SINOPSIS
Película sobre
los últimos años de Ian Curtis, el enigmático cantante de la banda Joy Division
e icono del post-punk inglés, hasta su trágico suicidio en 1980. Cómo le afectó
el dramático conflicto entre el gran amor que sentía por su esposa y la
apasionada relación con su amante, sus ataques de epilepsia, su extraordinario
talento y sus arrolladoras actuaciones en directo. (FILMAFFINITY)
EDITORIAL
Las luces brillan. El escenario tiembla. La gente aplaude. ¿Vienen a ver a la estrella o al hombre que está muriendo por dentro? El humo empieza a decolorar las luces. La multitud está en trance. Muchos ojos se cierran buscando su momento perfecto. Yo no lo encuentro. Cierro los ojos y me invade la frustración. ¿Quién soy realmente? ¿Dónde perdí la felicidad? Ya no hay más romanticismo. La presión invade los cuerpos y comprime las mentes. Los flashes se disparan sin cesar. ¿Será la última foto? Siempre ronda eso en mi cabeza, cuando será esa última imagen. No, no quiero estar demacrado y desalmado, siendo un montón de piel fruncida. “Vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver” dicen que dijo James Dean (aunque en realidad era de un film de Humprey Bogart) y siempre me pareció exagerado.
Pero no me conocía a mi mismo. Giras, tapas de revistas,
paparazzis, se han vuelto parte de mí. Intimidad. Nueve letras. Una palabra.
Desaparecida de mi diccionario. Reemplazada por adicciones, lujos y amistades
de cartón. ¿Quiénes son esos tipos que me siguen a todos lados como si fuera la
maldita Reina? No se cuando fue, de repente aparecieron. Y ya no hubo marcha
atrás. Cuando te das cuenta, el trampolín está en la punta del edificio. Y la
mente otra vez te habla, te hechiza, te obliga a saltar. El deseo de estar solo
me invade. Y en un momento... no habrá más nada. Ya no me quedan fuerzas para
tomar el control...
Marcelo De
Nicola.-
Canción elegida
para la editorial
IMPRESIONES SOBRE CONTROL
Sus ojos claros se levantan y se confunden con el cielo. El cielo está gris, sus ojos también. No hay rastros de juventud en su mirada, el eco de una sonrisa muere por última vez sobre su pupila dilatada. Hay una palabra oculta detrás de aquellas nubes, una palabra que no aparece. El tiempo fue un ensayo de lo perverso, un perverso ensayo sin ninguna gracia. La música insiste en que hay que bailar mientras él intenta recordar dónde fue que olvidó aquel parque de juegos, dónde dejó su galera repleta de trucos, con qué alarma despertó de su última confianza y en qué esquina olvidó su último optimismo. El deseo, aquel niño caprichoso, ¿en qué bosque se habrá escondido? Todo es frío y se aleja de alguna manera para siempre. Las sombras caminan sobre las paredes llevándose con ellas todo lo que lo ata a este mundo. Alguna vez quiso huir de un verso del viejo Hank, quiso también confundirse entre los personajes de Burroughs, el extravagante, para condenar sus penas a las amarillentas páginas de un libro y dejarlas cautivas en aquella cárcel con olor a tinta al cerrar la portada del texto. Pero hoy comprende que él es esos versos, que aquellos personajes son el caricaturesco reflejo de su sombra. Se da cuenta que aquella mirada del poeta lo interpela atravesándolo en su propio dolor, que sus abismos son tan reales como cualquier ficción. Mira con sus ojos grises como el cielo y aun no lo comprende.
No logra entender que ya casi no es humano, que el amor lo perdió para siempre, que ya sus dedos no sienten, que no hay sabor en su boca, que sus brazos están fríos y vacíos, que está solo ahogado en un mar de gente. Su cuerpo tiembla aun sin música, en el sordo silencio, en el mutismo más apabullante y se estremece en un automático vacío demencial. La muerte ensaya su ritual, su cuerpo cae al piso y cruje como una hoja seca, el cielo es cada vez más chico. Ian Curtis quedó solo, abandonado hasta por su propio cuerpo. Muy lejos del deseo, muy lejos de todo. Control, dirigida en el año 2007 por Anton Corbijn cuenta esta historia centrándose en la narración de aquello perdido. El film elige como punto de ataque no la historia de una de las bandas más importantes para la música post punk y para el género musical gótico, sino otra, la historia de las pérdidas más profundas de su cantante. Su atención está allí, en describir la parte como punto de partida, como excusa para luego narrar de forma más soslayada el todo. La película será correcta, prolija, inglesa. La fotografía estará planteada en escala de grises generando un universo intimista y melancólico. La puesta de cámara no buscará acompañar el recorrido dramático que realizará el protagonista sino simplemente ser funcional al relato evitando sobresalir en la composición de una narración propia.
