EDITORIAL
El
pasillo reflejaba las gotas de un clásico día de invierno. El ruido de la
gotera de ese caño que perdía agua hace ya mucho tiempo, envolvía la escena de
un color azul profundo, como la tinta de los bolígrafos esparcidos por el
suelo. La pared se descascaraba al son de esas canciones que vomitaban
patriotismo en algún lejano salón, mientras el olor del café quemado de la sala
contigua destilaba aroma a un morboso día más.
El
polvillo de la tiza danzó por los aires, y se disolvió esporádicamente ante la
ciega mirada de la multitud, el fuerte viento que ingresaba por los ventanales
aún no cerrados suprimió cualquier atisbo de hechizo antes que sea alcanzada
por esos ojos que anticipaban clemencia. El ruido del borrador contra la
pizarra, despertó más de un sueño equivocado, acribillado en horas matutinas.
La
alarma del recreo sonó, quizás, con más furia que de costumbre. Los ecos del
silencio cedieron ante la música de los bancos deslizados y el compás de los
pasos alegres. Las voces se liberaron y empezaron a desandar un sinfín de
oraciones, casi atropellándose unas palabras contra otras, como si ya no
quedara tiempo de decirlas. El aula se bañó de un blanco radiante, luminoso
como si se tratara del marfil más preciado de la tierra.
La
bandera flameó con menos orgullo, pesada por el agua que atentaba contra ella.
Las luces de los lejanos rayos hacían figuras en el cielo, jugando con los
colores de las nubes. Las bicicletas estacionadas en el patio trasero, se
ahogaban lentamente esperando esos pies que las devuelvan a la vida.
Un
banco, mientras tanto, desnudaba cientos de garabatos que contenía una frase
que era gritada a los cuatro vientos, pero nunca nadie entendió: Soy
una confesión que espera ser escuchada. Durante las semanas que el
banco estuvo vacío nadie se atrevió a interpretar la frase, que permanecía
inerte con el paso de los días. De repente, ruido, olor a pólvora, llantos,
horror y lágrimas se entrecruzaron como si fuera el noticiero más perverso. Las
sirenas de las ambulancias irrumpieron para darle un aire orquestal al
siniestro coro de voces.
La
puerta de uno de los baños rezaba la misma frase, pero el olor a tinta era
actual, más potente. Entre la gente empezaban a alzarse las manos siempre con
el dedo acusador apuntando al mismo lado, comandados por medios buscadores de
chivos expiatorios para tapar verdades, como si un simple cantante gótico de
aspecto extraño, hubiera sido el encargado de armar un falso guion de cine,
gracias a la velocidad de internet para relacionar frases como si fuera un rompecabezas
maldito.
El
banco sigue estando ahí. Quien antes era invisible para todos, hoy es portada
de todos los medios que hablan sin preocuparse para encontrar el significado de
esa confesión. Mientras, las paredes se seguirán descascarando, las gotas
retumbarán más fuerte contra el piso y los fusiles sonarán con más fuerza luego
de cada acto. Aunque nadie entienda que a veces, lo invisible, si se convierta
en esencial; para que alguien logre transformar la pequeñez de un insecto, en
la grandeza de un elefante…
Marcelo
De Nicola
Canción
elegida para la editorial
IMPRESIONES SOBRE ELEPHANT
Maldita
sordera del mundo. Tempano glaciar, fría caricia mortecina. Distancia tacita
que deja a este sujeto sin predicado. Silencio agobiante inmune al grito
catártico. Lento amanecer de las sombras. Maldito, maldito mundo de allí
afuera. Sádico pantano de sueños, vulgar caja repleta de insectos caníbales,
insaciables alimañas seriales, alimentándose de dudas, miedos y pasiones
truncas, fingiendo heroísmo al derribar mentiras ya vencidas, gritando con
descarado cinismo sus palabras ya muertas. Acá estoy yo, un turista ciego
caminando con temor por la cristalería del mundo. Desbordante de preguntas,
desconfiando las huellas, olvidando el sueño en cada esquina, nadando en sus
laberinticos días. Acá estoy yo, apagándome por dentro, como una tarde que
muere, harto de seguir intentando esta felicidad que no me sale. Acá estoy yo,
con mis brazos absurdos levantados, esperando el golpe, ya no importa dónde. Y
a través de estos mismos cristales, veía y sentía el mundo Alex, co protagonista del
film Elephant de nuestro gran amigo Gus
Vant Sant.
