EDITORIAL
Tal
vez sea el amor la única manera posible de engaño capaz de distraer, aunque sea
por un instante a la muerte. El arte, quizás aporte algunas herramientas para
aquella pretenciosa empresa. Un relato crece y avanza, necesariamente, a través
de sus puntos de giros. Estos son situaciones extremas con las que se encuentra
el protagonista, a las cuales debe enfrentar con una decisión que producirá un
cambio profundo e incierto. Su vida, su situación, todo lo que lo rodea y todo
lo que lo define tomara un nuevo sentido, un nuevo rumbo. Todo avanzara sin
importar el destino.
El amor, mis queridos amigos, es el punto de giro de esta
historia que hasta hace un rato nomas enmohecía de aburrimiento las patéticas
paredes de este gris escenario. Fue en aquella mirada, en aquel rostro, en la
simpleza propia de sus actos, fue por el capricho mismo del azar, que aquella
oscura monotonía, que aquella angustia infinita de sabernos tan solos, encontró
al fin un color. El amor, tal como el arte, sucede. Será el desafío del amante
emprender aquel periplo bajo aquella idea de querer sin presentir. El amor,
tanto como el arte, precisan de aquella fe poética, de aquella inocencia
cómplice que suspende la incredulidad y hace que olvidemos, aunque sea por unos
pocos segundos (que es el tiempo de cualquier gloria), aquellas ancestrales
consignas de la existencia: que nada es real, que todos estamos solos y que la
ausencia es eterna. Después de todo, tanto vos como yo sabemos que la única
manera de ser feliz, no es otra más que renunciando a toda idea de veracidad.
Lucas
Itze.-
Canción
elegida para la editorial
El número imperfecto - Catupecu Machu
IMPRESIONES SOBRE
ANOMALISA
Los
recovecos de la mente se disparan hacia mil lugares diferentes. En ella
aparecerán todos nuestros miedos e inseguridades. Como lo hemos hablado muchas
veces en estas tertulias, la soledad es nuestra principal enemiga. La cabeza
entonces da vueltas buscando encontrar respuestas que quizás, nunca las
tengamos, o que nuestra cobardía impide sacarlas a la luz. El temor, como
siempre, juega un papel fundamental. En algunos momentos, la mente empieza a
escuchar voces que se pasean de acá para allá en nuestra cabeza. Voces que no
sabemos de dónde vienen, y ni siquiera a donde van, pero que están ahí,
rondando entre nosotros. Como alguna de esas voces que se escuchan en el
comienzo de ese pequeño diamante que es Anomalisa,
film de nuestro admirado Charlie
Kaufman. Estaremos, como siempre con este genial guionista, ante una
película diferente. El que vio algo de la filmografía del neoyorkino, sabe que
hay que prestarle especial atención a todo. Y más, cuando el envase es
totalmente distinto. Porque esta vez en lugar de poner a los actores a hacer
quizás el gran papel de sus vidas (pregunten por Jim Carrey o Nicolas Cage
cualquier cosa...), elige hacer un film animado bajo la llamada técnica del
stop-motion, con esas marionetas que parecen manejadas por Craig, el famoso titiritero de su Quieres ser John Malkovich, esta vez reencarnado en Duke Johnson, co-director de la
película. Veremos en ellos personajes hiperrealistas, donde sólo una marca en
la cara, nos hará recordar que no son humanos. El film nos cuenta la vida de Michael Stone, un hombre de mediana
edad que es un exitoso motivador profesional en el ambiente de la atención al
cliente, pero que para sus problemas internos, no tiene respuestas.
Kaufman
trabajará con una historia lineal, en donde la piedra basal será, como es su
sello, el guión, repleto de diálogos y frases auténticas. El film, elaborado
cuadro por cuadro, necesitó casi 120.00 de ellos para su desarrollo, lo que
habla a las claras del trabajo enorme que debieron hacer todos los implicados
en la cinta. En su fotografía abundará el color marrón en sus diferentes tipos,
y será la protagonista femenina de la cinta, quien le dará un poco de brillo y otro
color a la historia. La música cumplirá también una parte importante, ya que es
clave en la composición de la protagonista, como veremos en una de las escenas
más hermosas del film. Párrafo aparte para las voces: David Thewlis y Jennifer
Jason Leigh encarnarán a la pareja protagónica, mientras Tom Noonan, en un trabajo genial, será
el encargado de todas las otras voces que aparezcan a lo largo del metraje, lo
que nos demostrará que no hace falta estar en pantalla para hacer una labor
excepcional. Todo ese conjunto, nos llevará a ese 2005 en Cincinatti, donde
Michael irá por un día para una conferencia por la presentación de su libro. El
hotel, frío como todo hotel de paso, será el eje central donde se moverá el
protagonista. Allá, en soledad, aparecerán los recuerdos de una ex pareja que
hace tiempo no ve. De repente, empezamos a notar que todos los personajes, sea
cual sea el sexo, tienen la misma voz y la misma cara. En algunos instantes,
llegarán las dudas sobre si Michael ve lo mismo que nosotros, o es un juego
planteado por el director para los televidentes. Hurgando un poco, descubrimos
que el nombre del hotel, Frégoli, es
el mismo nombre del síndrome que tienen las personas que ven, entre otras
cosas, a todos por igual.
