lunes, 25 de marzo de 2019

EL ODIO - LA HAINE



SINOPSIS

Tras una noche de disturbios en un barrio marginal de las afueras de París, tres amigos adolescentes, Vinz, Saïd y Hubert (un judío, un árabe inmigrante y un boxeador amateur negro, respectivamente), son testigos de un hecho, en el que su amigo Abdel resulta herido por la policía. El deambular por la ciudad, la violencia entre bandas y los conflictos con la policía son las constantes en las 24 horas siguientes de la vida de estos jóvenes.

EDITORIAL

Michael Onfray dice acerca de la violencia: “Se le llama violencia legítima cuando pretende hacer respetar el orden republicano- de hecho cuando se contenta con permitir y garantizar el buen funcionamiento de la máquina liberal. Por el contrario, se le considera ilegítima cada vez que proviene de individuos que actúan por su cuenta- de la ratería al asesinato político pasando por las agresiones, crímenes y delitos legales”. Opino que la delincuencia de los individuos funciona como contrapunto de la delincuencia de los gobiernos. En todas partes del planeta los Estados contaminan, avasallan a las minorías, declaran guerras, reprimen las sublevaciones, reprimen las manifestaciones, encarcelan a los opositores, practican la tortura, las detenciones arbitrarias, ahorcan, arrestan, en todas partes compran silencios y complicidades, desvían fondos en cantidades faraónicas y otras preciosidades reportadas parcialmente por la prensa cotidiana. Esa violencia no encuentra nada por encima de ella, y es eso lo que la hace llamarse legítima. El dinero, el poder, los honores, el goce, la fuerza, la dominación, la propiedad lo es todo para ellos, un puñado, una elite; para los otros, el pueblo, los humildes, los simples, bastan la pobreza, la obediencia, la renunciación, la impotencia, la sumisión, el malestar... 


Villas señoriales en los barrios elegantes contra chozas derrumbadas en zonas devastadas; fortunas concentradas en el Norte, contra pobreza en el Sur; ricos del centro y desheredados de los suburbios, perros y gatos hartos en Europa, niños africanos que mueren de hambre; prosperidad económica de los pudientes contra suspiro de las víctimas desfallecidas. Violencia legítima de poderosos contra violencia ilegítima de los mendigos, el viejo motor de la historia. Nos equivocaríamos si apuntáramos los proyectores sobre las violencias individuales cuando todos los días la violencia de los actores del sistema liberal fabrica situaciones deletéreas en las que se hunden aquellos perdidos, sacrificados, sin fe ni ley, ni ética, sin valores, expuestos a las asperezas de la máquina social que los tritura, se contentan con reproducir su nivel, en su mundo, las exacciones de aquellos que los gobiernan y permanecen en la impunidad. Si las violencias llamadas legítimas cesaran, se podría finalmente considerar la reducción de las violencias llamadas ilegítimas.
En el día de la poesía leo a Pessoa con su palabra tajante:
"Prefiero la derrota con el conocimiento de la belleza de las flores, a la victoria en medio de los desiertos, llena de la ceguera del alma a solas con su nulidad apartada"

Marina Rossetto.-

Canción post editorial 



IMPRESIONES SOBRE EL ODIO


¿Cómo definimos a la libertad? Al parecer, para hablar de ella, en primer lugar tenemos que pensar desde que lugar lo intentamos. Una definición filosófica arrojada en calzones y ojotas podría ser que la Libertad es la facultad o capacidad del ser humano de actuar según sus valores, criterios, razón y voluntad. Pero hay un problema. Hoy, en la era de la deconstrucción, se demuestra en cada mate, que los valores, criterios, la voluntad y la razón parten de un estado sumamente cautivo y para nada libre. Políticamente se utiliza la palabra libertad para referirse a la facultad que tienen los ciudadanos de un país para actuar o no según su voluntad y lo establecido en la ley. Mismo problema, amigues. La voluntad del ciudadano y lo establecido en la ley ni llegan a ser un tufillo de libertad. Sociológicamente, libertad es también el estado o la condición en que se encuentra un individuo que no está en condición de prisionero, coaccionado o sometido a lo que le ordene otra persona. Podemos seguir intentando definir la libertad toda la noche y seguiremos terminando atrapados en un callejón sin salidas. 


Al parecer, sobre el cuerpo del habitante sólo conviven normas, costumbres, culturas y leyes que lo va direccionando según la suerte lo coloca en una familia adinerada, en un barrio de clase media, en el campo y su folclore o en una villa. En ese marco y bajo el aparente manto de la libertad, se intentara construir una existencia. Acostumbrados a un mundo que insiste caprichosamente en catalogarnos cromáticamente va a aparecer Mathieu Kassovitz a impartir un poco de justicia. Haciendo uso del lenguaje que mejor sabe utilizar, nos va a presentar un film en blanco y negro. Ante la mala costumbre, el espectador tendrá que recurrir a otras estrategias, lejos de una paleta de colores amplia y desde ese lugar percibir los hechos que allí se relatan, sin el vicio de pasar por ese camino engañoso. El guion estará basado en un hecho ocurrido en Paris el 6 de abril de 1993, Makome M’Bowole, un chico de 17 años, moría de un disparo en la cabeza mientras estaba esposado en una comisarías. La policía alegó legítima defensa para justificar el disparo. Durante una semana se produjeron enfrentamientos entre los jóvenes del barrio y la policía. Estos hechos impulsaron a Kassovitz a rodar El odio, ir a los suburbios y preguntar desde allí cuáles eran las razones de aquella situación. 


