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viernes, 23 de junio de 2023

IF.... DE LINDSAY ANDERSON

PROGRAMA 410 (02-06-2023)

 

SINOPSIS

 

Polémica película en la que el pionero del Free Cinema inglés arremete contra la enseñanza superior y hace una sátira violenta y sin matices de los colegios superiores y del establishment británico. (FILMAFFINITY)

 

EDITORIAL

 

Y un día reparaste en el texto. Descubriste las terribles ausencias, los imperdonables olvidos. Revisaste cada uno de sus párrafos, leíste nuevamente aquellas monótonas páginas con detenimiento y entonces, la pregunta se clavó en tu mente como el peor de los venenos. ¿Cuál fue el momento en el que dejaste de ser protagonista de tu historia? Desapareciste del texto. Aquel sujeto que solías ser fue devorado con angurria por el predicado de otro, el deseo de otro. Confundiste el límite y el relato se sublevó a tu voluntad. ¿Cuándo ocurrió aquel crimen? ¿Detrás de qué palabras, de qué miradas, entregaste lo único que tenías, tu único tesoro? Ser en función de te permitió fingir cierta soltura, elaborar esa mirada de tipo duro, de bandolerito de callejón que aprendió ciertos trucos que aún conserva. Te permitió hacer propias algunas anécdotas, jurarte ciertos saberes. Te anticipó la dirección de algunos golpes que nunca te llegarían, que nunca te pegarían porque estabas paseando en el relato de otro, absorbido en el sujeto que no eras. ¿Cuál fue el costo de aquella aventura? Creíste ser un tipo inteligente cuando solamente decías un par de cosas ingeniosas y hoy, en la soledad de tu abismo, pagas esa diferencia. 



No estar, no ser, te permitió en definitiva jugar a ser el dios de la aventura de otro, porque después de todo, que otra cosa es un observador sino una deidad que se prohíbe salir a jugar. Disfrutaste aquel sillón que te situaba tan alto, bien lejos del fuego cruzado que propone toda semántica. Pero la pregunta sigue allí, imperturbable, tan real como ninguna respuesta. Acechándote como una pantera hambrienta. ¿Qué hubiera pasado si te hubieras limitado a contar tu historia, a transitar aquel drama con la dignidad de un héroe, con el valor de un tipo que tiene bien en claro aquello de que si tiene solución es un problema y si no es un destino? ¿Si hubieras entendido aquel límite que entregaste en sacrilegio? Si no hubieras jugado a comerte el dolor de otro, al sadismo de ser comido por aquel que soñaste salvar. Si hubieras entendido el precio de aquel alejamiento, de aquella renuncia de ser. Si hubieras tenido el valor de sentir y el desprecio por juzgar. Si hubieras aguantado el peso que siempre implica un corazón. Si…

Lucas Itze.-

 

Canción elegida para la editorial

 


IMPRESIONES SOBRE IF…

 


La mirada se pierde en algún punto oscuro. La mente te traslada a un cúmulo de lugares inconexos que crees que no tienen que ver con tu vida. De pronto los recuerdos empiezan a caer como gotas de agua que golpean sobre tu frente. Las manos te sudan porque sentís esos ruidos molestos qué claman venganza. Fueron bastantes años de vejaciones. Las campanas vuelven a sonar como si la inquisición te llamara. La frustración vuelve a aparecer. Allí, lo que creías que todo iba a ser tan perfecto como natural, se transformó en un infierno. Aunque a decir verdad, fue natural... Era un secreto a voces que los altos mandos siempre pudieron ocultar. Desde siempre la iglesia, ciertos establecimientos escolares y los internados se consideraron como lugares de sanación. Los rebeldes, los exiliados, los descreídos de siempre, iban a parar a esos sitios. Y en nombre de la fe, la educación y la salud se convirtieron en los peores atropellos. Pero nadie jamás se preguntó qué pasaría si alguna vez todo se saliera de control… Si alguien decidiera sacarse el uniforme y empezar a dar batalla. Y llegar a la clásica pregunta ¿Y qué pasa si…? Creemos que Lindsay Anderson y David Sherwin, director y guionista del film If… se hicieron la misma pregunta… Estrenada justamente para la época de un mayo francés del ´68 que nos gritaba que la Revolución había empezado… 



