lunes, 30 de junio de 2014

MULHOLLAND DRIVE

Programa 47 (03-03-2013)

Enlace del programa: https://www.youtube.com/watch?v=sSgFXhcXLDs

EDITORIAL

Esta noche lamentaré la luna. Sí. Lamentaré la luna y su piel. Lamentaré la luna y su piel pero su risa ya no será la de aquella sirena. Esta vez pasará desapercibido ese sonido que parece agraciado por alguna fuerza extraña, aun durante alguna efímera distracción mía. Aun lamentando la luna. Entonces incursionaré mar adentro, en un barco de papel, a las penumbras de mi ser y no oiré nada. No veré nada ni a nadie, ni siquiera a mí mismo. No me reconoceré moralmente exitoso al finalizar la velada. Seré piedra por fuera. Estaré seguro de aquel viaje y la veracidad de su éxito será comprobable. Hasta juraré que pensaba en vos. Lamentaba la luna y pensaba en vos. La marea se agitaba y el barco se envalentonaba de atravesar la dócil marea. Daré cuenta al que se me acerque de lo fácil que puede uno hacerse de sus miedos y sus errores para luego agradecer ese lamento. Quizás este a tiempo de tener que lamentar esta luna. Podré evitarlo borrando el tiempo para que el futuro no llegue nunca. Debería ser así y no llegará el momento de lamentar esta luna. Y no habría sirena. No habría efímera distracción, moral, mareas, barcos. No habría mar. Pero entonces tampoco habría miedos, errores ni lamentos. Habría mucho de nada, poco de vida.


Decididamente tendré que lamentar esta luna una vez más y será la última de estas lunas. Sera vida y será perfecto. Las paredes de la habitación atesoraran para siempre aquellos destellos de luz, y será cierto. Habrá un camino hacia atrás y por delante un sitio esperándome dar asilo. Siempre habrá un lugar a donde llegar de este modo. Dejare que el papel se comporte de manera natural, primero se mojará, dejará de tener forma de barco y luego se hundirá. Recién ahí saldré a flote, agitado. Tragando bocanadas de aire. Y el papel estará sobre aquella misma mesa esperando palabras sinceras de una vez por todas. La mesa en medio de la habitación. La habitación vacía y yo distraído, tratando de despertar alguna luna nueva, buscando nuevos miedos, atravesando otras mareas, besando a otras sirenas en el mismo lugar de siempre, quizás en otros; eso nunca se sabe cuando uno se sumerge por completo y se deja perder en el camino de los sueños…

Alan Beneitez

Canción elegida para la editorial



IMPRESIONES SOBRE MULHOLLAND DRIVE


La intuición es sabiduría nos develó en una conferencia sobre la meditación trascendental el propio David Lynch y con eso abrió varias puertas. Fuimos malamente advertidos ante este proceso de conocimiento. Quizás cuando nuestro reino de viejas y sabias arboledas, de inmensos campos verdes, de cielos infinitos, se transformó en esta pequeña parcela que habitamos, quizás cuando resignamos ser dueños del mundo, para levantar estas paredes de frio cemento donde cultivo mi miedo, quizás en aquella mudanza entre lo viejo y lo nuevo, hayamos perdido la intuición y con ella, también, parte de sabiduría. Para la psicología, la intuición, es el conocimiento que no sigue un camino racional en su construcción y formulación, por lo tanto no puede explicarse o, incluso, verbalizarse. 


Suelen presentarse frecuentemente como reacciones emotivas repentinas a determinados sucesos, percepciones o sensaciones. Sin duda esto que describimos, es el mundo Lynchiano. Será la intuición quien guie al propio director en su proceso creativo, tendrá esa maldita libertad que nos hará sentir un poco más miserables a los que le pedimos permiso al pie derecho para mover el izquierdo. Será la intuición la que gobierne cada escena, la que dicte la estructura narrativa. Será la intuición, nuestra única arma como espectadores para atravesar aquel oscuro bosque que son los films de Lynch. William Shakespeare escribió aquel desgarrador soliloquio donde Hamlet meditaba, taciturno, lo siguiente: Morir, dormir, no despertar más nunca, poder decir todo acabo; en un sueño sepultar para siempre los dolores del corazón, los mil y mil quebrantos que heredó nuestra carne. ¡Quien no ansiaría concluir así! Morir… quedar dormidos… Dormir… tal vez soñar! No cabe duda, que sobre estos cimientos se levanta gran parte de la filmografía de David Lynch. Aquellas filosas palabras, desgarran también, los sueños de Diana, protagonista de “Mulholland Drive” inmensamente representada por Noami Watts, quizás su mayor interpretación hasta el momento. 


El comienzo del film nos dará algunas pistas para transitar su curva dramática. Igualmente, el desconcierto vendrá pronto a nuestro encuentro. Destruirá certezas, teorías, pondrá en jaque nuestros conocimientos previos. Aquel vendaval nos atemorizará. Nos sentiremos nuevos frente a semejante obra. Será, entonces, cuando dejemos de luchar contra ella, cuando realmente comencemos a disfrutarla. Nos dejaremos llevar a través de su corriente y confiaremos en la intuición cuando tengamos la necesidad de pisar sobre suelo firme. David Lynch nos propone, nuevamente desde un ambiente con tintes surrealista, un relato de estructura no lineal. Tomarán las riendas de aquel universo el desplazamiento y la condensación, fuerzas que gobiernan el inconsciente, según la teoría freudiana. Y no estará mal. El relato sucede dentro de aquel espectro delimitado por el sueño, que no es otra cosa que una de las tantas maneras que encuentra el inconsciente para expresarse. Veremos dentro de este sueño, caracteres que cambian de nombre     repentinamente, terribles dualidades en sus personalidades, interminables repeticiones verbales de afecto desplazado. 


