martes, 31 de agosto de 2021

IDA

PROGRAMA 341 (27-08-2021)

 

SINOPSIS

 

Polonia, 1960. Anna (Agata Trzebuchowska), una novicia huérfana que está a punto de hacerse monja, descubre que tiene un pariente vivo: una hermana de su madre que no quiso hacerse cargo de ella de niña. La madre superiora obliga a Anna a visitarla antes de tomar los hábitos. La tía, una juez desencantada y alcohólica, cuenta a su sobrina que su verdadero nombre es Ida Lebenstein, que es judía y que el trágico destino de su familia se remonta a la terrible época de la ocupación nazi. (FILMAFFINITY)

 

EDITORIAL

 

Todo lo que podamos decir de dios no hará más que alejarnos de dios. Su triste holograma camina sin apuro por los arrabales de nuestro pensamiento. Su silencio eterno se desgrana en la voz de todos y de todas. Ese silencio que nos habla vistiendo los sofisticados ropajes de las metáforas grandilocuentes. Aquel silencio de fin de fiesta, de risa que se apaga, ese silencio, preludio de toda angustia. La foto de la más sola de todas las soledades. Decir dios es matar a nuestra propia creación porque después de todo no hay quien no comprenda que la idea de aquella entidad nos excede, nos desborda, nos aleja. Su concepto habita bien lejos de nuestros límites sea cual sea el área que estos abarquen. La desesperación arde en nuestras tripas y ensaya respuestas variopintas que diseñan reinos soñados y llenan el amargo y oscuro abismo para así poder cerrar nuestros ojos hastiados cada noche y poder continuar al día siguiente cuando el sol se eleve. Allí es cuando la trampa inicia, cuando el plan se despliega por nuestros nervios y ya no hay más preguntas. La bala es semántica y aniquila toda lógica y su muerte arrastra la belleza de cualquier reino. Llenaremos nuestras embusteras bocas con historias del más allá para alivianar la corrosiva angustia que nos genera nuestra condición finita, nuestra existencia solitaria y fugaz. Pero el remedio, estimada banda, es la enfermedad. 



Describimos aquello que nos excede utilizando las categorías propias e inherentes a nuestro conocimiento. Pensamos el más allá con conceptos y palabras que pertenecen al más acá. Proyectamos sobre la idea de dios aquello que entendemos de nosotros mismos para concebir al otro, proyectamos las sombras de nuestro conocimiento y también de nuestra propia historia. Pensar en la deidad, cualquiera sea el nombre que le pongamos, es apropiarse de su idea y entenderla en el interior de nuestras propias limitaciones. Dios es lo otro y lo otro es siempre inabarcable. Estamos solos en un mundo que se muere a la deriva en el oscuro océano del universo. Estamos solos transitando el camino de este absurdo viaje hacia la nada. Un cascote frio atravesado por las feroces fauces del tiempo. Matar a dios es arrancarnos el pesado bozal de lo absoluto y universal. Matar a dios para que no seamos más pensados, porque somos nosotros los que apostamos a un ser que se busca siendo. Matar a dios, porque somos nosotros los que en definitiva somos. 

 

Lucas Itze.-

 

Canción elegida para la editorial

 


IMPRESIONES SOBRE IDA

 

Indagar en la fe siempre resulta, desde ciertas perspectivas, un acto penitente. Su poder sobrenatural ha creado fanatismos religiosos alrededor del planeta. Claro que no todas esas muestras bastan para confirmar una sola teoría. Su relación con la razón ha sido planteada desde hace muchísimos siglos y hay voces que siguen apareciendo. Tomás de Aquino fue justamente uno de los defensores de esa unión. Según su pensamiento, en ellas no hay conflicto sino armonía, ya que hay una zona de confluencia entre ambas, en donde destaca tres tipos de verdades (por fe, por razón y por unión de las dos, como la existencia de Dios y la inmortalidad de las almas). Dos caminos diferentes para un mismo final. En su texto Suma Teológica habla de cuatro dimensiones básicas de la fe, donde termina resumiendo que “creer es un acto del entendimiento que asiente a la verdad divina por imperio de la voluntad movida por Dios mediante la gracia”. Por ende, un conocimiento de las verdades relativas a Dios, consecuencia de la propia voluntad de creer y de la cual es responsable la misma gracia de Dios. 



Esa armonía, esa carretera en la que confluyen la fe y la razón, es el camino que intentará recorrer Anna, la novicia huérfana protagonista del film Ida del polaco Pawel Pawlikowski. El film durará alrededor de 80 minutos, en un guión lineal firmado por el director junto a Rebecca Lenkiewicz. Pawlikowski acertará con la fotografía en blanco y negro creada por Lukasz Zal y Ryszard Lenczewski, ya que esa escala de grises servirá para crear imágenes que parecen cuadros y jugar constantemente con las sombras. Veremos en esa imágenes y en su obsesión por la fe, la influencia de Dreyer, de Tarkovski, y porque no, de Bergman. La banda musical utilizará al jazz como parte de sus canciones, incluso con una banda tocando cuyos integrantes se transformarán en protagonistas del film. La película se servirá generalmente de planos fijos y solo en un par de ocasiones habrá movimientos de cámara, para retratar ese viaje interno que sufre Anna. Por momentos, la composición de planos del encuadre generará un imponente fondo oprimiendo a la protagonista. 



