jueves, 19 de mayo de 2022

EL VALLE DE LAS ABEJAS - UDOLI VCEL DE FRANTISEK VLÁCIL

PROGRAMA 368 (13-05-2022)

 

SINOPSIS

 

Región báltica de Prusia, Plena Edad Media. Ondrej (Petr Cepek) es un joven amante de las abejas, al que le es presentada la nueva esposa de su padre, el señor de Vlkov (Zdenek Kryzánek), una chica que tiene prácticamente su edad y a la que regala un cesto lleno de pétalos que debajo esconde murciélagos. Tal acción hará que su progenitor cargue violentamente contra él, estando a punto de arrebatarle la vida. Arrepentido por su crueldad, el señor de Vlkov prometerá ante la imagen de una virgen consagrar la vida de su hijo a Dios si finalmente no fallece. Es por ello que Ondrej acabará entrando en la orden de los Caballeros de la Cruz, en la que un cruzado llamado Armin (Jan Kacer) se ocupará de su educación. El conflicto entre razón y fe, la ausencia de Dios y la mentalidad pagana fue el eje argumental de una de las películas más recordadas de Frantisek Vlácil. (FILMAFFINITY)

 

EDITORIAL

 

Aceptar la idea de dios es aceptar transitar por la asfaltada avenida de la esperanza. Borges dice que lo venidero nunca se anima a ser presente del todo sin antes ensayarse y que ese ensayo es la esperanza. Remata el escritor y poeta diciendo ¡Bendita seas, esperanza, memoria del futuro, olorcito de lo por venir, palote de dios! Aceptar la idea de dios es llenar de sentido este manojo de rituales absurdos a los que llamamos vida. Dios, aquel absoluto farmacológico, aquel dispositivo previo y heredado, tesoro de todos los tesoros, oro verdadero de enceguecedor brillo, realidad realmente real. Dios, prisionero en la frialdad de tu reino inhabitable oculto en aquella nada que separa al significado del significante. ¿Cómo no sucumbir ante la belleza infinita de tu idea? ¿Cómo no querer llenar de esperanza aquel espejismo inalcanzable que es el futuro? ¿Cómo no arrodillarnos sobre cualquier tierra y elevar con devoción nuestras manos hacia tu cielo y decirte con demencia que estamos cagados de miedo? Decirte también que la incoherencia del mundo nos supera cada día, cada instante. 



Que el hermano, aquel sujeto de la otra mejilla, aquel otro construido también a tu imagen y semejanza, se ha convertido en un bastardo que atenta ponzoñosamente contra todos nuestros intereses. ¿Cómo no desear pedirte clemencia, asfixiados en la culpa, por aquella tentación insaciable que hierve nuestra sangre, por el fuego sabroso que camina a nuestro lado inventando la noche, prometiendo tormentas ardientes sobre el océano de la existencia? ¿Cómo no confesarte con desasosiego que nuestra vida transita entre un cúmulo de malas noticias, que lo efímero nos sonríe inadvertidamente sin que podamos siquiera retener unos instantes la dulzura de su sabor en nuestras bocas, que todo duele y desengaña y que reparamos hace tiempo en que lo único verdadero es aquella boca famélica que nos devorara al final del camino, cuando nos llegue implacable la nada? Ay dios mío, como me gustaría que existieras… Si yo pudiera, como ayer, vivir sin presentir, pero el gran robo ya fue perpetuado. No hay libertad posible ni tampoco mañana. ¿Cómo no hacerte pagar por la crueldad de tu travesura?     

 

Lucas Itze.-

 

Canción elegida para la editorial

 


IMPRESIONES SOBRE EL VALLE DE LAS ABEJAS



¿Cuál es la trampa en este episodio finito de nuestra existencia a la que llamamos vida? Como pensaría Arthur Schopenhauer, la trampa es la vida misma. Allí aparecerán esos males de los que no podremos escapar nunca: el dolor del nacimiento, la enfermedad, la vejez y la muerte, que acompañan a cualquier individuo. A lo que el filósofo alemán agrega «toda vida humana fluye entre el querer y el conseguir», y el deseo, en cualquiera de sus formas, siempre encierra dolor: pues «sea cual sea la naturaleza y la dicha que le hayan tocado a uno al margen de lo que uno sea y posea, no le cabe librarse del dolor consustancial a la vida», como cita el profesor de Filosofía, Carlos Javier González Serrano. Entonces si desear duele, ¿será una venganza de Dios? ¿Y si cuando matamos a Dios, como dijo hace muchos años Nietzche, logramos pensar por nosotros mismos? ¿Y si en ese devenir de falta de moral encontramos que ese camino de placeres y deseos no era quizás lo que veníamos relegando desde hace siglos? De qué moral nos van a venir a hablar esos inquisidores que arrebataron vidas en nombre del Señor. Que trajeron sus creencias y desterraron culturas de cientos de años. Desear duele, claro que sí. Amar también. “Detrás de cada cosa hermosa, hay algún tipo de dolor  nos dijo alguna vez el sabio Bob Dylan. Pero siempre buscaremos que la solución sea el amor. El amor siempre salva. El amor como nuestra bandera de fe. Y como camino interno para conocernos a nosotros mismos. A saber quienes somos, que sentimos, que deseamos, que nos duele. Y que la pureza del alma nos eleve a nuestro propio cielo o nos deposite en nuestro propio infierno, donde seguramente brindaremos con muchos al llegar... 



