martes, 5 de agosto de 2025

GUMMO DE HARMONY KORINE

PROGRAMA 474 (11-07-2025)

 

SINOPSIS

 

Un grupo de jóvenes marginales pasan sus días flirteando con la delincuencia y las drogas en Xenia, Ohio, un pueblo devastado por un tornado años atrás y que sigue viviendo en la miseria que este hecho provocó. Estos jóvenes viven como desechos sociales, como los restos del tornado y sus aspiraciones en la vida pasan por matar gatos de la forma más cruel e imaginable, robar en tiendas, esnifar pegamento y descubrir la sexualidad con deficientes mentales. Entre estos personajes, encontramos a una madre que quiere que su hijo aprenda a bailar claqué en memoria de su difunto marido; una joven que busca desesperadamente su gato por todo el pueblo y un chico que va paseando por las calles con unas enormes orejas rosas de conejo. (FILMAFFINITY)

 

EDITORIAL

 

Un olor nauseabundo inunda la escena. Las casas de adoquines son pinturas que mezclan el cubismo y el impresionismo. La banda sonora incluye charcos pisoteados, gritos y risas sádicas. El barro emerge como un enemigo inalterable. El musgo se junta y le pone algo de verde a tanto color grisáceo. Hay algún llanto de bebé que se oye lejano, casi tan lejos de este mundo. Las pieles se raspan, se agrietan y amenazan con derramar sangre en cada esquina. El mundo sabe a muerte. Pero no a esa muerte pacífica sino a la ejercida en nombre de la violencia. Pero también de la ignorancia. La noche espesa logra que ciertos aullidos inviten nuevamente a la luna a salir. Aunque a veces ni ella quiere aparecerse. El sol muere cada mañana, como miles de gatos, perros o pájaros que ni siquiera tienen fuerzas para sobrevivir. Cada día es un lamento. Cada tarde una amenaza. Cada noche una pesadilla. La gente está ahí. Algunos divagan entre tierras y algunos pedazos de cemento. Otros intentan escapar hacia un sitio más seguro. A trabajar de lo que se pueda. Las infancias casi no existen. Están, pero parecen animales sacados de un cuento maldito. Porque la maldad se resignifica a cada paso. 



El mundo se transforma en caos. Y el caos se transforma en guerra. Aunque no haya tanques ni ametralladoras. Tampoco soldados o generales. Son todos del mismo rango. Y tienen las mismas posibilidades. Aunque es un presente estancado. Lo único que sale afuera son los mocos de los pequeños más infelices. O los vómitos de las adolescentes que saben que algo no llegará al noveno mes. Es el sadismo con los ojos de los poderosos regodeándose en ese sistema inmundo. Es la miseria que algunos pagan para ver más de cerca. Es una historia inconexa, sin principio ni final. Aunque el final ya lo sepamos. Es el mundo que nos patea el culo una y otra vez. Es la vida que intenta llegar de alguna forma a la adultez mientras todo se derrumba a nuestro alrededor. Son los viejos que ya no tienen remedios. Y por ende tampoco tienen remedio. Es la película que pasa una y otra vez mientras la música sigue sonando. Porque esos gritos siguen resignificándose. Y nos volvemos a tapar la nariz. Porque sabemos que todo, absolutamente todo, huele a espíritu adolescente.

 

Marcelo De Nicola.-

 

Canción elegida para la editorial

 


IMPRESIONES SOBRE GUMMO

 


Pido permiso a los presentes para ser autorreferencial por lo menos por unos instantes. La autorreferencia siempre es indecorosa, poco sutil y muchas veces de una ceguera notable e imperdonable. Intentaremos no caer tan evidentemente en ninguna de estas categorías. He sentido durante estos últimos tiempos, que el mundo se me escapa de las manos. He sentido el temporal destrozarlo todo, lo he visto con mis propios ojos. He visto a muchos negarlo, aun cuando sus casas han sido arrasadas, cuando sus mesas han quedado vacías, cuando sus billeteras no consiguen los remedios necesarios para continuar viviendo. Para luchar contra sus cáncer, para combatir aquella leucemia. He visto en medio de este maldito temporal tener que elegir salvar el corazón o una pierna, porque el dinero no alcanzaba para ambos, lo he visto. He visto, en estos últimos tiempos, al mundo irse. Tomar una dirección, que digo una, tomar varias direcciones distintas, huir despavorido, caóticamente hacia algún lado que aún no he podido comprender. Naturalizarlo todo, sin prejuicios, sin moralinas que vengan a cuestionar enojos, exabruptos, arbitrariedades. No hay brújula, no hay norte. Solo se corre para algún lado con la única seguridad de seguir corriendo. Ojo, siempre me apasiono que no haya un adelante, pero la idea de correr por correr me resulta insultante. Mi sensación es la de un cuerpo muerto, inerte, que solo observa. Que es testigo obligado de su época, espectador sentenciado de un drama demencial sin ninguna coherencia. Fragmentos caóticos unidos sin ninguna gracia, sin ningún concepto estético. Un cuerpo muerto que ve el mundo seguir ya sin él, que lo ve continuar como una comparsa sin tiempo ni compas. Sin ritmo ni afinación alguna. 



