Programa 64 (11-07-2014)
EDITORIAL
La
vida es ser libre. Volar. Con la mente, con el corazón, con tus sueños. Sueños
que intentaremos cumplir con el paso de los años. Escapar de esa maldita rutina
que nos convida miles de horas perdidas y a la que tratamos de añadirles
migajas de sentimientos.
Sentimientos
que no pueden quedar encerrados dentro de una caja, como si fuéramos animales recluidos
en un maldito zoológico. O como un pájaro en una jaula sin poder volar.
¿Qué
sentirá ese pequeño animal al estar prohibido de lo que la naturaleza le dio?
¿Por qué el ser humano tiene esa maldita manía de controlar absolutamente todo?
Será por miedo, o simplemente, por ese perverso egoísmo.
A
veces estamos atrapados en esa jaula, queriendo escaparnos de todo, pero no
podemos. Quizás esos miedos son los que nos manejan constantemente, los que nos
entumecen los músculos, los que no nos dejan disfrutar de una charla con
amigos, de un libro bien escrito, de una noche de amor.
Propongamos
romper esos miedos, saltar esas barreras y encontrar la fuerza necesaria para
abrir los barrotes de esa pequeña jaula. Seguir las señales del corazón para
crear nuestro propio destino.
Destino
que lo vamos creando nosotros, con cada decisión que tomamos, cada ruta que
tomemos. Si doblamos a la derecha, tendremos un cuantioso mundo de
oportunidades. Si elegimos el camino izquierdo, tendremos la misma cantidad,
pero sólo debemos elegir por nuestros propios medios y nuestras propias
convicciones.
Y
nadie te tiene que juzgar si doblaste para el lado equivocado, porque de errores
está hecha la vida, y esos errores serán el precio de una decisión propia.
Lo
importante es que cada uno pueda decidir sobre sus próximos pasos, que nadie te
quiera cortar las alas, ni cobrarte un peaje en la autopista de los sueños.
Que
nadie te manipule, porque en este mundo que hoy nos toca vivir, todo ser humano
existe para ser manipulado. Por las grandes cadenas, por los políticos, por los
medios que te venden información falsa para llenar sus propias arcas llenas de
odio y resentimiento.
Es
tiempo de correr. Más rápido que ellos. No por miedo, sino para no
contaminarnos de toda la mierda que nos rodea. Escapar de todo esto, como
cuando éramos niños y nos escapábamos para escondernos, después de hacer alguna
maldad. Pero una maldad inocente. Inocencia que los poderosos no conocen.
De
repente, después de tanto correr, te darás cuenta que la lluvia dejará de mojarte,
verás de repente un cielo despejado, y un hermoso sol que te iluminará desde un
punto infinito.
Sabrás
que has llegado a destino, el que vos elegiste, y del otro lado también estará
ella, que recorrió distintos caminos, pasó por otras miles de pruebas y escapó
de otros tantos problemas para llegar ahí.
Estarán
frente a frente, sin decir ni una palabra, pero diciéndose absolutamente todo.
Sabrás desde ese momento que serán el uno para el otro. Y que a partir de ese,
todos los días, se dirán: buenos días, buenas tardes y buenas noches…
Marcelo
De Nicola
Canción
elegida para la editorial
IMPRESIONES SOBRE THE
TRUMAN SHOW
La
vida nunca fue mirar televisión, dice una leyenda que hay un pared que tapan
los escombros que quedaron luego de que el club del barrio se cayera a pedazos.
Y siempre me llamó la atención.
Y
la televisión juega un papel preponderante en el guion firmado por el
neozelandés Andrew Niccol (también guionista y director de films como Gattaca,
Simone y El señor de la guerra). Y finalmente dirigido por un director de más
renombre como Peter Weir (La sociedad de los poetas muertos).
The
Truman Show muestra la vida de Truman Burbank en directo, desde el día que
nació. Parte de un embarazo no deseado, por primera vez en la historia, una
productora se hacía cargo de la adopción de un niño. Todo, es un gran decorado,
un falso mundo, formado por actores y 5000 cámaras ocultas que muestran la vida
de la ciudad de Seahaven. Y acá es cuando empezamos con las simbologías. Ya el
nombre te dará un indicio: Truman, en inglés y como suena, se traduce como
Hombre Verdadero, demostrándonos que él es lo único real del mundo ficticio.
