SINOPSIS
Los vecinos de una pequeña población rural de
Pennsylvania viven atemorizados por culpa de unos extraños seres que habitan en
los bosques circundantes. Saben perfectamente que para salvarse deben cumplir
escrupulosamente ciertas reglas: evitar que vean el color rojo porque los
atrae, mantenerse alejados del bosque, donde esperan agazapados la llegada de
alguien, y obedecer la campana de alerta, que indica que se acercan a la aldea.
(FILMAFFINITY)
EDITORIAL
El viento silba densamente. Hay unas ramas que parecen invocar nuevos misterios. Los lobos aúllan porque la luna llena está radiante. Hay sombras que juegan sigilosamente. Se ven tan reales, pero pueden ser parte de nuestra propia imaginación. El silencio lo envuelve todo. Cada tanto algún ruido parece llegar de una carretera muy lejana. Demasiado lejana. Si pasara algo, jamás se enterarían, pienso. Hay que amigarse con el bosque, con sus ruidos, con sus silencios, con su noche. Solo esa luna llena y las miles de estrellas llevan algo de luz. Es otoño. Las hojas secas juegan en mi contra, porque cada destello de su rompimiento quiebra la curiosa armonía del lugar. Siento mi pecho contraído y los pensamientos se transforman en miles de historias que nos contaron de chicos. Será una pelea entre mitos y verdades. ¿De qué verdad hablamos cuando decimos la palabra verdad? ¿De las que nos contaban cuando éramos niños? ¿De las que nos intentan convencer los jefes de estado? ¿De las qué nos dictan las leyes que siempre favorecen a los mismos? ¿De las qué nos venden los mártires de las iglesias? Permítanme dudar. Acaso la misma sociedad creó sus propios mitos a imagen y semejanza. Con sus leyes, con sus actos, con sus festividades, con sus tradiciones. Olvidando esas verdades de las que tanto hablan.
Perdón, me
distraigo en esos pensamientos solo para que el tiempo pase. De pronto, una
sombra me vuelve a ese oscuro mundo. Ruidos de ramas y pasos que se acercan con
vehemencia. Siento como una respiración cada vez más cerca de mí. No veo nada… ¿acaso
me estoy precipitando hacia la locura? Acelero mis pasos mientras pienso en la
maldita linterna que se quedó sin pilas, ni al peor guionista de una película
de terror se le hubiese ocurrido semejante cliché. Un susurro de pronto empieza
a sonar más fuerte y empieza a envolver todo. No llego a escuchar claramente lo
que dice. El cansancio hace que me apoye sobre un árbol añejo, de troncos
enormes. “La verdad, la verdad, le tienen miedo a la verdad… ¿A qué verdad le
hacen caso? ¿Qué verdad los mueve? Quizás sean solo mentiras… oigan las
palabras del bosque, ese que nunca se equivoca, háganle caso a la naturaleza,
en sus voces está la verdad que están esperando”. Las palabras las sentí como
si me abrazaran y me las dijeran al oído. Y como todo ser humano, desoí la voz
de la naturaleza y empecé a correr sin sentido. Tanto que de repente los
primeros rayos del sol iluminaban todo. Sin querer, había encontrado el camino.
Y sin pensar, elegí creer mi propia
verdad, siendo uno más del rebaño, que camina derechito hacia esa aldea sin
magias ni emociones.
Marcelo De Nicola.-
Canción
elegida para la editorial
IMPRESIONES
SOBRE LA ALDEA
Definir la verdad es traicionarla. Ponerla en palabras, darle una forma, un contexto, sacarla del marco hipotético y enunciarla con pedantería en términos absolutos ya es intervenirla, ya es impregnarle toda la degradación humana. La propia filosofía trabaja arduamente en la búsqueda de aquella iluminación que supone el saber, pero no con el objetivo de encontrarlo finalmente. Allí se separa del sabio, o sea de aquel que sí carga con el peso insoportable de la sabiduría, ese sol que quemará nuestra vista para al fin darnos otra. La filosofía, por su lado, se entrega al amor de la búsqueda, ese es su único objetivo, el objetivo del enamorado, el darlo todo sin esperar nada a cambio, sin llegar a completar aquello que desea con tanto afán. No busca el cierre indagado, su conocimiento pleno, sino que aquello sobre lo que duda genere más y más preguntas. Buscar la verdad sin poder definirla en palabras, supone de por si un gran conflicto. Sostenerla sobre un grupo de hipótesis temblorosas, quizás sea algo imposible. En su Metafísica, Aristóteles dice respecto de lo verdadero lo siguiente: decir de lo que es que no es, o de lo que no es que es, es falso, mientras que decir de lo que es que es, y de lo que no es que no es, es verdadero. Su definición comienza con el acto mismo de enunciar. De esta forma, el filósofo saca a la verdad de las cosas para colocarla en el lenguaje, el cual pretende estar describiendo a las cosas tal como son.
La palabra como función organizadora de la verdad, de lo que es, de lo real. Sosteniendo entonces la hipótesis de que el ser no tiene forma de acceso a lo real, a lo verdadero sino a través del lenguaje, interponiendo su complejo sistema de subjetividad, creado como una delicada obra de orfebrería afectada por la propia historia, cultura, por sus propias vivencias, podemos entonces introducir a la mentira. Si el lenguaje maneja una verdad, la debe oponer objetivamente a su opuesto, una mentira. Nietzsche dirá entonces que la verdad es la mentira más eficiente. Lo verdadero, lo real, lo absoluto, será una mentira que habrá logrado su objetivo. En este sentido, podemos pensar entonces que lo verdadero no depende de un hecho comprobatorio sino del convencimiento. Dirá más adelante Federico que no hay hechos, solo interpretaciones. Por otro lado, podemos pensar en los sofistas, aquellos usureros de la argumentación, aquellos tipos que cuando se democratizó la palabra escrita cobraban para enseñar a sostener retóricamente una idea. Protágoras, tal vez junto a Gorgias uno de los sofistas más renombrados, sostenía que el hombre es la medida de todas las cosas. Nuevamente la idea de que la verdad es una creación, una construcción colectiva. El film La Aldea, del director M. Night Shyamalan, se construirá sobre esta idea de verdad. Habrá un claro paralelismo con la mitología católica del paraíso que ayudará a construir la trama. Un grupo de ciudadanos hartos de padecer los horrores de la vida en sociedad deciden aislarse en un bosque donde buscarán vivir protegiendo la inocencia, desarrollando la empatía y el autoabastecimiento.