Una comparsa que no une en baile y voces a sus participantes, sino que los suelta ante la lucha fatal de un sálvese quien pueda. Mi cuerpo muerto, inerte, aquel espectador obligado que observa, sufre y no comprende. Pienso en la maldad del ser, en aquella maldad que estuvo desde la primera hora, esa maldad que convirtió en asesino al primer pez que tuvo hambre, y me pregunto por qué vuelve ahora con la misma intensidad. Homo homini lupos me repito como un mantra interminable. Homo homini lupos. De todos modos, no creo en aquella maldad porque sí. En ese lobo contra el hombre por la maldad misma. La inteligencia humana busca lo muerto porque lo vivo se le escapa. Lo vivo, lo que es absolutamente inestable, lo absolutamente individual es, en rigor, ininteligible. Allí quizás una explicación. Gummo, dirigida magistralmente por Harmony Korine, viene a plantearnos, tal vez, estas ideas recién descriptas, este puñado de sensaciones.  Un tornado arrasará con Xenia Ohio. Todo será muerte, destrozo, miseria. El director optará por una estética que remitirá a una especie de documental hogareño, tomado con cámaras no profesionales. Como si fuera una reconstrucción de fragmentos de videos encontrados. Habrá claro una cámara que narre la cual guardará con sumo cuidado aquella estética. Esa cámara será un personaje más, acompañará la trama de manera subjetiva, estará en la acción viviéndola y no se limitará solo mostrarla. Habrá una voz en off casi susurrante, que contará sobre el pueblo, sobre la vida, sobre la muerte, sobre el valor hacia ambos. 



Será una narración intimista de un personaje que no estaremos seguros de verlo durante el film. Los protagonistas del relato serán dos jóvenes, pero la historia se extenderá hacia la juventud en general de aquel pueblo. El antagonista, como si de una narración de Stephen King se tratara será el mismo Xenia, Ohio luego de aquel huracán. Con todas sus faltas de oportunidades, con todas sus soledades caminando por las calles, con la pobreza robando a los pobres. Allí estarán claramente las dos fuerzas contrapuestas, o como prefiere llamarlo tanto Machalski como nosotros, la ruptura de un orden aparente. En todo este caos habrá un niño disfrazado de conejo rosa. Será lo vivo, lo inestable, lo individual, lo ininteligible. Aquello que ya dijimos que se le escapa a la inteligencia humana. Sera por eso que aparecerá siempre solo, siempre perseguido, siempre golpeado. Claro que la maldad será el tema flotante durante todo el film. Será el resultado del tedio, de la falta de objetivos, de oportunidades. Estará ahí al alcance de la mano. No habrá educación para combatirla, no habrá una palabra que guíe a aquellos chicos y chicas, no habrá nada porque todo se lo habrá llevado el tornado dejando la nada misma. Homo homini lupos, volvamos a esto, el hombre es el lobo del hombre. La maldad innata, originaria. Es verdad que la crueldad humana puede llegar a lugares de una oscuridad inimaginable. Ejemplos no faltan. Salgan a la ventana ahora mismo y verán varios. Pero aquella pelea entre el bien y el mal es eterna y así lo será por los tiempos de los tiempos. 



Es por eso que corremos de inmediato de la discusión el factor innato de la malicia. Pensemos en algo sencillo, pero practico. ¿Qué pasaría si esa pelea la ganara cualquiera de las dos fuerzas? ¿Qué quedaría? Se perdería con seguridad el sentido de toda ética, ya que la coexistencia de lo bueno y lo malo es necesaria para situar las bases de posturas diferentes. El otro existe como una amenaza inminente pero también existe como método identificatorio. Yo soy lo que el otro no es. Así entonces el bien necesita del mal para instalar definitivamente la oposición del concepto. Pero tal como venimos diciendo, el bien esta intervenido de mal porque no importa cuál sea la vereda en donde nos paremos, siempre actuaremos con la certeza de estar haciendo lo correcto. Siempre, sea lo que sea que hagamos, pensaremos que lo estamos haciendo en nombre de algún bien. Es por eso que, reflexionando en lo sucedido en Xenia, Ohio, el mejor consejo que podemos dar desde este humilde espacio es: mejor no hablar de ciertas cosas.

