domingo, 29 de agosto de 2021

OASIS - OASISEU

PROGRAMA 338 (06-08-2021)

 

SINOPSIS

 

Jong-Du, un hombre con una leve discapacidad psíquica, acaba de salir de la prisión después de cumplir condena por un atropello accidental. Al volver a casa, su familia no lo recibe precisamente con los brazos abiertos, pero aun así, intentará adaptarse. Un día decide hacer una visita a la familia del hombre muerto en el accidente, y conoce su hija, Gong-Ju, que sufre parálisis cerebral, y a quien su hermano está abandonando en un miserable apartamento. Jong-Du y Gong-Ju pronto mantendrán, después de un primer encuentro conflictivo, una relación amorosa que sufrirá la incomprensión de aquéllos que los rodean. Aclamado film ganador de numerosos premios en festivales. (FILMAFFINITY)

 

EDITORIAL

 

Caminan entre una densa niebla que los rodea. Impertinentes, aparecen como por arte de magia en el momento menos esperado. Aunque muchos no los vean, ellos siempre están. Son invisibles para cierta parte de la sociedad. Son material de descarte o de ocultamiento según la mirada de turno. La inocencia y la inmadurez son demasiado para este mundo. Así ellos encararán esta vida entre ilusiones y sueños. Seguirán jugando a ser los actores principales de su película. Navegarán en las aguas turbias de la inconciencia y serán presa fácil de ciertos lobos feroces que carecen de sentimientos. Serán sus palabras su principal virtud y también su principal defecto. Las que los condenarán o salvarán depende quien las escuche. 



Aunque quien va a escuchar a esos seres invisibles que para la mayoría no tienen voz ni voto. No les quedará otra opción que seguir deambulando en el desierto de la vida escribiendo ese guión, sin saber realmente cuál será el final. Serán los distintos, los que tendrán esa sonrisa marcada aunque estén atravesando la peor de las tragedias. Aunque ellos ni se enteren. Y aunque parte del mundo se encargue de exponerlos una y otra vez. Será tiempo de entender que ciertas anormalidades son más normales que la vida misma. Que ciertas miradas incomodan más a nosotros que a ellos. Y que ellos serán nuestros espejos para encontrar nuestra propia inocencia. Sólo así podremos transitar ese camino cubierto de tinieblas hasta llegar de una vez a ese esperado oasis.

        

Marcelo De Nicola.-

 

Canción elegida para la editorial

 


IMPRESIONES SOBRE OASIS


 

Vivimos inmersos en una cultura que tiende al bien y que hace del mal su peor enemigo. Es por esto que aquella moralidad esclava de la cual deriva lo malo, en contraposición naturalmente con el accionar noble del cual surge lo correcto y lo bueno, es atacada con los peores alaridos y combatida intensamente con el accionar de un complejo entretejido de sistemas. En consecuencia entonces de esta tendencia hacia lo apropiado, las sociedades desarrollan sus valores y se arman así de un conjunto de normas que estipulan y demarcan las conductas y con ello también las relaciones entre los seres, derivando inminentemente en la delicada construcción de la moral. Es en esta estructura binaria donde podemos entender que es indispensable para el desarrollo del concepto del bien una elaboración opuesta a la cual contraponerse. El objetivo claro del bien es librar una lucha contra el mal y de esta manera diferenciarse, distanciarse. El sentido de ese concepto, de toda construcción moral y ética es aquella diferencia, aquella batalla. Platón por su lado niega la existencia del mal. Nos dirá el filósofo griego que el mal no existe, el mal es ignorancia. Educando a la sociedad no habría errores. Pensamiento que se desprende, claro, de las acaloradas reflexiones respecto del asesinato de su maestro Sócrates por el estado de Atenas. Una sociedad educada, entonces, sería una sociedad libre de todo mal. ¿Pero cómo sería aquella sociedad donde el bien impere? ¿Cómo distinguiríamos lo correcto sin su contracara, sin su opuesto? ¿Cómo sabríamos si hacemos el bien si nuestras acciones no tienen una identidad contraria con la cual distinguirse, a la cual denunciar? El bien, entonces, es funcional al mal por necesidad. Genera muchas veces las condiciones para que éste exista. 



Bertrand Russell decía: no puedo evitar escandalizarme pensando que lo único malo que tiene la conducta más perversa sea que a mí no me guste.  Nietzsche en este sentido agregaba que lo que se hace por amor se hace más allá del bien y del mal. El film Oasis del coreano Lee Chang – Dong expone estas ideas en el desarrollo de su conflicto. La película trabajará sobre la relación de dos personajes con diferentes patologías, Jong – Du padecerá un retraso madurativo mientras que Gong – Ju una parálisis cerebral. A su manera cada uno de estos personajes experimentará una sensación de libertad que conllevara el enfrentamiento en solitario de la propia vida. El punto de ataque que trabajará el film instalará el comienzo del relato en el momento en que él es liberado de la cárcel y ella es abandonada por su propio hermano. Dos soledades que se encuentran de alguna manera. Dos diferentes respecto de la normalidad establecida e impuesta que se buscan y se conectan conjugando sus fantasías y sus falencias, adaptando sus necesidades, enamorándose de la única manera posible que no es otra que la que supone la entrega más absoluta. El relato estará planteado desde el punto de vista de Jong – Du y toda la fotografía del film será funcional a la reproducción del estado de ánimo de este personaje. Habrá mucho trabajo de cámara en mano el cual generará cierto movimiento del cuadro para provocar en el espectador una tensión y ansiedad similar a la que vive el protagonista de la obra en todo momento. El film nos tenderá una trampa en la que caeremos abiertamente. Una trampa que buscará exponernos en lo más profundo de nuestros conflictos éticos y morales. 



