jueves, 19 de marzo de 2015

LAS AVENTURAS DE DIOS


EDITORIAL – LAS AVENTURAS DE DIOS

Un escalofrío recorre mi cuerpo. El café, ya helado, es el único testigo. Afuera del bar, la lluvia cae apresuradamente, haciendo más lúgubre la historia. El vestido rojo de ella, combinados con los tacos del mismo color, empiezan a disiparse entre las gotas y el sonido del viento.
Atino a levantarme, pero mis piernas están inmovilizadas. De repente, el bar empieza a moverse de un lado a otro. Se escuchan gritos que desgarran mis oídos. Ruidos de vidrios estrellándose contra el piso. Vasos que ruedan de una punta a la otra. Intento salir, pero la ventisca me hace retroceder. Olas gigantescas chocan con una fuerza inenarrable, como si intentaran destruir todo a su alrededor.
Me levanto y doy un par de pasos, hasta que otro brusco movimiento me tira contra la barra. Fondo negro, se cierra el telón.
Minutos después, siento una gota de sudor que me baja por la frente. Los rayos del sol, culpable de tal acontecimiento, fulminan cada granito de arena. Mi vista se clava en las curvas de dos hermosas mujeres, que pasan por delante de mí. Descubro en esos rostros, caras conocidas. Ambas son idénticas, están vestidas exactamente igual. De repente, recuerdo a la chica del vestido rojo y me doy cuenta que también es una copia de ellas.
Me paro y empiezo a caminar sobre la arena blanca en busca de las dos mujeres. Cuando me dispongo a alcanzarlas, sus rostros empiezan a desfigurarse, como si fueran un dibujo hecho con pintura que es alcanzado por un vaso de agua. Intento balbucear una palabra, deseando encontrar una explicación. De pronto, siento que mis pies están siendo tapados por la arena, que empieza a subir ligeramente.


Mi cuerpo se empieza a hundir cada vez más, mientras el sol completa la faena para que pierda la noción. Un fondo anaranjado me lleva por un inmenso tubo de colores, hasta que caigo sobre un fondo verde…
Empiezo a caminar, perdido, sin saber para donde salir. El suelo está cubierto de nieve, el frío hiela mi sangre. Después de un par de minutos de caminata, reconozco que estoy en un laberinto…
Intento seguir la huella de unos zapatos, pero no me llevan a ningún lado. Decido hacer unos pasos y doblar hacia la izquierda, por pura intuición. Me hundo en la nieve y empiezo a rodar, mientras repaso que nunca fui bueno con las intuiciones… Aparezco como por arte de magia en un camino de tierra, me sacudo el polvo y me pongo de pie, levanto la vista y frente a mi emerge la figura de un gigante castillo.
Entre el camino y el castillo hay un puente que tengo que cruzar, empiezo a avanzar hasta el mismo, aunque no tengo la menor idea del porqué. Cuando llego, noto que abajo corre un río de lava, como en las películas infantiles. El puente colgante se mueve demasiado y me siento dentro de un samba. Nunca una fácil, pensaba para mis adentros. Después de hacer equilibrio, llego a la puerta, color marrón y con cadenas que la unen al puente.
Esta se abre lentamente, y mi mirada está perdida, esperando quien sabe con qué me voy a encontrar. Paso la puerta. De repente estoy nuevamente en el bar, como al comienzo. Sin dudarlo, miro rápidamente hacia la mesa donde me encontraba sentado. Allí me espera la chica del vestido rojo, que me recibe con una sonrisa mientras se muerde los labios. Me siento frente a ella, mientras espero que esta vez, su rostro siga tal cual es. El mozo me trae la carta, una simple carpeta color rojo, con unas impactantes letras doradas sentadas sobre la reconocida cara de la hermosa mujer, y un enigmático nombre: Las aventuras de Dios…

