PROGRAMA 401 (10-03-2023)
SINOPSIS
En el transcurso de
un día a bordo de un yate de vela se establecerá un extraño triángulo entre
tres personas, una pareja y un hombre, de diferentes estratos sociales,
convirtiéndose la mujer en el centro de una lucha de poder entre los dos hombres.
(FILMAFFINITY)
EDITORIAL
Solo vine a ver el jardín dijo, luego caminó unos pasos y volvió a repetirlo. Sus pequeños pies descalzos crujían sobre las hojas secas. Solo vine a ver el jardín. Miró hacia los costados y no encontró nada que la ate a ese lugar. Los árboles se erguían con sus filosos brazos, sus sombras desesperantes huían en busca de nuevas formas. La noche de los cuerpos se estrellaba contra el oscuro firmamento. Alejandra había alertado que la jaula se había vuelto pájaro y se había volado. ¿Qué haremos ahora con el miedo? La noche envolvió las rosas y ya no fueron las rosas. La noche bañó sus manos y ya no fueron sus manos. ¿En qué jardín habrá caído su inocencia? ¿Cuál habrá sido la pregunta que la condujo a este abismo? El viento susurró una historia y le acarició el pelo con su mano invisible. Sus ojos se pulverizaron para siempre con aquel relato. Ya no volvió a ver nunca más la rosa, escaparon para siempre de aquella forma sus manos.
¿Cómo explicar
tanta angustia? Las criaturas de la noche devoraron definitivamente toda
esperanza. Ahora, ella se aleja de su cuerpo ahogándose entre un mar de
palabras que gritan sin sentido. El murmullo de la muerte siempre está vacío de
sentido. Solo vine a ver el jardín, se repitió de nuevo para ella. ¿Cómo reproche?
No, se lo repitió para que aquella realidad dialogue con honestidad de una
maldita vez con la mentira. Se lo repitió para no creer. Para que sus ojos
duerman el sereno sueño del engaño. La noche nace en las venas de la pequeña
Alicia engullendo su cuerpo. Ya no será ella cuando despierte. ¿Reconocerá sus
manos entre tanta muerte? ¿Gobernará sus dedos para secar sus mejillas? ¿Cuál
será el jardín que ella vea cuando el sol amanezca en su mirada? La muerte
inventa la noche. El olvido se olvida de ella.
Lucas
Itze.-
Canción
post impresiones
IMPRESIONES PARA EL CUCHILLO BAJO EL AGUA
“Por privilegio de su impunidad, el poder se da el lujo de vivir en estado de perpetua distracción: se olvida de todo, se equivoca, no sabe lo que dice, ni se da cuenta de lo que hace” escribió alguna vez Eduardo Galeano. Ese poder es lo que muestra la real cara de cierta gente, que muchas veces rozan la vergüenza ajena debido a sus decisiones incomprensibles ¿Y cómo generaron ese poder si son personas tan poco inteligentes y empáticas? Hay varias de formas de escalar en el status social y, no vamos a descubrirlo ahora, ese mismo círculo poderoso busca beneficiarse de esas personas para sacar tajada. Un títere fácilmente manejable, siendo más claros. Y en muchos casos, ensimismados en peleas en las que otros no gastarían ni un gramo de su energía. En ese poder también está implícito el sistema patriarcal de la sociedad que descendemos. Allí radica la importancia de mostrarse como el hombre duro, no solo hablando en cuanto a la masculinidad sino en diferentes aspectos. De ahí el famoso “Yo por mi naturaleza de hombre puedo con todo”. Esto último, es algo que se marca en los comienzos en el personaje de Andrzej, el protagonista del primer largometraje de Roman Polanski “El cuchillo bajo el agua”. El polaco demuestra que teniendo una buena premisa y un buen guión (co escrito junto a Kuba Goldberg y Jerzy Skolimowski), sirven para que el argumento sea ingenioso.