La película estará dividida, como si se tratara de una novela, en 8 episodios conformados por un guion lineal. Será una sátira sobre esos típicos colegios británicos y una crítica a esa sociedad burócrata e inoperante. Donde esa burocracia es más importante que la vida de los alumnos, quienes tienen una cadena de mando preestablecida. Los de la enseñanza inferior, serán sirvientes de los de la superior. Veremos los excesos de las autoridades y como poco a poco algunos de los alumnos empezarán a rebelarse. El líder sin dudas será Mike Travis, ese Malcolm McDowell pre Naranja Mecánica en una especie de ensayo para su personaje más icónico, quien ya desde el comienzo esconde ese incipiente bigote antes de afeitarse… en esas miradas empiezan a pasar cosas… La fotografía trabajará tonalidades que pasarán del color, generalmente opaco, a ciertas en escenas en blanco y negro algunas por cuestión económica y otras puramente artísticas. Y hablando de fotografía, serán las que aparecen en los cuartos de Travis y compañía las que nos den un collage de lo que puede pasar. Los íconos del Che Guevara, el indio Gerónimo, Lenin, los soldados de Vietnam y hasta la célebre Marilyn Monroe significarán la revolución que se anhela. El levantarse ante ese contrato establecido. Notaremos también un homenaje a esa célebre película de los años ´30, hablamos de Cero en Conducta del malogrado Jean Vigó. No veremos planos ni encuadres grandilocuentes. El director trabajará la realidad de manera cruda y también lo mezclará con ciertos tintes oníricos donde tendremos que abrir los ojos para determinar qué es lo real y que es lo fantástico. 



Denunciará a todo el establishment educativo británico y mostrará sin mostrar. Anderson abordará la juventud y la masculinidad pedida por la sociedad mientras se suscitan acosos, superiores que bordean la pedofilia y el temor hacia los homosexuales, todo frente a nuestros ojos. Será una gran crítica a esa imagen de esa supuesta Gran Bretaña generadora de todo, como lo decía uno de los profesores más eminentes. “¿Qué queda si la libertad cae? ¿Quién muere si la libertad vive?”. Nos pregunta Travis, para finalmente escupir: “¿Cuándo vivimos? Eso es lo que quiero saber”. Será nuestro anti héroe, un punk antes de la aparición del punk. Un visionario del No Future que se confirmó en la década de los ´70. Todas esas preguntas sin respuestas nos llevarán a una tensión in crescendo, en el que los tres actos aristotélicos se unirán para qué en el desenlace, explote todo, como en cualquier gran revolución. La lucha de clases, el autoritarismo reinante y los castigos físicos se transformarán en un combo que va directo hacia la explosión. Explosión que se da sobre el final, cuando aparezca ese primer plano de Travis disparando frenéticamente entre risas, mientras nosotros también hacemos una mueca alegre queriendo creer que la fantasía se ha transformado en realidad.

 

Marcelo De Nicola.-

 

Canción post impresiones

 


UNIVERSO ANDERSON

 