En algún momento, desde un escenario, alguien nos jurará que todo está grabado, que no hay banda. Que todo es una ilusión, aunque eso no nos tranquilizara, porque entenderemos las lágrimas de Diana como genuinas, a pesar de la mentira evidente. Las cosas irán empeorando, el film cambiara su paleta de colores de cálidos a fríos helando tanto la imagen como nuestro espíritu. Nos sumergiremos un poco en las frivolidades hollywoodenses y Lynch, en pocas imágenes, nos contará que el dinero no es la clave si la caja de ideas está vacía. Nos quedaremos con ese consejo, por lo menos los que soñamos alguna vez contar lo que sentimos a través de una película. Intentaremos seguir con la mente clara para que las ideas fluyan y apelaremos a nuestra sensibilidad para poder pescarlas. Defenderemos nuestro sueño, a pesar del dinero y de cualquier contratiempo. Soñaremos todo el tiempo, por más que los hijos del razonamiento insistan en mostrarnos los débiles hilos de nuestras ideas, intentando convertir toda nuestra magia en una horrible pesadilla.-

Lucas Itze.-

Canción post análisis


Nos encargamos de guardar algunos secretos pasadizos...


Y escuchamos algo de Zeppelin


Y todos seguimos pensando en La Llave


Y nos despedimos pensando si esto que pasó... no lo soñamos


FICHA TÉCNICA

Título original: Mulholland Drive
Año: 2001
Duración: 147 min.
País: Estados Unidos
Director: David Lynch
Guión: David Lynch
Música: Angelo Badalamenti
Fotografía: Peter Deming

Reparto: Naomi Watts, Laura Elena Harring, Justin Theroux, Ann Miller, Robert Forster, Brent Briscoe, Jeannie Bates, Melissa George, Dan Hedaya, Lori Heuring, Billy Ray Cyrus, Rena Riffel, Katharine Towne

Argumento

Betty, una joven aspirante a actriz llegada desde Ontario, se instala en Hollywood, en la casa de una tía que se marcha para hacer una película. En la casa se encuentra con Rita, una morena que, escapando de un secuestro, tuvo un accidente en Mulholland Drive, quedó amnésica, y se escondió allí.
Por otra parte, Adam, director de cine, está realizando un casting para dirigir su próxima película, aunque una extraña mafia le obliga a elegir a su actriz protagónica: Camilla Rhodes. Adam pasa por varios momentos en los que es amenazado para que la contrate, desde un mafioso italiano, hasta un extraño vaquero, a la vez que también descubre que su mujer lo engaña con el limpiador de la piscina.
Mientras, Betty ayuda a Rita a descubrir quién es, lo único que tienen son varios fajos de billetes de dólares y una llave azul. Rita recuerda el nombre de Dianna Selwyn, y después de intentar llamarla por teléfono deciden ir hasta la casa. Llegan al apartamento12 pero una vecina les dice que ahora se mudó al apartamento número 17. Una vez que logran entrar descubren que en la cama yace un cadáver y ambas salen corriendo.
Rita decide cortarse el pelo y ponerse una peluca rubia para que nadie la encuentre, luego de dormir juntas, se despierta diciendo unas palabras y recuerda un lugar: el Club Silencio. Allí hay un ilusionista, y una cantante que termina desmayada, mientras ambas lloran. Descubren en el bolso una caja negra donde va la llave que tiene Rita. Cuando llega Betty a la casa, la imagen de Rita desaparece. La casa se convierte en el departamento de Dianna, y aparece el vaquero que le dice: Preciosa, es hora de despertar…
De vuelta en la realidad, Dianna, tal su nombre real, va a una fiesta realizada por Adam y su novia, Camilla, el verdadero nombre de Rita. Ella llega a la fiesta, que en realidad era el compromiso de Adam y Camilla. Embriagada de tristeza, decide vengarse…

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sábado, 28 de junio de 2014

LETRAS PROHIBIDAS - QUILLS

Programa 46 (24-02-2014)


EDITORIAL

Blancas sábanas recorren tu cuerpo. Revolotean, juegan entre tus piernas, dejando al descubierto los más excitantes labios de pasión. Desde la lontananza te observo dando girones de placer, me encantaría poder gritarle al viento todas mis emociones, pero me han apagado la voz.
Se me ocurren infinitas palabras, algunas demasiados groseras, otras, con tanta dulzura como nunca recuerdes. Y aquellos déspotas del amor, que callaron mis gritos, no podrán nunca vomitar los mismos sentimientos como yo lo hago.
Ellos, nobles y aristocráticos vacíos de vicios y de virtudes, decidieron callar las voces del deseo, pero las palabras se encuentran vivas en cada mente, en cada corazón, en cada acto de amor.
Estos jinetes sin razón, sucumbirán ante el más puro orgasmo de placer, cada gota derramada será un puñal a sus desérticas vidas, a sus más sádicos pensamientos.
Bucearé entre la tinta para demostrarle al mundo que la pluma será mi instrumento, y tu cuerpo, mis pensamientos. Navegaré por las tempestades más provocativas para enrostrarle a esos seres vírgenes de humildad, los más lujuriosos actos de benevolencia.


