Ficción o realidad, esa es la cuestión. El mundo del cine conjuga personajes de todo tipo y color, cada semana nos ocuparemos de analizar diferentes obras del séptimo arte, con el fin de informarnos, debatir y recordar esas películas que nos hicieron reír, llorar, pensar, y sobre todo, sumergirnos en ese mundo apasionante. Todos los viernes de 20 a 21 hs, por FM Boedo, con la conducción de Lucas Itze y Marcelo De Nicola.
Una niña decide
suicidarse saltando al vacío el día de su undécimo cumpleaños. Por si no fuese
ya un caso suficientemente extraño y doloroso de por sí, la chica tenía una
sonrisa en su boca antes de lanzarse al vacío, y su familia tarda bien poco en
hacer lo indecible para olvidar su mera existencia. Esto último alarma a los
Servicios Sociales, que deciden hacer una visita a una familia aparentemente
perfecta... (FILMAFFINITY)
EDITORIAL
El monstruo
emerge desde lo más profundo de nuestras tinieblas. El hombre es el lobo del
hombre, como popularizó el filósofo Thomas Hobbes allá por el siglo XVII. Nos
pasamos toda la vida viendo caras pero también miles de secretos. Están ahí
aunque no lo sepamos. Compartiendo una ronda de mates, una charla de oficina o
un simple partido de fútbol. Será la sociedad quien tenga que quitarles las
caretas. Estarán mimetizados bajo el logo de los incorruptibles, de la más
absoluta perfección. Vendrán con una receta histórica de cientos de años. Y es
ahora el momento de salir a patear el tablero. Habrá que vencer los miedos y
escupir el rechazo delante de todos. Es tiempo de que las marcas estén a la
vista. En esta era donde logramos que miles de voces oprimidas se escuchen y se
transformen en derechos obtenidos, necesitamos liberar nuestras pesadas mentes.
Recordar en el espejo quienes somos y que hicimos. Y pedir perdón si es
necesario. Tenemos la posibilidad histórica de cambiar la sociedad para
siempre. Habrá que ponerse al hombro todas nuestras penurias y expulsar todas
nuestras miserias. Ver ese disfraz desdibujado que nunca utilizaremos. Apelamos
a tener la conciencia limpia para controlar ese lobo hambriento que solo quiere
demonizar a sus víctimas. Cuando eso no se consigue, ya es demasiado tarde. Y
el partido ya no es el mismo. Y la pelota no la recuperaremos jamás. Lo que
sigue se parecerá al peor de los infiernos. Ese lobo hambriento y deseoso de
placer entrará en un remolino de salvajismo, lujuria y muerte. Y solo nos
quedará esperar a saber cuál es su próxima víctima. Mientras nuestro cerebro
frito se distorsiona mirando la pantalla de los celulares, que nos ofrecen todo
con solo hundir la yema de los dedos, el lobo intentará cautivarnos pero
seremos nosotros los que tendremos que evitar tener una cita especial con la Señorita Violencia...
Marcelo De
Nicola.-
Canción elegida
para la editorial
IMPRESIONES SOBRE MISS VIOLENCE
Dame una mesa
aturdida de gritos, sin mantel y caótica de elementos divergentes. Comamos en
cuotas, Hagámosle un ritual al sol mientras cubrimos el piso de migas para que
mañana no acompañe con todo su calor. Que la gastada madera que sostiene
nuestros alimentos y los objetos más nómades de nuestro hogar sea una página
que reciba la mayor cantidad palabras posibles. Condimentemos nuestras salsas
con más adjetivos calificativos que parmesano. Rayemos los verbos y
repartámoslos en cantidades iguales para que nadie se quede callado. Cada vez nos
encontramos más alejados de aquella idea de forzar determinados modales y
costumbres a la hora de sentarse en la mesa o todo ritual normalizador que solo
sirven de distracción para tapar miserias que son mucho más relevantes que ver
una miga salir volando desde una boca.
Miss Violence
vendrá a revelar la hipocresía que puede esconderse tras una familia que se
esfuerza desmedidamente en la perfección de los buenos modales. Estrenada en
2013, en un contexto social adverso por las políticas restrictivas tomadas para
salir de la crisis en la que entró Grecia luego de la caída de Lehmans Brothers y de la cual surgió
una nueva ola de cine como la Yorgos Lanthimos
y Athina Tsangari y a la que se
sumaron los ya consagrados Theo
Angelopoulos y Constantin
Costa-Gavras. A ellos les sumamos a Alexandros
Avranas, director de la película que hoy nos convoca. El film tendrá de
esos inicios impactantes que consta de una pequeña escena, una de las pocas o
única en las que veremos movimiento de cámara, donde en medio de una
celebración de cumpleaños alguien toma una decisión determinante -Hemos
mencionado en este foro la dificultad actoral que implica aquel ejercicio
típico teatral de pasar de un “feliz cumpleaños” a un “se murió la
abuela”- En esos pocos minutos, el
plantel actoral demostrará su calidad, generando una incógnita tal que ya no
podremos abandonarla. A partir de ese punto la quietud invadirá todo aquel
mundo. Reforzado con una paleta de color marrón pastel, la cámara con planos
fijos y exageradamente obtusos sumados a la poca acción de los protagonistas,
el relato avanzará de forma lenta e irá arrojando información a cuenta gotas
mientras el aire de aquella aparente normalidad de un hogar ira construyendo
una atmósfera siniestra y agobiante.
Algo no estará bien, pero no sabremos qué
debido a la excelente construcción de los personajes que actuarán sobre lo no
actuado. Cuidarán en cada gesto aquel secreto que se esconde tras un velo de
formalidad. Si bien, leída en contexto, podemos divisar símbolos referidos a la
crisis que atraviesa la sociedad griega, la temática del guión tendrá la fuerza
necesaria para salirse por encima y tomar valor atemporal. La trama por
momentos estará ajustada para interpelar al espectador sobre la violencia. Aquella que ejercimos o a la que fuimos
sometidos, a la que callados observamos desde un costado o con la que de alguna
u otra manera nos recuerda a alguna experiencia. Por eso será incómoda,
molestará la angustia y la impotencia cuando aquella violencia tenga forma,
nombre y apellido luego del punto de giro principal, aquella escena, quizás, innecesaria y muy dolorosa. Luego
llegará el final con otra escena brillante desde lo actoral, cerrando parte del
relato y una puerta que aturdirá con un silencioso grito: algunas injusticias
nunca tendrán como contrapartida algo justo que tapen tanto dolor.