Marcelo De Nicola

Canción elegida para la editorial



IMPRESIONES SOBRE LAS AVENTURAS DE DIOS


Me niego, profundamente, a pensar en la linealidad de las cosas.  Todavía busco al maldito primate que simplificó la belleza de este bosque en una estúpida  línea recta. ¿Es que nadie recuerda nuestras ramas? ¿Será que ya todos olvidaron cuando éramos árboles, o cuando nuestra saliva escupía aquellos pétalos dóciles? ¿No se acuerdan de aquel viento, narrando historias, prometiendo frescuras, jurando castigos? Amigos, lloro nuestro olvido. Camino entre las sombras de almas muertas. Todavía busco una mirada que venza al tiempo. Añoro descubrir aquel rugido de pantera, al pedirle a algún caminante nocturno fuego. Temo prender la luz, y descubrir con espanto que has crecido. Y saber, en ese llanto, que todo ha pasado y que no hemos estado, que ni el recuerdo nos queda de nosotros. Temo buscarte debajo de aquellas sabanas que cubrían nuestras aventuras y sentirte fría, con la temible pesadez del que ha apostado todo a la arbitraria lógica. Con las arrugas tatuadas en la piel y en el alma, arrugas para siempre, cicatrices del tiempo para el que cree en el ayer y el mañana. Aquella traición absoluta me espanta. Fuimos invencibles hasta que nuestros padres nos mandaron a ordenarlo todo. Aparecieron leyes, horas, almanaques. Aparecieron nombres, sociedades, diccionarios. Aparecieron las palabras y todo ello para instalar el maldito plan de la línea recta. La maldita ilusión del nacimiento, el desarrollo y la muerte. Los tres actos aristotélicos. Introducción, nudo y desenlace. Tesis, antítesis y síntesis. Aquel truco ilusorio de creer que algo estaba antes que otra cosa, aquella manipulación absurda y egoísta, cuyo triste objetivo no era otro más que entender esto que llamaron vida. Si en mi beso, están todos los besos. Si sé que camino por estas calles y estoy a solo dos baldosas de mi muerte. Y en la esquina te olvido para verte renacer en la tristeza que lloran los ojos de aquella otra que rapta para siempre ese maldito colectivo. Si nazco mil veces en los recuerdos de mis amigos y entre los acordes de cualquier canción descubro todas las canciones. Y entonces el día nos encuentra así, traicionando como los demás esperan, caminando como nos enseñaron, por aquellas calles sin desvíos, disfrutando de la cuadrada tranquilidad del damero. Fingiendo. 


Fingiendo la fría naturalidad de nuestros actos. Fingiendo también, el darnos cuenta que todo es apariencia, como nos comunicaría desde la tristeza más profunda, aquel taciturno protagonista de “Las aventuras de dios” de Eliseo Subiela, aquella joya extraordinaria que nos habla de los sueños y lo evocado, del conocer, del tiempo y vamos, también, de nosotros mismos. El film se situará en el desarrollo de un sueño, en aquellas tierras mágicas, donde todavía nos atrevemos a ser chicos y jugar hasta caer rendidos. Aquella selva donde nos desnudamos de nuestros prejuicios. De la mano de pocos entraría yo a aquel bosque desconocido. Entre esos pocos, estaría, seguramente, la mano de Lynch. Diviso también los tatuados nudillos de Von Trier, y claramente, la de nuestro amigo Eliseo. El guion del film es poesía. Entre las escenas de sus versos, seremos sorprendidos por diálogos filosos, actuaciones sobrias y soberbias. La linealidad de su estructura desaparecerá al rendirse al opínate efecto del surrealismo. Contará con una fotografía naturalista, repleta de dorados y amaneceres. El sol estará allí, en la tierra soñada, de las tinieblas de la realidad es de donde viene nuestro protagonista para perderse en aquel juego borgeano del sueño que nos sueña en la desesperante ausencia del soñador. 


Subiela planteará para la narración visual de su verosímil una puesta de cámara clásica, escapando a los saltos de ejes típicos del género. Se notará un especial cuidado en los encuadres, desde donde también se trabajaran las metáforas y alegorías que armaran esta bella poesía. Notaremos algunas citas de films relacionados al relato, por ejemplo, entre ellas estará “El perro Andaluz” de Dalí y Buñuel. También reconoceremos cierto aroma Hitchcockiano en las secuencias de exteriores, donde los personajes pasean por la costa en su auto antiguo. La película buscara desafiar, en todo momento, nuestros sentidos. Habrá quien busque, desesperado, algo de suelo firme donde pisar. Intentaran estos individuos con todas sus fuerzas, buscar aquella línea recta que una al relato, que le dé sentido al todo, para luego poder nombrarlo e inventariarlo en la estantería de sus recuerdos. Aquellos caballeros, creerán encontrarlo y partirán de la sala con cierto sabor a triunfo. Estaremos también los otros, los que nos convenceremos que las obras se transitan y no se explican. Los que creeremos en las metáforas, porque sin ellas nuestras vidas sucumben como la hoja a su otoño, apagándose en el más sórdido de los ecos.-

Lucas Itze.-

Canción post impresiones


A la deriva a través de esta niebla caliente, 
Al igual que a la deriva en el mar. 
Las nubes han llegado a la tierra ahora, 
Al igual que un día ella vino a mí...      


