martes, 27 de diciembre de 2022

QUO VADIS, AIDA? DE JASMILA ZBANIC

PROGRAMA 394 (16-12-2022)

 

SINOPSIS

 

Bosnia, julio de 1995. Aida trabaja como traductora para la ONU en la pequeña ciudad de Srebrenica. Cuando el ejército serbio ocupa el pueblo, su familia está entre los miles de personas que buscan refugio en los campos de la ONU. Como participa en las negociaciones, Aida tiene acceso a información importante. (FILMAFFINITY)

 

EDITORIAL

 

Más de una vez hemos traído a esta mesa, siempre desde nuestra humilde perspectiva, desde nuestro corto alcance, la problemática filosófica que decide reflexionar sobre la idea de “el otro.” Quiero decir que la otredad es un tema recurrente en el mundo artístico, en el del pensamiento, y en el cinematográfico en particular, y desde estas trincheras, hemos intentado compartir algunas ideas, algunos escritos de personas que han dedicado buen tiempo a pensar sobre el tema. Se ha dicho, con cierto aire resolutivo, aquello de que el otro es todo lo que yo no soy. Aquella estructura que postulaba Derrida según la cual diferenciaba entre un yo, un otro y un radicalmente otro. Aquella idea de que el otro nos excede y por eso se nos escapa siempre. El verdaderamente otro es aquel que de ninguna manera puedo terminar de alcanzar, es ese inabarcable, aquel inaccesible. Hemos pensado aquello también de que el yo está continuamente traduciendo al otro a su propia forma, a su propia lógica y subjetividad y en ese accionar, al delimitarlo, al definirlo, lo reduce salvajemente. Introducir al otro, entonces, dentro de nuestro marco perceptivo es simplificarlo y acomodarlo a lo que nuestro dispositivo previo y heredado, ese dispositivo creador de subjetividades, logre captar de aquello que su ser transmita. ¿Podríamos decir aquella verdad de su ser? Estas ideas, entre otras, hemos expuesto ante este mismo micrófono más de una vez. Hasta que un día nos llegó aquello de que La patria es el otro y desafió con una valentía inigualable todo este pensamiento lúcido y crítico reproducido por nosotros hasta el momento. La patria, o sea todo aquello que nos reúne en un cuerpo masa, todo aquello que nos identifica dentro de un ser popular, todo aquello que somos y nos define y por lo tanto nos diferencia, es definido ahora como el otro, o sea, todo aquello que yo no soy, todo lo inabarcable e inaprensible. Aquello inalcanzable es entonces, ahora, lo que yo soy



Cuando menos lo esperábamos, una idea revolucionaria e innovadora, una idea desafiante y deconstructiva nos interpela y moviliza luego de tanto tiempo sin que un pensamiento original nos invite a patear las estanterías de nuestros saberes. Una idea vanguardista que es muy posible que nos lleve mucho tiempo comprender y poner en funcionamiento. Decía Hobbes: Pues la verdad, no oponiéndose a ningún beneficio ni placer humano, es bienvenida para todos los hombres. Pero la pregunta entonces sería: ¿Queremos realmente la verdad o siempre hay un beneficio subyacente que le atribuye a su composición, a su construcción y armado, un modo particular? ¿Cuál es entonces la verdad que queremos? Alguna vez el filósofo argentino Diego Singer, gran amigo de esta casa, citando a Sócrates en Fedro, destacaba la siguiente frase: El poder de las palabras se encuentra en que son capaces de guiar las almas. Dejando cualquier ingenuidad a un lado, entendemos que Platón, en aquel texto, nos habla del poder real de gobierno que posee el discurso sobre el ser. Definir al otro, en este contexto, entonces ¿no respondería a una dirección tendenciosa por donde nuestra alma es llevada? ¿Cómo separar entonces entre opinión y conocimiento, entre apariencia y verdad? Bien sabemos que es la apariencia lo que persuade y nunca la verdad. ¿Cómo llegar a la verdad sin una construcción metafísica que la respalde, sin un mundo de las ideas que asegure su pureza? Hay un texto muy pequeño que solemos citar de Nietzsche llamado “Sobre verdad y mentira en el sentido extramoral”, en el cual Federico afirma que la verdad no es más que un acuerdo, una convención que respetamos para poder vivir de forma más segura, con cierto grado de entendimiento y previsibilidad. Buscar la verdad, en este sentido, no es otra cosa que buscar la seguridad, nuestra seguridad de individuos que comparten un habitad y se relacionan dentro de una sociedad. El objetivo final no es no ser engañado, no ser seducido por un discurso mentiroso, sino no ser perjudicados por el engaño, por las consecuencias hostiles de ciertas clases de embustes. Agregaba Federico: “Que la verdad sea más valiosa que la apariencia, eso no es más que un prejuicio moral; es incluso la hipótesis peor demostrada que hay en el mundo.”       

 

Lucas Itze.-

 

Canción elegida para la editorial

 


IMPRESIONES PARA QUO VADIS, AIDA?