Alan Beneitez.
Canción post
impresiones
UNIVERSO AVRANAS
Alexandros
Avranas nació en Larissa, Grecia el 1 de noviembre de 1977. Entre 1998 y 2001
estudió escultura en la
Universidad de Bellas Artes de Atenas. Luego se dirigió a Berlín,
donde continuó sus estudios de posgrado en la Universidad der Kunste
con el famoso escultor británico Tony Cragg. Ha participado en varias
exposiciones colectivas. Entre sus diversos premios y distinciones se
encuentran el 1º y 2º premio por la reelaboración visual de dos espacios
arquitectónicos en Lebenhauses, Berlín
(2002), y el 1º Premio al videoarte de la Fundación Spyropoulos (2006). Un año después
dirigió su primer film titulado Whitout,
un drama familiar que obtuvo siete premios en el festival de Cine de Salónica
en su país. El 7 de septiembre de 2013 ganó el León de Plata al mejor director en el 70º Festival de Cine de Venecia por su película Miss Violence, mientras que Themis Panou ganó la Copa
Volpi al Mejor
Actor por su papel en la misma película de Avranas. Luego del éxito de su
film, fue contactado para dirigir en Estados Unidos el film Dark Crimes con guión de Jeremy Brock. La historia de un
detective de homicidios que encuentra paralelismos en el asesinato que está
investigando y un libro escrito por un novelista fue un fiasco en cuanto a
taquilla pero más en cuanto a críticas, a pesar de contar con Jim Carrey y Charlotte Gainsbourg en los papeles protagonistas.
Vuelve a Grecia
en 2017 para trabajar junto a su co-guionista de Miss Violence, Kostas Peroulis, con el film No me ames, con Eleni Rossinou nuevamente como protagonista. Esta vez es sobre una
pareja que contrata a una inmigrante para que sea su madre de alquiler pero
entre ambas mujeres empiezan a tener relaciones. A su vez, la mujer está cada
vez más deprimida. El film obtuvo criticas positivas y negativas pero siempre
con una marca. Alexandros Avranas en todas sus obras, cine y artes visuales,
examina cuestiones sociales y políticas. El interés se refiere a emplear al
hombre moderno como entidad independiente o como miembro de la sociedad.
Avranas se burla, dispara, denuncia nuestra indiferencia y pasividad, sobre
todo en la sociedad griega.
La historia comienza cuando un ejecutivo se lanza
al río Han para suicidarse... e inesperadamente despierta en una isla desierta
en medio del río, donde vive apartado de la civilización. Una joven, recluida
en su habitación durante años, lo observa de lejos... (FILMAFFINITY)
EDITORIAL
Jugar a ser Dios
con la fragilidad de tu mirada. Domesticar tus ambiciones para obtener de esa
forma el aliento más salvaje de todos tus gritos. Encarcelar tu animal en
oscuras celdas de palabras escritas por nadie. El texto es el tiempo que
sucede, es la crueldad del emblema. Ya no veras más la luna arrojado sobre las
hierbas ni sabrás los secretos que susurran las estrellas. El plan baila
frenético sobre cada una de las fibras nerviosas de tu cuerpo. Se oculta
expectante bajo la opiante sombra del azar y la suerte. Esta allí desnudando
tus decisiones, hablándote, pensándote, tirando los dados sobre el paño verde
de tus actos. El alma disciplina. El alma como herramienta política que
modifica al cuerpo, lo moraliza. El alma, perverso calabozo del cuerpo. La
noche inminente cae soberbia y pesada sobre la soledad de tu mundo. ¿Dónde
están las puertas en este laberinto? ¿Sobre que almohada descansa el sueño
prometido?
Yo solo buscaba un jardín, no fue otra la razón por la que salte
dentro de aquella madriguera repleta de ecos extraños, distantes y deformes. Yo
solo buscaba un jardín. Y hoy son cada vez menos los puños en alto que como
antorchas iluminan nuestro camino. Dios es cómplice y el traidor debe morir. Pero
cuidado, aquella muerte es también la muerte del hombre, del hombre tal como lo
conocemos. De ese animal enajenado, de esa bestia encadenada apartada para
siempre de su jauría. Ya tus manos no son tus manos, ya tus manos son de otro porque
el deseo tampoco es tuyo. El deseo. La astucia del plan no lo dejará morir
nunca, le dará un lugar allí a lo lejos. Cerca como para verlo y sentirlo, pero
lejos como para alcanzarlo jamás. Abonará aquel jardín con esperanza, esa
memoria del futuro, aquel truco siniestro que garabatea la mano gélida de la
frustración. La esperanza, que nos hará seguir intentándolo aun sabiendo que
aquello que buscamos está construido del mismo material del que están hechos
los sueños. La esperanza, aquellaferoz
condena a ser otro naufrago en la luna.