Porque será su pasado lo que tendrá que descubrir para entender el presente. Estamos en la década del ´60 y antes de tomar los votos, a Anna le aconsejan conocer a su única familiar, una tía llamada Wanda, que vive en Varsovia. Ella será la voz que le dará el giro dramático al personaje, al contarle que en realidad su nombre es Ida, una joven judía que perdió a sus padres durante la ocupación nazi. Será la tía la punta de lanza de esas preguntas que repiquetearán en la cabeza de Anna/Ida. Ella, alcohólica, desinhibida, fiscal del régimen comunista que condenó a varios hombres a la muerte, será la antítesis de su sobrina. Le cuestionará cuál es el sacrificio al no sentir deseos carnales o porque tomar sus votos sin haber probado los placeres y los pecados. Serán dos personajes que no mostrarán mucho crecimiento en el aspecto dramático, que mantendrán su personalidad sin abrirse con el otro. 



Las unirán un viaje donde ambas intentarán averiguar donde enterraron a sus padres pero el más importante será el interno, donde una buscará encontrar su verdadera identidad y la otra cerrar su historia. Habrá una pregunta que será un ejemplo de esa identidad perdida cuando Wanda le pregunte si el color de su cabello es rojo como el de su madre. Ahí, tras ese velo, también estará escondido ese pasado. Ese es el rompecabezas que ambas tienen que terminar de armar, con las piezas que les faltan. Una tragedia servirá para cerrar el círculo. Y será el momento de que Anna indague para sus adentros. Comenzará a explorar otro mundo convirtiéndose en una nueva persona. Y tomará el camino de la fe y la razón para seguir su futuro aunque siempre quedarán preguntas sin responder cada vez que mire el cielo.

                                                                                                      

Marcelo De Nicola.-

 

Canción post impresiones

 


UNIVERSO PAWLIKOWSKI


       

Nacido el 15 de septiembre de 1957, pasó su infancia en Varsovia. Provenía de una clásica familia católica. Su madre era catedrática en filología en la Universidad de Varsovia mientras que su padre era un respetado médico de procedencia judía. Luego de una ola de anti semitismo en el país, deciden exiliarse en Austria. Su abuela había fallecido en Auschwitz. Cuando sus padres se separan, se va con su madre a vivir al Reino Unido. Luego vivió en Alemania, Francia e Italia hasta instalarse en Inglaterra. Estudió filosofía y literatura en Londres y Oxford, donde empezó a hacer talleres cinematográficos. En 1986 empezó en la reconocida BBC a rodar documentales, muchos de ellos trataban sobre Rusia (país de donde era su primera mujer) como: De Moscú a Pietushki, Los viajes de Dostoievski (donde se encuentra con su tataranieto, un conductor de tranvía en Leningrado que sueña con poseer un Mercedes Benz) y Viajando con Zhirinovsky (líder de la extrema derecha). También dirigió Serbian Epics sobre la guerra de Bosnia. Su primer film llegó en 1998 y se tituló The Stringer, la historia de un ambicioso joven ruso que trata de sobrevivir como puede se enamora de la enviada especial de una cadena de televisión británica y empieza a inventar noticias para reavivar su carrera. Luego llegó el film con el que empezarían a reconocerlo: Last Resort. Cuenta la historia de una madre joven e ingenua que espera que su vida cambie al lado de su novio inglés, abandona Moscú acompañada de su hijo de 12 años. Cuando llegan a Inglaterra, nadie va a buscarlos al aeropuerto y las autoridades los encierran en un complejo turístico convertido en lugar de acogida, donde cientos de refugiados luchan por sobrevivir. Obtuvo menciones en varios festivales y fue una de las películas británicas del año. 



En 2004 realizó Mi verano de amor que cuenta la historia amorosa entre dos adolescentes provenientes de diferentes clases sociales. En 2005 la película fue galardonada con el premio BAFTA a la mejor película británica y para la actriz Emily Blunt fue el inició de su carrera profesional. Iba a empezar su próximo proyecto pero a su esposa le diagnosticaron cáncer por lo que dejó de filmar para cuidarla hasta el día de su muerte. Recién volvió a dirigir en 2011, cuando rodó en Francia La mujer del Quinto, con Ethan Hawke y Kristin Scott Thomas, basada en un libro de Douglas Kennedy, el film trata sobre un escritor norteamericano que se va a Francia a recuperar a su familia pero las cosas no salen según lo planeado. En 2013 vuelve a su Polonia natal para rodar Ida, con la que logra reconocimiento internacional. El film logra el Oscar a mejor película extranjera y arrasa en los Premios del cine Europeo. 



Cinco años después llega Cold War, una historia de amor entre dos personas de diferente origen y temperamento que son totalmente incompatibles, ambientado en la Guerra Fría. Nuevamente filmada en blanco y negro, se convierte para muchos en la película mejor de su corta filmografía. Logra nominaciones en los Oscars a mejor director, película y fotografía y logra lo que ningún polaco anteriormente logró: llevarse la Palma de Oro en Cannes como mejor director, además de arrasar nuevamente en el ámbito europeo.

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: Ida (Sister of Mercy)

Año: 2013

Duración: 80 min.

País: Polonia

Dirección: Pawel Pawlikowski

Guion: Pawel Pawlikowski, Rebecca Lenkiewicz

Música: Kristian Eidnes Andersen

Fotografía: Lukasz Zal, Ryszard Lenczewski (B&W)

Reparto: Agata Kulesza, Agata Trzebuchowska, Joanna Kulig, Dawid Ogrodnik, Jerzy Trela, Adam Szyszkowski, Artur Janusiak, Halina Skoczynska, Mariusz Jakus

 

PELÍCULA COMPLETA

lunes, 30 de agosto de 2021

NOCTURAMA

PROGRAMA 340 (20-08-2021)

 

SINOPSIS

 

