SINOPSIS
A finales de la Edad Media, la joven Margit (Björk) y su hermana mayor
Katla huyen a las montañas después de la muerte de su madre, quemada por
brujería. Ambas encuentran refugio con Jóhann, un viudo que vive con su hijo
pequeño Jónas. Mientras Katla trata de seducir al campesino, Margit y Jónas se
hacen buenos amigos. Pero el pequeño está convencido de que Katla es una bruja
y la odia profundamente. (FILMAFFINITY)
EDITORIAL
A los 13 años Amado supo que podía convertirse en león. No era un pibe que se destacara demasiado en casi nada. Era más bien callado y de contextura ancha, característica que le jugaba muy en contra de sus habituales intenciones de pasar desapercibido en cualquier grupo. Por más fondo que Amado buscara, siempre su presencia era notoria y llamativa. Aquel día fue raro, el ambiente estaba raro. Algo en el aire anunciaba problemas. ¿Amado lo percibía? No, para nada. Él estaba entretenido bajo la sombra simulando que leía un libro cuando en realidad no perdía de vista a Carolina, la chica del otro curso que le gustaba. Fue en ese instante entonces cuando alguien de pronto gritó algo y todo fue confusión. Empujones, un pelotazo fugaz que estalló en su cara y al rato un grupo de traidores rodearon a Amado que se levantaba con el rostro de un rojo jamás visto. El oído zumbaba, el desconcierto era total. Tenía tierra en todo el guardapolvo y de un lado de la cara. El más gallito de ellos se acercó, un petisito mal llevado, el Negro Fante. Amado lo vio venir con paso seguro y se puso de pie, su superioridad corporal era evidente: Amado era más ancho, era más alto, cualidades en las que el Negro Fante parecía no reparar en absoluto. Se pusieron cara a cara, el Negro le dijo algo que Amado no entendió y luego lo empujó sentándolo de culo. Cuando se iba, sin darse vuelta dijo con tono de sentencia: y tomatelá de acá gordo tetudo. Una carcajada al unísono sonó como el más deforme de los estruendos. Amado rápidamente miro a Carolina, quien no solo ahora lo miraba, sino que también reía por la amenaza final del Negro Fante. En la oficina del director encontró enfrente suyo un té de manzanilla humeante. Lo reconoció rápidamente por aquel olor detestable. Se tocó disimuladamente la nariz y no sangraba, eso era bueno, pero no recordaba nada. No tenía idea de lo que había pasado pero sentía el cuerpo agotado y una tristeza inmensa.
Esa misma tarde le llego a través de alguien la historia. Dicen que Amado se paró de golpe, se puso aún más rojo de lo que estaba y cerró fuerte sus puños. El Negro Fante, frenó y se dio vuelta. Algunos hablan de un estruendo ensordecedor, muchos han llegado a calificarlo como un rugido grave y rasposo. Los más incrédulos aseguran haber escuchado gritar de esa forma antes de aquella tarde mítica. Lo cierto es que Amado se puso de pie y un calor desde lo más profundo de su estómago se apodero de él de una manera evidente. Algo dentro suyo se abría paso sin importar órganos vitales, partes óseas, sin importar nada. Avanzaba salvajemente con el único objetivo de salir al exterior de aquel cuerpo humillado. Dicen que su mandíbula tomó una apertura que difería notoriamente de lo normal. Muchos describen su boca como una cavidad inmensa, con dientes feroces que asomaban de manera amenazadora, tal vez exageren, no lo sé. Lo cierto es que Amado entonces, ya de pie grito como nadie hasta entonces había gritado: Hijo de puta. El silencio fue general. Ni los autos de la avenida se atrevieron a romper aquel vacío sacro, aquella burbuja mágica de silencio. El Negro Fante lo miró y sin hacer gesto alguno, se dio media vuelta y siguió caminando. Amado de alguna manera extraordinaria, de alguna forma que excede la lógica de este que narra la crónica, había sido león por unos instantes. Nadie de los allí presente pudo, ni en aquel momento ni hasta hoy, decir lo contrario. Ni siquiera aquellos detractores, esos falsos caudillos, canallas inescrupulosos, viles siervos de las opiniones hegemónicas que juraron escuchar solo un grito, ni siquiera ellos hoy son capaces de negar el rugido o de negar al león. Aquellos tipos asustado hoy son silencio, son el miedo que calla todo aquello que su mente no puede explicarles, tristes seres que jamás se remitirán a instancias superiores. Pero volviendo a Amado, el león le fue útil. Claro que no logró el amor de Carolina, ni el respeto de algunos de los más convenientes. Claro que luego del té, siguió una citación a sus padres. Pero aun así, el Negro Fante se llamó a un largo silencio. Hubo otras víctimas, por supuesto, pero nunca más volvió a tratarlo a Amado. Dicen que el destrato es una forma de violencia, pero por suerte no deja moretones. El león le había traído la voz a Amado. Amado ahora se oía, Amado rugía lo que pensaba.