 

Lucas Itze.-

 

Canción post impresiones

 


UNIVERSO KORINE

 


Nació en California el 4 de enero de 1973. Es el hijo de Eve y Sol Korine. A la edad de 5 años, Korine se mudó con su familia a la costa este de los Estados Unidos, concretamente a Nashville (Tennessee), lugar donde pasó su juventud. Desde muy pequeño sintió pasión por el cine, dedicando sus ratos libres a ver películas de Rainer Werner FassbinderDouglas SirkJean-Luc Godard o Werner Herzog, el cual aparecería en la futura película de Korine Julien Donkey-Boy. Al cumplir la mayoría de edad, se trasladó a Nueva York, donde comenzó a estudiar escritura dramática en el Tisch School of the Arts, dejándolo por su interés en el baile de tap profesional. Recién llegado a la Gran Manzana, se topó con el director y fotógrafo Larry Clark en el Square Park de Washington, en el que Korine practicaba habitualmente skate con sus amigos. Este le llamó la atención a Clark, que le tomó una serie de fotografías. Comenzaron a hablar y Korine le mostró un guion que había escrito recientemente. Le gustó tanto que le sugirió que escribiese un nuevo guion, que finalmente se convertiría en el de la película Kids, dirigida por el mismo Clark. Después de esto, ambos entablaron una estrecha relación y Clark pasó a ser el mentor de Korine. Tras el estreno de Kids, que generó bastante controversia y polémicas debido a sus escenas de sexo y consumo de drogas por adolescentes, Korine creció y realizó su primer film como director en 1997, Gummo. Se trata de una exploración a lo más profundo y crudo de Estados Unidos, donde las escenas de maltrato a animales se entremezclan con otras de prostitución y abuso sexual sin que haya ninguna continuidad lineal entre ellas. Sus escenas filmadas en vídeo y el manejo del sonido tiñen a la película de una fuerte impronta experimental. Después de esto dirigió el cortometraje El Diario de Anna Frank Parte II, con algunos de los actores no profesionales de Gummo. En 1999, Korine se propuso realizar otra película basada en la vida de su tío esquizofrénico. De aquí nace Julien Donkey-Boy. Este filme pertenece al manifiesto Dogma 95. Julien es interpretado por Ewen Bremner (Trainspotting) y su padre lo interpreta el director Werner Herzog. Tres años más tarde, Larry Clark dirige Ken Park, película basada en un guion de Korine que se narra la vida y los problemas de un grupo de amigos adolescentes. Fue prohibido en algunos países debido a sus explícitas escenas de sexo entre los jóvenes, así como de abusos y violencia. Korine no participó en la producción de Ken Park a causa de algunas diferencias con el director. 



Tras unos años sin tener noticias del director, en 2006 revive con su tercera película, Mr. Lonely. La cinta cuenta la historia de un hombre que dedica su vida a imitar a Michael Jackson, y que se va a vivir a una isla de imitadores, contando con la presencia de Marilyn MonroeCharlie Chaplin y James Dean, entre otros. Se trata de su película mejor aceptada hasta el momento, ya que ablanda el dramatismo de la historia y no hay escenas tan extremas como en las anteriores. En el certamen del Festival Internacional de Cine de Toronto de 2009 se estrenó película Trash Humpers, pudiendo verse por primera vez en España en el 47° certamen del Festival de Cine de Gijón, se trata de una historia de narrativa no tradicional -se trata de un cine muy alejado del comercial en cuanto a estética y guión- que retrata personajes esperpénticos que han abandonado las normas convencionales, y que muchas veces son la envidia de aquellos que se rigen por el contrato social. En 2012 creó Spring Breakers, que expone el "sueño americano" de una manera cruda e impactante, sobre cuatro jóvenes integrantes que terminan en la cárcel luego de un allanamiento por drogas en su casa. Un joven traficante, que ve en ellas posibles delincuentes, las saca bajo fianza. En 2019 llegó el momento es Rimas y Alcohol que sigue las hilarantes desventuras de Moondog, un hombre rebelde y adorable que vive la vida a lo grande. Su último film fue Baby Invasion, descrito como un 'thriller interactivo', es un largometraje sobre invasores de viviendas, rodado desde la perspectiva de un shooter en primera persona. Las imágenes se han creado con seis cámaras corporales (una de ellas la lleva el propio Korine). Ah, y las caras de los invasores se han tratado con tecnología de inteligencia artificial para que parezcan bebés. Además de sus proyectos cinematográficos, Korine realizó otros en diferentes campos comunicativos. Publicó en 1998 un libro titulado A Crack Up at the Race Riots. En 2002 colaboró en la realización de Pass the Bitch Chicken, con una serie de fotografías. También dirigió una serie de videos musicales, entre los que están “Living Proof” de Cat Power, “Sunday” de Sonic Youth, “Workhorse” de Will Oldham y “Needed Me” de Rihanna.

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: Gummo

Año: 1997

Duración: 89 min.

País: Estados Unidos

Dirección: Harmony Korine

Guion: Harmony Korine

Reparto: Linda Manz, Max Perlich, Jacob Reynolds, Chloë Sevigny, Jacob Sewell.

