lunes, 27 de diciembre de 2021

EL CONFORMISTA - IL CONFORMISTA DE BERNARDO BERTOLUCCI

PROGRAMA 355 (17-12-2021)

 

SINOPSIS

 

Cuando tenía trece años, Marcello Clerici le disparó a Lino, un adulto homosexual que intentó seducirlo. Años más tarde, Clerici es un ciudadano respetable, profesor de filosofía y va a casarse con Giulia. Pero ideológicamente Clerici es fascista, tiene contactos con el servicio secreto y se muestra dispuesto a combinar su luna de miel en París con un atentado contra un exiliado político italiano que había sido profesor suyo. (FILMAFFINITY)

 

EDITORIAL

 

Buenas noches, ¿cómo están? Permítanme presentarme brevemente. Yo soy Lucas Itze. Estoy casado con Romina y tengo tres hijos. Cursé la carrera de Psicología. No la termine. Cursé la carrera de Imagen y Sonido, soy guionista. Tengo un trabajo estable de 8 horas cuya paga me permite alimentar a mi familia, pagar las cuentas, hacer un deporte y mantener de manera más o menos estable el crecimiento de mis chicos. Por cierto, el nombre de mis chicos son Nahuel, Camilo y Lola Mei. Tengo dos gatos y bueno… como verán soy un humano normal. Pero… ¿qué es ser un humano normal? Volvamos unos instantes sobre nuestros pasos. ¿Cómo puedo ser algo que ni siquiera elegí yo mismo? ¿Cómo puedo definirme entonces como Lucas Itze y afirmar con tanta seguridad que yo soy aquello que es todo dado, impuesto, heredado? Naturalmente son los padres los que nos otorgan la vida, nos reciben en este universo, en estas circunstancias con un nombre y un apellido. 



El inicio del ser es aquella identidad impuesta y atravesada por aquel dispositivo previo y heredado generador de subjetividades. Ser entonces es llamarse. Yo soy Lucas Itze, entonces, yo soy. “Estoy casado con Romina y tengo tres hijos”. Estoy hablando de mí, explicando lo que yo soy y para esto involucro entonces a otras personas con las que vivo, con las que culturalmente tengo una relación, que curiosamente también tiene un nombre, soy marido y soy también padre. Pareciera entonces que lo que tengo y lo que nombro me define como un ser. Pero ¿tengo una esposa? ¿Mi relación con ella empieza en la posesión? ¿Termina en la posesión? ¿Se basa tal vez en ella? ¿Por qué creí conveniente llamarla solo Romina? ¿Sus padres que le otorgaron la vida y la recibieron en este universo, en estas mismas circunstancias, similares tal vez a las mías, consideraron pertinente no otorgarle apellido? ¿Por qué decidí impersonalizarla aboliendo aquel dato que sé necesario e imprescindible para el desarrollo de la construcción de cualquier identidad? ¿Es un síntoma de la posesión el disminuir aquello poseído al carácter de cosa y por eso uno siente el poder de tener derechos sobre aquello que posee? 



¿Por ejemplo, el derecho de afectar directamente sobre el desarrollo de la identidad del otro? ¿Logrará ser Romina sin su apellido? ¿Llegará aquella condición con tan solo un nombre? ¿Cuál de todas las Rominas que ocupan este universo será aquella que creo que poseo? ¿La poseo? Claro que no. “Tres hijos”. ¿Por qué no hijas? ¿Por qué solo pensar de manera binaria el género de aquellos seres a los que le otorgue la vida, a los que recibo en este universo y en estas circunstancias? ¿Por qué no pensar en ellos como bigenero, como transgenero o tal vez como pangeneros? ¿Por qué nombrarlos con un género impuesto como mi nombre que ya se que no es mío? ¿Por qué naturalizar ocho horas de un trabajo que me aliena y no me realiza, y me quita en el obsceno nombre del siempre injusto salario la parte más productiva de mi día, de mi vida? Un trabajo que no elijo, que me reduce desdichadamente a la miserable calidad de animal que trabaja y por ende no me desarrollará jamás, cualquiera sea la actividad, cualquiera sea el salario, como ser humano. Sin desarrollo posible, todo lo que hagamos entonces, carecerá de sentido. El poder más eficiente es aquel que no se ve. Lucas Itze es el nombre que me dieron para que intentara ser en esta batalla feroz que esconde el sentido común. El ser normal. La naturalización del poder en el pensamiento hegemónico, la naturalización del poder sobre la masa que no piensa, sino que es pensada, el cómplice y peligroso vicio del conformista.

