jueves, 19 de mayo de 2022

EL VALLE DE LAS ABEJAS - UDOLI VCEL DE FRANTISEK VLÁCIL

PROGRAMA 368 (13-05-2022)

 

SINOPSIS

 

Región báltica de Prusia, Plena Edad Media. Ondrej (Petr Cepek) es un joven amante de las abejas, al que le es presentada la nueva esposa de su padre, el señor de Vlkov (Zdenek Kryzánek), una chica que tiene prácticamente su edad y a la que regala un cesto lleno de pétalos que debajo esconde murciélagos. Tal acción hará que su progenitor cargue violentamente contra él, estando a punto de arrebatarle la vida. Arrepentido por su crueldad, el señor de Vlkov prometerá ante la imagen de una virgen consagrar la vida de su hijo a Dios si finalmente no fallece. Es por ello que Ondrej acabará entrando en la orden de los Caballeros de la Cruz, en la que un cruzado llamado Armin (Jan Kacer) se ocupará de su educación. El conflicto entre razón y fe, la ausencia de Dios y la mentalidad pagana fue el eje argumental de una de las películas más recordadas de Frantisek Vlácil. (FILMAFFINITY)

 

EDITORIAL

 

Aceptar la idea de dios es aceptar transitar por la asfaltada avenida de la esperanza. Borges dice que lo venidero nunca se anima a ser presente del todo sin antes ensayarse y que ese ensayo es la esperanza. Remata el escritor y poeta diciendo ¡Bendita seas, esperanza, memoria del futuro, olorcito de lo por venir, palote de dios! Aceptar la idea de dios es llenar de sentido este manojo de rituales absurdos a los que llamamos vida. Dios, aquel absoluto farmacológico, aquel dispositivo previo y heredado, tesoro de todos los tesoros, oro verdadero de enceguecedor brillo, realidad realmente real. Dios, prisionero en la frialdad de tu reino inhabitable oculto en aquella nada que separa al significado del significante. ¿Cómo no sucumbir ante la belleza infinita de tu idea? ¿Cómo no querer llenar de esperanza aquel espejismo inalcanzable que es el futuro? ¿Cómo no arrodillarnos sobre cualquier tierra y elevar con devoción nuestras manos hacia tu cielo y decirte con demencia que estamos cagados de miedo? Decirte también que la incoherencia del mundo nos supera cada día, cada instante. 



Que el hermano, aquel sujeto de la otra mejilla, aquel otro construido también a tu imagen y semejanza, se ha convertido en un bastardo que atenta ponzoñosamente contra todos nuestros intereses. ¿Cómo no desear pedirte clemencia, asfixiados en la culpa, por aquella tentación insaciable que hierve nuestra sangre, por el fuego sabroso que camina a nuestro lado inventando la noche, prometiendo tormentas ardientes sobre el océano de la existencia? ¿Cómo no confesarte con desasosiego que nuestra vida transita entre un cúmulo de malas noticias, que lo efímero nos sonríe inadvertidamente sin que podamos siquiera retener unos instantes la dulzura de su sabor en nuestras bocas, que todo duele y desengaña y que reparamos hace tiempo en que lo único verdadero es aquella boca famélica que nos devorara al final del camino, cuando nos llegue implacable la nada? Ay dios mío, como me gustaría que existieras… Si yo pudiera, como ayer, vivir sin presentir, pero el gran robo ya fue perpetuado. No hay libertad posible ni tampoco mañana. ¿Cómo no hacerte pagar por la crueldad de tu travesura?     

 

Lucas Itze.-

 

Canción elegida para la editorial

 


IMPRESIONES SOBRE EL VALLE DE LAS ABEJAS



¿Cuál es la trampa en este episodio finito de nuestra existencia a la que llamamos vida? Como pensaría Arthur Schopenhauer, la trampa es la vida misma. Allí aparecerán esos males de los que no podremos escapar nunca: el dolor del nacimiento, la enfermedad, la vejez y la muerte, que acompañan a cualquier individuo. A lo que el filósofo alemán agrega «toda vida humana fluye entre el querer y el conseguir», y el deseo, en cualquiera de sus formas, siempre encierra dolor: pues «sea cual sea la naturaleza y la dicha que le hayan tocado a uno al margen de lo que uno sea y posea, no le cabe librarse del dolor consustancial a la vida», como cita el profesor de Filosofía, Carlos Javier González Serrano. Entonces si desear duele, ¿será una venganza de Dios? ¿Y si cuando matamos a Dios, como dijo hace muchos años Nietzche, logramos pensar por nosotros mismos? ¿Y si en ese devenir de falta de moral encontramos que ese camino de placeres y deseos no era quizás lo que veníamos relegando desde hace siglos? De qué moral nos van a venir a hablar esos inquisidores que arrebataron vidas en nombre del Señor. Que trajeron sus creencias y desterraron culturas de cientos de años. Desear duele, claro que sí. Amar también. “Detrás de cada cosa hermosa, hay algún tipo de dolor  nos dijo alguna vez el sabio Bob Dylan. Pero siempre buscaremos que la solución sea el amor. El amor siempre salva. El amor como nuestra bandera de fe. Y como camino interno para conocernos a nosotros mismos. A saber quienes somos, que sentimos, que deseamos, que nos duele. Y que la pureza del alma nos eleve a nuestro propio cielo o nos deposite en nuestro propio infierno, donde seguramente brindaremos con muchos al llegar... 



