jueves, 5 de diciembre de 2019

UNA NOCHE EN LA TIERRA - NIGHT ON EARTH



SINOPSIS

Película dividida en historias independientes a través de las cuales Jim Jarmusch presenta el panorama nocturno de cinco grandes ciudades (Los Angeles, Nueva York, París, Roma y Helsinki), con un taxi, y lo que en él ocurre desde el anochecer hasta el amanecer de un mismo día, y obviamente con diferentes personajes, como hilo conductor. (FILMAFFINITY)

EDITORIAL

Martes 2 de la madrugada, Avenida Eva Perón y Larrazábal. El semáforo le indica al chofer de la Suran con cartel de “libre” encendido, que puede avanzar. Pone primera y, molesto, arranca. Sin saber por qué. Hace tiempo que en su percepción, aquel verde mutó hacia otra dirección.  No solo él avanza, sino que oculto en el devenir, también parece avanzar un presente diferente, mucho más pesado. Muy distinto a presentes dejados atrás hace mucho y que recuerda con dificultad. Aquel nuevo presente, por la noche conspira con todos los verdes arrojados por los semáforos y acelera junto a su vehículo hacia destinos aun indefinidos. Se pierde el presente hacia adelante, sobre la avenida, mientras las ruedas de su taxi apenas comienzan a avanzar. El siente una gran impotencia ante tal situación y arroja una puteada a aquel pensamiento que también huye hacia adelante evadiendo los límites de aquella caja con ruedas en la que se encuentra atrapado. Han pasado 4 horas y aun no recauda nada más que recuerdos estimulados por aquellas esquinas vacías, esos bares, por los que pasa cada noche en homenaje a esos tiempos donde las puertas de las satisfacciones se le abrían de par en par y hoy solo le enrostran la humillación de buscar descanso en la nostalgia. 


Saca un Red Point de su cajita y lo enciende, repitiendo el mismo acto que hace 10 minutos. Igual que hace 10 minutos hace una pausa y se detiene en esa pequeña llama. Hay algo en ese fueguito que lo seduce. Hay un calor en aquel pequeño acto suicida de inhalar humo que intenta resistir aquel embate de sangre fría que irradia su congelado corazón con cada bombeo. Sin embargo decide no reparar en eso y acelera en dirección a Gral. Paz, va a tomar la vía que desemboca en el Rio de la Plata. Ya Mataderos no tiene nada más que contar y lo echa a patadas. Ya en la ancha avenida aprovecha el vacío que le brinda la madrugada y a toda velocidad limpia el habitáculo de todos aquellos fantasmas que se habían acomodado en el asiento de atrás, comienza a fantasear con la idea de estar conduciendo hacia una nueva vida. Quizás llegar a un pueblo lejano, dejar todo su pasado en el baúl, sumergir la Suran en alguna laguna o rio y comenzar de nuevo. Pero de pronto se quema los dedos con la última pitada y lanza otra puteada. Decide tomarlo como señal de que esa noche debe bajar a esa altura. Salida Av. San Martin. Apenas ingresando a la colectora, divisa la mano alzada de un joven. Enciende las balizas. Se detiene. Con los seguros aun puestos, observa a aquel sujeto que se esfuerza por disimular el exceso de alcohol y le pregunta dónde va. El joven, le pide disculpas y enseguida le responde que a La Paternal pero que quisiera antes, dar vueltas un rato. Le muestra la mano sosteniendo varios billetes y escucha el sonido de los seguros abriéndose como señal de puede ingresar al taxi. 


