SINOPSIS
Bella Baxter es
una joven revivida por el brillante y poco ortodoxo científico Dr. Godwin Baxter.
Bajo la protección de Baxter, Bella está ansiosa por aprender. Hambrienta de la
mundanidad que le falta, Bella se escapa con Duncan Wedderburn, un sofisticado
y perverso abogado, en una aventura vertiginosa a través de los continentes.
Libre de los prejuicios de su época, Bella se vuelve firme en su propósito de
defender la igualdad y la liberación. (FILMAFFINITY)
EDITORIAL
Cae la serpiente sobre la tierra y su veneno destruye todo a su alrededor. Su piel brilla con el sol, sus colores son los de una deidad. Su mirada es oscura, filosa, penetrante, insoportable. Cae la serpiente en toda su longitud, sin pies, sin manos, sin alas. Solo aquella lengua bífida que imita al látigo que somete, que obliga, que castiga. Es la creación, es “el que se haga”, es la división entre lo oscuro y lo luminoso. Pero en toda aquello, la serpiente. Nacen los pastos y crecen, nacen todas aves, cada piedra y todo el vacío. Nace la ausencia, la carencia. El hombre se levanta y gobierna a las otras criaturas. Se alimenta de los frutos, bebe el agua de la tierra. La mujer se levanta también y cumple su destino de costilla, ocupa su lugar de proveedora, de vientre, de piernas y de sangre. ¿Pero, la serpiente? ¿Y sus filosos colmillos? ¿Y sus ojos fatídicos enfermos de tanta negrura? Alguien grita a lo lejos y organiza sus labios. Repica la lengua, la hace jugar contra los dientes. Corta el aire, lo siente en sus pulmones que no se vacían del todo. Grita y en su grito encuentra el silencio. Nace la palabra. El hombre la encuentra callando. La separa en su silencio. El grito muere y se ahoga. El hombre de pie. La mujer de pie. Sus miradas se cruzan y se enfrían como nunca antes lo habían hecho, parecen comprender algo, ordenar cierto caos, crear un punto fijo en la siempre tormentosa existencia de la nada. Experimentan el miedo. Lo sienten nacer en el pecho. Apoderarse del destino escrito de aquel tormentoso rio de la vida que es la sangre. Los sienten querer huir por la piel, por los ojos que derraman su orgasmo de dolor. Se alejan callados e llevando consigo la palabra.
La
serpiente los escucha y arrastra su cuerpo. Su cuerpo sin piernas, su cuerpo
sin manos y sin alas. Los busca, como la vibración de un mantra busca el
nirvana. Los siente pisar la tierra, la creación que contiene la luz y la oscuridad,
el día y la noche, lo bueno y lo malo. Ve un fuego que brilla en el interior de
una cueva. Un vientre materno, encendido, flotando sobre la inmensa nada. Ve las
sombras sobre una pared. El y Ella reguardados de la negra y colosal noche,
donde juega lo desconocido, lo sin nombre. Miran las sombras, las tocan. Las
invocan creando un ritmo, aplaudiendo fuerte con las manos, golpeando firme el
suelo con sus pies. El y Ella viven las sombran que proyectan. Vencida por el
cansancio Ella cae al piso, con su cuerpo goteando, con sus muslos firmes por
la danza ritual, con sus uñas negras de la tierra, de la vida. La serpiente se
acerca a la tertulia zigzagueante, arqueando su cuerpo, sintiendo aquel suelo
como ninguna otra bestia. Su olor, su vida, su ritmo, aquel palpitar de lo vivo.
Ella gira y ve sus ojos. Negros como el mundo sin nombre. Ella y ella se miran,
la pregunta nace. Mentira lo que lo ojos ven. Mentira lo que pienso y mentira
aquello verdadero. Pobres criaturas.
Lucas Itze.-
Canción
elegida para la editorial
IMPRESIONES SOBRE POBRES CRIATURAS
Explorar es un deseo inherente al ser humano. Desde nuestro nacimiento, nuestras facultades intentarán conocer, comprender, descubrir y acreditar ciertos actos o situaciones. La sociedad, con sus normas, intentará encapsular las actitudes rebeldes para eliminar esa idea de libre albedrío. Ni hablar si ese deseo parte de una mujer. Durante el transcurso de la historia se fueron creando leyes para abolir sus intentos de igualdad. Desde que Eva mordió la manzana empezó esa cacería. Tuvieron que pasar siglos para que ellas puedan expresarse definitivamente. Millares murieron a causa de ese patriarcado inherente a la sociedad. Y otras miles lo siguen padeciendo. La mujer vista como objeto, la madre que tenía que cuidar a los hijos mientras el macho proveedor trabajaba y se emborrachaba. En ellas no debía haber deseos. Y todo lo relacionado a lo sexual era directamente impuro. La hoguera las esperaba con los brazos abiertos. Hasta hace algunas décadas había juegos de mesa o publicidades de televisión donde mostraban que el lugar de ellas era la cocina o los quehaceres de la casa. Una mujer que desea, da miedo y se posiciona en contra de los mandatos sociales y opresivos. Allí radica la búsqueda de la felicidad, el empoderamiento y, sobre todo, la libertad y la fuerza de su convicción. Y la naturaleza del ser humano entonces tiene que ser derribar esas barreras y romper esos moldes impuestos. El arte siempre se caracterizó por tratar de destruir lo establecido.