Lucas Itze.-
Canción elegida
para la editorial
IMPRESIONES SOBRE NÁUFRAGO EN LA LUNA
Agarrá el
celular. Empezá a bucear entre los contactos y fijate cuantos grupos de
WhatsApp tenes... Tomá un papel, armate una lista de todas las personas con la
cual chateas a menudo en esos grupos. Ahora de ese número, pensá a cuantas
personas viste cara a cara en estos últimos años, incluso antes de la
pandemia... Quizás la respuesta te sorprenda... Estamos en la era de un mundo
virtual pero en el que estamos más solos que nunca. Somos náufragos en medio de
una ciudad alienada pero a la vez desierta, donde todos nos sentimos vacíos y
frágiles. Somos nuestra propia isla intentando escapar de la locura. Las
metrópolis tienen esa doble vida. Y las personas pasan a ser descartables, casi
un número, como los que te tatuaban en ciertos campos de concentración. Y las
deudas se multiplican hasta que solo la muerte sea la única capaz de pagar esos
montos. Y la muerte, justamente, era lo único que lo aliviaba (o así intuía) a Kim Seung-geun, el protagonista de Náufrago en la luna, film del surcoreano
Lee Hae-jun. Este comienza con una
conversación telefónica para luego conocer al protagonista quien en un primerísimo
primer plano contesta: “ahora ya no me quedan deudas”. Cuando el plano se abra,
veremos a un hombre en un puente, preparado para saltar al río Han, que yace
abajo pero con todo el temor a cuestas. El plano cambiará y lo veremos de
espaldas del otro lado de la autopista. Un micro pasará y cuando la imagen quede
limpia, el hombre ya no estará, mientras un estruendo de agua se escucha de
fondo.
Sabremos luego que estamos en la
Isla de Kim, casualmente, y que el hombre no cumplió su
cometido. Ahora está en una isla desierta en el medio de la gran ciudad de Seúl.
Y tendrá que sobrevivir. El director nos llevará por un guión lineal. Pasará
del drama a la comedia y viceversa con una facilidad envidiable. Se apoyará en
la construcción de los personajes y la calidad interpretativa de los
protagonistas, que serán el puntal de la película. Utilizará la música de Kim Hong-jip de un modo que por
momentos nos adentraremos en esa historia sin querer salir de ese pedazo de
tierra... o de una minúscula habitación. Ni hablar de esa banda sonora que, sin
ser estridente, nos lleva hacia allá gracias a la música más perfecta que se
pueda oír: el ruido de los árboles, las olas y el sonido de los pájaros
sintiendo esa libertad. La fotografía será otro eje fundamental. Se conjugará
entre la luz natural con esas mezclas de colores fríos de la vestimenta del
personaje con otros cálidos de la naturaleza misma pero a su vez nos inundará de
luces tenues y oscuridad en la habitación de la otra protagonista, de quien ya
hablaremos más adelante. No habrá tampoco economía de planos. Se servirá de
planos generales para mostrar la inmensidad de la isla frente a la soledad del personaje.
Utilizará también primeros planos o planos detalles para enfocarse en eso que
el director quiere mostrar. La cámara será un testigo de ese cambio, por
momentos lo seguirá y dará giros de 180 grados alrededor de Kim, como en los
primeros minutos donde se encuentra solo en la isla. Una vez allí Kim se
desesperará. Al fin de cuentas, ese intento de suicidio no pareció ser tan
determinante.
Al comienzo intentará por todos los medios tratar de escapar y
pedir ayuda pero con el paso del tiempo abrazará la magia de la naturaleza y
entenderá que tiene una libertad que nunca había tenido. No habrá deudas, las
tarjetas de crédito serán solo un mero plástico inservible y empezará a vivir
gracias a la pesca y a la agricultura. No tendrá a la pelota llamada Wilson,
pero en una referencia al Náufrago
de la dupla Tom Hanks/Robert Zemeckis,
tendrá a su propio compañero, un espantapájaros con una lata como cabeza, con
quien dialogará en inglés, en otra clara muestra del capitalismo reinante. Latas,
papeles y basura por doquier veremos en esa pequeña costa pero son también los que
adornan la habitación de una joven que como no podía ser de otra manera,
también se llama Kim (Jung-yeon en este caso) quien hace de su dormitorio su
propia isla. El guión entonces nos lleva a la historia de esta joven mujer que padece
el hikikomori,
situación en que una persona no sale de su habitación. Será ella, alguien que
se hace pasar por otras personas en las redes y cuyo escape es mirar y
fotografiar la luna el día que la ciudad descansa, la única persona que de
cuenta de la existencia del extraterrestre de la isla, como ella lo llama. Será
a partir de ahí que se unirán las historias de estos dos personajes
tridimensionales y que de la mano llevarán la curva dramática del film, con
pasos de comedia incluidos.
Ella como un Dios omnipresente que sigue
todos sus movimientos. Un Dios
errante y pecador como decía Galeano de nuestro Dios en la tierra. Mediante
algo un poco inverosímil pero también aplicado a la fábula con la que está
hecho el relato, los protagonistas se comunicarán mediante mensajes en una
botella o escritos en la arena, según el caso. Serán cada uno en su mundo,
seres alienados y solitarios, cansados de la explotación y el mundo capitalista
donde los perdedores son tratados como basura lo que los una. Quizás la
evolución consista en volvernos cada vez más sabrosos dice él mientras está comiendo
algo que cazó, quizás sabiéndose la próxima víctima. El aburrimiento perfecto
también es algo que hace referencia y se nos viene a la cabeza las horas eternas,
encerrados durante este año que parece no tener fin. La muerte es la ausencia
de la esperanza, por eso aparece como uno de los últimos bastiones. Cuando nos
las quiten, ya no habrá pelea por la que luchar. Por eso el rechazo de él al
plato de fideos de enviados por ella. No por que no quiera, sino porque quiere el
suyo por lo que tanto luchó. Y ahí es ella la que decide salir al sol y ver
nuevamente ese mundo podrido pero con un poco más de esperanza. Alejándose de
una vez por todas de la virtualidad, como debiéramos hacer nosotros, para salir
a encontrarnos y no esperar que llegue otro mensaje en una botella.
Marcelo De
Nicola.-
Canción post
impresiones
UNIVERSO LEE HAE-JUN
Lee Hae-jun
nació en Seúl el 18 de agosto de 1973. Estudió publicidad en la Universidad de las
Artes de Seúl y pronto empezó a hacerse conocido por escribir guiones para la
industria cinematográfica coreana. Entre ellos se encontraban el mediometraje
sobre vampiros titulado Coming Out y
luego le siguieron algunas como Conduct
Zero, Au Revoir UFO o Antartic Journal (co-escrita con Bong Joon-ho). Su debut detrás de las
cámaras se dio con la interesante Cheonhajangsa
Madonna, o más conocida como Like a
Virgin, la historia de un hombre con sobrepeso que sueña con ser como
Madonna. Para ello, se inscribe en un torneo de lucha libre que ofrece una
buena recompensa y con eso, hacerse el cambio de sexo.
