jueves, 10 de octubre de 2019

CLOSE-UP - NEMA-YE NAZDIK



SINOPSIS

Un hombre llamado Hossein Sabzian pretende hacer creer a unos vecinos que es un importante director de cine. Les ofrece convertirse en protagonistas de su próxima película aprovechándose de su ingenuidad, hasta que es descubierto y empieza otra realidad para el falso "cineasta", que será demandando por los afectados.

EDITORIAL

El objetivo principal de una dictadura es imponer siempre un punto de vista único. Por lo general ese punto de vista se manifiesta en la aplicación de un modelo económico y será ese el inicio desde donde el poder comenzará a operar a través de sus distintas células para diseñar y naturalizar un objetivo, un “hacia dónde”. En aquel trazado comenzará, claro, la muerte. En una sola pincelada desaparecerán las diferencias, los matices serán negados y cualquier intención de discrepancia será perseguida, desarticulada y eliminada. El papel de los medios de comunicación es siempre fundamental en la arquitectura de aquel punto de vista único y dictatorial. Operaran desde su hegemonía, desde su masividad, con profunda sutileza, para imponer y naturalizar lo que es y en consecuencia o por simple omisión lo que no es. Se instala entonces desde esta dinámica lo que John Austin denomino como enunciado performativo en donde la palabra ya no describe el hecho, sino que por solo ser enunciado realiza el hecho. No habrá instancia de comprobación de la verdad o falsedad de lo dicho. No habrá chequeo sino sentencia. Tal como en el fascismo, se canalizará la furia y claro, también las limitaciones, en la no existencia del otro, en la negación de esa otredad que nos mira del otro lado del espejo. 


No hace muchos días el INDEC nos arrojó en la cara una de las noticias más terribles y nefastas producto de las fulminantes políticas implementadas por la gestión de Mauricio Macri: más de la mitad de los pibes y pibas menores de 14 años de la Argentina son pobres. Lo que debería haber sido un punto final, un nuevo “nunca más”, resultó un grito sordo, ahogado en el rápido devenir de nuevas importancias, de nuevas urgencias. Aquellos pibes y pibas fueron muertos entonces dos veces. Fueron desaparecidos por un objetivo que no es el nuestro, por un plan que no es para ellos, que no piensa en ellos ni tampoco los incluye. Obligarnos a mirar para otro lado, instalar sentencia y no dato es crear fantasmas. Joyce nos decía que un fantasma es un hombre que se ha desvanecido hasta ser impalpable, por muerte, por ausencia o por cambio de costumbres. De nosotros depende trabajar para despertar definitivamente la mirada. Somos nosotros los que tenemos que dar la batalla para que los primeros planos que arman el relato de la realidad sean más justos e inclusivos, para que nunca más demos vuelta la mirada ante el sufrimiento de los más débiles, de los más necesitados. Ser insensibles es ser cómplices. Porque hay otro país y no podemos ocultarlo.-

Lucas Itze.-

Canción elegida para la editorial




IMPRESIONES SOBRE CLOSE-UP


Saquemos a pasear nuestra mente y alejémosla de este maldito letargo. Hace tiempo que venimos enjuiciando gente dependiendo de quién cubra la noticia. Entendamos para siempre que la prensa juega a favor suyo y cada vez que pueda aplastar al marginado, estará al pie del cañón. Después para glorificarse vomitarán imágenes de héroes excluidos por el estado pero metiendo la nariz desde lejos, para no oler ese mugroso chiquero. Para no pisar el barro que nosotros pisamos tantas veces. Allí, en la construcción de la noticia estará la mirada del poder. Seremos nosotros los que tendremos que desdeñar que se trama y qué es lo que nos quieren contar. Pero también que es lo que se oculta. Porque como bien sabemos, a veces son ellos los que buscan ser los héroes de esas historias y dejarles a los protagonistas las migajas. Ellos entonces se llevarán todos los flashes por cubrir el horror mediante un artículo o hasta gracias a una excelsa fotografía. Ellos deciden quienes van al living de la figura de la televisión o a la hoguera de la opinión pública. En este espacio, hace tiempo que venimos denunciando esos manejos, porque buscamos encontrar otra historia. Y porque en cualquier rincón del mundo, podemos encontrar esa noticia que tal vez, nos haga redescubrir ciertas fábulas imposibles de olvidar. Esas fábulas que parecen ficción pero que son realidad. Ficción, realidad, prensa, engaño, poder, expectativa, mentira, verdad... Todo eso encontraremos en uno de los films más reconocidos del iraní Abbas Kiarostami