El film comienza con una pareja en un auto siendo manejado por ella. Luego intercambiarán roles y aparecerá alguien haciendo dedo, quien casi es atropellado por conductor. Ya en esas primeras charlas aparecerán los primeros comentarios machistas del esposo. A pesar del incidente, decide subir al joven y hasta lo invita al velero a navegar con ellos. El director confesó que tenía pensado algo más teatral pero que después tuvo que cambiar de idea. Pese a eso, logró algo muy usual en él… que casi todo el metraje se ruede en un pequeño espacio escénico, en este caso, el velero. Ya desde ese comienzo, las miradas y la excelente banda musical, logran crear una tensión sexual en el ambiente. Incluso muchos planos jugarán con lo fálico, desde el cuchillo que da nombre al film hasta el mástil del pequeño barco. Nosotros asistiremos como meros voyeurs a esa disputa entre el marido, de profesión periodista y el joven del cual, y no es un pequeño detalle, ni sabremos su nombre. Inmediatamente la mujer pasará a un segundo plano, los encuadres se quedarán casi obsesivamente con los primeros planos de esos dos hombres en una pelea entre dos formas de vida. Así, ya desde la puesta en escena, confirma en las imágenes el conflicto narrativo. La cámara muchas veces también se posará desde atrás de los protagonistas, para hacernos más espectadores. A pesar de que por momentos parece que no pasa nada, el director siempre nos mantendrá atentos a la pantalla. Los pocos diálogos irán subiendo la energía, empezará ese juego de cazador cazado. Veremos los dos opuestos enfrentarse entre sí.
El hombre de experiencia, su vida burguesa y su
arrogancia de sabérselas todas, cual capitán de barco, versus el joven humilde
que transita su vida sin apuros ni objetivos claros, aunque ciertamente
nihilista. Y en el medio ella, casi como objeto de batalla. Pero será en ese
momento donde Krystyna, la mujer, dejará de pasar desapercibida y empezará a
plantear sus cuestionamientos a su pareja. Así ganará confianza y logrará
desafiar a su despótico esposo. Las escenas dentro de la embarcación, en un
espacio minúsculo crearán claustrofobia y tensión en partes iguales, ayudadas
por ciertos silencios que, como sugiere el título del film, se cortan con un
cuchillo. Objeto que será la clave en el cambio del curso dramático de la
película. Como decía Chejov “Si en el primer acto tienes una pistola colgada de
la pared, entonces en el segundo o tercer acto debe ser disparada. Si no, no la
pongas ahí”. La caída al agua del objeto será el punto cúlmine para una pelea
entre el hombre maduro y el joven rebelde. Una pelea que derivará en
importantes consecuencias para la tríada protagonista. El final será con un
plano del auto frente a dos caminos donde habrá que elegir uno. Será una
metáfora sobre el destino que tendrá que decidir Krystyna, si seguir con su
vida burguesa, acomodada y carente de afecto al lado de su marido o entregarse
por una vida abierta, sin lujos y soñadora como la que persigue el joven
desconocido. En definitiva, si vivir la vida del marinero o el capitán…
Marcelo
De Nicola.-
Canción
post impresiones
UNIVERSO POLANSKI
Nacido en París en
1933, es uno de los directores más reconocidos que quedan con vida del siglo
XX. Sus padres se mudaron a Cracovia en 1936. Su madre, pese a no ser judía,
murió en el campo de concentración de Auschwitz, su padre, en cambio, se salvó
por poco. Siendo muy joven, ya empezó a interesarse por el mundo del cine y
comenzó su carrera como actor teatral. Más tarde cursó estudios en la Escuela
de Cine de Łódź.
A los 21 años rueda
el corto Rower (La bicicleta, 1955), en el que él también
actúa con el papel principal. Le siguieron Rozbijemy zabawę...
(1957), Uśmiech zębiczny (1957), Dwaj ludzie z szafą (1958)
(Dos hombres y un armario), Lampa (La lámpara, 1959) y Gdy
spadają anioły (1959) (Cuando los ángeles caen). En 1961 empieza a
filmar El cuchillo en el agua, donde un drama entre dos hombres de
distintas clases sociales que se encuentran en un yate y pelean por el amor de
una mujer. El film, fue nominado al Oscar y el director empezó a hacerse
famoso. En el medio rodó un cortometraje en Francia. Ya en 1965 filma Repulsión,
un drama psicológico surrealista filmado en el Reino Unido, con una bella
Catherine Deneuve en el papel principal. Gana el Oso
de Plata en Berlín. Un año después filma la comedia
negra Cul-de-sac (Callejón sin salida), que nos cuenta la
historia de dos mafiosos que se refugian en un castillo donde viven un inglés
con su esposa ninfómana. Oso de Oro en Berlín. En 1967
dirige La danza de los vampiros, una parodia hacia el género
del terror que obtiene muy buenas críticas. Allí conoció a su futura
esposa, Sharon Tate. En 1968 llega su película de culto, El
Bebé de Rosemary, dando el salto a Hollywood, en uno de los films más
reconocidos de la década.
