martes, 15 de septiembre de 2015

ELEPHANT


EDITORIAL

El pasillo reflejaba las gotas de un clásico día de invierno. El ruido de la gotera de ese caño que perdía agua hace ya mucho tiempo, envolvía la escena de un color azul profundo, como la tinta de los bolígrafos esparcidos por el suelo. La pared se descascaraba al son de esas canciones que vomitaban patriotismo en algún lejano salón, mientras el olor del café quemado de la sala contigua destilaba aroma a un morboso día más.
El polvillo de la tiza danzó por los aires, y se disolvió esporádicamente ante la ciega mirada de la multitud, el fuerte viento que ingresaba por los ventanales aún no cerrados suprimió cualquier atisbo de hechizo antes que sea alcanzada por esos ojos que anticipaban clemencia. El ruido del borrador contra la pizarra, despertó más de un sueño equivocado, acribillado en horas matutinas.
La alarma del recreo sonó, quizás, con más furia que de costumbre. Los ecos del silencio cedieron ante la música de los bancos deslizados y el compás de los pasos alegres. Las voces se liberaron y empezaron a desandar un sinfín de oraciones, casi atropellándose unas palabras contra otras, como si ya no quedara tiempo de decirlas. El aula se bañó de un blanco radiante, luminoso como si se tratara del marfil más preciado de la tierra.
La bandera flameó con menos orgullo, pesada por el agua que atentaba contra ella. Las luces de los lejanos rayos hacían figuras en el cielo, jugando con los colores de las nubes. Las bicicletas estacionadas en el patio trasero, se ahogaban lentamente esperando esos pies que las devuelvan a la vida.


Un banco, mientras tanto, desnudaba cientos de garabatos que contenía una frase que era gritada a los cuatro vientos, pero nunca nadie entendió: Soy una confesión que espera ser escuchada. Durante las semanas que el banco estuvo vacío nadie se atrevió a interpretar la frase, que permanecía inerte con el paso de los días. De repente, ruido, olor a pólvora, llantos, horror y lágrimas se entrecruzaron como si fuera el noticiero más perverso. Las sirenas de las ambulancias irrumpieron para darle un aire orquestal al siniestro coro de voces.
La puerta de uno de los baños rezaba la misma frase, pero el olor a tinta era actual, más potente. Entre la gente empezaban a alzarse las manos siempre con el dedo acusador apuntando al mismo lado, comandados por medios buscadores de chivos expiatorios para tapar verdades, como si un simple cantante gótico de aspecto extraño, hubiera sido el encargado de armar un falso guion de cine, gracias a la velocidad de internet para relacionar frases como si fuera un rompecabezas maldito.
El banco sigue estando ahí. Quien antes era invisible para todos, hoy es portada de todos los medios que hablan sin preocuparse para encontrar el significado de esa confesión. Mientras, las paredes se seguirán descascarando, las gotas retumbarán más fuerte contra el piso y los fusiles sonarán con más fuerza luego de cada acto. Aunque nadie entienda que a veces, lo invisible, si se convierta en esencial; para que alguien logre transformar la pequeñez de un insecto, en la grandeza de un elefante…

Marcelo De Nicola

Canción elegida para la editorial



IMPRESIONES SOBRE ELEPHANT


Maldita sordera del mundo. Tempano glaciar, fría caricia mortecina. Distancia tacita que deja a este sujeto sin predicado. Silencio agobiante inmune al grito catártico. Lento amanecer de las sombras. Maldito, maldito mundo de allí afuera. Sádico pantano de sueños, vulgar caja repleta de insectos caníbales, insaciables alimañas seriales, alimentándose de dudas, miedos y pasiones truncas, fingiendo heroísmo al derribar mentiras ya vencidas, gritando con descarado cinismo sus palabras ya muertas. Acá estoy yo, un turista ciego caminando con temor por la cristalería del mundo. Desbordante de preguntas, desconfiando las huellas, olvidando el sueño en cada esquina, nadando en sus laberinticos días. Acá estoy yo, apagándome por dentro, como una tarde que muere, harto de seguir intentando esta felicidad que no me sale. Acá estoy yo, con mis brazos absurdos levantados, esperando el golpe, ya no importa dónde. Y a través de estos mismos cristales, veía y sentía el mundo Alex, co protagonista del film Elephant de nuestro gran amigo Gus Vant Sant. 