Una mañana en París. Un grupo de adolescentes de diversa procedencia. Cada uno de ellos comienza a ejecutar una extraña danza en el laberinto del metro y las calles de la capital. Parecen seguir un plan. Sus gestos son precisos, casi peligrosos. Se reúnen en el mismo lugar, unos grandes almacenes, a la hora del cierre. París entra en erupción. La noche comienza. (FILMAFFINITY)

 

EDITORIAL

 

En la lucha entre el Bien y el Mal, siempre es el pueblo quien pone los muertos nos dijo alguna vez Eduardo Galeano. Y agrega “Mucho se parecen entre sí el terrorismo artesanal y el de alto nivel tecnológico, el de los fundamentalistas religiosos y el de los fundamentalistas del mercado, el de los desesperados y el de los poderosos, el de los locos sueltos y el de los profesionales de uniforme”. Desde hace tiempo somos sólo pasivos títeres manejados por ciertos sectores. Los medios manipulan la información para su conveniencia, los empresarios se enriquecen a costa de la explotación de una mano de obra barata, las publicidades nos llevan a consumir artículos que en nuestra vida necesitaremos, las redes sociales nos invaden con fake news pero al mismo tiempo nos quieren ver jóvenes y bellos, la iglesia mira para otro lado, la naturaleza derrama sus lágrimas y escupe sus fuegos como sinónimo de socorro. Todo mientras las grandes potencias se siguen dividiendo el mundo e intentan manejarnos con sus marionetas de turno. ¿Acaso todo esto que nombramos no es sinónimo de terrorismo? 



El terror significa miedo en su máxima expresión. El cerebro no responde. Los movimientos se limitan. Todo ese combo que generan los medios, las publicidades, las redes sociales, las religiones y las fuerzas de seguridad, hacen que nuestro cerebro entre en un impasse, que nos movamos por actos reflejos y que no cuestionemos lo establecido. Nos aterrorizan con noticias y con imágenes. Nos dictan sus leyes morales y nos obligan a elegir entre los buenos y los malos, según su punto de vista. Sólo queda mirarnos en el espejo para ver nuestro reflejo pero el humo de tantas explosiones nos deforma el rostro. Como una moneda al aire en nombre de no sabemos quien, ciertas vidas eligen su destino, creando pavor en el pueblo. Las gracias las dan las industrias armamentísticas que siguen llenando sus arcas, los países del primer mundo que estrechan sus manos por debajo de la mesa y los poderosos que continúan creando negocios en la tragedia. Quedará en nosotros reconocernos entre tanta niebla y saber de que lado vamos a jugar en esta guerra entre el bien y el mal. Esa guerra que ellos nunca querrán que llegue a su fin...

 

Marcelo De Nicola.-

 

Canción elegida para la editorial

 


IMPRESIONES SOBRE NOCTURAMA


 

Empecemos con aquel poema maravilloso del viejo Hank llamado Final. Mi amigo Bukowski escribió lo siguiente: Somos como rosas que nunca se molestaron por germinar cuando debíamos haberlo hecho, y es como si el sol se hubiera hartado de esperar. Empezamos por el final, empezamos por la muerte de cualquier sueño. Empezamos por aquellas rosas que nunca fueron. ¿Y el sol? ¿Sobre qué otras semillas regará su calor, a qué otras suertes apostara su fruto? ¿Cuál será el jardín que florecerá y cual será aquel otro regado por el agrio suspiro de la muerte? Son nuestros zapatos los que pisan las flores, el sol ha muerto. Recorremos las calles en la soledad del plan de otro. Viviendo la frialdad diseñada por otros. Es nuestra existencia la que pide permiso en un mundo hecho por otros, pensado por otros y para otros. Llegamos para adaptarnos. Naturalizamos, aceptamos y si la murga se ríe, uno, claro, se debe reír. Son pocas las flores de este jardín que intentan buscarse a sí mismas, reconocerse y descubrirse aun a sabiendas de que ya no queda ningún sol para ellas. Esas flores ¿cuándo dejaran de huir, cuando llegará aquello que buscan? 



Decía Alejandra que la vida nos ha olvidado y lo malo es que uno no se muere de eso. Bajo aquella suerte corre nuestra existencia. Es aquel oscuro y sucio abismo al que estamos destinados. Nocturama, el film de Bertrand Bonello, será un espejo de todo esto. La película mostrará a un grupo de jóvenes semillas ejecutando un plan. Esta vez no se tratara del plan de otros sino de uno propio. Lo veremos en las miradas, en los movimientos precisos, en los horarios exactos. A simple vista aquella danza coordinada se verá similar a la de aquellos otros tipos de trajes que caminan apurados y recorren las calles como si fuera un pasillo de una cárcel, con horarios estipulados y bajo la mirada de un vigía. Sobre el grupo de jóvenes se sentirá también la pesadumbres de la mirada punitoria pero habrá una diferencia, ellos se desplazaran con la liviandad rebelde del que tiene un objetivo propio. Habrá una cita evidente a Viridiana, film de nuestro amigo Luis Buñuel, que recordará la cena de los olvidados, aquella comida de los nadies entre el lujo obsceno de la burguesía. La fotografía de Nocturama estará dividida en dos partes operando siempre en función del conflicto dramático. 



El relato trabajará los travellings agobiantes con cámara en mano generando tensión y dramatismo para luego caer en un delicado estatismo. La estructura narrativa del film intentará parecer lineal pero no lo será. Habrá tramos del metraje que utilizaran aquella herramienta narrativa que caracterizó al film alemán Corre Lola Corre, en donde una línea de acción vuelve hacia atrás para ser observada por el espectador desde otro punto de vista. El director hará uso de este recurso con sutileza, diferenciándose del film alemán que buscaba una ruptura no solo narrativa sino también visual. La ausencia casi de diálogos, la narración audiovisual casi en su mayoría resuelta a través de planos cortos, cerrados, el movimiento desesperante del cuadro generado por el seguimiento con cámara en mano, logrará como resultado una tensión dramática que ira in crescendo con el devenir narrativo. 



