le diera su opinión. A partir de entonces, Cuerda se interesó por el guión de la futura película Tesis (1996) y se convirtió en su productor. Su ópera prima fue un éxito y se llevó 7 premios Goya, incluidos Mejor Película, dirección y guión. Un año después llega Abre tus ojos, un estupendo thriller surrealista, donde trabaja nuevamente con Eduardo Noriega y Fele Martínez al que se suma Penélope Cruz. Tuvo tanto éxito que hubo una remake en Estados Unidos llamada Vanilla Sky y protagonizada por Tom Cruise. Gracias a eso se le abrieron las puertas de Hollywood para filmar Los Otros, con Nicole Kidman

Ambientada en la Segunda Guerra Mundial, ella es una madre que espera que su marido regrese de la guerra y educa a sus hijos bajo rígidas normas religiosas. Además ellos tienen una extraña enfermedad: no puede ver la luz del día por lo que siempre tienen que estar a oscuras. El film le dio el segundo Goya a Amenábar y lo hizo reconocido en el mundo entero gracias, también, al excelente trabajo de Nicole Kidman. En 2004 llega otra de sus grandes obras: Mar adentro, con un Javier Bardem irreconocible, cuenta la historia de un hombre que vive postrado hace 30 años y su único deseo es morir dignamente. Otro éxito rotundo confirmado con el Oscar a mejor película extranjera y una catarata de premios en todo el mundo. 

Viaja en el tiempo para en 2009 filmar Agora con Rachel Weisz, la historia de la brillante astrónoma Hypatia en Egipto del Imperio Romano del siglo IV, en medio de una batalla cultural que amenaza con quemar la Biblioteca más importante de Alejandría. Obtiene el mejor guión en los Goya. En 2015 filma quizás su película más floja: Regresión, otro thriller policial sobre abusos sexuales basados en una historial real que sucedió en Minnesota en 1990, con Ethan Hawke y Emma Watson. Su último film se estrenó el año pasado bajo el nombre de Mientras dure la guerra, la historia del célebre Miguel de Unamuno y el apoyo a la sublevación militar frente al gobierno republicano del general Franco y sus consecuencias como rector de la Universidad de Salamanca.

 

FICHA TÉCNICA

Título original: Tesis

Año: 1996

Duración: 125 min.

País: España

Dirección: Alejandro Amenábar

Guion: Alejandro Amenábar (Argumento: Alejandro Amenábar, Mateo Gil)

Música: Alejandro Amenábar, Mariano Marín

Fotografía: Hans Burmann

Reparto: Ana Torrent, Fele Martínez, Eduardo Noriega, Nieves Herranz, Rosa Campillo, Miguel Picazo, Xabier Elorriaga

miércoles, 16 de septiembre de 2020

LA VIDA ES UNA ETERNA ILUSIÓN - TOTO LE HÉROS

PROGRAMA 297 (04-09-2020)

 

SINOPSIS

 

Thomas Van Hasebroeck tiene ocho años y está convencido de que al nacer fue confundido con su vecino Alfred. El resultado es que está viviendo la vida de Alfred, y éste la suya. Sueña con llegar a ser agente secreto para vengarse de su destino, pero en vez de eso se hace topógrafo. Un día conoce a Evelyne y se enamora de ella, pero hay alguien que ya está viviendo ese amor. Sesenta años después, el anciano Thomas convencido de que ha desperdiciado su vida, recupera los sueños infantiles y se lanza en busca de Alfred para que le devuelva la vida que le ha robado. (FILMAFFINITY)


EDITORIAL

 

La vejez sería como llegar a la meta. Una meta que no sabemos a ciencia cierta quien ideó pero que la llenó de obstáculos. Más de uno pensará a medida que pasan los años como será ese final. Como vendrán acobijados los recuerdos, las memorias, las ilusiones. Anotaremos los encantos y los desencantos y la hoja dará un resultado final, anhelando en lo posible que este sea positivo. Pero es difícil pensar a veces mucho más allá del hoy. Porque hoy, cuando escribo estas líneas, hay un pibe más que será una imagen de pedido de justicia. Porque una madre tendrá que convivir con el dolor más profundo. Porque los sueños son arrancados de prepo. Porque en ciertas partes del mundo han desaparecido las grandes guerras y las dictaduras pero la violencia sigue estando. Porque todos los días nos enteramos de un crimen racial, un femicidio, una desaparición forzada o un tiroteo con víctimas inocentes. 

