miércoles, 20 de abril de 2022

BOLIVIA DE ADRIÁN CAETANO

PROGRAMA 364 (08-04-2022)

 

SINOPSIS

 

Freddy emigra a Buenos Aires en busca de una vida más próspera. En su país natal, Bolivia, deja a su familia. Sin embargo, la capital argentina no es el paraíso que Freddy soñó, y mucho menos para los emigrantes ilegales como él. Pese a ello, consigue trabajo como cocinero en un restaurante. Un aclamado filme de bajo presupuesto premiado en varios festivales. (FILMAFFINITY)

 

EDITORIAL

 

Alguien pregunta con recelo de donde soy y yo no contesto.

Guardo un silencio prudente y bajo mi mirada que se pierde en la tierra que pisan mis pies sucios y cansados.

Soy de donde crecen los que temen a las preguntas –me digo- porque jamás encontraron ninguna respuesta.

Soy de donde amanece sin sol porque el hambre apura y hay que salir de prisa apartando el sueño, empujando el día, sacudiendo las penas que no te sueltan.

Soy de la misma calle de los olvidados y también de los nadies, donde caen los que mueren por nada en cualquier lado, huérfanos de sorpresas ajenas y de cualquier justicia.



Soy de ahí, de donde nacen a los que explotan y precarizan, de donde se refugian los reprimidos con gases y caballos. Por donde corren desesperados los perseguidos del orden

Soy de donde te devora el olvido, de donde ya no quedan nombres y los sueños mueren extirpados en las salas de esperas de nuestro ánimo.

Soy el alienado, la ausencia, la falta y la carencia. Soy lo real que la palabra no nombra, que la mirada no ve, soy una pared gritando una consigna, soy el silencio ahogado en el barullo ensordecedor del futuro. Soy el excluido y el vencido, soy el fango donde se apoya el pesado pie del progreso.   

¿Cuál fue la mano que dividió al mundo?

¿Quién separo al hermano del hermano, si al fin y al cabo acá es todos lados?

 

Lucas Itze. –

 

Canción post editorial

 


IMPRESIONES SOBRE BOLIVIA

 


El físico austríaco Erwin Schrödinger se hizo famoso por una teoría que llevaría su apellido desde 1935. Esta, llamada “El gato de Schröndinger”, es un experimento mental de mecánica cuántica, en el cual, resumiendo muy brevemente la teoría, un gato encerrado en una cámara de acero, pueda estar vivo y muerto al mismo tiempo, debido a un átomo radiactivo. Este experimento, llevado al mundo de la inmigración, resulta cuanto menos interesante. Según las políticas de derecha, el inmigrante es el que viene a sacarle el trabajo al local. Pero, a la vez, son estos los vagos que requieren asistencia del estado o cobran planes en lugar de trabajar. Entonces, ahí tenemos esos dos opuestos que se unen y que, como en el experimento de Schröndinger, suceden ambas cosas a la vez: le quitan el trabajo a los locales y son vagos que no quieren trabajar. Ya que esto no es mecánica cuántica, ¿cómo es posible afirmar ambas cosas? El capitalismo busca entonces esa disputa de clases entre gente de menor poder adquisitivo. La idea de la dominación de esas clases sociales, de esa lucha por ese puñado de billetes que cada vez valen menos, son entonces el principal motor de las políticas de derecha, ayudados por empresarios que sirven para esclavizar a esas minorías. Y cuando la pelea es entre los que sólo quieren ganarse el pan del día, todo explota. Ese resumen, llevado a la Argentina del 2001, post fiesta menemista y  pre-corralito, se transforma en algo cotidiano. Ya con Pizza, Birra, Faso, junto a Bruno Stagnaro, el uruguayo Adrián Caetano mostraba sus cartas. En su primer film en soledad, iba a seguir por ese camino, pero de corte mucho más minimalista. 



Bolivia, tal el nombre del film que estamos haciendo referencia, arranca con una voz en off e imágenes de ese típico bar de esquina de barrio, de sus paredes, con planos detalle de sus elementos y porque no, de sus miserias. Todo filmado en un blanco y negro abrazador,  envolvente, casi sin esperanzas. Siempre decimos que hay que afinar vista y oído porque en los primeros minutos puede estar el resumen de la historia. En los créditos, con los Kjarkas de fondo (parte importante de la banda musical), empezará a verse un partido entre las selecciones de Argentina y Bolivia, en esos comentarios, no faltarán las apreciaciones de una Argentina despierta y superior frente a una Bolivia desesperada y desordenada. Un anticipo de ciertos arquetipos de personajes que se pasearán por el bar, aunque afinando la vista, notaremos que todo será al revés. Allí conoceremos a Freddy, quien llegó de Bolivia hace una semana, después de quedarse sin trabajo en su país culpa de los yanquis que barrieron los campos de coca. A Enrique, el dueño del bar, no le importará si es de Bolivia o de Perú, o si el país incaico queda en Centroamérica. Sólo le interesa alguien sin papeles para poder explotarlo mejor. La película estará marcada por un clásico estilo neorrealista. Actores profesionales como actores amateurs (como el caso de Freddy) se mezclan para darle más veracidad a la historia. Siendo un film rodado con escasos recursos, será el bar el escenario donde transcurra la mayor parte del metraje, aunque recorreremos con angustias ciertas calles donde la noche suele ser más oscura y los adoquines más huérfanos. El director utilizará planos fijos y no habrá mucho movimiento de cámara. Será en ciertos momentos un testigo más de lo que pasa ahí dentro. 