Música: Randall Poster

Fotografía: Jean-Yves Escoffier

 

PELÍCULA COMPLETA 

PODERES OCULTOS - DE USKYLDIGE DE ESKIL VOGT

PROGRAMA 473 (04-07-2025)

 

SINOPSIS

 

Durante las vacaciones de verano, la familia de Ida, de 9 años, se instala en un barrio de los suburbios de Oslo. Con su hermana, la niña trata de ajustarse a su nuevo entorno y se hace amiga de otros dos niños. Lejos de los adultos, los cuatro amigos descubren que poseen poderes sorprendentes, que incluyen inocentemente en sus juegos. Mientras exploran sus nuevos talentos en un bosque y un parque cercanos, su entretenimiento comienza a adquirir poco a poco tintes inquietantes y empiezan a ocurrir sucesos extraños. (FILMAFFINITY)

 

EDITORIAL

 

Cómo lo quería a mi amigo, con todo mi corazón. Era un amor puro y fraterno. Los dioses nos habían criado y el viento amontonado. Nos conocimos en la secundaria, éramos los dos más bien del palo oscuro, los marginados del fondo. Él era muy muy callado y le costaba todo, después descubrimos que tenía un trastorno. Yo era un pibe de 13 años que vivía en un hogar disfuncional. Mi vieja y mi viejo no se peleaban, pero en realidad no lo hacían porque directamente no se hablaban. Y yo tampoco podía interactuar mucho porque no había feedback. Entonces me la pasaba encerrado en mi cuarto escuchando Linkin Park y Rammstein flasheando con convertirme en un ser de la noche.

Cuando empecé a juntarme con Juan íbamos a su casa después de la escuela, un caserón viejo y decorado con mal gusto. Cortinas y manteles blancos con ribete azul, cuadros de frutas en las paredes. Todo muy impersonal. Se explicaba la estética porque Juan era el último de cuatro hijos, y su mamá lo había tenido a los 48 años, el hijo garrón. Y encima con problemas. Pero nosotros nos entendíamos, hablábamos el mismo idioma, por así decirlo. Resulta que un día fuimos a la Bond Street y nos metimos en la librería loca que había en la galería. Nos hacíamos los especiales leyendo Edgar Allan Poe, Bradbury, Lovecraft. Y también flasheabamos con Lavei. En esta recorrida en particular, encontramos un libro de un tal Aslan Dikaev. “Psicoquinesia: activa tu cerebro´´, así rezaba el título. Lo ojeamos y nos dimos cuenta de que tenía determinados ejercicios que aseveraban poder despertar poderes parapsicológicos. Lo compramos. Más vale.

Nos fuimos a mi casa. El cono del silencio, cómo le decía Juan. Y nos pusimos a leer el libro cebadísimos mientras tomábamos Coca-Cola como si no hubiera un mañana. La primera parte abordaba el despertar de la glándula pineal. Según parecía, el poder para activar todo el cerebro, residía en esa pequeña glándula que está en el medio de las cejas. El tercer ojo. Las instrucciones decían que uno debía ponerse un poco bizco e ir relajando la vista hasta ver claramente unas imágenes que aparecían dobles en el libro. Cuando lo logré por primera vez no lo pude creer. Hacía que las fotos duplicadas que aparecían en el libro se convirtieran en un escenario en 3D. Era un portal dimensional. A Juan le costó más, pero una vez que lo consiguió, todo lo que pasó a continuación le resultó inmensamente más sencillo que a mí. A eso le siguió la visión extrasensorial. Tuvimos que comprar un juego de cartas Zener, que es una baraja especial para comenzar a practicar no solo el ver sin ver, sino la telepatía entre ambos. Largas fueron las tardes que pasamos en el templo que era mi casa. Nunca me sentí tan agradecido por la indiferencia paterna que en mi hogar residía. Nadie nos molestaba.



Juan empezó a adivinar, o mejor dicho, a ver mis cartas con tan solo 2 sesiones. Nos enfrentábamos en la mesa de mi cuarto. Mezclábamos la baraja y yo tomaba una carta sin que el la vea. Memorizaba el dibujo y después lo miraba fijamente intentando enviarle el mensaje fuerte con mi pensamiento. Y él empezó a acertar, una y otra vez. Cuando le pregunté cómo lo hacía, me dijo que tenía que hacer un poco de fuerza con la glándula y mandarla a los oídos, que, de esa forma, lo iba a poder escuchar. Me costó, pero lo escuché Damas y Caballeros, lo escuché como un grito, fuerte y claro. Me llegó ´´Estrella´´ como si fuese una piña. De ahí en más empezamos a hablar sin hablar. En la escuela, en clase, todo el tiempo. La gente pensaba que estábamos más tarados de lo normal. Había uno en particular, un gil que se llamaba Ramiro, pero quería que le dijeran Rayo. Ese nos la hacía parir, nos metía la traba, nos ponía apodos poco agradables. Hasta llegó a pegarme porque sí. Que caro que le costó después.

