EDITORIAL
Están
ahí. Aunque no los veamos. Son espíritus atrapados en diferentes cuerpos,
caminando como fantasmas. Mientras la ciudad se inunda, el agua de la lluvia
salpica los zapatos gastados de tanta amargura. Los adoquines se abrazan por
temor a la soledad. Los autos se enroscan como si fueran un tetris. Las motos
logran pasar entre el tráfico abriendo caminos imposibles. Se escuchan voces, y
también gritos. En el corazón de la ciudad, ciertos redoblantes se quejan de
las cosas que los gobernantes olvidan. Los turistas sacan fotos desde sus
celulares último modelo, minutos antes de un fatal desenlace. En los subtes,
los empujones son el problema más grave para la cartera de la dama o la
billetera del caballero. Insultos, broncas y corridas completarán una escena
que se vuelve cada vez más habitual.
Las peatonales porteñas pintan un lienzo
con rostros repletos de miserias. Trajes de etiqueta y sueños que duermen a la
deriva confluyen bajo un mismo cielo. Los que caminamos estas arterias de la
ciudad sabemos que están ahí. A la salida de un banco, en el espejo retrovisor
de un auto, o en algún restaurante de moda. Pasarán inadvertidos. Actuarán con
una rapidez que no dejarán rastros. Asistiremos impávidos ante otra muestra de
su talento. Suspiraremos con ganas al descubrir que, por esta vez, no hemos
salido sorteados. Será nuestra victoria al final del viaje. La noche irá
despoblando las calles. La luna iluminará las avenidas más pomposas. Los
edificios dormirán un par de horas, hasta volver a soportar miles de pasos.
Antes que el sol despierte, muchos ya estarán desandando el camino, buscando
otros objetivos. Mientras otros, tendrán que soportar un nuevo día, esperando
que nadie les arrebate sus nueve reinas.
Marcelo
De Nicola.-
Canción
post editorial
Todo es mentira en este mundo, todo es mentira la verdad...
IMPRESIONES SOBRE NUEVE REINAS
El
arte, mis queridos amigos, miente. Los poetas han mentido cada uno de sus
versos. Los músicos han colmado todos nuestros instantes con mentirosas
melodías. Cada escultura, cada pintura, todas las fotos que hemos visto, cada
tango que hemos silbado, cada danza ensayada no ha hecho más que mentirnos.
Pero tranquilos, no hay por qué escandalizarse. Siempre fuimos cómplices,
siempre fuimos parte funcional y fundamental en aquel binomio comunicacional,
según términos del propio Jorge
Wagensberg, que propone cualquier obra de arte. Esto exime de todo cinismo
al artista ya que su virtud no está en convencernos de la inexistencia de todo
truco, sino en complacernos en nuestro deseo de ser engañados. Fue el poeta Samuel Taylor Coleridge quien en 1817,
refiriéndose a la creación de personajes fantásticos, reflexionó sobre esta
imprescindible complicidad del espectador, sugiriendo que se debería lograr la
voluntaria suspensión de la incredulidad que constituye la fe poética, lo cual
no implica jamás, vale que lo aclaremos en este foro, un menoscabo de la
sabiduría de quien observa. Apoyando la idea que hoy exponemos en el programa,
o tal vez no, nuestro gran amigo Pablo
Picasso se expresó respecto del arte diciendo que es una mentira que nos
acerca a la verdad.
En esa misma línea se desarrolla tanto la teoría Bressoniana como la Pasolineana, refiriéndose en un caso a la figuración de un modelo
con la expectativa de que en rodaje se de aquel efímero encuentro con la
verdad; y en el otro a la función representativa y significativa del cine cuyo
ordenamiento sintáctico, aquí la influencia estructuralista de Pasolini, sirva de ordenamiento y
sustento de la realidad para dar finalmente con la tan ansiada verdad. En
cualquiera de los casos, el arte no es otra cosa más que engaños y apariencias.
Nuestro talentoso amigo Fabian Bielinsky,
indagó a la mentira bajo la lente de su cámara en aquel extraordinario film
llamado “Nueve Reinas”, seguramente con la intención de poner bajo nuestra
atónita mirada alguna clase de verdad. Cada secuencia del film trabajará sobre
la idea del fraude y narrará siempre desde el punto de vista del estafador. El
director creerá pertinente que aquella actividad sea vista con detenimiento,
como quien mira las manos agiles de un mago, por lo que gran parte del film es
narrado a través de una lente teleobjetivo, produciendo el efecto de cercanía
de los objetos y centrando toda nuestra atención en ellos por medio de la
reducción casi total de la profundidad de campo.
Se deslizará tal vez aquí
aquella idea Vertoviana del uso de la
cámara tal como si fuera un súper ojo, cuyo alcance supera ampliamente al
humano. La cámara llega y ve lo que el ojo no, nos aclaraba a principios del
siglo pasado desde su teoría del Kinoglaz.