El relato será llevado por actuaciones jóvenes pero experimentadas, cuidadosamente dirigidas y equilibradas. Veremos al grupo de adolescentes desmoronarse psicológicamente y todo aquel barullo estará narrado desde el cuerpo, desde sus acciones que avanzada la película distaran de la prolijidad con la que se ejecutaban al comienzo, desde los errores casi imperceptibles que llevaran a arruinarlo todo. El director optará por no hacer manifiesto la motivación del objetivo de los personajes pero quizás no sea necesario. Tal vez esa motivación la encontremos al salir y caminar el barrio. Al salir con la mirada atenta en el padecimiento del otro. Al salir para patear los escombros que dejaron tantos años de capitalismo, tantos años de desigualdades. La película mostrará la falta de referencia de aquellos chicos y chicas, la falta de identidad, esa x vacía que en definitiva es el hombre masa que el engranaje capitalista necesita para seguir operando. Habrá un juego visual que dejará en evidencia esta denuncia en el cual se comparará al grupo protagónico con unos maniquíes sin rostro, unas figuras en serie vestidas de igual manera que ellos. Alguien en algún momento del relato dirá: esto iba a pasar, esto tenía que pasar. Esa es la gran aventura por la que cada viernes levantamos nuestra copa. La aventura de que un día, no sabemos cuándo ni de qué manera, todo este amor, esta pasión ardiente que tenemos dentro salga y pueda cobrarse todo aquello que nos fue negado.        

 

Lucas Itze.-

 

Canción post impresiones

 


UNIVERSO BONELLO

 


Nacido en Niza el  11 de septiembre de 1968, en su infancia se dedicó a la música de formación clásica, y suele ser acompañante de estrellas de la música francesa como Françoise Hardy , Elliot Murphy , Gérald de Palmas o Daniel Darc . En los años ´90 empieza a dedicarse más al cine, su primera obra llegó en 1996 con el documental Qui je suis. Dos años después llega su primer largo: Algo orgánico (1998), presentado al festival de Berlín en la sección Panorama, que busca un lugar en la nueva generación de cineastas franceses. Da el salto a la fama en 2001 con el polémico film Le Pornographe, que sigue la vida de Jacques (Jean-Pierre Léaud) es un director de cine pornográfico que recapacita sobre su vida cuando se da cuenta que el mundo de lo "erótico" ha cambiado completamente y que él no es capaz de capturar la pasión en la pantalla como lo hizo en el pasado. Un polémico film por sus fuertes escenas de sexo explícito. Logra el Premio FIPRESCI en Cannes. 



Bertrand Bonello presenta un universo singular con Tiresia, su tercera película, sobre un transexual brasileño que vive ilegalmente en París. En 2005, presentó a la selección oficial de Cannes el cortometraje Cindy, The Doll is mine. En él, la actriz Asia Argento interpreta un personaje inspirado en la fotógrafa estadounidense Cindy Sherman. En 2008, estrenó la película De la guerra que cuenta la historia de un cineasta que tras pasar una noche encerrado en un ataúd, decide reconsiderar su vida y seguir a un desconocido a "El Reino", un lugar aislado del mundo, dominado por una mujer (Asia Argento) y cuyo único lema es: “Para alcanzar el placer hay que luchar”. En 2010 presenta en Locarno su cortometraje Where the boys are, sobre la construcción de una mezquita, que se mezcla con los sueños de 4 adolescentes que viven en frente y buscan conocer al chico de sus sueños. En 2011, estrena la película L'Apollonide: souvenirs de la maison close, la historia de un violento prostíbulo en la París de 1899. Fue un éxito de crítica y recibió numerosas nominaciones en festivales de todo el mundo. 



En 2014, tras el éxito de L' Apollonide, Bonello es contratado por los productores Éric y Nicolas Altmayer para realizar una película biográfica sobre el célebre modisto Yves Saint Laurent. Saint Laurent sale en 2014, con Gaspard Ulliel en el papel principal. En palabras de Bertrand Bonello, el director ha querido mostrar «lo que le costaba al modisto ser Yves Saint Laurent todos los días», entre creación, depresión y deberes personales. Luego de Nocturama, del año 2016, su último film fue Zombi Child, que se sitúa en Haití en el año 1962. Es la historia de un hombre vuelve de entre los muertos para trabajar en las infernales plantaciones de azúcar. Además del cine, sigue ligado a la música, con tres álbumes de estudio, el último titulado Accidentes, se editó en 2014. Se trata de un álbum casi instrumental, entre música clásica y sintetizadores.

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: Nocturama

Año: 2016

Duración: 130 min.

País: Francia

Dirección: Bertrand Bonello

Guion: Bertrand Bonello

Música: Bertrand Bonello

Fotografía: Léo Hinstin

Reparto: Finnegan Oldfield, Martin Petit-Guyot, Vincent Rottiers, Jamil McCraven, Hamza Meziani, Laure Valentinelli, Rabah Nait Oufella, Manal Issa, Adèle Haenel, Luis Rego, Hermine Karagheuz

 

PELÍCULA COMPLETA

domingo, 29 de agosto de 2021

TRES COLORES: AZUL - TROIS COULEURS: BLEU

PROGRAMA 339 (13-08-2021)

 

SINOPSIS

 

