martes, 29 de junio de 2021

UNA MUJER BAJO LA INFLUENCIA - A WOMAN UNDER THE INFLUENCE

PROGRAMA 332 (11-06-2021)

 

SINOPSIS

 

Nick (Peter Falk) tiene que cargar con la responsabilidad de cuidar a su mujer (Gena Rowlands) que padece inestabilidad emocional. Lucha sin descanso para mantener un ambiente de normalidad a pesar del anormal comportamiento de su mujer; sin embargo, llega un momento en que la situación afecta a sus hijos, de modo que no tendrá más remedio que tomar ciertas medidas. (FILMAFFINITY)

 

EDITORIAL

 

Una gota de sangre recorrió el piso. El color de ese rojo intenso hacía juego con el maquillaje de los labios y de las uñas. La habitación era un remolino desordenado. Las sábanas cubrían todo el cuarto y la única lamparita que había sobrevivido a esa noche incurable parpadeaba visiblemente cansada. El plano general nos mostraba frascos vacíos y una tenue música que amenazaba con vomitar sonidos estériles. Un cuerpo yacía en el piso, masacrado por el dolor y la frustración. Ese juego de muñecas para la que había sido creada desapareció por completo. Fue objeto de voces y frases que dinamitaron su alma. Un alma sensible creada para reír, bailar y soñar. Pero esos sueños ofenden a ciertos jerarcas de un sistema tan vetusto como abominable. 



Ya no había música en esos sueños. Ya no había danzas que pudieran controlar su bello pero ahogado corazón. Quedaron noches eternas donde el fuego consumió todo. Porque prenderse fuego era, y esperamos que siga siendo, el terror de los mediocres. Y ella era un incendio imposible de apagar. Aunque ciertos fuegos se apagan con agua, algunos eligen apagarlos con alcohol. Y las llamas entonces empiezan a ensombrecer todo. El presente se vuelve inmanejable y el futuro pende de un hilo. Y cuando el hilo se corta, el juego se termina. Y sólo quedarán momentos de risas hoy ya apagadas y fotos de recuerdos imborrables que atesoran esa imperfecta pero hermosa locura ordinaria.

 

Marcelo De Nicola.-

 

Canción post editorial

 


IMPRESIONES SOBRE UNA MUJER BAJO LA INFLUENCIA


 

Crecer es una trampa. Pero cuidado, no hablo de crecer físicamente, lo cual claro es inevitable dentro de los parámetros interpretados como normales por la comunidad científica, sino de aquel paso terrible que implica llegar y transitar ese periodo que llaman madurez. El convertirse en un ser adulto, vamos. Podríamos denunciar en este sentido también que el mundo está perversamente diseñado de manera tal que se prioriza, se festeja,  se estimula y hasta se premia valores tales como el consumo y la bendita meritocracia. Se cargan obstinadas e insoportables mochilas con la fanática idea de “ser bueno en”. Se habla del desarrollo profesional como una idea de completitud y hasta el ser se estanca y se define de manera inescrupulosa por lo que uno ha tenido la posibilidad de estudiar. Uno es médico, uno es doctor y también uno es maestro. Sin aquella posibilidad, uno pareciera no ser, pareciera que sus involuntarios días discurrieran dentro de las tinieblas indescifrables de la nada. Cuanto antes uno sea embaucado por el aroma pestilente de aquel queso macabro mayor será la recompensa prometida. El mundo gusta de aquello, lo disfruta, lo festeja y lo premia, nosotros no. Más rápido que tarde en aquel pase de manos al que llaman progreso se nos quitara sin la menor reserva nuestro tiempo, nuestras ganas y nuestra inocencia. Pero lo peor no ha sido dicho aun. Aquellos tipos de corbata con la cara más seria que el culo de un ají, esos tipos de buen hablar y afeitados, o esos otros también que intentan camuflar la frialdad de las escamas de su piel en aquel aspecto cuidadosamente desprolijo de barbas de días y jeans rotos, que posan distraídos con sus muecas sacadas del polvoriento inventario de los gestos, son ellos quienes se terminarán llevando nuestro tesoro más preciado, aquel cofre sagrado que es el último bastión: nuestro deseo de jugar, nuestro deseo de libertad. Jugar es ser libre. Jugar nos da la oportunidad de ser creativos y de usar el total de nuestra personalidad. Es en aquella oportunidad donde encontramos las herramientas para descubrirnos a nosotros mismos. 