Hablamos de Close-Up, filmado en 1990. El director moverá tantas aristas que es difícil decidir por dónde empezar. El televidente tratará de descifrar en ese juego que él nos presenta, cuánto hay de realidad, y cuanto de ficción. La película comenzará con un periodista tomando un taxi junto a dos policías. Allí, pondrá en contexto al conductor sobre la historia que podría llevar a él a la fama, al nivel de las grandes crónicas periodísticas. Nos enteraremos que van a arrestar a un tal Sabzian, por hacerse pasar por el director de cine Mohsen Makhmalbaf frente a una familia de clase media alta (los Ahanjah) con ansias de hacerlos participar de su próxima película. En ese comienzo notaremos algo que Kiarostami nos irá diciendo de a poco: en ese Irán de pos guerra, el cine será para los más beneficiados. La mayoría de la gente trabajadora, los que están fuera del sistema como el taxista, no tienen tiempo ni dinero para acceder a esos pequeños placeres de la vida. Las tomas en ese comienzo serán desde afuera del auto, en un curioso primer plano que es lo que le dará nombre al título del film. Luego de ese comienzo laberíntico, incluida con preguntas sobre la dirección del lugar a diversos transeúntes, llegarán a destino. Un avión a chorros, un ramo de flores que el conductor rescata de entre unos escombros y un frasco que rueda por el piso, será quizás lo más poético que rescatarán esas primeras imágenes, mientras se espera la detención del acusado. 


Entonces llegarán los créditos iniciales, donde descubriremos que cada personaje es uno mismo. Y donde se empezará a mezclar la realidad con la ficción. Kiarostami estaba en un proyecto de su próximo film cuando leyó un artículo sobre un hombre que se había hecho pasar por un director de cine y decidió tomar cartas en el asunto. Se trasladó al norte de Teherán y entrevistó a Hossam Sabzian, el falso director. Logró además adelantar el juicio y fue parte de las entrevistas con el juez, con el acusado y con los familiares demandantes. Así nació la parte documental del film. La presentación entre Kiarostami y Sabzian en la prisión, es tomada desde afuera mientras los planos se van acercando hasta quedar en un primer plano del acusado. El montaje y el guion también fueron obra del iraní, en lo que fue su obra más personal. Luego de conseguir que el juicio sea filmado, llega entonces la mezcla de realidad y ficción. Mientras Sabzian responde preguntas, incluidas del propios Kiarostami (!) y explica porque armó esa historia, veremos raccontos de lo que el protagonista va relatando. Lo más importante, veremos las imágenes del acusado con la propia familia que terminó aceptando recrear las situaciones que derivaron en el juicio, para que el film tenga más poder. Sabzian explicará una y mil veces que es un admirador del arte a pesar de tener una baja condición social y que se sentía identificado con los personajes de las premiadas películas de Makhmalbaf, a quien admiraba porque lo consideraba uno más de esa clase trabajadora y se ponía a la altura de ellos: “Lo admiro por las películas que le dio a la sociedad y el sufrimiento que retrata en ellas” es una de sus primeras declaraciones en el juicio. 


Y alegaba que el poder decidir y ser una persona famosa hizo que por primera vez sienta lo que era ser respetado, cosa que por ser pobre, nunca había logrado. El film seguirá con el juicio y las recreaciones de la trama hasta que el acusado sea liberado luego de cuarenta días. Será el momento de la redención y el perdón. Kiarostami nuevamente desde un auto, nos mostrará el emocionante encuentro entre el director real y su otro yo. Esta vez seguiremos la ruta viendo como ambos se dirigen en moto a casa de los demandantes y escucharemos la voz en off de Kiarostami y su asistente, mencionando cosas técnicas como la pérdida del sonido o el cable de un micrófono suelto, pero nunca aparecerán en cámara, serán solo testigos directos. Con lágrimas en los ojos y unas flores en sus manos, Sabzian volverá a donde empezó todo cuarenta días atrás, para redimirse. Kiarostami, en definitiva cumplirá el sueño de los integrantes de la familia, siendo partícipes de una película y de Sabzian, siendo protagonista de la misma. Servirá para demostrar que el cine puede mover ciertos cimientos gracias a la voz de sus protagonistas, quienes son endiosados y transformados en héroes. Porque el film no es solo una historia, sino una denuncia social de un país destruido y además, una carta de amor al cine. Y él quizás sea ese ángel que evitó que la prensa fustigue los sueños y los transformó en realidad. Y que sea en definitiva, una justicia para todos.
                                          