1969 iba a ser el
año bisagra, por la muerte de su compositor musical en un accidente, pero
sobretodo, por el asesinato de su esposa Sharon Tate, quien
estaba embarazada, y otras cuatro personas más en su mansión de Los
Angeles, mientras Polanski estaba en Londres. Los asesinatos, fueron por
obra de la banda de Charles Manson, uno de los grandes asesinos en
serie de la historia. Vuelve en 1971 con una adaptación de Macbeth en
el Reino Unido. En 1972 filma en Italia ¿Qué? con Marcelo
Mastroianni, y en 1974 llega otra de sus obras cumbres. Chinatown,
con Jack Nicholson en un drama del cine negro ambientado en
los ´30. 11 nominaciones al Oscar, y premio a mejor guion.
Vuelve en 1976 a Francia para filmar El inquilino, otro thriller psicológico donde él es el protagonista. En 1977 fue acusado de abuso sexual a una menor llamada Samantha Geimer. Fue acusado por consumo de drogas, perversión y sodomía, así como por administración de estupefacientes a una menor de trece años. Según ella, Polanski la llevó a la casa de Jack Nicholson en Mulholland Drive con el pretexto de fotografiarla para la revista Vogue; pero una vez allí, le dio champán con metacualona, le tomó fotos con el pecho desnudo, la llevó a un jacuzzi y de allí la llevó al dormitorio, donde la violó a pesar de la oposición de la chica. Estuvo detenido 42 días, luego viajó a Francia, país en el que tenía y sigue teniendo la nacionalidad, evitando así el riesgo de ser extraditado a los Estados Unidos por el Reino Unido, pues de acuerdo con el tratado de extradición entre Francia y los Estados Unidos, Francia se puede negar a extraditar a sus ciudadanos, como hizo en este caso. En 1978 filma Tess, un drama de época sobre un libro de Thomas Hardy que se llevó tres premios de la Academia. Volvió a Francia para filmar Piratas, una película bastardeada por la crítica. Dirige a Harrison Ford y a su futura esposa 33 años menor, Emanuelle Seigneur en el film Búsqueda frenética de 1988 y cuatro años después llega la candente Perversa luna de miel, otra vez con Seigneur y Hugh Grant.
En 1994 filma La
muerte y la doncella, película sobre los efectos de una dictadura. Sigue
filmando en Francia y en el año 1999 sale La novena puerta,
donde Johnny Depp interpreta a un bibliófilo al que le
encomiendan encontrar dos textos satánicos, basado en la novela de Arturo
Pérez-Reverte, El club Dumas. En 2001 dirige El Pianista y gana
el Oscar a la mejor dirección, pero como no puede entrar a Estados Unidos su
premio lo recoge Harrison Ford. También gana la Palma de oro en Cannes.
En 2005
dirige una película con la que se identificaba, Oliver Twist,
basada en la novela de Charles Dickens. En 2010 llega El
escritor oculto, donde un escritor acepta escribir la auto
biografía del primer ministro británico pero poco a poco empiezan a complicarse
las cosas. En 2011 adapta la obra teatral de Yasmine Reza y la
titula Carnage, llamada aquí Un Dios Salvaje, sobre dos
matrimonios que discuten temas de sus hijos. El film no cambia de locación en
todo el metraje y junta a cuatro grandes actores: Kate Winslet, Christoph
Waltz, Jodie Foster y John C. Reilly. Su
último film fue en 2013, titulado La piel de Venus, la historia de
un director de teatro que no consigue a la mujer ideal para su papel, hasta que
aparece alguien que tiene todo lo que el detesta, pero que interpreta el papel
perfectamente. En 2017 llegó, otra vez con su esposa, Emanuelle Seigneur, D'après
une histoire vraie (Basado en una historia real), donde una escritora
empieza a ser atormentada por una admiradora. Su último film fue Yo acuso,
basado en el caso del capitán francés Alfred Dreyfus, acusado de traición por
espiar a Alemania a fines del siglo XIX. Se llevó varios galardones en
diferentes festivales.
FICHA TÉCNICA
Título original: Nóz
w wodzie
Año: 1962
Duración: 94 min.
País: Polonia
Dirección: Roman
Polanski
Guion: Roman Polanski, Jerzy Skolimowski,
Jakub Goldberg
Música: Christopher
Komeda
Fotografía: Jerzy
Lipman (B&W)
Reparto: Leon
Niemczyk, Jolanta Umecka, Zygmunt Malanowicz