lunes, 23 de noviembre de 2020

EL ÚLTIMO DÍA - NO MAN´S LAND

PROGRAMA 306 (06-11-2020)

 

SINOPSIS

 

Guerra de Bosnia, 1993. Dos soldados de bandos distintos, un bosnio y un serbio, se encuentran atrapados entre las líneas enemigas, en tierra de nadie. Un sargento de los cascos azules de las Naciones Unidas se dispone a ayudarlos, contraviniendo las órdenes de sus superiores. Los medios de comunicación no tardan en convertir el asunto en un show mediático de carácter internacional. Mientras la tensión bélica crece y la prensa espera pacientemente nuevas noticias, los dos soldados intentarán por todos los medios salir con vida de tal situación. (FILMAFFINITY)

 

EDITORIAL

 

Hemos llegado a un punto en el que terminamos de darnos cuenta de que no existe en el mundo lugar exento de hostilidad. Si no son la miseria y la bestialidad del hambre, son las bombas que caen sorprendiendo multitudes distraídas. Si el hambre y las bombas  son ajenas en un territorio determinado será entonces la tranquilidad y el sistema enajenando mentes que buscarán repentinamente instalarse en un lugar público y matar a balazos todo aquello que respire a su alrededor. Es que con dudas o certezas sabemos que hay detrás de todo aquello alguien moviendo los hilos para que esto suceda. La caída del muro de Berlín significó para el mundo el asentamiento definitivo del capitalismo como forma de acomodar las relaciones llegando al punto actual en el que nos encontramos con una oligarquía financiera a nivel mundial que está en puja con las democracias de las naciones. La fragmentación de la hegemonía unipolar hacia una multipolar es una teoría que se viene escuchando hace no tanto tiempo y por el solo hecho de haber trascendido, de haber llegado a nosotros es que puede que sea insignificante el cambio que a raíz de ese traslado de poder pueda darse. Quizás eso solo demuestre que ya no alcanza la fuerza política cuando la económica, la invisible es la que verdaderamente tiene en su poder las herramientas necesarias para cambiar realidades. 

El poder a disposición de unos cuantos tontos que solo tienen dinero metiendo la cola con sus cipayos en los parlamentos para desfragmentar las urgencias, para mediatizar el valor del debate y generar cansancio, crispación y sobre todo descreimiento en el sistema democrático. Por eso estemos atentos, que ya vimos la “balcanización” de varios países que solemos catalogar como del primer mundo. Nuestro territorio es inmensamente grande. Hay señales, que son fueguitos pero que nos alertan desde el sur y desde la cordillera que si no despertamos pronto estaremos atravesando procesos similares. En este mundo hostil, nuestro territorio, esta nación es un oasis si pensamos que por las noches podremos cerrar los ojos tranquilamente y no se desfragmentará una bomba sobre la terraza de nuestra casa. Que nuestros hijos podrán ir al colegio y ningún enajenado los masacrará a tiros. Pero que esa calma nos relaje puede ser peligroso cuando por detrás de cuestiones menores que ocupan las agendas se está intentando fragmentar nuestro territorio. El tiempo pondrá las cosas en su lugar. Hoy sabemos que dentro del barrio las cosas se solucionan porque los de afuera la secan y no la llenan…

 

Alan Beneitez.

 

Canción elegida para la editorial


 

IMPRESIONES PARA EL ÚLTIMO DÍA


24 de marzo de 1999. Yugoslavia. Aviones se disponen a salir con sus misiles a cuestas. La Guerra de Kosovo está en su punto más álgido. Desde febrero de 1998 los combates son cada vez más sangrientos. Las fuerzas yugoslavas (compuestas por Serbia y Montenegro), tratan de destruir a cualquier albano-kosovar que encuentren a su paso. El ejército de Liberación de Kosovo (ELK) viene haciendo estragos desde la separación de los ex países yugoslavos. Buscando su independencia, más de 1500 civiles y combatientes fueron asesinados por paramilitares serbios y afines, intentando culminar la limpieza étnica que empezaron. Entre ese 24 de marzo y el 11 de junio, habrá bombardeos en varias ciudades. El 23 de abril, durante la madrugada, la sede de la Radio Televisión de Yugoslavia en Belgrado fue destruida en un nuevo bombardeo. 16 personas fallecieron. El presidente de la empresa, fiel al morbo que envuelve a los medios de comunicación, impidió que evacuen el lugar antes de los ataques. Quienes generaron los ataques no fueron los Kosovares, y mucho menos los serbios. Los misiles llevaban la marca de la OTAN, la Organización del Tratado del Atlántico Norte, que constituye un sistema de defensa colectiva, en el cual los Estados miembros acuerdan defender a cualquiera de sus miembros si son atacados por una potencia externa. Sin previa autorización de las Naciones Unidas, los miembros de la OTAN decidieron actuar para detener toda acción militar, violencia y represión. Pero al igual que en Hiroshima, la sangre se limpió derramando más sangre a su paso. 

