EDITORIAL
Son
las 15:30 y todavía no escribo una oración. No me animo a atravesar el límite
de mis sentidos. Sigo fiel a ellos. Obediente. Todo comienza en algún punto y
termina en otro. No logro ni siquiera imaginar la infinitud de las cosas. El
ruido del aire acondicionado me molesta AHHHHHH!!!! No me deja pensar. Quiero
salir. Debería ir a comprarme una
cerveza bien helada y tomarla bajo la sombra de algún árbol. Pero no en
cualquier árbol. No en cualquier sombra. Tendría que hacerlo…
Pasaron
30 minutos desde que comenzó el dolor de cabeza ante la necesidad de escribir
algo que este a la altura de las circunstancias. Debería haber escrito algo más
que nueve renglones y estar, por lo menos, abriendo la segunda cerveza. Pero
no, lo único abierto son mis sentidos y la nula posibilidad de pasar por encima
de ellos. Trato de pensar en aquellos límites. Los imagino y les doy forma
dentro de mi cabeza. Veo un campo abierto, no hay árboles, no hay cielo. Creo
que es de día porque logro divisar un verde y brilloso césped y al fondo una
línea blanca como de cal. No. Eso no me sirve. Solo me recuerda épocas que no
quiero volver a vivir y me entristezco por amigos que no la están pasando nada
bien. A ver… una puerta. No la puedo imaginar. Solo la puedo ver y está
abierta. Así y todo no puedo atravesarla. No a esta hora y ella lo sabe muy
bien. Y se ríe viendo al cuervo morir dentro de una jaula abierta. Puerta de
mierda!! Te prendería fuego ahora mismo pero hace demasiado calor. Tengo en
realidad más ganas de salir a tomarme una bien fresca y olvidar…
Ya
sé que voy a hacer. Me voy a olvidar de todo. Dejar que el pasado, el presente
y la idea del futuro se entremezclen. Dejar de pensar que en este mismo
instante la señora muerte sigue en su banquete infinito devorándolo todo con
una calma desquiciada mientras la estúpida humanidad se atraganta con las
sobras creando una especie aún más estúpida. Porque no sólo se deja carnear
sino que se va auto condimentando mientras le pregunta a la que viste de negro
si le sienta bien el sabor que va adquiriendo. Dejar de pensar para comenzar a
sentir. Como cuando estoy en este lugar. Con gente que primero me enseña y
luego invita a atravesar determinadas fronteras. Porque si estoy acá y ahora es
porque un día deje de esperar y comencé a hacer. Sí. Con
una lanza en la mano me voy a plantar ante cualquier cosa que tenga que venir.
De esa manera sé que puedo besar a la serpiente en la lengua y ella no me
morderá. Me invitara a subirme a su lomo y me paseara, frágil, lenta y
peligrosa. Seré un jinete atravesando la tormenta hasta que decida el momento
del final, cuando tenga noción de haber atravesado todos los límites, todas las
puertas…
Alan
Beneitez.
Canción elegida para la editorial
También sonó:
FICHA
TÉCNICA
Título
original: The Doors
Año:
1991
Duración:
135 min.
País:
Estados Unidos
Director:
Oliver Stone
Guión:
J. Randal Johnson & Oliver Stone
Música:
Olivia Barash (Canciones: The Doors)
Fotografía:
Robert Richardson
Reparto:
Val Kilmer, Meg Ryan, Kevin Dillon, Kyle MacLachlan, Frank Whaley, Michael
Madsen, Billy Idol, Kathleen Quinlan, Michael Wincott, Bruce McVittie, Dennis
Burkley, Josh Evans, Costas Mandylor, Crispin Glover, Mimi Rogers, Sam Whipple,
Josie Bissett, Kelly Hu, Titus Welliver
Sinopsis
Jim
Morrison, cabeza visible de The Doors, para muchos fue un regalo de Dios; para
otros, un vástago del Diablo. Vivió al límite, en una anárquica carrera
autodestructiva salpicada de escándalos y arrebatos de ira y de pasión que lo
hundieron en un abismo de sexo, alcohol y drogas.
Trailer
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