 


“–Me despierto y siento que está vivo –dice una, dicen todas–. Me voy desinflando mientras pasa la mañana. Se me muere al mediodía. Resucita en la tarde. Entonces vuelvo a creer que llegará y pongo un plato para él en la mesa, pero se vuelve a morir y a la noche me caigo dormida sin esperanza. Me despierto y siento que está vivo...” La pluma de Eduardo Galeano imaginaba perfectamente a ciertas madres de estas tierras en Memoria del Fuego. Siempre con las palabras justas, el escritor uruguayo nos dejaba con un nudo en la garganta. Mas adelante agregaba: “Las llaman locas. Normalmente no se habla de ellas. Normalizada la situación, el dólar está barato y cierta gente también. Los poetas locos van al muere y los poetas normales besan la espada y cometen elogios y silencios. Con toda normalidad el ministro de Economía caza leones y jirafas en la selva africana y los generales cazan obreros en los suburbios de Buenos Aires...” Años más tarde, esa pluma apuntaba contra los mismo de siempre cuando hablaba de otro conflicto: “Donde dice: Misión humanitaria, debe decir: Misión publicitaria. "La próxima guerra mundial se hará con piedras", había anunciado Albert Einstein, pero a la vista está: no es exactamente con piedras que se ejecutan sus ensayos. Esta interminable misión humanitaria contra Yugoslavia esta dejando sin misiles a las potencias occidentales. Las empresas consagradas a la industria más prospera del mundo están fabricando nuevos misiles, a todo vapor, para abastecer al Pentágono y a sus socios del otro lado del mar. Lo mismo había ocurrido, antes, en el caso del Irak. La demanda de misiles agotaba los stocks de la industria bélica y de las fábricas de juguetes. A fines del año pasado, en mi ciudad, Montevideo, el misil era uno de los juguetes mas solicitados por los niños como regalo de Navidad. En abril de este año, las armas utilizadas contra Yugoslavia han sido las mas exitosas en la gran feria bélica abierta en Río de Janeiro”. Concluyó Galeano. 



Las misiones humanitarias son ese juego donde los países más importantes tienen que demostrar que le importan los países más conflictivos. Así, se han dado una vuelta por varios países africanos, por la vieja Yugoslavia, por Afganistán, Irak y siguen las firmas. Disfrazados de Cascos Azules, OTAN o Cruz Roja, estarán allí ante las cámaras. Pero las cámaras se apagan cuando empresas como Boeing, General Motors, Ford, IBM, Motorola, Microsoft y Sony financian una reunión cumbre de la OTAN en Washington. ¿A qué se debe la reunión preguntarán algunos? Para proporcionar vehículos, computadoras, equipos de sonido y todo lo necesario para que los altos mandatarios pudieran llegar a su conclusión más importante: la guerra. Meses después, los llamados daños colaterales estallaron en diferentes partes de Yugoslavia. Daños colaterales que vendrían en forma de hombres, mujeres y niños. Pero... ¿A quién le importa? Por su parte, las misiones de las Naciones Unidas también han tenido sus idas y vueltas. Pero de solo saber que el poder de veto lo tienen los cinco países más poderosos del mundo (China, Rusia, Francia, Estados Unidos y Reino Unido), no queda mucho margen para saber como pueden llegar a negociar. Mientras, los cascos azules se internan en lugares tan disímiles como Nicaragua, Ruanda o Bosnia con sus “áreas seguras, libres de ataques y otras acciones hostiles” pero siempre haciéndole caso al jerarca más poderoso. Y así como nuestras madres rondaban con sus pañuelos en la cabeza, en diferentes partes del mundo, también empezaban a caminar en busca de sus hijos perdidos. Acá entonces nacieron Las Madres de Plaza de Mayo mientras que en Bosnia nacieron las Madres de Srebenica, quienes con su fundación establecida en los Países Bajos, buscaron encontrar a los responsables de las masacres ocurridas en esas tierras. Masacre ideada por los serbios pero con gran responsabilidad de las Naciones Unidas. 



Sobre la base de ese conflicto se situará el film Quo Vadis, Aida? de Jasmila Zbanic. Basada en el libro de Hasan Nuhanovic “Bajo la bandera de la ONU: la comunidad internacional y el Genocidio de Srebrenica”, un ex intérprete de la ONU que perdió a sus padres y a su hermano allí. En este caso quien oficiará de traductora en el campo de refugiados será Aida, interpretada magistralmente por Jasna Duricic. Toda película de guerra es anti armamentista. Todas, lógicamente, son políticas. La directora en este caso elige un punto de vista. Hablará más con lo que no se muestra. No será necesaria la crudeza para que los estómagos se retuerzan. Ahí radicará uno de los grandes aciertos del film. En la inteligencia de lo que no se debe mostrar, porque imaginarlo, a veces es mucho peor. Lo que si se ven son las caras cansadas, sufridas. Rostros en primer plano que nos transportan, con silencios que dicen todo. Sobre todo en la protagonista. El guión seguirá una linealidad que se romperá con algún pequeño flashback. Recuerdos de tiempos mejores. La historia es sencilla. Aida es la traductora del campo de refugiados donde están su marido y sus dos hijos. Cuando las fuerzas de paz arreglan la negociación con las tropas enemigas, ella tendrá la certeza de que de alguna manera tiene que salvarlos. La película poco a poco se transformará en un thriller que seguirá las andanzas de Aida para lograr su objetivo. La fotografía será de colores fríos, donde los azules, marrones y grises estarán a la orden del día, a pesar del abrazador sol que hay en las afueras. 