El cineasta Emir Kusturica por entonces declaró: “Sería mejor que la OTAN en vez de tirar bombas les pagara un pasaje a las Bahamas a todos los albaneses". Entre 1991 y 2001, mientras Yugoslavia se separaba, se libraron muchas guerras. Una de las más importantes se dio entre abril de 1992 y diciembre de 1995 en lo que se llamó la Guerra de Bosnia, una de las primeras guerras televisadas para los de nuestra generación y hacía de Sarajevo lo que hoy llamaríamos Trending Topic. Hasta allí nos traslada Danis Tanovic para su film El último día (o En tierra de nadie en otros países de habla hispana). El director, nacido en Zenica y que estudió en Sarajevo, vivió parte de esa guerra en vivo y en directo y aquí nos muestra el conflicto entre serbios y bosnios. Tanto la música como el guión tienen la firma del director. Al igual que los grandes estandartes del cine balcánico, como el ya nombrado Emir Kusturica o el interesante Goran Paskjalevic, la película unirá el drama con la comedia negra y esos personajes bien reconocidos de esos lares. Esa identidad eslava que es tan parecida a la latina, con sus bailes y sus risas. Es para ellos el antídoto perfecto para paliar tanto dolor, tanta bronca y tanta muerte con la que convivieron siempre. El film comienza con una canción que suena de fondo. Entre la niebla y la penumbra empezaremos a ver a unos soldados que deciden pasar la noche en esa oscuridad. Con los primeros rayos del sol arrancarán nuevamente, pero las balas apagarán cualquier chispa de luz. La historia será tan simple como dolorosa. Dos bandos se enfrentan. Una trinchera, la llamada Tierra de nadie, será el lugar donde, después de algunas peripecias, coincidan un soldado bosnio y uno serbio. 

Los dos serán completamente opuestos. Ciki, el bosnio, aparecerá con una remera de los Rolling Stones, como sacándole la lengua a la guerra. Nino, el serbio, nos recordará a Upham, el tímido personaje de Rescatando al Soldado Ryan. La proximidad de la muerte hará que en algún momento esa timidez e inexperiencia desaparezcan. Serán dos personajes tridimensionales aunque no sepamos casi nada de ellos. Y la aparición de un tercer soldado, llamado Cera, casi como invitado especial a ese convite, será el cónclave dramático que arrastrará todo el metraje. Asistiremos a un gran guión, ya que no hace falta crear grandes locaciones sino casi todo estará contado desde un mismo lugar, por lo que el trabajo para crear el espacio escénico será excepcional. La película, co-producida por seis países, estará rodada en Eslovenia y la fotografía natural utilizada por el belga Walther Van Den Ende, de quien ya hablamos hace poco en Totó, el héroe, no hace más que realzar ese paisaje solitario. En palabras propias del director, trató de mostrar un típico día caluroso de verano, con la naturaleza armónica y los colores vivos contrastando con la oscuridad del ser humano. Por eso el relato está contado como una comedia negra, como ellos mismos repiten como un mantra: Historia negra, humor negro. 

Un célebre músico bosnio, llamado Dr. Nelle, líder de la banda Zabranjeno Pusenje acerca de eso alguna vez dijo “El humor de Sarajevo derivaba de la situación de estar tanto al margen como dentro de la cazuela de la civilización. No hay que olvidar que las relaciones allá estaban basadas en la premisa: "tu vecino es tu mejor amigo en tiempos de paz, pero tu peor enemigo durante la guerra". El humor fue una especie de defensa ante esta clase de esquizofrenia.”. Y ese es un perfecto resumen del film. La locura ante la inminente llegada de la muerte. La violencia como modo usual de defensa. Y las armas como muestras claras de poder. La cámara será un testigo silencioso de esa lucha en esa pequeña trinchera. En muchas ocasiones estará posicionada de tal manera que uno parecería estar escondido detrás de algún objeto, por lo que el encuadre será cuidado al máximo. Los planos generales servirán para mostrar la naturaleza del paisaje pero también encontraremos primeros planos de esos rostros desesperados por vivir y sudorosos debido al intenso calor. También se servirá de unos pocos planos detalles, y un cúmulo de planos picados y contrapicados durante gran parte del tiempo que aparecen los soldados en esa especie de fosa. Mientras la curva dramática de los personajes se acrecentaba, el director ponía el dedo en la llaga para crear una feroz crítica a dos puntales claves. Por un lado, la aparición de los Cascos Azules de la ONU para intentar detener el conflicto. 