Una película, como tantas otras que narra las vicisitudes de una sociedad que funciona bajo las reglas del capitalismo. Que le puede explicar tranquilamente a la señora del almacén de acá a la vuelta que hasta en la ciudad de las luces y el glamour, que alberga a la hermosa Torre Eiffel enmarcada y colgada al lado del estante de las yerbas, esconde la mugre bajo la alfombra. Que la miseria, la pobreza y la vagancia son solo caracterizaciones de las cuales el poder se sirve para generar aquel relato bastardo que defiende la cultura del mérito. La frase con la que inicia la secuencia al principio y sobre el final es la siguiente "Es la historia de un hombre que cae de un edificio de cincuenta pisos. Para tranquilizarse mientras cae al vacío, no para de decirse: hasta ahora todo va bien, hasta ahora todo va bien... hasta ahora todo va bien. Pero lo importante no es la caída, es el aterrizaje." Mientras sigamos replicando sociedades conformistas y egoístas como en las que nos toca vivir. Sólo encontraremos vestigios de libertad, jugando al equilibrio en las cornisas del lenguaje y violencia “ilegitima”. Hasta entonces amigos será una incógnita encontrar la que nos falta.

Alan Beneitez.-


Alguien que describe como nadie los suburbios franceses 


UNIVERSO KASSOVITZ


Mathieu Kassovitz nació en París el 3 de agosto de 1967. Su padre Peter nació en Hungría y como muchos judíos tuvo que emigrar durante la Segunda Guerra Mundial. Se fue a Francia en 1956 luego del levantamiento de Budapest y allí comenzó en el mundo del cine donde escribió y dirigió varias series en ese país. También dirigió el film Una señal de esperanza (Jacob the Liar) en 1999 con Robin Williams como protagonista ambientada en esa guerra de la que el escapó. Por lo tanto, su hijo Mathieu estuvo involucrado en el cine, donde debutó como actor en un film de su padre en 1979. Con poco más de 20 años empezó a dirigir sus primeros cortometrajes: Fierrot le Pou , Cauchemar blanc y Assassins. En 1993 dirige Métisse, su primer largo. Cuenta la historia de Lola, quien está embarazada y no sabe quién es el padre. Puede ser un musulmán negro o un mensajero judío. En 1995 llega El Odio que se convierte es su película más aplaudida hasta la fecha. Dos años después llega Assassin[s], la historia de un veterano asesino que busca encontrar a su sucesor. En el 2000 llega otra película que obtuvo muy buenas críticas: Los ríos color púrpura, donde Jean Renó y Vincent Cassell son dos policías que investigas casos diferentes que tienen una conexión inesperada. 


En 2003 se va a Estados Unidos para filmar En compañía del miedo (Gothika), con Halle Berry como protagonista. Allí representa a Miranda Gray una psicóloga criminal que despierta un día como paciente del propio hospital donde trabaja y donde ha sido enviada luego de asesinar a su marido, aunque ella no recuerda nada. En 2008 llega la distópica Babylon A.D con Vin Diesel como un mercenario que debe proteger una joven rusa hasta Nueva York, en un mundo de anarquía total. Su último film vuelve a estar en boca de la crítica: Rebellion (L'ordre et la morale) dirigida en 2011. 


Relata los acontecimientos vividos en 1988 en la isla de Ouvéa, en el archipiélago de la Lealtad en Nueva Caledonia, colonia francesa, cuando 30 policías franceses fueron secuestrados en la Cueva Gossanah por independentistas kanakas. Francia envió 300 militares en helicóperos para intentar restablecer el orden.  Como actor ha trabajado en decenas de films, entre los que se encuentran Mira a los hombres caer de Jacques Audiard, Amelie de Jean-Pierre Jaunet, Amen de Costa-Gavras, Munich de Steven Spielberg o Happy End de Michael Haneke.

FICHA TÉCNICA

Título original: La haine (Hate)
Año: 1995
Duración: 95 min.
País: Francia
Dirección: Mathieu Kassovitz
Guion: Mathieu Kassovitz
Música: Varios
Fotografía: Pierre Aïm (B&W)
Reparto: Vincent Cassel, Hubert Koundé, Saïd Taghmaoui, Abdel Ahmed Ghili, Solo, Joseph Momo, Héloïse Rauth, Rywka Wajsbrot, Olga Abrego, Laurent Labasse, Choukri Gabteni, Nabil Ben Mhamed, Benoît Magimel, Mathieu Kassovitz, Anthony Souter.

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