SINOPSIS
En Bedford
Stuyvesant, uno de los barrios más humildes de Brooklyn, viven varias familias
de raza negra, algunos hispanos, una pareja de comerciantes vietnamitas y una
familia italoamericana que tiene una pizzería. Mookie, un chico que trabaja de
repartidor de pizzas, conoce bien a los vecinos y es testigo privilegiado no
sólo de la vida cotidiana del barrio, sino también de las tensiones y del
racismo de algunos de sus habitantes. (FILMAFFINITY)
EDITORIAL
Ojo por ojo el mundo quedará ciego nos advirtió alguna vez Mahatma Gandhi y tanto en aquel entonces como ahora parecería que las palabras contenidas en aquel dicho jamás hayan sido pronunciadas. El mundo está ciego y camina aturdido hacia la más peligrosa de las avenidas que no es otra sino la del sometimiento. Estamos sometidos por el más fuerte, el más poderoso, por aquel que diseña la agenda, aquel que ofrece su galera de chisteras para que discutamos interminablemente, incansablemente, desaforadamente, en todos lados. Estamos sometidos por aquel que nos permite ser rebeldes para que tengamos un par de anécdotas que contar en los libros de historia. El poder real jamás se cuestiona porque vive oculto tras las sombras mas siniestras, aquellas que aprendimos a no hurgar, aquellas que nos enseñaron a mantener bien lejos y llenamos de fantasmas y de virtudes que jamás tuvimos el gusto de comprobar. Pocos de los que están hoy acá han arrojado una piedra contra la vidriera del poder real y han podido continuar su vida. Y digo vida, así, sin ningún adjetivo, porque todos sabemos que aquellos o aquellas que lo hicieron lo que viven hoy ya no puede llamarse vida. Aquella significación Saussureana se ha roto y ha dejado en evidencia que aquella línea negra, aquel abismo oscuro que se dibuja para unir el significado con el significante no es otra cosa sino el poder.
Tal como el Shishigami, aquella deidad japonesa
que así como da vida también la quita, el poder significa y resignifica a su
capricho. El poder real nombra, califica
y se inscribe en los cuerpos. Diseña perversas normalidades, estandariza y llama
a ciertas cosas salud y a otras enfermedad; y llama bien y mal para educar así
toda conducta. La tecnología social funciona de manera performativa y tiene a
su servicio aquel conjunto de instituciones tanto lingüísticas como médicas o
domesticas que constituyen finalmente la real maquina ontológica. El
sometimiento comienza siempre desde la palabra. La palabra, aquella que como
dice mi amigo Enrique utilizan los
pájaros para aprender a leer y escribir las leyes que les prohíbe volar. El
poder prohíbe e instala aquello como verdad absoluta a través del tiempo. Pero
las prohibiciones, al igual que las verdades son siempre relativas. Lo que aquí
es certeza, es duda allá y error en otra parte. Bien sabemos que solo hay
verdades relativas a un país y una historia, a un lugar y aun tiempo. La única
lucha, la verdadera será entonces siempre contra el poder. Fight the power.