No lleves ni papeles; 
hay tanta gloria allí, que al final
nadie tiene un sueño sin laureles.


Me dejarás dormir al amanecer
Entre tus piernas...


Dios Es Un Concepto
Con El Que Medimos Nuestro Dolor


Nada Va A Cambiar Mi Mundo...


FICHA TÉCNICA

Título original: Las aventuras de Dios
Año: 2000
Duración: 84 min.
País: Argentina
Director: Eliseo Subiela
Guión: Eliseo Subiela
Música: Osvaldo Montes
Fotografía: Daniel Rodríguez Maseda
Reparto: Pasta Dioguardi, Flor Sabatella, Daniel Freire, Lorenzo Quinteros, María Concepción César, José María Gutiérrez, Walter Balzarini, Enrique Blugerman

SINOPSIS


Un hombre y una mujer recorren los laberínticos pasillos y las misteriosas habitaciones de un hotel ubicado frente al mar y decorado al estilo de los años 1930. Parece como si vagaran por un sueño. El hombre no conoce nada de su pasado y como ha ido a parar a ese lugar. Sin embargo, dos hombres le acusan de ser el autor de un crimen. Cada vez que cae dormido, sueña que vive en un apartamento con una mujer y un niño, sueño que siempre deriva en una pesadilla angustiosa. Al margen de eso, unirá fuerzas con la mujer para intentar esclarecer el sentido que los dos estén atrapados ahí y encontrar maneras que inflijan las normas de ese sueño por tal de romperlo y por lo tanto poder escapar.

viernes, 13 de marzo de 2015

2001: UNA ODISEA DEL ESPACIO - 2001: A SPACE ODYSSEY

PROGRAMA 91 (20-02-2015)

EDITORIAL

Perderán su vida en un metro cuadrado de tierra invisible. Arderán para siempre en el recuerdo aquellas despedidas tímidas, cargadas de preguntas que aún huelen a cenizas. Vagarán sin rumbo esos intentos fallidos por conquistar lo desconocido. Una y otra vez se marcharán escapándole a hechizos desafortunados, a brujos del tiempo que hace rato perdieron su magia, engañados por sus propias virtudes. Caerán, encerrados en sus discursos, en los laberintos de las paredes de luces. Derramarán sus rojos las mentiras y teñirán los velos que nadie quiso colocar allí nunca. Enceguecerán de ira por fijar la vista, durante años, en el dios verdugo de la justicia. Hastiados de buscar sueños en la oscuridad, se olvidaran de aquellos soles que dan vida una vez, todo el tiempo. Dejaran relegadas sus risas hasta el momento de ver enterradas todas sus esperanzas. 


Partirán sus corazones en mil pedazos y los repartirán, intentando olvidar el sabor de la tierra húmeda. Resurgirán de la desdicha por unos pares de ojos sencillos. Dejarán la razón en una carcajada azul profundo y formaran un ejército de duendes para combatir el entierro de “lo rompido”. Celebrarán el techo intocable y lo intocable de sus miedos morirá en aquellas ceremonias. Surgirán las vueltas inagotables de notas regaladas por la madera y bailaran los gnomos en el barro que les regalaron. Correrá el agua renovada y las vidas serán metáfora de aquel recurso inagotable. Detallarán, con sus pinceladas, lo amable del siniestro amor. Reprimirán, con las mejores de las intenciones, el curso eléctrico de sus cerebros y marcharan en pos del nuevo caos. Cambiarán el curso de los ríos, las formas de las montañas, el color de los cielos y hasta le pondrán cortinas. Se mezclara todo aquello ignorando no ser lo protagónico de este asunto sino una simple sirena de la odisea del espacio…