                 

Lucas Itze.-   

 

Canción elegida para la editorial

 


IMPRESIONES SOBRE EL CONFORMISTA

 


Desde chicos nos vemos adoctrinados por el valor de la palabra normal. ¿Quién dicta que es normal y que no? Lo que escapa entonces de esa normalidad, es llamado raro o antinatural. La familia, la iglesia, el Estado y la sociedad por si misma, son los encargados de regir los ámbitos de la normalidad. Todo basado en ciertas morales y valores tan fácilmente identificables como engañosos. El punto más álgido de la cuestión llegó durante la década del ´30, con el fascismo de Hitler y Mussolini, como principales estandartes, tomando el poder. No hace falta ahondar sobre lo que significaron para el universo esos crueles personajes. Pero sí sabemos que cierta parte de la sociedad, al no ser consideradas normales para sus ideales, debían ser eliminadas. El Conformista, de Bernardo Bertolucci, nos cuenta la historia de Marcello Clerici, alguien que en esa época, quiere ser normal. El film está basado en la novela titulada bajo el mismo nombre de Alberto Moravia y publicada en 1951. Estamos ante una obra maestra en cuanto a lo visual. Una de esas películas que tienen que verse en cualquier curso sobre cine que haya. La maestría del director italiano para construir cada plano, cada posicionamiento de cámara, cada travelling y cada espacio escénico es una obra de arte. Cuenta con la perfecta colaboración de Vittorio Storaro como director de fotografía. La diferencia entre las luces y sombras de Roma y los colores intensos de París, la combinación con las ropas de época y el vestuario elegido de la década del ´30, crean una atmósfera tan real como sombría. 



Se servirá también de obras como La caverna de Platón y sobre todo, en La vocación de San Mateo, la famosa pintura de Caravaggio. Bertolucci elegirá ciertas metáforas visuales para retratar la época. Veremos al protagonista en diferentes espacios gubernamentales gigantes, donde en su pequeñez notamos el poder del Estado sobre los ciudadanos. Algo que también notamos en el manicomio donde está internado el padre del protagonista, a quien le escuchamos decir una frase que resume el sentir del director: “Si el Estado no toma como modelo la imagen del individuo, ¿cómo el individuo tomará alguna vez como modelo la imagen del Estado?”. Masacre y melancolía, la frase sub siguiente, es claramente lo que está viviendo tanto el país como su hijo. El film estará trabajado sobre un guión que contará con repetidos flashbacks donde iremos conociendo al protagonista. Abrirá en el presente, en París, en un hotel. El director nos irá entregando información de forma dosificada. Sabremos que Marcello es un profesor de filosofía que tiene contactos secretos con el poder italiano y le ordenan matar a su antiguo profesor, alguien a quien admiraba, que está exiliado en Francia. Retrocederemos hasta su adolescencia con un intento de abuso incluido hasta su matrimonio con Giulia. Antes de la boda deberá confesarse. El dialogo con el cura será de una calidad notable. 



