SINOPSIS
Un hombre llamado
Hossein Sabzian pretende hacer creer a unos vecinos que es un importante
director de cine. Les ofrece convertirse en protagonistas de su próxima
película aprovechándose de su ingenuidad, hasta que es descubierto y empieza
otra realidad para el falso "cineasta", que será demandando por los
afectados.
EDITORIAL
El objetivo
principal de una dictadura es imponer siempre un punto de vista único. Por lo
general ese punto de vista se manifiesta en la aplicación de un modelo
económico y será ese el inicio desde donde el poder comenzará a operar a través
de sus distintas células para diseñar y naturalizar un objetivo, un “hacia
dónde”. En aquel trazado comenzará, claro, la muerte. En una sola pincelada
desaparecerán las diferencias, los matices serán negados y cualquier intención
de discrepancia será perseguida, desarticulada y eliminada. El papel de los
medios de comunicación es siempre fundamental en la arquitectura de aquel punto
de vista único y dictatorial. Operaran desde su hegemonía, desde su masividad,
con profunda sutileza, para imponer y naturalizar lo que es y en consecuencia o
por simple omisión lo que no es. Se instala entonces desde esta dinámica lo que
John Austin denomino como enunciado
performativo en donde la palabra ya no describe el hecho, sino que por solo ser
enunciado realiza el hecho. No habrá instancia de comprobación de la verdad o
falsedad de lo dicho. No habrá chequeo sino sentencia. Tal como en el fascismo,
se canalizará la furia y claro, también las limitaciones, en la no existencia
del otro, en la negación de esa otredad que nos mira del otro lado del espejo.
No hace muchos días el INDEC nos arrojó en la cara una de las noticias más
terribles y nefastas producto de las fulminantes políticas implementadas por la
gestión de Mauricio Macri: más de la
mitad de los pibes y pibas menores de 14 años de la Argentina son pobres. Lo
que debería haber sido un punto final, un nuevo “nunca más”, resultó un grito
sordo, ahogado en el rápido devenir de nuevas importancias, de nuevas
urgencias. Aquellos pibes y pibas fueron muertos entonces dos veces. Fueron desaparecidos
por un objetivo que no es el nuestro, por un plan que no es para ellos, que no
piensa en ellos ni tampoco los incluye. Obligarnos a mirar para otro lado,
instalar sentencia y no dato es crear fantasmas. Joyce nos decía que un fantasma es un hombre que se ha desvanecido
hasta ser impalpable, por muerte, por ausencia o por cambio de costumbres. De
nosotros depende trabajar para despertar definitivamente la mirada. Somos
nosotros los que tenemos que dar la batalla para que los primeros planos que arman
el relato de la realidad sean más justos e inclusivos, para que nunca más demos
vuelta la mirada ante el sufrimiento de los más débiles, de los más
necesitados. Ser insensibles es ser cómplices. Porque hay otro país y no
podemos ocultarlo.-
Lucas
Itze.-
Canción elegida para la editorial
Canción elegida para la editorial
IMPRESIONES SOBRE CLOSE-UP
Saquemos a pasear
nuestra mente y alejémosla de este maldito letargo. Hace tiempo que venimos
enjuiciando gente dependiendo de quién cubra la noticia. Entendamos para
siempre que la prensa juega a favor suyo y cada vez que pueda aplastar al
marginado, estará al pie del cañón. Después para glorificarse vomitarán
imágenes de héroes excluidos por el estado pero metiendo la nariz desde lejos,
para no oler ese mugroso chiquero. Para no pisar el barro que nosotros pisamos
tantas veces. Allí, en la construcción de la noticia estará la mirada del
poder. Seremos nosotros los que tendremos que desdeñar que se trama y qué es lo
que nos quieren contar. Pero también que es lo que se oculta. Porque como bien
sabemos, a veces son ellos los que buscan ser los héroes de esas historias y
dejarles a los protagonistas las migajas. Ellos entonces se llevarán todos los
flashes por cubrir el horror mediante un artículo o hasta gracias a una excelsa
fotografía. Ellos deciden quienes van al living de la figura de la televisión o
a la hoguera de la opinión pública. En este espacio, hace tiempo que venimos
denunciando esos manejos, porque buscamos encontrar otra historia. Y porque en
cualquier rincón del mundo, podemos encontrar esa noticia que tal vez, nos haga
redescubrir ciertas fábulas imposibles de olvidar. Esas fábulas que parecen
ficción pero que son realidad. Ficción, realidad, prensa, engaño, poder,
expectativa, mentira, verdad... Todo eso encontraremos en uno de los films más
reconocidos del iraní Abbas Kiarostami.
