martes, 18 de noviembre de 2014

PERSEPOLIS


EDITORIAL

Veo allá a lo lejos las viejas valijas gastadas que alguna vez pertenecieron a mis abuelos. Esas que protegieron del frio y del olvido sus ropas, sus nombres y sus sueños. Aquellos baúles añosos revelan en su polvo denso el peso de algunas luchas, los restos de escasos laureles. Relatan en la elegancia de su vejez, adioses desesperados, abrazos demasiados cortos para distancias tan largas, las sinceras promesas de borrar las huellas ya pisadas para nunca jamás encontrar el camino de vuelta a casa. Todavía parecen oírse resonar entre sus rincones los ecos de montones de ilusiones prematuras, acribilladas a la vuelta de cualquier esquina. La casa grita los nombres de mis padres. Las paredes vomitan sus credos, el moho verdoso de su humedad insiste en darme consejos. Veo su belleza opacada por el fatigoso empeño de construirme un futuro. 


Los grifos aúllan por los deseos fusilados y cada pasillo insiste en mantener lejos cualquier puerta. Una mano cocina buenas intenciones, siento por allí el perfume de mi madre, que me convida con ciertas seguridades que ya no me conmueven. Voy a tirar paredes. Voy a buscar mis propias heridas. Voy a construirme cada día y a emborrachar mis sueños para no creérmelos jamás. Siento en mi piel el mapa que trazaron otros, sé que mi sombra camina sobre pasiones ya sufridas. Acompañaran este viaje con un prudente silencio, recordando su existencia en cada descuido. Cultivare mi jardín en otras tierras, bajo nuevas reglas. Caerá de una vez este disfraz, dejando mi cuerpo desnudo, ardiendo, bajo un sol verdadero. Derribaré la casa definitivamente y tomaré mi propio camino. Mancharé mis pies descalzos con su barro y estará bien. Brillaré al fin, aunque la herida sea profunda y dolorosa, como el tajo que deja un tango feroz.

Lucas Itze

Canción elegida para la editorial



IMPRESIONES SOBRE PERSEPOLIS


El malandra puede arrepentirse, el fanático no. La colonización ideológica del hombre sobre el hombre, siempre me resultó un hecho nefasto y preocupante. Nuestra única herramienta ante tales atropellos, ante tales sometimientos alarmantes, no es otra que la educación. De su mano, con seguridad, llegará aquel espíritu crítico que lo inundará todo de preguntas, y hará de nosotros personas más complejas, más bellas. Aparecerán, entonces, los instrumentos necesarios para decodificar de manera más completa la realidad que nos rodea. Amanecerá la posibilidad de escapar a ser sujetos pensados, héroes deglutidores de verdades establecidas. Será el cuestionamiento, el martillo que derrote a la verdad absoluta. Será la argumentación su afilado ejército. Marjane, aquella adorable chica que nos lleva de la mano a través del arco dramático que estructura el relato fílmico Persepolis, poseía, afortunadamente, estas armas. Como ya dijimos con anterioridad, su cuestionamiento permanente a lo establecido, a las leyes, a sus costumbres, distinguirá sus ojos con un brillo cada vez más seductor. 


Persepolis será un film de animación y trabajará la estética de historieta en honor, quizás, a sus orígenes. La linealidad temporal del relato se verá afectada por el uso frecuente de raccontos, momento en que el film se instala en el pasado del presente relatado para narrar desde allí parte de la historia de Marjane. Conoceremos, de esta manera, la semilla de la lucha social sembrada por su familia. Asistiremos a terribles pérdidas, dolorosos desengaños. Le gritaremos fuerte en la cara a dios su incompetencia. Oiremos entre sus lecturas a grandes amigos de esta casa. Pasará Bakunin, Sartre, Freud y de todo ese cultivo surgirá la apuesta más fuerte, la rebelión a su propia cultura. 


La película será narrada desde el tierno punto de vista de Marjane. Veremos a través de sus ojos cómo su mirada se viste de cinismo y descreimiento hasta casi apagar la bella llama de la niña que fue. Pero saldrá de aquellas sombras con la furia de quien fue enseñado a no bajar jamás la guardia. Le jurará a sus muertos la integridad. Se irá, entonces, con el mismo doloroso consejo que Alfredo le diera a Toto en Cinema Paradiso. Andáte y no vuelvas nunca, si lo haces, no vengas a visitarme. Atravesará Marjene aquel umbral, con sueños nuevos, con lágrimas viejas, con las herramientas listas para reconstruir su vida lejos de casa. Se alejará sin voltear, como lo hacen los que se van seguros de no dejar ninguna deuda. Se alejará de todos al pisar el aeropuerto una vez más, tomando nuevamente su condición de pasajera en trance.

Lucas Itze.-

Canción post análisis


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Nos fuimos con los que crearon una revolución...


FICHA TÉCNICA

Título original: Persepolis
Año: 2007
Duración: 95 min.
País: Francia
Director: Marjane Satrapi, Vincent Paronnaud
Guión: Marjane Satrapi, Vincent Paronnaud (Cómic: Marjane Satrapi)
Música: Olivier Bernet

Sinopsis


Narra la conmovedora historia de una niña iraní desde la revolución islámica hasta nuestros días. Cuando los fundamentalistas toman el poder, forzando a las mujeres a llevar velo y encarcelando a miles de personas, y mientras tiene lugar la guerra entre Irak e Irán, Marjane descubre el punk, ABBA y Iron Maiden. Cuando llega a la adolescencia sus padres la envían a Europa, donde conoce otra cultura que nada tiene que ver con la de su país. La protagonista se adapta bien a su nueva vida, pero no soporta la soledad y vuelve con su familia, aunque eso signifique ponerse el velo y someterse a una sociedad tiránica. Voces originales en francés de Catherine Deneuve y Chiara Mastroianni.

Trailer


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