Alan Beneitez.-

Canción elegida para la editorial



IMPRESIONES SOBRE 2001, UNA ODISEA DEL ESPACIO


El ser humano es violento por naturaleza. Pero a diferencia del animal, es racional. Por lo que la violencia, generalmente, está premeditada.  Imaginemos la soledad de un bosque, lleno de verde, árboles con una magnitud gigante rodeados de diversos pájaros de hermosos colores.
De repente, el sonido del silencio desaparece. El ruido de máquinas perfora las tripas del bosque como si fuera una navaja en un cuerpo humano. Ahora es el bosque, luego, será La Tierra. Cuando ya no quede nada por destruir, empezaremos a recorrer el espacio. Y si ahí llega a haber vida extraterrestre, el hombre intentará demostrar quien tiene el poder…
El maestro Stanley Kubrick alguna vez dijo: Si el hombre simplemente se sentara y pensara en su fin inmediato y en su horrible insignificancia y soledad en el cosmos, seguramente se volvería loco, o sucumbiría a un entumecido o soporífero sentido de inutilidad. Porque, podría preguntarse: ¿por qué debería molestarme en escribir una gran sinfonía o luchar para ganarme la vida, o incluso amar a otro, cuando no soy más que un microbio momentáneo en una mota de polvo dando vueltas por la inmensidad inimaginable del espacio?
Y del espacio se ocupó en el film 2001: Odisea del espacio. Y también del hombre y su evolución. Kubrick nos lleva por un hermoso viaje en el tiempo en una elipsis de alrededor de 4 millones de años, quizás, la más larga en la historia del cine…


El film comienza con un fondo negro y una tensa música. Son casi tres minutos y ya notamos que estamos ante algo distinto. De repente, el Sol y la Luna se empiezan a distanciar al ritmo de Así habló Zarathustra, esa hermosa melodía compuesta por Richard Strauss, inspirada en la obra homónima de Friedrich Nietzche. Mientras van a apareciendo los créditos…
Después llegarán las imágenes de ese desierto africano (increíblemente diseñado en un estudio…), y más tarde, los primeros homínidos… Asistiremos a unas imágenes fantásticas, casi del siglo XXI, pero el film es de 1968. Los primates pelearán por territorio, y también por un poco de agua. Veremos algunos tapires y algún que otro leopardo intentando obtener su alimento…
De repente, en el medio del desierto, un monolito, una enigmática figura de estructura negra, rompe con toda esa armonía. Los primates se asustarán, pero también algunos se animarán a acercarse y hasta tocarlo. Este emite unas ondas de sonido extrañas. Luego de la aparición, empiezan a cambiar un par de cosas. Uno de los primates descubre, jugando con un hueso de tapir, que puede golpear y romper. Es el descubrimiento de una herramienta, pero también de la muerte, ya que termina siendo utilizada para matar al líder de la otra manada… Se ha cometido el primer crimen de la historia…


Automáticamente nos vamos al 2001, una nave espacial en órbita, mientras de fondo suena El Danubio Azul, compuesto por Johann Strauss (hijo). Veremos la nave por dentro y sus tripulantes. Aparecerá una chica caminando lentamente, como si estuviera danzando un vals. Escucharemos, luego de más de veinte minutos, la primera línea de diálogo. Los sillones y mesas distribuidas nos recordarán inmediatamente a las casas de La Naranja Mecánica, otro film del director. A lo largo del metraje, en diferentes misiones espaciales, sabremos de la aparición de otros monolitos, tanto en la Luna, como en Júpiter. Kubrick nos mostrará la pelea del hombre contra la máquina. Nos llevará en un viaje PinkFloydeano, por decir de alguna manera, a la transformación de Dave Bowman, uno de los tripulantes, a una fulminante vejez y hasta su propia muerte.


