Programa 71 (29-08-2014)
EDITORIAL
La
hoja está en blanco. La mente se dispara hacia nuevos lugares, tratando de
entender todo, pero es imposible. Bebo otro sorbo de vino, tratando de dejar
volar la imaginación.
Las
imágenes conjugan sangre, destrucción y muerte. Las letras se transforman en un
crucigrama de gritos desgarradores que piden un poco de piedad. Las palabras
emitidas se convierten en un balazo con cada letra escupida al aire sin razón.
Las
tizas se vuelven marionetas mecánicas dispuestas a atravesar cada pedazo de
cielo, como martillos neumáticos que amenazan con destruir todo lo que hay a su
alrededor.
Nuevamente
siento solfeos que dificultan mis pensamientos. Ruidos que aparecen y
desaparecen como por arte de magia. Tiranos que pretenden no dejar que salgan a
la luz mis más sinceras esperanzas. Malditos dictadores que atentan contra la
memoria, como atentan contra los pueblos olvidados. Déspotas sin amor, que
impiden que los corazones bailen al compás de los poemas, y dancen arropados
entre las sábanas, fundiendo dos cuerpos en prácticamente uno.
Inclasificables
seres llenos de odio, que no dejan que gritemos al aire lo que somos, lo que
sentimos, lo que pensamos. Sigo buceando entre los garabatos más profundos,
intentando describir sentimientos llenos de ilusiones, aunque esos corazones
huecos, intenten escondernos el sol, para que en las noches sin luna nos demos
por vencidos.
Por
un momento, la música me invitará a volar, a dejar salir esa hermosa locura que
todos llevamos dentro. Me gritará desgarradamente cientos de verdades, me dará
cachetazos esperando una reacción, me escupirá el vino de la forma más
venenosa, mientras yo retrocedo cobardemente.
Nuevamente
clavo la vista en la hoja de papel. De fondo escucho voces desde una maldita
caja que emite imágenes sin cesar, derrochando miedo y miseria en cantidades
siderales. Mientras, montañas de letras apiñadas rondan en busca de un
significado, una frase, una oración.
Hay
que empezar a acomodar todo para que se vuelva más legible. Me convenzo que hoy
no podrán contra mí, les daré pelea desde el más profundo convencimiento. Esta
vez, no lograrán intimar mis pensamientos, jugar con mis deseos, maltratar mis
esperanzas. No retrocederé, enfrentaré con hidalguía a esos profetas del miedo,
que quieren saciar su pobre inteligencia adoctrinando a los más débiles.
Voy
a recorrer uno por uno los rincones del laberinto para escapar de sus miserias,
evadir sus penitencias, desafiar sus castigos. Por una vez voy a ser yo, voy a
desplegar mis alas, voy a juntar coraje para escapar de todos esos malditos
oradores de la verdad y, de una vez por todas, tomar la carrera necesaria para
atravesar El Muro…
Marcelo
De Nicola
Canción
elegida para la editorial
IMPRESIONES SOBRE THE WALL
El
lobo amanece desde mi interior. Es hijo de mis noches y mis tinieblas. Bebe de
mis temores y se hace cada día más fuerte. Su respiración brilla en cada duda y
sus ojos se encienden en mi desconcierto. ¿Es que nadie escucha estos gritos
sordos? ¿Es que no ven acaso mis manos mutiladas? ¿Será esta angustia
desgarradora un buen disfraz? Veo sus ojos y me enamoro de ese color muerte.
Siento aquellos dientes penetrando mi carne y estallo en roja esencia con el
erotismo de aquel ataque. Prescindo del tiempo y tal vez del espacio. Me
hermano, ciertamente, con el final. Pienso en Pink, con su mirada perdida, con
su cuerpo lánguido, flaco, muriendo sobre un sillón, corriendo en círculos por
el laberinto de su mente y creo leer todo esto en aquella imagen. Pienso en su
soledad, en la trampa perversa de aquel muro, excelentemente narrado por Alan Parker desde la puesta en escena.
La estructura del film escapara por completo a la linealidad. El relato nos
invitara a mirar el mundo a través de los ojos de Pink, su protagonista.
Viviremos su tormento representado en aquel maravilloso caos narrativo. Nos
acosarán los raccontos, ensayando, de alguna manera, la objetividad de los hechos. Nos
extasiaremos en la lisérgia conmovedora de aquellos gráficos que asaltarán la
pantalla y desafiarán la pereza de nuestros sentidos. Allí el film será todo
simbolismo y alegoría. The Wall reafirmara desde su fotografía las largas
sombras que invaden la existencia de su protagonista. Acompañará su transición
oscureciéndose con el devenir del relato. Quizás algunos tamaños de planos y ciertas puestas de luces nos
recuerden a aquella obra extraordinaria de Kubrick
que fue “La Naranja Mecánica” y no
estará mal este paralelo. Después de
todo, Alex, al igual que Pink, construirán su muro para defender lo último de
su brillo de la hostilidad del mundo que los rodea. Tanto el uno como el
otro serán masticados por el canibalismo insaciable de la sociedad para luego
ser escupidos al más terrible de los infiernos.
Pink sufrirá la prisión de su
propio cuerpo y naufragará en los arrabales de su mente. Entonces, aparecerá
aquel chico que fue y con él, finalmente, el muro caerá. Estallará en cada
piedra las represiones, los malditos maestros con cada una de sus
frustraciones, estallará la soledad, el vacío en el pecho, caerán al fin los
disfraces, las ausencias y cada cosa muerta del mundo. Aquel chico volverá con
toda su inocencia, con su frescura, con aquella liviandad de haber sufrido
mucho menos, y le tenderá su mano para rescatarlo. Quizás aquella reconciliación con la imagen
de su infancia traiga paz al tormento de su mente, no lo sabremos. Por lo menos
el film no lo contará. Nos quedaremos con la imagen del deterioro, del tipo
consumido por su historia. Nos llevaremos con nosotros, la angustia de quien
supo decirle adiós al cielo azul.-
Lucas Itze.-
Canción post análisis
También sonaron de Pink Floyd, estos temas:
Confortably Numb
What Shall We Do Now
Young Lust
FICHA TÉCNICA
Título
original: The Wall
Año:
1982
Duración:
99 min.
País:
Reino Unido
Director:
Alan Parker
Guión: Roger Waters
Música: Pink Floyd
Fotografía: Peter Biziou
Reparto: Bob Geldof, Christina
Hargreaves, James Laurenson, Bob Hoskins, Eleanor David, Kevin McKeon, David
Bringham, Alex McAvoy, Michael Ensign, Joanne Whalley, Albert Moses, Roger
Waters
SINOPSIS
Pink
(interpretado por Bob Geldorf), el
cantante de un grupo musical, arrastra desde su infancia una serie de traumas
debido a la dura educación que recibió. Cansado de todo lo que rodea su
profesión, se acaba refugiando en las drogas como única opción para romper con
el muro que él mismo ha creado a su alrededor y terminar con este mundo de
locura.
PELÍCULA COMPLETA