Desde un bandoneón de Piazzolla hasta la anarquía de los Sex Pistols. Desde Picasso desafiando al franquismo o Charly poniendo palabras extrañas para que lo militares no entiendan las metáforas. El mundo del cine, sin dudas, dejó miles de imágenes y denuncias. Desde los cortos de Chaplin hasta el neorrealismo italiano. El Expresionismo, Kubrick, y mucho más acá, el siempre polémico Lars Von Trier, buscaron transgredir. De esos jugos bebe nuestro querido amigo Yorgos Lanthimos. Ya sus primeras películas minimalistas mostraban esa denuncia patriarcal, con Canino como máximo exponente. Con los años todo se volvió más grandilocuente, hasta que en Pobres Criaturas confirma que todo ese proceso narrativo culmina con un film tan desafiante como provocador. Estamos ante una película donde cada imagen, cada diálogo, cada plano y cada vestuario tiene una intención y está basada en una novela de Alasdair Gray del año 1992, por lo que ya era un adelantado a una época. El guion fue firmado por Tony McNamara, pero la autoría de colores y escenario, son propios del director griego. El film comienza con una mujer de espaldas, con un enorme vestido azul, saltando al vacío. El primer impacto sonoro de esa música hitchcokiana ya nos mete de lleno en la historia, pero durarán unos segundos. Luego del título, otra vez el piano aparecerá en escena, pero esta vez tocado por la protagonista. En un blanco y negro perfecto, conoceremos a Bella Baxter (una increíble Emma Stone, que dato no menor, también oficia de productora) y veremos su mundo con la misma sorpresa que ella. Luego, será el turno de su “padre”, Godwin, un estrafalario científico, lleno de cicatrices también producto de los inventos de su padre.
La historia está ambientada en el siglo XIX, plena época victoriana pero con una visión futurista, casi una distopía antigua. Al principio veremos a Bella caminar y hablar con dificultad, pero nos llamarán más la atención ciertas cruzas de animales que aparecen en la casa, mezclas de perro y pato, por nombrar alguno. Luego, nos develarán la verdadera historia: Bella es un experimento del científico mágicamente interpretado por Willem Dafoe. Godwin (un Dios ganador…) encontró el cuerpo de la mujer luego de su suicidio estando embarazada y así nuestro Frankenstein cambió el cerebro de la joven por el de la bebé que estaba en la panza. Madre e hija a la vez. La primera parte de la película nos mostrará los primeros pasos de la joven, su encierro y su auto exploración. Todo marcado en una fotografía en blanco y negro, con una escala de grises que se ve de manera brillante. La aparición de un ayudante de su padre, su casi casamiento y la huida con un abogado de la familia, serán la excusa perfecta para que Bella salga a explorar el mundo, para que escape del encierro. Las composiciones de planos del director serán de una técnica superlativa. Utilizará sus clásicos ojos de pez para sentir el encierro de la protagonista y también unos travellings típicos de su filmografía. Se encontrarán angulares y figuras que nos recordarán al Expresionismo Alemán. Los planos detalle estarán a la orden del día y los encuadres no dejarán nada librado al azar, como una máquina perfectamente encastrada, donde la cámara se moverá lentamente. Los primeros planos de Bella y Godwin marcarán también sus emociones y sus comportamientos. También notaremos asimetrías propias de Kubrick o personajes en el centro de la escena. Los sonidos y la música serán parte clave. La melodía nos sacudirá y la tendremos en la cabeza sonando como un trompo.
La
fotografía será otro gran logro, ya que pasará de ese blanco y negro a una
iluminación bien cargada, que se sirve de tonos como azules o verdes que luego
se mezclarán con colores cálidos como el rojo y el amarillo para mostrar las
emociones de la protagonista. A medida que Bella empieza a investigar y pasar
por diferentes lugares y países, todo se vuelve más grandilocuente. El
barroquismo será parte de ese mundo que Bella descubre, donde todo parece
recargado y que nada tiene fin. Todo es desproporcionado y exagerado. Y está
bien que así sea. Habrá algo gótico en ese comienzo como así también se podrá
apreciar cierta estructura manierista en esos pasajes que la protagonista irá
descubriendo. El diseño de las locaciones y el vestuario serán de una factura
impecable, ya sea en su casa, en Lisboa, en el barco donde se dará la curva
dramática del film, en Alejandría o en París. En ese viaje descubriremos a ese
ser humano natural y su inocencia animal, desintoxicado por los mandatos
sociales. Bella crecerá, explorará, hará preguntas y tendrá deseos. Descubrirá
el sexo, pero también la lujuria y la pasión. Llegarán las preguntas
filosóficas y la empatía de la mano de la pobreza. Porque, recordemos, Bella es
una persona sin moral, ya que nadie le ha enseñado ciertas cosas para ser parte
de una sociedad (por tal motivo no encuentra cuestionable la prostitución,
entre otras cosas). Es, en definitiva, una mujer libre, entonces aparecerán los
personajes masculinos para tratar de cercenar ese pensamiento independiente de
Bella. Y notaremos que, sin poder, son menos que nada. Bella nos mostrará ese
viaje desde una niña inocente hasta una mujer empoderada. Y nos hace recordar que la
libertad, está más en nuestros actos, que en ciertos slogans de moda.