El
tiempo fue pasando imperceptiblemente, tan de a poco, tan callando, trayendo
ausencias, distancias, otros amores que buscaban parecerse de alguna manera a
aquel primero, otros que buscaron ser bien distintos, pero siempre aquel primer
amor observado desde la sombra estuvo presente como semejanza o diferencia. El
tiempo trajo también responsabilidades y obligaciones, trajo la trágica muerte
de la aventura. Amado notó que su león se iba adaptando a las distintas
situaciones que el tiempo traía hasta que un día un rugido solo trajo problemas.
La gente que lo rodeaba ahora era distinta y parecía no temerle a los leones,
ya no veían aquella ferocidad amenazante en sus rugidos y entonces, las puertas
se fueron cerrando. Solo, en una habitación alquilada que ya no podía pagar,
con una tristeza infinita que recorría su cuerpo como la peor de las pestes,
Amado, a sus 30 años supo que podía convertirse en camello. Su vida cambió
sustancialmente. Ya no rugía sus ideas de manera monárquica e imperativa. Su
presencia ya no era pretenciosa y no avasallaba con su melena desmesurada,
imponente y desafiante. Sus pares ya no lo veían como una amenaza, sino como
aquello que era: un par. El camello trajo eficiencia a su vida. Trajo fuerza de
voluntad, cooperativismo, organización, organicidad. Su camello fue obediente
cuando otro mandaba y justo cuando la dirigencia de él dependía. El camello fue
útil. Trajo paz y comodidad a su vida. Amado pudo aprender nuevas cosas,
conocer países, otras culturas. Pudo mostrarse ya sin sombras, sin tabúes que
escondieran sus virtudes, ya no debía rugir quien era. Los que los rodeaban
acariciaban su pelo de camello, adulaban su joroba magnifica y poderosa. A tal
punto Amado lo había logrado que comenzó a venderse a aquellos que querían
comprarlo, fue un recurso para muchos, para aquellos que sabían utilizar los
dones de su camello, aquella fuerza animal infinita, aquella resistencia a los
largos caminos, a la sed absoluta, a los desiertos que juran oasis que nunca
llegan. Cuando su débil voluntad humana se arrastraba por los suelos suplicando
un descanso, o tal vez de alguna manera extraña tomaba fuerza en su mente la
idea del ocio, de lo recreativo, del tiempo suyo, del para él, Amado hacia
surgir su camello. Y avanzaba para luego seguir avanzando. Siempre había un
lugar para donde seguir caminando, un lugar al que nunca se llegaba. Los años
camellos fueron varios. Fueron largos y pesados. Costaron salud, costaron
perdidas, costaron deseo, el precio fue caro. Amado llego junto a su camello a
algunos lados, los cuales parecían no satisfacerlo nunca, porque Amado seguía
levantándose y seguía recorriendo. Un día, que no parecía distinto a ningún
otro, decidió quedarse. No por gusto, no por cansancio porque aun sabía cómo
convertirse en camello. Nunca supo el porqué, pero un día freno, detuvo ese
andar frenético de años y años. Y ese día, miró a su alrededor y se sintió
solo. Los que él quería a su lado ya no estaban y los que estaban solo le
exigían cosas. A los 68 años, Amado, supo que podía convertirse en pájaro.
