jueves, 13 de junio de 2019

HOLY MOTORS



SINOPSIS

Un día en la vida de un hombre con múltiples personalidades: asesino, mendigo, ejecutivo, monstruo y padre de familia. El protagonista encarna personajes diversos como si se tratase de una película dentro de una película. (FILMAFFINITY)

EDITORIAL

Fue Unamuno quien resaltó que la inteligencia humana busca lo muerto, pues lo vivo se le escapa. Lo vivo, lo que es absolutamente inestable, lo absolutamente individual es, en rigor, ininteligible. La frescura de nuestros actos morirá en el desamparado abismo del filo de la palabra. Todo será viejo detrás del nombre. Hablaremos de la muerte del brillo, significaremos ante todo la desesperante muerte de la sorpresa. Allí el camino estará señalizado para el caminante y el fármaco una vez más habrá triunfado. Nos apropiamos de la realidad a través de un saber que fue nuestra propia plaga. Matamos al pájaro, porque nosotros somos la jaula. Entonces, el deseo se domesticó detrás de la moral y la gramática ordenó nuestros pensamientos, y la medicina amplió nuestra estadía en el restorán de la existencia. El miedo al abismo hizo imponernos y el guion allí se puso en marcha. Nuestras angustias estarán prolijamente inventariadas; aun sin objeto sabremos como nombrarlas. Nuestras sonrisas sonaran en el libro de todas  las sonrisas y nuestro amor, aun el más perverso, o sea el único posible, habrá sido escrito hace millones de años. El teatro está abierto y el plan funciona a la perfección. 


Vos que estas del otro lado, que escuchas cada palabra aprendida y reconoces en su devenir la pesada sentencia del mensaje, que decodificas su significado para volver a codificarlo en otras ideas y nuevas sensaciones ya descriptas en el tedioso inventario de las sensaciones,  vos, también sos parte de este desesperado elenco de títeres que ensayan sus contratiempos y miran su agenda para sentirse libres. Pero no desesperes, tu rebeldía ya fue pensada y su alcance perversamente calculado. Tu grito es parte del plan. Quien les habla, ha tenido también la modesta precaución de guionar estos enojos disfrazados de certezas que preceden torpemente a la obra también por miedo al silencio que no es otra cosa que el propio miedo a la nada. La obra dentro de la obra. El guion que el guionista escribió que escribe y que alguien proyectó que escribiría. El desesperado grito que alzamos aun percibiendo en él la pesada sustancia de un eco antiguo. Llegará el día, espero que llegue, en que las hojas del guion ardan en aquel fuego que aun soñamos desde los escombros mismos de los sueños. Aquel día levantaremos nuestra copa por la ausencia de ideas. Aquel día festejaremos tal vez sin saberlo, la silenciosa muerte de la salvaje y despiadada dictadura del lenguaje.

Lucas Itze.-

Canción elegida para la editorial


IMPRESIONES SOBRE HOLY MOTORS


Un minuto de verdad podría abarcar quizás, la misma intensidad que la de toda una vida de mentiras. ¿Tendremos la suerte de ser protagonistas aunque sea por unos instantes desde una realidad que nos pertenezca? ¿Y si existiese una realidad descontaminada de los múltiples factores que la velan, hay una posibilidad alguna de empoderamiento de lo real? Intentando mantener la cabeza a flote en este mar austero y cambiante de mareas ficticias e irreales, a lo único real que podemos sujetarnos es a nuestra capacidad de pensar. Y es ese salvavidas el que nos permite llegar a costas de conclusiones e identificar a aquellos factores que nos hacen poner un disfraz según cada situación. Porque no hablamos en los mismos términos con nuestros padres que con nuestras amistades, no nos vestimos de la misma manera cuando pensamos que tenemos que ir a trabajar o cuando sabemos que terminaremos haciendo el amor. Y no nos sentamos de la misma manera teniendo un currículum o una lata de cerveza en nuestras manos. 


