Ficción o realidad, esa es la cuestión. El mundo del cine conjuga personajes de todo tipo y color, cada semana nos ocuparemos de analizar diferentes obras del séptimo arte, con el fin de informarnos, debatir y recordar esas películas que nos hicieron reír, llorar, pensar, y sobre todo, sumergirnos en ese mundo apasionante. Todos los viernes de 20 a 21 hs, por FM Boedo, con la conducción de Lucas Itze y Marcelo De Nicola.
En los
asfixiantes pasillos de la
Estación Central, en Río de Janeiro, una antigua maestra se
gana la vida escribiendo las cartas que le dictan los analfabetos. Endurecida
por la soledad y por la adversidad, Dora ha ido cayendo en una estoica
indiferencia. Sin embargo, cuando una de sus clientes muere atropellada a la
salida de la estación, decide hacerse cargo de su hijo y llevarlo a casa de su
padre en una remota zona del nordeste de Brasil. (FILMAFFINITY)
EDITORIAL
La pobreza es el
principal sinónimo del olvido. Allí en ese limbo quedan las últimas palabras,
que perecen como el fatal aliento de la medianoche. Donde las vías se
entrecruzan para tomar caminos inciertos. Donde esas voces lloran tangos
embebidos en whisky barato y cigarros encontrados. Olores de estación que se
sienten al caminar por la madrugada. Mientras se escuchan esos fantasmas que
deambulan cada noche en los vagones vacíos esperando ser rescatados por la
señora memoria. Sabiendo que cada moneda encontrada podría significar un nuevo
destino o no irse a dormir con la panza vacía. Allí estarán ellos siendo nadie
entre la multitud. Donde ciertos ojos se posan en cientos de amores que nunca
tendrán. Donde habitarán las miradas más rancias y la conciencia social brille
por su ausencia. Donde habrá letras y números pero para muchos serán solo
garabatos de colores.
Y algunos tantos de repente desaparecerán al llegar la
mañana. Y con el tiempo también serán olvido. Y las razzias enseñarán a correr
y a esconderse en el medio de esa estación gigante con aroma a cenizas. Y las
vías muertas entonces serán las que ofrezcan la libertad menos pensada. Para
encontrar un nuevo camino y que florezca un recuerdo menos cruel. Y dónde
quizás la música se transforme en baile para apagar tanta lluvia en el corazón.
Ese corazón que se escapa de todo pero que siempre vuelve a esos malditos
momentos, porque sabe que el olvido es la peor de las miserias. Y será entonces
que aparecerá la memoria para construir unos cimientos que parecían imposibles.
Y allí entonces renacerán de una vez los recuerdos más bellos mezclados con los
más espantosos. Para salir a ver la luz del sol y volver a acordarse cuando
todo era oscuridad. Pero siempre con la frente en alto escapando del olvido, como
si seguiríamos corriendo por la Estación Central.
Marcelo De
Nicola.-
Canción elegida
para la editorial
IMPRESIONES SOBRE ESTACIÓN CENTRAL
La ignorancia ha
sido a través de toda la historia del conocimiento, la herramienta más precisa
de sumisión, explotación, exclusión y control de todas las épocas. Sócrates dio
pelea a los sofistas los cuales mercantilizaban el saber y buscaban a través de
la venta de conocimiento formar gente para el poder. Gente que gobierne y
conduzca al pueblo, pero ¿con que intereses? ¿Con que valores e ideales? Dicen
que Sócrates sostuvo en algunos de sus diálogos, tal vez refutando a algunos de
los sofistas, que un saber que no tenía a
la verdad como objetivo era un saber corrupto. Por su parte, Platón creía
fervientemente que debían gobernar los que sabían, los preparados, los
seleccionados y criados para tal motivo. Su ímpetu lo llevó a fantasear una
escuela especial para formar líderes en donde a los estudiantes se le hiciera
creer que habían sido seleccionados por los mismos dioses. Él pensaba que la
condena a muerte misma de Sócrates, su maestro, había sido producto de la
ignorancia. Al respecto argumentaba lo siguiente: el mal no existe, el mal es la ignorancia. Educando a la sociedad no
habría errores. Con la misma agudeza, criticaba a la democracia
definiéndola como una forma de degradación de la política. ¿Pero quienes
participaban de aquella democracia de fines del siglo V? Solo el 12% de la población tenía un derecho
participativo y activo dentro de aquella forma de gobierno, el otro 88%,
integrado por mujeres, esclavos, extranjeros, claro, quedaba por fuera. El
propio Epicuro dirá en su momento, ya en la etapa helenista, esa belleza de: nos duele aquello de lo que dependemos,
proponiendo claro la autarquía. Y
avanzará con algo más bello aún, el axioma principal tal vez de este que
escribe. Dirá: huye del dolor, busca el
placer. Aquel placer se logrará entre otras maneras, a través del saber. Solo a través de la búsqueda del
conocimiento, solo a través de la muerte misma de la ignorancia, se logrará la aponía, o sea la ausencia del dolor, la ataraxia, la imperturbabilidad del alma
y la tan deseada y antes mencionada autarquía.