Marcelo
De Nicola.-
Canción post impresiones
UNIVERSO LANTHIMOS
Nacido en Atenas el
27 de mayo de 1973, llegó al mundo del cine desde los comerciales y la
televisión, lugar donde empezó a hacer conocido a mediados de los ´90. Estudió
dirección de cine y televisión en la Escuela de Cine de Atenas. Su
punto de partida llegó en 2001 cuando filmó junto a su mentor Lakis
Lazopoulos la comedia Mi mejor amigo. Un año después se
larga en solitario con el corto Uranisco Disco y el segundo
largo llegaría en 2005, sería Kinetta, donde en un pequeño y
solitario pueblo griego se empiezan a cometer una serie de asesinatos. En 2009
se empieza a hacer famoso al dirigir Colmillo (Canino) donde
logra una nominación al Oscar como mejor película de habla no inglesa, y
el Premio “Una cierta mirada” en Cannes.
Dos años después
llega Alps, sobre un grupo de enfermeras que trabajan atendiendo
las necesidades de las familias que han perdido a sus seres queridos y buscan
reemplazar a estos a cambio de dinero. Volvió a estar en boca de todos los
críticos en 2015 cuando lanzó ya con un reparto estelar (Colin Farrell, Rachel
Weisz, Lea Seydoux, John C. Reilly) el film Langosta. Dos años
después filma en Reino Unido El sacrificio del cuervo sagrado, un
thriller psicológico familiar que se alza con el premio a guion en
Cannes pero que las críticas, al igual que con Langosta, fueron
positivas o negativas. En 2018 termina de confirmarse como uno de los cineastas
más importantes de Europa gracias a La
Favorita, con dos de sus actrices fetiche: Olivia Colman y Rachel Weisz,
y suma a Emma Stone. 10 nominaciones
al Oscar (película, guion, dirección) entre las que estaban nominadas las 3
actrices. Colman se llevó todos los premios del año por su interpretación
de la Reina Ana de Inglaterra, en una película basada en la guerra
con Francia del siglo XVII.
En 2019 realizó el
cortometraje Nimic con Matt Dillon como protagonista, sobre un
chelista profesional tiene un encuentro fortuito con una extraña en el metro
que tiene consecuencias inesperadas en su vida. El mundo post pandemia lo
encontró dirigiendo Pobres Criaturas,
donde confirma todo su talento y muestra que su universo se expande. 11
nominaciones al Oscar (4 premios) y el León de Oro en Venecia. Nuevamente con
el trío Stone-Dafoe-Qualley, a los que se suma Jesse Plemons, en 2024 filma Tipos de gentileza, en un film de su
autoría co-guionado con su compañero Filippou,
una Fábula en forma de tríptico que narra tres historias: la de un hombre
atrapado que intenta tomar las riendas de su propia vida; la de un policía
aterrado porque su mujer, que había desaparecido en el mar, ha vuelto y parece
otra persona; y la de una mujer decidida a encontrar a alguien con un don
especial, destinado a convertirse en un prodigioso líder espiritual. Su próxima
idea es Bugonia, otra vez con Emma
Stone y Jesse Plemons, donde un joven captura e interroga a un hombre de
negocios que cree que es un invasor alienígena. El captor, su novia, el
empresario y un detective privado se enzarzan en una tensa batalla psicológica.
Remake
del film coreano "Save the Green Planet".
FICHA TECNICA
Título original: Poor Things
Año: 2023
Duración: 141 min.
País: Irlanda
Dirección: Yorgos Lanthimos
Guion: Tony McNamara. Novela: Alasdair Gray
Reparto: Willem Dafoe, Emma Stone, Margaret Qualley, Mark Ruffalo, Kathryn
Hunter, Christopher Abbott, Jerrod Carmichael, Ramy Youssef, Hanna Schygulla,
Charlie Hiscock, Vicki Pepperdine, Attila Dobai, Emma Hindle, Suzy Bemba,
Anders Olof Grundberg, Attila Kecskeméthy, Owen Good, Kate Handford
Música: Jerskin Fendrix
Fotografía: Robbie Ryan
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