Así lo entendían esos jóvenes que por los años ´60 revolucionaron un cine que iba a culminar con la famosa Primavera de Praga. Uno de ellos era Frantisek Vlácil, otro de los miembros de la novedosa Nueva Ola Checoslovaca... Si la semana pasada decíamos que la genial Vera Chytilová nos interpelaba desde sus films con sus críticas al sistema burgués y a la sociedad en general, Vlácil va a atacar por el lado de la fe, de Dios y del ser humano y su pensamiento interior. Con una clara influencia de directores europeos como Ingmar Bergman o Andrei Tarkovski, el director checoslovaco nos presenta en El valle de las abejas un cuestionamiento casi freudiano a la psiquis de los protagonistas y sus vaivenes emocionales. El film arrancará con unas abejas en un panal y ya notaremos un trabajado diseño de sonido que aparecerá en un primer plano desde el inicio. Además del sonar de las abejas, se escucharán cantos gregorianos de fondo en varios pasajes del film y todo el trabajo de la banda sonora será maravilloso. La película estará basada en una historia de Vladimír Körner, que a su vez participó como co-guionista. La historia se centra en la Edad Media y sigue la vida de Ondrej, a quien su padre casi le quita la vida durante su casamiento con una joven de la edad de su hijo y luego, como castigo, le promete a la Vírgen consagrar la vida del propio Ondrej a Dios si se salva. Así, el joven es enviado a la Orden de los Caballeros de la Cruz. La película trabajará una fotografía en blanco y negro que nos hará recordar a los cineastas mencionados anteriormente. Destacará además de la gama de grises y los juegos de sombras, la simetría que se verá en cada plano y cada encuadre a lo largo de casi todo el film. También sumará al estilo visual la ambientación natural del lugar, desde bosques y ríos a enormes castillos medievales perdidos en un paraje solitario. 



El guión contará con los clásicos tres actos aristotélicos y se servirá de una elipsis en el comienzo del metraje. Luego de ese lapsus temporal, nos adentraremos en la orden a la que fue enviado, Ondrej, quien conocerá a Armin, un hermano cruzado que sería el encargado de educar al joven. Allí entonces se distinguirán dos inclinaciones que se transformarán en opuestas. Ondrej será la idea de deseo y libertad. Armin, por el contrario, será la razón y la fe. Serán lo pagano y lo cristiano. Habrá en Armin una represión escondida jamás cristalizada. Será el quien lleve el peso de un alma aturdida por sus peleas internas. Ondrej internamente tendrá sólo un objetivo: encontrar una libertad traducida en cosas simples como volver a su casa, tener una mujer o cazar animales. Armin verá esas ideas como una ofensa a Dios y a la mujer como el camino al pecado y la tentación, en una idea bien cristiana. Y su objetivo será mantener a su alumno bajo el ala de Dios como sea. La vuelta de Ondrej al pueblo y su casamiento con Lenora, la viuda de su padre, terminarán de nublar la visión de su maestro, quien sólo encontrará en la palabra castigo su recompensa. Y para su fe, todos serán paganos. Seremos nosotros los pecadores culpables de todos los males que nos rodean. Serán nuestras almas paganas las que van cambiando de cuerpo en cuerpo creando así nuevas historias. Seremos los encargados de llenarnos de dolores pero también de deseos. Y de volver a gritar bien fuerte. Y si nuestros gritos de libertad son paganos, bienvenidos a ese mundo entonces, al fin y al cabo, bien sabemos que No es Dios todo lo que reluce...