Nueva Reinas será un film de “cuentito”, un relato basado en un guion inteligente
y sólido, de estructura lineal y clásica. Contará con actuaciones orgánicas y
naturalistas, en términos de Strindberg,
las cuales darán vida a personajes tridimensionales, vivos y reconocibles. La
cinta tendrá claras influencias Hitchcockianas
ya que el conflicto crecerá en base a un McGuffin,
aquel elemento del suspense que haciendo avanzar la trama captará toda nuestra
atención para terminar resultando baladí frente a la conflictiva real del
drama. El film culminará realizando un giro en su último acto en donde el
director nos demostrará que nosotros también hemos sido timados ratificando
aquello de que todo arte es ausencia pero también engaño, y que tal vez la
verdad, no sea otra cosa más que una mentira bien contada.-
Lucas
Itze.-
Canción
post impresiones
Un clásico porteño...
UNIVERSO BIELINSKY
Nacido
el 3 de febrero de 1959 en Buenos Aires, con solo dos films en su haber se
transformó en uno de los directores más talentosos del país. Fabián Bielinsky comenzó su actividad en cine en 1972, cuando se incorporó
al grupo de cine del Colegio Nacional de Buenos Aires; con ellos rodaría su
primer cortometraje, una adaptación realizada en Súper 8 del cuento Continuidad de los parques de Julio Cortázar. Acabada su educación
secundaria, cursó estudios superiores en el Centro Experimental de Realización Cinematográfica del INCAA. Los
concluiría en 1983, presentando como obra de grado otra adaptación, esta vez de
La espera, de Jorge Luis Borges. La pulida factura del cortometraje,
protagonizado por Héctor Bidonde y Guillermo Battaglia, indujo a su
director, el célebre crítico Roland,
a proponerle enviar una copia al festival de Cannes. Aunque no llegó a concursar allí, ganaría el primer premio
del Festival de Huesca y se
exhibiría repetidamente en numerosos festivales.
Luego
empezó a trabajar como asistente de dirección de diferentes directores de la
talla de Miguel Pérez (La República perdida II, 1986), Carlos Sorín (La eterna sonrisa de New Jersey, 1989), Marco Bechis (Alambrado,
1991), Eliseo Subiela (No te mueras sin decirme a dónde vas,
1995), Mario Levin (Sotto voce, 1996), Daniel Barone (Cohen vs.
Rosi, 1998), y Alejandro Azzano
(El secreto de los Andes, 1999).
También escribió el guion de La
sonámbula, recuerdos del futuro, de Fernando
Spiner.
En
1999 logra la financiación para su primer film, Nueve Reinas, que terminan siendo un éxito de público y crítica,
obteniendo premios y nominaciones en diferentes festivales como Portland, Oslo, Lleida, Lima, Porto, Río de Janeiro, Bogotá, Biarritz y los British
Independent Film Awards, además de lograr siete Cóndor de Plata de la Asociación
Argentina de Críticos Cinematográficos.
En
2005 llega su segundo film, otra vez con Ricardo
Darín como protagonista: El aura,
un thriller que fue nominado en San
Sebastián y en Sundance. También
logró los premios a mejor película, mejor
director y mejor guion en los Cóndor
de Plata, el 26 de junio de 2006, antes de irse a Brasil a rodar un spot
publicitario. Dos días después, en un hotel de Sao Paulo, fallecía de un infarto
agudo de miocardio y con él se iba uno de los directores con más proyección del
cine argentino…
Nos fuimos así...
FICHA TÉCNICA
Título
original: Nueve reinas
Año:
2000
Duración:
114 min.
País:
Argentina
Director:
Fabián Bielinsky
Guion:
Fabián Bielinsky
Música:
César Lerner
Fotografía:
Marcelo Camorino
Reparto:
Ricardo Darín, Gastón Pauls, Leticia Brédice, Tomás Fonzi,
Ignasi Abadal, Roly Serrano,
Alejandro Awada, Antonio
Ugo, Elsa Berenguer, Celia Juárez, Leo Dyzen, Graciela Tenembaum, Oscar Núñez,
María Mercedes Villagra, Gabriel Correa,
Luis Armesto, Pochi Ducasse, Ernesto Arias, Amancay Espíndola, Jorge Noya, Carlos Lanari, Roberto Rey,
Carlos Falcone, Ricardo Díaz
Mourelle, Emanuel Mercado, Ulises
Celestino, Norberto Arcusín, Gabriel Molinelli, Claudio Rissi
SINOPSIS
Buenos
Aires. Juan y Marcos son dos estafadores de poca monta, uno joven y un veterano
en el arte del timo, que casualmente se ven envueltos en un asunto que les
puede hacer millonarios: tienen menos de un día para hacer una estafa que no
puede fallar.
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