El
film empezará con Christof (excelente como siempre Ed Harris), el director y
creador del Show (otra simbología, ya que su nombre deriva de Cristo) diciendo
a cámara: estamos hartos de actores con emociones falsas, hartos de ver
pirotecnias y efectos especiales. Mientras el mundo que le rodea es, en cierto
sentido, falso. No hay nada falso en Truman. Sin guiones, sin tarjetas
indicadoras. No es Shakespeare, pero es genuino. Es una vida.
Luego
de eso, conoceremos a Truman, ese personaje genialmente interpretado por Jim
Carrey, quizás en el mejor papel de su carrera. Estará como todas las mañanas,
hablando frente al espejo, demostrando su más hermosa inocencia. Aparecerán
luego, las entrevista a Hannah Gill, quien hace de Meryl, su mujer (una talentosa
Laura Linney) y a Louis Coltrane, en el papel de Marlon, quien es su mejor
amigo (bien interpretado por Noah Emmerich). Ambos dirán que la vida de Truman
es real, y que ellos son parte de ese mundo real.
La
película seguirá su vida día a día, como el programa mismo. Nos presentará a
los mismos personajes que Truman se cruza todos los días, la familia de al
lado, el vecino y su perro Pluto, unos gemelos insoportables y hasta sus
compañeros de trabajo.
La
historia seguirá en forma lineal hasta un punto, donde pequeños raccontos nos
llevarán a entender porque Truman le tiene miedo al mar, ya que ahí durante una
tormenta, murió su padre. O el porqué de querer irse a Fiji.
Y
ahí aparece ella, Lauren, una joven de la que Truman se enamora instantáneamente.
Pero Christof tiene otros planes. Aunque Sylvie, tal su verdadero nombre, esa
extra que fue la persona más real que conoció, intenta decirle a ese
adolescente Truman que es todo falso.
El
nunca más la verá, pero siempre estará en su corazón. De repente se empezará a
dar cuenta que todo gira en torno a él, hasta que llega el momento de conocer
la verdad.
Llegará
en un velero de nombre Santa María, en una referencia a las carabelas de Colón,
para descubrir su propio América. Christof le dirá: No hay más verdad afuera que en
el mundo que yo cree para ti, las mismas mentiras, el mismo engaño, pero en mi
mundo no tienes nada que temer.
Pero
al igual que nosotros, Truman optará por el amor, por la realidad, nos
pondremos una vez más, del lado de la justicia. Nos abrazaremos como las
camareras del bar, y nos emocionaremos como el hombre que vive en una bañera.
Cruzará
esa pared, y se irá en busca del amor de su vida. Atrás quedará ese mundo
ficticio, esas caras acartonadas, esas sonrisas falsas, esas palabras mudas.
Nuestro
héroe nos demostrará que por más golpes que te de la vida, a veces hay que
tener esa valentía para derribar los miedos, será entonces tiempo de conocer el
verdadero cielo, de chapotear en las más reales aguas, de encontrarse con
Sylvie, para empezar a vivir una nueva vida, como si fueran unas vacaciones
permanentes…
Marcelo
De Nicola
Canción
post análisis
Seguimos buscando la clave del éxito
También escuchamos algo de Skay...
Y nos despedimos, sabiendo que el show... debe continuar
FICHA TÉCNICA
Título original: The Truman
Show
Año:
1998
Duración:
103 min.
País:
Estados Unidos
Director:
Peter Weir
Guión:
Andrew Niccol
Música:
Burkhard Dallwitz
Fotografía:
Peter Biziou
Reparto: Jim Carrey, Laura
Linney, Noah Emmerich, Ed Harris, Natascha McElhone, Holland Taylor, Paul
Giamatti, Adam Tomei, Harry Shearer, Brian Delate, Philip Baker Hall, Peter
Krause, O-Lan Jones
Sinopsis
Truman
Burbank es un hombre corriente y algo ingenuo que ha vivido toda su vida en uno
de esos pueblos donde nunca pasa nada. Sin embargo, de repente, unos extraños
sucesos le hacen sospechar que algo anormal está ocurriendo. Todos sus amigos
son actores, toda su ciudad es un plató, toda su vida está siendo filmada y
emitida como el reality más ambicioso de la historia.
TRAILER