jueves, 1 de octubre de 2020

TRILOGIA EL PADRINO - THE GODFATHER PART 1, PART 2, PART 3

PROGRAMA 300 (25-09-2020)

 

SINOPSIS

 

América, años 40. Don Vito Corleone (Marlon Brando) es el respetado y temido jefe de una de las cinco familias de la mafia de Nueva York. Tiene cuatro hijos: Connie (Talia Shire), el impulsivo Sonny (James Caan), el pusilánime Fredo (John Cazale) y Michael (Al Pacino), que no quiere saber nada de los negocios de su padre. Cuando Corleone, en contra de los consejos de 'Il consigliere' Tom Hagen (Robert Duvall), se niega a participar en el negocio de las drogas, el jefe de otra banda ordena su asesinato. Empieza entonces una violenta y cruenta guerra entre las familias mafiosas. (FILMAFFINITY)

 

EDITORIAL

 

El poder corrompe, el poder limita, el poder mata. ¿Pero qué significa? Hay muchos significados pero no hay una sola respuesta. Esta década trajo una de las mejores series de la historia: House of Cards. Producida y dirigida en algunos capítulos por David Fincher tenía en el personaje principal a Frank Underwood, un político interpretado por Kevin Spacey en busca de la presidencia, donde el poder y el dinero tenían un aspecto central como esta pregunta: ¿qué importa más: el dinero o el poder? Underwood siempre decía que lo segundo, porque el dinero podía comprar un jet sky o una mansión pero no podía comprar almas. Sin embargo, la frase que resume todo es la siguiente: el dinero es la gran mansión en Sarasota que empieza a caerse a pedazos luego de diez años. Poder es el viejo edificio de roca que resiste por siglos. No puedo respetar a alguien que no entienda la diferencia... Sabemos, que la construcción de poder se monta creando vínculos históricos. La Iglesia, el Ejército, los medios de comunicación y la clase alta son un cuarteto ideal para fomentarlo. Si tenes a la mayoría de ellos de tu lado, sos casi inimputable. Si hablamos de poder, política y estas cuatro patas de la mesa, me es imposible no recordar ciertos personajes de nuestra historia. Allá por los ´90, un hombrecito podía codearse con los Rolling Stones, jugar un partido de básquet, sacarse fotos con las estrellas del momento y rodearse de mujeres en los boliches top del país. 

Esa construcción de poder hizo que esas acciones sean transmitidas a los medios de comunicación, que lo retrataban más en las revistas de moda que en los medios periodísticos. Con eso, logró que se olviden tan fácilmente episodios como los dos mayores atentados que sufrió el país, una explosión en una fábrica militar, negociados con ventas de armas a diferentes países y crímenes de los llamados hijos del poder en algunas provincias. Incluso la muerte de su propio hijo. Durante esas épocas, en otro negocio quizás tan redituable como la política, otro personaje central hacía sus tejes y manejes en el deporte internacional por excelencia sin hablar una palabra en inglés. Su anillo con la frase Todo Pasa y su apodo El Padrino bastaban para entender su importancia. Solo la muerte pudo destronarlo. Esa empatía de ciertos sectores con el poder hace que el ser humano se transforme en un individuo atroz y despiadado. Que con solo una mirada puede decidir quien vive y quien no. Y seguramente los medios miren para otro lado, la Iglesia calle y los demás suframos las consecuencias. Allá estarán ellos, apareciendo como por arte de magia y ocultándose en el momento justo. Durmiendo con los ojos abiertos y con una bala siempre preparada en la recámara. Hasta convertirse en el mismísimo diablo. Y sonriendo por tener siempre a mano una oferta que no podamos rechazar...

 

Marcelo De Nicola.-

 

Canción elegida para la editorial

 