Marcello confesará sus pecados incluidos un crímen pero el cura solo se interesará por su experiencia homosexual como lo más aberrante. Allí el protagonista pronunciará la frase “yo quiero ser normal”. ¿Será tener mujer e hijos para olvidar a ese adolescente confundido? El film no será una crítica política sino un fiel reflejo de cómo se comporta cierta parte de la sociedad. Estará la madre como la típica burguesa que sólo piensa en si misma, adicta a la morfina, que prefiere que su esposo muera para no tener gasto en hospitales, como un claro ejemplo del miedo a ese socialismo igualitario. Además encontraremos en Ítalo, el amigo ciego de Marcello, la metáfora perfecta sobre un país hundido pero que no lo quieren ver. El inicio de la curva dramática se dará con el encuentro entre víctima y victimario. Y ahí serán las mujeres de ambos quienes demostrarán que siempre es importante dejar la normalidad e ir por todo. Serán ellas el centro de la fiesta sin importar el que dirán. Y será él que no tenga las agallas y se quede sin palabras. Porque hay miles de Marcello´s a nuestro alcance. Sonriéndoles a los jefes de turno, opinando lo que dice la mayoría, refugiados en sus familias de telenovela, repitiendo frases que escuchan en la televisión. Allí encuentran la forma de pasar desapercibidos, empapados en la monótona normalidad. Carentes de expresividad e indoloros ante cualquier tipo de empatía. Y sumamente cobardes para amar...

                                      

Marcelo De Nicola.-

 

Canción post impresiones

 


UNIVERSO BERTOLUCCI

 


Bernardo Bertolucci nació el 16 de marzo de 1941 en Parma, Italia. Su padre fue el famoso poeta Attilio Bertolucci, por lo que fue criado en un ambiente artístico. Attilio conoció a Pier Paolo Pasolini a quien le ayudó a publicar su primera novela y luego Pasolini le agradeció contratando a su hijo Bernardo como ayudante de cámara para el film Acattone en 1961. Con 15 años realiza dos documentales, hasta que en 1962, a la edad de 22 años, dirigió su primer largometraje, producido por Tonino Cervi con un guion de Pasolini, llamado La cosecha estéril (1962). La película es un misterio de asesinato, tras el homicidio de una prostituta. Bertolucci usa analepsis para reconstruir el crimen y la persona que lo cometió. La película que siguió poco después fue Antes de la revolución, un drama político sobre un joven que se acerca al comunismo mientras mantiene una relación incestuosa con su tío. En 1968 dirige una versión libre del relato de DostoievskiEl Doble”. En 1969 es parte de Amor y rabia, junto a otros cinco directores (Marco Bellocchio, Jean-Luc Godard, Pier Paolo Pasolini, Carlo Lizzani y Elda Tattoli). Los años ´70 serían los más importantes. Arranca el año estrenando dos films: El conformista y La estrategia de la araña, sobre un joven que vuelve a la ciudad donde su padre fue asesinado por un fascista en 1936. En 1972 se hace conocido en el mundo entero por su polémica Último tango en París, con Marlon Brando, María Schneider y Jean-Pierre Léaud



Tarda cuatro para filmar la larguísima (mas de 5 horas) Novecento, un recorrido político y social por la Italia de principios del Siglo XX, con un reparto de lujo encabezado por Robert De Niro, Gerard Depardieu, Dominique Sanda, Stefania Sandrelli, Donald Sutherland y Burt Lancaster. En 1978 llega La luna, la historia de una cantante de ópera que queda viuda y realiza la gira con su hijo, decisión que le cambiará la vida. En los ´80 realizó algunos documentales y dos films de ficción: La tragedia di un uomo ridicolo, sobre un secuestro de un empresario y en 1987 llegó su film más laureado: El último emperador, la historia de Pu Yi, un niño de tres años que es arrancado de los brazos de su familia y coronado emperador. Logra 9 Oscars, incluyendo Mejor película y director, entre decenas de premios más. 



En 1990 filma Refugio para el amor, una adaptación de una novela de Paul Bowles, sobre una pareja que viaja a África en busca de nuevas experiencias. En 1993 dirige Pequeño Buda, sobre un niño que vive en Seattle hasta que un día llegan monjes budistas que dicen que el niño es la reencarnación de un lama. En 1996 llega Belleza robada, con una joven Liv Tyler que viaja a Toscana a la casa de unos excéntricos amigos. En 1998 vuelve a sus pagos para rodar Cautivos del amor, sobre una joven africana que está exiliada en Italia. Vuelve al Reino Unido para filmar en 2003 Soñadores, un viaje erótico entre dos hermanos que invitan a un joven americano que conocieron en un cine. 