Ahora, te tengo frente a mí, sólo esos pedazos de tela juguetean con tu cuerpo desnudo, perfecto, puro. Mis manos lo recorren parte por parte, deseando que ambos cuerpos se transformen prácticamente en uno sólo.
Tu blanca sonrisa, tu mirada angelical, rebotan y resplandecen ante los enormes espejos de la habitación. Es tiempo de redactar mi última obra, mi último testamento.
Te noto tan perfecta que no sé por dónde empezar, necesito un momento de lucidez mental para arrancar la obra. Juego con tu torso desnudo una vez más, mientras mis ojos se posan lentamente sobre tu espalda.
Ese es el punto de partida, la pluma arranca de izquierda a derecha, tus hombros sienten pequeñas cosquillas, se encojen, pero vuelven lentamente a su posición de origen.
Sigo con total cuidado desparramando mis ideas sobre tu espalda, hasta llegar casi hasta esa hermosa cintura, perfecta de toda perfección, casi esculpida a mano.
Me tomo unos minutos para que todo se seque, mientras me miras con ese rostro tan dulce, y tan audaz. Tu comprensión y tu alma llena de vida lo han sido todo, que no necesito más.
Te das vuelta con extrema cautela, arranco nuevamente y la tinta se desliza sobre tus redondos y perfectos senos, para desandar un sinuoso camino de mensajes. Voy bajando lentamente sobre tu vientre, mientras observo tu sonrisa inmune, irresistible.
De a poco voy llegando a la entrepierna, lo que me dice que es tiempo de ir finalizando la obra. Me encantaría juguetear un rato con mis manos, y hasta quedarme a vivir ahí, pero ya me queda poco tiempo.
Es tiempo de firmar el trabajo, si justo ahí, en el fruto de la más bella de las pasiones. Pido que te pongas de pie, mientras hago un paneo general de semejante figura. La tarea está terminada, es hora de mostrarle al universo mis últimas palabras, ya no en mi voz, sino en el maravilloso cuerpo donde abundan mis más sinceros pensamientos, donde fluyen las más hermosas verdades y donde nunca van a poder callar, mis más veneradas LETRAS PROHIBIDAS…

Marcelo De Nicola

Canción elegida para la editorial


IMPRESIONES SOBRE LETRAS PROHIBIDAS


El sexo solo es sucio si se hace bien, acertó alguna vez Woody Allen. El sexo, aquel lobo que nos devora desde adentro y que nos recuerda cuando nuestro hocico era capaz de proezas tales como reconocer al enemigo a una distancia prudente. Hoy cualquier pelele es capaz de mojarnos la oreja ante nuestro acartonado desconcierto y colgarse luego el cartel de matón de la cuadra. Será en aquel frenético naufragio en la tempestad de sabanas rotas, en aquella arena ardiente, donde nos despojaremos de la estúpida cárcel de palabras muertas que somos. Haremos, entonces, espacio a la sinceridad, se escabullirá por un instante la bella pantera que somos, dejaremos muy lejos la civilización y los buenos modales. Estallaremos en un rugido bestial, espantando por un rato a esa sombra siniestra que no se nos despega, llamada hipocresía. Será ahí donde te arrancare la ropa, donde seremos presa y cazador, donde te devoraré con mis dientes y desgarraré con mis uñas cada milímetro de tu cuerpo. Será ahí donde habrá sangre y risas, y será encantador. Es mentira que sea un caballero cuando nadie me ve, me decía un amigo entre copas, y nadie se atrevía a dudarlo ni por un instante. El film “Quills”, o “Letras prohibidas, la leyenda del Marqués de Sade”, según su menos encriptada reinterpretación latinoamericana, intenta echar algunas luces sobre aquel hombre de la bolsa que es el sexo. Doug Wright, desde el guion y Philip Kaufman, desde la dirección, deciden situar su narración durante los últimos años de la Revolución Francesa, su personaje, no será otro que el inefable Marques de Sade. 


A través de sus ojos, el film cuestionará valores tales como la moralidad, la religión y nos hará pensar en que son las mismas ataduras las que hoy en día no me permiten besar tus labios antes de preguntar tu nombre. ¿Qué harías si no tuvieras miedo? Me desafío una pared hace unos días, mientras caminaba distraído. Es el miedo el arma más perversa y de mayor alcance que exista. El día que lo venzamos, el día que logremos salir de nuestra casa sin mirar para ambos lados, habremos ganado la pulseada. Ese día seremos verdaderos dioses y brindaremos con aquel licor siempre negado que es la libertad. 


Es el miedo nuestra única y verdadera cruz, de eso ya no nos cabe ninguna duda. Dostoievski plantea el siguiente dialogo no sin certera puntería:
- Figúrese – dijo parándose ante mí-, figúrese una piedra del tamaño de una casa grande; está suspendida en el vacío y usted debajo de ella; si se le cae encima, en la cabeza, ¿sentirá usted dolor?
- ¿Una piedra como una casa? Horrible, claro.
- No hablo de horror. ¿Le causaría dolor?
- ¿Una piedra como una montaña, con un peso de millones de libras? Claro que no lo causará.
- Pero si está usted debajo de ella mientras está suspendida tendrá miedo de que le cause dolor. Todos tendrán miedo: el mayor sabio del mundo, el mejor
médico, todos. Todos sabrán que no causará dolor y todos tendrán miedo de que lo cause.