Mabel, maravillosamente interpretada por la inigualable Gena Rowlands, era consciente de todo esto. Una mujer bajo la influencia, el film de nuestro amigo John Cassavetes se aventura a hacer una lectura sobre la adultez y su papel en la sociedad. Mabel no encajará a pesar de intentar hacerlo con todas sus fuerzas, con toda su cordura. Se repetirá a modo de mantra sanador que ella es adulta. Será un personaje del que nos falte casi toda la información de su tridimensionalidad, pero ahí estará el juego. Esa será la apuesta de Cassavetes animándose a una travesura digna de nuestro querido Cortázar. Poco sabremos de Mabel pero no importará, el personaje se construirá de manera tal de enamorarnos y grabarse de esa manera en nuestra memoria. Rowlands trabajará un registro de composición casi al límite de la parodia, exagerado pero no tanto, grotesco pero sin siquiera estar cerca de serlo. Magia pura. Actuación plena y delicada, el juego mismo. Su  personaje parecerá estar desconectado del universo que lo rodea. Realizará gestos opulentos, murmurará monólogos inaudibles, se reirá a los gritos cuando todos callen. Habrá solo una cosa que la traiga y que la conecte con el aquí y ahora, eso será el amor profundo a sus hijos. Claro, con ellos estará en la misma sintonía del juego. Mabel será maravillosa porque sabrá jugar. Jugará en un mundo de apariencias, repleto de sombras y convenciones. Ante todo ese cartón pintado, esos espejitos de colores, ella será verdadera en el juego, en la risa y en el baile. Aquella inocencia estará retratada con una cita a otro amigo de la casa, el señor Albert Lamorisse. Se reproducirá el famoso plano icónico del mediometraje Un globo rojo con Mabel sentada sosteniendo uno en medio de una fiesta improvisada con sus hijos. Se cuestionará todo el tiempo esta actitud de Mabel y esto a ella la alterará. Entenderá allí que lo que está en juego no se negocia. Caerá entonces sobre ella todo el peso de la sociedad con su molde mohoso de normalidad. Será terrible, digámoslo… será triste. 



El film estará estructurado bajo aquella idea Bressoniana del cinematógrafo en contraposición del concepto común del cine. Dirá Bresson que el cine busca la expresión inmediata y definitiva mediante mímica, gestos y entonaciones de voz. En cambio el cinematógrafo es decir la verdad sobre lo real, es permitir que lo real diga la verdad al provocar las condiciones de su encuentro por parte del espectador. En esta operación el cineasta actúa como una especie de mediador inspirado. En estos mismos términos trabajará Cassavetes. Priorizará el encuentro con lo real, con la chispa según términos de Bresson, antes que cualquier defecto que las leyes de la composición o el montaje condenen. Esto aportará inmensamente al sentido de verdad del relato, de las interpretaciones actorales, logrando una conexión con el drama que nos acompañará durante las dos horas y media del film. Será una película larga pero dinámica, dolorosa pero sin golpes bajos. Alguna vez en este programa comentamos aquella historia de Sir James Barrie narrada por él mismo en la biografía escrita sobre su madre Margaret Ogilvy. A raíz de este film, creo que vale la pena volver sobre ella. En la biografía Barrie escribe lo siguiente: el horror de mi infancia es que yo sabía que se acercaba el tiempo en que  debería renunciar a mis juegos y eso me parecía intolerable. Resolví seguir jugando en secreto. Mabel, como en su momento Barrie, optó por aquella alternativa para que la sociedad deje de lastimar y perseguir aquella niña que solo quería seguir jugando. Los que este programa integramos entendemos al deseo de jugar de la misma manera. Aún con todo nuestro cansancio encima nos repetimos cada día que seguiremos jugando a pesar de todas la miradas miserables que por ello nos condenen. Continuar jugando, sacudiéndonos los años de los hombros, es haberle encontrado algún sentido a todo esto. Es la travesura que nos prometimos aquel día, es escaparle a la mediocridad absoluta de seguir viviendo con el único fin de acumular bienes y prestigio. Mabel no quería crecer para no resignarse a ser lo que los demás querían que sea. No quería crecer para no perder jamás la sorpresa y el asombro, para no olvidar nunca su capacidad lúdica. Bajo aquella consigna nos encontraremos siempre, jugando con todas nuestras fuerzas, aunque debamos hacerlo en el más absoluto de los secretos.       