Su último film llegó en 2012, bajo el nombre Yo y vos, la historia de un joven que decide pasar sus días en el sótano de su casa, mientras sus padres piensan que se va a esquiar. Siendo una película menor, fue una gran despedida para el artista que falleció el 26 de noviembre de 2018 a los 77 años de cáncer de pulmón. 

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: Il conformista

Año: 1970

Duración: 108 min.

País: Italia

Dirección: Bernardo Bertolucci

Guion: Bernardo Bertolucci. Novela: Alberto Moravia

Música: Georges Delerue

Fotografía: Vittorio Storaro

Reparto: Jean-Louis Trintignant, Stefania Sandrelli, Dominique Sanda, Gastone Moschin, Enzo Tarascio, Fosco Giachetti, José Quaglio, Pierre Clémenti, Yvonne Sanson, Orso Maria Guerrini, Giuseppe Addobbati, Christian Aligny, Antonio Maestri, Milly, Luciano Rossi, Alessandro Haber, Pierangelo Civera, Massimo Sarchielli, Umberto Silvestri, Carlo Gaddi, Luigi Antonio Guerra, Furio Pellerani

 

PELÍCULA COMPLETA

GRIZZLY MAN DE WERNER HERZOG

PROGRAMA 354 (10-12-2021)

 

SINOPSIS

 

Entre 1990 y 2003, Timothy Treadwell, camarero, actor ocasional y ex-alcohólico, pasó catorce veranos conviviendo con los osos grizzly. Él mismo grabó con su cámara de vídeo sus estancias en Alaska y su obsesiva relación con los plantígrados (unas cien horas). Werner Herzog usó parte de este material. El último verano, uno de los osos atacó a Timothy y a su novia Annie. (FILMAFFINITY)

 

EDITORIAL

 

Estamos destinados a la destrucción de nuestra propia casa. En tiempos ancestrales, la tierra era sagrada. La evolución tecnológica fue creando sociedades más nómades. Empezaron las luchas por los territorios, derramando sangre de a pie. Más adelante esas peleas se realizaron por agua y por aire. Ya no había escondites secretos. Los árboles fueron cayendo y con ellos los ecosistemas. Miles de especies desaparecieron. El ser humano, narcisista por naturaleza, se convirtió en la principal amenaza de su propia especie. Y de todo el universo. Surcaron mares, desiertos y no se conformaron sólo con el planeta Tierra. La Luna y Marte serán sus próximos objetivos. Todavía quedan cosas por destruir. Y como dijo Arthur SchöpenahuerEl hombre ha hecho de la tierra un infierno para los animales”. Así, varios de ellos terminaron presos en zoológicos, haciendo juegos en circos, como trofeos de cazadores furtivos o simplemente, soportando la lunática mente de algunos que creyeron ser parte de su mundo. Un mundo que se abre camino sin la necesidad del hombre. Donde cada uno protegerá su propia especie, libre de intrusos. Y donde el ataque será su única defensa. Y quizás su única opción de salvaguardar el planeta, evitando esa maldita evolución que anhelamos alcanzar...

 

Marcelo De Nicola.-

 

Canción elegida para la editorial

 


IMPRESIONES SOBRE GRIZZLY MAN

 


Arrebatarle a la vida nuestra muerte es quizás el acto de desobediencia más grande que pueda imaginarse. Sobre las colinas de aquella travesura pasean sus ojos los hambrientos lobos de la moral. Aquellas bestias perfectas, adoctrinadoras del deseo, celosas de nuestro cuerpo, oscuras hechiceras de nuestra razón vigilan con obsesión el perverso encauce de nuestra naturaleza, la eficacia viral de la palabra corroyendo incansablemente la fértil pradera de nuestro pensamiento, elaborando complejos túneles sobre el laberíntico destino de nuestro sentir. Hacerse de la propia vida es hacerse entonces de la propia muerte. ¿Pero es posible hoy aquella aventura? Estamos históricamente atravesados por una cantidad innumerable de sistemas, de modos confluyendo simultáneamente en aquello que decimos que somos, en aquel ser que es siendo aquel que en esencia fue. ¿Dónde entonces ir a buscar lo natural, aquel puente tan anhelado con el niño, con lo salvaje, aquello originario carente de toda cultura? Dejar de lado nuestra propia historia y dar la batalla correcta podría ser parte de la respuesta. Timothy Treadwell lo intentará con gran esmero en el documental dirigido por Werner Herzog llamado Grizzly Man. El film estará construido mediante un exquisito trabajo de orfebrería en lo que a su montaje se refiere. Herzog diseñará el guión del metraje sobre la selección de cien horas de grabación realizadas por el propio Timothy durante los trece veranos que pasó en el parque nacional y reserva Katmai en Alaska conviviendo con los osos Grizzly u osos grises, subespecie del oso pardo más grande del planeta. 