Será entonces por miedo que El Abate no bese a Maddy. Será entonces por miedo, que el mismísimo Napoleón ordene callar al Marqués. Será entonces por miedo que corten su lengua de un solo tajo, de la manera más sangrienta y dolorosa. Y nunca habrán entendido, que su rival ya tenia la guerra ganada desde antes de empezarla. Quizás, todo aquel quilombito no fue más que su ultima morbosidad. Tocarle el culo a la burguesía y luego sentarse a disfrutar de cada pequeña muerte.

Lucas Itze.-

Canción post editorial


También escuchamos esta canción:


Y nos fuimos con algo de Los Redondos: 


FICHA TÉCNICA

Título original: Quills
Año: 2000
Duración: 120 min.
País: Estados Unidos
Director: Philip Kaufman
Guión: Doug Wright
Música: Stephen Warbeck
Fotografía: Rogier Stoffers
Reparto: Geoffrey Rush, Kate Winslet, Joaquin Phoenix, Michael Caine, Billie Whitelaw, Patrick Malahide, Amelia Warner, Jane Menelaus, Stephen Moyer, Tony Pritchard, Stephen Marcus

Sinopsis

Francia siglo XVIII. El Marqués de Sade pasa los diez últimos años de su vida en el asilo Charenton. Allí entabla amistad con el abate Coulmier, con el que comparte el afecto de Madeleine, la lavandera del asilo. Cuando Napoleón envía a un médico para que cure su presunta locura, el temperamento rebelde del marqués se agudiza todavía más. Obtuvo tres nominaciones a los Oscar, incluyendo el de mejor actor (Geoffrey Rush).

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viernes, 27 de junio de 2014

FLORES ROTAS - BROKEN FLOWERS

Programa 45 (27-02-2014)


EDITORIAL

El universo es una perversa inmensidad hecha de ausencias, me dijo alguien alguna vez, y luego desapareció de mi vida para siempre. La soledad es plena, aunque a veces nos pensemos nadando en medio de una marea de gente. Este cascote flota, inmerso en un silencio de tumba y a su alrededor, nostálgicos seres festejan una fiesta que terminó hace rato. Bebiendo el último trago, ven caer el papel picado que arrojó alguien millones de años atrás, y al seguir su recorrido sueñan con danzas trasnochadas y se juran a los gritos aventuras fantásticas que se olvidaran al apoyar la copa. Quizás, entre tanta noche, nos aventuremos algún día al recuerdo. Hurgaremos desesperados entre aquellos deshechos de la memoria en busca de aquel abrazo, insistiremos hambrientos intentando evocar el sabor de aquel primer beso, pero nuestros esfuerzos serán en vano. Descubriremos rápidamente, que aquel reflejo del tiempo, aquella foto dibujada a mano, es tan caprichosa como quien la evoca. Un amigo me dijo que la anécdota es la mejor manera de contar la historia. Yo creo que esa narración es siempre cuestionable y que su finalidad solo se limita a adornar alguna postal mareada en el licor de la noche. Nos sentimos solos, y es desesperante. Probaremos, también, comunicarnos con aquella isla que camina a nuestro lado. Le gritaremos palabras que juraremos comprensibles, aunque las sepamos muertas.


Compondremos canciones sumergiéndonos laberínticamente, en acordes raros. Nos propondremos plasmar nuestra pena en una pintura abstracta para llamar su atención. Escribiremos libros y hasta programas de radios. Pero el silencio del otro lado será tan arrollador, que no nos quedaran fuerzas ni para llorar. Aquella isla que es el otro, quizás nos regale alguna sonrisa, alguna danza que mal interpretaremos o con alguna suerte, arroje alguna moneda de cinco centavos sobre nuestra mano mugrienta. La veremos alejarse con la misma velocidad con la que llego y en la despedida yo habré querido decirle, no sin egoísmo, he sufrido demasiado para encontrarte, quiero que te quedes y ella habrá entendido, seguramente, adiós, que tengas buena vida. Volveremos a ser, entonces, soledades arrojadas a la nada, una vez más. Llenaremos aquel vacío con recuerdos ficticios y aquella luna que insistí en regalarte tantas veces, iluminará, otra noche más, mis flores rotas.

Lucas Itze.-    

Canción elegida para la editorial


IMPRESIONES SOBRE FLORES ROTAS


El pasado no existe, el futuro todavía no está aquí, lo único que tenemos es esto, el presente”. Este es el consejo con tintes filosóficos que le da Bill Murray  en su excelente interpretación del  personaje de Don Johntson, Johntson con “T”, al chico de la escena final en “Broken Flowers”, genial relato audiovisual de nuestro gran amigo Jim Jarmusch. Podemos recordar aquí a la tortuga sabia de Kung Fu panda, quien organiza la frase de forma mucho más eficaz aunque su resultado sea mucho menos verosímil. Ella dice, con lentitud de sabio y con cansancio de viejo lo siguiente: “El ayer es historia, el mañana es un misterio, pero el día de hoy es un regalo, por eso se llama presente”. 