IMPRESIONES SOBRE EL PADRINO


Una batalla por el sentido es siempre una batalla por lo real. Por allí estará aquel virus que es la palabra construyendo la historia, explicando cada uno de nuestros actos, generando un puente inexplicable entre aquella angustia inefable que nos oprime desde nuestro interior y aquel afuera nombrable, construido con solidez sobre una inconmensurable cantidad de ladrillos hechos de lenguaje. No hay nada fuera del texto, nos repetirá una y otra vez aquel filósofo francés llamado Jacques Derrida. El poder real, el poder verdadero no es otro, entonces, sino la palabra. No existirá nada por fuera de ella, nada podrá ser, nada podrá existir si antes no puede ser nombrado. La palabra limita, detiene y es por todo esto que tranquiliza. El yo siempre es liviano, dividido y disperso, necesita de la seguridad de la lengua para definirse. Como ya hemos dicho alguna vez desde este mismo foro, la palabra de dios es creadora, porque dios es palabra, verbo e idea. El hombre, desde la soberbia del conocimiento y  su perversa compulsión opresora respecto de las demás especies, de otros sistemas, motivado por su orgullo, imita a aquel dios generando sentido a través del lenguaje. Conoce entonces solo lo que nombra, crea significación, crea verdad, una verdad igual de arbitraria y por eso lábil, como el lenguaje del que se sirve. La verdad es un ejército de metáforas en permanente estado de combate escribió Nietzsche. Entonces la verdad es una cuestión de poder, una cuestión política. El bien y el mal, en este mismo sentido, ¿no tendrán una construcción similar? Lo cierto es que el poder narra, nombra y por lo tanto, genera su propia verdad, la única verdad. Pero nosotros sabemos que nada es definitivo, que siempre hay otras lecturas, otras verdades, incluso en esto mismo que hoy estamos diciendo frente a todos y todas ustedes. Francis Ford Coppola en el año 1972 dirigió la primera parte del film El padrino, historia tomada del libro homónimo del autor Mario Puzo y fue en aquel relato donde el director decidió centrarse en la narración misma de la construcción del poder real. 

Habrá otro poder soslayado entre las sombras, oculto allá en lo alto, con la mirada atenta de una fiera que observa su almuerzo, un poder que será muy diferente a aquel otro relatado desde los periódicos y noticieros. Muy lejos de los votos y de cualquier sistema representativo. Aquel poder que se narra a sí mismo y que impone sus propias leyes. Tal vez las dictaduras sufridas en Latinoamérica se asemejen un poco a la organización que ostenta este poder. No olvidemos jamás que el sistemático plan de ese operativo se materializo a través de la imposición de gobiernos de facto, de imperdonables e indiscriminadas matanzas, involucrando tanto a civiles como militares, al clero y a medios de comunicación, con el único nefasto objetivo de imponer un sistema económico. Un sistema que opere con sus reglas, que favorezca sus intereses, que siga colmando sus inagotables arcas. En aquel paño juega sus fichas el poder real, y cuando sus jugadas salen mal, cuando su dios reparte malas cartas y mira hacia otro lado, la sangre entonces lo baña todo. El film relatará la historia de la familia Corleone, una de las familias más poderosas de Nueva York. Contará como fue la construcción de su poder frente al puñado de familias que lo detentaba, las consecuencias propias de aquel manejo, hablará de las traiciones, de los códigos inquebrantables, de los lazos sanguíneos y su poder de unión frente a cualquier tipo de controversia. El drama estará llevado por personajes excelentemente construidos, con contradicciones, miedos y pasiones, personajes tridimensionales que crearan un verosímil sólido y cuyas interpretaciones serán dignas de quedar en la memoria de la historia mundial del cine. 

Las actuaciones estarán a cargo de jóvenes actores y actrices que luego, con el tiempo y el talento han sabido inmiscuirse dentro del star system y así convertir sus nombres en garantía de buen arte y gusto estético. Estará en aquel grupo nuestra gran amiga Diane Keaton, Robert Duvall, Robert De Niro y claro, Al Pacino. La historia de la familia Corleone estará dividida en tres relatos en los cuales descubriremos los interesantes giros experimentados por el protagonista Mike Corleone, papel inteligentemente interpretado por Pacino. El primero de los relatos se centrara en el conflicto de Michael por diferenciarse de los negocios de su familia. Pero aparecerá entonces la palabra, con todo su poder significando, nombrando, ordenando arbitrariamente según un interés particular y será Vito Corleone (Marlon Brando), padre de Mike, quien la ejerza y lo nombre sin ninguna pregunta, sin ninguna objeción, tal como funciona el sistema dictatorial del lenguaje, tal como ejerce su poder aquel virus, el próximo padrino. En la segunda parte del relato Mike jugará el juego de manera inteligente, con frialdad y distancia, con la paciencia de aquellos que jamás muestran todo el mazo. Veremos aquí las consecuencias de las palabras, de las decisiones. Será una segunda parte repleta de traiciones, de profundas pérdidas, de decisiones que marcarán al personaje para el resto de su historia. 

La tercer parte del relato, tal vez la más liviana, quizás la menos interesante, nos mostrará a un Corleone diferente, más negociador, tal vez más cansado, coqueteando entre el poder real y el poder político. Lo veremos con la fuerte intención de alejarse, tal como en su juventud, de aquel padecimiento que implica el ejercicio del poder. Las diferentes situaciones lo llevarán a la imposibilidad de escapar. Nadie escapa de aquel entorno que crea su propio verosímil, sus propias reglas y sus propias realidades. Que se narra y es a su vez relator de otras verdades. Nadie escapa del poder de la palabra, porque como ya sabemos el poder es infinito y cada vez que vence vuelve a crear nuevos enemigos para así poder seguir venciendo y de esa manera definirse él mismo entonces nuevamente, infinitamente, como el poder real.