Hablamos de Close-Up, filmado en
1990. El director moverá tantas aristas que es difícil decidir por dónde
empezar. El televidente tratará de descifrar en ese juego que él nos presenta, cuánto
hay de realidad, y cuanto de ficción. La película comenzará con un periodista
tomando un taxi junto a dos policías. Allí, pondrá en contexto al conductor
sobre la historia que podría llevar a él a la fama, al nivel de las grandes
crónicas periodísticas. Nos enteraremos que van a arrestar a un tal Sabzian, por hacerse pasar por el director
de cine Mohsen Makhmalbaf frente a
una familia de clase media alta (los Ahanjah)
con ansias de hacerlos participar de su próxima película. En ese comienzo
notaremos algo que Kiarostami nos irá diciendo de a poco: en ese Irán de pos
guerra, el cine será para los más beneficiados. La mayoría de la gente
trabajadora, los que están fuera del sistema como el taxista, no tienen tiempo
ni dinero para acceder a esos pequeños placeres de la vida. Las tomas en ese
comienzo serán desde afuera del auto, en un curioso primer plano que es lo que
le dará nombre al título del film. Luego de ese comienzo laberíntico, incluida
con preguntas sobre la dirección del lugar a diversos transeúntes, llegarán a
destino. Un avión a chorros, un ramo de flores que el conductor rescata de
entre unos escombros y un frasco que rueda por el piso, será quizás lo más
poético que rescatarán esas primeras imágenes, mientras se espera la detención
del acusado.
Entonces llegarán los créditos iniciales, donde descubriremos que
cada personaje es uno mismo. Y donde se empezará a mezclar la realidad con la
ficción. Kiarostami estaba en un proyecto de su próximo film cuando leyó un
artículo sobre un hombre que se había hecho pasar por un director de cine y
decidió tomar cartas en el asunto. Se trasladó al norte de Teherán y entrevistó
a Hossam Sabzian, el falso director. Logró además adelantar el juicio y fue
parte de las entrevistas con el juez, con el acusado y con los familiares
demandantes. Así nació la parte documental del film. La presentación entre
Kiarostami y Sabzian en la prisión, es tomada desde afuera mientras los planos
se van acercando hasta quedar en un primer plano del acusado. El montaje y el
guion también fueron obra del iraní, en lo que fue su obra más personal. Luego
de conseguir que el juicio sea filmado, llega entonces la mezcla de realidad y
ficción. Mientras Sabzian responde preguntas, incluidas del propios Kiarostami
(!) y explica porque armó esa historia, veremos raccontos de lo que el
protagonista va relatando. Lo más importante, veremos las imágenes del acusado
con la propia familia que terminó aceptando recrear las situaciones que
derivaron en el juicio, para que el film tenga más poder. Sabzian explicará una
y mil veces que es un admirador del arte a pesar de tener una baja condición
social y que se sentía identificado con los personajes de las premiadas
películas de Makhmalbaf, a quien admiraba porque lo consideraba uno más de esa
clase trabajadora y se ponía a la altura de ellos: “Lo admiro por las películas
que le dio a la sociedad y el sufrimiento que retrata en ellas” es una de sus
primeras declaraciones en el juicio.
Y alegaba que el poder decidir y ser una
persona famosa hizo que por primera vez sienta lo que era ser respetado, cosa
que por ser pobre, nunca había logrado. El film seguirá con el juicio y las
recreaciones de la trama hasta que el acusado sea liberado luego de cuarenta
días. Será el momento de la redención y el perdón. Kiarostami nuevamente desde
un auto, nos mostrará el emocionante encuentro entre el director real y su otro
yo. Esta vez seguiremos la ruta viendo como ambos se dirigen en moto a casa de
los demandantes y escucharemos la voz en off de Kiarostami y su asistente,
mencionando cosas técnicas como la pérdida del sonido o el cable de un micrófono
suelto, pero nunca aparecerán en cámara, serán solo testigos directos. Con
lágrimas en los ojos y unas flores en sus manos, Sabzian volverá a donde empezó
todo cuarenta días atrás, para redimirse. Kiarostami, en definitiva cumplirá el
sueño de los integrantes de la familia, siendo partícipes de una película y de
Sabzian, siendo protagonista de la misma. Servirá para demostrar que el cine
puede mover ciertos cimientos gracias a la voz de sus protagonistas, quienes
son endiosados y transformados en héroes. Porque el film no es solo una
historia, sino una denuncia social de un país destruido y además, una carta de
amor al cine. Y él quizás sea ese ángel que evitó que la prensa fustigue los
sueños y los transformó en realidad. Y que sea en definitiva, una
justicia para todos.