Flores Rotas intenta dialogarnos sobre “el tiempo” y curiosamente es el tiempo en el cine, sino también en la vida, una ilusión más. Mediante la utilización de la herramienta de montaje, el tiempo del relato, culmina siendo una construcción resultante de la yuxtaposición de planos. Entonces, entenderemos que a través del uso del fundido a negro, el tiempo transcurrido en el relato es mayor al de un fundido encadenado y menor a estas dos puede serlo la unión de planos por cortes. Esta manipulación temporal, quedara plasmada en todo el viaje realizado por Don, donde a través del uso de las elipsis, construiremos con la mínima cantidad de plano aquella ilusión del tiempo continuo y fluido. Siempre me sedujo la composición del personaje de Don. Es un carácter casi sin reacciones. Es gris y sin interés por nada. Ni siquiera reacciona al recibir aquella carta anónima diciéndole que había sido padre hace 18 años. Será Wilson, su vecino, el ayudante en términos de Campbell, su Watson quizás, el que le insista a realizar el viaje. Y Don lo hará, y caerá en la absurda tentación de buscarse en el recuerdo, de contestarse las preguntas de hoy utilizando desesperadamente las respuestas de ayer.  Y viajará a su pasado, buscando a sus viejos amores. En su primer encuentro, lo recibirá Lolita, la hija de Laura, personaje que sirve de cita directa a la precoz protagonista de la maravillosa novela homónima de nuestro gran amigo Vladimir Nobokov. 


Lolita lo recibirá desnuda, con sus hormonas adolescentes hirviendo, quizás en una clara referencia al Don Juan que supo ser Don. Luego llegara a la casa Laura, interpretada por Sharon Stone, se verá hermosa, aunque quizás este adjetivo en Sharon sea redundante. Se alegrará por el encuentro pero sin embargo no podrá ocultar nunca ese dejo de melancolía en sus ojos. Aquella mirada se llenará de fantasmas, de muertes cicatrizadas, de anécdotas con olor a naftalina, viejos acreedores en la búsqueda salvaje de cobrar vaya uno a saber que deuda. Don continuara su viaje, ira cada vez más lejos respecto al espacio y también a su tiempo y en cada encuentro el desencanto lo inundará todo. Finalmente, luego de varios periplos, decidirá volver a su casa y lo hará sin ninguna respuesta. Y será ahí donde se encuentre con aquel chico que citamos al principio. Y con las mismas ganas de Don, creeremos ver en él al hijo desconocido. 


Don le intentará explicar que lo único que tiene para él es el presente, pero el chico correrá prudentemente, guardando su lugar en aquel pasado donde nadie saldrá lastimado. Don quedara parado, tan solo como antes, pero con la certeza de haber comprendido que no hay que realizar grandes viajes para encontrarse a uno mismo. Se los digo yo, que me he buscado en todas partes para un día encontrarme jugando en la puerta de casa cuando ya no tenía nada que decirme.

Lucas Itze.-    

Canción post análisis


También sonó esta canción


Y nos fuimos esprando ser libres, al fin
  

FICHA TÉCNICA

Título original: Broken Flowers
Año: 2005
Duración: 105 min.
País: Estados Unidos
Director: Jim Jarmusch
Guión: Jim Jarmusch
Música: Mulatu Astatke
Fotografía: Frederick Elmes
Reparto: Bill Murray, Jeffrey Wright, Frances Conroy, Julie Delpy, Jessica Lange, Sharon Stone, Tilda Swinton, Chloë Sevigny, Alexis Dziena    

Sinopsis


Don Johnston, un hombre maduro y soltero empedernido, ha sido abandonado por su última conquista, Sherry. Su vida sigue tan rutinaria como siempre, hasta que de poronto una carta color rosa se interpone en su camino.  Es de una antigua novia que le informa que tiene un hijo de diecinueve años que podría estar buscándolo. Al enterarse, su vecino Winston decide armarle un plan para tratar de adivinar quién es la remitente de la carta. El viaje le traerá viejos recuerdos, pero también más de una sorpresa…

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miércoles, 25 de junio de 2014

BAILARINA EN LA OSCURIDAD - DANCER IN THE DARK

Programa 44 (10-02-2014)



EDITORIAL

Ya pudiste alimentarte sin recurrir a la cabeza gacha. Sabes cuantos pasos son desde la felicidad a la tristeza y viceversa. Amaste hasta las 3 del otro día. Aprendiste a correr debajo de la lluvia intensa solo por placer. Caminaste despierto por las vías del tren una noche. Y todavía seguís con miedos. Buscas la confianza en otra persona para solucionar dolores ajenos a tus conocimientos para aprender luego que el perro es fiel y caga en cualquier lugar. Luego de un tiempo, también, te das cuenta de que es el mismo Dios el que te ata una pierna a la piedra pero que no te permite lanzarla al río, entonces no tenes más remedio que sentarte encima de ella y ponerte a llorar. El llanto termina con el amanecer de un nuevo “yo” creyendo en cosas más necesarias y entonces te salvas nuevamente. Un día te cansas de ir por la vida derrochando miserias sin asco, mientras aquel tipo en la calle se fuma el hambre con tabaco barato, y volves a renacer. Te cansaste de cargar a tus padres con tus humillaciones. Ahora tus hijos te miran con atención. 