Así lo entendían esos jóvenes que por los años ´60 revolucionaron un cine que iba a culminar con la famosa Primavera de Praga. Uno de ellos era Frantisek Vlácil, otro de los miembros de la novedosa Nueva Ola Checoslovaca... Si la semana pasada decíamos que la genial Vera Chytilová nos interpelaba desde sus films con sus críticas al sistema burgués y a la sociedad en general, Vlácil va a atacar por el lado de la fe, de Dios y del ser humano y su pensamiento interior. Con una clara influencia de directores europeos como Ingmar Bergman o Andrei Tarkovski, el director checoslovaco nos presenta en El valle de las abejas un cuestionamiento casi freudiano a la psiquis de los protagonistas y sus vaivenes emocionales. El film arrancará con unas abejas en un panal y ya notaremos un trabajado diseño de sonido que aparecerá en un primer plano desde el inicio. Además del sonar de las abejas, se escucharán cantos gregorianos de fondo en varios pasajes del film y todo el trabajo de la banda sonora será maravilloso. La película estará basada en una historia de Vladimír Körner, que a su vez participó como co-guionista. La historia se centra en la Edad Media y sigue la vida de Ondrej, a quien su padre casi le quita la vida durante su casamiento con una joven de la edad de su hijo y luego, como castigo, le promete a la Vírgen consagrar la vida del propio Ondrej a Dios si se salva. Así, el joven es enviado a la Orden de los Caballeros de la Cruz. La película trabajará una fotografía en blanco y negro que nos hará recordar a los cineastas mencionados anteriormente. Destacará además de la gama de grises y los juegos de sombras, la simetría que se verá en cada plano y cada encuadre a lo largo de casi todo el film. También sumará al estilo visual la ambientación natural del lugar, desde bosques y ríos a enormes castillos medievales perdidos en un paraje solitario. 



El guión contará con los clásicos tres actos aristotélicos y se servirá de una elipsis en el comienzo del metraje. Luego de ese lapsus temporal, nos adentraremos en la orden a la que fue enviado, Ondrej, quien conocerá a Armin, un hermano cruzado que sería el encargado de educar al joven. Allí entonces se distinguirán dos inclinaciones que se transformarán en opuestas. Ondrej será la idea de deseo y libertad. Armin, por el contrario, será la razón y la fe. Serán lo pagano y lo cristiano. Habrá en Armin una represión escondida jamás cristalizada. Será el quien lleve el peso de un alma aturdida por sus peleas internas. Ondrej internamente tendrá sólo un objetivo: encontrar una libertad traducida en cosas simples como volver a su casa, tener una mujer o cazar animales. Armin verá esas ideas como una ofensa a Dios y a la mujer como el camino al pecado y la tentación, en una idea bien cristiana. Y su objetivo será mantener a su alumno bajo el ala de Dios como sea. La vuelta de Ondrej al pueblo y su casamiento con Lenora, la viuda de su padre, terminarán de nublar la visión de su maestro, quien sólo encontrará en la palabra castigo su recompensa. Y para su fe, todos serán paganos. Seremos nosotros los pecadores culpables de todos los males que nos rodean. Serán nuestras almas paganas las que van cambiando de cuerpo en cuerpo creando así nuevas historias. Seremos los encargados de llenarnos de dolores pero también de deseos. Y de volver a gritar bien fuerte. Y si nuestros gritos de libertad son paganos, bienvenidos a ese mundo entonces, al fin y al cabo, bien sabemos que No es Dios todo lo que reluce...

                                                                                                     

Marcelo De Nicola.-

 

Canción post impresiones

 


UNIVERSO VLACIL


       

Frantisek Vlácil nació el 19 de febrero de 1924 en Cesky Tesin, Checoslovaquia. Pasó la infancia en el norte de Moravia. En breve estudió la Academia de Artes, Arquitectura y Diseño en Praga, pero se cambió a la facultad de Artes de la Universidad de Masaryk. Terminó sus estudios en 1951. Se interesó por el cine durante sus estudios y trabajó como guionista en el estudio de cine de dibujos animados y marionetas de Brno. Más tarde pasó al recién formado Estudio de Cine Popular Científico y Educativo. Realizó 4 cortometrajes documentales en estudio. Vláčil trabajó en un estudio de cine militar checoslovaco durante su servicio militar obligatorio. Estuvo en el ejército de 1951 a 1958. Se reunió con el director de fotografía Jan Čuřík, con quien colaboró frecuentemente durante su carrera. También conoció a otro director, Karel Kachyňa. Los cortometrajes de Vláčil realizados en el estudio militar eran en su mayoría instructivos y propagandísticos. Su primera película fue un corto Vzpomínka de 1953 que conmemoraba al difunto presidente comunista Klement Gottwald. Otro de sus cortometrajes es un documental Posádka na štítě que trata sobre meteorólogos que trabajan en Lomnický štít. La película muestra el contraste entre un hombre y las montañas. Vláčil también participó en la realización de películas de otros directores. Su último cortometraje militar fue una película instructiva y motivacional llamada Sebeobrana. También hizo un cortometraje Nubes de cristal, que se considera su mejor creación mientras estuvo en el ejército. Es la única película que hizo Vláčil en el ejército y no estuvo determinada por la política o el género. Nubes de cristal ganó un premio en el Festival de Cine Documental y Cortometraje de Venecia. Vláčil dejó el ejército en 1958. Luego empezó su carrera fuera del ejército y a diferencia de los directores salidos de la escuela de cine checo (FUMA), no tuvo tanta repercusión y no era considerado parte de la “Nueva Ola”. Su primer largo fue Holubice, donde sigue a una paloma mensajera tratando de completar el viaje de regreso hacia su dueña en Europa y el efecto que el cuidado de la paloma tiene sobre un artista, un niño enfermo, y una chica joven (la dueña de la paloma). Considerada por los críticos, una obra imprescindible del cine checo. Luego Vlácil se dedicó a filmar películas ambientadas en la edad Media. En 1962 dirige La trampa del Diablo, la historia de un nuevo párroco que busca una oveja negra en su nueva aldea. En 1967 llega lo que para muchos es su obra maestra: Markheta Lazarova, que trata sobre la rivalidad entre dos clanes familiares de hidalgos pobres. 