De origen escocés, Lindsay Anderson fue el hijo de un oficial de la armada británica. Nació en Bangalore, al sur de la India, el 17 de abril de 1923 y fue educado en prestigiosos colegios británicos. Ya graduado, Anderson trabajó al final de la Segunda Guerra Mundial como criptógrafo para las Corporaciones de Inteligencia, en el Centro Experimental Inalámbrico en Delhi. En agosto de 1945, Anderson ayudó a colgar una bandera roja en el tejado de la cantina de los Jóvenes Oficiales, a los pies de Annan Parbat, para celebrar la victoria del Partido Laborista en las elecciones generales que habían tenido lugar en el Reino Unido un mes antes, el 5 de julio. El coronel al mando no aprobó esta acción, pero no se tomó ninguna medida disciplinaria contra Anderson ni contra los otros jóvenes oficiales que habían participado en esta acción. Antes de dedicarse a la realización de cine y a la producción teatral, fue un destacado crítico de la revista Sequence (1947-1952), de la que fue cofundador, junto con Gavin Lambert y Karel Reisz. Más tarde también escribió para Sight and Sound del British Film Institute y para el semanario izquierdista New Statesman. Especialmente influyente fue un artículo suyo, "Stand Up, Stand Up", publicado en 1956 en Sight and Sound, en donde atacaba la supuesta búsqueda de objetividad y la falta de compromiso político pretendidos por los críticos cinematográficos de su tiempo. Como productor teatral, tiene en su haber unas 40 producciones, la mayoría para el Royal Court Theatre de Londres. Con algunas apariciones menores como actor, luego empezó su carrera como cineasta con algunos cortos de índole documental hasta que en 1963 lazó su ópera prima El ingenuo salvaje (o El llanto de un ídolo), la historia de una joven estrella de rugby, violento y arrogante, que se enamora de una joven viuda, que le hace una nueva manera de ver las cosas. Su debut logró el aplauso unánime de la crítica, sus actores fueron nominados a los Premios Oscar y la película fue elegida una de las mejores del año por los críticos. En 1967 dirige el mediometraje El autobús blanco, la historia de una joven que vive en Londres y regresa a su pueblo en un autobús de ese color. El film supuso el debut en la pantalla grande de un joven Anthony Hopkins. Luego llegó If… y en 1973 la segunda parte de la trilogía de Travis, esta vez Un hombre de suerte (Oh Lucky Man!), una original y surrealista crítica al capitalismo a través de las aventuras de un joven vendedor de café. 



Su siguiente film fue In Celebration de 1975, donde en una ciudad minera de Yorkshire, tres hermanos universitarios vuelven a casa de sus padres proletarios para celebrar su 40 aniversario de boda, pero oscuros secretos les aguardan... Con Brian Cox como protagonista. Cierra la trilogía de Mick Travis en 1983 con Hospital Britannia donde Malcolm McDowell es un periodista que comienza un documental sobre un hospital. Su último film fue Las ballenas de agosto, que cuenta la vida de dos amigas de más de 80 años que van sufriendo los problemas de su edad y lo llevan de diferente manera. 



Para el film contó con dos de las grandes estrellas de la época dorada de Hollywood, la mítica Bette Davis (casi 80 años, actriz de Eva al desnudo, Que pasó con Baby Jane, La loba o Jezabel) y la icónica Lilian Gish (94 años, actriz de Intolerancia, El nacimiento de una nación, Pimpollos rotos, El viento, Duelo al sol, El cazador…, quien es la actriz con la carrera cinematográfica más larga de la historia hasta el momento, 75 años). Bette Davis murió en 1989, Lilian Gish en 1993, poco antes de cumplir 100 años y Lindsay Anderson se unió a ellas el 30 de agosto de 1994, mientras estaba en Francia, tras un infarto agudo de miocardio. Tenía 71 años.

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: If....

Año: 1968

Duración: 111 min.

País: Reino Unido

Dirección: Lindsay Anderson

Guion: David Sherwin

Música: Marc Wilkinson

Fotografía: Miroslav Ondricek

Reparto: Malcolm McDowell, David Wood, Richard Warwick, Robert Swann, Christine Noonan, Mona Washbourne  

 

PELÍCULA COMPLETA

jueves, 4 de septiembre de 2014

EL SECRETO DE SUS OJOS

Programa 67 (01/08/2014)


