jueves, 10 de septiembre de 2015

LA MALA EDUCACIÓN


EDITORIAL

Percibo el fin de aquellas miradas que se encuentran para construir algún rincón honesto. Suelen crearse con frecuencia en las mesas de viejos bares recorridos tiempo atrás. Es por las noches cuando puedo hacerme, con más éxito, de aquellos rincones porque a veces solo nos queda recurrir a nuestros sueños, refugiar allí nuestras esperanzas y luego procurar recordarlas al salir el sol o, con suerte, volver a soñarlos luego de una noche cargada de alcoholes misteriosos. Aquel peligroso dulce néctar que impulsa la honestidad y embellece cualquier crimen suele confundirse con las miserias. Quizás haya algo de razón en esa sentencia. Creo, también, que las miserias son tan detectables como ambiguas .Puedo ver la miseria en aquel tipo que mendiga tirado en una vereda. Pero lo miserable no son sus ropas rajadas sino su espíritu vencido de inmovilidad. Aquellas personas que sólo lamentan aquellas telas sucias son las que olvidan que este viaje hipócrita llamado vida nos traerá el peso de toda nuestra basura cuando llegue el reposo infinito de nuestros cuerpos. Entonces la fotografía de su adiós solo será la imagen de un basural infestado de narcisos. Dejando en esta triste historia la gran marca de mugre. La hipocresía aparece, en aquellos sueños, como lombriz en un cadáver en proceso de descomposición y así el pueblo recuerda como huelen los dolores del engaño y con sus máscaras antigases preparan, para los futuros hijos de la tierra, este mundo en liquidación. La cura dependerá del despertar de aquellos ángeles que no le temen a la oscuridad del bosque. Aquel en donde se refugian las brujas que se entretienen revolviendo signos y palabras que arrojan significados afines a su voracidad. El jugo de ese hechizo se desparrama e infecta desde las raíces de los arboles hasta los cementos más cercanos al cielo y su gesta consiste en erradicar a todo ángel caminante. 


El pueblo, carente de estas almas luminosas, deberá cumplir con la cabeza gacha, el rol de la buena conducta. Ninguna movilización será genuina y olerá a condimento de bosque profundo. Todo será extraño, como aquel mejicano queriendo escapar de Los Ángeles a Tijuana. El miembro de la valentía arrojado al peligro de la amputación deja al mundo sin septiembres. Aromas a otoño cubren toda esperanza. Se publican en los diarios las recetas de estas brujas, entonces ya no se esfuerzan en preparar el caldo. Todo jefe de hogar se encarga de condimentar su propio hechizo. Vi por ahí como una piba se excitaba mirándose lucir sus bigotes postizos. Ya se había consumido- y así lo expresaban sus ojos- el recuerdo de aquellos caballitos de mar y sus vestidos de princesa. Pobre piba, confundida de falsas sentencias. Envenenada de cómodas miserias. Sólo pensaba en aquel pasaje al paraíso que pagaba con monedas arrojadas a latitas de aluminio. Tenía la seguridad que de otra manera no podría salvarse. Era imposible colarse. Hubiese querido pensarla como cuando de niña se sumergía, sin culpa ni inconvenientes, en aquel mundo acuático. Al Final, el cielo y la salvación le dan la bienvenida luego de su última ceremonia. Allí en la plantación de humanos, en las puertas del purgatorio, donde los necesitados cuentan las monedas que ella dio a lo largo de su aburrida vida, un ángel hermafrodita la lleva de la mano a su eterno despertar y los arcángeles de aquel paraíso se ríen de su mala educación.

Alan Beneitez

Canción elegida para la editorial



IMPRESIONES SOBRE LA MALA EDUCACIÓN


Un hombre inundado por la furia, agrede. Otro, herido de muerte en su ego, tal vez insulta. Alguien enamorado, mata. El amor, se desarrolla en aquel terreno indefinido de lo pasional, en donde la razón no posee jurisdicción alguna. Es por esto, que su fluida esencia escapa al hermetismo de las definiciones o a aquel baúl polvoriento y aburrido de aproximaciones que es el diccionario. Soñamos para él destinos mejores, tal vez más nobles que la vitrina de concluido. El amor, así como también el arte, sucede. En vano serán los intentos de cualquiera de nosotros por ir a buscarlo. Serán en vano, y también tristes. Esa imposibilidad de manipularlo, de conquistarlo, toda esa falta de control, nos calará en lo más profundo, colmando nuestro ser de las más frías de todas las soledades y angustias. La flor es porque sí, nos dirá Silesius y tal es el azaroso capricho del amor. Amar con el pecho, amar con mis manos, convertir la chispa en fuego amando, amar con las sienes y el ombligo. Olvidar las miserias en la hora más apasionada. Entregarlo todo en nombre del amor, aun sabiendo que todo es nada. Entregar, entonces, la nada. Superar bajo el brío del amor aquel cielo estúpidamente celeste sobre nuestra cabeza y enfrentar la noche eterna, aquel patio desolado y oscuro, aquella noche quieta y sin estrellas, aquel recuerdo del olvido. 


