EDITORIAL
Recojo
tus restos en la distancia. Miro con recelo aquella tabla corroída que todavía
flota sobre mi océano. El sol brilla aun sobre ella, la luna entona su canción
de cuna y ofrende sus destellos plateados en alusión al camino. El viento trae
un nuevo secreto y lo susurra en mi oído para luego ser nada. Pero la madera
aun flota, a pesar del viento, a pesar del fuego. Mis huesos se despojan al fin
del día y corretean por el jardín de los dioses al zorro del tiempo. La
eternidad es ahora, la eternidad es ya y ahora, me repite y salta al abismo del
que nunca jamás saldrá. La tabla ahora se clava en mi carne, desgarra mi piel
que jura sanarse. Siento la frialdad de la piedra que ya es estatua, su
naturaleza perdida en función de las formas, aquellas trampas de lo espontaneo
que resultaron ser las curvas que la tallan, esa vil traición de la vivencia
que invoca, me desarmo al fin en lágrimas, me conmueve infinitamente. Corro en
la oscuridad de ese bosque de maniquíes mudos, cuelgan de los arboles oscuros y
mutilados. Sus gritos sordos… la muerte preocupante del gesto. La inmortalidad,
ese beso que es todos los besos, se esconde bajo las volátiles cenizas de los
más veloces. Estos pies que ya no sueñan con moverse, que saben que no hay
camino, no morirán jamás. Ahora lo sé. No morirán jamás.
Lucas
Itze.-
Canción
elegida para la editorial
IMPRESIONES PARA 9
CANCIONES
Borges
decía que lo venidero nunca se anima a ser presente del todo sin antes
ensayarse, y que ese ensayo era la esperanza. Más adelante hablaba de ella como
la memoria del futuro. En tal sentido, podemos entender entonces a la nostalgia
como la intención del pasado de perpetuarse en el presente impulsado por aquel
sentimiento de inmortalidad que moviliza esencialmente al ser humano. Sin
aquella memoria del pasado, lejos estaríamos de poder construir, por ejemplo,
una identidad. Al reparar con mayor agudeza sobre la nostalgia, descubriremos
que el punto de vista desde donde contempla y se ejerce aquella memoria de lo
vivido, está íntimamente relacionado al dolor. En 1917, en aquel oscuro texto
llamado Duelo y Melancolía, Sigmund Freud desmenuzaba la característica
patológica de esta última diciendo que ambas se originaban debido a la pérdida
de un objeto de deseo, pero que era solo en la melancolía donde a esta pérdida
se le agregaba una degradación del yo. El proceso se complejizaba hasta
terminar, en mucho de los casos observados, en el suicidio. De una forma u
otra, en definitiva, el pasado siempre lastima, siempre nos hiere aun desde su
fría distancia.
Tal vez, aquel ejercicio del recuerdo, no haga más que
desempolvar esa única verdad que nos desvela y que ancestralmente entra en
conflicto con nuestro ser, aquella verdad que dramatiza sobre el ápice
vertiginoso que es el ahora, que nos revela que un día cualquiera, mal o bien,
nos vamos a morir. Sobre aquel naufragio donde montamos nuestra vida, entonces,
intentamos rescatar muchas veces lo que amamos. Ese será el intento desesperado
de Matt
que tomara sustancia en el relato cinematográfico llamado “9 canciones” dirigido por Michael
Winterbottom. El film, sin un guion literario previo escrito, estará
estructurado sobre 9 canciones interpretadas en vivo por diferentes bandas, las
cuales a través de sus letras irán describiendo las sensaciones experimentadas
por Lisa
y Matt a lo largo de su relación. Reconoceremos en esta herramienta la
función del coro en la tragedia griega. Será un manojo de raccontos el “cómo”
elegido por el director para narrar esta historia. Se mantendrá lo fragmentario
y lo selectivo de la idea del recuerdo, lo cual usado estéticamente sobre las
escenas reducirá no solo su duración sino también los diálogos surgidos de ellas.
El film comenzará con una imagen sugerente que no hará más que anticiparnos el
conflicto que se desarrollara a lo largo de la cinta. Veremos un avión de un
rojo intenso sobrevolando lo que al cambiar de plano descubrimos es la
Antártida. Será el rojo sobre el blanco. Será el fuego sobre el hielo. Será la
distancia que todo lo congela. Será el principio y el final de Matt y Lisa.
