SINOPSIS
Jake
EDITORIAL
EL VERDADERO
OPONENTE
Uno dos y esquivar el vuelto. Entrar y salir. Pasos laterales y la pera al pecho. Siempre la cabeza en movimiento y uno y dos y buscar el achique. Hacer el trabajo corto y salir. El coraje sirve pero la técnica te mantiene en pie. Esquives cortos y cintura. Escuchar entre el barullo ensordecedor la música de la combinación, sentir su tempo. Anticipar y jamás regalar nada. Dosificar el aire y aprovechar la defensa para respirar. Todo se desarticulo con el primer golpe. Un amague de jab, un cabeceo y un dos potente en la nariz completamente descubierta. Un dos con furia, un dos salvaje que aturdió mis sentidos por unos instantes que fueron eternos. Entrar y salir me repetía pero las luces y los gritos me enceguecieron. Solo con coraje llegue hasta el sonido de la campana, la técnica había caído. Volví a la esquina con una hemorragia leve que con un rápido trabajo lograron resolver. Mis oídos zumbaban por una combinación rápida de dos cross que mis guantes no lograron bloquear. El entrenador usaba frases cortas, inaudibles y con sus ojos buscaba mi mirada que seguía perdida, desenfocada. Solo escuché levanta la guardia, vos podes y luego me empujaron al centro del ring. Giré y ya no había nadie.
Logré conectar una combinación que yo creí potente pero que no pareció afectar demasiado a mi oponente. Hacer el trabajo corto y salir, pero en el momento de salir un ataque en ráfaga logro cortar mi guardia y también mi ceja y con ella claro, mi ánimo. Me repetí sin ningún éxito las únicas palabras que había logrado entender de mi entrenador: Levantar la guardia. Yo puedo. Las cuerdas me atraparon e intenté algunos movimientos de cintura que empeoraron las cosas. Salte sobre mi oponente en un agarre de clinch para lograr tomar un poco de aire pero principalmente para detener sus brazos que se movían con una velocidad que no estaba para nada en mis planes. Siempre había sido advertido a lo largo de todo mi entrenamiento de la existencia y uso de los contragolpes, de las distintas técnicas de defensa y ataque. Podía recitarlas de memoria. Había logrado naturalizar movimientos de brazos sin pensarlos. Combinaciones de golpes que aparecían sin evocación alguna, estaban allí como un reflejo similar al parpadeo o la respiración misma.
Había estudiado atentamente los movimientos
de aquel hijo de puta que no paraba de acertarme golpes, que no se cansaba de
hacer rebotar mis propios guantes contra mi cabeza, contra mi vergüenza. Fui
advertido durante todo mi entrenamiento sobre eso, pero jamás nadie mencionó al
miedo. La soledad devastadora de estar allí parado y que las cosas no
funcionen, que la respiración no acompañe, que las defensas fallen una y otra y
otra vez. Ninguno de mis entrenadores jamás mencionó cómo el aturdimiento me
haría entrar en pánico y cómo este se apoderaría de mis brazos entumeciéndolos,
dejándolos rígidos casi al punto de la inmovilidad y cómo todo aquel esfuerzo
en vano consumiría el poco oxigeno que me quedara en el cuerpo. Nunca jamás
nadie lo mencionó. Aquella noche tuve mi primera lección legítima de boxeo.
Aquella noche conocí al único oponente, aquel contra el que uno pelea realmente
cuando sube a cualquier cuadrilátero y ni la silla te dejan. Aquella noche,
conocí al miedo.
Lucas Itze.-
Canción elegida
para la editorial
IMPRESIONES SOBRE TORO SALVAJE
Ahí está la
bestia. El animal enjaulado a punto de comerse el corazón de su próxima presa.
La sangre brota pero no importa. Apenas le suelten la correa volverá a
destrozar a su víctima. Y también a si mismo. Para él no importarán sus
consecuencias. Es capaz de morir para matar. Cuanto más dolor, más sufrimiento.
La autodestrucción es parte de su ADN. No habrá amigos cuando huela miedo. Y la
caída hacia al abismo puede ser muy grande. Tan grande como su talento. Tan
grande como su arrogancia. Y la soledad estará del otro lado del ring, siempre
dispuesta a pegar el golpe definitivo. Y el campeón también caerá y besará la
lona mientras el conteo llega hasta diez. Mil veces hemos escuchado esas historias.
Hemos visto películas, leído libros o escuchado entrevistas. Pero no tantas
veces hemos encontrado una historia retratada de la manera que lo hace el gran Martin Scorsese en Toro Salvaje. El film será sobre el boxeador Jake
El guión estará a cargo de Mardik Martin y sobre todo, de Paul Schrader, quien había escrito Taxi Driver y luego trabajaría con el director en La última tentación de Cristo y Vidas al límite. La película estará sostenida por dos patas fundamentales del universo del director. Por un lado, las actuaciones. Empezando con un Robert De Niro que logra uno de los mejores papeles de su enorme carrera, acompañado por un, en ese entonces, sorprendente Joe Pesci y una destacada Cathy Moriarty. Y por otro, su gran amiga y mano derecha, la montajista Thelma Schoonmaker. La cámara de Scorsese se meterá dentro del ring y cada golpe lo sentiremos como propio. Cada elipsis temporal entre golpe y round será fruto de una perfecta edición de montaje. El trabajo marcará un antes y un después para ambos, ya que sería el fruto de la unión de la sociedad y Thelma pasaría a ser exclusivamente montajista de Scorsese (con el que ganó tres Oscars, nada menos). Éste filmará con maestría cada plano. Los picado y contrapicado durante las escenas de combate aportarán tensión, realismo y nos enseñará quien está dominando a su oponente. Cada encuadre tendrá siempre un porqué. Nos encontraremos con travellings, planos secuencia que se convertirán en clásicos y también planos detalle para sentir los momentos en que la pantalla nos agobia, y como los rivales, queremos escapar de ahí.