El relato estará narrado por el propio director y constará con una serie de entrevistas a personas allegadas al Treadwell que darán fiel testimonio de su estadía y rutina en la reserva. Vale decir, de manera rápida y sincera, que todo lo que sucederá en el documental será descabellado y hasta por momentos carente de cualquier tipo de sentido. Se plagará la pantalla de personajes pintorescos dignos de un film de los hermanos Cohen o tal vez del propio David Lynch. La pesadumbre y la tensión generada por la película solo se podrá llevar adelante si uno piensa que está ante una oscura broma, ante una ficción macabramente guionada. El devenir del relato nos demostrará sin demasiada urgencia lo contrario, confirmando de la manera más fría la veracidad de lo que allí en la pantalla sucede. Los personajes pintorescos y las tramas de objetivos pocos coherentes tomarán un peso insoportable para el espectador. El propio director aconsejará en un momento de la película desechar aquel documento que registra el ataque que dará una espantosa muerte a nuestro protagonista y su novia por resultar desagradablemente macabro y lúgubre. Solicitará en este sentido la destrucción misma del documento y optará finalmente por no incluirlo dentro del documental. Será esta una decisión no solo artística sino también correcta. Lejos de buscar el sensacionalismo, Herzog se concentrará en narrar al personaje con sus contradicciones y sus propias luchas internas. 



Buscará centrarse en el relato honesto de alguien que no encaja dentro de los parámetros morales de una sociedad rígida y estereotipada y como consecuencia de esto, decide dar la batalla correcta, que no es otra en este caso que la difícil batalla contra uno mismo. No habrá necesidad de mostrar al monstruo en el desenlace final del drama, de develar el aspecto terrorífico de la bestia porque concluiremos con el devenir de la cinta que la bestia siempre estuvo enfrente nuestro. Timothy será el resultado de lo peor de nuestra cultura. Sera el mitómano para encajar, será el drogadicto para soportar y será el alcohólico para no sentir más. Buscará emancipar todo su dolor en la búsqueda de lo natural, del gran origen salvaje, lejos de sus pares, de aquel otro hostil incomprensible e inabarcable. La naturaleza no será dócil ni cederá su voraz camino ante su presencia. En cambio, lo llenará de vida otorgándole la más salvaje y horrenda de todas las muertes.              

 

Lucas Itze.-

 

Canción post impresiones


  

UNIVERSO HERZOG

 


Nació en Munich el 5 de septiembre de 1942, creció en el seno de una familia muy pobre. Herzog creció sin radio ni cine, en pleno contacto con la naturaleza, en una granja, alejado del mundo moderno. Según afirma el propio director, no tuvo conocimiento de la existencia del cine hasta los once años, la misma fecha en la que vio por primera vez un coche. A los 17 años hizo su primera llamada telefónica. A los trece años se trasladó a Múnich para iniciar sus estudios secundarios. Su familia se alojó provisionalmente en una pensión donde, casualmente, se alojaba Klaus Kinski, actor que en un futuro sería clave en su carrera cinematográfica. Durante su adolescencia, pasó por una etapa de gran fervor religioso, llegando a convertirse al catolicismo, lo que provocó discusiones con sus familiares, ateos convencidos. Por esta época empezó a realizar sus primeros largos viajes a pie. Hacia los quince años atravesó media Europa, desde Múnich hasta Albania. También hizo caminando el viaje que lo llevó a Grecia. Hacia los 17 años decidió dedicarse al cine. Para pagarse sus películas, trabajó en diversos oficios, que combinaba con sus estudios secundarios y más tarde universitarios. Se matriculó en Historia, Literatura y Teatro en Múnich. Hacia 1960 obtuvo la beca Fulbright para el Seminario de cine de la Universidad de Duquesne, en Pittsburgh (Estados Unidos). Su primer film fue un corto documental titulado Heracles en 1962, donde hacía un paralelismo entre Heracles y los musculosos fanáticos del gimnasio. Su primer filme de ficción fue Signos de vida (1968). Las películas posteriores confirmaron su carácter visionario y su atención por lo irracional y por las realidades marginales, rasgos bien visibles en títulos como También los enanos comenzaron pequeños (1970), protagonizada por enanos, o documentales como Fata Morgana y Tierra de silencio y oscuridad (1972). El éxito internacional le llegó con Aguirre, la ira de Dios (Aguirre, der Zorn Gottes, 1972), poderoso film en el que su actor-fetiche Klaus Kinski interpreta al conquistador español Lope de Aguirre. 