Basada en la novela homónima de Vladislav Vancura, escritor checo del siglo XX, fue reconocida como la mejor película checa de todos los tiempos por los críticos de su país en el año 1998. Un año después sigue con El Valle de las abejas y en 1970 dirige Adelheid, en este caso, ambientada luego de la Segunda Guerra Mundial, una historia de amor entre dos personas de diferente etnia. Durante la era de la Normalización, a Vláčil no se le permitió hacer largometrajes y tuvo que dejar el Estudio Barrandov. Realizó algunos cortometrajes como La Praga del Art Nouveau o Sirius. Se le permitió hacer otro largometraje en 1976, fue un drama Smoke on the Potato Fields. Su siguiente película, el thriller Shadows of a Hot Summer, ganó un Globo de Cristal. En 1980 dirige Concierto para el final del verano, película biográfica acerca del compositor Antonín Dvorák. Le siguieron otras películas importantes, Snake's Venom , Shades of Fern y Magician . Estas fueron sus últimas películas antes de retirarse. Después de la caída del muro de Berlín, Vláčil recibió varios premios. Ganó el León checo por su trabajo de por vida y su contribución extraordinaria al cine checo y se convirtió en presidente de la Academia Checa de Cine y Televisión. En 1997, Vláčil se rompió la pierna izquierda y fue hospitalizado. Fue operado pero su operación no tuvo éxito y tuvo que ser reoperado. La segunda operación fue un éxito y se le permitió salir del hospital. Solo estuvo un día en casa cuando cayó inconsciente debido a una arritmia cardíaca. Nunca se recuperó y murió el 27 de enero de 1999.

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: Údolí vcel (The Valley of the Bees)

Año: 1968

Duración: 97 min.

País: Checoslovaquia

Dirección: Frantisek Vlácil

Guión: Frantisek Vlácil, Vladimír Körner. Historia: Vladimír Körner

Música: Zdenek Liska

Fotografía: Frantisek Uldrich (B&W)

Reparto: Petr Cepek, Jan Kacer, Vera Galatíková, Zdenek Kryzánek, Miroslav Machácek, Josef Somr, Václav Kotva, Jana Hlavácková

 

PELÍCULA COMPLETA

miércoles, 11 de mayo de 2022

LOCAS MARGARITAS (SEDMIKRÁSKY) DE VERA CHYTILOVÁ

PROGRAMA 367 (06-05-2022)

 

SINOPSIS

 

Dos chicas jóvenes concluyen, mientras toman el sol en bikini, que "si en este mundo todo está corrompido, estaremos corrompidas nosotras también". Así se activa el mecanismo que pone en marcha la película: una tras otra, se irán produciendo escenas inconexas en las cuáles las dos protagonistas juegan a ser malas con su entorno. Engañan a hombres maduros para comer gratuitamente, escriben y dibujan en las paredes de su casa, improvisan un baile en un cabaret para boicotear el número que está en escena, engullen y despedazan los manjares de un banquete preparado para otros. Una película que rompe toda linealidad narrativa empleando la técnica del collage, tanto a nivel visual como auditivo. (FILMAFFINITY)

 

EDITORIAL

 

Venimos a este mundo con todo ideado. Cualquier atisbo de revolución intentará ser destruida. Romper con lo establecido o saltearse las normas, será en definitiva, una patada en el culo a ciertos sectores. “Estamos aquí para desaprender las enseñanzas de la iglesia, del estado y de nuestro sistema educativo. Estamos aquí para beber cerveza. Estamos aquí para matar en la guerra” vomitaba nuestro amado Charles Bukowski desde su vieja máquina de escribir. Siempre con su razón a cuestas. Será ahí donde nos sentiremos más cómodos. Poniendo en duda todo. Pegando volantazos de un lado a otro. Seremos acusados de locos y a ellos les diremos, parafraseando a Charles, que vida verdaderamente horrible deben tener... 



