martes, 7 de noviembre de 2017

A GHOST STORY


EDITORIAL

Camino por las diferentes habitaciones buscando hallar esos aromas perdidos. Encuentro entre esas sábanas añejas unos destellos de soledad que limitan mi presencia. Recorro con la mirada nuestras viejas fotografías, inertes ante el paso del tiempo. Extraño esas caricias en la piel, mientras las agujas del reloj se vuelven cada vez más paranoicas. Intento atrapar esa lágrima que caerá como lava por las mejillas, como un volcán que erupciona. Siento el peso en los pasos perdidos, como si los pies no quisieran levantarse. Cada sonido, parece más fuerte que de costumbre, ya que el silencio lo cubre todo. De vez en cuando, algún llanto rompe esa monotonía. La cena nunca fue tan solitaria. 


La copa de vino aparece en una punta de la mesa, como esperando a un invitado que nunca llegará. Deseo beber un sorbo, pero me es imposible. Juego con las cortinas intentando generar alguna esperanza, pero solo recibo sudor y lágrimas. Busco encontrar esa mirada perdida pero nunca haremos contacto. El alma se estruja mientras el corazón sigue petrificado con el paso del tiempo. Las huellas del pasado empiezan a borrarse. El presente no olvidará los momentos. Otro corazón necesita seguir latiendo. Las voces estarán ahí, siempre. Aunque mi voz ya no pueda escucharse. Sufriendo ante el dolor de lo que he sido y ya no soy. Disimulando una vida que no es tal, mientras aprendo a ser un fantasma.
                                                                              
Marcelo De Nicola.-

Canción elegida para la editorial


El fantasma de la buena suerte



IMPRESIONES PARA A GHOST STORY


Hay un instante desprevenido escondido en tu beso. Ese fue siempre el secreto. Esa fue nuestra única astucia. Nuestros cuerpos consumiéndose en la hoguera de la existencia, arrojados miserablemente a la muerte. Tu cuerpo y el mío tan irreales e inacabados, exudando temor, congelados ante la oscuridad pura del abismo, deshojando de alguna manera al ser, cuestionando enfáticamente a la nada, descubrieron allí, en la noche del tiempo, aquel sutil descuido que nada tiene que ver con la esperanza sino con cierta inocencia o dispersión de alguna divinidad inconveniente. Un ápice incuestionable, tan efímero como eterno. Allí decidimos encontrarnos al fin, en aquella soledad nuestra, hasta que ninguna muerte nos separe. Y es la muerte la que dará inicio al conflicto por el cual nos guiará el director y guionista David Lowery en aquel maravilloso relato llamado A Ghost Story. El film será una obra contundente, profunda y alegórica. Su estructura no será lineal y poseerá tal vez los más bellos quiebres temporales que quien les habla haya visto alguna vez. El relato se centrará en el duelo de una pareja tras la muerte de uno de ellos. 


Él tendrá un accidente fatal, ella lo llorará incansablemente sin saber que su compañero ha vuelto bajo las facciones melancólicas de un vulgar fantasma. Entenderemos en él la eternidad, entonces allí, se esfumará el tiempo. Toda decisión, así como toda urgencia en el ser humano, no está guiada por otra cosa más que por la muerte. Aquella finitud, de la que tanto nos habló Unamuno definiéndola como el propio sentimiento trágico de la vida, base troncal de todas nuestras angustias, es lo que nos hace accionar. Allí el origen de todo drama. En la eternidad, entonces, solo cabe la contemplación y ese será el destino para nuestro personaje. Allí la estructura narrativa resolverá artística e inteligentemente tanto flashbacks como flashforwards generando poéticas elipsis con el único objetivo de imprimirle dinamismo al relato. Reflexionaremos, sin la necesidad de forzar los argumentos, sobre el punto de vista que nos entrega nuestro personaje y tal vez recordemos aquella idea de Martin Heidegger sobre el ser en la cual lo define con el termino DASAIN. En esta instancia del pensamiento, ya no habrá más hombre y objeto, sino solo hombre. DASAIN, vendría a significar SER AHÍ, que también podríamos llamarlo hombre, en el sentido de hombre existencial, el cual se angustia y es arrojado al mundo, el ser que siente la presencia de la nada y la inminencia de la muerte. 