En fin, el tiempo pasaba y nosotros empezamos a hacer cosas cada vez más extrañas. Pasamos a la telekinesis y ya el libro nos quedaba corto. Así que fuimos a la biblioteca nacional, a buscar más data de rusos locos. Cabe aclarar que conforme aumentaban nuestras habilidades psíquicas, nuestras notas mejoraban. Era como que absorbíamos todo. La memoria era como una biblioteca gigante bien ordenada a la que podía acceder, buscar una conversación, una clase, la patente de un auto al pasar, como si fuera un archivo. En la biblioteca nacional encontramos mucha información sobre una señora llamada Nina Kulagina, famosa por su poder para mover objetos con la mente. Y algunos otros manuales que daban con el secreto. Ahora no había que hacer fuerza hacia los oídos, sino que había que sacar la pineal hacia afuera. Como imaginar unas manos que salían de la frente y movían las cosas. Fue difícil, muy difícil. Jornadas y jornadas de terminar con dolor de cabeza tratando de mover un papelito saca piojos encima de un alfiler, clavado en una goma de borrar. No sé quién de los dos lo hizo, porque estábamos los dos mirando furiosamente el mismo papelito. Pero juntos lo logramos. Ahora podíamos mover cosas.

Pasaron 2 años, y cada vez éramos más fuertes. El Rayo había tenido un sin número de accidentes inexplicables. Y creo que algo sospechaba, porque nos dejó de joder. Al menos por un tiempo. Hasta que nos metimos con la flaca que le gustaba. Esa fue la antesala a la terrible, terrible tragedia que lo rompió todo. Pero eso más adelante. Con Juan habíamos aprendido hacía mucho que lo raro no se tenía que notar. Que había que ser un poco mas normal, al menos hablar. Y tratar de hacernos amigos del resto. Y acá es cuando la cosa se complica. Corría y el tercer año de secundaria y entró Lara. Otra rara, era dark, y decía que era Wicca y que podía ver gente muerta. Entendí con el tiempo, que la gente que tiene una vida normas, no se inclina por las cosas extravagantes, porque como no tiene carencias, no necesita llamar la atención. Lara era hermosa, hija de madre soltera, se desconocía el origen del padre, pero daba mucho a cuento, porque escuché por primera vez a mis papás hablar entre ellos. Mal de alguien, pero al menos hablaban. Decían que la madre de Lara se dedicaba a la antigua profesión. Y podía ser tranquilamente cierto, porque de noche nunca estaba. De esta manera, a la tarde nos juntábamos en el cono del silencio con Juan a hacer nuestras cosas y algunas noches hacíamos pijamada en lo de Lara. Yo le decía a mamá que iba a lo de Juan y Juan decía que se quedaba en mi casa. Lara ni que mentir tenía. Ambos estábamos de acuerdo en que todavía no confiábamos del todo en la chica, así que no le contamos nada del secreto. Hablábamos de ocultismo, esoterismos y hacíamos sesiones espiritistas.



Una de esas noches armamos una ouija improvisada y al toque funcionó. Lara decía que tenía sueños proféticos, como la vez que soñó que su abuela se acercaba a darle un beso de buenas noches, y al otro día se enteró de que la abuela había muerto. Según decía, la seguía viendo a veces de refilón, sentada en el sillón que daba al balcón, fumando sus interminables puchos. Esa noche intentamos llamarla, pero no vino ella, vinieron otros, gente que necesitaba más ayuda que otra cosa. Paramos a descansar, fumamos un porro que le choreamos a la madre de Lara y seguimos. Y esta vez rescatamos algo interesante. Vino un muerto coherente, nos mintió y nos dijo que era Oscar Wilde y nos recomendó libros, jajaja. Nos dijo que leamos a Crowley y su libro de la ley, y que busquemos el manual de Onironáutica de Allan Moore. La sesión terminó rara. El muerto dijo que se tenía que ir y las velas se apagaron todas juntas. El resto de la noche nos dedicamos a tomar birra y turnarnos para chaparnos a Lara. Pero la información quedó en nuestras mentes iluminadas y volvimos esa misma semana a la Bond Street. Encontramos el Libro de la Ley, el manual de Moor y un libro de sueños lúcidos de Jung. Con Juan los devoramos, y ahí la cosa se puso peligrosa de verdad. Ya ni teníamos que vernos en persona. Arrancamos con viajes astrales, uno tirado en la pieza de Juan y el otro en la pieza vacía del hermano que ya se había ido a vivir solo. El me visitaba, o yo lo visitaba y hablábamos o dábamos vuelta la baraja de cartas, todo en el plano inconsciente que se tornó consciente. Después, de una casa a la otra. Y a veces a lo de Lara, sin decirle. Al otro día, en la escuela, ella decía que había soñado con nosotros. “Que increíble”. Ella seguía ignorando nuestro pretendido secreto.