El medio nos condiciona, nos amolda y seguimos cada vez con más intensidad a rajatabla el papel que nos corresponde ante cada situación. Creo entender que Léos Carax intenta persuadirnos del abismo que nos espera al final si seguimos por esta senda tan vertiginosa a las que fuimos acostumbrados como sociedad, cada día más. A través de los ojos de Oscar, el protagonista, un actor que pasa sus días movilizándose en una limusina por una París con acento futurístico. Veremos la odisea que atraviesa entre un set de filmación y otro, casi como un corredor de triatlón. Utilizará aquel transporte como camarín. Él mismo será el encargado de construir desde la actuación y el maquillaje todos sus personajes, que al bajar interpretará en una sola toma, para luego subirse y comenzar nuevamente con el siguiente papel. Con este pretexto y el detalle que nuestro protagonista se dedica a la actuación será más efectivo confundir al espectador de Holy Motors por generar un efecto en el cual la vida real y actoral se entremezclan de una manera muy sutil y bien lograda desde el guion. 


Seremos testigo de cómo la minimización al extremo de los recursos humanos y materiales que utiliza una productora, en este caso generará una presión tal al protagonista que a base de cigarrillos y alcohol intentará esquivar aquel fantasma de la paranoia en la cual sabe que está predestinado a caer. Resulta complicado deslindar el relato siendo breves por lo complejo del film, desde el guion atravesaremos cierto aire surrealista, sino es del todo. Una historia más fácil de ver que de explicar. En tal caso, los invitamos a presenciar por ustedes mismos esta obra del francés Léos Carax, y quien sabe, sea una buena excusa para empezar a interpelarlos, intentando tener la certeza de lo que somos realmente capaces de dar.
                                          
Alan Beneitez.-

Canción post impresiones


UNIVERSO CARAX



Nacido el 22 de noviembre de 1960 en Suresnes, Francia, es hijo de la periodista norteamericana y crítica de cine Joan Dupont (International Herald Tribune) y del periodista de la ciencia francés Georges Dupont. Su nombre artístico es un anagrama de Alex que es el nombre del personaje principal en la mayoría de sus películas (y el nombre que le dieron sus padres) y de Oscar en referencia a los Premios Óscar: “Nací en 1976 en una cámara oscura y sería muy difícil para mí que me hubieran hecho nacer antes bajo un nombre sacado del papeleo. He hecho cine para ser huérfano. Antes, era como si yo hubiera dormido durante diecisiete años”, declara Carax. A finales de la década de los 70 estudió en el centro Censier de la Universidad Sorbona Nueva - París, donde conoció a Serge Daney y Serge Toubiana que lo presentaron con los Cahiers du Cinéma, donde permanece un corto periodo. Comenzó el rodaje de un filme de bajo presupuesto, en el cual fracasó, llamado La fille rêvée; la empresa terminó cuando un proyector roto encendió las cortinas de un restaurante chino donde se había realizado una de las escenas. 


Con apenas 24 años, Carax, realiza Boy meets girl (1984), que llama la atención por un estilo visual maduro, el film tiene la influencia de cineastas como Cocteau, Dreyer, Godard o Bresson. Le siguió el filme de ciencia ficción Mala sangre en 1986. La película es un claro homenaje a la Nouvelle vague, y en especial a una de sus grandes influencias, Jean-Luc Godard. Continúa con su exploración del amor en los tiempos modernos, que adquiere un tono más oscuro y extremo en esta cinta. Cinco años más tarde filma Los amantes del Pont-Neuf que sufre grandes retrasos debido a la financiación, a pesar de que terminó siendo la más cara del cine francés. 


En 1999 filma Pola X, una adaptación del cuento de Herman Melville, "Pierre o las ambigüedades", sobre un joven que conoce en el bosque una misteriosa chica que cambiará su vida. A finales de 2007, participa con el segmento titulado "Merde" en el largometraje japonés Tokyo! Trece años después de su última película, en 2012, presenta Holy Motors, protagonizada otra vez por Denis Lavant donde muestra un día en la vida de un hombre con múltiples personalidades: asesino, mendigo, ejecutivo, monstruo y padre de familia. El protagonista encarna personajes diversos como si se tratase de una película dentro de una película. Lo último que ha filmado es el cortometraje Gradiva.

FICHA TÉCNICA

Título original: Holy motors
Año: 2012
Duración: 111 min.
País: Francia
Dirección: Leos Carax
Guion: Leos Carax
Música: Neil Hannon
Fotografía: Yves Cape, Caroline Champetier
Reparto: Denis Lavant, Edith Scob, Kylie Minogue, Michel Piccoli, Eva Mendes, Jean-François Balmer, Big John, François Rimbau, Elise Lhomeau, Jeanne Disson, Leos Carax, Nastya Golubeva Carax, Reda Oumouzoune,  Zlata.

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