                                                                                                     

Marcelo De Nicola.-

 

Canción post impresiones

 


UNIVERSO VLACIL


       

Frantisek Vlácil nació el 19 de febrero de 1924 en Cesky Tesin, Checoslovaquia. Pasó la infancia en el norte de Moravia. En breve estudió la Academia de Artes, Arquitectura y Diseño en Praga, pero se cambió a la facultad de Artes de la Universidad de Masaryk. Terminó sus estudios en 1951. Se interesó por el cine durante sus estudios y trabajó como guionista en el estudio de cine de dibujos animados y marionetas de Brno. Más tarde pasó al recién formado Estudio de Cine Popular Científico y Educativo. Realizó 4 cortometrajes documentales en estudio. Vláčil trabajó en un estudio de cine militar checoslovaco durante su servicio militar obligatorio. Estuvo en el ejército de 1951 a 1958. Se reunió con el director de fotografía Jan Čuřík, con quien colaboró frecuentemente durante su carrera. También conoció a otro director, Karel Kachyňa. Los cortometrajes de Vláčil realizados en el estudio militar eran en su mayoría instructivos y propagandísticos. Su primera película fue un corto Vzpomínka de 1953 que conmemoraba al difunto presidente comunista Klement Gottwald. Otro de sus cortometrajes es un documental Posádka na štítě que trata sobre meteorólogos que trabajan en Lomnický štít. La película muestra el contraste entre un hombre y las montañas. Vláčil también participó en la realización de películas de otros directores. Su último cortometraje militar fue una película instructiva y motivacional llamada Sebeobrana. También hizo un cortometraje Nubes de cristal, que se considera su mejor creación mientras estuvo en el ejército. Es la única película que hizo Vláčil en el ejército y no estuvo determinada por la política o el género. Nubes de cristal ganó un premio en el Festival de Cine Documental y Cortometraje de Venecia. Vláčil dejó el ejército en 1958. Luego empezó su carrera fuera del ejército y a diferencia de los directores salidos de la escuela de cine checo (FUMA), no tuvo tanta repercusión y no era considerado parte de la “Nueva Ola”. Su primer largo fue Holubice, donde sigue a una paloma mensajera tratando de completar el viaje de regreso hacia su dueña en Europa y el efecto que el cuidado de la paloma tiene sobre un artista, un niño enfermo, y una chica joven (la dueña de la paloma). Considerada por los críticos, una obra imprescindible del cine checo. Luego Vlácil se dedicó a filmar películas ambientadas en la edad Media. En 1962 dirige La trampa del Diablo, la historia de un nuevo párroco que busca una oveja negra en su nueva aldea. En 1967 llega lo que para muchos es su obra maestra: Markheta Lazarova, que trata sobre la rivalidad entre dos clanes familiares de hidalgos pobres. 



Basada en la novela homónima de Vladislav Vancura, escritor checo del siglo XX, fue reconocida como la mejor película checa de todos los tiempos por los críticos de su país en el año 1998. Un año después sigue con El Valle de las abejas y en 1970 dirige Adelheid, en este caso, ambientada luego de la Segunda Guerra Mundial, una historia de amor entre dos personas de diferente etnia. Durante la era de la Normalización, a Vláčil no se le permitió hacer largometrajes y tuvo que dejar el Estudio Barrandov. Realizó algunos cortometrajes como La Praga del Art Nouveau o Sirius. Se le permitió hacer otro largometraje en 1976, fue un drama Smoke on the Potato Fields. Su siguiente película, el thriller Shadows of a Hot Summer, ganó un Globo de Cristal. En 1980 dirige Concierto para el final del verano, película biográfica acerca del compositor Antonín Dvorák. Le siguieron otras películas importantes, Snake's Venom , Shades of Fern y Magician . Estas fueron sus últimas películas antes de retirarse. Después de la caída del muro de Berlín, Vláčil recibió varios premios. Ganó el León checo por su trabajo de por vida y su contribución extraordinaria al cine checo y se convirtió en presidente de la Academia Checa de Cine y Televisión. En 1997, Vláčil se rompió la pierna izquierda y fue hospitalizado. Fue operado pero su operación no tuvo éxito y tuvo que ser reoperado. La segunda operación fue un éxito y se le permitió salir del hospital. Solo estuvo un día en casa cuando cayó inconsciente debido a una arritmia cardíaca. Nunca se recuperó y murió el 27 de enero de 1999.

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: Údolí vcel (The Valley of the Bees)

Año: 1968

Duración: 97 min.

País: Checoslovaquia

Dirección: Frantisek Vlácil

Guión: Frantisek Vlácil, Vladimír Körner. Historia: Vladimír Körner

Música: Zdenek Liska

Fotografía: Frantisek Uldrich (B&W)

Reparto: Petr Cepek, Jan Kacer, Vera Galatíková, Zdenek Kryzánek, Miroslav Machácek, Josef Somr, Václav Kotva, Jana Hlavácková

 

PELÍCULA COMPLETA

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