El cebo de esa trampa estará en la construcción del personaje principal. Jong – Du no generará empatía. En todo el primer acto de la narración, y recordemos la importancia de esta instancia para el héroe de la obra ya que será el momento destinado para la presentación tanto de él como de su conflicto, no habrá conexión empática de ningún tipo con el espectador. A Jong -  Du se lo mostrará hiperactivo, ventajero, entrometido, avasallante, desconsiderado. Jong – Du al rato de conocer a Gong – Ju intentará violarla. Y allí habrá un roce profundo con nuestros límites. Hemos hablado en este mismo foro más de una vez sobre films donde no coincidíamos o muchas veces nos encontrábamos en las antípodas de las actitudes o valores de sus personajes protagónicos. Basta recordar a Juha de “Los perros no usan pantalones” o el mismísimo Dr. Jano de “La niña Santa” Pero Oasis no es el caso. Lee Chang – Dong, su director, apostará a más. Jugará más fuerte. Ira por todo. Habrá un desafío profundo y nuestra indignación será tan fuerte como el martillo de la trampa en la que caeremos. Bastante entrado el segundo acto descubriremos el retraso madurativo y la terrible soledad en la que vive aquel hombre que habíamos juzgado tan abiertamente. El descubrimiento tardará en llegar, el dolor no. Entre copas y en un intento voraz de simplificación Enrique Symns me explicó alguna vez que la pulsión es tocarte una teta, el deseo en cambio es invitarte un café. Simple pero efectivo. Jong – Du será todo pulsión. 



Su retraso no le permitirá medir consecuencia alguna. Nadie lo mencionará, claro, menos en su entorno que solo buscará juzgarlo de la manera más cruel, pero como bien sabemos, uno es lo que es aunque todos los demás nos definan como lo contrario. Esto quizás traiga en quien observa algo parecido a una crisis moral.  Esta trampa buscará replantearnos la construcción ética que dirige nuestra mirada y que cimienta las bases de aquello que consideramos correcto o incorrecto. Expondrá con claridad la necesidad urgente de crear un malo condenable para acomodarnos al instante en aquel paraíso distante construido para esos otros tipos que llamamos buenos. Expondrá la necesidad de deconstruir lo construido. De dudar de aquello que nuestros sentidos juzgan. El poder nos ejecuta normalizando. El poder se inscribe en nuestros cuerpos, en nuestra mente haciendo de nosotros reo y vigilante. Amo y esclavo. Víctima y victimario. Las cosas, queridos amigos y amigas no son lo que son sino lo que somos. Somos aquello que la pluma del poder narra. Aquello que necesita que seamos. Lo real es siempre el relato.   

                                                                                                              

Lucas Itze.-

 

Canción post impresiones

 


UNIVERSO LEE CHANG-DONG


                    

Nacido en Daegu el 1 de marzo de 1954, se graduó en filología coreana a mediados de los ´80. Trabajó como director de teatro y profesor de lengua en una escuela secundaria hasta convertirse en uno de los novelistas más exitosos de su país gracias a El Botín. El cambio de rumbo lo dio a mitad de los ´90 cuando escribió los guiones de los films de su amigo Park Kwang-su, To the Starry Island y Single Spark. Luego llegó su primer largometraje, fechado en 1997 bajo el nombre Green Fish, una crítica de la sociedad coreana a través de los ojos de un joven que se ve atrapado en el submundo criminal. En 2000 hizo Peppermint Candy, la historia de un hombre soltero a lo largo de veinte años de historia de Corea del Sur en orden cronológico inverso (desde la revolución estudiantil de 1980 hasta 2000). 



La misma pareja de protagonista se une para el film Oasis, con el que gana el León de oro a mejor director en el Festival de Venecia. En 2007 llega Secret Sunshine, la trágica historia de una mujer que enviuda y se va a vivir con su hijo a otra ciudad. Termina de hacerse conocido en el mundo gracias a su film del año 2010 “Poesía para el alma”, un melodrama que mezcla la poesía, la vejez y la dura enfermedad del Alzheimer. 



Logra el premio a Mejor Guión en Cannes. Su último film es quizás el más conocido, hablamos de Burning, un extraño thriller basado en una historia de Haruki Murakami,q que llegó a Netflix estos últimos años. Logró premios y nominaciones en muchas partes del mundo

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: Oasiseu (Oasis)

Año: 2002

Duración: 132 min.

País: Corea del Sur

Dirección: Lee Chang-Dong

Guion: Lee Chang-Dong

Música: Lee Jae-Jin

Fotografía: Choi Yeong-Taek

Reparto: Sul Kyoung-gu, Moon So-ri, Ahn Nae-sang, Ryoo Seung-Wan, Chu Kwi-Jung, Kim Jin-Gu, Son Byung-ho, Park Myeong-Shin

 

PELÍCULA COMPLETA

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