Ficción o realidad, esa es la cuestión. El mundo del cine conjuga personajes de todo tipo y color, cada semana nos ocuparemos de analizar diferentes obras del séptimo arte, con el fin de informarnos, debatir y recordar esas películas que nos hicieron reír, llorar, pensar, y sobre todo, sumergirnos en ese mundo apasionante. Todos los viernes de 20 a 21 hs, por FM Boedo, con la conducción de Lucas Itze y Marcelo De Nicola.
Isla de Jersey,
1945. La Segunda Guerra
Mundial ha terminado, pero el marido de Grace (Nicole Kidman) no vuelve. Sola
en un aislado caserón victoriano de la isla de Jersey, educa a sus hijos dentro
de rígidas normas religiosas. Los niños sufren una extraña enfermedad: no
pueden recibir directamente la luz del día. Los tres nuevos sirvientes que se
incorporan a la vida familiar deben aprender una regla vital: la casa estará
siempre en penumbra, y nunca se abrirá una puerta si no se ha cerrado la
anterior. Pero el estricto orden que Grace ha impuesto se verá desafiado por
circunstancias que escapan a su control. (FILMAFFINITY)
EDITORIAL
La noche
transpira su último suspiro. Nuestro fuego se cristaliza en finas hebras, en
frágiles hilos que se suspenden y estallan como los átomos que buscan su
eternidad en el caer. Seguir cayendo, por siempre. Ser, morir, deconstruirse y
seguir cayendo. El ultimo gemido, como el eco de los ecos. Resonando en cada
piedra, en cada lago, en cada ausencia. Aquel eco, memoria que desborda el
ahora, aquel eco transparente del cuerpo de vidrio que habito. El poema se
silencia. No hay ruidos. Una mole de palabras mutiladas da gracia a la noche.
Saber, es dar significado, es la división final. Fatídico amparo entre la luz y
la noche, ojos que buscan y dejan de buscar. Ultimo gemido del que se despide
de la última luna, del que saluda al sol por última vez para siempre. Grito del
viento que cuenta aquella historia interminable de la sangre que pide por más
sangre. La historia que suena, aquella que grita, espejo del espanto y la
agonía.
Aquella historia del odio que estalla conmigo y es un murmullo
ahogado,un aliento rancio que se
presenta como elpunto finalen la sintaxis de nuestros cuerpos. ¿Quién
salvara esto que somos ahora? ¿En qué aleteo se romperá la noche para rosear de
cristal nuestra cama? ¿Quién dibujará nuestra constelación en el vacío absoluto
que desnuda a la noche en la nada? La piel se eriza con el olvido. Ya no hay
abrigo para aquellos soles congelados, esos dos soles muertos en el
inconmensurable universo. Dos lagos oscuros me reciben y la jaula huye junto al
pájaro. La sombra no muere, recordó Alejandra. Me sacudo el tiempo de los
hombros. Busco, tal vez tus ojos lejos.Lo real, aquel viejo fantasma de lo verdadero. Tú esencia inexpugnable.
La eternidad que quema mis ojos. Mis ojos que buscan los tuyos. Tus ojos, que
ya son otros.
Lucas Itze.-
Canción elegida para la editorial
IMPRESIONES PARA LOS OTROS
Al siete se lo
conoce como el número mágico. En la antigüedad se lo relacionaba con la
astrología y los cuerpos celestes, asociados a las fases lunares y a los
planetas que habían sido vistos hasta ese momento, que a su vez, se
relacionarían con los días. Según otros, significa la Unión, por ser la suma del
número 3 (la luz) y el 4 (la vida). Para algunos, el 3 representa la perfección
y el 4 la Tierra
con sus cuatro elementos y puntos cardinales. Por lo tanto la suma de ambos
números significa la también la unión, en este caso, entre el cielo y la
tierra. Para muchos es el número de la suerte. El médico griego Hipócrates, escribió una obra sobre el
famoso número diciendo “El número siete
por sus virtudes ocultas, tiende a realizar todas las cosas; es el dispensador
de la vida y fuente de todos los cambios, pues incluso la Luna cambia de fase cada
siete días: este número influye en todos los seres sublimes.” Ya en otras
culturas se decía durante la
Edad Media que había siete formas de arte o, más
antiguamente, siete milagros del mundo. Los romanos hacían referencia a ese
número en la cantidad de columnas sobre las que se edificó la ciudad, al igual
que el bíblico Templo de la sabiduría de Salomón. Los siete colores del arco
iris y los siete pecados capitales también son parte de ese mito, como las
siete maravillas del mundo o las siete grandes cumbres, y así en cada cultura o
religión vamos a encontrar muchos ejemplos que haría que este escrito sea
eterno.