 

Lucas Itze.-

 

Canción post impresiones

 


UNIVERSO COPPOLA


Nacido en Michigan un 7 de abril de 1939, viene de familia de artistas. Su padre Carmine era director de orquesta y su madre, Italia era actriz en el país que debe su nombre. Su hermana, Talia, también es actriz y protagonista de sus films. Luego vinieron sus hijos, Gian Carlo (fallecido a los 22 en un accidente de lancha), Roman y Sofía y sus sobrinos Nicolas Cage y Jason Schwartzman. Por una poliomelitis a los 9 años estuvo un año postrado y en ese tiempo su única distracción eran unas marionetas y películas familiares filmadas en Súper 8, lo que fue el inicio de todo. Luego de terminar la secundaria se inscribió en la escuela de Artes Dramáticas que culminó en 1960, año en que se graduó en la  Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), en ambos lugares ya hizo contactos que luego colaborarían con su carrera. En los años ´60 empezó a hacer películas eróticas de bajo presupuesto, la primera fue The Bellboy and the Playgirls, Una comedia erótica alemana ("Mit Eva Fing die Sünde an" realizada en 1958), remontada con secuencias adicionales por Coppola en los inicios de su carrera. Luego conoce al director Roger Corman, uno de los grandes del cine de terror de la época (entre sus filmes más conocidos destaca su serie de películas basadas en historias de Edgar Allan Poe incluyendo La caída de la casa Usher (1960), El péndulo de la muerte (1961), El cuervo (1963) y La máscara de la muerte roja (1964)), quien rápidamente lo convirtió en su asistente personal. Su primer film importante fue uno de terror hecho justamente para Corman llamado Demencia 13. Como a Corman no le gustó el resultado final y contrató a alguien para finalizar el film, la relación se rompió definitivamente. En esa década siguieron films como Tú eres un gran chico, Más allá del arco iris y La gente de la lluvia, con la que logra el premio a mejor película en San Sebastián, lo que le da el empujón que necesitaba. En 1969 funda su propia compañía productora, American Zoetrope, de la que era presidente ejecutivo y George Lucas vicepresidente. 

Los ´70 arrancan con todo, ya que escribe el guion de Patton para Franklin J. Schaffner, logrando su primer Oscar en 1971. Entre 1971 y 1972 empezó la idea de adaptar la novela de Mario Puzo llamada El Padrino. 52 días de rodaje y peleas con las productoras por los actores terminaron dándole la razón a Coppola logrando una de las grandes películas de la historia. Ganaría el Oscar a mejor película y a guión adaptado. Ya siendo millonario se embarcó en dos proyectos que salieron el mismo año. Primero llegó La Conversación, con la que fue nominado a Mejor Película y guion original. Protagonizada por Gene Hackman en uno de sus más aclamados trabajos, era un sorprendente estudio del sonido dirigido por Walter Murch, por el que ganaría el Óscar al mejor montaje de sonido (no en vano Hackman encarna a un profesional de las escuchas telefónicas), para un relato sombrío y lento, de gran densidad psicológica, basada en los silencios y en la reflexión más que en una dinámica más habitual en el género de la intriga. Y además ganadora del Festival de Cannes. Una enorme película que se vio ensombrecida por su otra obra: El padrino 2. La segunda parte de la trilogía confirmó el talento de Coppola y lo llevó a ganar 6 oscars más, incluyendo película, dirección y guion adaptado... Cinco años más tarde llegaría otra de sus obras magnas: ApocalypseNow, uno de los grandes relatos sobre la crueldad de la guerra. 

Terminaban los 70 y Coppola dirigía cuatro films que entrarían para muchos, entre los mejores de la historia. Empezaba la caída, su estudio al ser ajeno a Hollywood solo producía deudas y Coppola tenía que vender hasta su casa y empezar a hacer films de encargo para salir adelante. Así arrancó 1981 con el musical Golpe al Corazón y dos años después llegarían dos films sobre jóvenes adolescentes que serían las grandes estrellas de los años siguientes: La ley de la calle y The Outsiders, con jóvenes promesas como Matt Dillon, Mickey Rourke, Diane Lane, Nicolas Cage, Ralph Macchio, Patrick Swayze, Emilio Estévez, Rob Lowe, Laurence Fishburne o Tom Cruise. Un año después dirige a otra estrella emergente: Richard Gere en Cotton Club. Luego siguen otros films de encargo donde siempre deja su marca: Peggy Sue, Jardines de piedra y Tucker. Para salir de la crisis económica, Coppola accedió a filmar la tercera parte de la trilogía El Padrino, que lo volvería a poner en las altas cumbres, pese a no ser tan genial como sus antecesoras. Eso le da la chance para hacer en 1992 su última gran película: Drácula de Bram Stocker, con un reparto de lujo. 