La solitaria noche ahora se ve interrumpida por aquellos ojos jóvenes y desorbitados que se reflejan en el espejo retrovisor. La noche sigue avanzando al ritmo lento de aquel extraño paseo y el terco encendedor del chofer descubre con cada chispazo, la imagen de aquel rostro perdido en las postales que brinda cada calle que atraviesan. Aquella noche la ciudad había tomado la forma de una inmensa fotografía donde reinaba la quietud. Mientras terminaba su cigarrillo, no le interesaba más el convencimiento de que esa sensación de estar compartiendo aquel silencio era mutua. Pero aquella fantasía se derrumbó ante las palabras que llegaron desde su espalda. “Hasta acá llegamos, me quiero bajar” Esas palabras lo angustian porque suenan más parecido al eco de un fracaso amoroso del pasado que a la indicación de un borracho que viaja con él en el asiento trasero. Su encendedor también llega a su fin en esa esquina ya que no puede lograr prender otro cigarro con él. Cuando el chofer se inclina para detener el reloj, se da cuenta de que nunca lo había activado. Deja caer su pesado cuerpo sobre el respaldo de su asiento, levanta la mirada y a través del espejo le pide fuego a su pasajero quien se dio cuenta que el precio de aquel paseo depende ahora de un acuerdo entre ellos dos. “Está bien flaco, bajate -Se adelanta- No pasa nada, toma tu encendedor” dice el chofer. “De ninguna manera. Tome,  le doy todo lo que tengo y quédese con el fuego”. El conductor solo acepta el encendedor y repara unos instantes en los pasos de aquel que ya es un fantasma y se aleja tambaleando en la vereda. Enciende su cigarrillo y avanza nuevamente sobre la noche que no es tan mala y que a pesar de todo, aún conserva para él algunos fueguitos para darle alivio a su asfaltado corazón.

Alan Beneitez.-

Canción elegida para la editorial



IMPRESIONES SOBRE UNA NOCHE EN LA TIERRA


La noche invita a la reflexión. Y la soledad es la pasajera constante. Alguna bocina corta el silencio de repente. Las luces envuelven la ciudad para luego perderse en la oscuridad más remota. Algún triste tango acompañará la velada. Buenos Aires aparece como una ciudad en movimiento todo el tiempo. Recorriendo los cien barrios porteños, parando en un cafetín o en una clásica pizzería para que las horas no sean tan eternas. Diversos tipos de personajes compondrán la escena. Política, fútbol y sexo serán temas dominantes. No se distinguirá género, raza o nacionalidad dice el cartel, aunque muchas veces eso precisamente no se cumpla. La decisión será de quien maneja. Buenos Aires como Los Ángeles, Nueva York, París, Roma o Helsinki. ¿Cómo sería el capítulo si Jim Jarmusch hubiese pensado en Argentina? ¿Por qué uno siempre lo imagina en Buenos Aires? Acaso no podría haber elegido Rosario y su influencia musical. O Mendoza en una fría noche de invierno. O recorrer Salta y toda su belleza. Tantos lugares, tantos paisajes, tantas historias. El director nacido en Ohio no cambiará su esencia. Como lo hizo en el corto Café y Cigarrillos (que luego transformó en largo) o en Mystery Train, escribirá un film de episodios. Y como también nos tiene acostumbrados, lo hará sobre gente común y corriente. Será Una noche en la tierra donde divague por cinco ciudades que giran sobre un mismo mundo: los taxistas y sus noches solitarias. En cada ciudad habrá planos generales que captará la atmósfera de cada una de ellas. 


Mostrará la espalda de las grandes urbes, su parte menos resonante. No se fiará de sus edificios o monumentos más importantes. Sus calles, su basura, sus ríos, su arquitectura con hoteles derruidos serán parte de ese decorado. La cámara se posará tanto desde afuera del auto como por dentro, y allí los encuadres serán en planos medio o primeros planos. Habrá además algunos planos detalles como guiños al espectador. La parte técnica será de gran factura como nos acostumbra el director: excelentes travellings que harán lo suyo cuando la cámara deje los autos, un montaje exquisito, una fotografía diferente para cada historia y la música de Tom Waits que aparecerá a lo largo de toda la película. El guion se basa en diálogos y silencios. Es acción y reacción. Desconocidos que en ese momento de soledad, sacarán a la luz sus penas y olvidos. Somos cualquiera de nosotros, son la vida y la muerte. El film arrancará con la imagen de la Tierra girando mientras la cámara se acerca a ella y pasan los créditos. La gruesa y melancólica voz de Tom Waits dará un indicio de lo que se viene. Una vez pasado los títulos veremos cinco relojes en una pared con las ciudades y sus horarios. Son las 19.07 en Los Ángeles, hacia donde la cámara se acerca velozmente. El reloj se transformará en un mapa que buscará ese punto y allí una pequeña luz dará inicio a la primera historia, cuando empieza a anochecer. Esas primeras imágenes de una ciudad en decadencia contrastarán con la idea de lo que es la meca del cine, donde veremos la diferencia entre clases sociales. Será eso lo que intente contarnos Jarmusch a través de sus ojos, que no todo es lo que parece. 