Abro mis brazos ante esa muerte torera, elegante muerte apasionada sin razón. Y tal fue la poética muerte de Ignacio tan llena de excesos y traiciones, tan consumido por aquel otoño gris en el que vivía luego de haber perdido para siempre a su verdadero amor. La Mala Educación, es un film con tintes melodramáticos que aborda cuidadosamente una variedad de temas que no son nuevos dentro de la poética que construye la filmografía de Pedro Almodóvar. La linealidad del relato, estará quebrada por apariciones de secuencias dedicadas a narrar parte del cuento escrito por Ignacio, las cuales se buscaran confundir con el tiempo narrativo real del relato y el film rodado por Enrique, pareja en la niñez de nuestro protagonista. La fotografía estará fuertemente influenciada por el arte pop. Los colores que se trabajaran en el film serán intensos como las pasiones y las angustias vividas por cada uno de los personajes. La película contará con actuaciones exquisitas frutos de arduos procesos creativos y compositivos. Asistiremos a diálogos inteligentes y rítmicos. Tal es el caso de la escena donde Zhara, Ignacio travestido, espía desde el fondo de la capilla, al padre Manolo, quien abusó de él en su niñez, mientras celebra la misa


Aquí, a través del montaje, se genera un dialogo entre abusador y víctima, donde el sacerdote repite tres veces mientras golpea su pecho, las líneas del evangelio - por mi culpa - e Ignacio, a lo lejos, responde a cada una diciendo: por tu culpa. La cinta poseerá una composición de encuadre muy cuidada, que buscará conseguir la re significación de ciertos objetos. Viene a mi memoria la escena que filma Enrique, en donde Juan, representando a su hermano Ignacio, busca chantajear al padre Manolo en su oficina. Juan, travestido, luego de recordar aquel tormento que fue su niñez bajo el abuso del cura, se acerca a la venta a fumar. Su vestimenta es del mismo color que la carpintería de la ventana, y al acercarse a ella forma una cruz perfecta, tal vez graficando aquel peso insoportable cargado por el personaje. El film se centrará en la idea de los amores perdidos, en aquellas pasiones desmedidas que quemarán la carne del que espera muerto de nostalgia, atormentado por la distancia. Sobre aquel pasto veremos desgranarse a este manojo de personajes, heridos por no haber entendido jamás que nadie detiene al amor, en un lugar.-

Lucas Itze.-

Canción post impresiones



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UNIVERSO ALMODOVAR


Nacido el 25 de septiembre de 1949 en Calzada de Calatrava. Se mudó a los 18 años a Madrid donde trabajó durante doce años como ordenanza en Telefónica, en esa época participaba de un grupo teatral llamado Los Goliardos, en el que conoció a Carmen Maura, entre otros. También crea el grupo de punk-glam rock Almodovar y McNamara, junto al músico Fabio McNamara.
También en esa época escribe sus primeras novelas y aparece en diferentes revistas o periódicos como El País, Diario 16 y La Luna. Empieza a hacer comics contraculturales que tuvieron un gran éxito en la ciudad, como fueron Star, El Vibora y Vibraciones.
Después de algún corto llegó su primer largo titulado Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón, con la participación de Carmen Maura y la aparición de una joven Cecilia Roth.


Según muchos analistas, a pesar de que todo el cine de Almodovar tiene una especie de linealidad y coherencia, se podría dividir en cuatro etapas:
Etapa experimental: Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón, Laberinto de pasiones, Entre tinieblas, Tráiler para amantes de lo prohibido y ¿Qué he hecho yo para merecer esto?
Etapa de perfeccionamiento formal: Matador, La ley del deseo, Mujeres al borde de un ataque de nervios, ¡Átame!, Tacones lejanos, Kika.


Etapa social: La flor de mi secreto, Hable con ella, Trilogía de la memoria: Todo sobre mi madre, Carne trémula, La mala educación.


Etapa introspectiva: Volver, Los abrazos rotos, La piel que habito, Los amantes pasajeros.


En breve saldrá su próxima película, titulada Silencio, donde vuelve al mundo de las mujeres, que tanto éxito le trajeron.

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FICHA TÉCNICA

Título original: La mala educación
Año: 2004
Duración: 105 min.
País: España
Director: Pedro Almodóvar
Guión: Pedro Almodóvar
Música: Alberto Iglesias
Fotografía: José Luis Alcaine
Reparto: Gael García Bernal, Fele Martínez, Javier Cámara, Juan Fernández, Daniel Giménez Cacho, Lluís Homar, Alberto Ferreiro, Fran Boira, Francisco Maestre, Nacho Pérez, Raúl García, Petra Martínez, Leonor Watling

SINOPSIS

A principios de los años 60, Ignacio y Enrique, conocen el amor, el cine y el miedo en un colegio religioso. El Padre Manolo (Giménez Cacho), director del centro y profesor de literatura, es testigo y parte de esos descubrimientos. Los tres vuelven a verse a principios de los 80, y ese reencuentro marcará sus vidas. Ignacio, que ahora se llama Ángel (García Bernal), es un travestido que aspira a ser actor. Por su parte, Enrique (Fele Martínez) se ha convertido en un reputado director de cine. Juntos recordarán los oscuros años vividos en la escuela.


TRAILER


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