SINOPSIS
Anna, Georg y su
hijo Georgie van a pasar las vacaciones a su bonita casa a orillas de un lago.
Sus vecinos Fred y Eva han llegado antes que ellos. Las dos parejas quedan para
jugar al golf al día siguiente. Mientras padre e hijo preparan el velero, Anna
prepara la cena. De repente, Peter, un joven muy educado que se aloja en casa
de los vecinos, se presenta para pedir que le presten algunos huevos porque a
Eva no le queda ninguno. De repente, Anna se pregunta cómo ha podido entrar en
la casa. El joven le explica que Fred le ha enseñado un agujero que hay en la
cerca. (FILMAFFINITY)
EDITORIAL
Claro que la maldad no es lo preocupante… después de todo, la maldad fue la sombra que se proyectó en el amanecer del primer sol, allí donde nuestros abuelos monos se frotaban las espaldas con inocencia contra los pastos más tiernos mientras planeaban pacientemente cómo asesinar al dios del tiempo. Aquella oscura existencia nos acompaña desde entonces y nos recuerda con sencillez que cualquiera de nuestros actos puede ser oscuro o luminoso dependiendo siempre de donde pongamos la fuente lumínica. Recordemos que el primer pez cuando tuvo hambre se volvió un asesino. El objetivo del bien es desatar una batalla permanente contra el mal retroalimentándose constantemente para asegurar así la existencia de ambos. Es el propio bien quien en un acto colmado de malicia genera las condiciones necesarias para que el mal exista. Por eso digo que la maldad no es lo que realmente me preocupa porque su batalla contra el bien se sabe eterna. ¿Qué pasaría si esa pelea la ganara cualquiera de las dos fuerzas? ¿Qué quedaría? Se perdería con seguridad el sentido de toda ética, ya que la coexistencia de lo bueno y lo malo es necesaria para situar las bases de posturas diferentes. El otro existe como una amenaza inminente pero también existe como método identificatorio. Yo soy lo que el otro no es. Así entonces el bien necesita del mal para instalar definitivamente la oposición del concepto. Pero tal como venimos diciendo, el bien esta intervenido de mal porque no importa cuál sea la vereda en donde nos paremos, siempre actuaremos con la certeza de estar haciendo lo correcto.
En ese sentido, acabar con la
guerrilla es un acto correcto y de bondad, sin reparar claro en las muertes que
tal objetivo demande. Depurar una raza, en tal caso, también lo sería. El yo,
entonces, siempre es el héroe de la anécdota mientras que la otredad lleva por
antagonismo el pesado papel del villano. Lo preocupante entonces no es la
maldad, sino el goce que puede vivenciar quien la ejerce porque aquella
satisfacción lo excede en su condición llevándolo a un nivel del disfrute patológico.
Hablo de aquel instante en que el deseo se descubre implacable entre los
oscuros límites del sadismo. Hablo de aquella perversión que convierte en
cualquier descuido a la sombra en monstruo, ese monstruo que terminará
devorando definitivamente al individuo. Aquella sombra siniestra agazapada en
la mirada más tierna, esa sombra escondida en la calidez de un gesto atento y
que con cierta seducción nos tiende una mano para invitarnos a jugar sus divertidos
juegos.
Lucas Itze.-
Canción elegida
para la editorial
IMPRESIONES
SOBRE FUNNY GAMES
La semana pasada decíamos que nuestro buen amigo Lars Von Trier es un provocador por naturaleza. Su crudeza nos desgarra, nos desviste y nos deja en estado de shock. Quizás no con tanta virulencia pero si con un objetivo similar, se sienta en esa mesa el austriaco Michael Haneke, otro gran amigo de esta casa. Su comienzo con El séptimo continente, film que trabajamos en estas tertulias hace algunos años, nos mostró su visión de las familias burguesas, su consumismo, su vida vacía y sin mucho para ofrecer. Los planos larguísimos, la banda sonora excelsa y la música que rompía ciertos esquemas se fueron afinando con el correr de los años. También se fue afinando su visión del mundo y porque no, ese pesimismo reinante, que se convirtió en una violencia siempre latente. Y donde todos somos testigos o hasta partícipes de la historia. ¿Somos capaces de levantarnos e irnos o seguiremos el juego hasta el final? En Funny Games, tendremos algunas respuestas. El film arranca con la cámara siguiendo a un auto mientras unas voces juegan a adivinar intérpretes o canciones de música clásica.
En ese auto conoceremos a Georges, Anne y a su hijo, también llamado Georges. De pronto, una música estilo heavy metal acabará con la tranquilidad y veremos los créditos en rojo furioso. En esos primeros minutos llegará la presentación de los personajes y aparecerán Paul y Peter, dos jóvenes vestidos enteramente de blanco, con guantes incluidos. A partir de la entrada de estos jóvenes al parecer bastante educados a la casa, la historia cambiará por completo. El film trabajará un guión lineal que irá dosificando el drama a lo largo que avanzan los minutos. El apartado técnico tendrá lo que suele trabajar el director austriaco, es decir, bastante planos largos, una fotografía donde los colores de la ropa que utilizan los actores suele combinarse con los muebles de la casa, ni hablar de ese blanco puramente impoluto de los dos extraños visitantes. La banda sonora estará en su punto justo y la musical romperá de lo clásico al metal para dar ciertos indicios de lo que se viene. La puesta en escena tendrá en su mayor parte una alta carga teatral, al desarrollarse en su mayoría en el living de una casa.