El film lo consolidó como uno de los más importantes directores de Nuevo Cine Alemán, junto a Wim Wenders, Rainer W. Fassbinder, Volker Schlöndorff y Reinhard Hauff. El director consolidaría su reputación con el asombroso documental El gran éxtasis del escultor de madera Steiner (1973-1974). Le siguieron Corazón de cristal (1976), La Balada de Bruno S. (1997), Nosferatu, vampiro de la noche (Nosferatu, Phantom der Nacht, 1978), en la que recreó la clásica versión fílmica de Drácula rodada en 1922 por Friedrich Wilhelm Murnau, Woyzeck (1979), basada en una pieza teatral inconclusa de Georg Büchner, y Fitzcarraldo (1982), historia de un excéntrico empresario del caucho obsesionado en construir una ópera en plena selva amazónica. De sus últimos títulos cabe destacar Donde sueñan las hormigas verdes (1984), Cobra verde (1987) y Grito de piedra (1991).



Werner Herzog ha dirigido también montajes teatrales, en especial de óperas: Doctor Fausto (1985), Lohengrin (1987) y Juana de Arco (1989). En la década de los noventa realizó documentales para el cine y la televisión: En las puertas del infierno (1992), The Transformation of the World Into Music (1994), Little Dieter Needs to Fly (1997) y Mein liebster Feind (1999). Ya en el siglo XXI llegaron documentales como obras de ficción entre las que encontramos The White Diamond, La salvaje y azul lejanía, Grizzly Man, Rescate al amanecer, Hijo mío, hijo mío ¿que has hecho?, la remake de Un maldito policía, La cueva de los sueños olvidados, Hacia el infierno, Meeting Gorbachov o Fireball, visitantes de mundos oscuros, su último documental.

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: Grizzly Man

Año: 2005

Duración: 104 min.

País: Estados Unidos

Dirección: Werner Herzog

Guion: Werner Herzog

Música: Richard Thompson

Fotografía: Peter Zeitlinger

 

PELÍCULA COMPLETA

miércoles, 22 de diciembre de 2021

OIKTOS (PITY) DE BABIS MAKRIDIS

PROGRAMA 353 (03-12-2021)

 

SINOPSIS

 

La historia de un hombre que se siente feliz solo cuando es infeliz, un hombre adicto a la tristeza, que tiene tanta necesidad de compasión, que está dispuesto a hacer todo lo posible por evocarlo a los demás. Esta es la vida de un hombre en un mundo que no es lo suficientemente cruel para él. (FILMAFFINITY)

 

EDITORIAL

 

