domingo, 28 de marzo de 2021

LADYBIRD, LADYBIRD

PROGRAMA 321 (19-03-2021)

 

SINOPSIS

 

Maggie tiene cuatro hijos, todos de distintos padres y que, debido al violento ambiente familiar, están a cargo de los servicios sociales británicos. Cuando Maggie conoce a Jorge, un refugiado hispanoamericano, vislumbra la posibilidad de rehacer por fin su hogar. Sin embargo, su pasado sigue atormentándola. Una vez involucrada en la burocracia de la asistencia social, le resultará muy difícil conseguir la custodia de sus hijos, pero Maggie no se da por vencida. (FILMAFFINITY)

 

EDITORIAL

 

Una lágrima rueda sobre una mejilla y rebota contra el suelo. La otra intenta no despegarse de los ojos pero el final es inevitable. El dolor se transforma en vacío, en ira, en desesperanza. Es un dolor diferente al del estómago vacío, ese que siente casi día por medio. También es un dolor invisible, escondido bajo la alfombra. ¿Cómo es la voz de los que siempre callan? ¿Dónde se escuchan sus silencios entre tanta miseria? ¿A qué canal vamos a ir a buscar los restos de alegría que tan burocráticamente ciertos sistemas nos han robado? Los niños ríen su risa infinita mientras sus madres lloran sus lágrimas eternas. De repente, las cámaras, los canales de televisión y el mundo de las estrellas arman un reality sobre vidas olvidadas. Una vez que el tema se termine, que no venda más rating, ellos volverán a sus miserables mundos mientras otros recogerán de la basura un poco de dignidad. Las risas seguirán contagiando mientras muchas madres esperarán volver a oírlas. 



Hace un tiempo, a una de ellas le preguntaron porque en ciertos lugares tenían tantos hijos, sabiendo que era difícil mantenerlos, a lo que ella respondió: porque las sonrisas de los niños es una de las pocas cosas que aún nos quedan... Será ahí donde habrá que apuntar con las cámaras, será en esos barrios donde el Estado tendrá que estar presente y no solo en época de elecciones. Porque cuando los televisores se apaguen, ciertos sectores volverán a vomitar su odio y su indiferencia. Porque ahí aparecerán los policías de la moral exigiendo separar niños de sus madres como si fueran sólo un número más. Y se quejarán de las ayudas y mencionarán sus impuestos como palabra santa, mientras polarizan los vidrios para no mirar la realidad. Y no habrá asistencia social, seguridad o periodistas para ayudarlos. Y los barrios se seguirán inundando y hacinando. Y aunque corten las calles, las lágrimas seguirán brotando, hasta que dejen de tratarlos como ganado...

 

Marcelo De Nicola.-

 

Canción elegida para la editorial

 


IMPRESIONES SOBRE LADYBIRD, LADYBIRD

 


Es recurrente en este foro sumergirnos e indagar en uno de los laberintos que más nos emociona que es aquel del lenguaje. Nos embarcamos en aquella aventura de descubrir la magia oculta que une significados y significantes, insistimos en la búsqueda de palabras nuevas, no por inventarlas, sino por saberlas olvidadas, olvidadas por aquel decir que expresa que aprender es recordar y al recordarlas, hacemos el esfuerzo de incorporarlas al inventario de nuestro vocabulario, porque creemos firmemente que la libertad, aquella por la que militamos, se encuentra ligada directamente a las chances de conseguirla. Solemos mencionar que los poderosos son quienes mejor manejan el arte del vocabulario. Son ellos quienes definen las reglas del juego porque cuentan entre muchas otras cosas con un abanico más amplio de expresión, con una maquinaria puesta a trabajar para mantener sus privilegios intactos. Veremos claramente en Ladybird Ladybird del director Ken Loach, esto que intento exponer, en el papel de Maggie. Las posibilidades de progreso de este personaje serán tan acotadas como su lenguaje. La cámara del director nos mostrará lo que esconde bajo la alfombra Inglaterra y su capitalismo brutal sostenido por un aparato estatal agobiante. La historia contará de manera lineal, por algunos raccontos al principio, la vida de una mujer abandonada a su suerte desde niña. 