Habrá algunos planos detalles, como ese reloj que siempre está atrasado y que marca el final del día, pero sobre todo, la hora del cobro. Y pese a ser el protagonista, la cámara no siempre se irá con Freddy, sino que ahí adentro, estará en gran parte oculta, haciendo juego con la ilegalidad con la que convive. En ese pequeño universo, aparece Rosa, una joven paraguaya que es la mesera del bar y quien se transformará en compinche del recién llegado. Y allí empezarán a desfilar esas moscas de bar que habitan cotidianamente el lugar: taxistas, vendedores ambulantes y borrachos que vienen a beber sus últimos sorbos de la noche. El guión crecerá de forma dosificada, pero no así los personajes. Ellos generalmente no crecerán demasiado, hasta que el alcohol nos muestre su otra cara. Los poco más de 70 minutos nos revelará esa Argentina, o mejor dicho, esa Buenos Aires donde todo poco a poco estalla. La discriminación, la xenofobia y la cosificación son moneda corriente. Y llega la culpa, que siempre es del otro. Y si es extranjero mejor, porque nos viene a sacar lo nuestro. Y esa es la pelea de los que nada tienen que excita al poder de turno. Porque la lucha es siempre entre las clases trabajadoras que buscan un mejor futuro. Un lugar donde llenar la olla. Y el poder representado en un dueño de un bar de mala muerte o unos policías que patrullan la zona. Aunque ellos no quieran entender que están hundidos en la misma mierda, haciéndole el juego al sistema. Y porque bien sabemos, en las peleas de pobres contra pobres, todos terminamos siendo clandestinos.

                                                                                     

Marcelo De Nicola.-

 

Canción post impresiones

 


UNIVERSO CAETANO

 


Israel Adrián Caetano nació en Montevideo el 20 de diciembre de 1969. Hijo de padre brasileño y madre uruguaya. Su padre, un oriental cinéfilo, era proyectorista de cine en una Iglesia de Villa del Cerro en Uruguay, la iglesia no podía tocar la programación de lo que allí se proyectaba. Quizás debido a esto, eligió el cine y la televisión como un lenguaje de libertad, un lugar para poder reflejar lo que pasa en la vida sin medias tintas. Se mudó a Córdoba y allí creó su primer cortometraje: Visite Carlos Paz. Luego llegaron Blanco y negro, Calafate, Cuesta abajo y No necesitamos de nadie. Su largometraje debut, junto a Bruno Stagnaro, llegó con una de las películas que marcaría un antes y un después en el cine argentino: Pizza, birra, faso, la historia de unos jóvenes marginales mostraron la Buenos Aires decadente de los ´90 que tan oculta estaba para los grandes medios. 



En 2001 filma Bolivia con la que se da a conocer en varios festivales internacionales y un año después confirma su gran talento con Un oso rojo. En televisión, mientras tanto, se destaca con series como Tumberos y Disputas. En 2006 dirige Crónica de una fuga, ambientada en la dictadura militar argentina. En 2010 estrena el film Francia y la serie Lo que el tiempo nos dejó. Un año después es el encargado del documental sobre Néstor Kirchner. En 2013 llegó su film más criticado: Mala, pero se recuperó con la serie El marginal. Su último film es El otro hermano, mientras que en televisión fue parte de las series Sandro de América, Apache, la vida de Carlos Tévez y Puerta 7.

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: Bolivia

Año: 2001

Duración: 82 min.

País: Argentina

Dirección: Israel Adrián Caetano

Guion: Israel Adrián Caetano. Historia: Romina Lanfranchini

Música: Los Kjarkas

Fotografía: Julián Apezteguia (B&W)

Reparto: Freddy Flores, Rosa Sánchez, Óscar Bertea, Enrique Liporace, Marcelo Videla, Alberto Mercado, Héctor Anglada

 

PELÍCULA COMPLETA

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