¿Este es el mundo que nos espera? Porque esa inocencia que tenemos de niños suele ser destruida mas temprano que tarde. Y entonces todo se transforma en odio y rencor ¿Podremos así disfrutar la vida y dejar que los demás las disfruten? En estos días tan particulares que vivimos, los recuerdos aparecen todo el tiempo. Las ilusiones empiezan a desteñirse y a descascararse con el paso de los años. La vida trata de reinventarse y la muerte de acelerar su próxima jugada. Y este es el juego que nos toca jugar. Algunos seguirán gritando nombres desde el más allá. Esperando que otros desafiemos a los poderosos para sacarles la careta. Que caigan las máscaras para poder mirarlos a los ojos y el dolor tenga más sentido, para que ese alivio sea un poco menos cruel. Y lograr que nuestras futuras generaciones sigan creyendo que la vida, al fin de cuentas, es una eterna ilusión.

                          

Marcelo De Nicola.-


Canción elegida para la editorial

 

IMPRESIONES SOBRE LA VIDA ES UNA ETERNA ILUSIÓN



 La historia avanza de forma intermitente mostrando tres etapas diferentes de Thomas, el protagonista: su niñez, su adultez y una vejez cargada de rencor. Vamos a observar, sin mucha seguridad, el relato de los hechos que marcaron su vida que bien podría ser el de aquel niño que fue o el de aquel viejo solitario que se ríe de los sueños que alguna vez tuvo. Sin duda alguna, habrá dos momentos que marcaron su vida. La muerte de su padre y la desaparición de su hermana, con la cual lo une un vínculo muy particular. Ella será la que moldeará sus ojos para buscar el amor. Será la vara con la que medirá sus aspiraciones amorosas. Y estaremos de acuerdo con Toto (así se hacía llamar él. Toto es él mismo pero como detective personificado en sus fantasías, un héroe particular que busca salvar a su padre, otra historia que nos muestra en paralelo y en blanco y negro el director, mientras avanza el film) Decía, que estaremos de acuerdo con Toto, cuando la veamos a Alice. Sobre ella descansará la tranquilidad de Thomas luego del accidente de su padre. 

Volviendo a lo anterior mencionado, el relato avanzará en distintas líneas históricas y realidades por lo que deberemos prestar atención a las tonalidades utilizadas en cada segmento para ordenar cada uno de ellos. Hay pasajes característicos que, en la manera de representar las ocurrencias de la imaginación, nos hará recordar al estilo que años después, en el 2001 utilizó el francés Jean-Pierre Jeunet en Amelie. A medida que vayamos comprendiendo el juego propuesto por el director belga Jaco Van Dormael pensaremos si aquellas fantasías pertenecen a recuerdos verídicos o son fantasías dentro de otras jugando a ser reales. Como ejemplo, en la etapa adulta de Thomas o Toto aparecerá Evelyne, no solo con la misma energía, inteligencia y humor tan característico sino también con una semejanza física casi idéntica a la de su hermana desaparecida años atrás. 

Es destacable en este punto la precisión con la que seleccionaron a las dos actrices. Hablo de Mireille Perrier (Evelyne) y Sandrine Blancke (Alice). Veremos la misma dedicación a la búsqueda de cada uno de los personajes de la película en cada etapa relatada pero nuestros ojos ya habrán empatizado con los de nuestro protagonista y la aparición de ella será la que sobresalga. Thomas, quizás en esa desesperación de ver que los pilares fundamentales que sostenía la construcción de su propia personalidad orientaron su vida a la formación profesional como topógrafo. La topografía es la que se encarga de estudiar las condiciones del terreno previas a un proyecto arquitectónico. Del informe desprendido de aquel estudio depende el éxito de la solidez de cualquier estructura. Será la respuesta lógica forzada por su inconsciente, un hombre que creció sin sus pilares preocupado por la solidez de las construcciones. Lo veremos irse luego de un giro un poco brusco pero poéticamente hermoso. La redención será finalmente aquel acto que lo haga sentirse vivo. Un acto heroico antes del fin.

A medida que avanzaba el film, pensaba en aquellas personas que crecieron con esa sensación de inestabilidad. Como si el terreno sobre el cual habían construido su vida tenía poco o nada que ver con las columnas que sostenían su ser. E inevitablemente caí en la historia de los hijos y nietos recuperados por las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Pilares fundamentales de la memoria de nuestro cuerpo social llamado Argentina. Las declaraciones que solemos escuchar de quienes recuperaron finalmente su identidad siempre afirman la existencia de cierta incomodidad  previa a la luz que revela la verdad sobre ellos mismos. Hace unos días, hablando sobre la decisión moral de mostrar decíamos que también recaía el mismo peso sobre su opuesto, lo oculto. Aquello que se oculta a veces grita con más fuerza que lo que está iluminado. La historia que nos convoca hoy se reposa sobre el terreno de la identidad y nos muestra el odio y el rencor pero lo que grita, queridos oyentes, es el amor.