Lucas Itze.-
Canción elegida
para la editorial
IMPRESIONES SOBRE HAZ LO CORRECTO
La tensión se siente en el ambiente. Las miradas van y vienen, apostando a ver quien será el primero que largue la primera palabra. Y luego la primera piña. Porque en el barrio, el que pega primero pega dos veces. El olor a violencia está ahí. Y una vez que la bomba explote, el fuego será imposible de apagar. Será una guerra entre bandas, como si fuera un ghetto. No se si es Brooklyn o Lugano, parafraseando a Fito. O puede ser su Rosario natal. O Río de Janeiro. O Londres. En cualquier parte donde el odio se coma todo lo que rodea, será igual. Y la policía ajustando cuentas, pero eso dejémoslo para el final. ¿Cuántas veces estas zapatillas han caminado nuestros barrios? ¿Cuántas baldosas han quedado cubiertas de sangre? Las metrópolis tienen además ese sub-mundo donde es un todos contra todos. Buenos Aires ha alojado gente de todos los países y todas las provincias que vinieron con sus bolsos vacíos en busca de sueños. En la periferia de la ciudad es donde se amontonan esos sueños. Donde la clase trabajadora se apiña buscando un poco de dignidad y el resentimiento está a la orden del día. Y el poder es el principal ideólogo de esa lucha de clases. Son su mano de obra barata para seguir adquiriendo poder y dinero. Tanto políticos como empresarios miran todo desde su sillón, sin importar quien quede en el camino. Será en ese plano que no nos diferenciamos tanto del gigante del norte, porque allá también pasa pero muchas veces se esconde bajo la alfombra. Tenía que venir un joven Spike Lee a mostrarnos esas pequeñas callecitas de Brooklyn que tanto caminó en su infancia.
Como tiempo atrás nos lo mostró Scorsese con la mafia, esta vez Lee nos
hablaba de la gente común y corriente. Haz
lo correcto (o Haz lo que debas según otros países) abre con Rosie Pérez bailando hip hop mientras
se suceden los créditos, en una escena cargada de teatralidad. Es un comienzo
que se asemeja a los videos musicales de la nueva cadena que estaba
apareciendo:
El mismo director será el protagonista y el hilo conductor del film, encarnando a Mookie, un joven padre que trabaja como delivery de una pizzería y gracias a quien conoceremos el vecindario. La pizzería estará a cargo de Sal (un excelente Danny Aiello) un ítalo-americano que tiene dos hijos, Vito (Richard Edson), de muy buena relación con Mookie y Pino (John Turturro), el mayor, que odia a los afroamericanos. El director utilizará un modo muy televisivo pero estarán en sus planos uno de los grandes aciertos. Habrá una composición de planos inclinado que llamará la atención y que servirá para que los momentos de tensión sean mas fuertes aún. Además, añadirá monólogos frente a cámara donde cada uno recitará su odio hacia los demás, como en clave documental. Los diálogos serán fundamentales porque todos tendrán algo para decir. Y los personajes estarán tan bien logrados, que sean quienes sean, uno quiere quedarse charlando (o discutiendo) un tiempo largo con cualquiera de ellos. La fotografía será de colores cálidos y fuertes para que ese sudor y esa temperatura que cada vez va más en aumento, signifique el estado de ebullición del barrio. La música cada vez más fuerte acompañará esa idea. No sólo será el hip hop el motor de la película, sino habrá jazz, reggae y hasta la música puertorriqueña en la voz de Rubén Blades. El film comenzará como una comedia pero con el tiempo la curva dramática se acelerará tanto hasta romperse y ya no habrá tiempo atrás. Cuando las risas se transforman en gritos, la gracia no es la misma. El barrio será un cúmulo de culturas donde intentarán convivir afroamericanos, italianos, latinos y coreanos.
Veremos entre ellos la opresión de razas, los prejuicios y las
críticas de unos hacia otros, todo queriéndose sacar una porción de ventaja en
un mundo tan capitalista como desigual, aunque todos estén revolviendo la misma
mierda. Salvo Sal y el Da Mayor (el Alcalde), ambas personas mayores y que
tendrán una mirada integradora, la mayoría de los jóvenes serán racistas unos
con otros y la falta de respeto será moneda corriente. Y de repente todo lo que
se venía cociendo, explota por lo aires. Será el sálvese quien pueda. Y
aparecerá la policía, quien en lugar de solucionar todo, termine de acentuar el
desastre. Resonarán las palabras del viejo sabio Alcalde en los oídos de Mookie
para intentar hacer lo correcto. La película jugará con esa ambigua dualidad de
la no violencia y la violencia. Sobre el final aparecerán dos citas, una de Martin Luther King defendiendo la no
violencia y otra de Malcolm X
haciendo referencia a que cierta violencia es inteligencia. Mookie eligió la
segunda opción, quizás porque era la forma de resguardar la vida de un buen
tipo como lo es Sal y de pelear por sus hermanos. Quizás nuestras piedras
apuntarían hacia otro lado. Y hace unas semanas, nos confirma la teoría. Porque
en nuestro país también estamos por explotar. Porque seguimos viendo como las
mujeres aparecen muertas y la policía es cómplice. Porque luego agreden a niñas
que solo están paradas frente a una comisaría pidiendo justicia. Y ahí es
cuando hay que hacer lo que hizo Mookie, salir a romper todo y que se prenda
fuego el mundo, hasta estallar...