La existencia duele, de eso no cabe ninguna duda. Los golpes en el cuerpo duelen. Las muelas a veces duelen. El olvido siempre duele, así como también lo hacen ciertas distancias. La cifra 30.000 no dejara de doler nunca, nunca más. La palabra hambre duele, y duele más cuando copula con la palabra niñez y de aquella unión surge la palabra vergüenza. Y la palabra vergüenza duele muchísimo más aún cuando queda huérfana y anda por allí carente de todo ser y aquel que debería haber sido responsable de ella, hablo del portador de esa vergüenza, ahora la mira con frialdad desconociéndola por completo, con aquella mirada miserable, aquella mirada que solo saben cargar los sinvergüenzas. Las deudas impagables duelen, el desinterés y la soberbia lo hacen también. La aniquilación del otro institucionalizada bajo el perverso diseño de políticas sociales claro que duele. Pareciera así entonces que el dolor se vincula estrechamente a lo humano. Podríamos hasta aventurarnos a sentenciar, sin demasiado temor a equivocarnos, que el dolor es la evidencia más notable de la imperfección humana. Si pensamos un instante en las mitologías, no nos resultará difícil notar que el dolor aparece por lo general bajo una connotación de castigo divino o mismo como una carga propia de cada hombre. No hay religión inventada que no haga del dolor uno de sus pilares para contraponer en oferta la salvación y el diseño propio de un paraíso como su mórbida recompensa. Sufra hoy y sálvese mañana gritaran entre caipiriñas los muchachos eufóricos de la calle Corrientes. 



Tal como hemos dicho al comienzo, existir duele, pero entonces, ¿cómo escapar de aquello? ¿Hacia dónde correr, como alejarnos de eso tan adherido a la carne de nuestra especie? La clara respuesta es entonces naturalizando el dolor. Lo normalizamos y como el paisaje ya visto tantas veces, un día dejamos de sentirlo. Lejos de proponernos esto una salvación, y menos aun de mejorarnos, de agregarle algún valor a nuestra existencia, este ejercicio nos arroja a los mórbidos arrabales de nuestra esencia. Cuanto más naturalizamos y normalizamos, quiero decir, cuanto menos sentimos, más nos deshumanizamos. La sensibilidad frente a los canallas, frente a esos tipos monocromáticos y monocordes, aún desde el dolor, o quizás como consecuencia de ello, nos hará más ricos en esta existencia inhabitable. Nuestro amigo Symns nos recordaba: El sufrimiento es el dolor del tiempo. La angustia es la memoria del desamparo. Y la depresión apenas una cobardía del cuerpo. El único dolor que confiere nobleza es la tristeza.

 

Lucas Itze.-

 

Canción elegida para la editorial

 


IMPRESIONES SOBRE OIKTOS

 


La psiquis del ser humano ha sido estudiada desde hace siglos. Se han escrito miles y miles de páginas tratando de dar con ciertas características y sus posibles desarrollos, tanto físicos como emocionales. Allá por el siglo XIX, un alumno del célebre médico psiquiatra Philippe Pinel, llamado Jean Étienne Dominique Esquirol, empezó a estudiar los síntomas de la locura. En uno de sus ensayos, presentaría su sistema sobre la locura divididos en cinco géneros. Uno de ellos fue la novedosa lipemanía (del griego locura afligida), con la que actualizó más a fondo, y reemplazó, el término melancolía. Para Esquirol la melancolía era un término que debía ser dejado a poetas y moralistas. En cambio, en la lipemanía domina la pasión triste y opresiva. Toda la actividad psíquica está absorbida en "rumiar su tristeza", con una "reconcentración dolorosa del espíritu", producto de una cenestesia alterada. En síntesis, afirmaba que la tristeza puede ser patológica por su sola intensidad y que los lipemaniacos tienen ilusiones de los sentidos, o alucinaciones, que asocian las ideas más dispares y más extravagantes. De ahí a la auto indulgencia hay un solo paso y aquí es donde empieza en un entorno social, a jugar la simpatía o la lástima. Un gran ejemplo de este tipo de psiquis la encontramos en el protagonista del film Oiktos del griego Babis Makridis