Este juego estará también en la fotografía de la película, la cual trabajará la
pasión de ambos desde los claros oscuros, quemando muchas veces la imagen para
con su blanco remitir tal vez a aquel tempano que traerá, finalmente, la
distancia. La cinta hablará entonces respecto del recuerdo del personaje sobre
una relación apasionada. Planteara inteligentemente el presente del relato
sobre el escenario de los hielos antárticos construyendo allí una fuerte
metáfora del padecimiento del protagonista. Estará la falta esbozada en un solo
plano. Será la ausencia, la soledad. Matt comenzará a recordar y allí aparecen
en su auxilio los colores, el ruido y la gente. Eso será Lisa eternamente para
él. Unamuno
decía que en el amor, uno busca inmortalizarse en el otro. Así quedará intacto
el recuerdo apasionado de ella, de cada beso, cada caricia, de su húmeda
existencia estallando con la ferocidad de toda la naturaleza. Será aquel
recuerdo el último consuelo ante el frio apabullante de este desierto.
Lucas
Itze.-
Canción post impresiones
UNIVERSO WINTERBOTTOM
Nacido
en Lancashire en 1961, se crió en Blackburn, estudió en la Universidad de
Oxford y finalmente fue a la Universidad del Cine de Bristol.
Empezó
su carrera en 1988 con el documental sobre Ingmar
Bergman titulado The Magic Lantern,
sobre la infancia y la vida del célebre director sueco.
Su
primer film no documental fue Rosie the
Great en 1989. Le siguió Forget
About Me en 1990, con Ewen Bremner
(Spud de Trainspotting), como actor principal y Under the Sun en 1992.
Después
de esos filmes para televisión, y de dirigir la serie irlandesa Family, llega al cine con Butterfly Kiss, sobre una pareja de
lesbianas que viajan por las rutas del Reino Unido cometiendo toda clase de
delitos, en una mezcla de Thelma and Louise y Asesinos por naturaleza (con
Amanda Plummer).
Un
año después filma Go Now, sobre un
obrero que se enamora de una empleada de un bar, y al poco tiempo de vivir
juntos, el empieza a sentir varios problemas de salud, que terminan por
confirmar que padece esclerosis múltiple.
En
1996 adapta Jude, la novela de
Thomas Hardy, una historia de amor durante el siglo XIX, donde Jude, luego de
casarse, descubre que la relación no prospera. Luego de la separación conoce a
su prima Sue, una mujer poco convencional para la época, y la relación se
transformará en algo más que una amistad.
El
film fue premiado en varios festivales, sobre todo a Christopher Eccleston, actor principal, y el trabajo (y el desnudo)
de Kate Winslet hizo para que empiece
a ser reconocida, para un año después, filmar Titanic.
En
1997 dirige Bienvenido a Sarajevo,
poco después de terminar la guerra. La historia real de un periodista
estadounidense que trabaja como corresponsal de guerra y que conoce a una niña
a la que le promete ayuda, e intentará sacar de ese infierno. Mejor película en el Festival de Chicago, y
nominada a la Palma de Oro en Cannes.
Un
año después sale I Want You, un
thriller sexual neo-noir, rodada con unos fuertes colores primarios por el
cinematógrafo polaco Slawomir Idziak, situada en una decadente zona de playa.
Protagonizada por Rachel Weisz y Alessandro
Nivola, se centra más en la atmósfera del lugar que en la trama, y estaba
inspirada por la canción de Elvis Costello, del mismo nombre.
With or Without you (1999),
protagonizada por Christopher Eccleston,
es una comedia ligera, situada en Belfast, sobre una pareja que está intentando
desesperadamente tener un hijo, cuando de repente entran en escena antiguas
parejas de él y de ella.
En
Wonderland de 1999, empieza a
utilizar más cámara en mano y diálogos improvisados. Cuenta la historia de tres
hermanas y sus familias que pasan un fin de semana en Londres.
Vuelve
a adaptar a Thomas Hardy en 2001 para el film El perdón, un romántico western ambientado en California en 1867.
El
2002 trae dos de sus grandes películas: por un lado La fiesta interminable, documenta el anárquico ascenso y caída del
influyente sello Factory Records, y la escena musical en Mánchester desde
finales de los 70 hasta mediados de los 90. Es tanto una oda a la ciudad de
Mánchester como historia de la música contemporánea (bandas como Joy Division y
New Order, entre otras). La película está protagonizada por Steve Coogan quien encarna al influyente
personaje de la escena musical y presentador de televisión, Tony Wilson.
También
dirige In This World, que describe
el terrible viaje de dos refugiados afganos desde Pakistán a través de Oriente
Medio y Europa hasta Gran Bretaña, a la cual intentan entrar con la ayuda de
contrabandistas. Fue rodada en video digital, con actores no profesionales que
habían vivido los eventos de la película. Todo ello unido a su cautivadora
forma de captar la realidad le trajo numerosos premios a Winterbottom, incluyendo un Oso de Oro, y un BAFTA, como
mejor película de habla no inglesa.
Se
mete de lleno en la ciencia ficción al año siguiente cuando filma Código 46, una revisión del mito de
Edipo, en un mundo donde la clonación ha creado gente tan interrelacionada que
unas estrictas leyes (el código 46 del título) gobiernan la reproducción
humana. Esencialmente es una película de cine negro, que sigue a un
investigador de fraudes interpretado por Tim
Robbins, quien investiga a una “mujer fatal” interpretada por Samantha Morton.