Las Naciones Unidas, creada para mantener la paz y con un Consejo de Seguridad formado por los 5 países más importantes con derecho de veto, formado por Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y China, los verdaderos dueños del poder, nos enrostraban la inutilidad de sus componentes y esa histórica pelea entre franceses e ingleses cuando hay una causa externa a sus conflictos, en países del tercer mundo donde para ellos la vida no vale nada, porque además, ya están hartos de ser meros espectadores, como se queja uno de los suyos. Por otro lado, la llegada de los medios de comunicación, intentando demostrar que las imágenes de ellos son más importantes que la vida misma, sólo buscando un poco de sangre sin ni siquiera informar cuáles son las razones del enfrentamiento. Veremos entonces el lado más salvaje y demencial del ser humano pero más que nada por parte de los que le gustan jugar desde afuera pero sintiéndose más protagonistas que los que la sufren desde adentro. Hace un tiempo, una ciudadana serbia me comentó: “tengo 35 años y viví en cuatro países distintos sin moverme de mi casa. Todavía siento a veces los ruidos de las bombas, era una niña”. Y muchos niños dejaron de ser tal, mientras los Cuerpos de Paz miran para otro lado y los medios nos siguen bombardeando, ya sea en Argentina... o en Bosnia.

 

Marcelo De Nicola.-

 

Canción post impresiones

 


UNIVERSO TANOVIC


Danis Tanovic nació el 20 de febrero de 1969 en Zenica, Bosnia-Herzegovina. Luego se mudó a Sarajevo, la capital, donde realizó sus estudios para terminar estudiando piano en el Conservatorio de Música de Sarajevo. Luego entró en la Academia de Artes, pero la Guerra le impidió seguir su camino y abandonó la carrera en 1992. Durante la guerra, se unió al equipo de filmación del ejército de su país en peligrosas misiones. Varias de esas filmaciones, aún se siguen utilizando películas y noticias sobre la guerra de Bosnia. Luego de dos años decide dejar el equipo de filmación para trasladarse a Bélgica, donde termina sus estudios, mientras que empieza a filmar varios documentales aclamados por la crítica. En 2001 escribe, musicaliza y graba su primera película: El último día. El film es un éxito que logra el premio a mejor guión en Cannes y el Oscar a Mejor película extranjera. En 2005 llega su segundo film, basado en una historia de Krzysztof Kieślowski (Tres colores, El decálogo) y Krzysztof Piesiewicz, llamado L´enfer, un drama psicológico de historias cruzadas entre un padre que sale de prisión y sus tres hijas. En 2008 junto a su colega Dino Mustafic crean el partido político Naša stranka (Nuestro Partido), partido político de centro y centro-izquierda, social-liberal, favorable a la integración de Bosnia y Herzegovina en la Unión Europea y en la OTAN. En 2009 filma en Irlanda con Colin Farrell, Testigo de guerra sobre dos fotógrafos que son enviados a la guerra de Kurdistán. Vuelve a su país para filmar Cirkus Columbia, nuevamente sobre la guerra de Bosnia, de la que luego hizo un mediometraje titulado Prtljag, sobre un joven que vuelve a su país a buscar los restos de sus padres, que no han aparecido. 

En 2013 filma La mujer del chatarrero, un drama social sobre una mujer que sufre un aborto espontáneo y necesita una operación urgente pero no tiene el dinero para pagarla. Logró el Gran Premio del Jurado en el prestigioso Festival de Berlín. Se muda a India para dirigir Tigers, sobre un agente comercial que descubre que un medicamento infantil provoca terribles efectos y se enfrenta a la corporación que lo fabrica. En 2016 llega Muerte en Sarajevo, un drama coral que tiene lugar en el hotel más importante de la ciudad donde se unirán diplomáticos para una conmemoración, aunque todo se complicará con el correr de las horas. Logra el Oso de Plata nuevamente en Berlín. Este año llegó su film más criticado, filmado en el Reino Unido y titulado The Postcard Killing, sobre un detective de Nueva York que investiga el asesinato de su hija en Londres. 

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: No Man's Land

Año: 2001

Duración: 98 min.

País: Bosnia y Herzegovina

Dirección: Danis Tanovic

Guion: Danis Tanovic

Música: Danis Tanovic

Fotografía: Walther Van Den Ende

Reparto: Branko Djuric, Rene Bitorajac, Filip Sovagovic, Katrin Cartlidge, Simon Callow, Serge-Henri Valcke, Georges Siatidis

 

PELÍCULA COMPLETA

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