Trabajará principalmente
con planos detalle, primeros planos y planos generales, donde la cámara se
moverá muy pocas veces. Pero sin dudas el detalle que nos hace parte del film
es el rompimiento de la llamada cuarta pared. Cuando Paul mira a cámara y nos
guiña un ojo sabremos que el juego empezó. Y seremos nosotros quien decidiremos
si continuar o no. A partir de ese momento todo se volverá más sádico y más
extremo. Haneke nos hace parte del film, nos interpela. Rompe con lo
establecido. Habrá muertes pero nosotros seguiremos ahí, pegados a la pantalla.
¿Será Haneke el que está detrás de todo esto? ¿O serán Paul y Peter, quienes
nos hacen el objeto de su apuesta, los que terminan manejando todo? Y si
nosotros seguimos ahí, siendo cómplices de ese secuestro, la apuesta la ganarán
ellos. Y se acaba el entretenimiento, ese mismo que vemos a diario en cualquier
noticiero de tv o en las webs que buscan saciar nuestra sed de sadismo y
muerte. Y una vez inmersos en esa locura, no habrá control remoto que nos sirva
para rebobinar la cinta...
Marcelo De
Nicola.-
Canción post
impresiones
UNIVERSO HANEKE
Nacido el 23 de marzo de 1942 en Munich (Alemania)
creció en Austria, concretamente en la ciudad de Weiner Neustadt.
Hijo del director y actor Fritz Haneke y de la actriz Beatrix
von Degenschild.
Después de fracasar en su intento de ingresar en
la Escuela teatral Max Reinhardt, Haneke cursó estudios de
filosofía, psicología e interpretación en
Su primer largometraje cinematográfico fue “El Séptimo Continente” (1989), un drama familiar en tonos sombríos y
desesperanzados que estaba basado en un hecho real. Este título fue el primer
film de una trilogía conocida como la glaciación emocional que fue continuada
por “El Vídeo de Benny” (1992), otra historia con familia disfuncional
que contaba con el protagonismo de un psicópata adolescente, a quien le regalan
una cámara y graba cómo sacrifican a un cerdo con una pistola, el punto de
partida para iniciarlo en el salvajismo. El film fue nominado como mejor film
europeo.
La tercera parte fue “71 Fragmentos De Una
Cronología Del Azar” (1994), realización en donde se incidía en
comportamientos criminales significando la violencia existente en la sociedad
urbana, en este caso, diferentes líneas narrativas e historias no relacionadas
que confluyen en una matanza en un banco austriaco. Esta vez, los premios
fueron el de mejor película en el Festival de Chicago y
película, guion, y premio de la crítica en Sitges, Cataluña. En el
medio rueda para
En 2003, vuelve a convocar a Huppert para el
film El tiempo del lobo, en un tiempo indeterminado, un desastre ha
ocurrido, se sabe que el agua sin contaminar es sagrada y el ganado debe ser
quemado. Una familia escapa de la ciudad al campo, pero evitar el caos
generalizado, será imposible. Mejor guion en Sitges. Dos años después filma Caché (Escondido),
un thriller en el que vuelve a retratar otro descenso a los infiernos de una
familia aparentemente normal. Daniel Auteuil encarna al
presentador de televisión que recibe videos anónimos de su entorno familiar,
filmados sin que nadie lo advierta mientras que la policía se niega a ayudarlo,
ya que no constituye ningún delito. Haneke se llevó el premio a mejor Director en
Cannes, además de que el film se llevó el premio de la crítica, además de
premios en varios festivales y asociaciones de críticos. Dos años después vuelve a filmar Funny
Games pero en Estados Unidos, con Naomi Watts y Tim
Roth como protagonistas. Vuelve a Alemania en 2009 para filmar La cinta
blanca, ambientada en la época previa a
Si con La cinta blanca saltó definitivamente a la fama, con su próxima película, lo confirmó. En 2012 llegó Amor, la historia de una pareja de 80 años, ambos jubilados que viven en París y profesores de música clásica. Un día, ella sufre un infarto que le paraliza un costado, donde luego de una operación, queda hemipléjica. Ella le pide a su marido que nunca más la lleve a un hospital. La unión y el amor se pondrán a prueba. La película, protagonizada por la actriz de 85 años, Emanuelle Riva (Hiroshima Mon Amour) fue un éxito mundial. Ganadora del Oscar, Globo de Oro (ambas como película extranjera) y Festival de Cannes, tres de los premios más importantes del cine, entre muchos otros. Este año volvió a trabajar con Isabelle Huppert en Final feliz. La película gira en torno a una familia burguesa y el drama de los refugiados. La familia posee una empresa en Calais, al lado de los campamentos donde viven miles de refugiados, pero su vida, no es color de rosa. Por primera vez, el director deja el drama para para irse un poco para el lado de la comedia… Veremos con que sigue el maestro europeo.
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