Y llegamos a la semana en que me empecé a asustar de verdad. Juan había estado practicando un truco nuevo. Sacó una cajita que contenía 2 libélulas. Las había atrapado en su patio y las había alimentado no sé con qué. Me dijo: ´´Presta atención. Míralas´´. Entonces vi como una se acercaba a la otra y empezaba a comérsela viva. Entendí que Juan ahora no sólo podía meterse en mi cuarto, y en mi mente, sino que con el tiempo hasta podía llegar a manipularla. A continuación, todo se tornó en una vorágine de actos nefastos. Intenté aprender el truco de Juan con los insectos, más por protección que otra cosa. Y Juan empezó a plantar semillas en Lara. Una tarde me dijo que me fijase el que Lara iba aparecer con flequillo al otro día. Y al otro día apareció con un flequillo mal cortado. Cada vez las cosas iban tomando un tenor más sádico. En broma el Rayo apareció rapado. Y Ezequiel, un pibe que nos había tocado en el grupo de un trabajo práctico, apareció desnudo. Ahí entendí que, para poder manipular a la gente, necesitaba saber en qué lugar estaban y como era dicha locación, pues habíamos hecho el trabajo práctico en la casa de Ezequiel, en su cuarto. Yo estaba aterrado, aterrado de Juan, de mí mismo. Incluso tenía miedo de pensar y que me oyera. Y él se daba cuenta. Pero cómo me quería, y yo era su único amigo, se limitaba a no decirme nada y dejarme en paz. Llegamos al antepenúltimo día de la gran catástrofe.

Lara estaba re cortada con nosotros desde hacía un tiempo. Y justo el día que Juan se enfermó, tomó valor y se acercó a decirme que quería hablarme de algo. En el recreo nos fuimos a un rincón del patio que tenía una escalera, lo más privado que pude conseguirle y me empezó a contar todo. Lloraba, lloraba a lágrima viva. Decía que estaba asustada porque soñaba que todas las noches iba un hombre a su cuarto y entre las sombras se le tiraba encima y la violaba. Decía que ella no estaba paralizada, que lo recibía sin oponer resistencia y que, hasta incluso, en el momento lo disfrutaba. Pero cuando todo culminaba, volvía en sí y se odiaba a sí misma. Pensó en un primer momento que quizás era un espíritu que se había quedado dando vueltas por la ouija, hasta hacía unos días, que entre las sombras había visto el rostro de ese ser y era estúpidamente parecido a Juan. Lloré yo también, lloré de miedo a ser descubierto, estaba muy paranoico y sabía que quizás Juan estuviera ahí mismo, como un testigo incorpóreo de cosas que nunca más iban a ser privadas. La abracé y le dije que no sabía cómo, pero que lo iba a arreglar todo.



Faltaban dos días para la fiesta del sábado en la casa de Cristian, un pibe concheto que tenía pileta y aparentemente los padres se iban a Brasil. Casa sola, verano, lujo. Íbamos todos, invitados o no. Hacia dos días que no sabía nada de Juan, pero estaba seguro que iba a aparecer. Y así fue. No me saludó, mala señal. Se quedó en un rincón sin tomar, sin comer. Y mientras la fiesta transcurría, Lara y el Rayo empezaron a chapar en la pileta. Todo muy normal considerando el lugar y el momento. Lo anormal fue que ambos salieran de la pileta demasiado rígidos y caminaran como zombies atravesando la muchedumbre. Ni rastro de Juan. Lo empecé a buscar entre la gente, que era muchas. Había venido todo el mundo. No lo encontré por ningún lado de la planta baja. Subí por la misma escalera por la que se habían ido Lara y Rayo y empecé a fijarme en cada habitación. ¿Para qué alguien quería una casa con tantos cuartos, tantos baños? El Indio dice que el Lujo es vulgaridad, y mientras habría puerta tras puerta de esa casa laberíntica, entendí la frase por primera vez. Por fin los encontré, estaban en el cuarto el fondo de todo. Lo que vi a continuación es difícil de explicar porque pasó todo a los pedos. Lara estaba en la cama desnuda, Juan otro tanto encima de ella, penetrándola, mordiéndola, lastimándola. Y Ramiro estaba en un rincón hecho estatua observando y gritando. 