Este humilde orador no tiene la capacidad de hacer una especie de crítica de alguien tan importante como Kubrick. No creo tener la capacidad de analizar ciertos aspectos de uno de los mejores directores de la historia. Si podemos decir que el film, un año antes de alunizaje del hombre en la Luna, cambió el modo de hacer ficción en el cine. Los decorados perfectos, la excelsa fotografía de Geoffrey Unsworth, los típicos planos simétricos del director y la música elegida son representativos de la casa. El film, recordemos, está basado en una novela corta de Arthur C. Clarke, llamada El vigilante (un relato breve de tan sólo 11 páginas) y el mismo escritor es co-guionista del film.
Creo, en definitiva, que lo importante es subirse a esa nave y viajar por el tiempo, ir recordando cada paso de la humanidad y cada decisión tomada por el hombre, esos que más temprano que tarde, serán Dementes en el espacio…

Marcelo De Nicola.-

Canción post impresiones


y va el Capitán Beto, por el espacio:


Por millones de años la humanidad vivio como animales 
hasta que algo sucedio y libero el poder 
de nuestra imaginacion : 
Aprendimos a hablar



UNIVERSO KUBRICK


Nacido en el Bronx de Nueva York en el año 1928, empezó de niño con tres aficiones que tenía como hobbie: el jazz, el ajedrez y algo que lo marcó para siempre, la fotografía.
Empezó como fotógrafo para la revista Look. Su primer corto fue Day of the Fight, en el año 1951, duró 13 minutos y fue sobre la base de un trabajo fotográfico, hecho por él mismo para Look, acerca del boxeador Walter Cartier.
Después siguió con dos documentales Flyng Padre y The Seafarers. Luego en 1953 filmó su primer largo Miedo y deseo. El film trata de un pelotón de soldados que lucha en una tierra sin nombre, y se exhibió en circuitos de salas de arte.
En 1955 filma Killer´s Kiss, sobre un boxeador que se enamora de la mujer de un mafioso. Kubrick hizo de operador, montador, ayudante de montaje, técnico de efectos especiales, además de director, y el trabajo de Kubrick con la fotografía en blanco y negro llamó la atención de James B. Harris, un productor de la NBC.
En sociedad con Harris sale su primer gran éxito, Atraco perfecto (1956), con grandes estrellas de la época. Nominada al Bafta como mejor película.
Y los clásicos no pararon.  En 1957 llega Senderos de gloria, film antibelicista sobre la 1GM con Kirk Douglas. Nominada al Bafta como mejor película.
En 1960 llega Espartacus, la historia de Espartaco, el esclavo que llegó a liderar su propio ejército en el sur de Italia. Ganadora de 4 Oscars, Globo de Oro a Mejor Película, y varias nominaciones más.
En 1962 dirige Lolita, sobre la homónima novela de Vladimir Nabokov. Otra vez nominado a todos los premios posibles, pero sin tantos galardones.
Dos años después demuestra todo su talento al meterse en un género hasta ahí desconocido, la sátira, con Dr. Strangelove. Para muchos, la mejor película sobre la guerra fría de la historia del cine. Nominada a Mejor película y ganadora en los Bafta.
Un año más tarde, dirige uno de sus más grandes clásicos: 2001, Odisea en el espacio. Para muchos, la película de ciencia-ficción por excelencia de la historia del cine…
Año 1971, un antes y después en la vida de Kubrick. Tres palabras: La naranja mecánica. Una de las películas más emblemáticas del cine…
En 1975 filma Barry Lyndon, un drama de época de más de 3 hs de duración. Una película multipremiada en todo el mundo.
Tardó 5 años para filmar su próxima película: El Resplandor, uno de los grandes clásicos de la historia, con un Jack Nicholson inolvidable. Y otros 7 años más para la que le siguió: una de las mejores películas antimilitares del cine: Nacido para matar (Full Metal Jacket). Sobre un grupo de reclutas que son entrenados para la Guerra.
Su último film fue 12 años después y ni siquiera pudo terminar de rodarlo. Ojos bien cerrados, el nombre, parecía indicar el final de uno de los más grandes directores de todos los tiempos.
Días después de acabar de montar la película, a los 70 años, Stanley Kubrick moría en la cama de su residencia de Hertfordshire, al sureste de Inglaterra, de un ataque al corazón. Su muerte congregó gran interés por parte de la prensa mundial debido a la enorme fama y reputación tanto profesional como el mito personal que ganó durante sus años de vida.

Coincide, un poco con la noticia, que lo único que progresa con el paso del tiempo, es la tecnología el hombre no, siempre es el mismo - Luca Prodan


Basta, de hablar, 
acuso que el lenguaje humano desde 
siempre es inútil 
y está todo mal.


