EDITORIAL
Percibo el fin de aquellas
miradas que se encuentran para construir algún rincón honesto. Suelen crearse
con frecuencia en las mesas de viejos bares recorridos tiempo atrás. Es por las
noches cuando puedo hacerme, con más éxito, de aquellos rincones porque a veces
solo nos queda recurrir a nuestros sueños, refugiar allí nuestras esperanzas y
luego procurar recordarlas al salir el sol o, con suerte, volver a soñarlos
luego de una noche cargada de alcoholes misteriosos. Aquel peligroso dulce
néctar que impulsa la honestidad y embellece cualquier crimen suele confundirse
con las miserias. Quizás haya algo de razón en esa sentencia. Creo, también,
que las miserias son tan detectables como ambiguas .Puedo ver la miseria en
aquel tipo que mendiga tirado en una vereda. Pero lo miserable no son sus ropas
rajadas sino su espíritu vencido de inmovilidad. Aquellas personas que sólo
lamentan aquellas telas sucias son las que olvidan que este viaje hipócrita
llamado vida nos traerá el peso de toda nuestra basura cuando llegue el reposo
infinito de nuestros cuerpos. Entonces la fotografía de su adiós solo será la
imagen de un basural infestado de narcisos. Dejando en esta triste historia la
gran marca de mugre. La hipocresía aparece, en aquellos sueños, como lombriz en
un cadáver en proceso de descomposición y así el pueblo recuerda como huelen
los dolores del engaño y con sus máscaras antigases preparan, para los futuros
hijos de la tierra, este mundo en liquidación. La cura dependerá del despertar
de aquellos ángeles que no le temen a la oscuridad del bosque. Aquel en donde
se refugian las brujas que se entretienen revolviendo signos y palabras que
arrojan significados afines a su voracidad. El jugo de ese hechizo se
desparrama e infecta desde las raíces de los arboles hasta los cementos más
cercanos al cielo y su gesta consiste en erradicar a todo ángel caminante.
El
pueblo, carente de estas almas luminosas, deberá cumplir con la cabeza gacha,
el rol de la buena conducta. Ninguna movilización será genuina y olerá a condimento
de bosque profundo. Todo será extraño, como aquel mejicano queriendo escapar de
Los Ángeles a Tijuana. El miembro de la valentía arrojado al peligro de la
amputación deja al mundo sin septiembres. Aromas a otoño cubren toda esperanza.
Se publican en los diarios las recetas de estas brujas, entonces ya no se
esfuerzan en preparar el caldo. Todo jefe de hogar se encarga de condimentar su
propio hechizo. Vi por ahí como una piba se excitaba mirándose lucir sus
bigotes postizos. Ya se había consumido- y así lo expresaban sus ojos- el
recuerdo de aquellos caballitos de mar y sus vestidos de princesa. Pobre piba,
confundida de falsas sentencias. Envenenada de cómodas miserias. Sólo pensaba
en aquel pasaje al paraíso que pagaba con monedas arrojadas a latitas de
aluminio. Tenía la seguridad que de otra manera no podría salvarse. Era
imposible colarse. Hubiese querido pensarla como cuando de niña se sumergía,
sin culpa ni inconvenientes, en aquel mundo acuático. Al Final, el cielo y la
salvación le dan la bienvenida luego de su última ceremonia. Allí en la
plantación de humanos, en las puertas del purgatorio, donde los necesitados
cuentan las monedas que ella dio a lo largo de su aburrida vida, un ángel
hermafrodita la lleva de la mano a su eterno despertar y los arcángeles de
aquel paraíso se ríen de su mala educación.
Alan Beneitez
Canción elegida para la
editorial
IMPRESIONES
SOBRE LA MALA EDUCACIÓN
Un hombre inundado por la
furia, agrede. Otro, herido de muerte en su ego, tal vez insulta. Alguien
enamorado, mata. El amor, se desarrolla en aquel terreno indefinido de lo
pasional, en donde la razón no posee jurisdicción alguna. Es por esto, que su
fluida esencia escapa al hermetismo de las definiciones o a aquel baúl
polvoriento y aburrido de aproximaciones que es el diccionario. Soñamos para él
destinos mejores, tal vez más nobles que la vitrina de concluido. El amor, así
como también el arte, sucede. En vano serán los intentos de cualquiera de
nosotros por ir a buscarlo. Serán en vano, y también tristes. Esa imposibilidad
de manipularlo, de conquistarlo, toda esa falta de control, nos calará en lo
más profundo, colmando nuestro ser de las más frías de todas las soledades y
angustias. La flor es porque sí, nos dirá Silesius
y tal es el azaroso capricho del amor. Amar con el pecho, amar con mis manos,
convertir la chispa en fuego amando, amar con las sienes y el ombligo. Olvidar
las miserias en la hora más apasionada. Entregarlo todo en nombre del amor, aun
sabiendo que todo es nada. Entregar, entonces, la nada. Superar bajo el brío
del amor aquel cielo estúpidamente celeste sobre nuestra cabeza y enfrentar la
noche eterna, aquel patio desolado y oscuro, aquella noche quieta y sin
estrellas, aquel recuerdo del olvido.