El film será crudo y realista, sin caer en la chabacanería
del golpe bajo. Hará evidente aquel elefante que nadie quiere ver, evitando el
camino fácil del tono de denuncia, para transitar por aquel otro más complejo,
y por esto, más sabroso, del relato desarrollado a través del leguaje propio
cinematográfico, sirviéndose de lo externo, de lo visible, de solo un puñado de
situaciones, para llegar a través de ellas a la propia esencia. La película no
tendrá una estructura narrativa lineal y desde esta decisión estética, ya se
comenzara a trabajar aquella idea que flotará a cada instante dentro del relato
y que será apoyada por cada uno de los medios comunicacionales de los que se
servirá el director para armar el film. Esta idea, que se instalará desde el
comienzo, no será otra que la soledad. El
relato, estará estructurado por una serie de planos secuencias, estos son
aquellos planos de larga duración, donde la cámara no corta nunca, sino que
acompaña a las situaciones y personajes. Cada plano secuencia, narrará
distintos fragmentos de la vida de los personajes del film, los cuales se irán
entrecruzando. Cada uno de estos bloques secuenciales, logrará transmitir
aquella sensación desoladora vivida por los caracteres a través de su curva
dramática. Podríamos tal vez interpretarlo, como pequeñas islas a la deriva,
flotando en un océano para el cual son indiferente.
La puesta de cámara del film, trabajará un punto de vista similar al de
un adolescente de la misma edad de los personajes. Las cámaras, se mantendrán
por lo general, a la altura de sus ojos, permitiendo a los espectadores
experimentar la sensación de soledad plena de transitar los largos pasillos de
aquella multitudinaria escuela, siendo ignorados por todos. Aparecerá
también la idea de muerte, trabajada desde los primeros planos del film, el
cual abrirá con un cielo cargado de nubes oscuras, encuadrando un poste que nos
recordará a cierta figura musical en un pentagrama. El cielo se irá
oscureciendo por la caída del día y la oscuridad se apoderará del poste para
terminar fundiendo a negro. Lo siguiente será el otoño, bañando de hojas
muertas las calles y veredas. El final de Elephant nos atacará de repente y nos
dejará pensando en el sufrimiento de aquellos chicos. Y hablo tanto por las
victimas como por aquellos dos que habían muerto hace tanto y tuvieron que
venir a contárnoslos disfrazados de asesinos. Aquella pareja hermanada por la
soledad, que para partir más liviano, vino a devolverle al mundo lo único que
este le supo ofrecer: violencia, exclusión y muerte. Así se despidieron Alex
y Eric, en el anochecer de sus vidas, en el silencio de la música,
juntos pero solos, sin nada que los amarre a este maldito mundo.-
Lucas
Itze.-
Canción post impresiones
Uno
de los temas que homenajearon Columbine
Buenas
tardes, adiós
Voy
a llegar a mi agenda
Va
a ser el enemigo
Va
a sonreír y destruir
UNIVERSO VAN SANT
Nacido
en Kentucky, se interesó por el cine en la adolescencia luego de pasar por la
escuela de diseño, donde tuvo de compañero a David Byrne, fundador de Talking
Heads.
En
el cine empezó como ayudante del director Ken Shapiro y luego en una agencia de
publicidad, con lo que ahorró sus primeros dólares para filmar el corto de
1982, La disciplina de D.E, basado en Do Easy, la obra de William
Burroughs.
Tres
años después filmó el largo Mala Noche, titulado en español y
donde se mete en la vida de un treintañero gay que se enamora de un inmigrante
ilegal. Filmada en blanco y negro con una cámara de 16 mm y sólo 25000 dólares
de presupuesto.
