PROGRAMA 120 (30-10-2015)
EDITORIAL
Los
amorosos callan.
El
amor es el silencio más fino,
el
más tembloroso, el más insoportable.
Los
amorosos buscan,
los
amorosos son los que abandonan,
son
los que cambian, los que olvidan.
Su
corazón les dice que nunca han de encontrar,
no
encuentran, buscan.
Los
amorosos andan como locos
porque
están solos, solos, solos,
entregándose,
dándose a cada rato,
llorando
porque no salvan al amor.
Les
preocupa el amor. Los amorosos
viven
al día, no pueden hacer más, no saben.
Siempre
se están yendo,
siempre,
hacia alguna parte.
Esperan,
no
esperan nada, pero esperan.
Saben
que nunca han de encontrar.
El
amor es la prórroga perpetua,
siempre
el paso siguiente, el otro, el otro.
Los
amorosos son los insaciables,
los
que siempre -¡qué bueno!- han de estar solos.
Los
amorosos son la hidra del cuento.
Tienen
serpientes en lugar de brazos.
Las
venas del cuello se les hinchan
también
como serpientes para asfixiarlos.
Los
amorosos no pueden dormir
porque
si se duermen se los comen los gusanos.
En
la oscuridad abren los ojos
y
les cae en ellos el espanto.
Encuentran
alacranes bajo la sábana
y
su cama flota como sobre un lago.
Los
amorosos son locos, sólo locos,
sin
Dios y sin diablo.
Los
amorosos salen de sus cuevas
temblorosos,
hambrientos,
a
cazar fantasmas.
Se
ríen de las gentes que lo saben todo,
de
las que aman a perpetuidad, verídicamente,
de
las que creen en el amor
como
una lámpara de inagotable aceite.
Los
amorosos juegan a coger el agua,
a
tatuar el humo, a no irse.
Juegan
el largo, el triste juego del amor.
Nadie
ha de resignarse.
Dicen
que nadie ha de resignarse.
Los
amorosos se avergüenzan de toda conformación.
Vacíos,
pero vacíos de una a otra costilla,
la
muerte les fermenta detrás de los ojos,
y
ellos caminan, lloran hasta la madrugada
en
que trenes y gallos se despiden dolorosamente.
Les
llega a veces un olor a tierra recién nacida,
a
mujeres que duermen con la mano en el sexo,
complacidas,
a
arroyos de agua tierna y a cocinas.
Los
amorosos se ponen a cantar entre labios
una
canción no aprendida,
y
se van llorando, llorando,
la
hermosa vida.
Jaime
Sabines
Canción
post editorial
IMPRESIONES PARA BESOS EN
LA FRENTE
Y
soplará el viento de tu muerte. Traerás frías las manos y fatigado el andar.
Llegarás en silencio, como una ráfaga traicionera que se escabulle bajo la
puerta y silba una melodía sencilla en los oscuros rincones del hogar. Nos
sentaremos a ver por la ventana abierta llegar gris el día. Recordaré en
silencio la tarde aquella en que llovía, y toda esa melancolía desolara aún más
el lugar. Llegará, llegará mi muerte tranquila, en el otoño que es tu ausencia,
en el recuerdo de tu risa, con todas las hojas caídas que ocultan las huellas
del andar. Amaneceré desnudo de ramas, con la corteza seca muriendo al sol. Callaré
el silencio del rio, el de la roca reseca, aquel silencio que dejo tu adiós…
Y
será allí, en aquella muerte que es el olvido, entre las ramas secas del
recuerdo, entre el sordo crujido de las hojas del otoño de un amor, que
conoceremos a Mercedes. Aparecerá en la juventud de sus 80 años. También
aparecerá él, con aquella timidez elegante, en el ocaso del comienzo de su
vida, vistiendo pesadamente sus longevos 26 años.
El amor entre ellos, será un
recuerdo. Veremos entre estos dos maravillosos personajes, aquella manipulación
propia y perversa del objeto amado. Aquí habrá, quizás, un juego con el
espectador: juraremos ver una obra cinematográfica, aunque sus códigos sean,
casi en su mayoría, los de una obra teatral. Así como la afirmación de
Mercedes, veremos en la cinta los ojos azules, negando neciamente los verdes
evidentes. Estaremos frente a una obra soberbia en sus diálogos, única en sus
actuaciones, que vendrá a contarnos la pureza de los sentimientos. Que vendrá a
rogarnos el darlo todo a cambio de nada. Así caerá ella, fingiendo su muerte,
reinventando finales. Así quedaremos nosotros, olvidando las distancias,
mintiendo los recuerdos, evocando lo que era realmente sentirse vivo, en aquel
mágico momento, en el que en un descuido, dejaste ver tu corazón.
Lucas
Itze.-
Canción
post impresiones
UNIVERSO GALLETTINI
Nacido
en Buenos Aires, fue asistente de dirección en La tregua de Sergio Renan, la primera
película argentina nominada al Oscar en el año 1975.
En
ese mismo año dirigió su primer film: Las
sorpresas, una película de tres episodios junto a Luis Puenzo y Alberto
Fischerman. El segmento de Galettini se tituló Corazonada.