El film será crudo y realista, sin caer en la chabacanería del golpe bajo. Hará evidente aquel elefante que nadie quiere ver, evitando el camino fácil del tono de denuncia, para transitar por aquel otro más complejo, y por esto, más sabroso, del relato desarrollado a través del leguaje propio cinematográfico, sirviéndose de lo externo, de lo visible, de solo un puñado de situaciones, para llegar a través de ellas a la propia esencia. La película no tendrá una estructura narrativa lineal y desde esta decisión estética, ya se comenzara a trabajar aquella idea que flotará a cada instante dentro del relato y que será apoyada por cada uno de los medios comunicacionales de los que se servirá el director para armar el film. Esta idea, que se instalará desde el comienzo, no será otra que la soledad. El relato, estará estructurado por una serie de planos secuencias, estos son aquellos planos de larga duración, donde la cámara no corta nunca, sino que acompaña a las situaciones y personajes. Cada plano secuencia, narrará distintos fragmentos de la vida de los personajes del film, los cuales se irán entrecruzando. Cada uno de estos bloques secuenciales, logrará transmitir aquella sensación desoladora vivida por los caracteres a través de su curva dramática. Podríamos tal vez interpretarlo, como pequeñas islas a la deriva, flotando en un océano para el cual son indiferente. 


La puesta de cámara del film, trabajará un punto de vista similar al de un adolescente de la misma edad de los personajes. Las cámaras, se mantendrán por lo general, a la altura de sus ojos, permitiendo a los espectadores experimentar la sensación de soledad plena de transitar los largos pasillos de aquella multitudinaria escuela, siendo ignorados por todos. Aparecerá también la idea de muerte, trabajada desde los primeros planos del film, el cual abrirá con un cielo cargado de nubes oscuras, encuadrando un poste que nos recordará a cierta figura musical en un pentagrama. El cielo se irá oscureciendo por la caída del día y la oscuridad se apoderará del poste para terminar fundiendo a negro. Lo siguiente será el otoño, bañando de hojas muertas las calles y veredas. El final de Elephant nos atacará de repente y nos dejará pensando en el sufrimiento de aquellos chicos. Y hablo tanto por las victimas como por aquellos dos que habían muerto hace tanto y tuvieron que venir a contárnoslos disfrazados de asesinos. Aquella pareja hermanada por la soledad, que para partir más liviano, vino a devolverle al mundo lo único que este le supo ofrecer: violencia, exclusión y muerte. Así se despidieron Alex y Eric, en el anochecer de sus vidas, en el silencio de la música, juntos pero solos, sin nada que los amarre a este maldito mundo.-

Lucas Itze.-

Canción post impresiones



Uno de los temas que homenajearon Columbine


Buenas tardes, adiós
Voy a llegar a mi agenda
Va a ser el enemigo
Va a sonreír y destruir



UNIVERSO VAN SANT



Nacido en Kentucky, se interesó por el cine en la adolescencia luego de pasar por la escuela de diseño, donde tuvo de compañero a David Byrne, fundador de Talking Heads.
En el cine empezó como ayudante del director Ken Shapiro y luego en una agencia de publicidad, con lo que ahorró sus primeros dólares para filmar el corto de 1982, La disciplina de D.E, basado en Do Easy, la obra de William Burroughs.
Tres años después filmó el largo Mala Noche, titulado en español y donde se mete en la vida de un treintañero gay que se enamora de un inmigrante ilegal. Filmada en blanco y negro con una cámara de 16 mm y sólo 25000 dólares de presupuesto.
En 1989 empieza a ser reconocido internacionalmente gracias a Drugstore Cowboys, la historia de 4 adolescentes con problemas de drogas que recibió el premio a Mejor Guion para el Círculo de Críticos de Nueva York. Fue el salto al estrellato de Matt Dillon.
Dos años después filma uno de sus más grandes éxitos, Mi Idaho Privado, con dos grandes promesas como el fallecido River Phoenix y el ascendente Kaenu Reeves en la piel de dos jóvenes que se prostituyen para ganarse la vida.