Si nosotros somos los locos, que quedará para los cuerdos que hacen las guerras... Para ellos, déjennos con nuestra locura toda la vida. Sigamos pintando paredes y transformarnos en almas libres divagando por la ciudad. Que esas flores crezcan para cambiar el pasado. El arte es una buena manera para romper con todo. Y habrá que ver quien resistirá cuando éste ataque, como diría Luis Alberto. Alcemos las manos con nuestros pañuelos en alto. Cortemos los vestidos para que se rasguen las vestiduras. Pisoteemos el banquete con nuestras botas llenas de barro. Y riámonos sin concesiones. Escribamos nuestra propia constitución, para que al fin y al cabo, veamos como crecen aquellas locas margaritas.

                                               

Marcelo De Nicola.-

 

Canción post editorial

 


IMPRESIONES SOBRE LOCAS MARGARITAS


 

Alguna vez en este mismo espacio reparamos sobre aquel pensamiento de Federico que se refería a la verdad definiéndola como un ejército de metáforas en permanente estado de combate. La verdad entonces es un triunfo, y ese triunfo es siempre político. Sobre un mismo campo de batalla habrá un vencedor y un vencido, lo verdadero y lo falso será una convención estipulada, demarcada y ordenada por el poder. Aquella pelea por el sentido será sostenida a través de un lenguaje que organizara los medios para comunicar lo real. Queridos oyentes, se les comunica que a partir de este momento la permanencia del sentido ante lo real queda bajo exclusiva responsabilidad del poder triunfante. Allí estará la farsa escrita sobre la que se montará esta obra llamada existencia. Allí lo absurdo forzará su sentido, allí habrá pacto, valoraciones y morales. Allí nos enseñaran a mirar, a pensar y hasta a rebelarnos. Allí escribiremos nuestra historia, criaremos a nuestros hijos y ahí también estarán definidos nuestros márgenes. Así como Platón argumentaba que salir de la cueva era entrar en otra cueva, en ese mismo sentido podemos decir que el exterior del poder es también el poder. El afuera también es el adentro. Lo malo, lo falso, es sostenido desde un equilibrio delicadamente diseñado por el bien triunfante. El bien necesita oponerse por esencia y para reafirmarse, es por eso que jamás vence definitivamente al mal. Si lo hiciera sería el final de toda ética. La significación entonces de lo real, de lo verdadero es política y sostenida desde la palabra. Aquella palabra resultante de un triunfo político es entonces, el poder real. Como nada existe fuera del texto, podemos concluir que el poder instala lo real, lo ordena, lo significa, lo limita y por lo tanto, produce individuos. Se inscribe en nuestros cuerpos, interviniéndolos y operándolos. Normalizándolos, o sea, imprimiéndoles una norma. De este modo podemos entender que la libertad no es libre. 



La libertad es el resultado de una construcción producida por el propio poder establecido, el cual imprime, admite e impide sus determinadas formas y relaciones. El amigo Gilles Deleuze escribió en el año 1990 un texto lúcido e incisivo llamado Post Scriptum: sobre la Sociedades de control. En él, el autor distingue al poder operando de tres maneras diferentes dentro de la historia de la humanidad. Estas tres etapas, dirá el filósofo, generan tres tipos diferentes de organizaciones respecto a la sociedad. Distinguirá así a la Sociedad de Soberanía, cuyo objetivo es intervenir sobre la producción por ejemplo desde el cobro de impuestos, trabajar sobre las leyes y las prohibiciones, decidir la muerte más que administrar la vida. Nombrará luego a la Sociedad disciplinaria, la cual produce individuos y administra el espacio tiempo con el objetivo de optimizar la producción. Aquí el poder operará como un molde que actuará sobre el sujeto normalizándolo. La fábrica hará del individuo un cuerpo, una masa susceptible de ser vigilada y guiada. El concepto del todos y cada uno, la masa y a su vez la individualización de sus partes. Finalmente hablará de la Sociedad de control marcando la diferencia al argumentar que si la fábrica era el cuerpo, entonces el alma es la empresa. La fábrica operará con la masa, la empresa con rivalidades entre los individuos a modo de competencia. Agregará también que atraviesa al individuo dividiéndolo interiormente, generando competitividad no solo con el otro sino también consigo mismo. Se impone de esta manera una modulación del salario a través de premios e incentivos. 



El sujeto, en este tipo de organización, ya no será solamente concebido como individuo / masa sino como dividual, divisible y la masa no como cuerpo sino como indicadores, mercado, paquete de clientes, conjunto de información, big data. El instrumento de control social entonces será el marketing. Estas tres formas de ejercicio del poder, de operación sobre las sociedades, no se cancelarán, sino que fluctuarán, se disfrazarán y se pensarán de modos distintos y variantes sin la necesidad de eliminarse entre sí. El film Las pervertidas, también llamado las Locas Margaritas, de la directora Vera Chytilová es claramente una película sobre el poder. El desarrollo de su trama manejará como pseudo premisa tácita el entramado del poder sobre los cuerpos, las realidades y la normalidad dentro de una sociedad en transición. La estructura narrativa romperá su linealidad generando situaciones inconexas, no espacios creados a través del uso de la técnica de collage de texturas diferentes. Habrá un trabajo delicado sobre el sonido que ayudará a resignificar la metáfora generada por la imagen. El metraje se centrará en la exposición de un concepto más que en el desarrollo dosificado de un relato dispuesto a narrar una historia. Aun así, descubriremos un conflicto que crecerá a saltos lo cual no afectará al devenir narrativo gracias al marco creado desde su planteo estético. La fotografía trabajará la simetría, los opuestos, la fotogenia de los cuerpos. Habrá una intencionalidad clara en la utilización del movimiento interno del cuadro trabajado a través de los planos fijos. 