Luego en 2009 llegó Náufrago en la Luna, donde ganó
reconocimiento en varias partes del mundo. A pesar de eso, sus films no tenían
mucha recaudación en taquilla, en ese entonces el director comentó: “Me di cuenta de que, como director de cine
comercial, no puedo simplemente hacer la película que quiero hacer... en
cambio, tengo que considerar a la audiencia. Tenía que entender el hecho de que
mis intereses no siempre coincide con el de la audiencia, y también existía la
presión de obtener un retorno de la inversión en mi película”. La tercera
película que estrena es Mi dictador,
ambientada en los ´70 donde se hace la primera cumbre entre las dos Coreas en
Corea del Sur y cuenta la historia de un actor que realiza papeles menores y
que es contratado para interpretar al doble del dictador norcoreano. Su último
film salió en 2019 bajo el nombre de Ashfalla
y co-dirigido con Kim Byung-seo que
narra la historia de un capitán de equipo de fuerzas especiales durante un
terremoto en las dos Coreas mientras su mujer embarazada queda sola en Seúl
intentando sobrevivir al desastre.
FICHA TÉCNICA
Título original: Kimssi pyoryugi (Kim's Island)
Año: 2009
Duración: 116 min.
País: Corea del Sur
Dirección: Lee Hey-jun
Guion: Lee Hey-jun
Música: Kim Hong-jip
Fotografía: Kim Byung-seo
Reparto: Jung Jae-young, Jeong Ryeo-won, Yang
Mi-kyeong, Park Yeong-seo, Min-Heui Hong, Jang So-yeon, Gyo-Hwan Koo, Jeong-Won
Lee
Karamakate fue
en su día un poderoso chamán del Amazonas; es el último superviviente de su
pueblo y vive en lo más profundo de la selva. Lleva años en total soledad, que
lo han convertido en "chullachaqui", una cáscara vacía de hombre,
privado de emociones y recuerdos. Pero su solitaria vida da un vuelco el día en
que a su remota guarida llega Evan, un etnobotánico norteamericano en busca de
la yakruna, una poderosa planta oculta, capaz de enseñar a soñar. Karamakate
accede a acompañar a Evan en su búsqueda y juntos emprenden un viaje al corazón
de la selva en el que el pasado, presente y futuro se confunden, y en el que el
chamán irá recuperando sus recuerdos perdidos. (FILMAFFINITY)
EDITORIAL
El calor de
aquella fogata crecía mientras yo, apoyando mi culo de oficinista sobre ese
tronco que junto a otros, rodeaban circularmente aquel fuego me iba inclinando
hacia adelante hasta quedar completamente inmóvil. No solo mi cuerpo, sino
también mis sentidos. Entonces, fue cuando se abrió aquel portal por primera
vez. Habíamos encontrado con mi amigo, un hermano de aquellos que se presentan
sin mostrar documentos ni análisis de sangre, una especie de publicidad que
invitaba a realizar un viaje chamánico. Era un taita colombiano que cada tanto
se venía al país a divulgar su cultura a través del maestro Yagé. En su momento
supe que taita significa padre en lengua quechua y es una palabra utilizada
tradicionalmente en varias comunidades indígenas para llamar a quien se debe
respeto: padres, abuelos, mayores, autoridades. Por eso también se llama taita
el especialista en el manejo del yagé. Un intermediario que vivía por Lugano y
que era como el discípulo y amigo del maestro se llamaba Pablo, aunque nos pidió
al momento de presentarse que lo llamáramos Pablito. Tenía la manía de
referirse a todas las cosas o personas en diminutivo, característica que de
entrada nos causó mucha gracia pero que quizás hoy, reviviendo aquella
experiencia puede llegar a pensarse que aquella manera de comunicarse que lo
dejaba como un tarado era una expresión quizás, algo rudimentaria para hacer
entender que hacía mucho tiempo que él había comprendido lo pequeño, lo
insignificante que somos nosotros, la humanidad, y todo lo que creamos y
nombramos. Pablito nos comunicó por teléfono y por mail las condiciones previas
para poder concurrir al ritual que se realizaría en un destino aún incierto, lo
único que deslizó casi a modo de secreto revelado fue que sería en una casa
quinta en la zona de Escobar. Ese dato nos lo darían una vez pasado el filtro que
constaba con una especie de entrevista con el taita y la aprobación que él nos
daría si sintiera que estábamos preparados para tal aventura. La cosa que nunca
llegamos a concretar dicho encuentro pero como teníamos el efectivo y la
voluntad de aceptar la otra condición y el consejo para no tener un mal “viajecito”,
llegamos rápidamente a un acuerdo. El consejo y condición constaba con un ayuno
de dos semanas sin carnes, bebidas alcohólicas, drogas ni sexo, digamos que a
los 20 años cumplir con todos esos requisitos es un tanto difícil aunque
completamente sanador si lo realizas a rajatabla. Tal como hicimos, y se lo
dedicamos a todos aquellos que desconfiaron de nuestra fuerza de voluntad no
sin razón, al cabo de un mes, un sábado por la mañana muy temprano, estábamos
en aquel flamante Ford Taunus color rojo persa, viajando por la Panamericana a lo que
sería una de las mejores experiencias que hayamos vivido.
