SINOPSIS
Harry Caul, un
detective de reconocido prestigio como especialista en vigilancia y sistemas de
seguridad, es contratado por un magnate para investigar a su joven esposa, que
mantiene una relación con uno de sus empleados. La misión, para un experto de
su categoría, resulta a primera vista inexplicable, ya que la pareja no ofrece
ningún interés. Sin embargo, cuando Harry da por finalizado su trabajo,
advierte que algo extraño se oculta tras la banalidad del caso, ya que su
cliente se niega a identificarse, utilizando siempre intermediarios.
(FILMAFFINITY)
EDITORIAL
El ojo nos vigila... Siempre latente, siempre encubierto. Nuestras voces están en todos lados. Hoy, saben todo de nosotros. La intimidad ha muerto. Y la culpa es exclusivamente nuestra. De repente, aprendimos nuevas palabras. En nuestros tiempos, Stalker se refería a un film del gran Andrei Tarkovski. Hoy esa palabra se usa más a menudo... y casi sin darnos cuenta, todos somos parte de ese universo. Vivimos stalkeando perfiles. Una especie de espías informáticos. Pero sólo somos un diminuto organismo en ese micro cosmos globalizado. Vivimos en un Gran Hermano gigante. Nombramos algo en particular durante una conversación sin sentido y en minutos tendremos algún anuncio sobre esa charla...
Somos parte de miles de algoritmos diagramados para que sigamos
consumiendo. O para que pensemos como ellos quieren. Nuestros celulares,
nuestras computadoras, son un resumen de nuestras vidas. De nuestros gustos y
hasta de nuestros anhelos. ¿Quién está atrás de todo esto? ¿Las corporaciones
tecnológicas que ganan cada vez más millones? ¿Los gobiernos para tenernos
vigilados? ¿Organismos como
Marcelo De
Nicola.-
Canción elegida
para la editorial
IMPRESIONES PARA
Fue nuestro querido amigo Jaques Derrida quien dijera alguna vez aquello de no hay nada fuera del texto. El hombre nombra, designa, da entidad. Se estructura y se articula su universo perceptivo y cognitivo a través de un sistema heredado, arbitrario y naturalizador. El ser genera el texto y busca que encaje para narrar su realidad, porque sabe que fuera de él, tal como dice Derrida, lo único que hay es nada. El hombre, aquel animal que relata. Estamos atravesados por el discurso, por un lenguaje, somos sujetos hablados e intertextuales. Nuestro cuerpo se inscribe dentro de un discurso social que lo contiene y delimita, nuestro deseo busca ser nombrado para huir intempestivamente de aquel encierro, de aquella jaula mortal, de aquella trampa inexorable que sabe que es la palabra. La narración, por otro lado, da seguridad, es farmacológica podríamos decir. Definir, nombrar, establecer, estructurar, sistematizar, naturalizar es de alguna manera evitar que la nada nos devore, que el abismo nos trague con sus oscuras y feroces fauces. No hace mucho conveníamos con un compañero Licenciado en Psicología que gran parte de su trabajo se centraba en lograr que el discurso encaje. En dar herramientas para que la palabra opere aquel sistema de acomodamiento. Un discurso que cierre, que encuadre dentro de unos parámetros de normalidad socialmente aceptados, arbitrariamente escogidos por el poder normalizante.
Un discurso que sea capaz de desencadenar la angustia sobre la cual trabajar. El conflicto claro, deviene cuando aquel discurso falla. Cuando el relato describe lo que no es, o peor aún, describe lo que es pero no debería ser. Cuando las palabras interconectan otros relatos que traen consigo otros dolores, otras angustias. Es allí cuando urge la necesidad de corregir la narrativa, de rearmar y trabajar sobre un nuevo discurso que compatibilice con la existencia. Descartar una estructura que ya no funciona en su manera de contar una realidad por otras palabras que logren algún sentido. Esta es la situación por la que transita Harry en el tormentoso film de nuestro querido amigo Francis Ford Coppola. El relato hablará sobre la historia de un especialista en seguridad privada, Harry Caul, capaz de esconder micrófonos para espiar victimas en los lugares menos esperados, el mejor sin dudas en su rubro. Harry tiene una culpa que lo va a ir devorando durante todo el metraje, una pareja fue asesinada a raíz de uno de sus trabajos. Ese será su fantasma, el tropiezo real de su relato. El film tendrá un trabajo notable en su banda sonora. Harry es Caul de apellido, que sonoramente suena a llamada en inglés, idioma original del film. Ese juego no es azaroso ya que el trabajo de Harry principalmente se basa en pinchar comunicaciones telefónicas.