Así veremos esa parte inhóspita de Los Ángeles, con sus músicos ebrios girando sin descanso y las productoras de cine moviéndose en busca de nuevas estrellas sin importar el precio que se pague por ello. Veremos a una Winona Ryder alejada de ese mundillo que solo tiene una pasión y será la antítesis del personaje de Gena Rowlands en un gran duelo interpretativo. La idea del sueño americano como punto de partida. Luego será el turno de Nueva York, donde la historia comenzará en el mismo momento, pero tres horas después. Porque cada relato comienza y termina a la misma hora, pero en metrópolis diferentes. Será la ciudad que nunca duerme la que nos muestre las luces de los edificios y los carteles publicitarios, el consumismo en estado puro. El amarillo de los taxis que pasean por la avenida será más impactante en ese frio invierno. El director nos mostrará esa ciudad donde confrontan personas de distintas nacionalidades y donde los prejuicios están a la orden del día. Un joven afroamericano de Brooklyn con las zapatillas de moda,  un veterano alemán, perdido y recién llegado al país y la novia latina del primero, conjugarán sin dudas el episodio más logrado del largometraje. Será el turno luego de volar hacia Europa, donde aparecemos ya pasadas las 4 de la mañana en París. Aquí cambiará el paisaje. No habrá tantas luces y la oscuridad será omnipresente. La ciudad del amor se erigirá como una especie de espejo de la soledad a orillas de los canales franceses. Además del amor, tocará temas como la inmigración y la discapacidad. Un parco africano y una malhumorada pero perspicaz chica ciega nos llevarán por esa París desconocida en un viaje de preguntas y respuestas con una fotografía que pasa a los tonos rojizos, donde centralizará el tema en la igualdad entre las personas y el sentir por sobre todas las cosas. El siguiente viaje nos llevará por las pequeñas callecitas empedradas y la casi total oscuridad de los poblados de Roma. Con un Roberto Benigni sublime aunque algo exagerado, no faltarán las referencias a la Iglesia, al sexo que nos legó Pier Paolo Pasolini (y el guiño de Paolo Bonacelli, actor de Salo como el religioso) y a la comedia grotesca a la que nos tienen acostumbrados los italianos. Casi un monólogo de Benigni en el capítulo más gracioso del film, con una fotografía más bien otoñal. 


Pasaremos de la hirviente Italia para encontrarnos en la fría Finlandia, más precisamente en el amanecer de Helsinki. El blanco de la nieve rodeará la ciudad y la fotografía se basará en colores fríos. Aparecerá otro guiño, en este caso a los hermanos Kaurismaki, nombrando como Mika y Aki a sus protagonistas. La parquedad nórdica del taxista se contra posicionará con sus ebrios ocupantes. Allí se unirán la vida y la muerte. La tristeza como punto de encuentro. Y el levantarse del piso más allá de perderlo todo. Y no hay mucho más que eso, sin justamente ser una crítica. Jarmusch nos recuerda que en cualquier lugar, en cualquier país, seas quien seas, podrás encontrarte con este tipo de personajes. O podrás ser uno de ellos. Manejando el auto o escuchando sus historias. Al fin y al cabo de eso se trata la vida. De historias que se enlazan una tras otra. De muy pocos nobles ganadores y demasiados perdedores hermosos.