Pasarán para Michael horas aburridas, intentando
mantener conversaciones inconexas, tratando de resolver problemas pasados que
evidentemente terminarán peor de lo pensado. Hasta que de repente, una voz
femenina nos llama la atención a todos. Será lo más dulce que escuchemos y nos
llenará de angustia y excitación a la vez. Michael, como haría cualquiera de
nosotros, saldrá corriendo de la habitación y la buscará con ansias. Se
encontrará con Lisa, una imperfección perfecta en un mundo donde todos se rigen
por una vida monótona. Ella se considera anómala, y el descubre en esa
anomalía, un nuevo sentido para su vida. Por primera vez, esa monotonía quedará
de lado. Ella es explosión, palabras, dulzura y canto, como cuando entona el
tema de Cindy Lauper “Las chicas
sólo quieren divertirse”. Ella, al igual que él, no es perfecta. En esa
imperfección está todo lo que los une. Harán el amor, y será una escena tan
romántica que ni una pareja de carne y hueso podría lograrla. Será sólo eso.
Una noche de dos almas en pena, que saben que no volverá a repetirse, porque
sus rutinarias vidas harán el resto. El sol saldrá para apagar el fuego
prendido, la princesa se volverá calabaza, y una vez más, traicionaremos
nuestro propio destino. Las preguntas, como siempre en los films de Kaufman,
quedarán rodando durante días. Las voces, volverán a sonar con más insistencia.
Nos preguntaremos porque buscamos la perfección en ciertas cosas, cuando
tenemos al alcance la felicidad por mucho menor costo. Allá iremos entonces, a
ese hotel aburrido y alejado, para tratar de encontrar a esa Lisa que se cruce
por nuestro sendero...
Marcelo De Nicola.-
Canción post impresiones
Mujer amante - Rata Blanca
UNIVERSO
KAUFMAN
Nacido
el 19 de noviembre de 1958, es uno de los grandes guionistas del cine
independiente de Estados Unidos. En 1999 escribe Quieres ser John Malkovich, dirigida por Spike Jonze. El film le valió la nominación al Oscar, al Globo de Oro y
un BAFTA. Luego escribió Human Nature, la cual fue dirigida por Michel Gondry, y más adelante vuelve a trabajar
con Spike Jonze como el escritor de El ladrón de orquídeas, la cual le
valió otra nominación al Óscar y su
segundo BAFTA. En dicha película se
presentaba a un personaje, Charlie Kaufman, que resultaba ser una versión
ligeramente ficticia del escritor.
Su próximo trabajo fue Confesiones de una mente peligrosa, en la primera vez que George Clooney se ponía detrás de
cámara, y de quien el guionista no tuvo grandes referencias ya que alteró el
guion sin consultarlo con él, en una entrevista, dijo: “Lo usual para un
escritor es entregar un guion y luego desaparecer. Pero eso no es para mí.
Quiero estar involucrado de principio a fin. Y estos directores (Gondry, Jonze)
lo saben y lo respetan”. El genio entonces volvió a trabajar con Michel Gondry en Eterno resplandor de una mente sin recuerdos, y por fin, se llevó
su primer Oscar a mejor guion
original y vuelve a ganar el BAFTA.
En 2008 dirige su primer film, Synecdoche,
Nueva York, un drama muy bien interpretado por el malogrado Phillip Seymour Hoffman. Su último
film, fue justamente Anomalisa,
donde esta vez se mete de lleno en el stop-motion.
Nos fuimos con Ojalá que sea, de Fito Páez
FICHA TÉCNICA
Título
original: Anomalisa
Año:
2015
Duración:
90 min.
País:
Estados Unidos
Director:
Charlie Kaufman, Duke Johnson
Guion:
Charlie Kaufman, Dan Harmon
Música:
Carter Burwell
Fotografía:
Animation
Reparto: David Thewlis, Jennifer
Jason Leigh, Tom Noonan
SINOPSIS
La
película tiene por protagonista a un motivador profesional que, cuanto más
ayuda a la gente, más monótona y anodina es su vida; todo el mundo le parece y
le suena igual. Hasta que la voz de una chica le suena diferente y está
dispuesto abandonarlo todo y a todos por alcanzar la felicidad con ella.