Marcelo
De Nicola.-
Canción post impresiones
Canción post impresiones
UNIVERSO KIAROSTAMI
Nacido en Teherán
en 1940, se convirtió con los años en uno de los más influyentes cineastas
asiáticos. Kiarostami estudió bellas artes en la Universidad de Teherán,
trabajó como diseñador gráfico y después ingresó en el Centro para el
Desarrollo Intelectural de Niños y Jóvenes Adultos, donde creó una sección de
cinematografía. En 1969, cuando la nueva ola iraní comenzó con la película de
Dariush Mehrjui Gāv. Su primera producción fue de doce minutos El pan y la calle (1970), una película
corta neo-realista acerca de la confrontación de un escolar con un perro
agresivo. El recreo siguió en 1972.
En la década de 1970, Kiarostami persiguió un estilo individualista de la
realización de películas. Él habló de su primera película así:
El pan y la calle fue mi primera experiencia en el cine y
debo decir que fue muy difícil. Tenía que trabajar con un niño muy pequeño, un
perro, y un equipo poco profesional excepto por el director de fotografía, que
estaba molestando y quejándose todo el tiempo. Bueno, el director de
fotografía, en cierto sentido, tenía razón porque no seguía las convenciones de
la realización de películas a las que estaba acostumbrado.
Tras Experiencia en 1973, sobre un niño
huérfano que trabaja en un estudio fotográfico, Kiarostami lanzó El viajero en 1974. El viajero cuenta la
historia de Qassem Julayi, un niño con problemas de una pequeña ciudad iraní.
Con la intención de asistir a un partido de fútbol en la lejana Teherán, estafa
a sus amigos y vecinos para recaudar dinero, y estos viajes al estadio a tiempo
para el juego, sólo para encontrarse con un irónico giro del destino. Al
abordar la determinación del niño para alcanzar su objetivo, junto con su
indiferencia a los efectos de sus acciones amorales, la película examina el
comportamiento humano y el equilibrio del bien y el mal. Con esta película se
fomentó la reputación de Kiarostami por el realismo, la sencillez diegética, y
la complejidad estilística, así como su fascinación por los viajes físicos y
espirituales.
En 1975,
Kiarostami dirigió Dos soluciones para
un problema. A principios de 1976, lanzó Un traje para la boda, la historia de tres adolescentes que entra
en conflicto por un traje para una boda. En 1977 dirigió Gozaresh, que giraba en torno a la vida de un recolector de
impuestos acusado de aceptar sobornos; el suicidio fue uno de sus temas.
A principios de
la década de 1980, Kiarostami dirigió varios cortometrajes entre ellos El coro (1982). En 1983, dirigió el
documental Conciudadanos y en 1984
otro llamado Parvulos. Con la
película ¿Dónde está la casa de mi
amigo? estrenada en 1987 comenzó a ganar reconocimiento fuera de Irán.
Kiarostami hizo la película desde el punto de vista de un niño. En ella están
retratadas las creencias tradicionales de las poblaciones rurales iraníes. La
película se ha caracterizado por su uso poético del paisaje rural iraní y su
realismo, ambos elementos importantes en la obra de Kiarostami.
¿Dónde está la
casa de mi amigo? (1987), Y La vida continúa (1992) y A través de los olivos
(1994) destacan por la crítica como la trilogía
de Koker, porque las tres películas cuentan con el pueblo de Koker en el
norte de Irán. Las películas también se relacionan con el terremoto de 1990
Manjil-Rudbar, en el que murieron 40.000 personas. Kiarostami utiliza los temas
de la vida, la muerte, el cambio y la continuidad para conectar las películas.