 

Lucas Itze.-

 

Canción post impresiones

 


UNIVERSO CASSAVETES

 


Nació el 9 de diciembre de 1929, hijo de inmigrantes griegos, cursó sus estudios en la famosa Academia de Artes Dramáticas donde se graduó en 1950. Luego empezó a actuar en películas y series de televisión (Doce del patíbulo y El bebé de Rosemary como las más importantes). En 1954 se casaría con Gena Rowlands, quien sería clave en su vida y en sus films. El de origen humilde, ella de familia adinerada y ambos conflictivos, lo que reflejarían en varios films. En 1959 debuta como director con Shadows, que tuvo que ser financiado en Europa porque en su país no lo querían hacer, luego del Premio de la crítica en Venecia, empieza a lograr reconocimiento en su país. 



En 1961 dirige Too Late Blues sobre un grupo musical de jazz y su tercer film es Un niño espera, con Judy Garland como una profesora para chicos deficientes mentales.  En 1968 llega otra de sus obras notables: Faces, sobre la desintegración de un matrimonio. Es nominado al Oscar como mejor guión original. Dos años después llega Maridos, la historia de tres hombres que acuden al entierro de un amigo y luego se dan cuenta que la juventud se les ha ido de las manos. En 1971 sigue con una historia de amor titulada Minnie and Moskowitz, nombre de ambos protagonistas intepretados por Gena Rowlands y Seymour Cassel. Es el comienzo de la era dorada según los críticos. Siguió con Una mujer bajo la influencia y más adelante filma The Killing of a Chinese Bookie, la historia de un ex combatiente que tiene una deuda de juego y sus acreedores le aconsejan que pague la deuda con un asesinato. En 1977 llega Opening Night, otro trabajo excluyente de Gena Rowlands como una actriz que se toma a fondo sus papeles en Broadway. La misma Gena le dio vida a Gloria y le vale el premio Oscar por interpretar a la ex novia de un gangster que se tiene que hacer cargo del hijo de sus vecinos asesinados. La película gana el León de Oro en Venecia



En 1984 dirige el melodrama Torrentes de amor, donde actúa junto a su esposa y dos años después llega su inimaginable último film, Big Trouble, un film que no fue de su autoría pero que se posicionó como una exitosa comedia donde un agente de seguros planea con una cliente matar a su alocado marido, que recuerda un gran duelo cómico entre Peter Falk y Alan Arkin. Sorprendentemente, Cassavetes falleció el 3 de febrero de 1989 con sólo 59 años por una cirrosis hepática y nos dejó con ganas de ver que más tenía en mente uno de los padres del cine independiente americano.

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: A Woman Under the Influence

Año: 1974

Duración: 155 min.

País: Estados Unidos

Dirección: John Cassavetes

Guion: John Cassavetes

Música: Bo Harwood

Fotografía: Mitch Breit

Reparto: Gena Rowlands, Peter Falk, Katherine Cassavetes, Fred Draper, J. P. Finnegan, Matthew Labyorteaux, Angelo Grisanti

 

PELÍCULA COMPLETA

 

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