Vulnerada desde los primeros años de vida lo único que fortaleció fue la bronca, la angustia y la impotencia. Por eso la veremos fumar, gritar e insultar desde el inicio al final. Despojada de toda oportunidad se aferrará a lo que hemos escuchado ya reiteradas veces de personas sumidas en una pobreza extrema que al no tener nada sólo pueden tener hijos. Esa revelación dolorosa y que desde los mismos escritorios del poder forman un sentido común en las clases sociales que tienen un poco más y rechazan desde la comodidad de sus hogares aquella postura sin entender que aquel concepto profundo es producto de una desigualdad tan ocultada como asquerosa. La libertad de Maggie estará basada en el hecho de poder cuidar de sus hijos a pesar de los impedimentos. Y el estado sólo aparecerá cada vez que sea madre, para quitarle aquello que en su acotado mundo pudo concebir como lo único que puede tener. Técnicamente hablando no veremos una gran producción, no habrá lugar para encuadres poéticos, no habrá búsqueda en la paleta de colores, será más bien un formato estilo televisivo, con un mensaje directo al hueso, un relato duro que tiene la intención de denunciar, tal como hemos visto en los hermanos Dardenne, desde una visión crítica, las dificultades que tiene la clase trabajadora en un país considerado como del primer mundo. 



Para finalizar, queremos aclarar que casualmente se vienen dando películas en nuestro programa que coinciden con cuestiones de agenda pública. Semanalmente sorteamos dentro de un listado que elaboramos la película de la que hablaremos en la próxima emisión. Dicho esto, quiero suscribir a las palabras de esta mujer que salió de una villa en Bahía Blanca para desmitificar cuestiones de la pobreza y hoy en día tenemos la suerte de contar con su claridad al referirse a hechos de los que ninguno de nosotros ha vivido por lo que hace que sus palabras estén más calificadas al referirse a cuestiones que atravesó en carne propia. Ella es Mayra Arena y esta semana escribió lo siguiente: Voy a decir algo frío, les pido disculpas. Las emociones por los hechos que nos conmueven se pasan rápido. Algunos crímenes, como los que son contra los niños, o todo lo que los ponga en peligro, suelen tener un repudio generalizado de la sociedad, sin importar la orientación política de las personas. En este momento un país entero respira aliviado porque hasta anoche se le helaba la sangre pensando en todo lo que le podía estar pasando a una nena. Bien sabemos que para un sector todo lo que se haga por los pobres no es por el bien común, si no para “comprar votos”. Pero –hasta en estos casos hay un pero– las políticas públicas que muchas veces serían repudiadas, en el momento justo de indignación colectiva, generarían alivio. Es exactamente lo que hace la derecha cuando nos quiere meter la mano en el bolsillo a los laburantes o endurecer ciertas leyes: se genera una situación –causal o casual, da lo mismo– y como excusa aplican la medida que “alivia” ese gran descontento social y que ellos ya tenían pensada de antes. Aun cuando todo un país está tenso por un mismo hecho, suele tardarse muy poco en que la noticia y la indignación colectiva cambie. En este momento de consenso, donde todos queremos derechos para los niños, sería ideal que se tome alguna medida de esas que en otro momento la opinión pública que hoy visibiliza la desigualdad trataría de aniquilar. No hay mejor truco que tener un montón de políticas pensadas por quienes saben, estudian e investigan e ir enchufándolas ahí, cuando todos las reclaman, cuando nadie se atrevería a decir que es un despilfarro. Mañana se nos pasa y otra vez qué bronca que la plata de mis impuestos se use para estos negros que encima que te vienen a pedir ensucian toda la plaza.

 

Alan Beneitez.-

 

Canción post impresiones

 


UNIVERSO LOACH

 


Ken Loach nació en Warwickshire en 1936, asistió a la Universidad de Oxford desde 1957 hasta 1960, y actuó como actor durante dos años antes de convertirse en ayudante de dirección de un teatro de repertorio. Adquirió experiencia, comenzando en el año de 1963, trabajando en la BBC como director en prácticas en el departamento de drama y en la popular serie policial Z-Cars. Loach ganó reconocimiento por su trabajo con el productor Tony Garnett en una serie de producciones para la serie Obra del miércoles de la BBC, que comenzó en 1964. Las producciones de televisión 3 Clear Sundays (1965), Up the Junction (1965), Cathy Come Home (1966) y su primer largometraje, Poor Cow (1967), todos ellos con Carol White, hicieron claras las simpatías y preocupaciones de Loach. Las tres producciones se trataban de la clase obrera de Londres y sus problemas de vivienda, empleo, delincuencia, amor y sexualidad en medio de la pobreza. Estas tres obras crearon controversia, y su trabajo en televisión, en particular, atrajo una considerable audiencia popular. Sobre todo Up the Junction, que fue vista por 10 millones de personas en su primera transmisión y un récord de televidentes telefoneó a la BBC para protestar por su lenguaje soez y su retrato de la promiscuidad sexual. Su enfoque de los abortos clandestinos tuvo un gran impacto, influyendo en el debate que condujo a la legalización del aborto en 1967. Por su parte, con Poor Cow, logra la primera nominación al Globo de Oro como mejor película extranjera de habla inglesa. El primer éxito comercial de Loach llegó en 1969 con Kes, la historia de un muchacho de edad escolar de 15 años de edad, en un pueblo minero de Yorkshire. El niño vive con su madre y un medio hermano tosco que trabaja como minero. El único placer y significado de su vida se derivan de una relación que lleva con un ave de caza. Al final, su hermano mata al pájaro, sugiriendo la forma en que la clase obrera vuelve su violencia sobre sí misma, y todas las opciones del muchacho se apagan. Obtuvo premios en varios festivales así como la famosa National Board Review la nombró entre las diez películas del año. 