En un accidente de coche, Julie pierde a su marido Patrice, un prestigioso compositor, y a su hija Anna. Al recuperarse de sus lesiones, decide comenzar una nueva vida, independiente, solitaria y anónima, alejada de los privilegios que antes disfrutaba. Olivier, el ayudante de Patrice, intenta sacarla de su aislamiento. Olivier está enamorado de ella desde hace muchos años y acaba convenciéndola para que termine el «Concierto para Europa», una ambiciosa obra inacabada de Patrice. (FILMAFFINITY)

 

EDITORIAL

 

Comencemos esto invocando a la musa para que nos inspire con las palabras adecuadas, para que traiga a esta noche la música justa. Invoquemos a la diosa, cualquiera sea su forma, para que libere de alguna manera al mundo de las ideas y haga fluir lo que este pecho celosamente esconde. Decía nuestro amigo, nuestra musa más deseada, hablo del mago de las imágenes y las palabras, el cineasta Orson Welles, aquello de que nacemos solos, vivimos solos y también morimos solos. Únicamente a través del amor y la amistad (nosotros agregamos modestamente al arte en aquella ensalada gramática) podemos crear la ilusión momentánea de la ausencia de la soledad. Desde este mismo espacio hemos advertido sobre esta idea más de una vez. Estamos solos en medio de esta multitud de gente. Solos en este jardín del que ya nadie se ocupa. Solos caminando entre una muchedumbre que nada oye, a la que nada ya nos une. Solos  entre este montón de palabras sordas que nos escupen bien lejos de toda verdad, de cualquier sentimiento. 



El mundo se cae cuando muere la palabra. Se derrumban inexorablemente sus paredes acartonadas ante la muerte misma del verbo. La palabra, aquel reflejo ensombrecido de las ideas. La muerte, ese silencio profundo, aquella antesala fría de la nada. La celosa muerte que con sus finos dedos dobla cualquier esquina. Solo a través del amor, el arte y el conocimiento, entendiendo a la amistad claro como una forma más del amor, podremos gambetear en la brevedad del instante a la soledad. De esos instantes, de aquellas migajas de tiempo, de aquellos breves destellos de momentos, vivirán nuestros pasos en la pobreza de este camino. Sobre aquel truco del lenguaje construiremos nuestros recuerdos, nuestras emociones y este universo conceptual que nos rodea, nos define y nos nombra con soberbia. Sobre aquellos efímeros puentes se paseará esta soledad que nos invade, esta tristeza que irremediablemente nos completa. El único paraíso posible es el paraíso perdido. Al final de cada historia bien sabemos que nos espera la muerte. La felicidad del último párrafo dependerá de cuando nosotros decidamos terminar de contar el relato. 

 

Lucas Itze.-

                 

Canción post editorial

 


IMPRESIONES SOBRE TRES COLORES: AZUL


 

¿Qué son cinco segundos en la vida de una persona? Estamos en un mundo donde el tiempo pasa sin darnos cuenta. Los días, meses o años se nos caen del calendario y de repente nuestros cabellos peinan canas, si tuviéramos la dicha de tenerlos. En este universo donde todo es aquí y ahora, tomarse cinco segundos para pensar es un hecho bastante infrecuente. Ese es el tiempo en donde uno puede llegar a situaciones límite como la pelea entre la vida o la muerte, pero también algo tan simple como ver un terrón de azúcar impregnándose en café...Las imágenes quedarán petrificadas como recuerdos mientras todo se apaga y uno sólo quiere dejar de ser. Quedará la soledad como fiel compañera, la única que no nos abandonará hasta los últimos cinco segundos de nuestra vida. La soledad mezclada con el intento de anonimato, serán la piedra angular de esa siempre bella Juliette Binoche interpretando a Julie, en el segmento Azul de la trilogía Tres Colores del cineasta polaco Krzysztof Kieślowski. Estamos ante una experiencia diferente. 



El director, monta el segmento Azul, mientras dirige Blanco y termina de escribir el guión de Rojo, junto a su co guionista Krzysztof Piesiewicz. Son los tres colores de la bandera francesa y el lema de la Revolución de ese país: Libertad, Igualdad y Fraternidad. Cada historia tendrá su epicentro en uno de esos lemas. Cada paleta de colores será particular. En Azul, lógicamente todo estará impregnado del primer color de la bandera gala. Será un sinónimo de la frialdad y la soledad en la que se encuentra Julie. Aparecerán por momentos ciertos blancos y ciertos rojos que se intrometerán en algunas escenas para jugar con las otras dos películas y luego volver al estado natural. Kieslowski trabajará con tres directores de fotografía diferentes para cada envío. En esta primera parte, la magia vendrá de la mano de Slawomir Idziak. Conoceremos a Julie lleva una vida normal y alegre. Es madre de una niña y esposa de un importante compositor. Cuando ellos pierden la vida en un accidente, Julie tendrá que afrontar a vivir con la soledad, pero también con la libertad de ya no depender de nadie. 



Dejará de ser “la mujer de” para volver a ser ella misma. Y ahí preferirá el anonimato. Vender todo para empezar de cero. Un desarraigo forzado para que esos recuerdos desaparezcan pero siempre volverán de alguna manera. El film estará dotado de una belleza poética en donde cada plano estará perfectamente pensado. Como si se tratara de un castillo de naipes, cada carta estará diseñada para que no se caiga. Será un film de silencios y de miradas que dicen mucho más que cualquier palabra, un plano detalle bastará para entenderlo todo. Tendrá a la actriz perfecta para cumplir ese objetivo. La Binoche demostrará su talento tanto emocional como físicamente, aunque le sangren las manos. Pero habrá alguien más a quien mencionar. El film trata sobre la pérdida de un gran compositor y como afecta eso a su viuda. Ahí es cuando aparece el nombre de Zbigniew Preisner, el otro eje fundamental de la película. El creador de la banda musical logra comunicar con cada estrofa cual es el sentimiento de Julie. Habrá un sinfín de melodías para cada momento. 