Ya en el siglo XX Ortega y Gasset,
en su libro La rebelión de las Masas,
distinguirá entre el hombre masa y el
humano de selección, describiendo al
primero como aquel hombre ignorante y falto de complejidades, aquel sujeto
falto de individualidad y de pensamiento crítico, destinado a la dominación y
al segundo como al hombre que busca elevar su pensamiento rigiéndolo por
instancias superiores.
Una vez más, la educación, el saber, como forma de
liberación ante la tiranía del poder. La educación, el saber, como acceso a tal
vez el único paraíso real, que no es otro sino el conocimiento. Latinoamérica es quizás el ejemplo que tenemos más
próximo de aquella batalla contra el sometimiento y el analfabetismo. Basta
mirar a nuestros lados y ver el lugar que se le da a la educación en las
regiones más próximas. Basta mirar hace poco tiempo atrás en nuestro propio
país la devastación realizada por la derecha en materia educativa, empujando al
abismo a la educación pública, mediante el recorte de presupuesto, la
persecución constante de educadores, la eliminación imperdonable de núcleos de
aprendizaje, el desfinanciamiento sistemático de programas educativos claves
para la inclusión. Allí hubo una intención y una política clara y estremecedora
de construcción de sujeto. Un sujeto aislado, poco crítico y fácilmente
gobernable a través de slogans publicitarios sonoros y vacíos de contenido. El
film de Walter Salles llamado Estación Central, representa
sustancialmente a este sujeto que venimos desarrollando y las consecuencias
propias sobre un Brasil golpeado históricamente por deficiencias económicas y
educativas. Como bien sabemos, la clase media brasilera es mínima o
inexistente, por lo que la brecha social pasa a ser un profundo abismo. Tal
como en la Grecia
del Siglo V, los excluidos, los olvidados, los nadies nos diría Galeano, son la inmensa mayoría,
dejando de esta manera las decisiones y el acceso a la educación, a la salud, y
claro también a la dignidad, a un puñado de privilegiados. El film se centrará
en Dora, una maestra jubilada que
vive con lo mínimo en uno de los monoblocks de Rio de Janeiro y que para
sustentarse, esto no es más que comprar comida y pagar un alquiler, se sienta
todo el día en la Estación Central de
trenes para ofrecer aquello que la distingue de la inmensa mayoría que la
rodea: saber leer y escribir. Dora pasará todo el día escribiendo cartas para
aquellos que no tienen las herramientas para hacerlo. Lejos de brindar un
servicio, aparecerá allí un juego perverso según el cual ella misma decidirá
que carta mandar al correo y que carta romper, rasgando de la misma manera los
sueños y deseos de aquel que la dictó. Se instalará de esta manera la idea y el
funcionamiento del poder que otorga el saber frente al desconocimiento, el
sujeto de selección en contraposición del hombre masa.