Marcelo De Nicola.-

Canción post impresiones



UNIVERSO KIAROSTAMI


Nacido en Teherán en 1940, se convirtió con los años en uno de los más influyentes cineastas asiáticos. Kiarostami estudió bellas artes en la Universidad de Teherán, trabajó como diseñador gráfico y después ingresó en el Centro para el Desarrollo Intelectural de Niños y Jóvenes Adultos, donde creó una sección de cinematografía. En 1969, cuando la nueva ola iraní comenzó con la película de Dariush Mehrjui Gāv. Su primera producción fue de doce minutos El pan y la calle (1970), una película corta neo-realista acerca de la confrontación de un escolar con un perro agresivo. El recreo siguió en 1972. En la década de 1970, Kiarostami persiguió un estilo individualista de la realización de películas. Él habló de su primera película así:
El pan y la calle fue mi primera experiencia en el cine y debo decir que fue muy difícil. Tenía que trabajar con un niño muy pequeño, un perro, y un equipo poco profesional excepto por el director de fotografía, que estaba molestando y quejándose todo el tiempo. Bueno, el director de fotografía, en cierto sentido, tenía razón porque no seguía las convenciones de la realización de películas a las que estaba acostumbrado.
Tras Experiencia en 1973, sobre un niño huérfano que trabaja en un estudio fotográfico, Kiarostami lanzó El viajero en 1974. El viajero cuenta la historia de Qassem Julayi, un niño con problemas de una pequeña ciudad iraní. Con la intención de asistir a un partido de fútbol en la lejana Teherán, estafa a sus amigos y vecinos para recaudar dinero, y estos viajes al estadio a tiempo para el juego, sólo para encontrarse con un irónico giro del destino. Al abordar la determinación del niño para alcanzar su objetivo, junto con su indiferencia a los efectos de sus acciones amorales, la película examina el comportamiento humano y el equilibrio del bien y el mal. Con esta película se fomentó la reputación de Kiarostami por el realismo, la sencillez diegética, y la complejidad estilística, así como su fascinación por los viajes físicos y espirituales.
En 1975, Kiarostami dirigió Dos soluciones para un problema. A principios de 1976, lanzó Un traje para la boda, la historia de tres adolescentes que entra en conflicto por un traje para una boda. En 1977 dirigió Gozaresh, que giraba en torno a la vida de un recolector de impuestos acusado de aceptar sobornos; el suicidio fue uno de sus temas.
A principios de la década de 1980, Kiarostami dirigió varios cortometrajes entre ellos El coro (1982). En 1983, dirigió el documental Conciudadanos y en 1984 otro llamado Parvulos. Con la película ¿Dónde está la casa de mi amigo? estrenada en 1987 comenzó a ganar reconocimiento fuera de Irán. Kiarostami hizo la película desde el punto de vista de un niño. En ella están retratadas las creencias tradicionales de las poblaciones rurales iraníes. La película se ha caracterizado por su uso poético del paisaje rural iraní y su realismo, ambos elementos importantes en la obra de Kiarostami. 