Luego de un
silencioso recorrido, por fin estábamos allí. No conocíamos nada sobre aquellos
rituales. Tampoco conocíamos personalmente ni al taita ni a Pablito ni al resto
de los concurrentes, de los que no voy a hacer descripción alguna porque no
alcanzaría el tiempo. Sin embargo no fue nada difícil reconocer a Pablito
cuando ingresamos a una quinta con mucho espacio arbolado y una casa algo
precaria que solo usamos para ingerir aquella sustancia de consistencia barrosa
y de sabor indescriptible pero fuerte como mezcla de vodka con chimichurri. Ah...
y el baño también demasiado pequeño para el maltrato que recibió de parte de
todos los que lo habitamos, lo que se notó que no todos habían cumplido su
palabra con respecto al ayuno. Era un living amplio donde acomodamos todas
nuestras bolsas de dormir, todo lo que habíamos llevado. Mujeres de un lado,
hombre enfrente y al costado, en lo que parecía un escenario, porque en ese
sector estaba elevado como diez centímetros del resto de la habitación un sillón
que parecía muy cómodo y en el que reposaba con un aura muy particular el
personaje más imaginado por todos nosotros durante casi un mes. Lo único que
generaba confianza eran sus pelos largos y abundantes canas, una camisa tipo árabe
blanca y un despliegue de bijoutería artesanal en cuello, muñecas y orejas. La
charla introductoria la dio Pablito: corta, precisa y cargada de diminutivos,
dijo que disfrutáramos de aquel momento, del regalo que traía el taita de sus
tierras y que en caso de que nos sintiéramos “maluquitos” acudiéramos en
seguida al maestro que nos atendería rápidamente. Tampoco voy a hacer mención
detallada de que el querido Pablito, fue quien más precisó de la sanación del
taitita luego de intentar arrojarse de cabeza a aquella fogata que ardió hasta
altas horas de la madrugada. Una vez acomodados y presentados, formados en una
hilera, fuimos acercándonos al rincón donde se encontraba el taita y era él
quien servía el “yagecito” en un vaso de esos que se usan de medidor o para
tomar bebidas blancas. Si bien lo esperado es siempre encontrarse en una tribu,
lejos de la civilización, hacerse de algunas costumbres autóctonas, deshacerse
de algunas propias, realizar un proceso previo, más acorde para tal fin, cuando
me encontré enfrentado a aquel señor, dejando caer esa preparación que se
deslizaba como un dulce de leche caliente adentro del medidor, tuve la sensación
de haber estado en aquel lugar, de haber realizado todo lo necesario y su
mirada me dio la tranquilidad de estar preparado para tomarlo.
Una vez ingerido
podíamos acostarnos en nuestras bolsas de dormir o salir a recorrer el parque o
sentarse al costado del fuego en busca de relajación. El yagé haría lo que
venía a hacer en su debido momento nos dijeron, y debíamos ayudarlo intentando
relajarnos. Algunos optamos por salir de esa casa que se achicó rápidamente
luego del estado de ebriedad instantáneo que generaba ese preparado. Estuve
caminando casi media hora por los alrededores hasta que nos mancomunamos un par
alrededor del fuego. No recuerdo muy bien la conversación, era de esas casuales,
de aquella que uno puede tener al lado de una parrilla mientras espera que el
asado se cocine. Hasta que de repente tuve mi vista fijada en el centro de la
combustión, en el calor que se desprendía de los troncos como chispas. El calor
de aquella fogata crecía mientras yo apoyando mi culo de oficinista sobre el
tronco que junto a otros, rodeaban circularmente aquel fuego, me iba inclinando
hacia adelante hasta quedar completamente inmóvil. No solo mi cuerpo sino también
mis sentidos, entonces fue cuando se abrió aquel portal por primera vez. La
sensación de un sueño tan real y tan descabellado como la de sentir estar
presenciando desde las alturas el movimiento de la tierra sobre su eje, poder
tocar las moléculas que conforman la atmósfera y sentarme sobre ella pudiendo
divisar la tierra por debajo y el universo por encima. Volverme tan pequeño
como una de aquellas moléculas para luego meterme dentro de mi torrente sanguíneo
y arrancar los males como si fuesen cáscaras adheridas a mis paredes venosas. Escuchar
las canciones que hoy siento que se encuentran perdidas o que nunca tuvieron la
posibilidad de ser escuchadas. Todo aquello en un segundo que parecieron años. Años
acumulados de enseñanza, de rituales que atravesaron el tiempo, la distancia,
que pasaron de boca en boca. Hubo una conexión ancestral mágica que me unió
aquella noche, con todo aquello. Se que volveré algún día. Volveremos algún día
porque al regresar, nos juramos sin hablar que aun quedan melodías perdidas,
que no pronunciarán sus gritos, sino a través de nosotros.
Alan Beneitez.-
Canción elegida
para la editorial
IMPRESIONES SOBRE EL ABRAZO DE LA SERPIENTE
Creer que el
mundo es como tú piensas es una estupidez, dijo. El mundo es un sitio
misterioso. Sobre todo en el crepúsculo. Así lo escuché
hablar a Don Juan alguna vez. Con aquella voz que era parte del universo sonoro
que lo rodeaba, esa voz que no buscaba ser más que el canto del bosque, porque
ella también era el bosque. Esa voz que claro, no escuché jamás pero que vive
en mi interior con la claridad y frescura propia de aquello que huye del
tiempo. La selva ya no habla, le hemos cortado su lengua y nuestros sentidos se
han abrumado con aquel virus que es el lenguaje. Ya no sabemos que dicen las
piedras. Ya no aprendemos nada del viento y al sol lo levanta la sirena de una fábrica,
todos los malditos días. El saber mágico fue condenado y ridiculizado, fue
ocultado y olvidado y entonces a falta de esos saberes, nos volvimos serios y
sabios a través de la creación del alma, el dinero y la acumulación material. Allí
el hombre obtuvo su correa y la mano que puso el collar no fue otra que la de
la iglesia. Un día, desafiamos los límites y olvidamos para siempre que el
hombre es un puente y no una meta. Nietzsche nos decía que el hombre es una cuerda tendida entre el
animal y el súper hombre o como nos gusta entenderlo a nosotros, lo post humano.
Allí entonces surge su peor temor, su más terrible fantasma: el devenir. Nuestra
única certeza es sabernos finitos, lo único concreto en nuestra existencia es
que nacemos con un destino inevitable: morir.