Dora conocerá a Josué,
un niño de no más de 10 años, quien al morir su madre en un sorpresivo accidente
quedará varado solo por completo en la estación. Ella conocerá su historia a
través de las cartas dictadas y entonces decidirá acompañarlo en un
interminable viaje con el objetivo de encontrar a su padre. La estructura
narrativa del film será lineal y tomará la forma de road movie en donde los
periplos se irán presentando a medida que los protagonistas avancen en su
viaje. La paleta de colores será la que el cine brasileño nos tiene
acostumbrados resaltando los rojos y las diferentes tonalidades de verdes. El
tratamiento del lenguaje audiovisual se acercará más a lo que se entiende como
formato televisivo en donde abundará la economía de planos y las cámaras fijas,
depositando la mayor tensión dramática sobre las líneas de diálogos y las
actuaciones de los protagonistas. Todo se irá volviendo más denso y doloroso a
medida que los personajes se adentren en su camino hacia la búsqueda de Jesús,
el padre de Josué, que no es otra búsqueda que la de la verdad, de la identidad,
la cual es siempre una búsqueda de lo esencial, lo inmutable, de la propia
sangre. Aquellas menciones dentro del film a lo religioso, tanto en los nombres
de los personajes como en las costumbres y tradiciones que se reproducen en los
distintos pueblos, pueden invitarnos a realizar una lectura cartesiana de la obra. En el paso de la
edad media a la edad moderna hay un cambio en la pregunta filosófica. La
pregunta pre socrática por excelencia era ¿Cuál
es el principio de todas las cosas?, se intentaba comprender qué era el mundo, había una prevalencia
de la búsqueda cosmológica, el logos
al servicio de la compresión del cosmos. Ya con la etapa clásica, el
cuestionamiento filosófico se modifica a uno cuyo eje es antropológico y en donde el objetivo es entender el alma humana y
no el alma del mundo, el orden de lo humano, por lo tanto, el orden social. Se
producen entonces un movimiento en la relación del pensamiento el cual en un
inicio estaba ligado a la religión
para pasar a relacionarse directamente con la ciencia. El siglo XVII
es el llamado siglo de la transición ubicado entre el renacimiento y el iluminismo.
Si en la edad media el principio de autoridad estaba puesto en la escolástica, o sea en la estructura de
pensamiento que depositaba a la verdad en la comprensión de los textos
autorizados, que no eran otros que la
Biblia o los textos de
los filósofos griegos antiguos, con la modernidad este principio se modifica y
pasa a tener su eje en la razón.
Con
la modernidad y principalmente con Descartes hay un distanciamiento con la
iglesia (sin poder aún desprenderse del todo) y un cambio de paradigma donde
todo conocimiento tiene como fuente de legitimación la propia racionalidad, el propio
yo. Se pasa de un saber puesto en las autoridades (o sea en los textos) a
un saber puesto en la individualización
de cada ser. De esta manera es el ser humano el que se resignifica y la
ciencia pasa a ser la actividad central. Se cuestionarán todos los conceptos de
la época dados hasta entonces por ciertos y entendidos como verdades absolutas
e inamovibles, verdades obvias, a través del ejercicio de aquello que se
denominó la duda metódica. Algo del
manejo de esta duda estará presente en Dora, quien desconfiará de todas las
creencias impuestas por el entorno.
Cuando todos crean, Dora desconfiará. Cuando todos recen y alcen sus alabanzas,
Dora se apoyará en la ciencia utilizando la lectura y la escritura. Poseerá el saber y buscará la verdad a través del mismo.
Claro está que con poseer solo el saber no basta. Alguien puede almacenar datos
y no por ellos saber usarlos. De aquellos repetidores de saberes nos
distanciamos fervientemente. Los que este programa integramos preferimos
siempre la mesa de la inteligencia, que se encuentra bien lejos de la de
aquellos charlatanes de feria. Y nos aventuramos a creer que Dora y Josué
también prefieren nuestra misma mesa porque en su relación puede verse aquel
destello propio de lo inteligente. Porque inteligente no es aquel que posee
todas las respuestas sino aquel capaz de construir pensamiento. Aquel que logra
relacionar dos cosas que antes estaban separadas. Aquel que une, lo que antes
no estaba unido.