La trilogía fue un éxito en Francia en la década de 1990 y en otros países de
Europa occidental, como en los Países Bajos, Suecia, Alemania y Finlandia. Pero
Kiarostami no tuvo en cuenta las tres películas para formar una trilogía.
Sugirió que los dos últimos títulos más El sabor de las cerezas (1997) sí
comprenden una trilogía, dado su tema común del valor de la vida.
La primera
película de la década de Kiarostami fue Close-up
(1990), que narra la historia de un hombre que se hizo pasar por el cineasta
Mohsen Makhmalbaf, para estafar a una familia sobre la creencia de que podría
protagonizar su nueva película. Esta película tiene una parte documental, en la
que examina la justificación moral de Sabzian por usurpar la identidad de
Makhmalbaf, cuestionando su capacidad de percibir su estilo artístico y
cultural. Ocupa el puesto número 42 en el Top 50 de las películas más grandes
del British Film Institute de todos los tiempos. Close-up recibió elogios de
directores como Quentin Tarantino, Martin Scorsese, Werner Herzog, Jean-Luc
Godard, y Nanni Moretti y fue lanzada en toda Europa. Sigue con Y la vida continúa, que trata sobre el
camino que realizan un padre y un hijo a través de las ruinas de un terremoto
en busca de dos muchachos, y a su vez van encontrando supervivientes. Con A través de los olivos, muestra a un
equipo de rodaje de una película que vuelve a Koker, el pueblo en plena
reconstrucción y es nominado a la Palma de Oro en Cannes.
Palma que gana con El Sabor de las cerezas en 1997. Luego
dirige El viento nos llevará en
1999, con la que ganó el Gran Premio del
Jurado (León de Plata) en el Festival Internacional de Cine de Venecia. La película contrasta vistas
rurales y urbanas sobre la dignidad del trabajo, aborda temas de igualdad de
género y los beneficios del progreso, por medio de la estancia de un extranjero
en un pueblo kurdo. Una característica inusual de la película es que muchos de
los personajes se escuchan pero no se ven; al menos trece personajes son los
que hablan en la película pero nunca se ven. En 2001, Kiarostami y su
asistente, Seifollah Samadian, viajan a Kampala, Uganda, a petición del Fondo
Internacional de las Naciones Unidas para el Desarrollo Agrícola, para filmar
un documental sobre programas de asistencia a los huérfanos de Uganda. Se quedó
durante diez días e hizo ABC África.
Al año siguiente, Kiarostami dirigida Diez,
revelando un método inusual de la cinematografía y el abandono de muchas
convenciones de escritura de guiones. Kiarostami se centró en el panorama
socio-político de Irán. Las imágenes se ven a través de los ojos de una mujer
como ella conduce por las calles de Teherán durante un período de varios días.
Su viaje se compone de diez conversaciones con varios pasajeros, que incluyen a
su hermana, una prostituta autostop, y una novia despechada y su hijo exigente.
Este estilo de hacer cine fue elogiado por varios críticos. Luego dirige el
documental Five basada en una
característica poética sin diálogo o caracterización. Se compone de cinco
largos planos de la naturaleza que son secuencias de una sola toma, tiro con
una cámara de vídeo digital de mano, a lo largo de las orillas del Mar Caspio.
En esos años dirige varios documentales y películas de episodios. En 2008 filma
Shirin con Juliette Binoche que
muestra a las espectadoras (todas mujeres) de una sala de cine que están viendo
una película basada en un cuento persa, cuya protagonista, la heroína Shirin,
ha huido de un harén y viaja en busca del amor. Vuelve a trabajar con Binoche
en Copia Certificada, una historia
de amor que tuvo buenas críticas y algunos premios en Festivales como
Valladolid o Chicago.
En 2012 filma en Japón Like Someone in Love, la historia de una mujer japonesa que ejerce
la prostitución para pagar sus estudios.
El director
falleció el 4 de julio de 2016 a los 76 y dejó un inmenso legado en el cine
asiático.
FICHA TÉCNICA
Título original: Nema-ye
Nazdik (Close-Up)
Año: 1990
Duración: 100
min.
País: Irán
Dirección: Abbas
Kiarostami
Guion: Abbas
Kiarostami
Música: Kambiz
Roushanavan
Fotografía: Abbas
Kiarostami
Reparto: Hossain
Sabzian, Mohsen Makhmalbaf
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