 

Alan Beneitez.-

 

Canción post impresiones

 


UNIVERSO VAN DORMAEL


Nacido en Bruselas, Bélgica el 9 de febrero de 1957, después de años viajando por Europa decidió estudiar cine en la escuela INSAS de su ciudad natal. Allí escribió y dirigió su primer cortometraje, Maedeli la brèche (1981), que recibió el Premio de Honor de Película Extranjera en los Student Academy Awards. Su primer largometraje fue Totó, le héros en 1991 con el que logró la Cámara de Oro en Cannes y el Premio de la Juventud a la Mejor Película Extranjera. Con este film se inició en una filmografía donde los niños, la fantasía y los personajes con discapacidades físicas o mentales son los puntales de su cine, siempre escritos desde el respeto. Luego del éxito de su ópera prima llegó en 1996 El octavo día, donde filma el encuentro de dos personas completamente diferentes: Harry, un ejecutivo extremadamente superficial y Georges, un hombre que padece Síndrome de Down. 

La unión de ambos le hará a Harry aprender mucho más de la vida, gracias a Georges. Ambos actores fueron nominados en Cannes y el film fue elegido para representar a Bélgica en los Globos de Oro. Después de muchos años volvió al ruedo en 2009 cuando Mr. Nobody, una historia distópica que nos muestra a Nemo Nobody, quien en el año 2092 es el último ser humano mortal de la tierra a sus 120 años. En su lecho de muerte, recuerda sus posibles vidas y amores que no prosperaron. Se llevó el Premio del Público del Cine Europeo. 

En 2011 filma la desconocida para muchos Kiss & Cry, una película fantástica que mezcla teatro, cine y juega con lo que es espectador ve. Lo último que ha filmado en su corta carrera es El Nuevísimo Testamento, donde nos muestra la existencia de Dios viviendo en Bruselas en una oscura oficina desde donde manejas los designios del Mundo. 

Hasta que su hija descubre su secreto y devela a todos las horas que quedan para su fallecimiento, lo que transforma todo en un caos. Nominada en los Globos de Oro y varios festivales en el mundo.

 

 FICHA TÉCNICA

 

Título original: Toto le héros

Año: 1991

Duración: 90 min.

País: Bélgica

Dirección: Jaco Van Dormael

Guion: Jaco Van Dormael, Laurette Vankeerberghen, Pascal Lonhay, Didier De Neck

Música: Pierre Van Dormael

Fotografía: Walther Van Den Ende

Reparto: Michel Bouquet, Jo De Backer, Gisela Uhlen, Mireille Perrier, Sandrine Blancke, Peter Böhlke, Didier Ferney, Pascal Duquenne, Thomas Godet

miércoles, 2 de septiembre de 2020

TROPICAL MALADY

PROGRAMA 296 (28-08-2020)


SINOPSIS

 

Hay algo mágico en el aire. Son tiempos felices, y el amor es algo sin complicaciones para el soldado Keng y el joven campesino Tong. Tardes agradables con la familia de Tong, noches llenas de canciones en la ciudad... Hasta que la vida se ve perturbada por la desaparición de alguien. Además, algún tipo de bestia salvaje ha estado matando a las vacas. Según las leyendas locales cabe la posibilidad de que un ser humano pueda convertirse en otra criatura. Entonces empieza la historia de un soldado que se adentra solo en el corazón de la jungla, donde los mitos a menudo se hacen realidad. (FILMAFFINITY)


EDITORIAL

 

Reflexionando sobre el tratamiento en la composición de personajes Henrik Ibsen nos relata su proceso creativo a través de los distintos tratamientos que realiza sobre sus textos hasta llegar a su versión definitiva. Ibsen dice que en el primer tratamiento de sus textos, su sensación de intimidad con sus personajes es como la que se obtiene en un viaje en tren: nos hemos conocido y hemos charlado sobre esto y lo otro. En el segundo, ya conozco a mis personajes como uno podría conocerlos luego de varias semanas de permanencia en unas termas: conozco los rasgos fundamentales de sus caracteres y de sus tics, aunque todavía puede ser que esté equivocado sobre algunos aspectos esenciales. En la última versión, llego por fin al límite de mis conocimientos: ya son mis amigos íntimos y no me defraudaran. Luego de aquel proceso tan estrecho y minucioso, los personajes ya están definidos para Ibsen, ya están vivos, y huyen de él como el agua entre los dedos, como el tiempo. El narrador entonces comienza nuevamente, como si de un círculo se tratara, a imaginar otros personajes, otras historias, otros planos y dimensiones. Y allí nace, de forma inevitable el olvido. Siempre pensé que aquello se parecía bastante a la muerte. Tal vez morir no sea otra cosa que el gélido instante en el que alguien nos deja de pensar, y así, como los personajes de algún creador, de cualquier narrador de historias, sucumbimos en la fatalidad del olvido. Borges en aquel cuento maravilloso llamado Las Ruinas Circulares, comprende que la muerte viene a coronar su vejez, a absolverlo de sus trabajos. 