DASAIN es el hombre que es el ser al cual le preocupa el ser, se angustia por el ser. Tal vez allí entendamos la actitud melancólica de aquel fantasma deambulante, aquel ente que mira el devenir ya sin tiempo. Heidegger continúa y nos dice que es el hombre, el ser ahí, el que va a poner en relación a las cosas, y nos habla de que es el proyecto humano el que va a encontrar un sentido al mundo ya que el hombre es el único generador de historia. El film lo demostrará al hacernos espectadores de las distintas historias que se suceden dentro de la casa a través del tiempo. La casa tendrá un sentido solo al ser habitada, sino serán escombros incalificables. El existencialismo nos dirá que el hombre no es realidad, es posibilidad y ante la belleza de aquel concepto, nos desmoronaremos como las blancas sabanas que definen a nuestro protagonista al descubrir que aquellas manchas que ahora lo cubren, no son otras más que las oscuras sombras del olvido.

Lucas Itze.-

Canción post impresiones


Fantasma - Los Visitantes


UNIVERSO LOWERY


Nacido en Milwaukee en 1980, desde chico, David Lowery, se interesó por el cine.  En 1987, con tan solo siete años,  rodó un pequeño cortometraje llamado Polstergeist, en honor a la famosa película del mismo nombre. En 2005 aparece como director de Deadroom, una película de episodios donde trabaja junto a otros tres directores (James M. Johnston, Nick Prendergast, Yen Tan). Durante esos primeros años siguió dirigiendo cortometrajes, como el documental Some Analog Lines (que trata sobre el proceso de creación, que examina la dicotomía entre la tecnología digital y el proceso artístico del cine), y las ficciones The Outlaw Son y A Catalog of Anticipations. En 2009 llega su primer largometraje, St. Nick, la historia de dos hermanos pre adolescentes que dejaron su casa y viven en el bosque, mientras se acerca el crudo invierno de Texas e intentan sobrevivir. En 2011 dirige otro corto llamado Pioneer, y en 2013 llega Ain't Them Bodies Saints (En un lugar sin ley), la historia de un fugitivo que cruza Texas para reencontrarse con su esposa y la hija que no conoce. Con Casey Affleck y Rooney Mara. Gana el Premio a Mejor Fotografía en Sudance, además de ser considerada una de las diez películas independientes del año.  


En ese mismo año dirige otro corto llamado Until We Could, además algunos capítulos de la serie Rectify. En 2015 también es llamado para dirigir algunos capítulos de la serie documental Breakthrough para la National Geographic. En 2016 dirige la película para Disney, Mi amigo el Dragón, la historia de Peter, un niño que afirma que vive en un bosque con un gigante dragón. Este año llega A Ghost Story, donde sorprende al público y a la crítica. Para el año que viene, está preparando Old Man and the Gun, la historia de un ladrón de bancos que pasó parte de su vida en prisión o intentando fugarse de ella, cosa que hizo en 18 ocasiones, y su último robo fue en el año 2000 con 80 años. Serían de la partida Casey Affleck, Robert Redford, Sissy Spacek y Danny Glover, entre otros.

Así nos fuimos...



FICHA TÉCNICA

Título original: A Ghost Story
Año: 2017
Duración: 87 min.
País: Estados Unidos
Director: David Lowery
Guion: David Lowery
Música: Daniel Hart
Fotografía: Andrew Droz Palermo
Reparto: Rooney Mara, Casey Affleck, Rob Zabrecky, Will Oldham, Liz Franke, Sonia Acevedo.

SINOPSIS


El fantasma vestido con una sábana blanca (Casey Affleck) de un hombre fallecido recientemente regresa a su casa para consolar a su esposa (Rooney Mara), pero descubre que en su nuevo estado espectral ya no pertenece a un tiempo concreto y solo le queda observar con total pasividad cómo se le escapan lentamente la vida que conocía y la mujer que ama. Cada vez más perdido, el fantasma se embarca en un viaje cósmico a través de los recuerdos y la historia, enfrentándose a las eternas preguntas de la vida y a la inmensidad de la existencia.

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