Las actuaciones tendrán ciertas características propias del teatro del absurdo ya que encontraremos elementos repetitivos e inconexos, se trabajará temas como la soledad, la falta de comunicación y la desolación. Ciertas acciones carecerán de sentido evidente y no serán el resultado lógico de una reacción frente a un estímulo particular. Se evidenciará durante el desarrollo de toda la cinta el choque de dos modelos opuestos e incongruentes. Aparecerá lo nuevo y lo inocente representado por la juventud siendo corrompida por un estado antiguo y conservador. Veremos al individuo siendo dividido en sí mismo generando dos personajes distintos con el mismo nombre, invisibilidades a través de la masa. La vanguardia luchando por una ruptura crítica sobre los cimientos mismos de una sociedad adormecida por el sometimiento a unos valores en decadencia. Ese será el concepto. Hace algunos años Carlos Solari en el marco de tal vez la única conferencia de prensa dada en su vida, dijo lo siguiente: Nos preguntan por qué no damos reportajes… lo que sucede es que los que integramos esta banda ya tenemos la edad suficiente para entender que en vez de bajarles línea a los chicos hay que escucharlos porque en sus nervios hay mucha más información del futuro que la que tipos de nuestra edad pueden tener para aconsejarlos. Esa será la metáfora.         

 

Lucas Itze.-

 

Canción post impresiones

 


UNIVERSO CHYTILOVÁ


 

Chytilová nació en Ostrava, Checoslovaquia , el 2 de febrero de 1929. Tuvo una estricta educación católica , lo que luego influiría en muchas de las cuestiones morales que presenta en sus películas. Mientras asistía a la universidad, Chytilová inicialmente estudió filosofía y arquitectura pero luego abandonaría ambas carreras. Más adelante trabajó como dibujante, modelo de moda y retocadora de fotografías. Interesada por el cine, entró a los veinticuatro años en los estudios Barrandov, y allí trabajó como claquetera, script girl, ayudante de dirección y asistente de rodaje. En 1957 entró en la facultad cinematográfica de Praga, la renombrada FAMU. En 1961 debutó como realizadora con El techo, un mediometraje con elementos autobiográficos, y un año después hizo otro mediometraje, Una bolsa de pulgas, sobre muchachas en una fábrica textil. En 1963 debutó en el largo con Hablando de otra cosa, que entrelazaba la peripecia de dos mujeres (una campeona de gimnasia artística y una burguesa con problemas en su matrimonio) mediante un estilo que podía compararse con el documental por su aproximación a las conductas femeninas, y del que se desprenden acentos de frustración y desencanto. 



Ese film fue uno de los primeros ejemplos representativos del cine de la Primavera de Praga, un intento de renovación artística enmarcado en el contexto de las reformas aperturistas en el plano político encabezadas por Aleksander Dubcek. Como en otros países no solamente socialistas, a comienzos de los años sesenta una nueva generación de cineastas comenzó a hacer oír una voz que implicaba varias rupturas con el pasado inmediato. La experiencia de la guerra, decisiva en el cine de la generación anterior, resulta mucho más lejana para estos cineastas jóvenes formados bajo el socialismo, y que comienzan a dirigir su interés sobre el entorno inmediato y no sobre lo que ocurrió veinte años antes. Chytilová se empieza a hacer conocida por su película Locas margaritas de 1966, que en su momento, fue muy controvertida. El film es conocido por sus personajes antipáticos, la falta de una narrativa continua y un estilo visual abrupto. Chytilová afirma que estructuró Locas margaritas para "restringir el sentimiento de participación [del espectador] y llevarlo a la comprensión de la idea o filosofía subyacente". La película fue prohibida en Checoslovaquia desde su estreno inicial en 1966 hasta 1967 debido a sus representaciones e imágenes de desperdicio de alimentos, pero en 1966 la película ganó el Gran Premio en el Festival de Cine de Bérgamo en Italia. La película cimentó la carrera de Chytilová tanto a nivel nacional como internacional. Luego, el gobierno hizo que a Chytilová le resultara muy difícil encontrar trabajo en Checoslovaquia, aunque nunca fue clasificada oficialmente como directora de la 'lista negra'. Su próxima película fue Fruit of Paradise en 1969, fue la última antes de la invasión de la Unión Soviética de 1968. 