Morimos entre dos incógnitas. Comprender que no somos ni origen ni final, sino tránsito, simplemente tránsito, un paso en la eternidad, es la
gran aventura, es el gran desafío final. ¿Que hemos hecho con ese animal que
habla que es el hombre? Como no desear al ver a nuestro alrededor la disolución
de esto que somos y con eso entonces un inminente retorno a nuestra animalidad, a nuestra conexión con la
tierra y todo lo que la habita. A nuestra conexión con el universo.
Y no digo
esto desde una nostálgica adulación del pasado, desde la obsoleta idea de la
superación expansiva del hombre actual, o sea desde la idea de un hombre más
reflexivo, más inteligente o tal vez más fuerte. No hablo de evolución, sino
que lo pienso desde esta idea, utópica quizás, de lo post humano que nos invita
a reformular nuestro contacto con aquella animalidad
domesticada y perdida. Que nos plantea recuperar nuestra relación con la contingencia.
Volver, sin mirar a los costados, a esa fabulosa y aun revolucionaria
convicción de que todo puede ser de otra manera, a ese crepúsculo del que nos hablaba
Don Juan al comienzo. Si las cosas se plasman de algún modo y se nos presentan
como obvias, o sea como un único camino evidente, es porque hay detrás una
voluntad de poder que necesita imponer su propia lógica. Desarmar aquella red
de poder es reconciliarnos con la animalidad olvidada, es quebrar para siempre
la concepción binaria del mundo para así volver a su inconmensurable riqueza. A
su misterio profundo. El abrazo de la
serpiente, de Ciro Guerra
dialoga perfectamente con esta idea. El film se desarrolla en el Amazonas y
narra dos historias que involucran a un mismo personaje en distintos momentos
de su existencia, el chamán Karamakate.
Desde el montaje se trabajará la idea de la deconstrucción de la ilusión del
tiempo por lo que las historias estarán entre mezcladas intentando recrear el
juego engañoso de la memoria. Karamakate
no puede recordar sus saberes ancestrales he iniciara un viaje para buscar
aquella conexión con la tierra, con su objetivo, con su destino único. El
relato contará con una fotografía poética, profunda, que acompañará la
narración sin lidiar con ella. Se trabajara en monocromo buscando comunicar
desde el uso de la escala de grises y esto nos recordara quizás a aquel otro
film de Jim Jarmusch llamado Dead Man cuya temática es similar a la manejada
en el relato de Guerra. El montaje buscará la fluidez y la sutileza del raccord inspirándose quizás en aquel
devenir constante y armonioso del río Amazonas, que es también aquel devenir alterado
de las imágenes jugando el juego embustero de la memoria.
La cámara acompañará
este desarrollo mostrando con belleza pero jamás compitiendo con el relato. Será
un punto de vista propio de la selva, una pantera mimetizada que observa y
espera. Las actuaciones manejaran un sentido de verdad que nos harán olvidar de
la ficción para invitarnos a entrar en las convenciones propias del cine documental.
El trabajo realizado sobre la banda sonora del film servirá para apoyar con ímpetu
esta sensación. El universo sonoro recreado será tan elaborado que hará de la
selva un personaje más con voz propia. El espectador podrá sentir el peso de la
selva, la densidad de su atmósfera, el abrigo de su noche profunda. El lenguaje
será otro de los grandes protagonistas del film de Ciro Guerra. Escucharemos hablar en lenguas aborígenes que se
mezclaran por momentos con el español. Habrá diálogos en alemán, en inglés y
portugués y nos gustará leer allí quizás al lenguaje como frontera entre los
hombres pero también al hombre como unidad frente al dialogo común con la
tierra. Será evidente entonces que el olvido de Karamakate es también nuestro olvido. Que su desconexión con la
tierra es también la nuestra hablemos el idioma que hablemos. Veremos imágenes
que no podremos poner en palabras y estará muy bien no hacerlo. Olvidar la
soberbia del lenguaje quizás sea una de las claves para nuestra reconexión con
lo salvaje. No todo se dice. No todo se nombra. No todo se define dentro de
aquella cárcel arbitraria de la significación. La pregunta sobre el más allá,
sobre lo inexplorado, lo desconocido siempre es correcta. Después de todo lo
inteligente es encontrar la pregunta acertada que desarme la verdad instalada. El
error, entonces es dar una respuesta. Lo intempestivo queridos oyentes, siempre
es preguntar.
Lucas Itze.-
Canción post
impresiones
UNIVERSO GUERRA
Ciro Alfonso
Guerra nació el 6 de febrero de 1981 en César, uno de los 32 departamentos que
forman la República
de Colombia. En la Universidad Nacional
de ese país cursó sus estudios de cine y televisión. Su primer se llamó Silencio y lo filmó en el año 1998.
Luego llegaron Alma e Intento. Ya en el 2004 llega su primer
largometraje: La sombra del caminante,
la historia de un hombre que perdió una pierna y no puede encontrar trabajo y
se hace amigo de un “silletero”, alguien que carga gente a sus espaldas.
También los une el pasado violento del país, lo que hará redescubrir su propio
pasado. En 2009 llega Los viajes del
viento, ambientada en 1968, cuenta la historia de un juglar que lleva
cantos con su acordeón y decide hacer su último viaje, yendo a devolverle el
instrumento a su anciano dueño.