El montaje será dinámico e irá plano por plano desde el comienzo. La cámara recorrerá el campo con paneos lentos pero se acelerará cuando haya más tensión. Habrá travellings donde correremos con la protagonista por todo el campo. La música acompañará los instantes más solemnes. Y habrá palabras. Habrá lenguaje. En inglés, holandés, serbio o bosnio. Y habrá miradas y gestos, que no hacen falta traducir. Pero entre tanto idioma, será su voz la que no sea escuchada. Sólo podrá anunciar falsas promesas que ella misma sabe no llegarán a nada. Su desesperación se hará más fuerte a medida que pasa los días. La guerra estará más allá. La denuncia será, esta vez, por la inoperancia de los cascos azules holandeses enviados por la ONU. Aida, como todos nosotros, intuye el final y quiere salvar vidas pero ante todo, es una madre. ¿Como se decide entre un hijo u otro? ¿En qué mente se habrá generado semejante aberración? Ella será miedo, angustia, coraje y esperanza en el medio de todo el caos. Una esperanza que ni ella piensa en creer. Pero que quizás es la única manera de mantenerse viva. Y en la sonrisa de esos niños encuentra esa inocencia que cree haber olvidado. Y por ellos quizás seguirán luchando. Por rescatar esas sonrisas que nos robaron hace tanto tiempo. Pero que siempre estarán presentes en su lucha. Las luchas de las madres del amor.

 

Marcelo De Nicola.-

 

Canción post impresiones

 


UNIVERSO ZBANIC

 


Jasmila Zbanic nació en Sarajevo el 19 de diciembre de 1974. Žbanić asistió a escuelas locales antes de asistir a la Academia de Artes Escénicas de Sarajevo, donde se licenció. Trabajó durante un tiempo en los Estados Unidos como titiritera en el Bread and Puppet Theatre con sede en Vermont y como payaso en un taller de Lee De Long. En 1997, fundó la asociación de artistas "Deblokada" y comenzó a realizar documentales y cortometrajes. Después de su regreso a Bosnia y Herzegovina, fundó la asociación de artistas "Deblokada" (que significa "desbloqueo"). A través de Deblokada, Žbanić escribió y produjo muchos documentales, obras de arte en video y cortometrajes. Su trabajo se ha visto en todo el mundo, se ha proyectado en festivales de cine y se ha mostrado en exposiciones como el Manifesta 3 en Eslovenia en 2000, el Kunsthalle Fridericianum en Kassel en 2004 y la Bienal de Estambul en 2003. Desde entonces ha realizado largometrajes de gran acogida. Empieza a ser reconocida en el año 2006 gracias al film Grvabica (Sarajevo, mi amor), sobre una madre que le niega un certificado a su hija para que no descubra la verdadera historia de su nacimiento. Logra el Oso de oro en el Festival de Berlín



En 2010 sigue con En el camino, la historia de una joven pareja que quiere superar ciertos obstáculos como el alcoholismo del joven, que para dejarlo se empieza a transformar en un fundamentalista religioso. En 2013 filma For Those Who Can Tell No Tales sobre una turista australiana descubre el silencioso legado de las atrocidades cometidas en tiempos de guerra cuando llega a un pequeño pueblo y aparentemente idílico en la frontera entre Bosnia y Serbia. Un año después se vuelca a la comedia con el film Love Island, sobre una pareja bosnia que se va a una isla croata y se sienten atraídos por una hermosa mujer. En 2015 filma el documental One Day in Sarajevo sobre el centenario del asesinato de Francisco Fernando, el heredero al trono del imperio austrohúngaro, que desencadenó la Primera Guerra Mundial. Su último film fue Quo Vadis, Aida? con el que logra el reconocimiento internacional con nominaciones en los Oscars, Bafta y logrando los galardones a Mejor Película, dirección y actriz en los Premios del Cine Europeo.

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: Quo Vadis, Aida?

Año: 2020

Duración: 104 min.

País: Bosnia y Herzegovina

Dirección: Jasmila Zbanic

Guión: Jasmila Zbanic

Música: Antoni Lazarkiewicz

Fotografía: Christine A. Maier

Reparto: Jasna Djuricic, Izudin Bajrovic, Boris Ler, Dino Bajrovic, Boris Isakovic, Johan Heldenbergh, Raymond Thiry, Emir Hadzihafizbegovic, Joes Brauers, Reinout Bussemaker, Teun Luijkx, Ermin Sijamija, Alban Ukaj, Rijad Gvozden, Juda Goslinga, Ermin Bravo, Sanne den Hartogh, Micha Hulshof, Sol Vinken, Emina Muftic, Job Raaijmakers, Drazen Pavlovic

 

PELÍCULA COMPLETA

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