Soy un perdido eléctrico, 
el universo eléctrico, 
un multitudinario 
perdido y sin identidad.


Movete
si ya estas en el cielo
si tu queres estar así
nadie te lo puede impedir


FICHA TÉCNICA

Título original: 2001: A Space Odyssey
Año: 1968
Duración: 139 min.
País: Reino Unido
Director: Stanley Kubrick
Guión: Stanley Kubrick & Arthur C. Clarke (Novela corta: Arthur C. Clarke)
Música: Richard Strauss, Johann Strauss
Fotografía: Geoffrey Unsworth
Reparto: Keir Dullea, Gary Lockwood, William Sylvester, Daniel Richter, Leonard Rossiter, Margaret Tyzack, Robert Beatty, Sean Sullivan, Frank Miller, Penny Brahms, Alan Gilfford, Vivian Kubrick

SINOPSIS


La película de ciencia-ficción por excelencia de la historia del cine narra los diversos periodos de la historia de la humanidad, no sólo del pasado, sino también del futuro. Hace millones de años, antes de la aparición del "homo sapiens", unos primates descubren un monolito que los conduce a un estadio de inteligencia superior. Millones de años después, otro monolito, enterrado en una luna, despierta el interés de los científicos. Por último, durante una misión de la NASA, HAL 9000, una máquina dotada de inteligencia artificial, se encarga de controlar todos los sistemas de una nave espacial tripulada.

TRAILER


jueves, 12 de marzo de 2015

EL HOMBRE QUE NUNCA ESTUVO - THE MAN WHO WASN´T THERE


EDITORIAL


El desierto olía frio y solitario. A lo lejos algunos matorrales formaban pequeños continentes perdidos. La noche oscurecía mis sentidos para darles luz. La noche es un lobo hambriento que se come todo tal como lo conocemos. La noche es afilada y sangra las heridas más profundas. Contemplé la inmensidad sin mirarla, sabiendo que estaba ahí. Sentí los pequeños cerros, cada piedra del terreno, cada insecto, sentí el silencio. El viento, finalmente, dio conmigo. Sopló fuerte, celoso de mí. Intentó empujarme con todas sus fuerzas lejos de aquel instante. Argumento en su soplido, ciertas penas legendarias. Narró desgarradoras historias, puso en imágenes la soledad más desesperante. Resistí sin moverme y gané su respeto. 


Y entonces el viento se marchó, dejando su mensaje en todo mi cuerpo. Quedé nuevamente en silencio, a la espera de mi aliado que intuía parte de aquel momento. Las sombras me hablaron de él y de nuestra batalla. Aunque el temor invadía todo mi cuerpo, relajé cada uno de mis músculos en aquella contemplación. Me olvidé de la paciencia y de la angustia. Me olvidé del miedo. Se fueron los poemas, las copas y los amigos. Vi alejarse los ojos de ella y entendí que estaba bien. No se detuvo el tiempo, porque ya no había tiempo. No se oscureció todo, porque que nunca hubo nada. No me fui aquella noche, porque nunca estuve.-

Lucas Itze.-

Canción elegida para la editorial



IMPRESIONES PARA EL HOMBRE QUE NUNCA ESTUVO


El silencio, quizás sea la palabra más bella. Vivimos en un mundo que pocas veces soporta la tensión generada en aquel espacio donde nadie dice nada, donde nadie nombra nada. Seremos empujados, entonces, y hasta a veces obligados, a la opinión. Negarse a ella, muchas veces, resulta un acto de absoluta rebeldía. Amigos, muchas veces el resultado, quizás, solo sea el más puro silencio. Y no estará mal. Deberíamos acostumbrarnos a disfrutar de la energía que fluye en aquel instante. Después de todo, conmover a alguien no es otra cosa que modificarlo internamente movilizándolo, y aquel movimiento se realiza en las profundidades del ser, acompañado, naturalmente, del más sagrado mutismo. Hablamos de aquel momento donde las palabras no vienen a estorbar con su maldita imprecisión, aquel instante donde las fronteras y los límites desaparecen y los colores son solo uno. Aquel instante de contemplación infinita, de donde viene la poesía y donde los ojos se vuelven niños nuevamente y omiten la mala costumbre del inventario. 