Parte de la llamada ola del nuevo cine griego, mientras uno ve el film, es imposible no acordarse de cintas anteriores como Canino o Miss Violence, de la que es una especie de hermana menor. Habrá muchas líneas en común. Un masculino protagónico callado, que dice más con la mirada que con las palabras y que tiene algún secreto que esconder. Unos encuadres donde todo está perfectamente diseñado, donde no hay nada que sobre. Y una excelente fotografía. Será un guión lineal firmado por el director junto a Efthymis Filippou (guionista justamente de Canino o Langosta, ambos de Yorgos Lanthimos). El film nos presentará al protagonista, un abogado del que ni siquiera sabremos el nombre, llorando en su habitación. La paleta de colores mostrará las similitudes entre la ropa y diferentes elementos que aparecen en la casa y elegirá más bien colores otoñales o fríos para dar una idea de la tristeza del protagonista pero también la luminosidad de los ambientes y las playas mediterráneas contrastarán con su penar. También estarán muy trabajados los planos, en su mayoría planos fijos o primeros planos, con el detalle de las simetrías al estilo Wes Anderson. La banda musical se nutrirá de Beethoven y Mozart pero se mezclará en ciertos momentos con un metal pesado que romperá la monotonía del film. Este estará dividido en dos partes y cada una empezará con una puerta de un garage elevándose, donde el fondo negro pasará a transformarse en el cielo celeste. 



Asistiremos en ese comienzo a conocer en forma dosificada al personaje principal. Lo veremos llorando en su habitación y nos enteraremos que su esposa está internada en coma luego de un accidente. Esa situación la tomará para beneficio propio con atenciones de vecinos y comerciantes. Con el correr de los minutos, sobre un fondo negro y en letras blancas, leeremos sus pensamientos, conociendo un poco más de su situación. “Llorar es lo más difícil de fingir” dice en algún momento desnudando su alma. Con su esposa moribunda, sólo espera un llamado que confirme el desenlace. Cuando ese llamado llega, habrá un cambio drástico. En esa segunda parte se caerá ese castillo de naipes y lágrimas que había construido. Los pequeños consuelos ya no estarán a la orden del día. Se sentirá perdido en su propia tristeza y ya nadie le tendrá lástima. Envidiará por completo a aquellos que están pasando por angustias y tragedias. Sus gestos seguirán siendo adustos y se sentirá desacostumbrado a esta nueva vida. La complejidad de su psiquis buscará maneras de volver a tener ese sentimiento. Salir de su propia caverna parecería ser el único camino. Y así decidirá crear su propia tragedia griega para lograr su triste felicidad.

 

Marcelo De Nicola.- 

 

Canción post impresiones

 


UNIVERSO MAKRIDIS

 


Babis Makridis nació en Kastoria, Grecia en 1970. Su cortometraje The Last Fakir (2005) ganó el premio Newcomer's Prize en el festival de cortometrajes de Drama, Grecia. Su ópera prima L (2012) se presentó en Competición en el Festival de Cine de Sundance, los Premios Tigre de Rotterdam y muchos otros festivales internacionales. Fue galardonado con el primer premio (Gran Premio) en el Festival de Cine Molodist, Kiev, Ucrania, en 2012. Cuenta la historia de un hombre que vive en su automóvil queda atrapado en un guerra no declarada entre los motociclistas y conductores de automóviles. 



Pity (2018), su segundo largometraje también se estrenó en Competición en el Festival de Cine de Sundance y el Festival de Cine de Rotterdam. La película ha recibido varios premios y fue coronada Mejor Película en los Premios de la Academia de Cine Helénica en 2019. También ganó el Premio Fipresci en el festival de cine de Torino y Mejor Película y Mejor Director en el Festival Internacional de Cine de Odesa. Estreno de su tercer largometraje "Birds or (How to Be One)" en el Festival Internacional de Cine de Rotterdam 2020. Una película sobre lo que es falso y lo que es real, que revolotea entre el documental y la ficción. Sobre volar y caer, el humano necesita volar, miedo a las alturas, vértigo, utopía, dioses y hombre. Inspirado en la antigua comedia griega "Ornithes" de Aristófanes y la representación teatral homónima de Nikos Karathanos y Onassis Stegi.    

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: Oiktos

Año: 2018

Duración: 99 min.

País: Grecia

Dirección: Babis Makridis

Guion: Efthymis Filippou, Babis Makridis

Fotografía: Konstantinos Koukoulios

Reparto: Yannis Drakopoulos, Evi Saoulidou, Evdoxia Androulidaki, Efthymis Papadimitriou

 

PELÍCULA COMPLETA