Control se destacará en dos puntos muy fuertes que ayudaran a
conmocionar al espectador. Uno de ellos será la buscada obsesiva que se intuye
en la realización del casting para los distintos caracteres. Los parecidos
físicos serán sorprendentes en todos los casos, eso ayudará al espectador al
rápido reconocimiento de cada personaje y con esto a generar fácilmente empatía
con todos ellos. El otro punto que se logrará de manera exquisita será la interpretación
actoral. Estaremos frente a una composición de personaje trabajada con un
esmero pocas veces visto en este tipo de films. Habrá naturalidad en su
desarrollo logrando de esta manera una composición orgánica que se mantendrá
lejos de caer en la imposición estereotipada que podría suponer la
representación de un modelo real. El guión manejará una estructura lineal lo
que ayudará a centrar la atención en el recorrido dramático que realizará el
protagonista, el cual irá desde la satisfacción del deseo como un único móvil,
lo que estará representado en el carácter caprichoso y compulsivo de sus
elecciones, en el intento de sostener un estilo de vida sin importar las
consecuencias naturales del mismo, hasta la pérdida del control en todos los
aspectos de su vida, que provocarán el nefasto desenlace de la anedonia
profunda que lo llevará a las puertas mismas de su propio abismo. Ian Curtis quedará solo, lo que no
implica que no tendrá gente a su alrededor. Estará solo en el peor de los
sentidos, en aquella soledad insoportable hija de la incomprensión, en aquella
distancia inabarcable que implica la falta de comunicación con el otro, en
aquella muerte absoluta que representa la pérdida absoluta de todo deseo.
Lucas Itze.-
Canción post
impresiones
UNIVERSO CORBIJN
Anton Johannes Gerrit Corbijn van Willenswaard nació el 20 de mayo de 1955 en los Países Bajos. Su padre fue párroco y su madre enfermera, sin embargo, desde chico se interesó por el mundo del arte, más precisamente por la fotografía. Fue tomando fotografías en su país natal al músico Herman Brood, y gracias a estas el músico empezó a ser reconocido. En 1979 se muda a Londres y se convierte en fotógrafo de bandas como Joy Division y Public Image LTD. Durante este período Corbijn también inició su trabajo como fotógrafo para prestigiosas revistas como Vogue y Rolling Stone. Para muchos, crea un estilo ya que tiende a dejar a un lado la fotografía glamour tradicional, dándole a su trabajo un toque más natural, frecuentemente en blanco y negro. La gente a la que fotografía da la impresión de estar calmada y lejos de la vida cotidiana. Sus fotografías muestran emociones naturales. Su patentado e influyente estilo de imágenes en blanco y negro ha sido imitado o copiado a tal punto en que se ha convertido en un cliché del rock y una parte vital del lenguaje visual en los años 1990. En esos años, fotografió decenas de artistas, entre los que se encuentran Jimmy Page y Robert Plant, Rolling Stones, Bob Dylan, Tom Waits, Bruce Springsteen, Miles Davis, Kate Bush, Björk, David Lynch, Lou Reed, Johnny Depp, Willem Dafoe, Robert De Niro, Stephen Hawking, Elvis Costello, Morrissey, Steven Spielberg, Clint Eastwood, Roxette o Eurythmics. Luego comenzó a darse cuenta de que sus imágenes y su música iban muy bien juntas. Así hizo algunas fotos en vivo, y eventualmente se convirtió en el diseño de todo el set en vivo de bandas como Depeche Mode y de las portadas de sus álbumes. También de otras bandas como: Bruce Springsteen, Nick Cave, The Creatures, Bryan Adams, Metallica, The Rolling Stones, Bon Jovi, The Killers, Simple Minds, REM o The Bee Gees. Corbijn comenzó su carrera como director de videos musicales cuando Palais Schaumburg le pidió que dirigiera un video. Después de ver el video resultante de Hockey, la banda Propaganda hizo que Corbijn dirigiera Dr. Mabuse.
Fue en ese momento, mediados de los ´80, cuando se
convierte en uno de los más importantes directores de ese medio, entre los que
se destacan Never Let Me Down Again,
Strangelove y Personal Jesus de Depeche
Mode, One de U2, Heart Shapped Box de Nirvana,
My Friends de Red Hot Chili Peppers, Hero
of the Day de Metallica, Salvation de Roxette y Talk y Viva
FICHA
TÉCNICA
Título original: Control
Año: 2007
Duración: 121 min.
País: Reino Unido
Dirección: Anton Corbijn
Guion: Matt
Greenhalgh. Libro: Deborah Curtis
Música: Joy
Division, New Order
Fotografía: Martin
Ruhe (B&W)
Reparto: Sam
Riley, Samantha Morton, Craig Parkinson, Alexandra Maria Lara, Joe Anderson,
James Anthony Pearson, Toby Kebbell, Harry Treadaway