Después de la invasión a Chytilová le resultó prácticamente imposible encontrar trabajo y recurrió a la dirección de comerciales bajo el nombre de su esposo, Jaroslav Kučera. En 1976, debido a la baja asistencia al cine, el gobierno se acercó a Chytilová para que comenzara a dirigir películas a través de una de las productoras estatales, Short Film Studios . Al mismo tiempo, Estados Unidos estaba organizando un Festival de Cine del 'Año de la Mujer' y se puso en contacto con Chytilová para obtener permiso para proyectar Locas Margaritas como su película de apertura. Chytilová informó al festival que las únicas copias no censuradas de la película se podían encontrar en París y Bruselas. También informó al festival que su gobierno no le permitiría asistir al festival, ni le permitirían dirigir películas. Luego, el festival comenzó a ejercer presión internacional sobre el gobierno checoslovaco al presentar una petición en nombre de Chytilová. De acuerdo con esta presión internacional, Chytilová escribió una carta directamente al presidente Gustáv Husák detallando su carrera y sus creencias personales en el socialismo. Debido al éxito de la presión internacional y al llamamiento personal de Chytilová al presidente Husak, Chytilová comenzó la producción de El juego de la manzana de 1976. Que luego se completó y se proyectó en el Festival Internacional de Cine de Karlovy Vary , y ganó el Silver Hugo y el Festival Internacional de Cine de Chicago. Después del lanzamiento de El juego de la manzana, a Chytilová se le permitió continuar haciendo películas, pero el gobierno checoslovaco se enfrentó continuamente a controversias y una fuerte censura. 



Luego llegaron La calamidad (1979), Panelstory (1980) o El tardío amanecer de un fauno (1985), en los que había, sin embargo, márgenes cuestionadores y críticos considerables. En los ´80 llegaron film como Agujero de lobo, El bufón y la reina y Aquí un casco, allí una pezuña. En los ´90 filmó Mi gente de Praga me conoce, Herencia y Trampa, trampa, trampas. Sobre el final de su vida siguió filmando y en el nuevo siglo llegaron Despegue y caída, Expulsión del paraíso, Troya a través de los tiempos, La búsqueda de Ester, y su último film llamado Garantía de momentos placenteros. Falleció el 12 de marzo de 2014 a los 85 años, con un legado enorme. Chytilová se describió a sí misma como una fanática del control y "una tetera sobrecalentada que no puedes rechazar". La actitud "sobrecalentada" de Chytilová le dificultó conseguir trabajo dentro de la industria cinematográfica controlada por la Unión Soviética. Era conocida por criticar activamente a la Unión Soviética, afirmando que “Mi crítica está en el contexto de los principios morales que predicas, ¿no es así? Es necesaria una reflexión crítica”. Rutinariamente causaba estragos y "escenas histéricas" para intentar hacer películas que fueran leales a su visión, independientemente de la fuerte censura que se imponía de forma rutinaria.

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: Sedmikrásky (Daisies)

Año: 1966

Duración: 74 min.

País: Checoslovaquia

Dirección: Vera Chytilová

Guión: Vera Chytilová, Ester Krumbachová. Historia: Vera Chytilová, Pavel Jurácek

Música: Jirí Slitr, Jirí Sust

Fotografía: Jaroslav Kučera

Reparto: Jitka Cerhová, Ivana Karbanová, Marie Cesková, Julius Albert, Marcela Brezinová, Jan Klusák, Jirina Myskova

 

PELÍCULA COMPLETA

martes, 10 de mayo de 2022

LEONERA DE PABLO TRAPERO

PROGRAMA 366 (29-04-2022)

 

SINOPSIS

 

Julia (Martina Gusman) es una joven acusada del asesinato de su novio. Aunque las circunstancias del crimen no están claras, acaba ingresando en prisión. Abatida y embarazada deberá adaptarse a su nueva vida en la cárcel, donde nacerá su hijo Tomás... (FILMAFFINITY)

 

EDITORIAL

 

La libertad supone la condición de eternidad. Nadie puede ser realmente libre sabiendo que va a morirse. ¿Qué libertad en sentido pleno puede existir sin seguridad de eternidad? Preguntar con honestidad sobre la libertad del hombre es exigir una respuesta sincera respecto a la básica sentencia de si puede el ser humano tener un amo o no. Es discutir con franqueza la existencia de un dios todopoderoso y nuestra sumisión desesperada ante aquel truco de salón del libre albedrío. Al hacerse la luz, también se hizo la tiniebla. El mal acecha y esa no es novedad alguna, tanto para creyentes como para agnósticos. Advertirá aquí nuestro amigo Camus la siguiente paradoja: o no somos libres y el responsable del mal es dios todopoderoso, o somos libres y responsables, pero dios, entonces, no es todopoderoso. Es inadmisible pensar entonces en la idea de una libertad otorgada por un ser superior. Nos reduce aquello a tener de la libertar la concepción de un prisionero o de un individuo moderno regulado bajo las leyes que protegen su miedo, aquella concesión aceptada y tácita según la cual nuestros actos están delineados bajo una extensa y puntillosa lista de prohibiciones sentenciadas por la mano invisible del estado. Por temor el reo acepta. Temor a que le quiten, a que sean demasiados, a no poder, a que sean muy pocos, a no conocer, a perder la vida en todo aquello. Caminará entonces entre sus cuatro baldosas con la seguridad de quien recorre el mundo. Conocer los propios límites, y la muerte ciertamente es uno de ellos, nos hace experimentar algo parecido a la idea ordinaria de libertad. Nos da cierta ventaja, pero también claro, nos angustia porque de alguna manera quita aquellos velos que esconden el carácter absurdo de la existencia. Mayormente el universo no guarda para nosotros demasiadas buenas noticias. El saber nos reafirma en nuestro carácter finito, en el sin sentido de todos nuestros actos, en la insignificancia de nuestro viaje dentro del inconmensurable universo. Tal como nos decía Alejandro alguna vez, saber es siempre morir un poco, vivir, en cambio, es preguntar. 