Te cansaste de vivir una vida en la que pudiste haber hecho las cosas de otra manera. Pudiste haber juzgado con otros ojos, pudiste haber roto más vidrios sin lastimarte. Pudiste haber aprovechado la fuerza de tu cuerpo con más amor. Ahora ya no hay tanta luz pero te vas a descansar feliz de que ya no quedan almas por salvar. Todos inmersos están en un lago de perversidad y de estupidez innecesaria. Nadie se sentirá ahogado, por eso no importara. Mientras tanto aquel recién nacido llorará por los que aún no lograron morir. Ya no quedaran sentimientos por nombrar. En aquella esquina quedará sola esa mujer y yo la veré. Una lágrima suya me pertenecerá por un instante. Y a pocas cuadras se celebrará un casamiento en donde todos desearán estar enamorados. Alguien amará a aquella dama quien no lo ve. Entonces enloquecerá y matará, pero la flor en su espalda justificará el crimen y hasta lo hará bello. Ya no quedarán pecados que cometer. La selva seguirá intacta y todavía no existirá aquel capaz de acabar con la cucaracha. A nadie va a importarle. Ya no asqueará pisar alguna con los pies descalzos. Ya no quedará nada por ver. Ya se habrán inventado hasta las cosas más innecesarias que se puedan inventar y todavía se seguirá esperando sentir más asombro. Nadie va notarlo pero eso no importará. Siempre habrá alguien amando desde las sombras y no va a importarle que el resto no lo perciba. Solo el hecho de actuar por amor dará oxígeno a este mundo cruel. Será el tesoro que no se ve, será la bailarina en la oscuridad.

Alan Beneitez.

Canción elegida para la editorial


IMPRESIONES SOBRE BAILARINA EN LA OSCURIDAD


Lucio Mancilla apunto alguna vez, con la claridad de un relámpago, lo siguiente: El hombre debe ser observado y juzgado por sus obras chicas, no por sus obras grandes. En el cumplimiento de las últimas, está interesado generalmente el honor y el crédito, el amor propio y el orgullo, el egoísmo y la ambición. En el cumplimiento de las primeras no influyen ninguno de estos poderosos resortes del alma humana, sino la conciencia. Selma, magistralmente interpretada por la cantante Björk, estaba completa de pequeñas obras, pequeños actos que no hacían mas que demostrar su grandeza. Selma, quizás uno de los personajes más hermosos y trágicos que este que escribe, haya conocido jamás, era una mujer dulce, ebria de fantasías, danzando inocente en un almuerzo de lobos. Esa inocencia que la invitaba a bailar, a escuchar música donde otros solo oían maquinas, la llenaría de fuerzas para soportar la fabrica, el trabajo duro, alienante y mal pago, la mentira, la traición y también la muerte. En sus ojos, que se van apagando en aquella noche negra, podemos descubrir esa ternura e inocencia que ya habíamos visto en una cinta mucho más vieja. En esa mirada, perdida por la ceguera, en esos ojos que todo lo miran y no miran nada, creo recordar a la hermosa Mouchette, aquella bella niña de ojos gigantes y tristes, los mas tristes quizás, que supo contarnos Robert Bresson una noche sin luna. 


La temática de los relatos quizás sea diferente, la angustia que dejan, les juro, es la misma. Lars Von Trier es sin duda un cineasta maldito. Es Artaud ahogándose en un vomito de cinismo, es Bukowski riéndose de Chinaski, es Kerouak desnudando a una joven mexicana y también es Burroughs destrozando la cabeza de su mujer de un balazo. Bailarina en la oscuridad es un relato trágico y doloroso, una espina furiosa que no deja de gritarnos en la cara lo horrible que puede ser este ladrillo donde vivimos. La apuesta esta perdida hace rato y eso es lo que nos humedece los ojos una y otra vez. Porque el plan está funcionando, con precisión de cirujano. No olvidemos que el que nada en su bondad puede resultar igual de miserable que la peor de las bazofias. Nadie escapa a su piel, nadie está a salvo de nosotros mismos. El film, desde esta perspectiva, logra, una vez más, un análisis profundo sobre las relaciones humanas, sobre la maldad y el individualismo. En su tratamiento, podemos percibir cierto aroma al Dogma 95, con sus cámaras en mano, sus cortes temporales, su fotografía hiperrealista. 


El tiempo narrativo del relato estará escindido a través del uso de flashes oníricos, en donde se trabajará, mediante musicales, las fantasías del personaje. Es aquí donde Selma realmente brillará, donde la ceguera, esa metáfora inmensa de su conexión con el mundo exterior, desaparecerá por completo, por que no hay nada de que protegerse. Cantará y bailará, para escapar entre los compases de su música de aquella maldita agonía que es el mundo en que habita. Cantará y bailará, en aquellos 107 pasos que separan la vida y la muerte. Veremos a aquellos lobos finalmente devorar su almuerzo, comerán con fruición, matando en nombre de la ley y el estado. Ella gritará con un miedo genuino y se desarmará en el suelo igual que todos nosotros. Cantara, finalmente, la canción mas triste del mundo y su melodía se ahogará en el golpe seco de nuestras miserias. Nosotros como espectadores, estaremos obligados a asistir a aquel banquete de la muerte y a sucumbir en su trágico silencio final. 


