SINOPSIS
La joven Jessica deja atrás su vida en un pueblo sueco
para ir a Los Ángeles y convertirse en la próxima gran estrella porno. El
camino hacia su objetivo será más accidentado de lo que había imaginado.
(FILMAFFINITY)
EDITORIAL
Leila salió de su casa por última vez. Tenía una meta definida. Todo comenzó hace unos años, cuando era adolescente y empezó a explorar su cuerpo, mientras su piel se erosionaba. Su imaginación volaba hacia límites insospechados. Internet, la nueva arma de la globalización, hizo el resto. Antes era todo más complicado, la vida era más artesanal. Hoy esas tres doble V la comunicaban con un mundo donde todo estaba al alcance de la mano, la mercantilización al palo. Cualquier cosa que uno quisiera encontrar, estaba ahí. Desde pornografía hasta asesinatos masivos. El mundo se transformó entonces en una gran pantalla en el que si no estabas ahí adentro eras un caso especial. Un video íntimo podía cambiar la historia. De repente, el pueblo la empezó a mirar con otros ojos. Los dedos acusatorios y esa moralidad idiota eran algo común. Al principio esa sensación la incomodaba. Pero Laila se acostumbró y fue por más. Su ilusión cambió, de soñar con ser una chica Almodóvar a ser una chica playboy. Ahora había que transitar el camino. Una vez que se alejó de todo, sabía que no debía volver. Trenes, metros, algún que otro avión y mucho auto stop se transformaron en su GPS. Kilómetros que la llevaron a diferentes destinos.
Imaginaba ciertos lugares donde podía empezar a
hacerse importante. Budapest, Praga,
quizás Moscú… Siempre pensó que en esa zona de Europa del Este podía ser una
nueva Laila, que su nombre sea reconocido, que era una conexión directa al
estrellato. Pero no. Había elegido una ruta más oscura y escabrosa. Y si, hasta
se enfrentó al terror y a la muerte más de una vez. El mercado negro era
implacable. Pero no quería mirar atrás. Fueron meses de luchas hasta que
conoció a un productor que le consiguió lo que deseaba: la ruta a Los Angeles,
la meca del cine. Laila llegó con una mano atrás y otra adelante. Para colmo,
los primeros meses fueron complicados. El sueño americano tampoco era un cuento
de hadas, con decir que a veces extrañaba las producciones europeas. Maltratos
psicológicos y físicos eran parte del derecho de piso. Mucho dependía de quien
era el que ponía los billetes. Y las jóvenes no tenían ni voz ni voto. Así
aguantó. Así pasaron los meses. Horas de grabaciones y su nombre empezó a
hacerse tendencia. Cuando una limusina la pasó a buscar por un hotel cinco
estrellas, supo que el esfuerzo había dado sus frutos. Había que aprovechar el
momento, sabía qué en ese mundo frívolo, todo es cuestión de segundos. Bajó de
la limusina, entró al estudio y las miradas la seguían. Laila miró a cámara… y el placer lo envolvió todo.
Marcelo
De Nicola.-
Canción elegida para la editorial
IMPRESIONES
SOBRE PLEASURE
Los tiempos que hoy nos tocan vivir, focalizan la concepción del ser definiéndolo dentro de un conjunto. Pareciera como que el ser es solo en sociedad, en articulación con otros seres que definen y rotulan aquella existencia. Vamos de nuevo, el ser está siendo dentro de un grupo que lo contiene y le da entidad, le da pertenencia. El ser y la entidad… allí empieza a aparecer algo. Hay una diferencia ontológica entre ser y ente. El ente es todo lo que posee la cualidad de ser, el ser entonces siempre es previo a la cosa, es lo que hace que la cosa sea. Kant va a decir que el sentido no está en las cosas sino en el modo en que el ser humano construye ese sentido en las cosas. Las cosas no son lo que son sino lo que somos y lo que somos se proyecta sobre lo que es. No existe para Kant la posibilidad del conocimiento de las cosas en sí mismas. La gran limitación para aquel conocimiento es la finitud, lo que implica aceptar nuestras limitaciones. Nunca accedemos a las cosas tal como son sino que lo hacemos de la manera en que nosotros podemos conocerlas. Accedemos a la realidad totalmente limitados por toda una serie de ordenamientos, dispositivos y características que nos hacen a nosotros ser lo que somos. Pero volvamos al ser. El ser se presenta siempre ocultándose, yéndose. Es un acontecimiento que cuando lo busco se escapa, cuando lo quiero abarcar excede la capacidad de mi razón. Esto tiene una explicación y es que el ser está atravesado por el tiempo. Esta idea, tremenda, disruptiva, terrorífica, rompe con la concepción estable de la realidad. Si el ser está atravesado por el tiempo, se encuentra en todo momento deviniendo, está siendo ahí, la realidad entonces es vértigo puro, es caos. Cae entonces de esta manera la idea de que lo real es algo estable, ordenado, absoluto y aprehensible.