Marcelo De Nicola.-

Canción post impresiones



UNIVERSO JARMUSCH



Nacido en Ohio un 22 de enero de 1953, se relacionó con el cine desde chico ya que su madre escribía críticas de cine para un periódico local. Durante la adolescencia empezó a interesarse por escritores de la talla de Jack Kerouac y William Burroughs y se acercaban al séptimo arte gracias a figuras como Andy Warhol. Luego de la secundaria  se mudó a Chicago a estudiar periodismo, donde lo echaron y terminó yéndose a la Universidad de Columbia, con la intención de ser poeta. Luego se fue a París para un intercambio, donde conoció un par de artistas que le cambiarían la vida, como una vez declaró “Fue ahí donde vi cosas que solo había leído y había escuchado hablar, películas de muchos de los buenos directores japoneses, como Imamura, Ozu, Mizoguchi. También películas de directores europeos como Bresson y Dreyer, e incluso películas estadounidenses, como un ciclo de películas de Samuel Fuller, que yo solo conocía de ver un par de ellas en televisión por las noches. Cuando volví de París, todavía escribía y mi escritura se estaba volviendo más cinemática en cierto modo, más descriptiva visualmente”.  A su vuelta, a fines de los ´70, empezó a incursionar en el mundo del cine, compartiendo cursos con futuros directores como Spike Lee o Tom DiCillio. Empezó a trabajar como asistente de Nicholas Ray y colaboró con Wim Wenders. Su primer film es Permanent Vacation en 1980 sobre un joven vagando por las calles de Nueva York. Su siguiente película es Extraños en el paraíso con la que gana la Cámara de Oro en Cannes y empieza a ser conocido mundialmente. 


Ese mismo año empieza con el cortometraje Café y Cigarrillos, que estaba dividido en tres partes. Luego filma Bajo el peso de la ley, sobre tres personas que se encuentran en prisión.  En 1989 llega Mystery Train, tres historias diferentes en la ciudad de Memphis. En 1991 dirige Una noche en la Tierra película donde Jim Jarmusch presenta el panorama nocturno de cinco grandes ciudades (Los Angeles, Nueva York, París, Roma y Helsinki), a través de un taxi. En 1995 llega Dead Man, la historia de un fugitivo en el Oeste de los Estados Unidos, con Johnny Depp


Dos años después hace el documental Year of the Horse, sobre Neil Young y Crazy Horse. En 1999 rueda El camino del samurái, la historia de un asesino a sueldo de Nueva York. Realiza el largo Café y cigarrillos, basado en su propio corto en 2003 y dos años después filma junto con Bill Murray Flores rotas, sobre un hombre que recibe una carta anónima de un hijo suyo y decide ir a ver a sus últimas amantes para resolver el misterio. Gran premio del Jurado en CannesEn 2009 filma Los límites del control, sobre un inmigrante en España se cruzará con diferentes personajes. Cuatro años pasaron para su siguiente película, titulada Solo los amantes sobreviven, un drama romántico con vampiros como protagonistas. 


En 2016 dirige Gimme Danger, un documental sobre Iggy Pop. Ese año también estrena Paterson, la historia común y corriente de un chofer de autobuses de esa ciudad. Este año estrenó su último film The Dead Don´t Die, donde en la pequeña localidad de Centerville, los muertos vuelven a la vida y un variopinto grupo de personajes tendrá que hacerles frente. Alguna vez su amigo Tom Waits declaró “La clave, creo, para Jim, es que se quedó canoso cuando tenía 15... Como resultado, siempre se sintió como un inmigrante en el mundo adolescente. Ha sido un inmigrante -un benévolo y fascinado extranjero- desde ese entonces. Y todas sus películas son sobre eso”.