Fundirán en la pantalla las siguientes palabras: Dicen que es la última canción. Es que no nos conocen. Es solo la última canción si nosotros lo permitimos. Intentaremos creer que la ultima canción todavía no está compuesta. Quizás nos de fuerzas pensar que aquella armonía todavía nada en la borrachera del músico. Nos esconderemos en el anonimato para no mostrar nunca todo el mazo, eso quizás nos regale una sonrisa de vez en cuando, aunque vivamos en la certeza de que, finalmente, y ante la ceguera de todo este maldito mundo, puede fusilarnos hasta la cruz roja.

Lucas Itze.-    

Canción post análisis


También sonó este hermoso tema


FICHA TÉCNICA

Título original: Dancer in the Dark
Año: 2000
Duración: 140 min.
País: Dinamarca
Director: Lars von Trier
Guión: Lars von Trier
Música: Björk
Fotografía: Robby Müller
Reparto: Björk, Catherine Deneuve, David Morse, Peter Stormare, Jean-Marc Barr, Joel Grey, Udo Kier, Vincent Paterson, Cara Seymour, Vladica Kostic, Siobhan Fallon, Zeljko Ivanek, Jens Albinus

Sinopsis


Selma, inmigrante checa y madre soltera, trabaja en la fábrica de un pueblo de los Estados Unidos. La única vía de escape a tan rutinaria vida es su pasión por la música, especialmente por las canciones y los números de baile de los musicales clásicos de Hollywood. Selma esconde un triste secreto: está perdiendo la vista, pero lo peor es que su hijo también se quedará ciego, si ella no consigue, a tiempo, el dinero suficiente para que se opere. Tercera película de la trilogía "Corazón dorado" de Lars Von Traer.

Acá la película completa:


martes, 24 de junio de 2014

EL HOMBRE DE AL LADO

Programa 43 (03-02-2014)


EDITORIAL

Rolex, Armani, Versace, autos de lujo. Mujeres con carteras Louis Voutton, gente de la más alta alcurnia de la sociedad… gente bien que le dicen. Personajes del jet set, modelos y empresarios. Todos llegaban poco a poco a la primera reunión que organizaba en mi casa. Pensaba: esta va a ser una noche histórica.
Deliciosos manjares habitaban la cocina, embelesada por chefs dispuestos a dejar sobre nuestros estómagos un maremoto de ricos sabores. Una música tenue, con aires de los suburbios neoyorquinos le terminaba de dar forma a la velada.
Como generalmente sucede en este tipo de eventos, la gente se dispersaba en grupos, de a poco se empezaban a ver alguna que otra mirada por arriba de los hombros, sádicamente envidiosa.
La gala iba por carriles normales, mientras algunos disfrutaban de la entrada, otros ya bebían sus primeros sorbos de un exquisito vino, dando detalles de sus acuerdos empresariales, viajes por el mundo, y hasta sus últimas conquistas amorosas.
Fueron pasando las horas, primero la cena, luego un par de brindis con champagne, y la luz fue bajando hasta quedar casi a oscuras. En esa tenue oscuridad, el sonar de la música, cada vez más fuerte, dio paso a la pista de baile. Sí, mi living parecía el boliche top por excelencia.
Mientras la gente disfrutaba, me fui hacia un costado, como a lo lejos, pensando que en realidad esa no era mi fiesta, ni mi gente. Me preguntaba ¿Pertenezco a este mundo?


Ampliando la mirada, podía ver a un empresario infiel, cortejando a una joven 20 años menor, mientras en la otra punta, dos jóvenes muchachas no paraban de empolvarse la nariz…
En un momento, alguien me avisó que había una persona afuera preguntando por mí, pero que tenga cuidado porque no tenía buen aspecto. Cuando llegué a la puerta, sonreí al ver a un amigo de hace años, con quien crecimos juntos, ya que vivía en la casa contigua a la mía. Hacía tiempo que con él no tenía contacto, por cuestiones de agenda.
Apenas lo hice entrar, pareció que el mundo se detenía en ese instante y todas las miradas penetraban en mí. Me hice el distraído, mientras mi amigo miró con sorpresa a los presentes. Sentí como el zumbido de moscas repetían mi nombre, pero no le dí importancia.
Mientras charlabamos de la vida, volví a mirar a mí alrededor, notaba sus sonrisas de copetín, sus diálogos completamente vacíos de sentimientos, sus miradas indiscretas, sus ojos sin magia.
Me levanté, pedí atención a los invitados, y decidí, cordialmente, que alguien alce la copa por esta noche, y se anime a decir unas palabras para la ocasión. Para mi sorpresa, el primero en levantarse fue la persona que no estaba en mis planes. Con un vaso de cerveza en mano (el champagne no es para mí, me dijo minutos antes), se paró en el centro de la escena y empezó su discurso: Quiero agradecer en nombre del dueño de la casa esta importante velada, veo caras desdibujadas tras unos rostros perfectos, veo sueños sin realizar, veo sonrisas de plástico, pero sobre todo, veo oscuridad y un futuro de cartón. Disculpen estas palabras, no es nada en contra de ustedes, sólo les quería pedir una cosa más, levante la mano el que sepa el segundo nombre o el de los padres del organizador…
Mi cara se transformó, la escena se volvió tragicómica. El ruidoso silencio se hizo eco en cada parte de la casa. Mi compañero de aventuras se tomó la cerveza de un sorbo y se hizo paso entre la gente hasta llegar a la puerta. Me hizo dar cuenta que todas las personas que estaban allí no me conocían, y que yo, evidentemente, tampoco las conocía a ellas. Que todos se movían por interés. Que el sol que los perseguía era de un cielo incoloro, que el verdadero sol estaba en otra parte.
Decidí entonces levantarme, mirarlos lentamente a todos, uno por uno, a los ojos. Ojos muertos que se desviaron al verme y empecé a caminar rumbo a la puerta. Debía agradecerle a mi amigo lo que había hecho por mí, debía de una vez por todas, tener la humildad de EL HOMBRE DE AL LADO.