A finales de 1960, Loach, junto con una capa completa de artistas e intelectuales, había estado en contacto con los trotskistas de la Liga Socialista Laboral (después nombrado Partido Revolucionario de los Trabajadores).  Esta relación indudablemente dirigió a Loach bastante directamente hacia los problemas de liderazgo de la clase obrera: las traiciones del Partido Laborista y sindicalistas burócratas y la lucha por una alternativa revolucionaria. Por esas épocas, filma para televisión The Big Flame (1969), que trata de una ocupación de los muelles de Liverpool, Rank and File (1971), una versión dramatizada de la huelga de vidrio Pilkington de 1970, y la miniserie Days of Hope (1975), que trazó los años entre el final de la Primera Guerra Mundial y la traición de la Huelga General británica de 1926, todos fueron esfuerzos dirigidos a hacer frente a estas cuestiones. En cuanto a Days of Hope, Loach ha dicho: “El gran problema que tratamos de hacer entender a la gente común fue que el liderazgo del Partido Laborista los había traicionado hace cincuenta años, y estaban a punto de hacerlo de nuevo”. En 1971, Loach hizo Life Family, con un guion de David Mercer y se basa en el trabajo de un psiquiatra radical, R. D. Laing. La película intenta mostrar que la “esquizofrenia” del personaje central es un producto de las relaciones sociales y familiares. Loach volvió a dirigir largometrajes sólo al final de la década de 1970 con Black Jack (1979), una adaptación de un libro para niños, The Gamekeeper (1980) , sobre un guardabosques y la relación de la gente con la naturaleza y Looks and Smiles (1981), la historia de una pareja de adolescentes de la clase obrera de Sheffield, ganando el Premio al Cine Contemporáneo en Cannes. Varios de los proyectos de Loach en los ochenta, como Questions of Leadership (1983), que trata de la traición de los dirigentes sindicales comerciales británicos, Which Side Are You On? (1984), una recopilación de canciones y poemas de los mineros, y la obra teatral anti sionista Perdición (1987) han sido prohibidos por razones políticas. En 1986, Loach filmó Singing the Blues in Red, la historia de un cantante disidente del Este de Alemania, anti estalinista y anticapitalista, que se va para el Oeste, nominada al León de oro en Venecia, y en 1990 lanza su film más político y crítico contra Margaret Thatcher, Agenda Oculta exponiendo el papel de los servicio de inteligencia británicos en Irlanda del Norte. Logra el Premio Especial del Jurado en Cannes



A partir de ahí, el director empezaría a filmar más seguido, comenzando los ´90 con Riff-Raff, donde logra otro premio en Cannes, esta vez el de la Crítica y la mejor película en los Premios del Cine Europeo. En 1993 filma Raining Stones (Como caídos del cielo), la lucha de una pareja para conseguir el dinero necesario para que su hija pueda tener un vestido de comunión nuevo. Otro premio en Cannes, esta vez el Especial del Jurado, más nominaciones en los Bafta, Cesar y Goya. Un año después llega la durísima Ladybird, Ladybird, basada en la historia real de una madre con cuatro hijos de distintos padres, que sufre la persecución de los servicios sociales británicos y cree empezar a cambiar su vida cuando conoce a un inmigrante chileno. Varias nominaciones, sobre todo para la actriz protagonista. En 1995 llega uno de sus mayores éxitos, Tierra y Libertad, sobre la Guerra Civil Española, y la ida de un joven comunista británico que viaja a luchar por sus ideales. Ganadora en Cannes, en los César Franceses y en los Premios Europeos