Pensar la libertad en la soledad propia del ser es quizás una tarea sin demasiados desafíos. Ante la aparición de un otro nuestra libertad se ve amenazada. El carácter hostil de la otredad se manifiesta en la imposición de un límite, a tal punto que aquel otro nos modifica avasallando de alguna manera nuestro deseo. Decía Sartre: un hombre es lo que hace con lo que hicieron de él. Es interesante pensar la libertad quizás en su modo más clásico, como la prohibición misma de circulación. Estar privados de nuestra libertad en ese caso es la imposibilidad manifiesta e impuesta de ocupar el lugar que uno desea, o sea, el encierro mismo. Urge señalar la falacia propia de este enunciado muy difundido en el pensamiento cotidiano. Perder la libertad es perder la privacidad, es claramente estar condenados a que todos nuestros actos, hasta los más íntimos, hasta los más impropios, sean públicos. Ante semejante panorama nos preguntamos entonces ¿cómo llegar a ser libres, de qué manera lograrlo? Quizás aquí coincidamos con lo pensado por el finado Platón y ubiquemos nuestra respuesta no este plano de lo corpóreo sino en aquel otro de las ideas, y pensemos de esta manera en el diseño del paraíso. La mala noticia, entre tantas, es el advenimiento de una nueva paradoja. Si el otro limita hostilmente, entonces, mi paraíso jamás podrá satisfacerlo. Lo que para mí podría llegar a ser el diseño paradisíaco de un hábitat, para aquel otro inabarcable y avasallante, podría tranquilamente transformarse en su propio infierno. Tal vez entonces, mis queridos amigos y amigas, nuestra única posibilidad de ser libres en este mundo donde las buenas noticias escasean, donde nos condenamos a los grilletes de una prisión perpetua solo por temor, donde lo prioritario es la búsqueda obsesiva de algún sentido, de un absoluto y donde nos ilusionamos con el control del conocimiento, tal vez nuestra única oportunidad entonces resida no aquí, en este plano de cuerpos que se degradan y sentidos que nos mienten, sino en el de la imaginación, en la laboriosa creación solitaria e inteligente de un paraíso propio.    

 

Lucas Itze.-

 

Canción post editorial

 


IMPRESIONES SOBRE LEONERA


 

Una jaula que se abre. Los rugidos desde adentro causan temor. Pero la idea de libertad se consume en segundos. Los llantos y los quejidos son más profundos. Y la puerta que se cierra y ese pequeño mundo vuelve a ser como antes. Podemos escribir hojas y hojas sobre la libertad. Lo mismo sobre las cárceles. ¿Y a dónde llegaríamos? También nos surgirían preguntas ¿Es una cárcel un lugar para criar niños? La respuesta en general sería no. Pero cuando la respuesta viene desde adentro, esta puede transformarse. “Ya me hicieron un montón de veces esa pregunta. Todos te preguntan si se tienen que ir, no sé, yo no quiero que se vayan” responde una reclusa ante una pregunta de la revista de Ciencias Sociales titulada Desacatos, en el artículo llamado La construcción de significados sobre la maternidad en prisión. Mujeres presas en cárceles de la provincia de Buenos Aires, Argentina. Allí harán un repaso de cómo viven y sobreviven en las cárceles y habrá entrevistas hasta llegar a la clásica pregunta. El artículo agrega: Si bien la compañía de sus hijos les da “fuerzas para seguir”, es “algo por lo que luchar”, como suelen decir, al mismo tiempo, en sus relatos, hay afirmaciones recurrentes, como “este lugar no es para ellos [los niños]”. La maternidad en el encierro se configura como una experiencia ambivalente, pues ser madre, en sus palabras, “es lo mejor que me pudo haber pasado”, y a la vez genera un gran sentimiento de culpa porque los niños comparten la detención



Todos esos sentimientos afloran en Julia, el personaje excelentemente interpretado por Martina Gusmán en el film Leonera de Pablo Trapero. La película arranca con una canción para chicos pero la simpatía girará rápidamente al drama con las escenas iniciales. Un asesinato, una acusada y el cambio de vida de un momento para otro serán el comienzo de la pesadilla. El director nos mostrará las cárceles y nos presentará como conviven allí las madres y futuras madres privadas de su libertad. La cámara será una testigo más de esas vivencias. Los primeros planos sobre Julia mostrarán esos primeros minutos de sufrimiento y su mirada perdida mientras la sangre surge como compañera de batalla. La cámara por momentos parecerá escondida intentando recluirse y ser sólo un simple espectador para luego pasar a primeros planos para marcar la angustiante realidad. El guión, firmado por Trapero junto a Alejandro Fadel, Martín Mauregui y Santiago Mitre cumplirá con la norma de los tres actos aristotélicos e irá, como solemos decir siempre, creciendo de forma dosificada. El personaje de Martina Gusmán irá cambiando a medida que pasa la película. Las elipsis temporales nos llevarán a notar esos cambios de forma más profunda. La película contará con una excelente fotografía, donde pasa de los lugares lúgubres propios de una prisión a colores más cálidos cuando aparece Tomás, el hijo de Julia. Lo mismo sucede cuando hay fiestas en el pabellón, los colores le darán vida a ese refugio insoportable. 