¿Dónde está la casa de mi amigo? (1987), Y La vida continúa (1992) y A través de los olivos (1994) destacan por la crítica como la trilogía de Koker, porque las tres películas cuentan con el pueblo de Koker en el norte de Irán. Las películas también se relacionan con el terremoto de 1990 Manjil-Rudbar, en el que murieron 40.000 personas. Kiarostami utiliza los temas de la vida, la muerte, el cambio y la continuidad para conectar las películas. La trilogía fue un éxito en Francia en la década de 1990 y en otros países de Europa occidental, como en los Países Bajos, Suecia, Alemania y Finlandia. Pero Kiarostami no tuvo en cuenta las tres películas para formar una trilogía. Sugirió que los dos últimos títulos más El sabor de las cerezas (1997) sí comprenden una trilogía, dado su tema común del valor de la vida.
La primera película de la década de Kiarostami fue Close-up (1990), que narra la historia de un hombre que se hizo pasar por el cineasta Mohsen Makhmalbaf, para estafar a una familia sobre la creencia de que podría protagonizar su nueva película. Esta película tiene una parte documental, en la que examina la justificación moral de Sabzian por usurpar la identidad de Makhmalbaf, cuestionando su capacidad de percibir su estilo artístico y cultural. Ocupa el puesto número 42 en el Top 50 de las películas más grandes del British Film Institute de todos los tiempos. Close-up recibió elogios de directores como Quentin Tarantino, Martin Scorsese, Werner Herzog, Jean-Luc Godard, y Nanni Moretti y fue lanzada en toda Europa. Sigue con Y la vida continúa, que trata sobre el camino que realizan un padre y un hijo a través de las ruinas de un terremoto en busca de dos muchachos, y a su vez van encontrando supervivientes. Con A través de los olivos, muestra a un equipo de rodaje de una película que vuelve a Koker, el pueblo en plena reconstrucción y es nominado a la Palma de Oro en Cannes. 


Palma que gana con El Sabor de las cerezas en 1997. Luego dirige El viento nos llevará en 1999, con la que ganó el Gran Premio del Jurado (León de Plata) en el Festival Internacional de Cine de Venecia. La película contrasta vistas rurales y urbanas sobre la dignidad del trabajo, aborda temas de igualdad de género y los beneficios del progreso, por medio de la estancia de un extranjero en un pueblo kurdo. Una característica inusual de la película es que muchos de los personajes se escuchan pero no se ven; al menos trece personajes son los que hablan en la película pero nunca se ven. En 2001, Kiarostami y su asistente, Seifollah Samadian, viajan a Kampala, Uganda, a petición del Fondo Internacional de las Naciones Unidas para el Desarrollo Agrícola, para filmar un documental sobre programas de asistencia a los huérfanos de Uganda. Se quedó durante diez días e hizo ABC África. Al año siguiente, Kiarostami dirigida Diez, revelando un método inusual de la cinematografía y el abandono de muchas convenciones de escritura de guiones. Kiarostami se centró en el panorama socio-político de Irán. Las imágenes se ven a través de los ojos de una mujer como ella conduce por las calles de Teherán durante un período de varios días. Su viaje se compone de diez conversaciones con varios pasajeros, que incluyen a su hermana, una prostituta autostop, y una novia despechada y su hijo exigente. Este estilo de hacer cine fue elogiado por varios críticos. Luego dirige el documental Five basada en una característica poética sin diálogo o caracterización. Se compone de cinco largos planos de la naturaleza que son secuencias de una sola toma, tiro con una cámara de vídeo digital de mano, a lo largo de las orillas del Mar Caspio. En esos años dirige varios documentales y películas de episodios. En 2008 filma Shirin con Juliette Binoche que muestra a las espectadoras (todas mujeres) de una sala de cine que están viendo una película basada en un cuento persa, cuya protagonista, la heroína Shirin, ha huido de un harén y viaja en busca del amor. Vuelve a trabajar con Binoche en Copia Certificada, una historia de amor que tuvo buenas críticas y algunos premios en Festivales como Valladolid o Chicago. 


En 2012 filma en Japón Like Someone in Love, la historia de una mujer japonesa que ejerce la prostitución para pagar sus estudios.
El director falleció el 4 de julio de 2016 a los 76 y dejó un inmenso legado en el cine asiático.

FICHA TÉCNICA

Título original: Nema-ye Nazdik (Close-Up)
Año: 1990
Duración: 100 min.
País: Irán
Dirección: Abbas Kiarostami
Guion: Abbas Kiarostami
Música: Kambiz Roushanavan
Fotografía: Abbas Kiarostami
Reparto: Hossain Sabzian, Mohsen Makhmalbaf

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