Algunos dicen que fue una tarde calurosa de enero. Las calles se encontraban
desiertas, el sol derretía lentamente el asfalto. El aire era sofocante y
pesado. Hay quienes cuentan que el campanario sonó como todas las tardes y una
bandada de pájaros inmensa atravesó el barrio, las escuelas, la ciudad entera
para desaparecer en el horizonte más lejano. Lo cierto es que nadie volvió a
saber nunca más sobre Amado. Un grupo de vecinos juró haberlo visto subir a un
micro con una mochila chiquita. Dicen que en ningún momento volteó su mirada
hacia atrás.
Lucas Itze.-
Canción elegida para la editorial
IMPRESIONES SOBRE
CUANDO FUIMOS BRUJAS
Para muchos, el pensamiento mágico protege a la gente contra la angustia que causa la ignorancia. Este pensamiento viene desde los inicios del ser humano. En estos tiempos, la mayor diferencia es que hay más argumentos para confirmar cada teoría o práctica de la naturaleza. Sin embargo, estos pensamientos siempre están. Basta con mirar un partido de fútbol y sentarte en el mismo sillón de siempre para que tu equipo tenga más chances de ganar para comprobarlo. Según el antropólogo e historiador español Julio Caro Baroja, durante mucho tiempo se sostuvo la tesis de que el pensamiento mágico era más antiguo o primitivo que el pensamiento religioso y que los procedimientos mágicos (benéficos o maléficos) "eran anteriores, en conjunto, a los procedimientos propios de las sociedades con una religión organizada y con ritos adecuados para impetrar el favor de la Divinidad o de las divinidades. Del conjuro con que se expresan la voluntad y el deseo... se pasó a la oración, que implica acatamiento y vasallaje". James Frazier fue el autor que acabó de perfilar esta teoría, aunque era consciente de que los hechos que se reputaban como mágicos muy a menudo se daban asociados a los considerados como religiosos. En ese caso daba por sentado que los primeros correspondían a una fase diferente y anterior a la de los segundos. Julio Caro Baroja afirma, por el contrario, que religión y magia en el mundo antiguo formaban parte de un único sistema. Señala que a Frazier y a sus continuadores ya les resultó muy difícil "separar lo estrictamente mágico de los religiosos, en sistemas tales como el de la religión de los egipcios, caldeos y otros pueblos antiguos. Y lo que se deducía a la postre de su inmensa colección de datos y de otras colecciones parecidas era que no solamente los ritos religiosos estaban unidos con enorme frecuencia a los actos mágicos, sino que también cada grupo de creencias religiosas contaba con su Magia particular". Para respaldar su afirmación Caro Baroja demuestra que la magia y la religión en Grecia y en Roma formaban parte de un único sistema. El español entonces concluye: “Podemos admitir, sí, en bloque, que el campo en el que opera más el pensamiento mágico es el campo del deseo y de la voluntad que ha roto otros vínculos, y que en tanto en cuanto la mente humana se somete de modo fundamental a ideas de acatamiento, agradecimiento y sumisión, sigue dentro del campo de los sentimientos religiosos. Ahora bien, en un caso u otro, dentro de la vida práctica, entre el sujeto que desea una cosa, buena o mala, incitado por odio o amor y el objeto de su deseo, suele interferirse con frecuencia un tercer elemento que, en unos casos, es esencialmente mago o hechicero y en otros sacerdotes. Uno conjura, el otro normalmente ora y sacrifica. Pero a veces también, el sacerdote recurre a prácticas mágicas, a conjuros y el mago a oraciones y sacrificios”.