Vuelve a trabajar con Robert Carlyle en 1996 cuando filma La Canción de Carla, la historia de un escocés y una refugiada nicaragüense que decide volver a su país para defender la Revolución Sandinista. En 1998 llega Mi nombre es Joe, la historia de un alcohólico que busca recuperarse entrenando a un equipo de fútbol y ayudando a una pareja de yonquies. Ahí se enamora de Sarah, la asistente social, pero tendrán que luchar juntos para que todo salga bien. Peter Mullan se llevó el Premio al Mejor Actor en Cannes, además del film obtener los premios a mejor película en el Festival de Valladolid y en el BAFTA. Los 2000 lo siguen encontrando cada vez más metido en el cine de protesta, como cuando filma Pan y Rosas, la historia de dos mexicanas ilegales en Los Angeles que trabajan en unas oficinas. Su relación empeorará cuando la menor conozca a Sam, un activista que intentará convencerlas que necesitan sindicalizarse para que dejen de ser explotadas. Otra nominación en Cannes. Un año después llega La cuadrilla, ambientada en el sur de Yorkshire, cuando la empresa ferroviaria British Rail es privatizada, los trabajadores se encuentran ante un dilema: acatar las nuevas normas de la compañía o aceptar el despido y pasar a engrosar las listas de las agencias de trabajo temporal. En 2002 llega Dulces 16, la historia de Liam, quien está a punto de cumplir 16 años y tiene a su madre en prisión y saldría justo para su cumpleaños. Su sueño es tener una familia, un lugar para vivir y un trabajo, pero para eso, necesitará dinero, y se meterá en graves problemas. Mejor guion en Cannes y película en Valladolid y el Cine Europeo. En 2004 dirige Sólo un beso, sobre un chico escocés de origen paquistaní que, debido a las diferencias religiosas y culturales de su familia, tendrá una relación secreta con una joven católica inglesa, que es la profesora de música de su hermana. Un año después dirige un episodio del film Tickets, junto Abbas Kiarostami y Ermanno Olmi. Terminará de ser reconocido en el mundo gracias al film bélico El viento que acaricia el prado, con Cillian Murphy, sobre dos hermanos que se unen al IRA para luchar por la independencia de Irlanda en la década del ´20. Obtuvo el premio a Mejor Película en Cannes



Vuelve a los barrios bajos con el film En un mundo libre, donde Angie es una mujer que abre una agencia temporal para inmigrantes, con los peligros que esos trabajos de mano de obra barata acarrean. Obtiene el Mejor guion en Venecia. Se da un pequeño lujo en 2009 cuando dirige la comedia Buscando a Eric, la historia de alguien al que nada le sale bien, y un día, se le aparece de pronto su gran ídolo, Eric Cantona, el ex jugador del Manchester United para ayudarlo a resolver sus problemas. Obtiene otra vez el Premio del Jurado en Cannes.  Se mueve para la Guerra de Irak un año después, en Route Irish, la ruta que une al aeropuerto de la ciudad con la parte comercial, donde contará la historia de dos soldados británicos que se enamoran de la misma mujer. En 2012 llega la comedia La parte de los ángeles, la historia de Robbie, un padre primerizo de Glasgow que se salva de ir a la cárcel pero lo mandan a hacer trabajos sociales. Su educador, los inicia en el arte del whisky, y Robbie descubre que tiene un talento natural como catador y es capaz de identificar hasta las cosechas más caras… Otro premio del jurado en Cannes. Un año más tarde dirige el documental El espíritu del ´45, sobre el socialismo de la posguerra, luego desmantelado por Thatcher. En 2014 vuelve a los hechos reales, con Jimmy´s Hall, donde cuenta la historia de James Gralton, un activista y líder comunista irlandés que se convirtió en el único deportado político de la República de Irlanda. Este año, se acaba de estrenar el que, para muchos, es su mejor film en años. Yo, Daniel Blake, nos muestra la vida de un hombre de 59 que siendo carpintero, sufre problemas cardíacos y se ve obligado a pedir un asistente social. Pese a que el médico le prohibió trabajar, la administración lo obliga a conseguir uno para que pueda cobrar lo que necesita. Mientras busca empleo, se cruza con Katie, madre de dos hijos y entre los dos, intentarán ayudarse mutuamente. Reciente ganador de la Palma de Oro en Cannes, además de ser nominado en los principales festivales europeos. Su último film salió en 2019 bajo el título Sorry We Missed You, otro drama social sobre una familia que intenta sobrevivir luego de la crisis financiera del 2008.

 

FICHA TÉCNICA

 

Título original: Ladybird, Ladybird

Año: 1994

Duración: 102 min.

País: Reino Unido

Dirección: Ken Loach

Guion: Rona Munro

Música: George Fenton

Fotografía: Barry Ackroyd

Reparto: Crissy Rock, Vladimir Vega, Ray Winstone, Sandie Lavelle, Mauricio Venegas, Clare Perkins, Jason Stracey

 

PELÍCULA COMPLETA

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