Nadie escuchaba porque la música estaba al palo. Yo me abalancé sobre Juan y lo zamarreé gritándole que qué carajo hacía. El hechizo se rompió mientras nosotros nos fajábamos tirados en el suelo de la habitación. Rayo recuperó el conocimiento y se le tiró encima a Juan con toda su corpulencia de rugbier y lo empezó a golpear mucho. Pero de la nada se detuvo, y se empezó a golpear a sí mismo, primero con los puños, después a darse la cabeza contra el placard antiguo estilo provenzal que había en la habitación, de esos que tienen espejos en las puertas. El espejo del placard estalló en mil pedazos y vi cómo se le metían en los ojos a Ramiro, pero nada hacía que se detuviera. Se estaba haciendo papilla a sí mismo. Entonces fui consciente de lo que tenía que hacer. Juan debía morir, era la persona más importante y querida en mi vida. Pero debía morir por el bien de todos. Miré los cristales rotos desparramados por el piso de la habitación y encontré con la vista uno lo suficientemente grande. Lo levanté con la mente y lo hice volar por el aire hasta la carótida de mi mejor amigo. De mi hermano. Juan me miró con los ojos llenos de traición mientras se sacaba el cacho de vidrio del cuello y se sostenía la herida. Escupía sangre y agonizaba. Lara estaba en la cama a los gritos pelados, llorando histérica y desnuda. La música se había apagado y yo estaba paralizado en el marco de la puerta. La gente subía las escaleras. Se me partía el corazón, veía como a mi amigo se le escapaba la vida, y una parte de mí se moría también con él.

Me llego un último sonido de la voz de Juan. Un último mensaje “perdón, se me fue de las manos. Con los bichos se me fue la inocencia”.


Camila Dubisky.- 


Canción elegida para la editorial

 


IMPRESIONES SOBRE PODERES OCULTOS

 


El bien y el mal están ahí, siempre al acecho. Es la disputa entre esas dos fuerzas opuestas lo que dividen lo moral cuando nos hacemos adultos. ¿En qué momento uno empieza a reconocer lo bueno de lo malo? ¿El niño es malo por naturaleza hasta que va aprendiendo con el paso de los años? La crueldad es algo que aparece en esos momentos de los primeros pasos. Esos desafíos que tienen que ser acompañados por adultos que les indiquen cual es el camino correcto. La muerte para cierta edad todavía es un juego. Y los juegos de niños a veces pueden ser peligrosos. El mal además suele estar asociados con el poder. A más maldad, más poder. Eso nos enseñaron las historias de súper héroes, que tenían al villano ejerciendo el poder para el famoso lado oscuro. Y en esos mundos de niños, los secretos también son parte de esas andanzas. Y los adultos como meros espectadores. Algo que suele evidenciarse en el film noruego Poderes Ocultos (o The Innocents como se tradujo al inglés), del director y guionista Eskil Vogt. No hace falta nieve pero ya sabiendo que es cine nórdico, con un par de escenas nos lleva a recordar esa hermosa película sueca de la que hablamos hace un tiempo: Criaturas de la noche (o Déjame entrar) de Thomas Alfredson. Pero la diferencia será lo que se cuenta y como. El film sueco era un film sobre vampiros y tenía su historia romántica y poética. Aquí estamos ante una historia de dos hermanas (una de ellas autista) que se van a vivir a unos edificios de arquitectura brutalista en un pueblo de noruego y empiezan a conocer a algunos niños del vecindario. En especial a Ben y Aisha



El film arranca con un plano detalle que se enfoca sobre la nariz y los ojos de Ida, una niña de aproximadamente 9 años. El despertar en la ruta, mientras su madre maneja, será resignificado más adelante como el despertar de esas preguntas sobre lo bueno y lo malo, ya que en esa primera escena lo primero que hace es pellizcar a su hermana Anna, más grande, quien es autista y no puede casi comunicarse. Quizás por celos ante la atención que recibe su hermana, o malestar debido a la mudanza al nuevo vecindario, lo cierto que las primeras actitudes de Ida suelen ser bastante crueles. Eso en principio se irá intensificando cuando conozca a Ben, uno de los chicos del vecindario. El mostrará sus poderes, como mover una piedra con la mente, para luego empezar a mostrar más crueldad lo que hará que ella empiece a despegarse. También descubrirá con el tiempo que tiene poderes que puede utilizarlos de algún modo. La dicotomía entre lo bueno y lo malo, lo natural y lo salvaje o la crueldad y la inocencia lo expondrá en los personajes de Ida y Ben por un lado, y de Aisha (una niña con manchas en la piel en la cara y que es capaz de comunicarse telepáticamente) y Anna por otro. El guion tomará la postura de mostrar más que decir, pero, sobre todo, de no explicar. Y también será interesante que, como decimos siempre, los diálogos sean escasos y se cuente mucho a través de imágenes, gestos y miradas. La trama de la película irá in crescendo pero muy lentamente, bien al estilo nórdico. A diferencia del cine comercial mainstream, no aparecerán escenas de terror de golpe, sino todo se masticará con tranquilidad. La música será fundamental para entender que es lo que está por venir. Los sonidos estarán bien conectados con las imágenes que vemos que nos hacen sentir inmersos en ese mundo de niños. 