EDITORIAL

Mirar con los honestos ojos del pasado para comprender un presente que vive y muere constantemente siempre será la manera más difícil de prepararse para un futuro en el cual se puedan observar cosas más interesantes. Como ver tus pieles muertas a un costado del camino, poder observar aquello es parte de ese futuro. Mirar desde la colina más alta alcanzada hasta ahora y verte comiéndote el cerebro por ser otra persona tan distinta a lo que sos en este instante para volver a cambiar nuevamente y así volver a recorrer ese espiral infinito que es uno mismo.
        Poder observar sinceramente para convencerte de que no sos quien quieren que seas porque ya te cansaste de pelear con tu yo automático, obediente y rutinario. Ahora lo que queres es que el destino no sea solo una esperanza sino un hecho que se construye desde la lucha a lo establecido. Que tus anhelos no sean solamente cosas materiales sino poder llegar a comprender algo de todo esto. Poder darle un nombre a lo que solamente comprendes vos y que el resto llama de la misma manera. Ver la riqueza en una mesa con buenos amigos y largas conversaciones, en el cabello de ella reposado en tu almohada, en la sonrisa de los niños, en unas manos interpretando agradablemente alguna melodía. En aquellos que asisten siempre al buen humor sin importar las circunstancias.


        ¿Quién puede acaso saber quiénes somos, de donde vinimos, cual es el mundo que nos rodea a diario si ni siquiera lo sabemos nosotros mismos? Aunque tenemos siempre al alcance de la mano el pasaje a otro ser, a otras preguntas, a otras situaciones y sin embargo no subimos a aquellos trenes porque tememos al arrepentimiento, a creer que siempre debemos comportarnos de la misma manera, a la soledad que transforma en infinito cada segundo de la  noche. Nos apresuramos, quizás porque tenemos instalado en la conciencia que hay un final para cada uno de nosotros. Entonces es cuando nos aferramos a la ignorancia, a aquel trabajo en el que lo único que sentimos es al mundo caernos encima convenciéndonos que aquel es nuestro lugar y no otro. Que las fronteras están donde termina la vista y no más allá.
        Quizás nos apresuramos en buscar la claridad a través de otros ojos cuando ni siquiera aprendimos a ver con los nuestros. Será miedo, será comodidad, será que deba ser así, yo no lo creo. No lo quiero creer porque sino no tendría significado para mi seguir viviendo de esta manera. Creo en la sociedad pero no en las ataduras. Creo en aquellos que te alientan a seguir de este modo cuando expones ante ellos tus miserias más profundas mientras te avergonzas por haber dejado que otros construyeran libremente tus ideas sin preguntarte por muchos años si todo aquello tenía que ser así de simple; pero aquella simpleza y pasividad te hicieron esta persona que quizás no tenga la respuesta a todo pero que sin embargo puede percibir las mentiras a través de los ojos ajenos. Siento una gran alegría por todo esto. Seguramente nos encontremos al final de la vida en otra colina y recordaras que alguna vez escribiste estos párrafos y reirás alegre por las palabras que te estoy dedicando ahora. Entonces serás otro, aunque siempre escuchando “al lado del camino” redescubriendo la verdad y el secreto de sus ojos…

Alan Beneitez

Canción elegida para la Editorial


IMPRESIONES SOBRE EL SECRETO DE SUS OJOS


Una estación de tren, las imágenes se ven borrosas, las manos se tocan, se sienten, aunque esté esa ventanilla vidriada de por medio… El tren arranca, ella se queda esperando la nada misma, un vacío, quizás, irremediable… Así arranca la maravillosa El secreto de sus ojos, multipremiada película de ese gran contador de historias que es Juan José Campanella. Basada en una novela del escritor contemporáneo Eduardo Sacheri, titulado La pregunta de sus ojos, Campanella (con ayuda del mismo Sacheri en el guion) nos cuenta la vida de Benjamín Espósito, interpretado por un Ricardo Darín excelso, un Oficial de un Juzgado de Buenos Aires, quien decide escribir una novela sobre un brutal asesinato que sucedió hace 25 años, en 1974 más precisamente, y todavía lo sigue martirizando. A partir de ahí, el film recurrirá a varios flashbacks, que nos irán introduciendo primero en la escena del crimen, y luego, en todas las aristas del caso. La película irá del pasado al presente (y viceversa) todo el tiempo y nos tendrá en vilo en todo momento. El policial negro, el suspenso, y hasta los toques de comedia a los que nos tiene acostumbrados el director, harán el resto.