Además de la magia, la hechicería y la misma religión, otros modos de pensamiento mágico son el ocultismo, el esoterismo, la pseudociencia, la superstición y las creencias. Pero han sido mayoritariamente las llamadas Brujas quienes más enemigos han tenido, siendo desterradas, humilladas y asesinadas por un simple pre concepto. Esas brujas son temidas, canceladas y oprimidas, pero también nos enamoran perdidamente. Ese quizás sea su hechizo. Ese hechizo que también hace que no dejemos de mirar esas imágenes que nos relata el film Cuando fuimos brujas de Nietzchka Keene. Titulada originalmente The Juniper Tree (El árbol de enebro) y basado en un cuento de los hermanos Grimm. La directora estadounidense estudió la lengua islandesa y se fue a filmar allí en 1986. Tres años tardó en terminar el proyecto hasta que se estrenó en 1990. La película fue redescubierta en 2014, diez años después de la muerte de la directora. Una copia en 35mm pasó varias décadas entre los archivos de la Universidad de Wisconsin, lugar donde una de las restauradoras del filme, hasta que Amy Sloper -conservadora del Archivo de Cine de Harvard-, la rescató del olvido, por suerte para todos nosotros. Luego, con la ayuda de Rose Lipman, reputado restaurador, historiador de cine y director ocasional. Ambos acudieron a The Film Foundation, la fundación de Martin Scorsese de patrimonio fílmico que apoyó el proyecto con una financiación a la que más tarde se uniría otra fundación, la de George Lucas, aportando entre ambas casi 100.000 dólares al proyecto. Los restauradores trabajaron a partir del negativo de 35mm que se conservaba en Film Archive & Theater Research de la Universidad de Wisconsin, que se usó como fuente para un positivo de preservación de grano fino, así como para un escaneo digital en 4K, mientras que la pista magnética original de los 35mm se usó junto al negativo de la pista original para la restauración de audio, según cuenta el español Antonio Ramón Jiménez Peña. Creíamos un poco necesario contar esa parte del proyecto y la importancia de su difusión. Volviendo al film, tiene un guion lineal y con una fotografía naturalista en blanco y negro maravillosa. Arranca con un poema de T.S. Elliot inspirado en el cuento original.
Sin dudas, el debut actoral de una
joven Björk se lleva todas las
miradas. A pesar de estar filmada en Islandia y actuada por gente de ese país,
la película se rodó en inglés por cuestiones industriales. Ambientada en la
Edad Media, esta nos cuenta la historia de dos hermanas que huyen de su pueblo
luego de la muerte de su madre, quemada tras ser acusada de brujería, y se
encuentran con un joven padre viudo y su hijo, a quien la mayor intentará
enamorar para tener donde vivir. Allí, mientras el campesino Jóhann se enamora de Katla, el pequeño Jonas se hace amigo de Margit,
pese a que sospecha que Katla es bruja. Sin dudas, su escala de grises, sus
blancos impolutos y esos planos de naturaleza de fondo nos remiten a Dreyer o Bergman, toda la escuela nórdica estará en esos planos generales.
Tanto el sonido como la música serán destacados. La historia se trabajará con
personajes tridimensionales muy bien creados, a partir de la mirada femenina y
con una pluralidad de temas desde una visión antropológica de la época. Resaltará
así la misoginia de los personajes masculinos y empoderará a los femeninos,
haciendo foco en la maternidad y el feminismo, a través de las decisiones que
toman sus personajes. También se tratará el tema del árbol de enebro que da el
título al film en su idioma original, ya que este, era un símbolo de fertilidad
para algunos pueblos prehistóricos y las bayas se usaban como anticonceptivo
femenino para los nativos americanos. Bajo ese árbol descansará la madre de
Jonas y ex mujer de Jóhann. Allí habitarán entonces algunas creencias y
referencias religiosas. Margit, personificada por Björk, será la que tendrá
visiones e interpretará los mensajes que su madre le trae. Allí radica el miedo
de terminar como ella. De una poética visual destacada, la directora nos
contará la difícil relación de ese hijo que no quiere a la nueva mujer de su
padre, de un padre que se divide entre el deseo, la culpa y el amor, de una
mujer que busca escapar de su pasado y de una joven que es testigo de todo lo
que la rodea y más. Además, confluirán siempre dos aspectos diametralmente
opuestos: masculinidad y feminidad, lo mágico y lo terrenal, la brutalidad y la
inocencia, la vida y la muerte. Así, con lentitud, pero a paso firme, empieza a
desarrollarse la curva dramática del film. La inocencia se transformará en
tragedia y los caminos empezarán a bifurcarse. Será Margit quien gritará
verdades y velará por sus propios fantasmas. Y quizás allí, entre rocas y
parajes inhóspitos, encontrarán la libertad tan anhelada en el vuelo de los pájaros, para
que transformarse en ellos sea la mejor opción para romper ciertos hechizos.