El mismo Beethoven alguna vez nos aconsejó no romper el silencio si no era para mejorarlo. Y en aquella poderosa mudez, vivía Crane, aquel taciturno protagonista del film “The Man Who Wasn´t There” de los siempre geniales hermanos Coen. La película estará narrada en blanco y negro y contará con una fotografía exquisita. Notaremos, durante todo el relato, un preciso cuidado tanto en los encuadres como en los movimientos de cámara. El protagonista, Ed Crane, expondrá en varios momentos del film su temor a estar convirtiéndose en un fantasma. Esta idea estará apoyada en la fotografía desde el trabajo de sombras en relación al personaje y a los objetos que lo rodean y desde los tamaños de planos, en donde descubrimos aquella técnica pictórica del tratado de la figura con el fondo. Se recurrirá tanto a la voz en off como a la voz over para apoyar la narración fílmica y para alivianar la gran tensión generada por el majestuoso silencio que guarda en todo momento el personaje interpretado por Billy Bob Thornton



Este recurso, abre el relato a una mayor cantidad de público. Otra película hubiera resultado de haber sido quitado aquellos diálogos, una, quizás, mucho más interesante. Vale destacar que la dúctil actuación de Thornton, hubiese brillado aún más en aquel juego con el silencio. Él, interpretará a un hombre que se consume con la misma indiferencia que el cigarro que cuelga de sus labios durante todo el film. Buscará transitar este absurdo pasillo sin intervenir. Su silencio se confundirá con ausencia aunque nos demuestre todo el tiempo que él es el único realmente vivo. Vivirá desde allí, desde el silencio, el amor, la traición y hasta también la muerte. 


Luis Ferdinand Celine, en la que fue quizás su obra maestra, “Viaje al fin de la noche” nos dice que los primeros planos de un cuadro siempre son repugnantes y que el arte exige situar el interés de la obra en la lejanía, en lo imperceptible, allí donde se refugia la mentira, ese sueño sorprendido in fraganti y único amor de los hombres. La mujer que sabe tener en cuenta nuestra miserable naturaleza se convierte con facilidad en nuestra amada, nuestra indispensable y suprema esperanza. Crane, poseía su belleza allí, en la lejanía, en el fondo del cuadro, al resguardo de todos aquellos tipos urgidos por la acción y la palabra. Su belleza estaba bien escondida de los que menosprecian el silencio, de aquellos tipos que solo roban colores, mientras duermes.-