En 2015 llegó El abrazo de la serpiente, que logró la nominación al Oscar como mejor película extranjera,
además de lograr premios o menciones en grandes festivales como Cannes, San
Sebastián o La Habana. En
2018 llegó su última película filmada en su país: Pájaros de verano, que narra la historia real del origen del
narcotráfico en Colombia, entre fines de los ´60 y principios de los ´70. Donde
tienen que aparecer los nuevos “empresarios”, entre ellos una familia indígena
que tiene que aprender a llevar los nuevos negocios. Otra vez nominaciones y
premios en distintos festivales. En 2019 Netflix estrena la producción
colombiana Frontera Verde, donde
Guerra es uno de los productores y dirige algunos capítulos. Son 8 capítulos de
una serie sobrenatural sobre unas muertes que aparecen en los profundo del
Amazonas. Su último film fue el primero hecho en Estados Unidos, basado en la
novela de John Maxwell Coetzee dirige Waiting
for the Barbarians, con Johnny Depp,
Mark Rylance y Robert Pattinson. Narra la historia de un magistrado británico que
comienza a cuestionar su lealtad al Imperio durante la colonización mientras se
viene una inevitable guerra contra los Bárbaros. El 24 de junio de 2020, un
reportaje publicado en la revista Volcánicas11 reseña los testimonios de siete mujeres que
narran situaciones en las cuales Guerra las habría acosado sexualmente, en
algunos casos de manera violenta. Un testimonio adicional narra como el
director habría abusado sexualmente de una mujer que se encontraba en su casa,
ubicada en la ciudad de Bogotá. Las agresiones habrían ocurrido entre los años
2013. Frente a las acusaciones el cineasta publicó un video rechazándolas y haciendo un llamado a
que la justicia revele la verdad de los casos. No obstante las autoras del
reportaje han mencionado en reportajes posteriores que el objetivo de la
denuncia fue hacer un llamado de atención sobre la normalización de la
violencia sexual en la industria audiovisual colombiana que obstaculiza el
crecimiento profesional de las mujeres y las afecta física y emocionalmente.
Veremos como sigue esta historia, mientras, esperemos si seguirá trabajando en
América o volverá a Colombia...
FICHA TÉCNICA
Título original: El abrazo de la serpiente
Año: 2015
Duración: 125 min.
País: Colombia
Dirección: Ciro Guerra
Guión: Jacques Toulemonde, Ciro Guerra
Música: Nascuy Linares
Fotografía: David Gallego (B&W)
Reparto: Nilbio Torres, Antonio Bolívar, Jan
Bijvoet, Brionne Davis, Yauenkü Migue, Luigi Sciamanna, Nicolás Cancino
Año 1838. En la
ciudad de Wisborg viven felices el joven Hutter y su mujer Ellen, hasta que el
oscuro agente inmobiliario Knock decide enviar a Hutter a Transilvania para
cerrar un negocio con el conde Orlok. Se trata de la venta de una finca de
Wisborg, que linda con la casa de Hutter. Durante el largo viaje, Hutter
pernocta en una posada, donde ojea un viejo tratado sobre vampiros que
encuentra en su habitación. Una vez en el castillo, es recibido por el
siniestro conde. Al día siguiente, Hutter amanece con dos pequeñas marcas en el
cuello, que interpreta como picaduras de mosquito. Una vez firmado el contrato,
descubre que el conde es, en realidad, un vampiro. Al verle partir hacia su
nuevo hogar, Hutter teme por Ellen. (FILMAFFINITY)
EDITORIAL
Lloran ríos de
sangre por la ciudad. En ese micro mundo porteño donde seres oscuros juegan sus
cartas sabiendo que siempre tendrán el ancho de espadas para clavarnos el
puñal. Seremos sombras escondidas detrás de los arbustos menos florecidos.
Transitando esos caminos en medio de aulas descascaradas y hospitales
desvencijados. Mientras los chupasangres nos muestran su propia realidad desde
las redes sociales. Regalando sonrisas en público pero destrozando los sueños
de los nadies desde la comodidad de sus reposeras. Seres agazapados atentos a
sacar provecho ante cualquier tragedia. Esperando el momento para salir con los
bastones de punta. Para dejarnos las marcas en el cuello y reírse
descaradamente. Vampirizando cualquier intento de levantarnos. Desde un Sur
olvidado habitado por marionetas fantasmas. Con un nuevo Señor Cobranza
engordando su billetera mientras la nuestra desaparece y quejándose con sus
amigos de turno. Con los medios satanizando a quienes les dan de comer. Con una
multitud de gente que solo mira su propio ombligo mientras sigue alimentando
sus vicios. Encerrados sin poder salir de nuestro laberinto. Voraces profetas
del odio con las máscaras atornilladas. Para llenarnos de temor y obligarnos a
permanecer presos en nuestra ciudad.
Marcelo De
Nicola.-
Canción elegida
para la editorial
IMPRESIONES PARA NOSFERATU
¿A dónde vas con tanto apuro joven, no te das
cuenta de que nadie se escapa de su destino? En el año donde la tierra giró
menos veloz dejaste escapar tus pensamientos. Te contagio la inmovilidad y
abrazado a tu almohada te despediste de aquel tren que se detuvo y te espero
más que nunca. No llores cuando veas tu ticket sin perforar. ¿A dónde vas con
tanto apuro joven ahora que ya no hay destino?…
Como reacción al impresionismo, se considera que el
expresionismo surgió entre 1905 y
1910 en Munich con el propósito de oponer a las impresiones objetivas de la
realidad, la expresión del artista vista como una interpretación más subjetiva
que deforma la realidad. Esta vanguardia artística respondía a la amargura del
ambiente artístico e intelectual de Alemania en la última parte del periodo de la Paz
Armada (1870-1914) y se extendió hasta después de
concluida la Primera
Guerra Mundial. Los expresionistas defendían lo subjetivo, lo
irracional y entre sus manifestaciones se hacía alusión a lo sexual, lo
sobrenatural, lo demoníaco, lo fantástico y lo terrorífico.