Los films que ha hecho después han tenido más críticas que elogios: Jack con Robin Williams en 1996, El poder de la justicia, una de las que se salva, con Matt Damon y Danny De Vito en 1997. Diez años después llegó Juventud sin juventud y en 2009 nos emocionamos cuando vino con Vincent Gallo a nuestro país a filmar Tetro, con actores nacionales como Sofía Gala, Rodrigo de la Serna, Leticia Brédice, Mike Amigorena o Erica Rivas. En 2011 dirigió su último film llamado Twixt, una cinta de terror con Val Kilmer. Sus próximos pasos son la superproducción Megalópolis, que se sigue esperando y para diciembre se dice que hará un nuevo final de la tercera parte de El Padrino. Veremos con que aparece el genio...

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: The Godfather

Año: 1972

Duración: 175 min.

País: Estados Unidos

Dirección: Francis Ford Coppola

Guion: Francis Ford Coppola, Mario Puzo (Novela: Mario Puzo)

Música: Nino Rota

Fotografía: Gordon Willis

Reparto: Marlon Brando, Al Pacino, James Caan, Robert Duvall, Diane Keaton, John Cazale, Talia Shire, Richard S. Castellano, Sterling Hayden, Gianni Russo, Rudy Bond, John Marley, Richard Conte, Al Lettieri, Abe Vigoda, Franco Citti, Lenny Montana, Al Martino, Joe Spinell, Simonetta Stefanelli, Morgana King, Alex Rocco, John Martino, Salvatore Corsitto, Richard Bright, Tony Giorgio, Vito Scotti, Jeannie Linero, Julie Gregg, Angelo Infanti, Corrado Gaipa, Saro Urzi

 

Título original: The Godfather: Part II

Año: 1974

Duración: 200 min.

País: Estados Unidos

Dirección: Francis Ford Coppola

Guion: Francis Ford Coppola, Mario Puzo (Novela: Mario Puzo)

Música: Nino Rota, Carmine Coppola

Fotografía: Gordon Willis

Reparto: Al Pacino, Robert De Niro, Diane Keaton, Robert Duvall, John Cazale, Lee Strasberg, Talia Shire, Gastone Moschin, Michael V. Gazzo, Marianna Hill, Bruno Kirby, Danny Aiello, Harry Dean Stanton, Troy Donahue, Roger Corman, Morgana King, Joe Spinell, Richard Bright, James Caan, Dominic Chianese, Francesca de Sapio, G.D. Spradlin, Frank Sivero, Oreste Baldini, Tom Rosqui, Leopoldo Trieste, Amerigo Tot, John Aprea, Abe Vigoda, Gianni Russo, Maria Carta, Mario Cotone, Fay Spain, James Murdock, Carmine Caridi, William Bowers, Joseph Della Sorte, Carmen Argenziano, Kathleen Beller, Ignazio Pappalardo, Peter Donat, Tom Dahlgren, Ivonne Coll, Richard Watson, Erica Yohn

 

Título original: The Godfather: Part III

Año: 1990

Duración: 163 min.

País: Estados Unidos

Dirección: Francis Ford Coppola

Guion: Francis Ford Coppola, Mario Puzo (Novela: Mario Puzo)

Música: Carmine Coppola

Fotografía: Gordon Willis

Reparto: Al Pacino, Diane Keaton, Talia Shire, Andy García, Eli Wallach, Joe Mantegna, George Hamilton, Bridget Fonda, Sofia Coppola, Raf Vallone, Donal Donnelly, Richard Bright, Al Martino, Helmut Berger, Don Novello, John Savage, Franco Citti, Mario Donatone, Vittorio Duse, Enzo Robutti, Robert Cicchini, Rogerio Miranda, Carlos Miranda, Vito Antuofermo, Jeannie Linero, Carmine Caridi, Don Costello, Al Ruscio, Mickey Knox, Rick Aviles, Michael Bowen, Brett Halsey, John Abineri, Brian Freilino, Gregory Corso, Marino Masé, Dado Ruspoli, Valeria Sabel, Remo Remotti, Giuseppe Pianviti, Simonetta Stefanelli, Paco Reconti, Mimmo Cuticchio, Nicky Blair, Diana Agostini, Jessica DiCicco, Catherine Scorsese

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