Baja muchísimo cuando filma a Uma Thurman en Ellas también se deprimen, sobre una modelo que recorre el país desde su infancia y ahora tiene la posibilidad de entrar en una agencia publicitaria.
En 1995 filma Todo por un sueño, con un genial papel de Nicole Kidman como una mujer que no tiene límite para llegar a conseguir trabajar en televisión.
En 1997 dirige el guion ganador del Oscar, de la dupla Affleck-Damon en En busca del destino, la historia del chico de barrio con una inteligencia supernatural para las matemáticas.


Un año después filma la remake de Psicosis, con resultados pésimos en cuanto a crítica.
Vuelve con una buena historia en Descubriendo a Forrester, donde Sean Connery interpreta a un hombre cuyo misterio y excentricidad son casi míticos. Hasta que encuentra a un joven que aparece en la casa y terminan haciéndose amigos.
En 2002 filma Gerry, una historia de supervivencia de dos amigos que se pierden en el medio del desierto.
Luego llega Elephant, con el que gana la Palma de Oro en Cannes.  Y en 2005 filma Last Days, basado en los últimos días del líder de Nirvana, Kurt Cobain.
En 2007 llega Paranoid Park, sobre un caso sin resolver que sucedió en un parque público de Houston.
En 2008 logra un éxito tanto a nivel público como crítica, cuando rueda la historia de Harvey Milk, el primer político abiertamente homosexual de Estados Unidos.


En 2011 filma Retless, la extraña película que Narra la historia de amor entre una joven enferma terminal (Mia Wasikowska) y un chico (Henry Hopper) al que le gusta asistir a funerales. A la pareja se le aparece el fantasma de un piloto kamikaze japonés (Ryo Kase) que murió en la II Guerra Mundial (1939-1945).
Su último film fue en 2012 y se tituló Tierra prometida, la historia de un ejecutivo que llega a un pueblo para perforar la tierra y además de convencer a los propietarios de la tierra, intentará reencausar su vida.
Este año se espera el estreno de The Sea of Trees, donde un estadounidense y un japonés concurren al tristemente famoso "bosque del suicidio", un lugar al que la gente va para quitarse la vida. Juntos empiezan a transitar juntos el bosque.

Todos los demás niños con las patadas bombeadas, deberías de haber corrido, mejor corre, más rápido que mi pistola
Todos los demás niños con las patadas bombeadas, deberías de haber corrido, mejor corre, más rápido que mi bala...


Quizá este chico buscaba algo de amor
O quizá por el momento
Olvidó quién era
O quizá este chico solo deseaba ser abrazado



FICHA TECNICA

Título original: Elephant
Año: 2003
Duración: 81 min.
País: Estados Unidos
Director: Gus Van Sant
Guión: Gus Van Sant
Música: Ludwig Van Beethoven
Fotografía: Harris Savides
Reparto: Alex Frost, Eric Deulen, John Robinson, Elias McConnell, Jordan Taylor, Carrie Finklea, Nicole George, Alicia Miles, Timothy Bottoms, Matt Malloy

SINOPSIS

Recreación de la matanza perpetrada por dos adolescentes en el instituto Columbine. Es un día cualquiera de otoño, y todos los estudiantes hacen su vida rutinaria: Eli, camino de clase, convence a una pareja de rockeros para hacerles unas fotos. Nate termina su entrenamiento de fútbol y queda con su novia Carrie para comer. John deja las llaves del coche de su padre en la conserjería del instituto para que las recoja su hermano. Pero ese día no será como los demás...

PELICULA COMPLETA







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