Un muy buen guion, ayudado por la música de Federico Jusid y la excelente fotografía de Félix Monte, harán más real el film. Sin dudas, el plano secuencia que comienza con la vista de la cancha de Huracán y termina en los pasillos del estadio, cuando dan con el asesino que escapa, hasta que finalmente es retenido por la policía, es uno de las mejores escenas del cine argentino (planos que nos remiten a El resplandor de Kubrick, o a Sed de mal de Orson Welles). Escena que el mismo Campanella contó que fue retocada digitalmente con el software con el que se recrearon multitudes en El Señor de los anillos.
Las actuaciones de los demás protagonistas están a la altura del film. Guillermo Francella dejando de lado el cómico que todos conocemos, encarna a un entrañable Pablo Sandoval, tan gentil como alcohólico, sin necesidad de exagerar el personaje. Soledad Villamil demuestra porque es una de las mejores actrices de su generación (los que vimos series como Vulnerables, Culpables o Locas de amor, estamos acostumbrados a su talento), y lo demuestra con la excelente escena del interrogatorio. Javier Godino (Isidoro Gómez, el asesino) y Pablo Rago (Ricardo Morales, el viudo) también bordan sus papeles con gran altitud. Y ahí nos detenemos…


Porque además de la trama jurídica, es el amor, como siempre, el que juega un papel fundamental en esta historia. El amor de Benjamín a Irene, con esas miradas que hablan más que las propias palabras, lo dicen todo. Y nos retorcemos de bronca cuando Romano, ese ser despreciable que sólo le interesa quedar bien con los poderes de turno, le espeta un: ella es inalcanzable para usted…
O el amor incondicional de Morales, ese viudo que pasa horas y horas apostado en las diferentes terminales de trenes, para dar con el asesino de su amada. Un empleado bancario que nunca se olvidó de ella, y que según Benjamín, nunca vio tanto amor hacia otro, y él no quiere pagarle con la misma moneda, sino que cumpla una sentencia…
Y de repente, llega el final… el asesino encerrado en una jaula en un campo, como si se tratase de un animal y una frase para la eternidad: por lo menos dígale que me hable, es lo que le dice a Benjamín, mientras Morales le recuerda que él le había dicho que la condena era la cadena perpetua. Y nos quedamos sin palabras, al igual que Benjamín, que con esto, termina la historia de su novela, así como también empezará a pensar en el desenlace de su vida personal junto a Irene.
Nadie va a decir nada, el círculo se va cerrando, mientras cada uno sigue su camino, como si cada uno, hubiese firmado un pacto para vivir…

Marcelo De Nicola

Canción post análisis


También acá, vivimos día a día


Y nos despedimos soñando esos ojos rojos


FICHA TÉCNICA

Título original: El secreto de sus ojos
Año: 2009
Duración: 126 min.
País: Argentina
Director: Juan José Campanella
Guión: Juan José Campanella, Eduardo Sacheri
Música: Federico Jusid, Emilio Kauderer
Fotografía: Félix Monti
Reparto: Ricardo Darín, Soledad Villamil, Guillermo Francella, Pablo Rago, Javier Godino, José Luis Gioia, Mario Alarcón, Mariano Argento, Kiko Cerone, David Di Nápoli

Sinopsis


Argentina, años 70. Benjamín Espósito es oficial de un Juzgado de Instrucción de Buenos Aires recién retirado. Obsesionado por un brutal asesinato ocurrido treinta años antes, decide escribir una novela sobre el caso, del cual fue testigo y protagonista. Reviviendo el pasado, viene también a su memoria el recuerdo de una mujer, a quien ha amado en silencio durante todos esos años.

Trailer