Abro mis brazos ante esa muerte torera,
elegante muerte apasionada sin razón. Y tal fue la poética muerte de Ignacio tan
llena de excesos y traiciones, tan consumido por aquel otoño gris en el que
vivía luego de haber perdido para siempre a su verdadero amor. La Mala Educación, es un film con
tintes melodramáticos que aborda cuidadosamente una variedad de temas que no
son nuevos dentro de la poética que construye la filmografía de Pedro Almodóvar. La linealidad del
relato, estará quebrada por apariciones de secuencias dedicadas a narrar parte
del cuento escrito por Ignacio, las cuales se buscaran confundir con el tiempo
narrativo real del relato y el film rodado por Enrique, pareja en la
niñez de nuestro protagonista. La fotografía estará fuertemente influenciada
por el arte pop. Los colores que se trabajaran en el film serán intensos como
las pasiones y las angustias vividas por cada uno de los personajes. La
película contará con actuaciones exquisitas frutos de arduos procesos creativos
y compositivos. Asistiremos a diálogos inteligentes y rítmicos. Tal es el caso
de la escena donde Zhara, Ignacio travestido, espía desde el
fondo de la capilla, al padre Manolo, quien abusó de él en su
niñez, mientras celebra la misa.
Aquí, a
través del montaje, se genera un dialogo entre abusador y víctima, donde el
sacerdote repite tres veces mientras golpea su pecho, las líneas del evangelio
- por mi culpa - e Ignacio, a lo lejos, responde a cada una diciendo: por tu
culpa. La cinta poseerá una composición de encuadre muy cuidada, que buscará
conseguir la re significación de ciertos objetos. Viene a mi memoria la escena
que filma Enrique, en donde Juan, representando a su hermano Ignacio,
busca chantajear al padre Manolo en su oficina. Juan,
travestido, luego de recordar aquel tormento que fue su niñez bajo el abuso del
cura, se acerca a la venta a fumar. Su vestimenta es del mismo color que la
carpintería de la ventana, y al acercarse a ella forma una cruz perfecta, tal
vez graficando aquel peso insoportable cargado por el personaje. El film se
centrará en la idea de los amores perdidos, en aquellas pasiones desmedidas que
quemarán la carne del que espera muerto de nostalgia, atormentado por la
distancia. Sobre aquel pasto veremos desgranarse a este manojo de personajes,
heridos por no haber entendido jamás que nadie detiene al amor, en un lugar.-
Lucas Itze.-
Canción post impresiones
Moris, un hombre clave
para el rock español
UNIVERSO
ALMODOVAR
Nacido el 25 de septiembre
de 1949 en Calzada de Calatrava. Se mudó a los 18 años a Madrid donde trabajó
durante doce años como ordenanza en Telefónica, en esa época participaba de un
grupo teatral llamado Los Goliardos, en el que conoció a Carmen Maura, entre
otros. También crea el grupo de punk-glam rock Almodovar y McNamara,
junto al músico Fabio McNamara.
También en esa época
escribe sus primeras novelas y aparece en diferentes revistas o periódicos como
El País, Diario 16 y La Luna. Empieza a hacer comics contraculturales que
tuvieron un gran éxito en la ciudad, como fueron Star, El Vibora y Vibraciones.
Después de algún corto
llegó su primer largo titulado Pepi,
Luci, Bom y otras chicas del montón, con la participación de Carmen Maura y la aparición de una joven
Cecilia Roth.
Según muchos analistas, a
pesar de que todo el cine de Almodovar tiene una especie de linealidad y
coherencia, se podría dividir en cuatro etapas:
Etapa
experimental: Pepi, Luci, Bom y otras chicas del
montón, Laberinto de pasiones, Entre tinieblas, Tráiler para amantes de lo
prohibido y ¿Qué he hecho yo para merecer esto?
Etapa
de perfeccionamiento formal: Matador, La ley del deseo, Mujeres
al borde de un ataque de nervios, ¡Átame!, Tacones lejanos, Kika.
Etapa
social: La flor de mi secreto, Hable con ella, Trilogía de la
memoria: Todo sobre mi madre, Carne trémula, La mala educación.
Etapa
introspectiva: Volver, Los abrazos rotos, La piel que
habito, Los amantes pasajeros.
En breve saldrá su próxima
película, titulada Silencio, donde vuelve al mundo de las mujeres, que tanto éxito
le trajeron.
También escuchamos…
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exponentes de la música latina
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FICHA
TÉCNICA
Título original: La mala
educación
Año: 2004
Duración: 105 min.
País: España
Director: Pedro Almodóvar
Guión: Pedro Almodóvar
Música: Alberto Iglesias
Fotografía: José Luis
Alcaine
Reparto: Gael García
Bernal, Fele Martínez, Javier Cámara, Juan Fernández, Daniel Giménez Cacho,
Lluís Homar, Alberto Ferreiro, Fran Boira, Francisco Maestre, Nacho Pérez, Raúl
García, Petra Martínez, Leonor Watling
SINOPSIS
A principios de los años
60, Ignacio y Enrique, conocen el amor, el cine y el miedo en un colegio
religioso. El Padre Manolo (Giménez Cacho), director del centro y profesor de
literatura, es testigo y parte de esos descubrimientos. Los tres vuelven a
verse a principios de los 80, y ese reencuentro marcará sus vidas. Ignacio, que
ahora se llama Ángel (García Bernal), es un travestido que aspira a ser actor.
Por su parte, Enrique (Fele Martínez) se ha convertido en un reputado director
de cine. Juntos recordarán los oscuros años vividos en la escuela.
TRAILER
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