Marcelo De Nicola

Canción elegida para la editorial


IMPRESIONES SOBRE EL HOMBRE DE AL LADO


El término “ventana” proviene del latín ventus (viento), haciendo referencia a la capacidad de ventilación que proporciona. La ventana es un vano o hueco  elevado sobre el suelo, que se abre en una pared con la finalidad de proporcionar luz y aire al espacio correspondiente. La carencia de esta apertura, nos remite, naturalmente, a las antípodas, entiéndase un espacio gobernado por la oscuridad y carente de oxigeno. Sin luz ni oxigeno, cualquier forma de vida, por nosotros conocida, estaría destinada, irremediablemente, al deceso, a la muerte, y por qué no, también al olvido. La ventana, a esta altura objeto casi fundamental para la existencia, es el disparador del conflicto trabajado por Andrés Duprat, acertado guionista del film “El hombre de al lado”. 


Entendemos por conflicto al resultado de dos fuerzas opuestas ejercidas por el protagonista y el antagonista respectivamente, las cuales comparten un mismo fin y cuya resultante es el movimiento del relato dentro de la curva dramática. Distinguimos tres tipos de conflicto posibles. El conflicto interno, quizás el más seductor, dependiendo claramente de la construcción del personaje, ya que el campo de batalla será la psiquis del carácter. El conflicto con el medio ambiente, recuérdese en este punto cualquier película de desastres naturales. Y por ultimo, el conflicto externo, donde el antagonista puede ser otra persona, un grupo o hasta la sociedad misma. El hombre de al lado, trabajará este último tipo de conflicto y lo hará de manera inteligente. El disparador será el intento de Víctor de construir una ventana sobre una medianera. Leonardo, propietario de la histórica casa Curutchet, diseñada por el mítico arquitecto Le Corbusier, se negará hasta las ultimas consecuencias. El film se desarrollara dentro de las convenciones de la comedia, tendrá gags efectivos, diálogos inteligentes. Contará con una fotografía muy cuidada, con planos celosamente construidos y perfectamente balanceados que inevitablemente nos harán recordar al cine de Gustavo Taretto, otro obsesivo de la composición del plano, otro gran cineasta. 


El hombre de al lado profundizará la problemática generada por la ventana y llevará el conflicto a un nivel mucho mas profundo. Nos hablará de la frialdad de cierto arte de elite contemporáneo. De su falta de pasión, nos contará cómo aquel témpano minimalista navega a la deriva en el mar de sus terminologías y conceptos, naufragando en un vomito masturbatorio destinado a tristes personajes prototípicos, gustosos de la vida enlatada, angustiosos seres convencidos de la experiencia sin marcas ni cicatrices. Entenderemos, no sin angustia, que la pared tapando la ventana de Víctor es quizás una triste referencia a la distancia que supo tomar cierto tipo de arte respecto del pueblo, respecto de la gente, porque no nos olvidemos que el hombre de al lado también es el prójimo y sin luz ni aire, su existencia se ve claramente comprometida. 


Pero no perdamos la esperanza, estas paredes han existido siempre y siempre, de alguna forma u otra, también han caído. Las nubes volverán una y otra vez a taparlo todo con su fría distancia de sombras. Pero no bajaremos los brazos, seguiremos rasgando nuestras guitarras, sangrando nuestros poemas, apasionándonos en la oscuridad de la carbonilla de algún dibujo. Seguiremos creando, con la esperanza de levantar un día la vista y sentir con alegría, que aquí viene el sol.

Lucas Itze.-

Canción post análisis


Esperamos, mientras, que salgan al sol


Y le deseamos Larga vida al sol 

Y Gustavo quería ser del jet 


Y nos fuimos con una dedicación a la gente que se olvida de Lo Artesanal


FICHA TÉCNICA

Título original: El hombre de al lado
Año: 2009
Duración: 101 min.
País: Argentina
Director: Mariano Cohn, Gastón Duprat
Guión: Mariano Cohn, Gastón Duprat
Música: Sergio Pangaro
Fotografía: Mariano Cohn, Gastón Duprat
Reparto: Rafael Spregelburd, Daniel Aráoz, Eugenia Alonso, Enrique Gagliesi, Inés Budassi, Lorenza Acuña, Eugenio Scopel, Debora Zanolli, Bárbara Hang, Ruben Guzman

Sinopsis


La película narra un conflicto entre vecinos que parece no tener fin. Una simple pared medianera puede dividir dos mundos, dos maneras de vestir, de comer, de vivir. De un lado Leonardo (Rafael Spregelburd), fino y prestigioso diseñador que vive en una casa realizada por Le Corbusier. Del otro lado Víctor (Daniel Aráoz), vendedor de coches usados, vulgar, rústico y avasallador. Víctor decide hacer una ventana para tener más luz, y ahí empieza el problema: cada uno toma conciencia de la existencia del otro.

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