Partiendo desde
este encuadre y dentro del auge de ese periodo traemos hoy la obra Nosferatu del alemán Murnau estrenada en marzo de 1922. La
película es una adaptación no autorizada y no oficial dela novela Drácula de Bram Stoker publicada en 1897. El estudio detrás de esta
obra, Prana Film, fue un estudio de
cine alemán mudo de corta duración fundado en 1921 por Enrico Dieckmann y el artista ocultista Albin Grau. Diekmann y Grau le dieron a Henrik Galeen , la tarea de escribir un guión inspirado en la
novela de Drácula. Galeen era un
especialista experimentado en romanticismo oscuro; ya había trabajado en El estudiante de Praga de 1913, una
historia corta de Edgar Allan Poe y
en el guión de El Golem: cómo él llegó
al mundo de 1920 dirigida también por Paul
Wegener. Veremos reflejado aquel movimiento artístico en las actuaciones
que muestran expresiones emocionales exageradas y algún juego con las sombras
cuando entra en escena el Conde Orlok
(interpreatado por Max Schreck). Pero la astucia e ingenio del director se ve
claramente en el manejo de algunos planos que para la época eran poco comunes y
los efectos provocados en ciertos pasajes que son potenciados por secuencias
con un timing muy preciso. Serán quizás el inicio de lo que luego veremos
perfeccionados por el gran Eisenstein.
Dividida en 5 actos, veremos y podremos ejemplificar el reflejo de la capacidad
artística de predecir, representar y denunciar contextos sociales adversos en
donde el conjunto de la obra narra a una Alemania movilizada por el nazismo.
Podremos divisar el gusto del director por la pintura, quien en algún momento
expresó su deseo trunco de ser pintor y por ese motivo no reparó en homenajear
obras a lo largo de toda su carrera filmográfica. En Nosferatu estará
representado el expresionismo, el romanticismo oscuro y su gusto por el teatro
y la pintura. Allí estará la oscuridad a lo largo de todo el largometraje
simbolizando la incertidumbre de la época. También será la vida de una inocente
(Ellen) la que deberá apagarse para que finalice aquella pesadilla. Como vimos
y al parecer seguiremos viendo, será la sangre derramada de los inocentes la
que apure a la oscuridad y darle lugar a un nuevo día de sol que podrá no ser
la promesa de ningún paraíso y aunque siga siendo infierno, podría ser encantador.
Alan Beneitez.-
Canción post impresiones
UNIVERSO MURNAU
Nacido en
Westfalia el 28 de diciembre de 1888. Friedrich Wilhelm Murnau era hijo del
dueño de una manufactura textil en Bielefeld. Estudió literatura, historia del
arte, filosofía y música en la prestigiosa Universidad de Heidelberg, antes de
instruirse en teatro y cinematografía junto a Max Reinhardt, con quien llegó a colaborar. Durante la Primera Guerra
Mundial, Murnau realizó documentales propagandísticos. Su carrera arrancó en
1919 en Berlín filmando Der Knabe in
Blau (El muchacho en azul), donde contaba la historia del último miembro de
una familia aristocrática que vive en un castillo en ruinas. Los primeros
trabajos se vieron influenciados por la pintura alemana del siglo XIX, cosa que
trasladaba muy bien a la pantalla. Aunque muchos lo sitúen en la corriente
expresionista, Murnau tuvo más que ver con la estética romántica, por su
belleza en la puesta en escena, por la sensibilidad de sus personajes y por el
sentimiento trágico de sus historias. En 1920 dirige cuatro films entre los que
se destacan Satanas y The Janus Head
con Bela Lugosi y Conrad Veidt (El gabinete del Dr.
Caligari) como protagonistas. Luego vinieron films como El camino hacia la noche, Schloss
Vogelöd o Phantom, con guión de Thea von Harbou, mujer de Fritz Lang y guionista de Metrópolis. Ese mismo año también filma
Nosferatu, con el que se transforma
en uno de los más importantes directores del mundo. Años más tarde llegaría La última carcajada, donde por primera
vez se explota el movimiento de cámara, contando la historia de un anciano de
un lujoso hotel es despedido y empieza a decaer su vida. Luego sigue con Tartuffe, basado en una comedia de Moliére y en 1926 llega Fausto, sobre el célebre pensador
creado por Johan Wolfgang von Goethe.
Con toda esa gran filmografía a cuestas, llega a Hollywood para trabajar en la Fox. Su primera película
americana es Amanecer, considerada
otra de sus obras maestras.
La historia de un triangulo amoroso y logró el
mejor premio en los recién nacidos Oscar, que en ese momento era al de Mejor calidad artística. Una obra
cumbre del expresionismo. Luego siguieron Los
cuatro diablos y en 1930 llega su primer film sonoro titulado City Girl. Un año después, evitando que
William Fox le ponga condiciones, se va a rodar a Tahití y Bora Bora junto al
famoso documentalista Robert J. Flaherty, el film Tabú, nuevamente cine mudo en este caso la historia de unos amantes
enfrentados a los ritos y tabúes de las islas del Pacífico Sur. Lamentablemente
no llegó a verlo estrenado, ya que el 10 de marzo de 1931 alquiló un Roll Royce
y el joven sirviente filipino de 14 años que conducía lo estrelló contra un
poste. Al otro día Murnau falleció, tenía solo 42 años y nos dejaba una
filmografía increíble. Fue enterrado en Alemania, en el cementerio de
Stahnsdorf, cerca de Berlín, en el mausoleo familiar con sus padres y hermanos.
En los años 70 la cripta fue profanada y el ataúd abierto, pero décadas más
tarde sucedió algo peor. El 15 de julio de 2015 se descubrió que la entrada al
mausoleo había vuelto a ser forzada. Ahora, además de volver a abrir el ataúd
con una palanca, se habían llevado el cráneo. Los restos recientes de cera
derretida sobre el ataúd apuntan a un ritual satánico...
FICHA TÉCNICA
Título original: Nosferatu (Nosferatu, eine
Symphonie des Grauens)
Año: 1922
Duración: 91 min.
País: Alemania
Dirección: F.W. Murnau
Guion: Henrik Galeen (Libro: Bram Stoker)
Música: James Bernard, Hans Erdmann, Carlos U.
Garza, Timothy Howard, Richard Marriott, Richard O'Meara, Hans Posegga, Peter
Schirmann, Bernardo Uzeda, Bernd Wilden (Película muda)
Fotografía: Fritz Arno Wagner (B&W)
Reparto: Max
Schreck, Alexander Granach, Gustav von Wangenheim, Greta Schröeder, GH Schnell,
Ruth Landshoff, John Gottowt, Gustav Botz