Para realzar la veracidad, el director contará con reclusas y guardia cárceles reales que le darán otro condimento a la historia. Y fundamentalmente, se sabe que se quiere mostrar. La cámara jugará con planos generales que realizarán pequeños movimiento revelando un paneo de lo que sucede. Habrá en ciertos momentos una profundidad de campo mostrando como eje a la protagonista, a la que también seguirá en planos secuencia por los pasillos de la cárcel. Todo eso servirá para hacer más angustiante la situación, además de crear el microclima de encierro tan necesario. Pero sin dudas el mayor logro del realizador, es no caer nunca en los golpes bajos. Sabiendo que una cárcel de mujeres y con niños alrededor asomaba como un tema delicado, Trapero siempre se mantuvo firme y contando la historia con altura, sin necesidad de recurrir a conflictos banales y fuera de lugar. Habrá si alguna que otra pelea y algunos gritos propios del lugar, pero nunca lo suficientemente exagerado para desviar la atención. Su segundo acierto será lo penal. Nunca queda claro si Julia es culpable o no de la muerte de su novio. Que finalmente no nos importe, nos muestra que lo importante venía por otro lado. Entre la lograda banda sonora y la poca pero excelente música elegida, la historia se centrará en la lucha de Julia por criar a su hijo en esas condiciones hostiles. Será su vecina de celda, Marta, quien le dice: “Agradece que tenes la panza, este  pabellón no es la cárcel”, dándole a entender que ahí tenían una posibilidad diferente al resto. 



La solidaridad entre ellas será clave para contrarrestar cualquier efecto nocivo de convivencia. La llegada de la madre de Julia será un anticipo del caos. Y las miradas y las acciones serán diferentes. La vida en la prisión será más solitaria y poco gratificante. Encontrará ciertos momentos de paz pero con un objetivo común: estar con su hijo. Entonces, volviendo al artículo que mencionábamos al principio, vuelve la misma pregunta: ¿Es una cárcel un lugar para criar niños?  Y nuevamente, todas las madres respondieron que sus niños no pueden estar mejor que a su lado y ninguna está dispuesta a desvincularse de ellos por medio de la entrega en adopción. Además, la posibilidad de egresar a sus hijos para que vivan en hogares —una de las soluciones propuestas por los funcionarios— implica la amenaza de una ruptura total del vínculo con los niños, porque saben que se encuentran en un lugar subordinado de asimetría extrema en caso de tener que entablar algún tipo de reclamo para poder ver a sus hijos... Será por este contexto que desde estas trincheras, apoyaremos a Julia y su furia leona, que es, sin más dobleces, que el amor de una madre...

 

Marcelo De Nicola-.

             

Canción post impresiones

 


UNIVERSO TRAPERO

 


Pablo Trapero nació en San Justo, en el famoso conurbano bonarense, el 4 de octubre de 1971. Estudió en la Universidad del Cine y se transformó rápidamente en una de las caras del llamado Nuevo Cine Argentino. En 1992 realizó su primer cortometraje llamado Mocoso malcriado, basado en el cuento "Nuestro primer cigarro", del libro "Cuentos de amor, de locura y de muerte" (1917) de Horacio Quiroga. En 1995 llegó el segundo titulado Negocios. Ese corto fue el puntapié inicial para su primer largometraje: Mundo Grúa, estrenada en 1999 y que fue nominada en los Premios Goya a mejor película extranjera. En 2002 llegó El bonaerense, film que confirmaba su reputación entre los jóvenes cineastas argentinos. En 2004 filma Familia Rodante, con la que gana el premio a mejor dirección en el Festival de Gijón. En 2006 llega Nacido y criado, con Martina Gusmán, su esposa, como protagonista. En 2008 estrena Leonera y en 2010 llegan el corto Nómade y el largo Carancho, con Ricardo Darín y Martina Gusmán, con el que logra el premio a mejor Película en los Premios Sur



En 2012 forma parte de los cortos de 7 días en La Habana junto a directores como Julio Medem, Gaspar Noé, Benicio del Toro, Elia Sulaiman, entre otros. Ese año también filma nuevamente con Darín y Gusmán Elefante Blanco, donde vuelve a ser nominado para todos los premios nacionales. Luego de participar en series de cortos junto a diferentes directores, en 2015 estrena El Clan, sobre la familia Puccio, con Guillermo Francella como protagonista. Logra el León de Plata a mejor director en Venecia y el Goya a mejor película hispanoamericana. Su último film fue La Quietud, estrenado en 2018, con un elenco de renombre internacional como Berenice Bejó, Edgar Ramírez, Martina Gusmán, Graciela Borges y Joaquín Furriel.

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: Leonera

Año: 2008

Duración: 113 min.

País: Argentina

Dirección: Pablo Trapero

Guion: Pablo Trapero, Alejandro Fadel, Martín Mauregui, Santiago Mitre

Música: Varios

Fotografía: Guillermo Nieto

Reparto: Martina Gusman, Elli Medeiros, Rodrigo Santoro, Laura García, Tomás Plotinsky, Leonardo Sauma, Clara Sajnovetzky, Roberto Maciel, Walter Cignoli, Marta Vera, Ricardo Ragendorfer

 

PELÍCULA COMPLETA