Todo esto, se debe a que en esa cantidad de días Dios creó la Tierra según el Génesis de la Biblia, y por consecuencia,
el nacimiento de Adán y Eva, gracias a la costilla del primero. Alguna vez el
amigo Galeano escribió "Si Eva hubiera escrito el Génesis, ¿cómo
sería la primera noche de amor del género humano? Eva hubiera empezado por
aclarar que ella no nació de ninguna costilla, ni conoció a ninguna serpiente,
ni ofreció manzanas a nadie, y que Dios nunca le dijo que parirás con dolor y
tu marido te dominará. Que todas esas historias son puras mentiras que Adán
contó a la prensa". Resignificando así uno de los tantos mitos en el
nombre de Dios. Con el relato en off de ese Génesis abrirá Alejandro Amenábar su film Los
Otros. Mientras los créditos pasen veremos dibujos que quizás nos anticipen
que puede pasar más adelante. Luego, una mansión envuelta en niebla pasará del
dibujo a la realidad y nos enteraremos que la historia se sitúa en 1945 en la Isla de Jersey. Un grito será
lo primero que escucharemos. Nicole
Kidman aparecerá en pantalla pegando un aullido y la cámara se irá alejando
de su rostro poco a poco. Al igual que en Tesis,
de entrada Amenábar mostrará las cartas que tanto sabe jugar: las del suspense.
En este tipo de films hay diferentes opciones: que todos sepamos que pasa menos
el protagonista, que el protagonista sea el que sabe todo y nos engañe al final
del juego, o como en este caso, que tanto la protagonista como el público
seamos los que nos iremos sorprendiendo a medida que avanza el relato...
El
hilo narrativo nos llevará por una historia lineal, la de una madre con dos
hijos que son fotosensibles a la luz del sol y tienen que permanecer en la
oscuridad, donde estarán bien compuestos los tres actos aristotélicos. Ella
estará sola esperando al marido que fue a la guerra y nunca volvió. Aparecerán
tres sirvientes y a partir de ahí las cosas ya no serán las mismas. La música
creada por el mismo director, tendrá un estilo hitchcockiano, y será fundamental, acentuándose en las partes dramáticas
y creando sonidos para distraernos a todos. La fotografía de Javier Aguirresarobe, un conocido de
Amenábar y que ha trabajado con Woody
Allen, Almodóvar o Milos Forman, será mayormente oscura
debido a la enfermedad que padecen los niños, sin embargo también trabajará los
claroscuros en una casa mayormente iluminada por faroles. Trabajará así una
paleta de colores bien otoñales y fríos, donde todos utilizarán ropas marrones,
grises o negras, a excepción de Grace, que vestirá colores más tirando a violáceos
o morados para contrarrestar con la palidez de su rostro, cosa que no será nada
casual. Como hablábamos hace unas semanas, el espacio escénico será
fundamental. En este caso será una vieja casona con tantas habitaciones como
misterios. Y en este género como es el suspenso, cada cosa tiene que estar en
su lugar, y para eso no van a faltar escaleras, pianos, maniquíes y objetos,
como las cortinas que jugarán un papel primordial.
Y a todo esto, le sumamos la
cámara: el encuadre, los diferentes tipos de planos o los movimientos de cámara
para ensanchar o acortar la visión del espacio, serán importantes para mantener
el ojo siempre alerta. Si adentro tiene que estar siempre todo encerrado, el
afuera será entonces un lugar donde la neblina no deje mucho para la vista,
para seguir generando esa idea de claustrofobia. El miedo se hará presente
tanto en el espectador como en los protagonistas a medida que avance la cinta.
No se necesitarán motosierras o sangre para paralizar corazones. Las
actuaciones estarán muy bien logradas, sobre todo en la ama de llaves o los
niños, sin menospreciar el trabajo de Nicole Kidman, quien en situaciones tiene
que trabajar más con los gestos y las miradas que con las palabras. Ella será
la que al principio encontrará en la palabra de Dios los motivos para descreer
de lo que su pequeña hija le cuenta. Habrá entre ambas también un complejo de
edipo no resuelto basado en la acusación a la ausencia de su padre, además de
ciertos significados en querer convertirse en mujer. Todo eso sumará a que la
madre empiece a imponer castigos a su hija cada vez más severos. Pero a medida
que ella también empiece a escuchar esos ruidos y voces fantasmales, entrarán
las dudas.
La película entonces girará entre dos contrapuntos bien definidos:
la luz y la oscuridad, o lo que es casi lo mismo en ciertos momentos: el ver o
no ver. ¿A qué se le teme más, a un ser vivo o a un ser muerto? Icónica es la
escena donde entra a una habitación donde hay todos muebles cubiertos de
sábanas y empiezan a oírse voces que nos aterran a todos. Será ese momento el
summum de la curva dramática del film y empezará una recorrida estresante hasta
llegar al desenlace. El guión logrará así crear un sinuoso camino de curvas y
contracurvas en las que hasta el espectador quedará preso de su inocencia.