En el mismo sentido, otro artista amigo de esta casa, Carlos Alberto Solari, habla de la muerte como una oportunidad muy especial para liberarse de los compromisos y hacer por fin, lo que uno realmente desea. Aquel final vendrá… de alguna u otra manera llegará. Esa es quizás nuestra única certeza en este universo oscuro y enigmático. En este patio donde todo eco siempre es una duda. Y llegará con un sabor nuevo y desconocido, con una potencia tal como la que habremos sentido quizás en el comienzo de este juego. Llegará como algo nuevo en aquel momento en el que la claridad de lo que pudimos absorber del mundo haya enceguecido nuestra mirada y nos haya convencido de haberlo visto todo. Y no habrá palabras, porque la palabra presupone siempre una experiencia compartida. Vendrá en silencio y se producirá allí, en esa oscura línea que es la nada, esa misteriosa línea que divide al significado del significante. No habrá entonces significación posible para la muerte. Será la verdadera paz y armonía con el universo, con todo lo que vive en este plano, en este mundo. La verdadera comunión con la naturaleza en donde se disolverán por fin todas nuestras cosas del vivir. Aquello será una fiesta, se los prometo. La verdadera fiesta de haber vivido.

Lucas Itze.-      

 

Canción elegida para la editorial


IMPRESIONES SOBRE TROPICAL MALADY

 


El viento suena. Los ecos del silencio empiezan a repetir palabras inconexas. Los árboles se iluminan y de repente todo cambia de color. Los sueños se vuelven mágicos y el día se hace noche. Las bestias desaparecen y toman formas diferentes. ¿Cómo nos reconoceremos ahí adentro? ¿Cómo llegamos a ese punto? ¿Es posible que siguiendo el amor encontremos ese territorio desconocido? El cine, como casi todo el arte en general, tiene la posibilidad de unir mundos completamente diferentes. Hay algunos expertos en el tema, como solemos decir cuando hablamos de David Lynch. Pero todo se complica cuando se viene de un lugar y una cultura, al menos para nosotros, tan exótica. Desde Tailandia llega nuestro buen amigo Apichatpong Weerasethakul con su film Tropical Malady. El director nos hablará del amor, de los mitos, de los recuerdos, de la fantasía. Asistiremos a un relato dividido en dos partes bien diferenciadas. Abrirá el telón con una frase de Ton Nakajima que nos dice “todos nosotros somos, por naturaleza, bestias salvajes. Nuestro deber como seres humanos es convertirnos en amaestradores que mantienen a sus animales bajo control e incluso a enseñarles tareas ajenas a su bestialidad”. Sale el fundido a negro y vemos un grupo de soldados hablar y sacarse fotos con un cadáver. ¿Serán esas las bestias salvajes que hace mención Nakajima? ¿O será ese hombre desnudo que atraviesa el bosque mientras suena una canción de fondo? ¿Será el mismo que aparecería muerto después? Muchas preguntas para pocas respuestas. 

A partir de ahí conoceremos un poco más a Keng, un soldado que patrulla el bosque y que empezará a tener un amorío con Tong, un campesino del pueblo. El director nos contará esa historia de modo lineal. Una especie de primer amor de juegos casi infantiles. Nos mostrará esa relación entre dos hombres con la normalidad que tendría que ser siempre. Ellos en el cine, en el karaoke, cenando, visitando cuevas y escuchando leyendas familiares, algo que el director nos mostrará un par de años después en otro film que ya hemos trabajado aquí: El tío Boonme recuerda sus vidas pasadas. Una fotografía natural y la cámara como testigo de esos encuentros. En cada encuadre habrá algún detalle bien típico del cine de autor, donde tendremos primeros planos magistrales, especialmente en la segunda parte del film. Habrá también algunos pequeños travellings muy bien logrados. Y también guiños que nos llamarán la atención, como esas miradas a cámara de Keng mientras pasan los créditos, como dando a entender que tenemos que estar preparados y con los ojos bien abiertos. La banda sonora será perfecta. Habrá música moderna, pero lo que más nos llamará la atención son los perfectos sonidos del viento, del bosque y del tránsito en la ciudad. Veremos a Tong desaparecer en la oscuridad de ese bosque y todo se transformará en recuerdos. Y será el comienzo de una segunda parte diferente. Un dibujo de un tigre y la historia de un chamán que podía convertirse en varias criaturas y hasta transformarse en tigre para ahuyentar a los viajeros. En el medio, veremos una mujer con cola de tigre que nos dará un indicio de que entramos en el otro mundo. 