La composición de planos estará bien pensados y logrados, sobre todo en esos planos picados y contra picados que muestran el poder que tienen sus personajes y quien es el que lleva las de ganar. Utilizará planos secuencia para mostrar los espacios habitacionales y planos generales para mostrar el sitio en donde viven. La composición fotográfica también será interesante, ya que por momentos jugará con luces y sombras para que todo sea vea en el mismo encuadre. La fotografía será en muchos casos de colores fríos, sobre todo cuando empiece a llevarse la curva dramática de los personajes. Mención especial para el casting. Recordando una vieja frase de Alfred Hitchcock que decía “no trabajes con niños ni con perros”, aquí los cuatro protagonistas muestran una gran habilidad y resultan creíbles, pero el premio honorario recae en Alva Brynsmo Ramstad, la joven que encarna a Anna, que por momento nos hace pensar que su condición de autista es real. La curva dramática se empezará a definir cuándo Ida empiece a diferenciar lo que es un juego de lo que no. Lo que se plantea la película no es porque tienen poderes especiales, sino que uso le dan. Allí empieza la pelea entre lo moral y lo inmoral. Como decíamos antes, los adultos sólo son una extensión de esos niños y la película está contada desde el punto de vista de ellos, quienes a lo largo del metraje irán tomando sus decisiones y entendiendo como funciona todo. Para mostrar que esa niñez sigue intacta ellos sufrirán, se lastimarán y llorarán, porque, a fin de cuentas, no son súper héroes, sino que siguen siendo niños. La pregunta entonces que girará a lo largo del film y también cuando terminemos de verla, es entender que esos chicos cuando sea adultos sabrán distinguir el bien y el mal, y algunos decidirán ejercer lo segundo. Lo más aterrador, entonces es que detrás de esas mentes humanizadas, podemos encontrar a esos niños monstruos en cada esquina, dispuestos a todo.

 

Marcelo De Nicola.-

 

Canción post impresiones

 


UNIVERSO VOGT

 

Eskil Vogt nació en Oslo, el 31 de octubre de 1974. Vogt estudió en la academia de cine francesa La Fémis. Empezó con algunos cortometrajes en su país y luego en Francia. Más adelante se convirtió en colaborados de Joachim Trier, uno de los directores más importantes de Noruega en estos momentos. Participó en la mayoría de los guiones del director desde sus comienzos. En 2006 escribieron Vivir de nuevo, sobre dos escritores que intentan llegar al éxito, uno lo consigue mientras el otro empieza a padecer trastornos psiquiátricos que lo terminan dejando internado un tiempo. Fue nominada a mejor película en Nueva York y en los Premios del cine Europeo. En 2011 llegó Oslo, 31 de agosto (segunda parte de lo que se conoce como Trilogía de Oslo). La historia de un joven que está en un proceso de desintoxicación que no encuentra el rumbo. Nominada a los Premios César como mejor película extranjera. Su primera película detrás de cámara fue Blind, en el año 2014, que narra la historia de una mujer llamada Ingrid, que tras quedarse ciega decide volver a su hogar en busca de tranquilidad. Logró el mejor guion en el prestigioso Festival de Sundance y varios premios en otros festivales. 



Vuelve con Trier para escribir Más fuerte que las bombas, sobre el hijo de una fotógrafa de guerra que vuelve a sus pagos para reencontrarse con su familia, con Jesse Eisenberg, Gabriel Byrne e Isabelle Huppert, logra el premio a mejor película en Estocolmo. En 2017 llega Thelma, sobre una chica que no se considera normal y tiene poderes sobrenaturales. Gana el premio especial del Jurado en Sitges. En 2021 logra una nominación a mejor guion original en los Oscar gracias al film La peor persona del mundo, con el que cierran la trilogía de Oslo, film sobre una joven que piensa que su vida es un desastre existencial. Múltiples premios y nominaciones alrededor del mundo. Luego filma su segundo largometraje propio: Poderes ocultos, que obtiene muy buenas críticas. Su último guion fue Copenhagen Does Not Exist, dirigida por Martin Skovbjerg, donde una joven llamada Ida desaparece sin dejar rastro. Su novio se deja encerrar voluntariamente para ser interrogado por el padre y el hermano de Ida, pero Sander no cuenta toda la verdad. En el 2025 se espera Valor sentimental, nuevamente dirigida por Trier.

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: De uskyldige

Año: 2021

Duración: 113 min.

País: Noruega

Dirección: Eskil Vogt

Guion: Eskil Vogt

Reparto: Rakel Lenora Fløttum, Sam Ashraf, Alva Brynsmo Ramstad, Kadra Yusuf, Ellen Dorrit Petersen

Música: Pessi Levanto

Fotografía: Sturla Brandth Grøvlen

 

PELÍCULA COMPLETA