Lucius, será una especie de Lucifer que buscará todo el tiempo
desafiar el hermetismo del paraíso creado por los mayores y para cruzar las
fronteras donde habitan las fieras, los monstruos, los gigantes. Tras un
accidente surgirá la urgencia real de atravesar los límites del paraíso y la
encargada será Ivy, aquella
pelirroja ciega que nos hará pensar en esa Lilith, la primera mujer de Adán
expulsada del paraíso, y obligada a habitar en la tierra de los gigantes. El
film narrará la trama de forma lineal, quebrando la temporalidad solamente dos
veces a través del uso del flashback. Desde el comienzo de la cinta, se
trabajará la idea de muerte. Ya en los planos de apertura, Shyamalan optará por
imprimir los títulos iniciales sobre ramas desnudas otoñales. Desde el
comienzo, el director, nos estará indicando que allá afuera está lo que corrompe,
lo que mata, allá, atravesando el bosque. La paleta de colores se mantendrá
dentro de los marrones reforzando la idea otoñal. El relato usará como temática
la verdad y la muerte. Hablará de la deconstrucción de la medida hecha por el
hombre, del triste descubrimiento de la palabra en la construcción de la verdad
y de los absolutos. Hablará de la muerte
definitiva de una mentira eficiente.
Lucas
Itze.-
Canción
post impresiones
UNIVERSO
SHYAMALAN
Manoj Nelliyattu Shyamalan nació el 6 de agosto de 1970, en Mahe, Puducherry, India. Su padre es un neurólogo de origen malayo y su madre es una obstetra y ginecóloga de nacida en India. Cuando tenía seis semanas, su familia emigró a Estados Unidos y fue criado como hindú en Penn Valley, Pensilvania. A los ocho años le regalaron una cámara Super-8, y a partir de entonces surgió su pasión por hacer cine imitando a su héroe de aquel entonces, Steven Spielberg. A los 17 años, había realizado ya 45 películas caseras. Estudió en la Escuela Tisch de las Artes (TSOA) de la Universidad de Nueva York. Su primer largometraje llegó en 1992 cuando estrenó Praying with Anger, una autobiografía en donde vuelve a su país luego de graduarse y se siente un extranjero en su propio país. En 1998 dirigió Los primeros amigos, una película sobre un niño de diez años que busca a Dios luego de la muerte de su abuelo. La fama internacional llegaría al año siguiente, cuando filma la película más spoileada de la historia: Sexto sentido, donde Bruce Willis interpreta a un psicólogo que intenta ayudar a un niño de 8 años con sus visiones. 6 nominaciones al Oscar, incluyendo película, director, montaje, guión original lo lanzaron al estrellato.
Vuelve a trabajar con Bruce Willis, esta vez junto a Samuel L. Jackson, para El protegido, una historia sobrenatural y con superhéroes diferentes, que daría comienzo a una trilogía que se completaría con Fragmentado y Glass, varios años después. En 2002 lanza Señales, con Mel Gibson, la historia de un pastor y unas señales extraterrestres que aparecen en su campo. En 2004 llega La Aldea, que es para muchos su última película interesante, sin contar las de las trilogías anteriormente mencionadas. En 2006 dirige La dama en el agua, donde Paul Giamatti es el encargado de un bloque de apartamentos, descubre una tarde a una ninfa (Bryce Dallas Howard) en la piscina de la urbanización. Acá las críticas empiezan a ser más fuertes. Mark Whalberg y Zooey Deschanel son los protagonistas de la pandémica El fin de los tiempos, dirigida en 2008.
Dos años después llega El último
maestro del aire, una fantasía épica que responde a Avatar y que fue un
fracaso. En 2013 filma Después de la
tierra, historia creada por Will
Smith, quien protagoniza la cinta, un film de un futuro apocalíptico que
fue liquidado por la prensa mundial. Vuelve a lo suyo en 2016 con Los huéspedes, un film de bajo
presupuesto que lo devuelve a las buenas críticas. Luego de Fragmentado y
Glass, en 2021 llega Viejos, una
historia de anomalías temporales con Gael
García Bernal. También sobre vacaciones, pero esta vez en una cabaña en
lugar de una playa como la anterior, llega Llaman
a la puerta, una película de suspense que tuvo buenas críticas. Su último
film se acaba de estrenar este año, hablamos de La trampa, que vuelve a poner al director en el foco por las
críticas negativas, tanto de la prensa como de los espectadores.
FICHA
TÉCNICA
Título original: The Village
Año: 2004
Duración: 108 min.
País: Estados Unidos
Dirección: M. Night Shyamalan
Guion:
M. Night Shyamalan
Reparto:
Joaquin Phoenix, Bryce Dallas Howard, William Hurt, Sigourney Weaver, Adrien
Brody, Judy Greer, Michael Pitt, Brendan Gleeson, Cherry Jones, Jayne Atkinson,
Celia Weston, Frank Collison.
Música: James Newton Howard
Fotografía: Roger Deakins
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