Un
año después y en solitario, filma Juan
que reía, con un gran elenco como Luis Brandoni, Luisina Brando, Federico
Luppi, Enrique Pinti, entre otros. La historia de un vendedor de vinos que
quiere ascender, pero que cuando le roban su auto (un Citroen 2cv), que no está
asegurado, empieza una curva descendente inevitable.
En
1979 dirige Cuatro pícaros bomberos,
sobre unos bomberos que se ven involucrados en la estafa a un empresario de la
carne.
Ese
mismo año dirige también La aventuras de
los paraguas asesinos, donde los ya clásicos Tiburón, Delfín y Mojarrita, intentan luchar contra unos
criminales. Este film, y los dos siguientes (Los superagentes y la gran
aventura de oro, y Los superagentes contra todos), han sido calificadas
como propaganda ideológica a favor de la Última dictadura.
En
1983 filma Se acabó el curro, sobre
dos típicos chantas que quieren estafar a un turista peruano en medio de la
especulación financiera de la época. En 1984 dirige Los tigres de la memoria, la historia de Carlos, quien buscando
noticias de sus hijos exguerrilleros, acepta colaborar con su restaurante en
una red de traficantes de drogas.
En
1986 llega Seré cualquier cosa, pero te
quiero, sobre una mujer de 40 años que se enamora de un fontanero.
A
partir de 1987 empieza con una serie de clásicos que conocemos todos, con
cuatro nombres asociados a sus películas: Emilio
Disi, Berugo Carámbula, Alberto Fernandez de Rosa Gino Renni, sumados a
Paolo el Rockero, empezaban sus aventuras Los matamonstruos en la mansión del terror, que luego prosiguieron en
Los bañeros más locos del mundo 1 y 2, y
Los pilotos más locos del mundo.
También
aparecieron clásicos como Las locuras
del extraterrestre, y las 4 partes de Los
Exterminaitors con la dupla Disi-Francella.
Entre
todas esas películas cómicas filmó en 1991: Charly, días de sangre, la historia de un joven con problemas
(Fabián Gianola) que es llevado a una quinta donde murió quemado su hermano. La
idea es disfrutar de un fin de semana agradable, pero un asesino serial amenaza
al elenco y a la hiperinflación por entonces reinante.
Vuelve
un poco a las fuentes con Convivencia,
donde gana el Condor de Plata a Mejor Película en 1993. La historia de dos
amigos que viven en el Tigre, uno es porteño (Brandoni), el otro español
(Sacristán), pero de repente aparece una chica (Dopazo), que amenaza con romper
la amistad.
En
1996 llega Policía corrupto, donde
Romero es un policía de la división antinarcótico. Es ambicioso y no tiene
escrúpulos y se mueve en un oscuro mundo de prostitutas, narcotraficantes y
políticos. Todo se pudre cuando Romero se queda con un vuelto importante. El
film estuvo teñido de escándalo al recibir un alto subsidio, luego incluso de
haber sido declarado como "sin interés". El director renunció en el
primer día de montaje (en los créditos figura un seudónimo); y la productora le
inició juicio a Gerardo Romano, quien declaró: "esta debe ser la peor
película argentina en años".
Ese
mismo año dirige Besos en la frente,
y dos años después le encomiendan dirigir la segunda parte de Dibu, la exitosa
serie argentina para chicos.
En
2003 llega Ciudad del sol, la
historia de Manuela, una estudiante que empieza a encontrar los porqué del
suicidio de su madre, en un pasado celosamente guardado, con un elenco
importante como Darío Grandinetti, Jazmín Stuart, Leonor Manso, Luis Luque,
Nicolas Cabré, Patricio Contreras, entre otros.
Su
último film fue La patria equivocada,
en 2011, en la que Clarita se enamora de Clorindo y abandona su bien
posicionado hogar para dedicar su vida a su marido, desertor del ejército, y a
sus ideales. Luego de la muerte de Clorindo, busca otro destino para su hijo.
Los descendientes de esta familia, irán recorriendo la historia de la
construcción de la Argentina atravesada por el orgullo, la pasión y la
venganza. Con Juana Viale como protagonista.
También sonó un clásico
Usa el amor como un puente
Nos despedimos con un temazo...
FICHA TÉCNICA
Título
original: Besos en la frente
Año:
1996
Duración:
95 min.
País:
Argentina
Director:
Carlos Galettini
Guión:
Carlos Galettini, Luisa Irene Ickowicz, Jacobo Langsner
Fotografía:
Héctor Morini
Reparto:
Leonardo Sbaraglia, China Zorrilla, Claudio García Satur, Carolina Papaleo,
Alejandra Flechner, Mabel Manzotti, César Vianco, Melina Petriella, Leonardo
Abremor, Pablo Rinaldi, Erica Rivas
SINOPSIS
Los
besos son entre un joven escritor de guiones de cine, Sebastián, y Mercedes,
una ricachona septuagenaria. Parecen enamorados, aunque los apremios de la
señora manifiestan cuánto y qué pronto le llega al corazón el espíritu sensible
del muchacho desamparado. Hasta que él termina por encenderse en una pasión
similar.
PELICULA COMPLETA
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