Marcelo De
Nicola.-
Canción post
impresiones
UNIVERSO SPIKE LEE
Shelton Jackson
Lee nació en Atlanta, Georgia en 20 de marzo de 1957, hijo de Jacquelyn Carroll Shelton profesora de
artes y literatura y Bill Lee,
músico y compositor de jazz. A fines de los ´60 se mudaron a Brooklyn, Nueva
York. El mayor entre cuatro hermanos, empezó a ser llamado «Spike» por su madre
debido a su naturaleza rebelde y petulante. En 1975 dejó el hogar y regresó a
su natal Atlanta para matricularse en el Morehouse College, una institución
educativa históricamente negra donde realizó su primera película estudiantil, Last Hustle in Brooklyn, grabada con
una videocámara Super-8 durante el caos generado por el apagón de Nueva York de
1977. Paralelamente tomó cursos de cine en
Logra tanto el film como Samuel L. Jackson logran premios en Cannes. En 1992 dirige biopic sobre Malcolm X con la que Denzel Washington se convierte en una estrella. Luego llegarían Crooklyn, Clockers (Camellos, otro gran éxito), Girl 6, Sube al autobús (Get on the Bus), He Got Game y S.O.S. verano infernal. Los 2000 arrancaron con Bamboozled y volvió al primer plano en 2002 con La hora 25 con Edward Norton y Philip Seymour Hoffman. Sus próximos trabajos fueron Ella me odia en 2005, El plan perfecto (Inside Man), donde vuelve a trabajar con Denzel Washington. En 2008 llega Miracle at St. Anna y filma para la televisión Passing Strange (TV). En la siguiente década llegan Da Brick, Red Hook Summer, los documentales Bad 25 (sobre Michael Jackson) o Mike Tyson: verdad indiscutible, una remake del film coreano Old Boy, The Sweet Blood of Jesus, Chi-raq, la adaptación de Esperando a Godot de Becker titulada Pass Over, y en 2018 volvió a llamar la atención con El infiltrado del KKKlan con el que logra el Oscar a mejor guión adaptado y el Gran Premio del Jurado en Cannes, basado en la historia del primer agente negro del departamento de policía de Colorado.
Sigue con el documental American Utopia sobre el músico escocés
David Byrne. Su último film fue 5
sangres, sobre 4 ex combatientes afroamericanos que regresan a Vietnam
décadas después buscando los restos del jefe del escuadrón. El film es un éxito
en varios festivales. Además ha filmado videoclips de artistas como Public Enemy, Prince, Eros Ramazzotti,
Michael Jackson, Eminem o The
Killers. Además en 1991 Lee impartió un curso en
FICHA TÉCNICA
Título original:
Do the Right Thing
Año: 1989
Duración: 110 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Spike Lee
Guion: Spike Lee
Música: Bill Lee
Fotografía: Ernest R. Dickerson
Reparto: Danny Aiello, Ossie Davis, Ruby Dee,
Giancarlo Esposito, Bill Nunn, Spike Lee, John Turturro, John Savage, Samuel L.
Jackson, Rosie Pérez, Paul Benjamin, Martin Lawrence, Richard Edson, Frankie
Faison, Robin Harris, Rick Aiello
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