Nos sumergiremos con ella en esa pileta azul u oiremos esa flauta mágica mientras la música nos envuelve. Será también parte de los fundidos a negro del montaje ideado por el director. En su conjunto, será una pieza de orfebrería. Seremos invitados a seguir los pasos de esa joven que buscará en la soledad, esa libertad que es la única manera que encuentra para seguir viva. “Ahora sé que solo haré una cosa: nada. No quiero posesiones, ni recuerdos, ni amigos, ni ataduras. Son todo trampas” le dice a su madre, quien padece Alzheimer y no reconoce ni a su propia hija. Ambas estarán envueltas en la nada misma. Una para olvidar, otra por el olvido propiamente dicho. Lo único que queda es acabar esa sinfonía pero ella sólo quiere que ese sentimiento de odio alcance el cenit en esa nada misma. Pero allí estará el amor nuevamente para demostrar, como siempre decimos desde nuestra guarida, que siempre termina venciendo al odio. Será entonces cuando se permita soltar esa lágrima y entender que habrá que vivir lo que queda sin ataduras, porque aunque queramos escondernos en el olvido, siempre habrá alguien que piense en uno no importa donde estemos.

 

Marcelo De Nicola.-


Canción post impresiones



UNIVERSO KIESLOWSKI


 

Nacido en Varsovia, durante la ocupación alemana de Polonia el 27 de junio de 1941. Por la enfermedad de su padre (tuberculosis), de niño se trasladaba de ciudad en ciudad. Luego de terminar sus estudios, quiso ser bombero pero a los meses dejó el curso. Empezó a estudiar teatro donde su tío era el director. Allí comenzó como vestuarista de actores renombrados de la época. Luego ingresó en la Universidad de Cine de Lödz donde se graduó en 1970. La carrera cinematográfica de Kieślowski comenzó en 1966 con dos cortos de estudio: The Tramway, que cuenta la historia de un joven que persigue el vehículo del título y The Bureau, que es una sátira de la burocracia. En 1967 dirige Concert de vœux, un cortometraje sobre una salida de la empresa al campo, y en 1968 firma el documental Le Photographer. Su tesis final titulada De la ville de Łódź, escrita en 1969, está dedicada a la vida cotidiana de los habitantes de Lodz. Kieślowski pasó los primeros años de la década de 1970 realizando documentales sobre la sociedad polaca contemporánea en los que enfatizaba aspectos de la realidad a través de elecciones de edición, sonido y filmación, que insinuaban los engranajes implícitos del sistema y los sentimientos profundos de los individuos. “Lo que me interesó en Polonia durante la década de 1970 fue el mundo no representado. Quería describir este mundo. ". En esos años siguieron los documentales como L´Unsine, Antes del Rally, Le Refrain, y The Workers of 71. Casi todos dedicados a la mirada de los obreros. Su primer film de ficción fue el mediometraje Paso Subterráneo en 1974, la película es un profundo estudio sobre el comportamiento humano y las emociones derivadas de la ruptura de una gran historia de amor. Luego de una serie de documentales, llego su primer largometraje para TV: Personnel, que cuenta la historia de Romek, un joven idealista de 19 años, encuentra trabajo como sastre en el departamento de vestuario de una compañía de teatro de Varsovia. A ellos le siguieron otros film de crítica social como La cicatriz, El amateur (sobre un obrero que descubre en una cámara súper 8 una herramienta para visualizar el mundo) y La Calma, que lo empiezan a hacer reconocido en su país y en otras partes del mundo. 



En los ´80 dirige films como Un corto día de trabajo, Chance, Endless o El azar. A fines de esa década llegaría el momento donde se convierte en uno de los más importantes directores de su generación, gracias a la filmación de El Decálogo, hecha para la TV: se centra en unos residentes de un complejo residencial, en la Polonia del comunismo tardío, cuyas vidas están sutilmente entrelazadas. Irán encontrando dilemas emocionales tan profundamente personales como universales. Son diez episodios y cada uno de ellos está basado en uno de los diez mandamientos y están vinculadas por la música creada por Zbigniew Preisner. Dos de esos films fueron presentados como largometrajes: No Matarás que logra premios en Cannes y en el Cine Europeo y Una película de amor que gana en San Sebastián. 



En los ´90 dirige la coproducción franco-polaca La Doble vida de Verónica, que es una historia metafísica sobre dos mujeres idénticas que viven en Polonia y Francia, ambas interpretadas por Irène Jacob. Otro film que fue reconocido en varios festivales. Su próximo proyecto fue la saga Tres Colores: basados en los colores de la bandera de Francia (azul, blanco y rojo) y que cada una represente los lemas de la Revolución Francesa: Libertad, Igualdad y Fraternidad. Las tres películas son un éxito de crítica y público. 



En la conferencia de Rouge, la última parte de la trilogía, anuncia que se retira del cine: “Rodar es para mí un estrés demasiado pesado, demasiado desproporcionado en relación con la satisfacción que proporciona. El placer de hacer una película es muy caro, demasiado caro” fue una de sus frases. Quería dedicarse a la enseñanza y a la escritura de guiones. Tenía pensada una nueva trilogía (Heaven, Hell, Purgatory) pero en 1995 empezó con problemas cardíacos frecuentes. Su vida se apagó el 13 de marzo de 1996 luego de una cirugía cardiaca con solo 54 años. Quedaron dos guiones que luego se convirtieron en películas dirigidas por otros directores. En 2002 el alemán Tom Tykwer dirigió Heaven, que sería la primera parte de la fallida trilogía. La segunda fue dirigida por Danis Tanovic y se llamó L´enfer. Ninguna de las dos recibió buenas críticas pero el director polaco dejó un legado enorme, que hoy se ve en el cine europeo, como Cristian Mungiu, Nuri Bilge Ceylan y los directores polacos que lo siguen homenajeando hasta estos días.