Heidegger abarca estas ideas y vuelve a poner en su libro Ser y Tiempo la pregunta sobre el SER rompiendo con el antropocentrismo del momento. Se pregunta: ¿por qué hay algo y no más bien nada? rompe con las teorías basadas en el conocimiento, las teorías gnoseológicas e introduce al hombre arrojándolo a la existencia, el dasain, el ser ahí. El hombre que se angustia, el hombre que se pregunta, el hombre que muere. Pensar a la realidad como un orden es farmacológico, es una idealización cuyo objetivo es lograr evitar la angustia y el dolor que el cambio y el caos provoca. Si algo cambia, se degenera, termina, es finito. Si somos atravesados por el tiempo, si somos ahí, en el devenir entonces el ser es el ser para la muerte. Lo que hacemos durante toda nuestra vida cotidiana, es olvidar al ser para consagrarnos al dominio de los entes, de las cosas. La sociedad olvida la trascendencia para concentrarse en el dominio de la cosa y así perderse y olvidar aquella preguntar de por qué mas bien no hay nada, aquella consciencia que tenemos, esa condición trágica que nos dicta que hagamos lo que hagamos, nos vamos a morir. Entonces, la idea de pertenecer, la construcción social del éxito expulsado como valor de la entidad que es y expuesto deliberadamente (o no) a un sistema de producción el cual es alimentado a través del reconocimiento masivo y el beneficio económico, es también olvidar la trascendencia, es consagrarnos también al dominio de los entes, es olvidar la nada, es olvidar la muerte. Bella será ese ser que evitará preguntas para pertenecer. El film Pleasure de la directora sueca Ninja Thyberg planteará a través de su heroína cuánto alguien está dispuesto a ofrecer para considerarse parte, para llegar al éxito. ¿Cuál es el límite del ser para seguir siendo?
La directora
planteará este dilema dentro de la situación marco de la industria
cinematográfica dedicada al género pornográfico. Será un film atrevido desde
sus imágenes, intenso y provocativo. Buscará interpelar de manera sutil al
consumidor o consumidora del género incorporando al elenco actores y actrices
reconocidas en el ámbito de la industria. La estructura del relato será no
lineal, utilizando la herramienta del racconto como ruptura temporal narrativa
para dividir en dos tiempos la llegada del éxito de la protagonista y su camino
recorrido. La fotografía estará inspirada en colores pasteles, que ayudarán a
resaltar la inocencia de Bella. Con
el correr de la cinta esta paleta irá virando a los tonos más fríos remarcando
de esa manera la transición dramática recorrida por la protagonista. Bella entregará lo único que tiene que
es su inocencia para poder pertenecer, para poder ser en un mundo que no se
cuestiona más que números de visualizaciones o de seguidores. Ya en la cumbre
de su éxito, Ella tendrá un momento Heideggeriano,
se preguntará, casi sin saberlo, aquello de ¿Por qué hay algo y no más bien
nada? al verse sola, ya sin amigos, siendo un ente casi sin existencia. Vendrá
seguramente a nuestras mentes en aquella escena final esa reflexión de
Alejandro: Uno juega mejor con sus
amigos. Ellos serán generosos, lo ayudarán, lo comprenderán, lo alentarán y lo
perdonarán. Un equipo de hombres que se respetan y se quieren es invencible. Y
si no lo es, más vale compartir la derrota con los amigos, que la victoria con
los extraños o los indeseables.
Lucas Itze.-
Canción post impresiones
UNIVERSO
THYBERG
Ninja Thyberg nació el 12 de octubre de 1984 en
Gotemburgo, Suecia. Entre 2012 y 2015 estudió dirección de cine en la Academia
de Arte Dramático de Estocolmo. Entre 2012 y 2015 dirigió varios cortos que
tuvieron repercusión en festivales de cine europeos y norteamericanos. Afro
(2012) fue nominado al Premio 1km en el Festival de Cine de Estocolmo, Hot
Chicks (2014) ganó el mismo premio en la edición de 2014 del festival y logró
una nominación a mejor cortometraje en el Festival de Cine de Gotemburgo, y
Catwalk (2015) ganó la distinción Student Visionary en el Festival de Cine de
Tribeca. En 2021 estrenó el largometraje Pleasure, basado en su cortometraje
del mismo nombre. Protagonizado por Sofia Kappel, el filme relata la historia
de una joven sueca que viaja a los Estados Unidos para iniciar una carrera como
actriz pornográfica, descubriendo los oscuros secretos de esa industria.
Debutó en el Festival de Cine de Sundance de 2021 y cosechó críticas positivas.
FICHA
TÉCNICA
Título original: Pleasure
Año: 2021
Duración: 107 min.
País: Suecia
Dirección: Ninja Thyberg
Guion: Ninja Thyberg, Peter Modestij
Reparto:
Sofia Kappel, Kasia Szarek, Casey Calvert, Mark Spiglitz, Evelyn Claire
Música: Karl Frid
Fotografía: Sophie Winqvist
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