Será el momento de adentrarse en ese bosque, con esas tonalidades de verdes perfectamente mostradas por la lente. Será la inmensidad de la naturaleza frente a lo pequeño del ser humano. Será la leyenda de la desaparición de aldeanos y animales ante un monstruo que nadie conoce. Seguiremos a un soldado, que es el mismo actor pero a ciencia cierta no sabemos si es Keng, penetrar en ese mundo donde los monos hablan, los supuestos fantasmas aparecen desnudos, las almas de las vacas muertas salen a la luz, los árboles se iluminan y el tigre persigue al hombre y viceversa. Es la naturaleza en su máxima expresión. Nos introduciremos en ese universo tan mágico pero a la vez con una atmósfera asfixiante. No habrá casi diálogo. Será otra película. Cine experimental lo llamarán los idealistas de los géneros. Asistiremos maravillados a esos minutos finales tan poderosamente visuales como enigmáticos. El cara a cara. El tigre y el hombre, en un plano de los más bellos que esta persona recuerde. ¿Tong y Keng, nos preguntaremos nosotros? El recuerdo del ya no ser. “Una criatura que solo existe por los recuerdos de otro” se escucha y se nos paran las antenas. ¿Es Tong el que deambula por los bosques? ¿Será su espíritu el que atrae al soldado hasta allí? ¿Es la segunda parte lo real y todo lo anterior fue sueño? Seguimos sin encontrar muchas respuestas, sólo nos dedicamos a disfrutar de lo que hemos visto y a pensar que el amor quizás es nuestro mejor camuflaje.

 

Marcelo De Nicola.-

 

Canción post impresiones

 


UNIVERSO WEERASETHAKUL

 


Nació en Bangkok, Tailandia el 16 de julio de 1970. Se licenció como Arquitecto y más adelante hizo un máster en Bellas Artes en una Universidad de Chicago. Empezó realizando cortos hasta llegar a su primer largometraje en el año 2000: Mysterious Object at Noon, un documental que mezcla realidad y ficción recorriendo pueblos rurales de Tailandia con un mito sobre un relato insólito. En 2002 llegó Sud sanaeha (Blissfully Yours), una historia de amor entre una activa trabajadora de fábrica y un minimalista inmigrante ilegal, en la jungla de Tailandia. 

Al año siguiente realiza Las aventuras de Iron Pussy, una comedia sobre una travesti que es llamada por el Primer Ministro para realizar una importante misión. Luego es el turno de Tropical Malady con el que gana el Gran Premio del jurado en Cannes. En 2006 rueda Síndromes y un siglo, otra obra extraña inspirada en la historia de amor real de los padres del director, ambos médicos, y los recuerdos del propio director. Luego de varios cortos, vuelve a filmar un largometraje con El hombre que podía recordar sus vidas pasadas (Tío Boonme), con el que logra la Palma de Oro en Cannes. 


Luego realiza el documental Mekong Hotel, sobre el hotel que está situado en el Noreste de Tailandia, en la frontera con Laos y vuelve a jugar con la realidad y la ficción. En 2015 llega Cementerio de esplendor, otra obra surrealista donde se mezclan el amor, los sueños y los fantasmas. Para este año estaba planeado su primer film con actores más reconocidos. Se titularía Memoria y tendría como protagonista a Tilda Swinton, como una mujer escocesa que viaja por la selva de Colombia y empieza a notar sonidos extraños. Veremos que nos trae de nuevo el amigo “Joe”, como lo bautizaron fuera de su país.

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: Sud pralad (Tropical Malady)

Año: 2004

Duración: 118 min.

País: Tailandia

Dirección: Apichatpong Weerasethakul

Guion: Apichatpong Weerasethakul

Fotografía: Jarin Pengpanitch, Vichit Tanapanitch, Jean-Louis Vialard

Reparto: Banlop Lomnoi, Sakda Kaewbuadee, Sirivech Jareonchon, Udom Promma