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: Trois couleurs : Bleu (Three Colours: Blue)

Año: 1993

Duración: 98 min.

País: Francia

Dirección: Krzysztof Kieślowski

Guion: Krzysztof Piesiewicz, Krzysztof Kieślowski

Música: Zbigniew Preisner

Fotografía: Slawomir Idziak

Reparto: Juliette Binoche, Benoît Régent, Florence Pernel, Charlotte Vêry, Hélène Vincent, Philippe Volter, Claude Duneton, Emmanuelle Riva

 

PELÍCULA COMPLETA

 

OASIS - OASISEU

PROGRAMA 338 (06-08-2021)

 

SINOPSIS

 

Jong-Du, un hombre con una leve discapacidad psíquica, acaba de salir de la prisión después de cumplir condena por un atropello accidental. Al volver a casa, su familia no lo recibe precisamente con los brazos abiertos, pero aun así, intentará adaptarse. Un día decide hacer una visita a la familia del hombre muerto en el accidente, y conoce su hija, Gong-Ju, que sufre parálisis cerebral, y a quien su hermano está abandonando en un miserable apartamento. Jong-Du y Gong-Ju pronto mantendrán, después de un primer encuentro conflictivo, una relación amorosa que sufrirá la incomprensión de aquéllos que los rodean. Aclamado film ganador de numerosos premios en festivales. (FILMAFFINITY)

 

EDITORIAL

 

Caminan entre una densa niebla que los rodea. Impertinentes, aparecen como por arte de magia en el momento menos esperado. Aunque muchos no los vean, ellos siempre están. Son invisibles para cierta parte de la sociedad. Son material de descarte o de ocultamiento según la mirada de turno. La inocencia y la inmadurez son demasiado para este mundo. Así ellos encararán esta vida entre ilusiones y sueños. Seguirán jugando a ser los actores principales de su película. Navegarán en las aguas turbias de la inconciencia y serán presa fácil de ciertos lobos feroces que carecen de sentimientos. Serán sus palabras su principal virtud y también su principal defecto. Las que los condenarán o salvarán depende quien las escuche. 



Aunque quien va a escuchar a esos seres invisibles que para la mayoría no tienen voz ni voto. No les quedará otra opción que seguir deambulando en el desierto de la vida escribiendo ese guión, sin saber realmente cuál será el final. Serán los distintos, los que tendrán esa sonrisa marcada aunque estén atravesando la peor de las tragedias. Aunque ellos ni se enteren. Y aunque parte del mundo se encargue de exponerlos una y otra vez. Será tiempo de entender que ciertas anormalidades son más normales que la vida misma. Que ciertas miradas incomodan más a nosotros que a ellos. Y que ellos serán nuestros espejos para encontrar nuestra propia inocencia. Sólo así podremos transitar ese camino cubierto de tinieblas hasta llegar de una vez a ese esperado oasis.

        

Marcelo De Nicola.-

 

Canción elegida para la editorial

 


IMPRESIONES SOBRE OASIS


 

Vivimos inmersos en una cultura que tiende al bien y que hace del mal su peor enemigo. Es por esto que aquella moralidad esclava de la cual deriva lo malo, en contraposición naturalmente con el accionar noble del cual surge lo correcto y lo bueno, es atacada con los peores alaridos y combatida intensamente con el accionar de un complejo entretejido de sistemas. En consecuencia entonces de esta tendencia hacia lo apropiado, las sociedades desarrollan sus valores y se arman así de un conjunto de normas que estipulan y demarcan las conductas y con ello también las relaciones entre los seres, derivando inminentemente en la delicada construcción de la moral. Es en esta estructura binaria donde podemos entender que es indispensable para el desarrollo del concepto del bien una elaboración opuesta a la cual contraponerse. El objetivo claro del bien es librar una lucha contra el mal y de esta manera diferenciarse, distanciarse. El sentido de ese concepto, de toda construcción moral y ética es aquella diferencia, aquella batalla. Platón por su lado niega la existencia del mal. Nos dirá el filósofo griego que el mal no existe, el mal es ignorancia. Educando a la sociedad no habría errores. Pensamiento que se desprende, claro, de las acaloradas reflexiones respecto del asesinato de su maestro Sócrates por el estado de Atenas. Una sociedad educada, entonces, sería una sociedad libre de todo mal. ¿Pero cómo sería aquella sociedad donde el bien impere? ¿Cómo distinguiríamos lo correcto sin su contracara, sin su opuesto? ¿Cómo sabríamos si hacemos el bien si nuestras acciones no tienen una identidad contraria con la cual distinguirse, a la cual denunciar? El bien, entonces, es funcional al mal por necesidad. Genera muchas veces las condiciones para que éste exista. 