Lucas Itze.-

Canción post impresiones


También sonó Pupilas Lejanas


Y sonó algo de Fito



UNIVERSO COEN


Los hermanos Coen nacieron ambos en Minnesota, con casi tres años de diferencia.  Después de graduarse en la Universidad de Nueva York, Joel trabajó como asistente de producción en varias películas y videos musicales. Desarrolló su talento para el montaje de películas y conoció a Sam Raimi, quien en ese entonces buscaba un asistente para el montaje de su primera película, The Evil Dead (1981).
Luego, empezaron a filmar sus propios films pero antes contaremos un par de cosas sobre ellos: Ambos colaboran en la escritura, producción y dirección de sus películas, si bien es frecuente que Joel aparezca como director e Ethan como productor en los títulos de crédito. En la industria cinematográfica, de hecho, se les conoce por el apodo de "el director bicéfalo" (the two-headed director). Usan el seudónimo Roderick Jaynes para algunos de los montajes de sus películas. Muchos actores que han trabajado con ellos cuentan la anécdota de que al estar tan compenetrados, al hacer una pregunta, sobre el guion o sus personajes a cada uno de ellos, reciben exactamente la misma respuesta de cada hermano.
Los hermanos Coen se han convertido en los mayores exponentes del cine independiente norteamericano
Ahora sí, vayamos a su filmografía: debutan en el año 1984, con el film Sangre fácil y demostrar que el humor negro iba a ser un clásico de sus películas. Se llevaron el trofeo en el importante Festival de Sundance al cine independiente como mejor película.
Tres años después llega Arizona Baby, con un joven Nicolas Cage, otra comedia que obtuvo excelente críticas.
En 1990 llega uno de sus puntos más altos con Muerte entre las flores, en una gran película sobre la mafia en los años 20, con excelente actuaciones de reconocidos personajes de los Coen como John Turturro y Steve Buscemi.
Un año después dirigen Barton Fink, sobre un escritor con un bloqueo mental. Nuevamente varios reconocimientos, sobre todo en Cannes donde un film se llevó los tres premios principales luego de 44 años (Película, director, y actor).
En 1994 salen a escena con Un gran salto, donde se dan el lujo de dirigir a Tim Robbins, y nada menos que a Paul Newman.
Vuelven con todo dos años después con una de sus mejores películas, como es el caso de Fargo. Unas actuaciones geniales de todos los protagonistas, conocidos por sus trabajos con estos directores,  en un film que se cansó de cosechar premios y excelentes críticas en todo el mundo.
En 1998, cuando parecía que la vara había quedado muy alta, llega El Gran Lebowski, sin dudas, una de las mejores comedias de los últimos años. El Dude, Walter y Donny ya son personajes que están en la memoria de casi todos.
Vuelven con una comedia simple en el 2000, pero no por ellos menos efectiva con Donde estás hermano (O brother). Con un excelente trabajo de George Clooney no solo como actor (ganador del Globo de Oro) sino también como parte importante para la música.
En 2001 filman El hombre que nunca estuvo y dos años después llega El amor cuesta caro (Intolerable Cruelty), con George Clooney y Catherine Zeta Jones, quizás su film más comercial.
Se sacan las ganas de hacer un remake y trabajar con Tom Hanks en 2004 al filmar El quinteto de la muerte, que no obtuvo buenas críticas.
Luego de participar en dos episodios de cortos como Paris, Je T´aime y A cada uno con su cine, en 2007, llegaría su obra más multipremiada: Sin lugar para los débiles, basada en el famoso best seller de Cormack McCarthy, les daría su primer Oscar a Mejor Película (además de guion y director), y una actuación demoledora de Javier Bardem, junto a un cúmulo de estrellas de la talla de Tommy Lee Jones, Josh Brolin y Woody Harrelson.


Un año después vuelven a su clásica comedia negra con actores de la talla de George Clooney, Brad Pitt y John Malkovich en Quémese después de leerse. El film, que para la crítica no fue tan buena, tiene igualmente escenas memorables.
Vuelve un año después a pelear por todos los premios importantes con Un hombre serio, protagonizada por Michael Stuhlbarg, sobre la historia de un simple muchacho que le pasan todas las cosas malas juntas.
En 2010 vuelven a juntarse con Jeff Bridges en otra gran película, en la remake titulada Valor de ley (la original es con John Wayne en 1969). Un gran elenco y otra catarata de nominaciones en todo el mundo.
Su último film fue en 2013: A propósito de Llewyn Davies, que gira en torno a la vida de un cantante folk, protagonizada por Oscar Isaac. Otra vez llovieron buenas críticas y premios por todo el mundo.
Hoy por hoy, están rodando Hail Caesar, sobre el Hollywood de los años 50, donde Eddie Manix, es un investigador a sueldo de los estudios para proteger a las estrellas del momento de sus historias más escandalosas: infidelidades, abuso de drogas, arrestos, amenazas... Un reparto de lujo: George Clooney, Ralph Fiennes, Scarlett Johanson, Frances McDormand, Jonah Hill, Tilda Swinton y Josh Brolin, entre otros.

Ska - P dice No a la pena de muerte


Como Crane, hacemos silencio


Y nos fuimos hablándole a tu corazón


FICHA TÉCNICA

Título original: The Man Who Wasn't There
Año: 2001
Duración: 116 min.
País: Estados Unidos
Director: Joel Coen
Guión: Joel Coen, Ethan Coen
Música: Carter Burwell
Fotografía: Roger Deakins (B&W)
Reparto: Billy Bob Thornton, Frances McDormand, Tony Shalhoub, James Gandolfini, Scarlett Johansson, Michael Badalucco, Jon Polito, Katherine Borowitz, Richard Jenkins, Christopher Kriesa, Brian Haley, Christopher McDonald, Jack McGee, Alan Fudge

Sinopsis


Verano de 1949. Ed Crane (Billy Bob Thornton), un introvertido barbero de un pueblecito del norte de California, se siente insatisfecho de su rutinaria vida. Las infidelidades de su mujer (Frances McDormand) le brindan la oportunidad de ejercer un chantaje que podría ayudarle a cambiar su apática existencia.

Trailer