Luego
dirige 9 canciones, para al año siguiente filmar Tristram Shandy: A Cock and Bull Story, una adaptación a la famosa
novela imposible de filmar, La vida y
opiniones del caballero Tristram Shandy. Shandy es un narrador tan
fácilmente distraído relatando la historia de su vida que al final del libro
todavía no había llegado a su propio nacimiento. La película asimismo trata
acerca de cómo tratan de hacer una película de Tristam Shandy, y la
imposibilidad de esa tarea.
Vuelve
a las historias reales en 2005 con El camino
a Guantánamo acerca de los "Tipton Three", los tres musulmanes
británicos capturados por fuerzas estadounidenses en Afganistán, que pasaron
dos años como prisioneros en la cárcel de la Base Naval de la Bahía de
Guantánamo como presuntos combatientes enemigos.
En
2007 dirige Un corazón invencible,
donde Angelina Jolie se mete en la
piel de Mariane Pearl la viuda del reportero Danny Pearl, cronista del Wall
Street Journal, asesinado por los talibanes en Pakistán.
Génova
de 2008, es un drama familiar acerca de un inglés, interpretado por Colin Firth, quien se traslada a Italia
junto a sus dos hijas americanas tras la muerte de su esposa. Una vez allí, la
hija mayor comienza a explorar su sexualidad mientras que la más joven empieza
a ver al fantasma de su madre. Ganador a la mejor dirección en San Sebastián.
Realiza
en 2009 el documental La doctrina del
Shock, basada en el célebre ensayo de Naomi
Klein sobre el origen de las teorías neoliberales de Milton Friedman, profesor de la Universidad de Chicago, y su puesta
en práctica, durante cuarenta años, en países tan dispares como el Chile de
Pinochet, la Rusia de Yeltsin, el Reino Unido de Thatcher y, más recientemente,
en Afganistán e Irak.
Se
mete de lleno en la comedia en el film The
Trip, donde un hombre (Steve Coogan)
es seleccionado por "El Observador" para recorrer los mejores restaurantes
del país, lo que le permitiría hacer un estupendo viaje con su novia. Pero,
cuando ella lo abandona, no tiene más remedio que conformarse con la compañía
de un extravagante amigo (Rob Brydon).
En
2010 llega El diablo bajo la piel,
basada en la novela de Jim Thompson, situada en 1957, donde el ayudante del
sheriff, un hombre afable y sencillo, empieza a sufrir los ataques de la
enfermedad que le hizo cometer un crimen en su juventud.
Vuelve
a adaptar a Hardy en el film Trishna,
sobre una joven hindú que se enamora de un hombre de negocios inglés y tiene
que elegir entre la tradición familiar y el amor.
En
2012 filma para la tv inglesa Everyday
y un año después dirige The Look of love,
la historia de Paul Raymond (Steve Coogan),
precursor de los clubs de strip-tease del famoso barrio Soho de Londres.
En
2014 dirige la secuela de The Trip,
esta vez paseando por ciudades de Italia, y también, La cara del ángel, otra obra basada en hecho reales donde una
periodista y un director de documentales investigan un crimen cometido en
Perugia (Italia). La protagonista es Amanda Knox, la estudiante norteamericana
que fue acusada de asesinar a una compañera de piso con la complicidad de su
novio italiano y un amigo de Costa de Marfil.
Lo
último que ha filmado es en 2015, con el documental The Emperor's New Clothes, un vistazo a la creciente desigualdad
entre las diferentes clases económicas.
Se
esperan para este año dos proyectos en los que está trabajando, pero no se
tiene mucha data hasta el momento.
Una de las bandas que suena en el film
También suenan ellos...
Con esto nos fuimos
FICHA TÉCNICA
Título
original: Nine Songs (9 Songs)
Año:
2004
Duración:
69 min.
País:
Reino Unido
Director:
Michael Winterbottom
Guión: Michael Winterbottom
(Novela: Michel Houellebecq)
Música: Black Rebel Motorcycle
Club, The Von Bondies, Elbow, Primal Scream, The Dandy Warhols, Super Furry
Animals, Franz Ferdinand, Michael Nyman
Fotografía:
Marcel Zyskind
Reparto:
Kieran O'Brien, Margo Stilley
SINOPSIS
La
película transcurre entre flashbacks de Matt (Kieran O'Brien), recordando a su
novia, Lisa (Margo Stilley), desde que la conoce en un concierto en Londres
hasta la Navidad cuando ella vuelve a los Estados Unidos después de haber
concluir sus estudios en Inglaterra. En esos flashbacks suceden los 8 conciertos
intercalados con relaciones sexuales entre ellos.