El protagonista se obsesionará con una escucha en particular, su trabajo del momento. En aquella escucha logrará captar un diálogo de manera extremadamente clara y a varios metros de distancia entre una pareja. Un gran trabajo, quizás una de sus mejores capturas. Pero con el devenir del film descubrirá algo en aquel relato, en aquel discurso, en aquella charla que no cierra. Aquella obsesión lo irá llevando al extremo de la locura. Coppola logrará transmitir la transición del personaje a través no solo de la capacidad actoral de Gene Hackman sino también a través del recurso sonoro. Habrá una especie de acoso desde el sonido que padecerá el espectador el cual dará cuenta de los disturbios crecientes que comenzará a padecer Harry. Los diálogos se empezaran a deformar, a escuchar con ruido, serán en algunos momentos sucios, muy agudos, sin frecuencias medias. Habrá también una especie de collage montado con aquel dialogo aparentemente inocente que Harry capta. Lo atacara (nos atacara) en distintos momentos del film, los cuales se irán repitiendo con más insistencia hasta invitar al delirio. La estructura narrativa será no lineal, aparecerán en ciertos momentos flashes oníricos relatando fantasías, visiones. El director trabajará sobre las convenciones típicas del policial negro y el thriller, el personaje de Harry nos llevará por esos rumbos aún sin encontrar el film una definición en aquella tonalidad. Habrá una femme fatal que lo engañe, él será el mejor en su rubro, tendrá problemas de sociabilización, desconfiará tanto de todos y de todo que eso le impedirá mantener una relación amorosa, se encubrirá tanto que culminará perdiéndose de él mismo.
Desde la fotografía se trabajará bastante con teleobjetivos o sea
lentes mayores a los
Lucas Itze.-
Canción post
impresiones
UNIVERSO COPPOLA
Nacido en Michigan un 7 de abril de 1939, viene de
familia de artistas. Su padre Carmine era director de orquesta y su madre,
Italia era actriz en el país que debe su nombre. Su hermana, Talia, también es
actriz y protagonista de sus films. Luego vinieron sus hijos, Gian Carlo
(fallecido a los 22 en un accidente de lancha), Roman y Sofía y sus sobrinos
Nicolas Cage y Jason Schwartzman. Por una poliomelitis a los 9 años estuvo un
año postrado y en ese tiempo su única distracción eran unas marionetas y
películas familiares filmadas en Súper 8, lo que fue el inicio de todo. Luego
de terminar la secundaria se inscribió en la escuela de Artes Dramáticas que
culminó en 1960, año en que se graduó en
Ya siendo
millonario se embarcó en dos proyectos que salieron el mismo año. Primero llegó
Terminaban los 70 y Coppola dirigía cuatro films
que entrarían para muchos, entre los mejores de la historia. Empezaba la caída,
su estudio al ser ajeno a Hollywood solo producía deudas y Coppola tenía que
vender hasta su casa y empezar a hacer films de encargo para salir adelante.
Así arrancó 1981 con el musical Golpe al
Corazón y dos años después llegarían dos films sobre jóvenes adolescentes
que serían las grandes estrellas de los años siguientes: La ley de la calle y The
Outsiders, con jóvenes promesas como Matt
Dillon, Mickey Rourke, Diane Lane, Nicolas Cage, Ralph Macchio, Patrick Swayze,
Emilio Estévez, Rob Lowe, Laurence Fishburne o Tom Cruise. Un año después dirige a otra estrella emergente: Richard Gere en Cotton Club. Luego siguen otros films de encargo donde siempre deja
su marca: Peggy Sue, Jardines de piedra
y Tucker. Para salir de la crisis económica, Coppola accedió a filmar la
tercera parte de la trilogía El Padrino,
que lo volvería a poner en las altas cumbres, pese a no ser tan genial como sus
antecesoras. Eso le da la chance para hacer en 1992 su última gran película: Drácula de Bram Stocker, con un reparto
de lujo.
Los films que ha hecho después han tenido más
críticas que elogios: Jack con Robin Williams en 1996, El poder de la justicia, una de las que
se salva, con Matt Damon y Danny De Vito en 1997. Diez años
después llegó Juventud sin juventud
y en 2009 nos emocionamos cuando vino con Vincent
Gallo a nuestro país a filmar Tetro,
con actores nacionales como Sofía Gala,
Rodrigo de
FICHA
TÉCNICA
Título original: The Conversation
Año: 1974
Duración: 113 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Francis Ford Coppola
Guion: Francis
Ford Coppola
Música: David
Shire
Fotografía: Bill
Butler, Haskell Wexler
Reparto: Gene
Hackman, John Cazale, Allen Garfield, Cindy Williams, Frederic Forrest, Teri
Garr, Robert Duvall, Harrison Ford, Michael Higgins, Elizabeth MacRae, Mark
Wheeler, Robert Shields
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