martes, 31 de octubre de 2017

ANOMALISA


EDITORIAL

Tal vez sea el amor la única manera posible de engaño capaz de distraer, aunque sea por un instante a la muerte. El arte, quizás aporte algunas herramientas para aquella pretenciosa empresa. Un relato crece y avanza, necesariamente, a través de sus puntos de giros. Estos son situaciones extremas con las que se encuentra el protagonista, a las cuales debe enfrentar con una decisión que producirá un cambio profundo e incierto. Su vida, su situación, todo lo que lo rodea y todo lo que lo define tomara un nuevo sentido, un nuevo rumbo. Todo avanzara sin importar el destino. 


El amor, mis queridos amigos, es el punto de giro de esta historia que hasta hace un rato nomas enmohecía de aburrimiento las patéticas paredes de este gris escenario. Fue en aquella mirada, en aquel rostro, en la simpleza propia de sus actos, fue por el capricho mismo del azar, que aquella oscura monotonía, que aquella angustia infinita de sabernos tan solos, encontró al fin un color. El amor, tal como el arte, sucede. Será el desafío del amante emprender aquel periplo bajo aquella idea de querer sin presentir. El amor, tanto como el arte, precisan de aquella fe poética, de aquella inocencia cómplice que suspende la incredulidad y hace que olvidemos, aunque sea por unos pocos segundos (que es el tiempo de cualquier gloria), aquellas ancestrales consignas de la existencia: que nada es real, que todos estamos solos y que la ausencia es eterna. Después de todo, tanto vos como yo sabemos que la única manera de ser feliz, no es otra más que renunciando a toda idea de veracidad.

Lucas Itze.-

Canción elegida para la editorial


El número imperfecto - Catupecu Machu



IMPRESIONES SOBRE ANOMALISA


Los recovecos de la mente se disparan hacia mil lugares diferentes. En ella aparecerán todos nuestros miedos e inseguridades. Como lo hemos hablado muchas veces en estas tertulias, la soledad es nuestra principal enemiga. La cabeza entonces da vueltas buscando encontrar respuestas que quizás, nunca las tengamos, o que nuestra cobardía impide sacarlas a la luz. El temor, como siempre, juega un papel fundamental. En algunos momentos, la mente empieza a escuchar voces que se pasean de acá para allá en nuestra cabeza. Voces que no sabemos de dónde vienen, y ni siquiera a donde van, pero que están ahí, rondando entre nosotros. Como alguna de esas voces que se escuchan en el comienzo de ese pequeño diamante que es Anomalisa, film de nuestro admirado Charlie Kaufman. Estaremos, como siempre con este genial guionista, ante una película diferente. El que vio algo de la filmografía del neoyorkino, sabe que hay que prestarle especial atención a todo. Y más, cuando el envase es totalmente distinto. Porque esta vez en lugar de poner a los actores a hacer quizás el gran papel de sus vidas (pregunten por Jim Carrey o Nicolas Cage cualquier cosa...), elige hacer un film animado bajo la llamada técnica del stop-motion, con esas marionetas que parecen manejadas por Craig, el famoso titiritero de su Quieres ser John Malkovich, esta vez reencarnado en Duke Johnson, co-director de la película. Veremos en ellos personajes hiperrealistas, donde sólo una marca en la cara, nos hará recordar que no son humanos. El film nos cuenta la vida de Michael Stone, un hombre de mediana edad que es un exitoso motivador profesional en el ambiente de la atención al cliente, pero que para sus problemas internos, no tiene respuestas. 


Kaufman trabajará con una historia lineal, en donde la piedra basal será, como es su sello, el guión, repleto de diálogos y frases auténticas. El film, elaborado cuadro por cuadro, necesitó casi 120.00 de ellos para su desarrollo, lo que habla a las claras del trabajo enorme que debieron hacer todos los implicados en la cinta. En su fotografía abundará el color marrón en sus diferentes tipos, y será la protagonista femenina de la cinta, quien le dará un poco de brillo y otro color a la historia. La música cumplirá también una parte importante, ya que es clave en la composición de la protagonista, como veremos en una de las escenas más hermosas del film. Párrafo aparte para las voces: David Thewlis y Jennifer Jason Leigh encarnarán a la pareja protagónica, mientras Tom Noonan, en un trabajo genial, será el encargado de todas las otras voces que aparezcan a lo largo del metraje, lo que nos demostrará que no hace falta estar en pantalla para hacer una labor excepcional. Todo ese conjunto, nos llevará a ese 2005 en Cincinatti, donde Michael irá por un día para una conferencia por la presentación de su libro. El hotel, frío como todo hotel de paso, será el eje central donde se moverá el protagonista. Allá, en soledad, aparecerán los recuerdos de una ex pareja que hace tiempo no ve. De repente, empezamos a notar que todos los personajes, sea cual sea el sexo, tienen la misma voz y la misma cara. En algunos instantes, llegarán las dudas sobre si Michael ve lo mismo que nosotros, o es un juego planteado por el director para los televidentes. Hurgando un poco, descubrimos que el nombre del hotel, Frégoli, es el mismo nombre del síndrome que tienen las personas que ven, entre otras cosas, a todos por igual. 