Seremos entonces nosotros todo el tiempo los que nos preguntemos quienes son
los otros. Ahí nos daremos cuenta que la pérdida de la identidad, es
básicamente, pasar a ser parte de “los otros”, los que no están. Y como
hablamos mil veces desde este espacio, el concepto de otredad es lo que en
algunos puntos nos diferencia del resto. En el lugar del otro es en el que hay
que ponerse siempre desde que existe un yo. Cuando eso desaparece toda
construcción social se viene abajo. Y ya no necesitaremos dioses creando
universos en siete días ni epopeyas sobre la reencarnación. Por lo tanto, desde
estas trincheras, siempre vamos a jugar con la idea de abrir todas las ventanas
para que entren los rayos del sol, y no ser parte de esos tristes cobardes que
libran una guerra desde la oscuridad.
Marcelo De
Nicola.-
Canción post impresiones
UNIVERSO AMENÁBAR
Alejandro
Amenábar nació en Santiago de Chile el 31 de marzo de 1972. De madre española y
padre chileno, al año la familia se volvió a España por el golpe de Estado de
Pinochet. Sus padres celosos de su educación, no le permitían ver mucha
televisión ni películas, por lo en su infancia sus aficiones eran escribir
relatos y leer libros. Recién a la edad de 15 años empezó a visitar los cines
con más frecuencia y eso hizo que quiera estudiar algo relacionado con el
séptimo arte. Empezó a estudiar en la Facultad de Ciencias de la Información de Madrid,
donde no llegó a terminar sus estudios, pues consideró que eran unos estudios
excesivamente teóricos y muy despegados de la realidad profesional. Entre 1991
y 1995 realizó cuatro cortometrajes que, de un modo muy significativo,
influyeron posteriormente en sus primeras películas: los cortos La cabeza, Himenóptero y Luna tienen sus hermanos mayores en
Tesis, Mar adentro y Abre los ojos. También desde pequeño empezó con la
música,ya que componía melodías con el
teclado y la guitarra con la misma fluidez que al escribir historias. Aprendió
música de un modo autodidacta para poder musicalizar sus cortometrajes. Sin
embargo, todo cambió cuando conoció a José
Luis Cuerda (La educación de las hadas, La lengua de las mariposas). Un
compañero de Cuerda le entregó el corto de Himenóptero para que éste le diera
su opinión. A partir de entonces, Cuerda se interesó por el guión de la futura
película Tesis(1996) y se convirtió
en su productor.
Su ópera prima fue un éxito y se llevó 7 premios Goya, incluidos Mejor Película, dirección y guión. Un año
después llega Abre tus ojos, un
estupendo thriller surrealista, donde trabaja nuevamente con Eduardo Noriega y Fele Martínez al que se suma Penélope
Cruz. Tuvo tanto éxito que hubo una remake en Estados Unidos llamada Vanilla Sky y protagonizada por Tom Cruise. Gracias a eso se le
abrieron las puertas de Hollywood para filmar Los Otros, con Nicole Kidman.
Ambientada en la Segunda Guerra
Mundial, ella es una madre que espera que su marido regrese de la guerra y
educa a sus hijos bajo rígidas normas religiosas. Además ellos tienen una
extraña enfermedad: no puede ver la luz del día por lo que siempre tienen que
estar a oscuras. El film le dio el segundo Goya a Amenábar y lo hizo reconocido
en el mundo entero gracias, también, al excelente trabajo de Nicole Kidman. En
2004 llega otra de sus grandes obras: Mar
adentro, con un Javier Bardem
irreconocible, cuenta la historia de un hombre que vive postrado hace 30 años y
su único deseo es morir dignamente. Otro éxito rotundo confirmado con el Oscar a mejor película extranjera y una
catarata de premios en todo el mundo.
Viaja en el tiempo para en 2009 filmar Agora con Rachel Weisz, la historia de la brillante astrónoma Hypatia en
Egipto del Imperio Romano del siglo IV, en medio de una batalla cultural que
amenaza con quemar la
Biblioteca más importante de Alejandría. Obtiene el mejor
guión en los Goya. En 2015 filma quizás su película más floja: Regresión, otro thriller policial sobre
abusos sexuales basados en una historial real que sucedió en Minnesota en 1990,
con Ethan Hawke y Emma Watson. Su último film se estrenó
el año pasado bajo el nombre de Mientras
dure la guerra, la historia del célebre Miguel de Unamuno y el apoyo a la sublevación militar frente al
gobierno republicano del general Franco y sus consecuencias como rector de la Universidad de
Salamanca.
FICHA TÉCNICA
Título original: Los otros (The Others)
Año: 2001
Duración: 104 min.
País: España
Dirección: Alejandro Amenábar
Guión: Alejandro Amenábar
Música: Alejandro Amenábar
Fotografía: Javier Aguirresarobe
Reparto: Nicole
Kidman, Fionnula Flanagan, Christopher Eccleston, Alakina Mann, James Bentley,
Eric Sykes, Elaine Cassidy, Renée Asherson, Michelle Fairley
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