Así mismo, el director publicó alguna vez sus 5 reglas de Oro
                
REGLA No. 1: No hay reglas. Hay tantas maneras de hacer una película como cineastas potenciales. Es una forma abierta. Como sea, yo personalmente no sería capaz de decirle a nadie qué hacer o cómo hacer algo. Para mí es como decirle a alguien cuáles deberían ser sus creencias religiosas. A la mierda. Eso va en contra de mi filosofía personal – esto es más un código que una serie de reglas. Por lo tanto, olvídate de las “reglas” que estás leyendo en este momento y considéralas más bien simples notas para mí mismo. Uno debería hacer sus propias “notas” porque no hay una única forma de hacer nada. Si alguien te dice que hay una única forma, su forma, aléjate de él tan rápido como puedas, tanto física como filosóficamente.
REGLA No. 2: No te dejes agarrar de esos hijos de puta. Ellos no pueden ni ayudarte ni dejar de ayudarte, pero sí pueden detenerte. La gente que financia películas, distribuye películas, promueve películas y exhibe películas no son cineastas. No están interesados en permitir que los cineastas definan y dicten la forma en que hacen sus cosas, así que los cineastas no debemos tener ningún interés en permitirles dictar la forma en que se hace una película. Carga un arma si es necesario.
Además, evita a los diletantes a toda costa. Siempre hay personas por ahí que sólo quieren meterse a hacer cine para volverse ricas, para volverse famosas o para tener sexo. Generalmente saben tanto de cómo hacer cine como George W. Bush de combate cuerpo a cuerpo.
REGLA No. 3: La producción está ahí para servir a la película. La película no está ahí para servir a la producción. Desafortunadamente en el mundo del cine esto se da casi universalmente al revés. La película no se hace para servir al presupuesto, al cronograma o a las hojas de vida de los involucrados. A los cineastas que no entienden esto deberían colgarlos de los tobillos y preguntarles por qué de pronto el cielo está para abajo.
REGLA No. 4: El cine es un proceso de colaboración. Tienes la oportunidad de trabajar con otros cuyas mentes e ideas pueden ser más fuertes que las tuyas. Asegúrate de que se mantengan enfocados en su propia función y no en el trabajo de alguien más, o será un desastre. Pero trata a todos tus colaboradores como iguales y con respeto. Un asistente de producción que está deteniendo el tráfico para que el equipo técnico pueda rodar un plano no es menos importante que los actores en escena, el director de fotografía, el director de arte o el director. Las jerarquías son para aquellos cuyos egos están inflados o fuera de control o para la gente que está en el ejército. Aquellos con los que eliges colaborar, si escoges bien, pueden elevar la calidad y el contenido de tu película a un nivel mucho más alto de lo que cualquiera hubiera podido imaginarse por sí solo. Si no quieres trabajar con otras personas pinta un cuadro o escribe un libro (y si quieres ser un maldito dictador parece que por estos días lo único que hay que hacer es meterse a la política…).
REGLA No. 5: Nada es original. Roba de cualquier sitio que te llene de inspiración o alimente tu imaginación. Devora películas viejas, películas nuevas, música, libros, pinturas, fotografías, poemas, sueños, conversaciones intrascendentes, arquitectura, puentes, señales de tránsito, árboles, nubes, ríos, luces y sombras. Selecciona para robar solamente aquellas cosas que le hablen directamente a tu alma. Si lo haces, tu trabajo (y tu robo) será auténtico. La autenticidad es invaluable; la originalidad no existe. Y no te preocupes en ocultar tu robo – celébralo si hace falta. En cualquier caso recuerda siempre lo que dijo Jean-Luc Godard: “De lo que se trata no es de dónde tomas las cosas, sino de a dónde las llevas”.

FICHA TECNICA

Título original: Night on Earth
Año: 1991
Duración: 128 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Jim Jarmusch
Guion: Jim Jarmusch
Música: Tom Waits
Fotografía: Frederick Elmes
Reparto: Winona Ryder, Giancarlo Esposito, Gena Rowlands, Armin Mueller-Stahl, Rosie Pérez, Roberto Benigni, Béatrice Dalle, Matti Pellonpää, Isaach de Bankole, Paolo Bonacelli, Kari Väänänen, Tomi Salmela, Sakari Kuosmanen

No hay comentarios:

Publicar un comentario