En
1989 empieza a ser reconocido internacionalmente gracias a Drugstore Cowboys, la
historia de 4 adolescentes con problemas de drogas que recibió el premio a
Mejor Guion para el Círculo de Críticos de Nueva York. Fue el salto al
estrellato de Matt Dillon.
Dos
años después filma uno de sus más grandes éxitos, Mi Idaho Privado, con dos
grandes promesas como el fallecido River Phoenix y el ascendente Kaenu Reeves
en la piel de dos jóvenes que se prostituyen para ganarse la vida.
Baja
muchísimo cuando filma a Uma Thurman en Ellas también se deprimen, sobre una
modelo que recorre el país desde su infancia y ahora tiene la posibilidad de
entrar en una agencia publicitaria.
En
1995 filma Todo por un sueño, con un genial papel de Nicole Kidman como
una mujer que no tiene límite para llegar a conseguir trabajar en televisión.
En
1997 dirige el guion ganador del Oscar, de la dupla Affleck-Damon en En
busca del destino, la historia del chico de barrio con una inteligencia
supernatural para las matemáticas.
Un
año después filma la remake de Psicosis, con resultados pésimos en
cuanto a crítica.
Vuelve
con una buena historia en Descubriendo a Forrester, donde Sean
Connery interpreta a un hombre cuyo misterio y excentricidad son casi míticos.
Hasta que encuentra a un joven que aparece en la casa y terminan haciéndose
amigos.
En
2002 filma Gerry, una historia de supervivencia de dos amigos que se
pierden en el medio del desierto.
Luego
llega Elephant, con el que gana la Palma de Oro en Cannes. Y en 2005 filma Last Days, basado en los
últimos días del líder de Nirvana, Kurt Cobain.
En
2007 llega Paranoid Park, sobre un caso sin resolver que sucedió en un
parque público de Houston.
En
2008 logra un éxito tanto a nivel público como crítica, cuando rueda la
historia de Harvey Milk, el primer político abiertamente homosexual de
Estados Unidos.
En
2011 filma Retless, la extraña película que Narra la historia de amor
entre una joven enferma terminal (Mia Wasikowska) y un chico (Henry Hopper) al
que le gusta asistir a funerales. A la pareja se le aparece el fantasma de un
piloto kamikaze japonés (Ryo Kase) que murió en la II Guerra Mundial
(1939-1945).
Su
último film fue en 2012 y se tituló Tierra prometida, la historia de un
ejecutivo que llega a un pueblo para perforar la tierra y además de convencer a
los propietarios de la tierra, intentará reencausar su vida.
Este
año se espera el estreno de The Sea of Trees, donde un
estadounidense y un japonés concurren al tristemente famoso "bosque del
suicidio", un lugar al que la gente va para quitarse la vida. Juntos
empiezan a transitar juntos el bosque.
Todos
los demás niños con las patadas bombeadas, deberías de haber corrido, mejor
corre, más rápido que mi pistola
Todos
los demás niños con las patadas bombeadas, deberías de haber corrido, mejor
corre, más rápido que mi bala...
Quizá
este chico buscaba algo de amor
O
quizá por el momento
Olvidó
quién era
O
quizá este chico solo deseaba ser abrazado
FICHA TECNICA
Título
original: Elephant
Año:
2003
Duración:
81 min.
País:
Estados Unidos
Director:
Gus Van Sant
Guión:
Gus Van Sant
Música:
Ludwig Van Beethoven
Fotografía:
Harris Savides
Reparto:
Alex Frost, Eric Deulen, John Robinson, Elias McConnell, Jordan Taylor, Carrie
Finklea, Nicole George, Alicia Miles, Timothy Bottoms, Matt Malloy
SINOPSIS
Recreación
de la matanza perpetrada por dos adolescentes en el instituto Columbine. Es un
día cualquiera de otoño, y todos los estudiantes hacen su vida rutinaria: Eli,
camino de clase, convence a una pareja de rockeros para hacerles unas fotos.
Nate termina su entrenamiento de fútbol y queda con su novia Carrie para comer.
John deja las llaves del coche de su padre en la conserjería del instituto para
que las recoja su hermano. Pero ese día no será como los demás...
PELICULA COMPLETA
No hay comentarios:
Publicar un comentario