Marcelo De Nicola.-
Canción post impresiones
UNIVERSO KEENE
Nacida el 26 de junio de 1952 en Wisconsin, se crio cerca de Boston,
Massachusetts. Recibió su Bachiller universitario en letras en 1975 en
Lingüística Germánica en la Universidad de Massachusetts Amherst y una
Masestría en Bellas Artes en producción cinematográfica de la Universidad de
California en Los Ángeles (UCLA) en 1979. Mientras estuvo en UCLA, se desempeñó
como asistente de investigación en idioma islandés antiguo y lingüística con el
Dr. Jesse Byock. Keene trabajó en varias áreas en la industria cinematográfica
en Los Ángeles mientras asistía a la escuela de posgrado, incluidos puestos
como grabadora para un estudio de sonido, editora de diálogos en una casa de
posproducción, proyeccionista y mezcladora de regrabación en la UCLA. Produjo
tres cortometrajes como estudiante de posgrado: Friends (1977), Still
(1978) y Hinterland (1983). En 1986,
después de regresar de su Programa Fulbright, escribió el guion de The Juniper Tree y volvió a filmar la
película en 1987 en Islandia. Fue la primera película protagonizada por la
conocida cantante y actriz Björk en el papel de una niña pequeña en una historia
basada en un cuento de hadas de los Hermanos Grimm. Ganó una beca en memoria de
Verna Fields por parte de la UCLA en 1987 para editar The Juniper Tree,
completándola en 1989. La película ha sido proyectada en más de 23 festivales y
eventos por invitación en todo el mundo, incluido el Festival de Cine de
Sundance, el Harvard Film Archive y el Instituto de Arte de Chicago. Ganó el
Prix du Public en el Festival des Films des Femmes de Montreal en 1990 y el
Premio a la Ópera Prima en el Festival Internacional de Cine de Troia en
Portugal en 1991. Produjo un cortometraje, Aves, en 1994, con becas del
National Endowment for the Arts y de la Universidad de Miami, donde utilizó
innovadoras técnicas de animación para iluminar el estado espiritual de una
monja de claustro. Esto se puede ver nuevamente en su segundo largometraje, Heroine of Hell, que fue financiado por
una subvención del Independent Television Service, una iniciativa de producción
respaldada por PBS lanzada a principios de la década de 1990 para desarrollar
un trabajo creativo innovador para la televisión pública. Esta película, es una
narración que combinaba la iconografía medieval con una historia actual,
protagonizada por Catherine Keener y
Dermot Mulroney, filmada en Miami, y
que completó en 1995. Se distribuyó a través de PBS a las estaciones en 1996.
Le diagnosticaron cáncer de páncreas en la primavera de 2004 y murió a los 52
años, el 20 de octubre de 2004. Enseñó realización y edición de películas en la
Universidad de Wisconsin-Madison hasta su muerte. Keene tenía dos proyectos en
curso en el momento de su muerte. Uno, un guion titulado Belle, se basaba en la historia real de una asesina en serie, Belle
Gunness, en La Porte, Indiana, en los primeros años del siglo XX. Casi
había completado un tercer largometraje, Barefoot
to Jerusalem, en el momento de su muerte. Esta cuenta la historia del viaje
de una mujer tras el suicidio de su amante, a través de un paisaje solitario
que la lleva a la batalla contra el diablo. La película se rodó en locaciones
de Madison, Wisconsin y en la península superior de Míchigan en 2001 y se
encontraba en las etapas finales de posproducción en el momento de su muerte.
Desde entonces, se completó y se lanzó en 2008.
FICHA TÉCNICA
Título original: The Juniper Tree
Año: 1990
Duración: 78 min.
País: Islandia
Dirección: Nietzchka Keene
Guion: Nietzchka Keene
Reparto: Björk, Bryndis Petras Bragadottir, Valdimar Örn Flygenring,
Geirlaug Sunna Þormar, Gudrun Gildottir
Música: Larry Lipkis
Fotografía: Randolph Sellars
No hay comentarios:
Publicar un comentario