Bertrand Russell decía: no puedo evitar escandalizarme pensando que lo único malo que tiene la conducta más perversa sea que a mí no me guste.  Nietzsche en este sentido agregaba que lo que se hace por amor se hace más allá del bien y del mal. El film Oasis del coreano Lee Chang – Dong expone estas ideas en el desarrollo de su conflicto. La película trabajará sobre la relación de dos personajes con diferentes patologías, Jong – Du padecerá un retraso madurativo mientras que Gong – Ju una parálisis cerebral. A su manera cada uno de estos personajes experimentará una sensación de libertad que conllevara el enfrentamiento en solitario de la propia vida. El punto de ataque que trabajará el film instalará el comienzo del relato en el momento en que él es liberado de la cárcel y ella es abandonada por su propio hermano. Dos soledades que se encuentran de alguna manera. Dos diferentes respecto de la normalidad establecida e impuesta que se buscan y se conectan conjugando sus fantasías y sus falencias, adaptando sus necesidades, enamorándose de la única manera posible que no es otra que la que supone la entrega más absoluta. El relato estará planteado desde el punto de vista de Jong – Du y toda la fotografía del film será funcional a la reproducción del estado de ánimo de este personaje. Habrá mucho trabajo de cámara en mano el cual generará cierto movimiento del cuadro para provocar en el espectador una tensión y ansiedad similar a la que vive el protagonista de la obra en todo momento. El film nos tenderá una trampa en la que caeremos abiertamente. Una trampa que buscará exponernos en lo más profundo de nuestros conflictos éticos y morales. 



El cebo de esa trampa estará en la construcción del personaje principal. Jong – Du no generará empatía. En todo el primer acto de la narración, y recordemos la importancia de esta instancia para el héroe de la obra ya que será el momento destinado para la presentación tanto de él como de su conflicto, no habrá conexión empática de ningún tipo con el espectador. A Jong -  Du se lo mostrará hiperactivo, ventajero, entrometido, avasallante, desconsiderado. Jong – Du al rato de conocer a Gong – Ju intentará violarla. Y allí habrá un roce profundo con nuestros límites. Hemos hablado en este mismo foro más de una vez sobre films donde no coincidíamos o muchas veces nos encontrábamos en las antípodas de las actitudes o valores de sus personajes protagónicos. Basta recordar a Juha de “Los perros no usan pantalones” o el mismísimo Dr. Jano de “La niña Santa” Pero Oasis no es el caso. Lee Chang – Dong, su director, apostará a más. Jugará más fuerte. Ira por todo. Habrá un desafío profundo y nuestra indignación será tan fuerte como el martillo de la trampa en la que caeremos. Bastante entrado el segundo acto descubriremos el retraso madurativo y la terrible soledad en la que vive aquel hombre que habíamos juzgado tan abiertamente. El descubrimiento tardará en llegar, el dolor no. Entre copas y en un intento voraz de simplificación Enrique Symns me explicó alguna vez que la pulsión es tocarte una teta, el deseo en cambio es invitarte un café. Simple pero efectivo. Jong – Du será todo pulsión. 



Su retraso no le permitirá medir consecuencia alguna. Nadie lo mencionará, claro, menos en su entorno que solo buscará juzgarlo de la manera más cruel, pero como bien sabemos, uno es lo que es aunque todos los demás nos definan como lo contrario. Esto quizás traiga en quien observa algo parecido a una crisis moral.  Esta trampa buscará replantearnos la construcción ética que dirige nuestra mirada y que cimienta las bases de aquello que consideramos correcto o incorrecto. Expondrá con claridad la necesidad urgente de crear un malo condenable para acomodarnos al instante en aquel paraíso distante construido para esos otros tipos que llamamos buenos. Expondrá la necesidad de deconstruir lo construido. De dudar de aquello que nuestros sentidos juzgan. El poder nos ejecuta normalizando. El poder se inscribe en nuestros cuerpos, en nuestra mente haciendo de nosotros reo y vigilante. Amo y esclavo. Víctima y victimario. Las cosas, queridos amigos y amigas no son lo que son sino lo que somos. Somos aquello que la pluma del poder narra. Aquello que necesita que seamos. Lo real es siempre el relato.   

                                                                                                              

Lucas Itze.-

 

Canción post impresiones

 


UNIVERSO LEE CHANG-DONG


                    

Nacido en Daegu el 1 de marzo de 1954, se graduó en filología coreana a mediados de los ´80. Trabajó como director de teatro y profesor de lengua en una escuela secundaria hasta convertirse en uno de los novelistas más exitosos de su país gracias a El Botín. El cambio de rumbo lo dio a mitad de los ´90 cuando escribió los guiones de los films de su amigo Park Kwang-su, To the Starry Island y Single Spark. Luego llegó su primer largometraje, fechado en 1997 bajo el nombre Green Fish, una crítica de la sociedad coreana a través de los ojos de un joven que se ve atrapado en el submundo criminal. En 2000 hizo Peppermint Candy, la historia de un hombre soltero a lo largo de veinte años de historia de Corea del Sur en orden cronológico inverso (desde la revolución estudiantil de 1980 hasta 2000). 



La misma pareja de protagonista se une para el film Oasis, con el que gana el León de oro a mejor director en el Festival de Venecia. En 2007 llega Secret Sunshine, la trágica historia de una mujer que enviuda y se va a vivir con su hijo a otra ciudad. Termina de hacerse conocido en el mundo gracias a su film del año 2010 “Poesía para el alma”, un melodrama que mezcla la poesía, la vejez y la dura enfermedad del Alzheimer. 



Logra el premio a Mejor Guión en Cannes. Su último film es quizás el más conocido, hablamos de Burning, un extraño thriller basado en una historia de Haruki Murakami,q que llegó a Netflix estos últimos años. Logró premios y nominaciones en muchas partes del mundo

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: Oasiseu (Oasis)

Año: 2002

Duración: 132 min.

País: Corea del Sur

Dirección: Lee Chang-Dong

Guion: Lee Chang-Dong

Música: Lee Jae-Jin

Fotografía: Choi Yeong-Taek

Reparto: Sul Kyoung-gu, Moon So-ri, Ahn Nae-sang, Ryoo Seung-Wan, Chu Kwi-Jung, Kim Jin-Gu, Son Byung-ho, Park Myeong-Shin

 

PELÍCULA COMPLETA