Lucas Itze.-
Canción post
impresiones
UNIVERSO SALLES
Walter Moreira Salles Jr., más conocido solamente como Walter Salles,
nace en Río de Janeiro, Brasil el 12 de abril de 1956. Con la chapa de
ser el hijo del banquero Walter Moreira Salles, el joven puede
elegir los mejores lugares para estudiar. Pero primero se inclina por algo no
tan común: Economía, especialidad que estudia en la Pontificia Universidad
Católica en Rio de Janeiro. Luego, realizó una maestría en comunicación
audiovisual en la
Universidad de California. Empezó con documentales como Japón,
un viaje en el tiempo: Kurosawa pintor de imágenes en 1986, Franz
Krajcberg, o poeta do vestigios o Chico en el país de la
delicadeza perdida, sobre Chico Buarque. Aunque se hizo
conocido en 1991 con su primer cinta de ficción llamada Exposure, el
gran arte, basada en una obra homónima de Rubem Fonseca. Fue en
su momento el film más caro de Brasil, y contó con actores de varios países. El
film, trata la historia de un fotógrafo estadounidense que busca venganza tras
el asesinato de amante y la violación de su novia. En 1995 junto con Daniela Thomas,
dirigen Tierra Extranjera, ambientada en las crisis del Brasil
de Collor de Melho, donde nos narra la historia de Paco, quien se
exilia en España, pero antes, tendrá que pasar por Lisboa, donde encuentra el
amor y el peligro a la muerte. En 1998 salen dos películas, en lo que será su
año que lo termina de lanzar a la fama. Primero nuevamente junto a Daniela
Thomas hacen una coproducción con Francia llamada El primer Día, la
historia de un joven que escapa de la cárcel el primer día del 2000. Ese año, en soledad, dirige para muchos su obra
maestra: Estación Central de Brasil, donde Dora, es una maestra que
escribe las cartas dictadas por los analfabetos. Un día, una clienta muere
atropellada por un colectivo, y ella decide hacerse cargo de su pequeño hijo, y
van en búsqueda de su padre, recorriendo el nordeste del país. La película fue
nominada al Oscar como mejor film extranjero además
de que su protagonista (Fernanda Montenegro), fuese nominada a mejor
actriz. Además, ganó el Globo de Oro, el BAFTA, el Oso de Oro en Berlín, el
Festival de Sundance y muchos premios alrededor del mundo. Tres años después volvió con Abril
desesperado, en Argentina llamada Detrás del sol, donde cuenta
la historia de enfrentamiento y venganza entre dos familias terratenientes de
Brasil. Otro éxito de crítica y nominaciones como mejor película extranjera en
los Globo de Oro y los BAFTA. Si estaba en un buen momento, se terminó de
confirmar en 2004, cuando llevó al cine los viajes del Che Guevara y Alberto
Granado en el film Diarios de motocicleta, con Gael
García Bernal y Rodrigo de la Serna.
Otra vez lluvia de
nominaciones y premios, llevándose el Oscar a Mejor Canción para el
uruguayo Jorge Drexler y su nominación a mejor guion. El
film se llevó el BAFTA, el César, el Premio del Jurado en Cannes, entre otros
premios.
Con la plata de esos films, se muda a Hollywood
para dirigir una remake de un film japonés. Agua turbia, así se
llamó, contó con la participación de estrellas como Jeniffer Connelly, John
C. Reilly y Tim Roth y por primera vez, Salles se
mete en el mundo del terror, al contar la historia de una joven que se muda y
en su nuevo hogar empieza a aparecer una mancha de humedad que se extiende por
toda la casa. Empieza a participar en diferentes películas de cortos,
como París, je t´aime, Cada quien con su cine, o Historias
de los Derechos Humanos. En 2008 se vuelve a unir a Daniela Thomas para el
film Línea de Pase, la historia de cuatro hermanos de padres
diferentes, que viven con su madre, una empleada doméstica que espera otro hijo
de un padre desconocido, basada en una historia real.
En 2012 dirige En el camino, su última película de ficción, ya que después participó del
documental Venice 70, que son 70 cortos sobre el futuro del cine
creado para el 70 aniversario del Festival de Venecia. Sus últimos trabajos
fueron el documental sobre la vida del director chino Jia Zhang-Ke,
según la crítica, uno de los más importantes de nuestro tiempo, director de
films como Pickpocket, Platform, The World o Naturaleza
muerta. Y otra película de episodios rodada en China bajo el nombre Where Has the Time Gone?
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