Habrá otro gran acierto en la elección de la
fotografía de Michael Chapman. Será
un blanco y negro que evocará la época en la que está ambientado el film y la
escala de grises servirá para medir la turbulenta vida del protagonista. Y ese
será el eje central de la historia. No serán sus hazañas ni sus derrotas
deportivas. La curva dramática estará dada por la vida de Jake. Encontraremos a
un hombre arrogante y salvaje en el sentido más fuerte de la palabra. La
violencia como forma de vida. Su carácter y sus celos enfermizos desatarán un
infierno. Scorsese no edulcorará nada y ahí estará el gran acierto. Nadie
empatizará con el protagonista. Mostrará mujeres humilladas, pisoteadas y
utilizadas como mercancía. Aunque llegará un punto de no retorno, también para
ellas. Será una historia más del descenso a los infiernos. Será una fotografía
de una época. Y la mafia, algo común en el mundo Scorsese, como una arista más
del relato. Evitará, como se pensó en un principio, mostrar la infancia para
justificar tanta vehemencia. La paranoia y el abatimiento psicológico darán
lugar a un sinfín de preguntas sobre su propia moral. “No soy un animal. No soy
esa persona, No soy tan malo” se busca auto convencer mientras llora en una
celda. Su complejo sentido de inferioridad y esa auto destrucción son lo que
hacen que él sea su principal enemigo. Y el miedo a la soledad. Y el cambio
para llegar a la redención. Allí quizás hallará la única manera para no
encontrarse sólo...
Marcelo De
Nicola.-
Canción post
impresiones
UNIVERSO SCORSESE
Martin Scorsese
nació en la ciudad de Nueva York el 17 de noviembre de 1942, como el segundo de
los dos hijos de Charles Scorsese (1913-1993), planchador de ropa y actor, y
Catherine Scorsese (Cappa, de soltera; 1912-1997), costurera y actriz; ambos
trabajaban en el Garment District. De una infancia compleja por los ataques de
asma, iba a una escuela católica y hasta pensaba en ser sacerdote, aunque
tiempo después diría que esa vocación católica era, en cierto modo, a través
del cine. Luego terminó estudiando Bellas Artes haciendo un master en dicho
curso. En 1959 rodó con una súper 8 que fue su primer acercamiento al cine.
Mientras realizaba sus estudios en
Luego llegó el musical New York, New York con Liza
Minelli. Los ´80 arrancarían con otro clásico: Toro Salvaje,
con De Niro interpretando al boxeador Jake
Los ´90 arrancaron con todo gracias a Buenos Muchachos, continuó con la remake de Cabo de Miedo, con otro
Robert De Niro genial. En 1993 filmó la romántica La edad de la
inocencia, demostrando que no sólo vivía de gangsters pero dos años después
apareció para muchos, una de sus mejores películas: Casino. En 1997
llegó otra polémica: Kundun, sobre el Dalai Lama en el Tibet, film
censurado en China. Cerró la década con la pequeña pero no por eso menos
encantadora Vidas al límite, nuevamente la alienación, esta vez en
el mundo nocturno de las ambulancias. Los 2000 lo vieron volver con todo,
arrancando con Pandillas de Nueva York, donde vuelve a trabajar
con Daniel Day-Lewis y suma a su otro actor estrella: Leonardo
DiCaprio, que sería quien se ponga en la piel de Howard Hughes en
su próximo film: El aviador. En 2006 llegaría por fin el anhelado
Oscar gracias a Los Infiltrados, remake de un film hongkones
titulado Infernal Affairs. En 2010 llegó
Un año más tarde llegó su homenaje al cine con La
invención de Hugo Cabret. Otra vez vuelve a trabajar con DiCaprio en una de
las grandes películas de la década cuando hacen la comedia negra El
lobo de Wall Street. En 2016 filmó Silencio, quizás su película
más floja de los últimos 20 años sobre misiones jesuitas en el Japón del siglo
XVII. Su último y esperado film es El irlandés, esa historia
crepuscular sobre los gangsters que persiguió toda su vida. DiCaprio alguna vez
declaró: “para él la trama es secundaria. Su prioridad es encontrar
el corazón de la historia a través de los actores con quienes trabaja”.
FICHA
TÉCNICA
Título original: Raging Bull
Año: 1980
Duración: 124 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Martin Scorsese
Guion: Paul
Schrader, Mardik Martin. Autobiografía:
Jake LaMotta
Música: Varios
Fotografía: Michael Chapman (B&W)
Reparto: Robert De Niro, Cathy Moriarty, Joe Pesci,
Frank Vincent, Nicholas Colasanto, Theresa Saldana, Mario Gallo, John Turturro,
Frank Adonis, Martin Scorsese
PELÍCULA COMPLETA
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