Pasarán para Michael horas aburridas, intentando mantener conversaciones inconexas, tratando de resolver problemas pasados que evidentemente terminarán peor de lo pensado. Hasta que de repente, una voz femenina nos llama la atención a todos. Será lo más dulce que escuchemos y nos llenará de angustia y excitación a la vez. Michael, como haría cualquiera de nosotros, saldrá corriendo de la habitación y la buscará con ansias. Se encontrará con Lisa, una imperfección perfecta en un mundo donde todos se rigen por una vida monótona. Ella se considera anómala, y el descubre en esa anomalía, un nuevo sentido para su vida. Por primera vez, esa monotonía quedará de lado. Ella es explosión, palabras, dulzura y canto, como cuando entona el tema de Cindy Lauper “Las chicas sólo quieren divertirse”. Ella, al igual que él, no es perfecta. En esa imperfección está todo lo que los une. Harán el amor, y será una escena tan romántica que ni una pareja de carne y hueso podría lograrla. Será sólo eso. Una noche de dos almas en pena, que saben que no volverá a repetirse, porque sus rutinarias vidas harán el resto. El sol saldrá para apagar el fuego prendido, la princesa se volverá calabaza, y una vez más, traicionaremos nuestro propio destino. Las preguntas, como siempre en los films de Kaufman, quedarán rodando durante días. Las voces, volverán a sonar con más insistencia. Nos preguntaremos porque buscamos la perfección en ciertas cosas, cuando tenemos al alcance la felicidad por mucho menor costo. Allá iremos entonces, a ese hotel aburrido y alejado, para tratar de encontrar a esa Lisa que se cruce por nuestro sendero...

Marcelo De Nicola.-

Canción post impresiones    


Mujer amante - Rata Blanca

     

UNIVERSO KAUFMAN


Nacido el 19 de noviembre de 1958, es uno de los grandes guionistas del cine independiente de Estados Unidos. En 1999 escribe Quieres ser John Malkovich, dirigida por Spike Jonze. El film le valió la nominación al Oscar, al Globo de Oro y un BAFTA. Luego escribió Human Nature, la cual fue dirigida por Michel Gondry, y más adelante vuelve a trabajar con Spike Jonze como el escritor de El ladrón de orquídeas, la cual le valió otra nominación al Óscar y su segundo BAFTA. En dicha película se presentaba a un personaje, Charlie Kaufman, que resultaba ser una versión ligeramente ficticia del escritor. 


Su próximo trabajo fue Confesiones de una mente peligrosa, en la primera vez que George Clooney se ponía detrás de cámara, y de quien el guionista no tuvo grandes referencias ya que alteró el guion sin consultarlo con él, en una entrevista, dijo: “Lo usual para un escritor es entregar un guion y luego desaparecer. Pero eso no es para mí. Quiero estar involucrado de principio a fin. Y estos directores (Gondry, Jonze) lo saben y lo respetan”. El genio entonces volvió a trabajar con Michel Gondry en Eterno resplandor de una mente sin recuerdos, y por fin, se llevó su primer Oscar a mejor guion original y vuelve a ganar el BAFTA. En 2008 dirige su primer film, Synecdoche, Nueva York, un drama muy bien interpretado por el malogrado Phillip Seymour Hoffman. Su último film, fue justamente Anomalisa, donde esta vez se mete de lleno en el stop-motion.

Nos fuimos con Ojalá que sea, de Fito Páez



FICHA TÉCNICA

Título original: Anomalisa
Año: 2015
Duración: 90 min.
País: Estados Unidos
Director: Charlie Kaufman,  Duke Johnson
Guion: Charlie Kaufman, Dan Harmon
Música: Carter Burwell
Fotografía: Animation
Reparto: David Thewlis, Jennifer Jason Leigh, Tom Noonan

SINOPSIS


La película tiene por protagonista a un motivador profesional que, cuanto más ayuda a la gente, más monótona y anodina es su vida; todo el mundo le parece y le suena igual. Hasta que la voz de una chica le suena diferente y está dispuesto abandonarlo todo y a todos por alcanzar la felicidad con ella.

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